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The Bodyguard por Poffitoo

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Notas del fanfic:

Los personajes aquí mencionados no son de mi autoría, todos los derechos sobre ellos pertenecen a MARVEL.

Notas del capitulo:

¡¡El primer fanfic que subo en esta pagina, espero que lo disfruten!!

Todos los periódicos se hacían eco de la noticia: “Intento de agresión al multimillonario y filántropo Anthony Stark”.

 

-¡Por dios!, solo fue una estúpida discusión con un estúpido borracho- berreaba Stark, mientras tiraba con rabia el periódico sobre la mesa de su despacho.

 

- ¿Y la costilla rota y el ojo morado? -le recriminó Pepper a Tony.

 

Ese comentario hizo que el ojo morado de Anthony palpitará dándose por aludido y los vendajes sobre su pecho le aprisionaran, provocando que los recuerdos de la trifulca volvieran a pasearse por el cerebro de este. La mayoría de estos ya vagaban borrosos o tal vez desde un principio lo habían sido, que más daba, el filántropo tampoco es que quisiera recordar, aunque le fue inevitable hacerlo.

 

“”

 

Eran las cuatro de la madrugada. Ya había dejado de contar las copas y por alguna razón esta situación le era de todo menos desconocida. Para alguien como Anthony Stark estar borracho un Sábado por la noche no era una novedad pero en las últimas semanas… se le había ido de las manos.

 

Deambulaba de tugurio en tugurio hasta encontrar alguno lo suficiente sucio como para que le llamara la atención, esperando, allí, encontrar la emoción que había perdido su acomodada vida. Ya en forma de una hermosa señorita, capaz de vender su alma por un fajo de billetes, o de una trifulca, que le permitiera poner en práctica todas las técnicas de combate aprendidas a lo largo de los años en sus viajes alrededor del mundo. Se había sentado hacia horas en la barra esperando a que el universo actuara por sí solo. Pero parecía que aquella noche solo le deparaba una buena cogorza. La boca pastosa o los pesados parpados que trataban de cerrársele no hacían más que refutar los hechos. Decidió que por aquella noche ya había tenido suficiente “emoción”, y torpemente se encamino a abandonar aquel maldito local.

 

-¡Tú eres el friki ese que sale a todas horas por la tele!- chilló un borracho a sus espaldas.

 

-Ehh gilipollas, te estoy hablando a ti- Voceó el hombre cogiendo fuertemente a Tony por el hombro.

 

Y como si de un resorte se tratara, el puño del moreno salió disparado hacia la mandíbula de aquel hombre. Como se atrevía si quisiera a dirigirse a su persona, él era Tony Stark.

 

El multimillonario al ver como el individuo en sí, seguía con intenciones de continuar con aquella agradable conversación, aparto la silla a un lado y se preparó mentalmente para la batalla.  Aunque poco le sirvió, cuando un puñetazo aterrizo en su estómago dejándolo sin respiración y con lo que juraría que era algún hueso roto.

 

Intentando recobrar el aire, decidió que era hora de contratacar, así que como pudo,  embistió a aquel maldito borracho contra la pared de aquel tugurio sin darse cuenta de que había sido cogido por el cuello y un rodillazo se proyectaba hacia su perfecto rostro.  Aquello fue el colmo, nadie arruinaba su imagen… Empezó a disparar puñetazos a ton ni son hasta que fue cogido de improvisto de las muñecas por un hombre que se encontraba a su espalda.

 

Mierda… Había llegado su hora, cerró los ojos con fuerza esperando una paliza, pero solo fue arrastrado hasta el exterior del local.

 

La luces de neón le hicieron entreabrir los ojos, tardo unos segundos en acostumbrarse, ¿cuantas malditas horas había estado allí metido? Una figura frente a él le hizo volver a sus sentidos, era un hombre alto, rubio, ojos azules y complexión atlética.

 

-¿Qué cojones quieres?- preguntó Tony arqueando un ceja inquisitivamente.

 

-Un “gracias” para empezar no vendría mal-dijo el hombre cruzándose de hombros.

 

-¿Por?- sentenció el filántropo imitando el gesto del rubio.

 

-Por salvarte la vida- contestó el desconocido como si fuera lo más obvio.

 

-…Bueno…, no recuerdo haberte pedido ayuda-.

