Prólogo: La decisión más difícil
Caminaba sobre la calle a paso rápido, eran exactamente las 11:30 de la noche, con cada paso sus pies se mojaban al contacto con los charcos de agua, con la mirada se aseguraba de no ser blanco de algún maleante hasta que pudo sentir una mano sobre su brazo, volteo la mirada atemorizado hasta que lo vio frente a él.
-¿Ya me vas a escuchar?-. Preguntó tomándolo con más fuerza.
-Vegeta…-. Suspiró con dolor ignorando la mirada del otro.- No podemos estar juntos… debes entenderlo yo, mi familia no quiere que te me acerques, es tarde y si no llego…
Goku abrió sus ojos de golpe al sentir los labios de Vegeta sobre los suyos moviéndose con desesperación, inevitablemente correspondió a sus besos mientras lagrimas cristalinas se deslizaban sobre sus mejillas.
-Kakaroto…-. Con sus ásperas manos lo obligo a dirigirle la mirada directamente a los ojos.- Ya no sufras, sé que no soy el tipo de hombre que deseaban para ti pero prometo hacerte feliz… No lo pienses más y escapa conmigo.
-Tengo mucho miedo Vegeta, yo aun soy menor de edad solo… solo tengo 16 años…-. Confesó el menor agachando la mirada con vergüenza.
-No estarás solo, me tendrás a mí…-. Vegeta decidido cerró los ojos para hincarse ante su amado pelinegro.- Por eso…
Goku no dejaba de llorar hasta que pudo ver una pequeña cajita entre las manos de su novio, se la extendió y con sus manos temblorosas la tomo con cuidado.
-¿Qué es esto?-. Pregunto Goku con nerviosismo.
-Es la prueba de todo lo que te he dicho-. Vegeta poso sus manos sobre las de su pareja.
Alzo la tapita de la pequeña caja para encontrarse con un anillo hecho con una sola flor, era roja y simulaba un corazón.
-Quiero casarme contigo…-. Dijo Vegeta con una pequeña sonrisa.
-¡Yo también!-. Grito con emoción para saltar sobre los brazos de Vegeta.
-¿Lo dices enserio?-. Pregunto el mayor acariciando sus flequillos sobre su frente.
-S…si pero mi familia yo…
En ese instante el celular de Goku comenzó a vibrar insistentemente, con terror y nerviosismo lo tomo entre sus manos para contestar a la llamada entrante;
-¿Hola…?-. Dijo con los ojos cerrados. Esperando gritos y reclamos del otro lado de la línea.
-¿¡Dónde carajos estas!?-. Pregunto de forma agresiva una voz áspera y madura.-¿Traes lo que te pedimos? ¿Crees que te vamos a esperar toda la maldita noche?
-Pa…padre he salido tarde yo yo ya llevo las cosas con ustedes por favor ya estoy cer…
-Mira Kakaroto, mas te vale que estés en menos de 5 minutos abriendo la puerta si no lo haces soy capaz de correrte a golpes, espero no hayas ido de zorra con tu “noviecito”.- Espeto colgando el teléfono.
Nuevamente de sus ojos brotaban intensas lagrimas tomo la bolsa que cargaba con fuerza para correr rápidamente entre las calles mientras ignoraba los gritos de su novio detrás suyo, debía llegar a como dé lugar, doblo la esquina para sacar las llaves de la casa y abrir abruptamente encontrándose con su hermano mayor fumando, su padre en la mesa con una enorme botella de vino y a su padrastro leyendo en silencio.
-Vaya qué bueno que llegas-. Exclamo Raditz con disgusto, empujándolo y arrebatando la bolsa que llevaba.- Moría de hambre…
-Ah…-. Se quejo Goku mientras sobaba lentamente su brazo izquierdo.
El hombre de cabellos largos y negros apago su cigarrillo en la misma mesa de madera para descubrir el interior de la bolsa de plástico, contenía un pollo rostizado con un par de papas.
-Se ve bien-. Dijo el hombre de la mesa limpiando de sus labrios con su antebrazo el resto de vino en sus labios.- Turles, deberías venir a cenar…
Goku veía aun desde el marco de la puerta como se sentaban en la mesa a comer sin siquiera dirigirle la palabra, con miedo paso junto al comedor para jalar una silla y sentarse pero fue frenado por un golpe en la cabeza.
-¿Qué crees que haces?-. Pregunto malhumorado el hombre con una cicatriz d en su mejilla.
-Que… quería comer algo.- Confesó el pelinegro con vergüenza.
-¿Crees que lo mereces después de deshonrar a nuestras familia? ¡Siendo una zorra engendradora!-. Estallo empujándolo contra la pared.
-¡Por favor para padre!-. Suplico intentando defenderse así mismo.
-¡Para!-. Se burlo de los chillidos de su hijo.- No sirves para nada…
-Ni para cogerte-. Confeso Raditz comiendo con desagrado una pierna de pollo.- Sucio engendrador.
Goku se abrazo asimismo para correr sobre las escaleras encerrándose en su cuarto, era una pequeña azotea con goteras y sucias manchas en las paredes. Bajo lentamente para ponerse a llorar entre sus rodillas, poco a poco sentía como las fuerzas abandonaban su cuerpo hasta que de golpe pudo ver el anillo que Vegeta había hecho para él.
-Es mi única salida…-. Susurro para sí mismo, se puso de pie y limpio con su antebrazo las recientes lágrimas de su rostro, con determinación tomo una bolsa para meter un conjunto de tenis, una playera naranja y un pantalón azul marino con una cinta, dejo su cuarto para bajar las escaleras.
Hizo contacto visual con su padre, quien era el único que quedaba despierto con su botella de vino a un cuarto de acabarse. Goku lo ignoro con miedo para dirigirse a la puerta hasta que de nuevo su cuerpo se erizo al escuchar los gritos y reclamos de su padre.
-¿¡A dónde vas!?-. Exclamo acorralando al menor.
-¡Me voy de aquí!-. Grito con los ojos cerrados mientras lloraba ruidosamente.- Déjame, déjame quiero vivir lejos, ya no quiero más humillaciones…
-¿Crees que te dejare escapar?-. Pregunto sádicamente para darle una fuerte bofetada.
-¡BASTA!-. Grito y con todo su coraje le dio una patada a su padre justo en sus partes nobles.
-¡HIJO DE PUTA!-. Bardock cayó sobre su propio sitio retorciéndose de dolor mientras veía a su hijo menor salir aterrorizado.- ¡TE MATARÉ!
El pequeño pelinegro temblaba con cada paso que daba entre las calles solitarias, con miedo saco de su bolsillo inferior del pantalón un par de monedas para llamar por teléfono, había olvidado su celular en casa, encontró una cabina telefónica y se dispuso a marcar el numero deseado mientras temblaba.
-¿Si?-. Contestaron en la otra línea.
-Ve… vegeta soy yo Ka… ka…kakaroto-. Gimoteo el menor
-¿Qué su…cede estas? ¿Estás bien?-. Pregunto asustado el mayor.
-¿Podrías venir por mi?...
-¿Dónde estás?