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Pensamientos por YuuukiChan12

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Notas del fanfic:

Hola! Esta idea la vengo trayendo hace un tiempo y estaba en la duda de subirla o no, realmente no se si gustara pero al final me decidí por compartirla.

Espero que les guste! 

Notas del capitulo:

:D 

¿Qué es pensar? ¿Será acaso la capacidad que tienen los seres humanos de formar ideas y representaciones en su mente? ¿O quizá solo es una representación básica de nuestros instintos más primitivos? Sea como sea no importa mucho saber que es pensar realmente. Lo que sí importa es que pensamos.

Desde que mi padre falleció los pensamientos que tuve fueron cada vez más oscuros.

En un principio empecé a pensar mucho en la muerte, como era, que se sentía y la soledad de la pérdida de mi padre me atraía más a querer seguirlo a ese camino que él mismo eligió.  Pero me avergüenza admitir que tanto como me atraía me aterraba,  yo realmente tenía miedo de morir, por más que lo quisiera negar.

Una vez que por fin acepte no tendría el valor de acabar con mi vida decidí seguir adelante, mi madre no era realmente un consuelo. Al fallecer mi padre se la paso de fiesta en fiesta, trayendo miles de hombres a casa, y más de uno intento manosearme,  pero yo no era ninguna nena asustada y mi madre será una ebria ninfómana pero me amaba y nunca permitiría que algo así me pasara.

Y al ver como mi madre tomaba el alcohol también se me hizo atrayente. ¿Cómo sabría? Debe ser exquisito para que mi madre este constante tomándolo. Pero yo aún era joven, tendrían 12 años. Aun así a esa edad comencé a beber.

Y con el alcohol otro pensamiento más rondó mi mente. El dolor. Cuando el alcohol no tapaba la depresión que venía trayendo desde que se suicidó mi padre comenzaba a cortarme, ya saben tomaba algún metal muy filoso y cortaba mi cuerpo, nunca nada que pusiera en peligro mi vida, no se olviden que yo ya había aceptado mi temor a la muerte.

Y así comenzó mi adolescencia, como un viejo lema "sexo, drogas y rock & roll".

Pese a mi descontrol en cada noche y fin de semana trate de mantener las apariencias, mi madre sabía de lo que hacía y no era quien para quejarse, ella hacía exactamente lo mismo.

Grande fue mi sorpresa cuando de la noche a la mañana ella cambio.

No bebía, no salía y comenzó a preocuparse de sobre manera por mí. Y claro el detonante, se volvió una mujer religiosa. Comenzó a rezar cada día, agradecía en la comida, incluso empezó a ir cada domingo a la iglesia, y por supuesto a llevarme. Apariencias. Siempre las mantuve. Por la noche mi vida seguir igual.

Y entendí todo el día que me lo presentó.

- Mucho gusto. Tú debes ser Kakashi ¿Verdad? - Saludo un hombre, no parecía muy grande, tenía cabello negro y ojos del mismo color. Incluso podía admitir que era guapo, no me asombro de todos modos, mi madre era una mujer delgada de largos cabellos marrones y unos ojos celestes que harían morir a cualquier hombre. - Tú madre me hablo de ti. - El hombre me sonrió amablemente - Soy su pareja ahora. Mi nombre es Yu Uchiha. Quería presentarme ya que de ahora en más seremos como familia. - Cerró sus ojos y volvió a sonreír.  Era repugnante, irradiaba ese aire de niño bueno que hacía que me sienta mal conmigo mismo.

Yo jamás podría ver a ese hombre como mi familia, a mis ojos solo era un intruso, uno que le lavo la mente a mi madre.

Estoy seguro que estaba predicando su no sé qué mierda de dios y la encontró ebria por algún lugar. Y la "rescato". Ni modo, ella ya estaba enamorada de él,  y él de ella.

Pero lo peor llego cuando me lo presentaron a él. A Obito Uchiha. Mi nuevo "hermanito"

- Él es mi hijo Obito. - Dijo Yu uno de esas tantas tardes de domingo luego de la misa. Al lado de él estaba un niño de uso 11 años quizá, era algo más bajo que yo, unos grandes ojos negros y cabellos cortos del mismo color, su tez pálida y su aniñado rostro me pareció... ¿Atrayente? - Saluda hijo. - El niño me miró de mala gana, el odiaba está situación tanto como yo.

- Hola. - Respondió a secas. Y luego dobló la mirada a otro lado.

