Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ceder por parku

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ceder.

 

 

Decir que Luhan no me provocaba nada era una mentira. Desde que lo había visto entrar a la sala de canto por primera vez y demostrar su dulce voz frente a todos, no había dejado de pensar en él. Tuve la suerte de congeniar inmediatamente y muy bien con él, haciéndonos bastante cercanos desde el segundo cero.

Luhan era perfecto. Era tierno y masculino, su rostro sumamente expresivo y su voz levemente profunda. Podía cantar como un ángel y ser sexy y ardiente como el infierno cuando bailaba. Me seguía los caprichos pero sabía mantener su postura cuando quería. Sabía que él no haría nada que no deseara, pero a su vez gustaba de probar cosas nuevas cuando le proponía algo.

Luhan era todo lo que quería en mi vida. Ya hacía tiempo que lo conocía y quería o más bien necesitaba dar el siguiente paso. Aún no reunía la valentía suficiente para hacerle saber mis sentimientos, pero al menos podía estar con él mucho tiempo. Siendo los únicos solteros del grupo solíamos quedar a un lado con facilidad.

Hacía poco más de dos semanas los últimos integrantes de la banda que conformaríamos con nuestros amigos habían ingresado. Eran dos chicos muy simpáticos que resultaron ser pareja: JongDae y MinSeok.

Finalmente nos rebelaron que seríamos parte de Exo. Estaban apostando fuerte a este proyecto y nos tenían a los doce trabajando duro.

 

***

 

Miré a BaekHyun y ChanYeol tomarse de las manos mientras salían de la sala de música y sonreí. Habían pasado las suyas hasta que finalmente se permitieron estar juntos. Era muy feliz por mis amigos, sabiendo que ChanYeol se lo merecía más que nadie. Era uno de mis mejores amigos desde que era pequeño, el otro era Jongin.

Decidí hacer algo de tiempo practicando algo de piano, cosa en la que no era muy bueno. Para ser sincero lo que mejor se me daba era el baile.

Posicioné mis manos como yo creía que iban, sintiéndome torpe e inexperto. Definitivamente los instrumentos no eran lo mío.

Un escalofrío recorrió fuertemente mi espina cuando unas fuertes manos se apoyaron en mis hombros. Se deslizaron, creando una sutil pero firme caricia en mis brazos hasta mis manos, apoyando y acomodando mis dedos en la posición correcta sobre las teclas del piano.
- Así van las manos, Sehunnie- susurró Luhan, con su rostro a un lado del mío. Sentía su pecho tocando mi espalda, sus masculinas manos sobre las mías, su mejilla rozando la mía y todo lo que veía, sentía y olía era Luhan. Mareado y, estaba seguro, sonrojado hasta las orejas, moví levemente mi rostro para mirarlo, soltando un leve sonido inidentificable ante tanta belleza.
- ¿Sabés tocar?- murmuré. Para mi disgusto por la repentina falta de calor, pero aliviado de poder volver a pensar con claridad, Luhan se movió hasta apoyar su cadera contra el piano y me miró, cruzado de brazos.
- En realidad no mucho- sonrió divertido -¿Vamos por un té de burbujas?
- ¡Sí, hyung!- exclamé con tal vez demasiada emoción. Luhan y té de burbujas. Mis dos cosas favoritas juntas, estaba seguro de que iba a ser una tarde estupenda.

 

***

 