 

-Deberían mirarte esto- dijo el hombre ignorando por completo las palabras del moreno y depositando una mano sobre el ojo herido de este.

 

-¿Quién coño te crees que eres?- bramó el multimillonario apartando de un manotazo a aquel desconocido sintiendo al instante un gran dolor en el abdomen.

 

“”

 

 -¿Tony?

 

-¿Mmm?- balbuceó el multimillonario regresando a la realidad.

 

-Podrías tener al menos la decencia de escucharme cuando te estoy hablando.-resopló Pepper con hastía.

 

-Lo hago, y te prometo que no volveré a meterme en líos- contestó Tony con cara de cachorrito a la vez que alzaba la mano en gesto de promesa.

 

-No lo entiendes... Si te pasara algo... Nunca me lo perdonaría.-murmuró la pelirroja casi en un suspiro.

 

El filántropo se estremeció y se acercó con cautela a la mujer más importante de su vida y la abrazó, como si del objeto más valioso del planeta se tratara, sintió como la de ojos azules se escondía en su pecho y las lágrimas se hacían paso.

 

-Si algo me pasara... Tú protegerías el legado de mi padre de estúpidos como yo. – dijo con un tono de voz poco común en el de ojos marrones que demostraba la seriedad de la situación, al mismo tiempo que acariciaba con delicadeza los cabellos de Pepper.

 

El silencio se apodero del despacho del multimillonario y durante unos instantes los dos permanecieron en el centro de este, abrazados. Tony no pudo evitar preguntarse en qué momento de su vida hizo algo suficientemente digno como para merecerse el cariño de aquella mujer, a la que por más que quisiera no podía corresponder como ella merecía.

 

Aquel íntimo instante fue interrumpido finalmente por una de las secretarias de Pepper que tratando de encontrar a la pelirroja, buscó en el lugar más obvio.

 

-¿Señorita Potts?- preguntó picando a la puerta.

 

Virginia Potts dándose por aludida abandonó el abrazo de Tony y secó las lágrimas que aún surcaban su rostro.

 

-Sí, adelante.- respondió la pelirroja una vez recompuesta.

 

La joven secretaria entró en el despacho nada más escuchar la voz de la señorita Potts dándole permiso. Obvió el extraño ambiente que había entre el señor Stark y la pelirroja y se centró en hacer su trabajo.

 

-El señor Rogers ha llegado- anunció finalmente la mujer.

 

Tony no pude evitar notar el nerviosismo que se instaló en el rostro de Pepper y no dudó en averiguar sobre el tal Rogers.

 

-No sabía que tenías una cita- dijo con sorna el multimillonario.

 

-Si fuera una cita créeme que no la tendría aquí- respondió aún incomoda la vicepresidenta de Industrias Stark.

 

-¿Entonces?, no recuerdo tener ninguna reunión programada para hoy- presionó el moreno a su amiga para averiguar de qué iba aquello.

 

-Haga pasar al señor Rogers.- mandó Pepper a la secretaria ignorando a Tony, tratando de no prolongar más la situación.

 

No pasó ni cinco segundos cuando un hombre alto, rubio y atlético vestido de traje entró en el despacho.

 

-¿Qué demonios hace él aquí?- berreó Tony al reconocer de inmediato el hombre frente a él. Se trataba sin duda alguna del tipo que lo había sacado arrastras del bar la otra noche, seguía igual de atractivo que la otra vez pero eso no era el quid de la cuestión, aquel prepotente tío lo había llevado al hospital para después desvanecerse sin palabra alguna, el de ojos marrones no sabía ni si quiera su nombre.

 

-Bienvenido a Industrias Stark, señor Rogers.- Trató Pepper de imponer algo de seriedad a la situación volviendo a ignorar al multimillonario.

 

-Señorita Potts- correspondió el rubio con un apretón de manos a la pelirroja para luego dirigirse a Stark con la intención de otro apretón de manos que nunca llegó. –Señor Stark, mi nombre es Steve Rogers.-.

 

-¿Alguien me va explicar de qué va todo esto?- Soltó el filántropo de brazos cruzados cansado de que sus preguntas fueran evadidas.

 

-Como bien recordaras conociste al señor Rogers el otro día, el cual muy amablemente te llevó al hospital. – comenzó a hablar finalmente Virginia Potts.

 

-Así que solo busca una recompensa- interrumpió Tony ya acostumbrado a ese tipo de gente que solo se quería aprovechar de la fortuna del filántropo.

