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"Comprado para su placer" por Kaoba 207

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Notas del capitulo:

Hola queridas amantes del yaoi y mucho más de esta bella y sexy pareja.

 

Estoy de vuelta con un nuevo capítulo. Como se los prometí, seguiré con la historia hasta darle un buen final. Y mucho más al saber que en verdad les gusta el finc. Muchísimas gracias a todas aquellas personas que me regalaron un comentario dándome a conocer sus impresiones hacia la trama. Mil gracias. Ahora más que nunca le daré con todo a la historia.

 

Sin retrasarlos más, disfruten con el capítulo.

“CAPITULO CUATRO”

 

 

 

En la limusina, Loki revisó el contrato con disgusto. Entendía algunas partes, pero la mayoría le resultaba impenetrable. Thor estaba decidido a hacerlo depender de él en absolutamente todo, desde el lugar donde vivir hasta las ropas que le compraría o la comida que comería. Él poseería su cuerpo y su alma. No tendría ningún derecho propio. Sería, simplemente, el puto de Thor Odinson. Ése era el precio que tenía que pagar por haber tratado de vengarse de ese cruel hombre cuando éste le rompió el corazón.

 

--Es una obra de arte legal- afirmó el abogado, un educado hombre mayor, señalando el documento con una mueca- Incluso tiene una cláusula de confidencialidad con siete puntos por la que está usted obligado a no hablar con nadie de su relación con el señor Odinson.

 

Loki tragó saliva.

 

--¿Qué opina usted?

 

--Si no necesita el dinero, salga corriendo- le aconsejó- Es un contrato desigual. Mientras que a usted se le exige cumplir con un estricto código de conducta, el señor Odinson puede prescindir de sus servicios en cualquier momento sin necesidad de dar explicaciones. Por si fuera poco, ni sus deberes ni sus horas de trabajo están definidas. Si firma, se verá legalmente obligado a hacer cualquier cosa que el señor Odinson demande.

 

 Loki afirmó con la cabeza.

 

--Si usted rompe el contrato, sin embargo, deberá pagar la suma de doscientos cincuenta mil euros inmediatamente- continuó el abogado- Esa amenaza lo pone contra la espada y la pared para satisfacer todos sus requerimientos, sean razonables o no.

 

--Lo sé- murmuró Loki con tirantez.

 

--El señor Odinson promete, por otra parte, ser muy generoso en otros aspectos. Asegura que usted tendrá todos los lujos posibles mientras esté con él. Puede que le esté ofreciendo un contrato moderno de esclavitud, pero al menos será usted un esclavo con cadenas de oro puro.

 

Con su orgullo mancillado y su dignidad por los suelos, Loki no tuvo más remedio que firmar el contrato con mano temblorosa y con los ojos acuosos. Después, se dirigió al aeropuerto, dándole vueltas a lo que iba a decirle a Natasha, pues no veía razón para preocupar a su prima con la sórdida verdad.

 

Cuarenta y ocho horas después, un camión de mudanzas llegó a su casa para llevarse y almacenar sus posesiones. Previamente, Loki había llamado a la agencia de alquiler. Y al día siguiente, la policía le comunicó que los cargos en contra su madre y él habían sido retirados. Una oleada de alivio lo embargó y deseó poder contactar con su madre para decirle que ya no había riesgo alguno de que la detuvieran. Farbuatti había pensado que era más seguro que su hijo no supiera cómo encontrarle y había prometido telefonear cuando todo se hubiera terminado.

 

Loki mandó un mensaje de texto a Natasha para darle la buena noticia y, como esperaba, su prima lo llamó nada más salir del colegio.

 

--¿Qué hace el camión de mudanzas ahí fuera?- preguntó Natasha, levantando las cejas al ver a los hombres ocupados en empaquetar la vajilla, los libros y otros utensilios de casa.

 

--Ven al piso de arriba- la urgió Loki.

 

--¿Te mudas?- continuó Natasha, preocupada.

 

--Me mudo- respondió, colocando una zapatilla deportiva dentro de la maleta que tenía abierta sobre la cama- ¿Recuerdas que te conté que rompí con alguien antes de irme de Londres el año pasado?

 

--Bueno, no fuiste muy explícito que digamos…Sólo me dijiste que había salido mal tu relación apañada como reclamo publicitario con aquella estrella del rock. Nunca supe quién era el hombre misterioso con el que salías.

 

--Thor Odinson…probablemente nunca has oído hablar de él.

 

--Vivimos en el mismo planeta y yo leo las mismas revistas que tu lees…¡Rayos, Loki! ¿Thor Odinson? ¿En serio? ¿Saliste con ese rico casanova? ¡No me extraña que te hiciera daño!

