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Futuro San Valentín. por Ashtad

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a DC/ Warner Bros.

Notas del capitulo:

Escrito con todo mi cariño para todos ustedes. <3 

 

Idea súper sosa, pero hecha con mucho corazón. (9;u;)9

Se suponía que era una misión sencilla, eso es lo que su amigo prometió antes de que aceptara el embarcarse en aquel revoltijo conflictivo que era más severo de lo que ambos imaginaron. Ahora estaban huyendo como conejos espantados a lo que era una trampa y futuramente su nicho de sepultura para descansar eternamente. De un momento a otro el techo se colapsó amenazando con aplastar a la pequeña ave que trataba de salir de la zona con la mayor rapidez que sus músculos cansados le permitieron.

Apenas había logrado fugarse de un misterioso vapor púrpura que amenazaba con dejarlo inconsciente y ahora se enfrentaba a casi media tonelada de pura roca que trataba de aplastarlo como hormiga.

 

-DAMIAN!!!!- grito Superboy sin importarle en lo más mínimo los alias, lo que deseaba en esos instantes era llegar antes de que fuera tarde. Pero el tiempo no estaba a su favor y ambos lo supieron cuando la velocidad de Jon no fue suficiente.

 

Una densa nube de polvo se levantó cubriendo todo a su alrededor. El ruido aun persistía y lo llenaba de rincón a rincón, los ojos de Superboy estaban abiertos como si fueran dos guisantes a punto de explotar y es que no había podido llegar a tiempo para quitarlo del peligro, sus tiernos irises azules se empañaron por culpa de las lágrimas que pronto brotaron al igual que poderosas cascadas que se niegan a menguar, o al menos así fueron los primeros cinco segundos de estupor donde su cuerpo rígido se clavó como estaca en el piso.

 

-¿Estas bien mi avecilla?

 

Aquella voz tan conocida lo volvió a la realidad. Valiéndose de su vista kriptoniana Jon se animó a contemplar que sucedía y entonces lo vio. Era un hombre alto, de brazos fuertes que sostenían sobre su cabeza el pedazo de concreto, de espalda ancha que parecía querer cubrir al pequeño Robin que yacía igual de impactado que el otro menor;  los cabellos de aquel desconocido eran oscuros y estaban peinados perfectamente hacia atrás confiriéndole a su rostro un aspecto varonil y sensual por la fuerte mandíbula que se mantenía floja lejos de estrés.

 

-Tú… tú…

 

-Sera mejor que quite esto- comentó refiriéndose al techo que con suma facilidad aparto- ya regreso bonito.

 

Un estremecimiento gobernó el cuerpo dolorido de Damian quien se permitió admirar el vuelo cuidadoso del mayor. Y es que no solo le había sonreído con tanta galantería que lo hicieron sentirse expuesto sino que también parecía devorarlo con la mirada, con ese par de canicas claras que reflejaban un cielo desconocido pero extrañamente familiar en sus recuerdos.

Cuando por fin aquel extraño volvió a donde los chicos, tomo entre aquellos extraordinarios brazos el cuerpo inerte del demonio, a esa distancia el pequeño Wayne dreno sus dudas sabiendo que quien ahora lo sostenía con suma galantería era Jon. No su Jon de trece años y del que aún corrían lágrimas sobre sus mejillas, no. Aquel Jonathan era otro, de algún futuro alterno o tierra distinta una donde él ahora era Superman. El kriptoniano llamó a su versión joven y los tres salieron hacia el cielo; desde la posición en la que viajaba Robin le fue fácil percibir muchas cosas. Como por ejemplo, que ese Jon olía a las lesiones caras que solía emplear su padre cuando de alguna reunión como empresario se trataba, o que los músculos de aquel espécimen eran tan duros y macizos como nunca sintió en sus hermanos. ¡Por dios! Que hasta la sonrisa confiada que adornaba aquel rostro maduro estaba trastocando la aun inocente mente del Wayne.

 

-¿Me permites revisarte carissimi?

 

Y encima el hombre habla un latín hermoso” Pensó el aludido antes de responder con una boba mueca en los labios que se podía interpretar como un mohín cohibido.

 

-Sí, claro.

