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"Comprado para su placer" por Kaoba 207

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“CAPITULO TRES”

 

 

 

En pocos minutos, el teléfono de Loki sonó.

 

--Loki...- murmuró Thor con suavidad, saboreando cada letra.

 

--Necesito que repongas el dinero rápidamente, para que la organización de caridad retire los cargos cuanto antes. ¿Puedes hacerlo?- le preguntó, con el corazón latiéndole a toda velocidad.

 

--No hay problema. ¿Está tu visita a la comisaría detrás de ese repentino cambio de opinión?

 

--¿Importa eso?

 

--No. Ganar es lo importante- repuso Thor, sin dudarlo- Pero no podemos dar por hecho nuestro trato hasta que no resolvamos algunos detalles finales.

 

Restregándose las lágrimas de humillación que llenaban sus ojos, Loki se aferró al auricular como si estuviera colgando de un precipicio.

 

--¡Eso no es lo que dijiste esta mañana!

 

--Debiste escucharme mejor. Podemos resolver las formalidades necesarias mañana. Tendrás que venir a Londres.

 

--¿Qué formalidades? ¡Ahora pones todo tipo de condiciones!- protestó, apartándose con mano temblorosa el cabello mojado de la cara. ¿A qué rayos se refería con eso de “formalidades”?

 

--Sí.

 

--Pero no es necesario. Puedes confiar en mi palabra- replicó Loki con los dientes apretados, temeroso de que, si no se reponía el dinero pronto, su madre podía ser arrestada.

 

Al otro lado del teléfono, Thor esbozó una sonrisa sardónica. ¡No daba crédito a lo que escuchaba! Aquél era el hombre que, estando bajo su mismo techo en calidad de pareja, se había fugado con otro hombre. El mismo hombre acusado de defraudar casi un cuarto de millón de euros a una organización de caridad. Además, recordó con rabia, pues era famoso por su astuta inteligencia, cómo en un principio lo había tomado por un agraciado e inocente chico de provincias. Era único fingiendo. Si Thor hubiera sido del tipo de hombre sensible que va por ahí abrazando a los árboles, se habría quedado impresionado el día que Loki se descalzó para pasear por el jardín de su azotea y le confesó que echaba mucho de menos el campo. Loki era una verdadera caja de sorpresas, se dijo así mismo.

 

--Me encargaré de que te vayan a buscar y te traigan a Londres mañana temprano. No metas muchas cosas en la maleta. Yo te compraré ropa nueva. Cierra bien la puerta y despídete de tus vecinos- le recomendó Thor- Si llegamos a un acuerdo, no volverás hasta dentro de algún tiempo.

 

Con los ojos abiertos de par en par, Loki sacudió la cabeza.

 

--Pase lo que pase, debo regresar aquí. Tengo esta casa alquilada y debería empaquetar mis cosas y organizarlo todo…

 

--Mis empleados se encargarán de todo eso.

 

--Pero tengo parientes aquí…y si voy a irme quiero verles antes.

 

--Te daré una semana después de mañana, eso es todo.

 

Loki tomó aliento. La conversación le había resultado irreal. Si le decía lo mucho que lo odiaba, por supuesto, Thor querría saber el por qué. Después de todo, en apariencia, lo había abandonado por otro hombre delante de sus narices. Por lo que Thor sabía, no había ninguna razón en particular para que él no le gustara. Thor, por otra parte, debía de sentir que estaba totalmente justificado despreciarlo.

 

--No puedo creer que sea esto lo que quieres…deberías odiarme.

 

--Mis sentimientos son asunto mío- respondió el magnate, con un tono frío.

 

Loki se sintió helado. Tenía la ropa mojada y tiritaba. Ese hombre quería vengarse. ¿Qué otra cosa podía ser si no? Cuando había dejado su casa de campo en compañía de Frandal Stevens, Loki se había propuesto dejarlo en ridículo. Parecía que había llegado el momento de pagar por aquello.