 

Loki cruzó los dedos mentalmente, pues estaba a punto de contarle a su prima una mentira. Bueno, no es que no lo hiciera con anterioridad cuando ellos eran apenas unos niños pequeños. Es más, antes de convertirse en un modelo exitoso, Loki camuflaba de cierto modo su dolor y sus culpas con una que otra travesura y pequeñas mentiras que le hacía tanto a su prima como a sus demás compañeros de clase. Pero ahora, era totalmente diferente. Ahora lo hacía para salvaguardar el bienestar de Natasha, y no involucrarla, nuevamente, en otro más de sus caóticos y catastróficos problemas.

 

--Cuando Thor conoció la noticia sobre el dinero desaparecido, vino a verme. Quería ayudarme- Loki habló deprisa, para terminar la historia sin ser interrumpido- Ha repuesto el dinero por mí, los cargos han sido retirados y hemos vuelto a salir.

 

--Así que por eso quieres volver a Londres…- Natasha lo miró atónita.

 

--Me voy a vivir a su casa. No, no digas nada. Ya sé que no lo apruebas, Nat…

 

--Por supuesto que no. ¿Qué quieres que piense? ¿Se sacó del bolsillo doscientos cincuenta mil euros y cinco minutos después decides irte con él?

 

Loki se estremeció. No veía razón para preocupar a su prima con la verdad, pero tampoco le era fácil inventar una historia convincente. Con cierta desesperación, alcanzó una vieja caja de galletas que estaba junto a su cama, llena de recuerdos de su adolescencia. Destapándola, sacó la foto que estaba buscando.

 

--¿Quién es?- preguntó la pelirroja.

 

Sintiendo el calor en su cara, Loki le pasó la foto.

 

--La recorté de una revista cuando tenía catorce años.

 

--¿Es él?- dijo su prima, con incredulidad- ¿Thor Odinson? ¿Te gustaba cuando era tan joven?

 

--Sí. Es el amor de mi vida y, para serte franco, lo que me ofrece ahora es lo mejor que puedo conseguir- respondió Loki, tomando la fotografía de vuelta y dejándola sobre la estantería como si estuviera al rojo vivo- Reamente quiero estar con él. Por favor, no lo estropees.

 

Natasha lo observó, muy poco satisfecha, apretó los labios y no dijo nada. En lugar de eso, los dos primos hablaron de temas prácticos y Natasha se ofreció a encargarse del correo de Loki.

 

Uno de los empleados de Thor telefoneó para informar del horario de viaje dispuesto para él. Loki se preguntó cómo sería la vida junto a un hombre que da todas sus órdenes a través de una tercera persona. Con un escalofrío de aprensión, la llamada lo hizo sentirse como un empleado. ¿Cómo sería vivir con Thor organizándolo todo por él?

 

Para empezar, su primer destino al llegar a Londres resultó ser un salón de estética, donde le habían reservado una amplia gama de tratamientos. Le pareció humillante que Thor no quisiera verlo hasta que no estuviera totalmente acicalado. Así pasó el resto del día, de un cuarto al siguiente, con su piel marmolada reluciente tras su paso por el spa, un masaje y una limpieza facial, y por último pero no menos importante, su melena azabache meticulosamente arreglada. Estaba hecho, por así decirlo, toda una despampanante y reluciente diva de pies a cabeza, pensó con un nudo en la garanta.

 

Thor lo telefoneó cuando subía a la limusina que había ido a buscarlo.

 

--¿Disfrutaste de que te mimaran?

 

Su melosa entonación recorrió la espalda de Loki. Se puso tenso y apretó el auricular. Su voz le hizo pensar en que, sin duda, aquella noche tendría que compartir la cama con él.

 

--Sí…sí, claro- balbuceó, pues no encontró motivo para compartir con ese desagradable hombre sus verdaderos sentimientos.

 

--No puedo cenar contigo. Ponte cómodo en el apartamento- lo invitó el magnate, interrumpiendo la conversación por un momento para hablar con otra persona- Nos veremos en un club nocturno más tarde.

