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Entre negocio, deber y placer por Dakuraita

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Notas del fanfic:

"Pero Daku acaba tus otros fics"

SHDFJSDHFSDH NUNCA(?)

ok no.

Es que uno no puede dar marcha atrás.

Notas del capitulo:

No será un fic muy largo, los caps será de hecho, cortos.

Aun así espero lo disfruten mucho.

Se aproximó a mí, una belleza sin igual, de esbeltas piernas, hermosos ojos, carnosos labios y una cabellera negra, lacia y elegante. Lucía un vestido de estilo chino que se entallaba en sus caderas, pero después dejaba espacio para que las piernas pudiesen mostrarse y moverse convenientemente. No tenía pecho que lucir, posiblemente esa era su única carencia. Pero no sufría demasiado por ella; como dije, era una belleza sin igual e irrepetible. ¿Cómo había personas que podían deshacerse de estas hermosuras? Supongo, es el mismo placer que muchos encuentran en arrancar los pétalos de las flores.


Me dedicó una maravillosa sonrisa, y, sumisa, se inclinó para mostrarme sus respetos, para luego mostrarme donde sería atendido. Le seguí, manteniendo la guardia alta. Caminamos por varios pasillos, y subimos escaleras. En el camino aprecié habitaciones pequeñas con pequeños letreros que discernían a las habitaciones ocupadas de las desocupadas. La verdad parecía un lugar pulcro y ordenado, contrario de lo que podría pensarse de un lugar como este. En eso pensaba, intentando no posar demasiado mi mirada en la hermosa mujer, dado a que no quería parecer alguien… indecoroso. Después de todo, no estaba aquí por placer.


Entramos a una habitación amplia, al contrario de las otras habitaciones esta tenía muebles modernos, todos de terciopelo negro. Las paredes eran oscuras, de tonos tintos, y las cortinas eran tan espesas que no permitían el paso a la luz natural. Eran apenas las seis de la tarde, pero en la habitación aparentaba ser de noche. La iluminación que había estaba provista por unas cuantas lamparas envueltas con adornos de papel, arrebatando aún más brillo. Me pareció impráctico, pero comprendiendo con quien estaba a punto de verme supuse que esto tenía su propósito practico.


—Toma asiento —dijo la voz de un hombre, el que estaba sentado en el sillón más grande, el dueño del lugar—. Mibuchi, ¿podrías servirnos el té? —la mujer asintió y se marchó. Hubo una pausa y este agregó—. Él es mi tesoro, recauda muchos clientes, sería una pena perderlo.


Me sorprendió que fuera un hombre, pero no más de la cuenta, en este tipo de negocios era demasiado común el encontrarse con jóvenes travestidos. No le dediqué mucha atención al punto, y mejor, saqué una pequeña libreta que tenía guardada en el abrigo.


—Gracias por venir —comenzó el hombre—. Mi nombre, como le informé en nuestra llamada, es Akashi Seijuuro, soy dueño del lugar, y me encuentro en una situación que requiere urgente atención. Me alegra que la agencia respondiera rápido. Es usted el señor Kiyoshi Teppei, ¿cierto?


—En efecto, Kiyoshi Teppei a sus servicios, su caso es de interés para la agencia, cuenta con nuestro apoyo y participación total en el caso. Ahora, si no le molesta, ¿podría contarme con mayor detalle del incidente?


No estoy seguro por qué, pero me dio la total impresión de que había sonreído. Por la llamada intuí que se trataba de una persona poderosa y muy seria, esto resultaba un poco excéntrico. No obstante, no estaba aquí para juzgar las reacciones de una persona. Estaba aquí para trabajar.