Mientras saboreaba feliz mi té de burbujas de chocolate y las ”burbujas” en él, Luhan ya sorbía ruidosamente el final de su bebida. Lo miré curioso cuando noté que su vaso estaba vacío de líquido pero lleno de las deliciosas bolitas. Entonces me di cuenta de que su sorbete era de tamaño normal. No había manera de que las burbujas pasaran por ahí. Sonrió y atinó a pararse, siendo detenido rápidamente por mí.
- ¡Hyung! ¿Qué hacés?- me miró extrañado y movió el vaso de plástico frente a mi rostro.
- Ya lo terminé, voy a tirar el vaso- explicó con una ceja levantada.
- ¿Qué? Hyung, ¿cómo vas a desperdiciar esas deliciosas bolitas?- rió con lo que me pareció ternura.
- No me gustan… se sienten raras al morderlas…- miró su vaso y luego a mí -¿Las querés?- extendió su brazo y me ofreció.
- Sí, hyung- acepté su regalo gustoso, sintiendo una corriente en mi mano cuando nuestros dedos rozaron levemente. Luhan se volvió a sentar, mirándome tomar de mi té y ocasionalmente robar alguna de las burbujas del segundo vaso.
- Te gusta mucho, ¿no?- sonreí feliz y me relamí los labios, sintiendo el dulce sabor del té antes de responder.
- Me encantan- su mirada se mantuvo en mi boca luego de mi anterior acción más tiempo de lo que consideré normal y me concentré tímidamente en mi bebida, fingiendo no haber notado eso.

 

***

 

Una tarde saliendo de la empresa con Luhan, decidimos caminar un rato para despejarnos después de un duro día.

Pasamos por un lugar que se notaba que estaban terminando de pintar la pared del exterior, porque habían dejado la escalera y varios tarros de pintura con rodillos y pinceles.

Charlando con Luhan ignoré por donde caminaba hasta que él me detuvo con una expresión alarmada en el rostro.
- ¿Qué pasa, hyung?- quise saber, sorprendido. Luhan miró algo atrás y arriba mío y luego a mí.
- Da mala suerte- explicó y me di vuelta para mirar lo que llamaba tanto su desesperada atención: la escalera. –No pases por abajo, da mala suerte- aclaró y yo no pude evitar soltar una carcajada antes de mirarlo retadoramente y dar un paso más.
- No creo en esas cosas, hyung- dije bajo su atemorizada miraba mientras él me seguía de cerca por fuera del trángulo que hacía la escalera con la pared. –Pero igualmente gracias por preocup…- no pude terminar de hablar porque de golpe el suelo ya no estaba bajo mis pies cuando tropecé con uno de los tarros de pintura que no había visto por estar concentrado en Luhan. Cerré los ojos con fuerza para no ver el inminente golpe que nunca llegó. En lugar del suelo unos fuertes brazos me rodearon y una vez terminó el suave impacto, los abrí lentamente, mirando a Luhan de muy cerca debido a nuestra posición.
- Te dije…- susurró, mirándome intensamente a los ojos –Da mala suerte.
- Yo no lo creo así- susurré.
- ¿Qué?- frunció el ceño e hizo un tierno mohín con sus apetitosos labios. Los miré fijamente unos segundos y luego volví a mirarlo a los ojos.
- Esto no es mala suerte- aclaré y con suavidad me deshice del abrazo bajo su atenta y sorprendida mirada.

 

***



Así pasaron varias semanas, con pequeñas situaciones que yo aprovechaba para dejar entrever un poquito mis verdaderas intenciones, pero nada significativo. Era normal que atrapara a Luhan mirándome fijo durante las clases de baile, que me ayudara con las de canto y tenerlo cerca cuando salíamos todos juntos a cenar o a divertirnos. Su mirada siempre puesta en mí cuando creía que yo no lo notaba, la mía puesta en él cuando yo creía que no él no lo notaba. A veces me preguntaba si, como yo, en realidad sí sabía que me quedaba mirándolo como si de arte se tratara. No es como si él me mirara tan fascinado pero sí me miraba fijo y mucho.

Habíamos empezado una extraña rutina donde una nueva faceta suya había surgido. Una faceta caprichosa de cosas extrañas. Como una embarazada con antojos raros e inesperados.