 

Su apartamento era mucho más grande de lo que Loki recordaba de la única vez que había estado allí con anterioridad. Un mayordomo le enseño una larga sucesión de habitaciones amplias, decoradas con obras de arte extraordinarias, antes de conducirlo a su habitación que, por suerte, no mostraba señales de que “alguien” más la ocupara. Loki respiró aliviado y atravesó el dormitorio para observar el elegante traje plateado de dos piezas que lo estaba esperando sobre una enorme y elegante cama King. Obra del diseñador más famoso del momento. El cuál estaba fabricado con un tejido que brillaba al ser iluminado. Sería, sin embargo, demasiado ajustado para él. Tenía un cuerpo y unas piernas largas y estilisadas, sí, pero no tanto, y ese conjunto era sin duda alguna, un par de tallas menos de la que él usualmente utilizaba. Al lado del traje, se encontraba una camisa de seda color verde musgo. Con ella, indiscutiblemente, resaltarían aún más sus verdes y brillantes ojos.

 

¿Pero qué derecho tenía en protestar? ¿Acaso no había firmado un contrato en el que acordaba ser tratado como un objeto? Su cuerpo era lo único que le interesaba a Thor y, por lo tanto, debía ser cuidado y presentado de forma que él se sintiera complacido. Aun así, era terriblemente humillante.

 

La sensación de haber perdido control sobre su vida aumentó cuando llegó un estilista de renombre para darle los últimos retoques finales. Además, no le quedó tiempo para cenar.

 

--Estás exquisitamente arrollador, encanto- lo elogió Paul, el estilista, con escrutinia mirada mientras le colocaba un abrigo de piel oscura- No culpo al señor Odinson por haberte elegido como su pareja de esta noche. Eres envidiablemente perfecto…¡Hermoso!

 

¿Perfecto? ¿Hermoso? ¿Cuándo había sido la última vez que lo habían elogiado de ese modo? Antes de haber dejado el modelaje, naturalmente, pensó Loki, con un nudo en la garganta. Pero aun así, él no se sentía ni hermoso y mucho menos perfecto. Tan solo era, ahora, el juguete sexual de un poderoso y millonario hombre.

 

En la entrada del edificio, un hombre corpulento salió de la limusina y se presentó como Volstagg, su guardaespaldas. Cuando llegaron al club nocturno más chic del momento en Mayfair, Volstagg se encargó de hablar con los porteros que vedaban el paso a todos menos a un puñado de privilegiados. Lo condujeron dentro, dejando atrás una larga cola de gente esperando para entrar, hasta una sala privada. En la entrada, lo saludó una cara conocida:

 

--¿Éste es tu regreso, lindura?- se mofó el rico banquero Balder Bronson, haciéndolo sentir desnudo con su mirada lujuriosa- Tienes muy buen aspecto. No puedo culpar a Thor por haber vuelto contigo.

 

Loki se puso colorado, y no dijo nada. Nunca le había gustado Balder, un amigo de la infancia de Thor, compañero de colegio. Por su parte, Thor estaba hablando por teléfono, rodeado de hombres con laptops y expresiones de ansiedad. El magnate levantó la cabeza cuando lo vio llegar. Con un traje oscuro, camisa de rayas y corbata azul de seda, estaba guapísimo. Sus ojos se encontraron y Loki esquivó su mirada, deteniéndose en seco. Todo el oxígeno de la atmósfera parecía haber desaparecido.

 

Thor se quedó admirándolo. Dio por hecho que todos sus ejecutivos se quedaran boquiabiertos como adolescentes al verlo, pues Loki era de una belleza cegadora. Su brillante cabello azabache enmarcaba su hermoso rostro. La reluciente tela plateada junto con la verde camisa resaltaba su delgada y esbelta figura, pero no tanto como sus enigmáticos y preciosos ojos. Ante aquella visión, el deseo volvió a apoderarse de él. Al mismo tiempo, se percató de que no era el único que disfrutaba viendo su figura dentro de ese ajustado traje. Se maldijo por su falta de juicio y su expresión se endureció cuando descubrió que Balder también lo miraba embelesado. ¿Qué había sido del respeto a la pareja ajena? Con aire agresivo, le lanzó una afilada mirada de advertencia y su amigo palideció.

 

Tras acercarse al ojiverde, Thor pasó un brazo por su cintura y lo condujo fuera de la habitación, seguido de su guardaespaldas. Loki pudo sentarse en un reservado junto a la pista de baile y además beber champán. Eso lo mantendría ocupado y estaría menos a la vista. Thor recorrió con los dedos la columna vertebral de Loki, a través de la tela. Hubiese deseado que el ex modelo estuviera desprovisto de aquella prenda, así podría acariciar directamente su blanca y sedosa piel palmo a palmo.

 

--Estás sublime…

 

Su caricia hizo estremecer a Loki. Sus tetillas respondieron y sus delicados pezones se endurecieron. El profundo y hambriento tono de la voz de Thor hizo que le flanquearan las piernas.