 

En el rostro de Rogers se dibujó una mueca de repulsión hacia el hombre frente a él y el impulso de golpearle por poco se apodera de él, quien se creía aquel egocéntrico tipo para creer que él era tan rastrero como para pedir recompensa alguna por arrastrar su pesado trasero a un maldito hospital.

 

-Déjame terminar.- exigió Pepper- Quería evitar esta situación el máximo tiempo posible pero no me has dejado opción alguna Tony. La empresa de Rogers lleva meses trabajando con nosotros en la seguridad de la empresa y la tuya en particular.

 

-¿Has estado vigilándome Virginia Potts?- preguntó con rabia e indignación el multimillonario, escupiendo cada una de las palabras al entender porque el rubio se encontraba tan cerca de aquel bar la noche del incidente.

 

-Solo protegiéndote.-argumentó la pelirroja dolida por el comportamiento del moreno.

 

-¿De quién si se puede saber?- cuestionó cada vez más fuera de sus casillas Tony.

 

-De ti mismo…- murmulló Potts.

 

Stark sabía perfectamente a que se refería Pepper al decir aquello, quizá había perdido un poco el control de su vida aquellos últimos meses pero eso no le daba derecho hacer lo que había hecho.

 

-¿Y creías que ponerme una maldita niñera a mis espaldas era la mejor opción?- inquirió con tristeza el moreno.

 

-Sé que esta no era la mejor forma de afrontar el problema pero incluso así has terminado herido y por eso quiero que Rogers se implique por completo en tu seguridad sin esconderse.

 

-Señor Stark, si me permite sería un placer que todos colaboráramos para optimizar los resultados de mi trabajo.- interrumpió finalmente el rubio el cual se había mantenido al margen de la conversación para mantener su profesionalidad y no golpear Stark en algún momento.

 

-No será necesario, prescindo de sus servicios- expresó Anthony con prepotencia mientras observaba de pies a cabeza al individuo frente a él.

 

-Mi contrato es con Industrias Stark y la señorita Potts- respondió con cierto recochineo el de ojos azules, no quería trabajar con el prepotente de Stark pero si con ello evitaba que se saliera con la suya por una vez en la vida, haría su trabajo mejor que nunca.

 

-¿Y quién demonios crees que es el dueño de Industrias Stark?- levantó la ceja con obviedad el filántropo.

 

-Solo la señorita Potts tiene el poder de prescindir mi contrato- soltó con una sonrisa de superioridad el rubio como si los gritos de Tony nunca hubieran llegado a sus oídos- Puede comprobarlo si así quiere –añadió sacando un sobre de la chaqueta de su traje y entregándoselo al multimillonario, el cual no dudó en arrancárselo de las manos y leerlo de arriba abajo en apenas unos segundos.

 

-Esto es una encerrona- bufó derrotado el moreno al comprobar que ciertamente no tenía el poder legal de despedir al rubio al haber delegado en Pepper todos los asuntos de la empresa.

 

-Todo esto es por tu bien- dijo la pelirroja mientras acariciaba el hombro de Tony.

 

-No soy un crio…- añadió entre pucheros el multimillonario.

 

-Actúa como tal- pensó sin querer en voz alta el de ojos azules quedándose helado en el momento que las palabras salieron de su boca, cubriéndole con un sonrojo todo su rostro.

 

-¿Qué has dicho?- preguntó fingiendo molestia el filántropo, el sonrojo del rubio le había parecido demasiado adorable como para enfadarse, aquel el hombre de hielo también sabia meter la pata.

 

-Tranquilicémonos todos- pidió la pelirroja algo sobrepasada con la situación. – Señor Rogers, ¿puede esperar fuera un momento?

 

-Claro sin ningún problema- respondió aliviado el de ojos azules, necesitaba salir de aquel despacho ya y librarse de la mirada penetrante de Stark.

 

 

 

Una vez volvió a reinar la calma en aquel despacho y la tensión se había disipado la pelirroja se permitió volver a hablar.- Me alegro que hayas entrado en razón.-

 

-Así es, pero con una condición- soltó con una sonrisa perversa el multimillonario.

Notas finales:

Bueno espero que disfruten del inicio de esta pequeña historia y esperen con ansia su continuación. 

Iré actualizando según termine los siguientes capítulos y mi disponibilidad me lo permita.


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