 

 

****

 

 

El día siguiente a las siete de la mañana, un chofer llevó a Loki a un aeródromo privado a las afueras. Allí embarcó en un helicóptero que llevaba el logotipo Rojo y oro del imperio Odinson. Un par de horas después, aterrizó en un helipuerto en lo alto de un edificio de oficinas, y fue escoltado hasta un gran despacho vacío en el piso de arriba. Al llegar, se alisó una arruga en la manga de la chaqueta negra ajustada que había combinado con una camisa verde y unos pantalones plisados.

 

--El señor Odinson está en una reunión- le informó un hombre joven que vestía un traje de chaqueta impecable.

 

Cuando su asistente personal regresó, un poco sonrojado, y movió la cabeza afirmativamente, Thor supo que Loki había llegado y que ya estaba ejerciendo su poder habitual de seducción sobre el sexo masculino. Estaba muy ocupado. El pelinegro tendría que esperar. Por supuesto, Loki había llegado a la hora prevista porque él se había encargado de arreglar su traslado, se dijo, recordando lo mucho que le había enojado en otro tiempo su falta de puntualidad. No le gustaba que le hicieran esperar. Incluso en su primera cita, el modelo había llegado tarde. Al llegar, sin embargo, había electrizado a todos en el restaurante con su belleza, acercándose a él con una amplia sonrisa de disculpa que le había hecho olvidar su enojo.

 

Mientras escuchaba a sus ejecutivos hablar de negocios y números con una velocidad y precisión que siempre habían mantenido la atención de su mente matemática, Thor se sorprendió divagando sobre qué llevaría puesto Loki. Un segundo después, se levantó y ordenó un descanso, para salir de la sala de juntas hacia el despacho de al lado.

 

Con el sol bañando su lisa melena azabache, sujeta con un pasador, Loki se giró desde una enorme ventana que ocupaba toda una pared. Su cara, con anchos pómulos y boca aterciopelada, estaba presidida por unos ojos tan verdes como los bosques más frondosos en primavera, los cuales se concentraron en la entrada de Thor, con el corazón latiendo aceleradamente. La tensión le subía como una válvula a presión. Debajo de su aprensión, Loki sentía una ola de excitación que lo confundía. Cada vez que lo veía, su cuerpo respondía de una forma exagerada que lo asustaba y tenía dificultades en aceptar.

 

Thor estaba espectacular, vestido con un traje de saco azul que remarcaba unas anchas espaldas, caderas estrechas y unas piernas largas y fuertes. Él era muy apuesto, siempre vestido de manera espléndida e inmaculada. La luz dibujaba brillos dorados tanto en sus ojos azules como en su rubia cabellera. Sin duda, tenía los ojos más hermosos que Loki había visto en su vida, reconoció reacio para sus adentros.

 

El silencio pesaba y el pelinegro echó hacia atrás la cabeza, levantando la barbilla.

 

--Aquí me tienes, como ordenaste.

 

--Sí. Me gusta tenerte aquí- respondió el otro, con suavidad.

 

Loki había intentado molestarlo con su comentario, sin conseguirlo. Además, algo en la entonación de Thor hizo que le subieran los colores. Tenía la terrible sospecha de que él estaba disfrutando con la situación. Por si fuera poco, lo estaba observando con la incisiva atención de un halcón. Cuando lo recorrió con la mirada, Loki pudo sentir cómo el pulso se le aceleraba en cada parte de su cuerpo. Bajo su fina camisa de algodón, las puntas de sus pezones se endurecieron.

 

--¡No puedo creer que quieras seguir adelante con esto!- le dijo sin aliento.

 

--Cada vez que te miro, sé que voy a seguir adelante con esto- replicó el magnate.

 

--Pero no tiene sentido…

 

--Para mí tiene todo el sentido del mundo, bello mio. Te deseo.

 

--¡Pero yo no te deseo, no deseo esto, y no puedo fingir que es de otra manera!