 

--Si no estuviera en medio de una reunión importante, te llevaría a casa ahora mismo, bello piccolo- añadió, en un ronco susurro.

 

Parecía que nada había cambiado. Rico hasta la médula, Thor seguía invirtiendo su tiempo y su dinero en hacerse más rico y todavía no había nacido la persona capaz de distraerlo de los negocios. Era un completo adicto al trabajo.

 

--¿Qué me has llamado?- preguntó Loki mientras Thor lo ayudaba a sentarse.

 

--Bello muñeco…

 

Thor paseó el dedo índice con suavidad por el muslo del ojiverde, que se sobresaltó, como respuesta.

 

--Esto es lo que me recuerdas con este traje. Es muy, muy sexy…pero no demasiado apropiado para llevarlo en público.

 

--Lo has entendido- señaló Loki apretando los dientes, sin que el otro llegar a oírle.

 

Mientras les servían una copa de champán, Thor se levantó de nuevo.

 

--¿Adónde vas?- exclamó Loki sin pensarlo.

 

--No puedo llamar por teléfono desde aquí…- rió Thor, encogiéndose de hombros con la gracia que acompañaba a todos sus movimientos, apuntando hacia los altavoces- Diviértete. Volveré enseguida.

 

--¡No te preocupes, encontraré algún tipo de compañía! No lo dudes- exclamó Loki, sin medir sus palabras.

 

Thor le dirigió una mirada fulminante.

 

--¿Es una broma?- le gritó, tan alto que Volstagg frunció el ceño sorprendido, a unos metros de distancia.

 

--Sólo quiero decir…para hablar…bailar…

 

--No y no- replicó Thor con fiereza- No hables, no bailes con absolutamente nadie, que no sea yo, ¿entendiste? Ah, y mucho menos…no coquetees. Un solo gesto en esa dirección y tendrás problemas. No te daré segundas oportunidades. ¡No quiero pillarte ni siquiera mirando a otro hombre!

 

Atónito por aquella advertencia y el reproche en su mirada, Loki tuvo que tomar una rápida bocanada de aire para calmarse y mantenerse bajo control. A punto de explotar, se echó hacia delante sin pensar en lo que decía:

 

--¡Es mejor que le digas a Volstagg que me vigile muy bien!

 

Thor se sentó a su lado, con su seductora mirada lanzando llamas azuladas. Sus largos dedos le acariciaron el cabello.

 

--¿Sabes qué es lo que realmente me gustaría hacer ahora?- murmuró- Me gustaría llevarte al apartamento, tumbarte sobre mi cama y enseñarte buenos modales.

 

Con la boca abierta y el color subiéndose a las mejillas, Loki se quedó mirándolo fijamente, paralizado. Aquella respuesta tan gráfica había pasado por encima de su orgullo herido y su actitud de desafío para recordarle con exactitud en qué se basaba su relación.

 

Lentamente, Thor volvió a levantarse y se alejó. Gracias a su comportamiento con Fandral Stevens, Thor pensaba que él no era una persona de fiar cuando había otros hombres a su alrededor. De hecho, debía de pensar que era una persona fatal. Una idea que al pelinegro no le hacía ninguna gracia.

 

De un trago, vació su copa un par de veces. El miedo a lo desconocido se había apoderado de él y luchaba por desterrarlo. ¿”Su cama”? ¿Se daría cuenta, su ahora actual carcelero, de que él no tenía ninguna experiencia en cuanto a las artes amatorias? No lo creía. Después de todo, Thor se había reído con sorna ante la posibilidad de que fuera virgen y Loki había leído en alguna parte que la mayoría de los hombres no sabían distinguir entre una mujer o un hombre inocente y uno experimentado. Un feroz orgullo volvió a encender sus pensamientos. Le pareció una buena salida hacer el papel de hombre fatal hasta el final. Rendirse ante Thor con la verdad sería ofrecerse en sacrificio, y aquel odioso tipo no se lo merecía. Quería que creyera que no le importaba ni le preocupaba lo que el magnate hiciera o dijera. La indiferencia sería su armadura, se dijo a sí mismo, febrilmente.

 

Cuarenta minutos después, Thor rompió con el hábito de toda su vida y delegó su celular a uno de sus empleados. Volvió a su mesa para sentarse junto a Loki. Pasó un brazo por su espalda. Sus amigos famosos comenzaron a sentarse a su alrededor, pues el rubio siempre era el foco de atención. Nervioso y tirante, Loki trató de evitar todo contacto visual. Thor saludó a los presentes e intercambió los comentarios acostumbrados, pero en ningún momento hizo ningún intento de presentarlo. Nadie se atrevió a romper su reserva.