 

-Gracias…- Superman miró con precisión militar cada detalle hasta confirmar su primer veredicto, aquel que había formado mucho antes de hacer acto de presencia-  no tienes nada de gravedad, solo las sobras de ese molesto gas. Se retirara la sedación de tus extremidades en tres horas o menos. Un poco de ejercicio podría servir para que tu metabolismo lo elimine más rápido, si gustas yo puedo ayudarte a sudar un poco.

 

Las siempre pálidas mejillas de Damian se pintaron como si estuvieran hechas de cereza. El Jon original también se había sonrojado al escuchar aquel ofrecimiento con doble sentido.

 

-Yo… yo…

 

-Solo bromeo bebé- rio por la inocencia desconocida y que de joven se había negado a ver en su novio-  solo te disfruto indirectamente antes de que me mates.

 

-¿Qué?- por fin la voz del Jon original se escuchó por entre las nubes.

 

-Se suponía que no debía dejarme ver, la misión en la que estamos trabajando era confidencial entre los dos Batman y los dos Superman- respondió honesto refiriéndose a Bruce, Damian (el que ya portaba el manto de su padre), Clark y él, (el actual Superman de su tiempo)- pero no podía dejar que nada malo le pasara a mi futuro esposo.

 

-¿En que trabajan?- pregunto recompuesto Robin disfrutando el calor que ese cuerpo desprendía.

 

-¿ESPOSO?- gritó Jon sin darse cuenta que nuevamente había mutado de color- ¿DAMIAN ES MI ESPOSO?

 

-No, aun no- aquella sonrisa desarmó a los muchachos, el encanto era casi tan brillante como una vela en las entrañas de un bosque- dentro de unas semanas le daré el anillo, espero no me rechaces amado- se dirigió al que cargaba.

 

Antes de que lo notaran ya se encontraban en los cielos de Gótica y muy pronto hacían lo mismo sobre la gran mansión de la colina. Los tres entraron sin problemas por una de las puertas laterales de la cueva, lugar donde Batman analizaba con apoyo de un poderoso microscopio las muestras de una cepa modificada de gas del espantapájaros.

Al principio el vigilante había estado tan escéptico con la historia que escucho que un coctel de sentimientos lo asaltaron abruptamente. Bruce estaba confundido por aquel chico de veinticinco años que no soltó a su hijo hasta que Alfred se lo llevó, incrédulo por el simple hecho de que decía venir del futuro, molesto con Robin y Superboy por ponerse en peligro, escrupuloso tratando de advertirse si aquella era una trampa o si mentía y, por supuesto, anonadado por la misión que aquel Superman estaba cumpliendo.

 

Claramente el Jonathan de veinticinco años sabia con antelación que Bruce no confiaría tal fácilmente por tal motivo él y su Damian habían arreglado el asunto; después de entregarle una carta a puño y letra del otro Batman (Damian del futuro) donde parecía relatar algún tipo de anécdota fue que Bruce pareció creer la veracidad del relato y ofreció apoyo.

Cuando fue turno de Clark de ponerse a prueba en aquel predicamento éste pareció guiarse más por el sentir de sus entrañas que en otra cosa y como estas le gritaban que esos ojos eran idénticos a los de Lois fue que casi en seguida también se unió a la odisea de su hijo.

 

Casi cuatro noches fueron necesarias para librar al mundo de una posible dominación por magia, un místico amuleto que en el futuro casi los empujo a un apocalipsis, un final terrible que la Liga de la Justicia supo manejar. Si, aquellas fueron cuatro noches donde aquel nuevo Superman durmió bajo el mismo techo que aquella inquieta ave de dieciséis años que buscaba, y siempre alcanzaba, la atención del mayor.

 

Justamente ahora estaban recostados en una de las tantas camas mientras veían una película sobre un grupo de perros siberianos o algo por el estilo; Damian no paraba de lanzar miraditas sagaces al mayor quien parecía si estar disfrutando el film a dueto con las golosinas noruegas que había comprado antes de acomodarse. Wayne acostumbraba ser neutral ante la situación más complicada que se le presentara, para eso había sido entrenado casi desde que llegó al mundo, pero ahora sencillamente no era lo suficientemente impasible para manejar sus pulsaciones aceleradas cada vez que esos claros ojos lo veían o parar los bochornosos rubores que le coloreaban las orejas cuando aquel Superman le daba besos caballerosos en la mano como saludo y despedida.