Me había hecho comer pizza con ananá y mayonesa, hacer bungee jumping (en esa ocasión creí que no viviría para contarlo), aprender a tocar algunas melodías en el clarinete (¿Para qué? No era parte de los planes para la banda saber usar ese instrumento), me había pasado a buscar a las cuatro de la mañana para salir a correr antes de llevarme a comer un abundante desayuno con tocino, huevos, pancakes, café, jugo, tostadas y salchichas (yo solía desayunar únicamente café negro y él lo sabía), habíamos visto las películas antiguas más aburridas que podría haber elegido, y muchas cosas más que no me gustaban para nada pero aguantaba, con tal de estar con él. No podía negarle nada cuando me miraba con ese brillo en sus ojos y empezaba su oración con el ya conocido “Sehunnie~” que a esa altura empezaba a darme escalofríos de miedo por lo que se le hubiera ocurrido para hacer.

 

***

 

- Sehunnie…- susurró Luhan una tarde, me estremecí y lo miré casi con miedo. Habíamos estado practicando una coreografía los dos solos y la verdad era que nos salía bastante bien. Nos veíamos armoniosos bailando juntos. En ese momento descansábamos sentados en el suelo y bebiendo agua.
- ¿Sí?- lo miré, observando la mirada de perrito abandonado que me daba.
- Me duelen mucho las piernas de tanto entrenar. ¿Tenés algo para aliviar el dolor?- observé sus firmes piernas cubiertas hasta la mitad por un short de gimnasia y negué.
- Pero tengo una crema humectante…- admití y tragué fuerte antes de proponer lo siguiente –Si querés, puedo darte un masaje con eso- lo miré con vergüenza y él sonrió de una manera que encontré extremadamente sensual. Asintió, haciendo que su flequillo rebotara en su frente.

 

***

 

Intentando ignorar los sugerentes suspiros de placer que Luhan dejaba escapar, masajeé a consciencia sus pantorrillas, llegando antes de lo esperado a sus firmes muslos. Tragué fuerte, intentando mantener mi imaginación a raya, mis pobres y jóvenes hormonas me estaban gritando fuerte desde que había empezado con el masaje. Haciendo fuerza para no tirarme sobre él y comerle la boca a besos y dejar que mis manos toquen todo lo posible a su paso. Respiré fuerte por la nariz y Luhan, que hasta ese momento había estado con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, decidió posar su mirada en mi rostro.

Sentía la boca reseca muy frecuente por lo que no podía dejar de lamer mis labios con incomodidad y gusto. Porque todo lo que era correcto tocar, lo estaba disfrutando de una manera incorrecta siendo las piernas de mi supuesto amigo. Y no sería bien visto tener repentinamente una carpa en mis sueltos shorts. Gatitos, abuelitas, tetas, Gokú, Sakura Kinomoto, pensaba intentando distraerme, Kero, Syaoran Li… No, él es Chino como Luhan y tiene un extraño y tierno parecido con él… Volví en mí para ver a Luhan mirarme tan intensamente que me sentí desnudo. Desnudo y un poco excitado. Sin despegar mi mirada de la suya dejé de mover mis manos sobre su muslo.
- Gatitos…- susurré y enseguida me puse rojo al entender que lo había dicho y no pensado. Me miró divertido con una ceja levantada.
- ¿Gatitos?- quiso saber.
- Nada, no dije nada- apoyé mis manos en mis piernas con incomodidad mientras él se sentaba mejor.
- Gracias por el masaje, Sehunnie.- sacudió mi pelo y me sentí contrariado porque era un gesto que me agradaba pero lo sentía demasiado fraternal -¿Vamos a comer algo? ¿Qué te parece un salteado de salmón, cerdo, banana, lechuga y aguacate?- se me revolvió el estómago de sólo pensar en esa combinación. Respiré hondo: Todo fuera por cenar con él. Asentí levemente, pensando que podría cambiar el menú al llegar al lugar o al hacer las compras, dependiendo a donde fuéramos. Me paré, comenzando a recoger mis cosas  -¿Hasta cuándo vas a seguir aceptando mis estupideces sin quejarte?- preguntó de golpe y me paré en seco, girándome para mirarlo sorprendido.
- ¿Qué?
- Hace semanas te estoy proponiendo cosas al azar, algunas bastante desagradables, sólo para ver qué decís. Me sorprendí tanto cada vez que, a pesar de tu claro horror, aceptaste. La vez del bungee jumping fue la que más me sorprendiste. Y tuve real miedo de que te desmayaras.- se encogió de hombros. Un ojo me latió de puros nervios.
- ¿Me estás diciendo que ninguna de esas cosas horribles que me hiciste hacer o probar las querías realmente?- pregunté molesto. Luhan sonrió levemente y negó.
- Quería ver hasta dónde podías ceder. Hasta dónde yo podía pujar, pero veo que no hay manera de que te niegues… ¿Por qué? Pienso que porque ceder fue siempre tu costumbre.
- ¿Perdón?- por primera vez en mucho tiempo me sentía realmente molesto, mirándolo con los ojos abiertos sin poder creer su confesión. Me acerqué a paso rápido a él, apoyando una mano en mi pecho antes de seguir hablando -¡¿No pensaste que por ahí sí quería hacer esas cosas?!- exclamé y él se sobresaltó visiblemente. –No se trata de ceder únicamente.
- ¿Ah, no? ¿Entonces? ¿Por qué querrías hacer todo eso?- me preguntó, desafiante, con los brazos cruzados.
- Para estar con vos, idiota.- su boca se abrió y sus brazos perdieron su fuerza en el nudo que creaban –Si hacer algo que no me gusta hacer implica estar con vos, no me importa hacerlo.- declaré y me di vuelta, yéndome rápidamente del lugar, con vergüenza y enojo borbotando en mi interior.