—Temo por la seguridad de mi negocio, como le había dicho, hemos tenido más de un incidente recientemente. No hemos podido atrapar al susodicho, que en principio se creía que era solo un acosador que no iría demasiado lejos. Pero, tristemente ha resultado en la muerte de algunas jovencitas. Ocurre de noche, cuando ya hemos cerrado, a excepción de un par que ocurrieron en las afueras, ya que algunos de nuestros empleados salen de compras de vez en cuando. Esto no puede seguir, ya que da mal nombre al negocio, afecta la salud psicológica de los demás ya que no se sabe quien podría ser la siguiente víctima, y por supuesto, es un crimen. He llamado a la policía, no tengo malas relaciones con ellos, pero, me temo que no son demasiado eficientes dado a que están atados a demasiados protocolos que seguir. Aquí es donde entra usted, señor Teppei. Requiero que coopere para poder encontrar al responsable, y, si desea entregarlo a las autoridades o dejarlo en mis manos queda a su juicio, ambos resultados me favorecen mientras se capture al responsable. Necesito discreción, ¿comprende?


Asentí, comprendía perfectamente. Akashi era un nombre conocido, no era solo el dueño del lugar, muchos hablaban sobre la familia y sobre su reputación como negociantes y mediadores en los mundos bajos de la mafia. Por supuesto nunca metí demasiado mis narices en sus asuntos, la agencia sabe qué pistas seguir y qué casos tomar; implicarse con la mafia nunca es sensato, excepto en ocasiones muy fijas. Un asesino serial no era algo de mucho calibre, el pan de cada día. Un buen caso.


—¿Tiene alguna pista de quien podría ser la siguiente victima? —pregunté.


—Me temo que sí, sospecho que el siguiente es Mibuchi —respondió con tranquilidad—. Da la impresión, debo agregar, que ha ido en “escalera” cada vez atacando a empleados de mejores rangos, y el siguiente es, nuestra estrella. Me preocupa, por supuesto.


Mibuchi entonces entró, dejó la bandeja en la mesa de centro que se interponía entre Akashi y yo. Sirvió dos tasas, dejó bocadillos en pequeños platos en porciones para cada uno, y al terminar tomó asiento en el regazo de Akashi, quien le aceptó como quien acepta que un gato se le pose encima. Su mano acariciaba sin pena la pierna del joven. No había morbo en su toque, ni ansiedad alguna como la tendría cualquier otro pervertido, era una caricia suave y apremiante, que Mibuchi parecía disfrutar más que nadie. Permaneció tranquilo y Akashi cortó la ligera interrupción.


—¿Necesita que le provea de algo más?


—Por seguridad, será mejor que no salga y esté vigilado —dije, refiriéndome a Mibuchi—. Iniciaré la investigación de inmediato, y necesitaré alojarme aquí en las noches, en un cuarto contiguo. Si su corazonada es cierta, será fácil atrapar al responsable. De todas maneras, el trabajo no quedará terminado hasta cumplir con el propósito de revelar la identidad del asesino. El pago lo arreglaremos cuando finalice. ¿Está usted de acuerdo con esto?


—Por supuesto —Akashi paró sus caricias, dirigió su mano hacia el mentón de Mibuchi y dijo—: El señor Teppei está por trabajo, haz lo que te diga y coopera, ¿está claro? —Mibuchi asintió y Akashi besó su mano en recompensa—. Prepárale una habitación junto a la tuya. Se un buen chico, ¿de acuerdo?


Mibuchi se levantó y me indicó que le siguiera. Me despedí de Akashi y este me deseó éxito en mi trabajo. Una vez que estuvimos lejos de dicha habitación, Mibuchi pareció diferente a como en un inicio. Parecía ser menos delicado y femenino conmigo, ¿será porque se percató de que no soy un cliente, sino que ahora trabajo para el señor Akashi así como él?


—¿Cómo deseas que te llame? —me dijo, amable, pero indiferente.


—Kiyoshi está bien, ¿qué hay de ti?


—Reo —respondió, y luego agregó—. Cuento contigo “señor detective”.


Pese a la burla, de algo estaba seguro: su sonrisa podía dejarte sin palabras.

Notas finales:

7u7 eheehe, adivinen adivinen ¿qué parejas habrá en este fic?


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