 

Thor se aproximó a él.

 

--Si yo creyera que eso es cierto, no estarías aquí.

 

--¡Créelo, maldita sea!- gritó el ex modelo, enojado por la dificultad que sentía para hablar y porque todos sus mecanismos de defensa le estaban avisando que se batiera en retirada.

 

--Teniendo en cuenta que soy tu tabla de salvación, ¿no deberías esforzarte por convencerme de que eres exactamente lo que quiero y necesito?

 

Thor tenía toda la razón y el ojiverde se revolvió en una mezcla de miedo y desagrado. Thor era su única esperanza. ¿Qué pasaría si se ofendía o si cambiaba de idea? ¿Qué pasaría con su madre entonces?

 

--Loki…

 

--¿Qué?

 

Thor estaba tan cerca, que Loki habría podido tocarlo con un brazo extendido. Su concentración se esfumó. El aire llevaba un ligero aroma de colonia masculina y su pulso se aceleró tanto, que apenas podía respirar.

 

Thor lo tomó con mano firme entre sus brazos.

 

--Ésta es la razón por la que voy a salvarte- entonó con voz ronca.

 

Los músculos de Loki se tensaron. Sabía que era perverso, pero cuando miraba el atractivo rostro del rubio, algo salvaje se apoderaba de él y hacía inútil cualquier intento de resistencia. Thor tomó su mentón con una mano y puso su hambrienta boca sobre la de Loki con una dulce sensualidad. Con la otra mano, lo agarró de la cintura en un fuerte abrazo. Loki no pudo evitar que se le escapara un gemido sofocado ante los excitantes movimientos de esa devoradora lengua. Un rio de oscuro placer lo invadió. De pronto, sus piernas parecían de gelatina, su respiración era muy rápida y tuvo que agarrarse de Thor para mantenerse de pie.

 

Thor lo levantó del suelo y lo depositó sobre su escritorio. Le soltó el cabello y echó su cabeza hacia atrás para tener mejor acceso a su blanco cuello. Cubrió sus párpados y sus mejillas de pequeños besos que lo hicieron desear enroscarse como un gatito rogando por más caricias. Lo mordió en el cuello y probó su suave piel con los labios y con la lengua, deteniéndose en los puntos más sensibles, haciéndolo estremecer. Tumbándolo sobre su brazo con una facilidad increíble, apartó su camisa verde para recorrer con los dedos su torso tembloroso y colocar la mano sobre un pequeño y sonrosado pezón. Su columna se arqueó como si lo hubiera recorrido una corriente eléctrica. Cuando comenzó a estimular su pezón con el dedo pulgar, el ojiverde no pudo evitar gemir, víctima de un placer desmesurado. El sonido de su propio grito contenido lo catapultó de vuelta a la realidad.

 

--Por todos los Dioses…¡no!- gritó, separándose del mayor y lanzándole fuera del escritorio con tal pánico, que su cuerpo se desequilibró y cayó de rodillas sobre la alfombra.

 

Thor le ofreció la mano para levantarlo, pero él se incorporó sin ayuda, separándose aún más. Estaba tan conmocionado como si hubiera sufrido un accidente y sentía su cuerpo pesado y torpe. Y dolorosamente frustrado.

 

--Pero Loki…..podrías haberte roto el tobillo.

 

Thor lo observó con intensidad y una mirada de desaprobación.

 

Loki se sintió todavía más afectado por el sutil cambio en el comportamiento del magnate. De pronto, el tono de Thor se había vuelto más íntimo, más posesivo.

 

--¿Por qué eres tan caprichoso? ¿A qué juegas? Si crees que el papel de “virgencita pudorosa” es sexy, olvídalo, no funciona.

 

--¡No estoy juagando, imbécil!- una sensación se vergüenza lo inflamó.