 

***

 

Entré a las duchas, todavía sintiendo fuego en mi interior y mis manos. Fuego en mi interior porque estaba molesto con Luhan, y fuego en mis manos porque todavía podía sentir la tersa y firme piel de sus piernas. De esas piernas que no podía dejar de desear alrededor de mi cintura y cadera, preguntándome qué tan fuerte podían apretar mientras… sofocado más que antes, me quité mi remera y la dejé en un banco, buscando en mi casillero una toalla más que dispuesto a darme una ducha.

Antes de que pudiera siquiera dar un paso hacia el sector de las regaderas, un cuerpo se estampó contra el mío, haciéndome chocar bruscamente contra el bloque de casilleros con fuerza. Me quejé con dolor mientras me daban vuelta y, antes de insultar a la persona que casi me quiebra la nariz, unos carnosos labios tomaron los míos con desesperación. Abrí mis ojos grande, viendo las perfectamente curvadas pestañas de Luhan tan cerca de las mías, sintiendo su caliente boca insistiendo, buscando respuesta en mí. Con un intenso escalofrío cerré mis ojos y empujé mi lengua sobre sus labios, siendo recibido por su boca abierta. Era un beso ardiente como él cuando bailaba y dulce como él cuando cantaba. Desesperado como mis ganas de meses y desenfrenado como mis sentimientos por él. Lo tomé firme de la cintura y sus manos fueron a mi pelo, tirando de él varias veces antes de que rodee mi cuello con sus brazos. Con mucha lengua, choque accidental de dientes, mucho roce y apretados tanto como podíamos, era el beso más excitante que había recibido en mi vida. Luhan era perfecto besando también.

Casi sin ver lo guié a la zona de las regaderas y lo hice entrar en uno de los cubículos, cerrando las cortinas. Lo apreté contra una de las paredes y me agaché levemente para tomarlo de sus hermosas piernas y hacerlo abrazar mi cadera con ellas como había fantaseado minutos atrás. Luhan cortó el beso unos segundos, sin dejar de abrazarme y jadeó sobre mis labios al sentir contacto directo. El jadeo directo en mi boca me hizo sentir más calor.
- Sehunnie- ronroneó directo a mi oído. Bajé mis manos a su trasero y apreté al sentir su respiración golpear mi sensible cuello -¿Ya estás excitado?- depositó un beso con la boca cerrada en mi desnudo hombro.
- Ya estaba caliente de antes- confesé con voz ronca –Maldito, estoy seguro que sabías todo lo que me provocás antes de hacerme masajearte las piernas.- lo miré sonreírme de lado socarronamente y levantar una ceja sugestivamente, confirmando mis palabras antes de volver a besarlo con hambre y desesperación, presionando mi erección contra la suya.