 

-Tu celular vibro bebé.

 

-¿eh?- levantándose como un resorte disparado Damian tomo el aparato verificando que efectivamente su registro le lanzaba los mensajes y llamadas que se negaba a responder, todos del mismo número- no es nada.

 

-Debe estar preocupado- Jonathan se acomodó de mejor forma para que el joven héroe hiciera lo propio usando su fuerte brazo como almohada y permitiéndole poder abrazar suavemente la cadera del demonio- ese día se tuvo que ir aun cuando no estabas recuperado al cien.

 

-No importa… bueno, sí importa pero no tanto… lo que quiero decir es que si importa aunque puede que no.

 

-¿No importo?- preguntó divertido por perturbar al arisco chico.

 

-SI… si lo haces pero yo… yo no…él no...- el celular volvió a sonar sacándolo de aquel apuro, y después de 48 horas de anonimato por fin agradeció recibir aquella llamada- Hola?…- se apresuró a saludar a aquella infantil voz.

 

- “¡¿Él aun esta ahí?!”- Jon sonaba molesto, tratando de disimular aquel sentimiento negativo que le ahogaba perturbadoramente- ¿Cuándo se va a ir? mi papá dijo que ya terminaron.

 

-No es asunto tuyo Kent, además creí que estabas castigado por acompañarme a esa misión, no deberías estar usando tu celular.

 

-Ya lo sé, pero no respondes los mensajes y yo…

 

-No desobedezcas a mami- lo frenó de repente- mejor ve a dormir, estoy ocupado.

 

-¡¿Está él ahí?! Quiero hablar conmigo…

 

Colgó. Sin más ceremonias ni cortesías colgó. Los dos residentes de aquella habitación volvieron su atención a los cachorros de la televisión por veinte minutos o menos hasta que los créditos del final llenaron la pantalla y su pequeña pijamada término.

En ese momento Damian levanto la cara dejando los grandes ojos de pestañas rizadas hacia su compañero, quedando convenientemente muy cerca el uno del otro; sabía que no estaba bien y no solo por la brecha de edad que se acercaba peligrosamente a casi los diez años (uno de 16 años y otro con los 25 recién cumplidos) sino que aquel hombre no era exactamente suyo; cierto era que le pertenecía a Damian (en el futuro) pero no precisamente a ese que le exigía algo más que solo mimos.

Damian deseaba un beso bajo el brillo de miles de estrellas y sabía perfectamente que su sueño podía ser realizado por ese Jonathan en el que se le grabó la tentación sobre todo el rostro.

 

-Mañana regreso carissimi- uso de nuevo aquel idioma que cautivaba como poemas de amor al inocente petirrojo. Usando todo su autocontrol el kriptoniano desvió el mentón, lo último que deseaba era profanar aquella boquita que muy seguramente sabia a miel y fruta, justo como la de su novio que lo esperaba al otro lado de un inestable portal- puedo pedirte dos cosas antes de partir?

 

-Si- le sonrió como solo Dick podía arrancarle y su miraba se suavizo al saberse perdedor. Al enterarse que no recibiría más de lo que ya le había dado. Por ahora.

 

-No me rechaces tan duramente, podría darte una grata sorpresa sabes… soy un buen chico- le acarició la mejilla izquierda con la punta de sus dedos memorando aquel angelical rostro que sabía por experiencia podía hacer gestos tan excitantes como adorables- y promete nunca olvidar lo mucho que tu familia te ama, todos a su manera lo hacen Dami, así que jamás lo dudes.

 

***

 

Una nave de última generación era lo único que desentonaba por sobre aquel verde paramo. Era momento de volver para uno y otros cuatro eran los que le daban la despedida. El hijo original de Kent se mantenía serio tratando de conservar una expresión que esperaba le diera una apariencia madura, se mantenía al lado de su amigo quien parecía soñar despierto y con muchas palabras metidas en la boca incapaces de volar libres; el causante de todo vestía su uniforme azul y rojo con la elegancia propia de un emisario intergaláctico.