 

Loki rechazaba ser tocado por ese hombre, pero, al mismo tiempo, disfrutaba en extremo cada una de sus caricias. El deseo era su peor enemigo, dispuesto a traicionarlo a cada momento. Loki no podía ganar la batalla, ni tampoco quería hacerlo, dadas las circunstancias. De repente, se sintió encerrado en una mazmorra con paredes de acero.

 

--¡No puedo hacer esto…no puedo, maldita sea!- le pidió, pálido como el papel.

 

Maldiciéndose por haber ido demasiado rápido, aunque no tenía idea de qué era lo que lo había puesto tan nervioso, Thor colocó una silla a su lado y lo invitó a sentarse, haciendo como si no hubiera escuchado. Involuntariamente tranquilizado por su tono educado y seguro, Loki se hundió en el asiento, tratando de poner fin a sus agitados pensamientos y recuperar la compostura.

 

--Éste es el acuerdo de convivencia que me gustaría que firmaras- dijo Thor, tendiéndole un documento.

 

--Es un…¿qué?

 

--Un acuerdo de convivencia. Nunca he vivido con un hombre antes y debemos evitar todo malentendido respecto a la naturaleza de nuestra relación. Sólo define nuestro arreglo en los términos más sencillos posibles, dándole un carácter de negocio más que algo personal. Según el documento, el dinero que voy a devolver de tu parte a Happy Smiles será tu salario por ser mi asistente privado durante un año. Tienes suerte de que no incluya la donación que les hice aparte de tu deuda.

 

--¿Tú…”asistente”?- preguntó Loki, que no estaba preparado para escuchar lo que le estaba diciendo ese desagradable hombre.

 

--Me parece una etiqueta adecuada….

 

Los ojos de Loki se abrieron con estupor, mientras su sensación de irrealidad crecía.

 

--¿Me estás ofreciendo un contrato de trabajo?

 

--Nadie que trabaje para mí gana tanto dinero- repuso el magnate con una cínica sonrisa.

 

Loki se puso rojo, luego blanco, y se concentró en el tercer botón de su chaqueta para poder hablar.

 

--Me someto a tus demandas de forma voluntaria...Y creo que no es necesario atarme con un contrato escrito, con cláusulas y condiciones.

 

--Yo creo que sí lo es. Tu palabra no vale nada aquí.

 

--Me parece que estás decidido a hacer que este asunto sea lo más humillante que puedas, ¿verdad?- consiguió decir el ojiverde, luchando para contener las ganas de partirle la cara.

 

--No se trata de eso. Creo que es importante que sepas exactamente en qué posición estás respecto a mí. Si rompes el acuerdo, tendrás que devolverme el dinero.

 

Loki se sintió abrumado y encabronado al mismo tiempo.

 

--¡Pero eso sería imposible! ¿Crees que estaría aquí ahora si tuviera una alternativa?

 

--Lo sé. Pero quiero asegurarme tu lealtad.

 

--¿Mi…lealtad?- cuestionó él, apretando el grueso documento entre sus manos y tratando de comprender a qué se refería.

 

--Tu fama en ese punto no es muy buena- replicó Thor con ojos burlones- No es por nada, pero, dime, ¿estuviste acostándote con Fandral Stevens todo el tiempo que salimos juntos?

 

Loki enrojeció.

 

--¿Cómo puedes preguntarme eso? Por supuesto que no…No pasó nada….

 

--Nunca me gustaron los cuentos de hadas- lo interrumpió secamente, sin poder evitar que los labios de Loki capturaran su atención- Debemos ponernos manos a la obra, rápido. Tengo que volver al trabajo.

 

Loki se mordió el labio al escuchar su tono de rechazo.

 

--Te he pedido una cita con un abogado para que puedas recibir consejo legal de una tercera persona. Si decides firmar, hazlo antes de las tres de esta tarde. A esa hora, serás llevado de vuelta a tu casa en un avión privado. Una limusina te espera abajo para llevarte al abogado. ¿Alguna pregunta?

 

Loki se sintió intimidado por su insensible desapego.