 

--¿Por qué te comportas como si yo no estuviera aquí?- lo interrogó el ex modelo, con voz susurrante.

 

--Que estés conmigo es asunto mío y de nadie más- afirmó Thor con frialdad.

 

--Odio que me miren así- murmuró de nuevo el ojiverde, preguntándose si lo observaban por ser el famoso modelo y ladrón. Lo puso en duda, ya que todos los allí presentes eran mucho más famosos que él. De todos modos, la tensión lo hizo estremecerse y apretarse contra el rubio como si fuera un animal enjaulado.

 

--Acostúmbrate. Eres tan hermoso que podrías parar el tráfico. Y estás “ahora” conmigo.

 

Thor nunca había señalado que le gustara su aspecto y, antes de darse cuenta, se oyó susurrarle:

 

--¿Realmente crees que soy hermoso?

 

--¿Por qué si no ibas a estar conmigo?

 

Su gozo se evaporó al instante ante aquella cáustica respuesta.

 

--¿Podemos bailar?- dijo después el ojiverde, cambiando de tema.

 

--Yo no bailo.

 

Un empleado le hizo una seña desde su sala privada y, soltándolo, se levantó.

 

Poseído por los nervios sin su presencia, Loki se dedicó a beber más champán. Thor lo había comprado como un entretenimiento, un regalo a su ego. Él ponía las reglas, con la misma facilidad con que intentaba llevárselo a la cama. Un furioso sentimiento de rebelión se apoderó de Loki. No podía ni hablar ni bailar con nadie. Lo había colocado en un florero y lo había abandonado como a un paraguas en un día soleado. Pero no había dicho nada respecto a bailar solo, ¿o sí? ¿Por qué tenía que esconderse? Estirando su espalda, se levantó. Se le iba un poco la cabeza y, por un momento, tuvo que agarrarse a la mesa para no caerse. ¿Cuánto champán habría bebido? Echando la cabeza hacia atrás, tomó aire y se dirigió a la pista.

 

Diez minutos después, llegó Thor y se encontró con que Loki no estaba en su sitio. Su ceño rubio se frunció, sin dar crédito, cuando vio a Loki  bailando solo y el foco lo iluminaba sobre la pista. Dejándose llevar por la música, el hermoso pelinegro giraba con los ojos cerrados, con el cabello al aire como una cortina oscura y su cuerpo divino siguiendo el ritmo. Estaba impresionante. Tanto los hombres como las mujeres del club lo miraban con la lengua fuera y eso no le gustaba. Sintió deseos de sacarlo de la pista y llevárselo a casa. Un instinto de hombre de las cavernas afloró en él, dejándolo perplejo.

 

Cuando Loki abrió los ojos y lo vio, su reacción fue inesperada. De alguna manera, el complicado barullo de emociones que Thor provocaba en él explotó en una corriente de excitación pura. Lo había amado una vez, recordó. ¿No sería más sabio disfrutar al máximo de la situación? Se sintió confuso y su cuerpo se puso tenso. Una sinuosa ola de calor serpenteó en su pelvis, para hacer de la concentración algo imposible.

 

Sin pensarlo dos veces, Thor se lanzó a la pista.  Sus manos se cerraron alrededor de la elegante curva de las caderas del pelinegro, reclamándolo. Loki echó hacia atrás la cabeza, con su rosada boca entreabierta, expectante. Deseaba que lo besara. Nunca había deseado tanto algo como aquel beso. El imponente rubio le respondió con una peligrosa sonrisa, liberándolo por sorpresa de entre sus brazos con un ágil movimiento de baile. Contrariado, Loki trató de seguir el ritmo de sus pasos, pero le faltaban precisión y rapidez. De hecho, fue un gran alivio cuando Thor lo tomó de las manos para sacarlo de la pista.

 

--Es hora de irnos, bello mio- susurró.

 

 

CONTINUARÁ….

Notas finales:

Bueno espero que hayan disfrutado con este nuevo capítulo. ¿Será que al fin Thor tendrá en su lecho a nuestro bello pelinegro? Después de todo, éste está un poco alcoholizado, ¿no? Pobre, no pudo con tanto trato posesivo que se tuvo que emborrachar jajajajaja.

 

En el próximo capítulo ya sabrán lo que pasará. Estará muy interesante, se los aseguro. Decidí actualizar todos los miércoles, así que ya saben que día leer la historia. En verdad agradezco su apoyo y espero que lo sigan haciendo. Sus comentarios en verdad son un aliciente para darle con todo a la historia. Nos vemos la siguiente semana y tengan unos bonitos días. Bye bye.


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