Las despedidas fueron rápidas, a la pequeña ave le dio un beso en la mano desenguantada y le dedicó una mirada cálida que le valió un suspiro mal controlado. A su “yo” joven le estrechó la mano como dos caballeros de antaño y le dio una sonrisa en la que se mostró como un aliado y no un enemigo, el gesto sirvió para ablandar el rictus de su pequeña versión y este a cambio le permitió verle por medio segundo una mirada apenada por su comportamiento.

 

Y entonces un gran portal amarillo se abrió frente al kriptoniano quien levantando la mano se despidió de su padre y de Bruce quienes miraban muchísimo más apartados que los muchachos. Sin volver a girar aquel hombre de acero cruzo y rayos rojos parecieron golpearlo sin provocarle daño, unos minutos más así y la energía fue perdiendo la fuerza hasta que poco a poco el tamaño de la abertura se fue achicando hasta que inevitablemente se cerró dejando solo una notable capa de polvo sobre el aire cercano.

 

 

-¿Seremos esposos?- Jon le preguntó a su amigo que aun sonreía en dirección al portal que minutos atrás se había abierto y cerrado para que Superman diera por completa su misión- ¿Damian?

 

-No.

 

-¿Qué? ¿Por qué no? Vi claramente que te morías por mí.

 

-Yo no muero por ti- le respondió cambiando su angelical rostro por el típico donde fruncía el entrecejo- yo muero por él.

 

-Es lo mismo, algún día ese seré yo- aseguro lleno de autosuficiencia.

 

-Si claro… ni en tus sueños serás como él- Damian inicio a caminar para retirarse dejando a su amigo atrás.

 

-Hey! Te he dicho que algún día seré como él.

 

-Cuando seas tan siquiera una cuarta parte de lo que era ese Jonathan Kent- Dami lo miro a los ojos para que comprendiera el compromiso de su futura declaración- entonces yo seré tu novio.

 

-Me parece justo- Jon le extendió la mano para que cerraran formalmente aquel extraño inicio de relación- y cuando sea la mitad de lo que era mi yo del futuro entonces tú serás mío, y sabes a qué me refiero.

 

-Hecho- ambos estrecharon sus manos con fuego en la mirada, deseando que el futuro los alcanzara lo más pronto posible- pero no lo creo, aun se te nota que lloraste.

 

-Oye!- Superboy se quejó cuando Damian lo empujo y se burló a mandíbula abierta de él- te casaras conmigo y tendrás que cuidar a todos los hijos que te dé.

 

-Sigue soñando Kent.

 

-Hablo en serio, ya no serás Batman y tendrás que quedarte en casa esperando a que tu gran y valeroso esposo- se auto señaló con el pulgar justo donde su corazón reposaba- llegue de haber salvado al mundo.

 

-Ja! y también tendré que recibirte con un beso en los labios Jonny?

 

-Pero por supuesto.

Y así fue como un Superman de otra tierra y tiempo se aseguró de sembrar aquel bello árbol de inocente, pero excepcionalmente puro, amor. No deseaba que aquel par perdiera tanto tiempo en peleas y negaciones mutuas, aquel Jonathan sabía lo que se sentía por fin tener el coraje para amar y el terrible dolor de perder casi con la misma velocidad. Ahí en su mundo ya no había Batman o Damian, solo quedaba una gigantesca estatua que serviría como evidencia y recordatorio del gran héroe y hombre que se sacrificó para salvar al mundo.

 

-Dami… feliz aniversario mi amor.

Notas finales:

Porque quiero, porque puedo y porque ya estoy un poco ebria… xD  JAJAJA
Feliz 14/02/18 mis amores, espero tengan un buen día y una fantástica noche   ;) ;) *WINK- WINK*, celebren con un pretexto hoy y continúen queriendo y amando (a su familia, amigos, parejas o lo que sea) todos los demás días también ¡Así sin más, sin que sea una fecha, solo porque estamos aquí! La vida se va más rápido de lo que creemos, jamás desperdicien una oportunidad para abrazar, besar o simplemente escuchar a quienes quieren…

Les deseo lo mejor y si están 4alone como yo pues que más nos queda que emborracharse con los amigos alv! o leer Fics, o los dos! xD

 

 

Todo mi amor, Ashtad! <3 


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