 

--Dijiste algo de un año. ¿Es lo que esperas que dure el acuerdo?

 

Thor se encogió de hombros.

 

--Un día, una semana, un mes…Un año es una fecha límite para ti, no para mí. Si sigues conmigo por entonces, y lo dudo mucho, serás libre para renegociar los términos de nuestro trato.

 

Loki no dio crédito a lo que oía. Lo humilló su empleo de aquella horrible palabra, “renegociar”. ¿Acaso Thor tenía una opinión tan mala de él que asumía que no tenía problema alguno en aceptar dinero a cambio de sus favores sexuales? Pero el hecho de irse con Fandral Stevens le había dado esa impresión y Loki era el único culpable. Se recordó a sí mismo que, a pesar de ello, aún estaba a tiempo de contarle la verdad o, al menos, una parte de la verdad.

 

--¿Puedo decirte algo? ¿Me escucharías?

 

Consciente de que el ex modelo iba a hacerle una petición de última hora, Thor endureció aún más su corazón, para blindarse contra su engañoso atractivo. Con su hermosa cara y su esbelta figura, Loki era la fantasía de cualquier hombre o mujer. Además, con su aspecto de vulnerabilidad y de tener un alma profundamente orgullosa pero a la vez sensible, se convertía en un arma letal. En aquel momento, sin embargo, no estaba dispuesto a morder el anzuelo y caer en su trampa.

 

--Tienes un minuto- dijo tajantemente, tras consultar su reloj Rolex.

 

--Sólo creo que debería advertirte de que no soy lo que tú crees…- Loki titubeó, pues le costaba encontrar las palabras adecuadas- Esperas a un hombre con mucha más experiencia que yo. Dudo que sea lo que estás buscando.

 

--Eres exactamente lo que estoy buscando, y no te queda otra salida. No me molestes más con tonterías, bello mio. ¡Sólo te falta jurarme que eres virgen e inmaculado!- se burló Thor.

 

Loki se quedó rígido, sus ojos verdes en contraste con los colores que incendiaban sus mejillas.

 

--¿Y qué si lo soy?

 

Thor echó la cabeza hacia atrás en un gesto arrogante y rió cínicamente.

 

--¡Te puedo asegurar que, si eres virgen, me casaré contigo!

 

--¿Ah, sí? ¡Te puedo asegurar que no me casaría contigo aunque fueras el último hombre sobre la faz de la Tierra!- le espetó el ojiverde con ferocidad mientras abría la puerta para salir- ¿Me has oído, Thor Odinson?

 

Esperando al ascensor, Loki fue consciente de que un grupo de ejecutivos lo observaba y cuchicheaba en el pasillo. ¿Sospechaban que podría ser la nueva adquisición de Thor Odinson? Su atractiva cara enrojeció de nuevo y sintió un retortijón en el estómago. Loki le había dicho cosas que no pensaba porque Thor se había reído de él y lo había hecho sentir como un idiota. Por supuesto, ese maldito hombre nunca se casaría con él, ni siquiera se lo pediría. Los hombres como él no se casaban con otros hombres a los que podían comprar ni con hombres a los que despreciaban con intensidad, pensó. Aunque, Loki recordó con dolor, cuando estuvo saliendo con Thor, había soñado con lo imposible.

 

 

CONTINUARÁ….

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado el nuevo capítulo de hoy.

Quiero brindarles una sincera disculpa por mi infantil comportamiento al anterior capítulo. Con que leen la historia me basta, ya lo comprendí, o me hicieron comprenderlo. Pero no está de más recibir uno que otro RW, ¿no lo creen así?…incentivan mucho más a las escritoras. Amo tanto a la pareja que no podría dejar colgada esta romántica historia de amor. Así que la finalizaré cueste lo que me cueste. Gracias por su comprensión.   

Recuerden que esta historia está realizada con mucho cariño para todas aquellas amantes del Thorki. Espero la sigan apoyando. Agradezco los comentarios anteriores, gracias chicas.


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