Unas voces y unos pasos se escucharon dentro del baño y ambos paramos todo movimiento, sorprendidos y cayendo en la cuenta de que seguíamos en un lugar público. Luhan me golpeó el hombro haciéndome señales para que lo bajara, pero yo me sentía un poquito vengativo así que presioné nuevamente nuestras entrepiernas, mordiendo mi labio para acallar cualquier sonido y sintiendo las uñas de Luhan en mis hombros ante mi acción. Lo miré y él estaba con el ceño fruncido y sus dientes clavados con fuerza en sus labios. Volví a mover mi cadera para generar fricción, juntando nuestros labios y comiéndome sus jadeos cuando mantuve el movimiento, ambos siendo cuidadosos en no hacernos notar. En el segundo en el que sentí que volvíamos a estar solos, lo apoyé delicadamente en el suelo, sin despegarme de él más que para colar mi mano entre nuestros cuerpos y atendernos manualmente a los dos a la vez, sintiendo segundos después las de Luhan unirse a las mías para darnos placer hasta el final.

 

***

- Sehunnie…- susurró Luhan, abrazándome de atrás y hablando directo a mi oído. Después de terminar nuestro placentero encuentro, nos dimos una rápida ducha y salimos para cambiarnos por ropa limpia y seca. Hice un sonido de que lo escuchaba mientras terminaba de atarme los cordones –Creí que eras todo tierno, sonrisas, sonrojos y tés de burbujas… No me esperaba ese lado tan caliente tuyo- acarició mi oreja con su nariz, respirando directo ahí. Me estremecí y giré la cabeza para mirarlo de costado. Él aflojó levemente el abrazo para que fuera más fácil mirarnos.
- Es que me gustás mucho. No pude evitar parecer un animal en celo cuando sentí tus labios sobre los míos- él sonrió casi con orgullo. –Te quiero, Lu- agregué. Se inclinó levemente para darme un beso tierno y tranquilo en comparación a los que habíamos compartido antes. Ya no había enojo: No me importaba lo que sea que me había hecho hacer porque eso y la pelea en la sala de baile nos habían llevado a compartir ese maravilloso y caliente momento en el baño. Se separó levemente y nos miramos a los ojos, ya sin miedo a que el otro descubriera algo que ya se sabía.
- Yo también te quiero, Sehunnie- susurró y afianzó su abrazo nuevamente. Apoyé mi cabeza en su pecho, sintiéndome pleno y satisfecho. -¿Vamos por un té de burbujas?- preguntó, separándose del todo y yo me giré en el banco en el que estaba sentado para mirarlo y sonreír abiertamente.
- ¡Sí, hyung!- me paré de un brinco y lo abracé.
- Ahí está mi Sehunnie tierno- me sonrió y con un dedo me golpeó suavemente la nariz con ternura –Me encanta- ladeó su cabeza y me miró con curiosidad –¿Tal vez después de eso podríamos ir a mi departamento y terminar lo que empezamos en la ducha? ¿El Sehunnie caliente tal vez tenga ganas de salir a jugar de nuevo para ese momento?- solté una carcajada y afiancé el abrazo en su cintura con posesividad.
- Claro que sí- le di un beso lento y a consciencia con la boca abierta, sabiendo que a partir de ese día, iba a poder besar esos labios cuando quisiera. Feliz como nunca de ser correspondido por Xiao Perfecto Luhan. Me separé, apoyé mi nariz en la suya con ternura y nos sonreímos –Pero primero vamos por ese té… Y hoy también voy a comerme tus bolitas- y ambos soltamos una sonora carcajada ante el doble sentido.

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).