- Hola, soy Kakashi Hatake, mucho gusto. - Dije tratando de parecer cortes, y estoy seguro de que a millas se notó la falsedad en mis palabras

- Igual. - Él no parecía ni querer ocultar su desagrado.

Y casi al mismo tiempo mi tortura comenzó. 

Mi madre y yo nos mudamos, fuimos a vivir a la casa de ese sujeto y su mal humorado hijo.

Era un lugar bastante grande debo admitir, tenía un gran salón y una muy linda cocina. Era de un estilo rústico,  hecha de madera y ladrillos intencionalmente no perfectos, bastante asimétricos y las maderas igual, haciéndola parecer de un estilo antiguo. Había dos habitaciones y un baño en la parte superior, y otra habitación y baño en la inferior. Allí dormirán nuestros padres y mi habitación estaría al lado de mi "hermanito".

La convivencia fue sofocante. Ya no más salidas de noche, ya no más alcohol, ya no más sexo cada maldito día. Ya no más nada. Ahora sólo era rezar e ir a estúpidas reuniones de la iglesia, y claro la maldita escuela en la cual mi promedio debía ser perfecto. Y a Obito que era un idiota estudiando nadie le decía nada.

Con el pasar de los meses ya me fui adaptando. Obito era molesto, peleábamos por todo, era caprichoso, impuntual, desprolijo, siempre dejaba todo tirado, ¡Era un desastre!  Pero como en toda la gente se acostumbra.

Llegue a mi casa y en el pasillo estaba lleno de ropa de Obito, él la dejaba ahí para subirla más tarde y como siempre no lo hacía. Estaba harto de ese comportamiento. Está bien que sea más chico, nos llevábamos 4 años pero ya era bastante grandecito para poder llevar la ropa a su habitación. Molesto, tome la ropa y fui hasta la habitación de este abrí la puerta de un portazo y grité:

- ¡Obito por dios no dejes la ro-! - Me quede callado.

Fue entonces cuando un nuevo pensamiento nació. 

- ¡La iba a subir Bakashi! - Frunció el ceño al mirarme. Al parecer le se estaba cambiando de ropa. Ya que solo vestía un bóxer. Hacía ya mucho no había visto un cuerpo con poca ropa, y quise creer que solo era eso.

Él es ingenuo, no entendió por qué quede callado un buen rato, recorriendo con mis ojos su esbelto cuerpo. Esa piel, pálida y tensa, parecía hecha de porcelana, sus piernas perfectas, su abdomen plano y como olvidar el rostro que debo admitir siempre me gustó. En ese instante mi pensamiento fue simple. "Tócalo".  Y joder, no saben las ganas que tenía.

Pero al igual que ese pensamiento otro apareció. "Está mal"

Entre en duda. Seguir ese primitivo pensamiento o hacerle caso a la razón. No podía saber qué hacer.

Negué internamente, solo era abstinencia de sexo. Era estúpido que alguien como yo sintiera deseo por un mocoso insoportable como él.

Arroje la ropa a su rostro y salí del lugar. Debía sacar ese pensamiento de mi mente.

Pero las imágenes no desprecian. Ahora cada vez que miraba su rostro sentía un deseo increíble de besarle, de tocarlo. Siempre me gustó su rostro, pero nunca lo vi de un modo sexual,  solo reconocía su belleza. Al ser todavía chico y con rasgos tan finos parecía una muñeca de porcelana, una que quería romper.

El pensamiento no desaparecía. Es más parecía intensificarse a cada instante, casi haciéndome perder la cordura.

Un día me importó una mierda las reglas de la casa y salí de fiesta, tomar, fumas y lo que más deseaba, tener sexo. Elegí con cuidado a la joven, una chica de mi edad aproximadamente,  cabellos negros, piel blanca y unos atrayentes ojos negros. Hable con ella por un momento y calló rendida a mis pies. La tome de su delgada cintura y la lleve hasta uno de esos cuartos ocultos de un bar, por un poco de dinero me alquilaban la habitación y tendría lo que tanto ansiaba. 

Tome su delicado rostro y la bese, la toca,  intentando saciar mis ansias, pero en cuanto lo hice mía no pude ver su rostro, sino el de Obito ¿Seguro lo imaginaban no? Susurré su nombre y toque su cuerpo, poco y nada me importaba como se sintiera la joven sabiendo que solo la usaba para fantasear con alguien. Y en ese momento poco y nada tampoco me importó ver a mi "hermanito" de ese modo.

Pero al terminar, al ver a la joven, al mirar su rostro, solo sentí un vacío. No era lo que yo buscaba.

Me quedé con ella unos instantes para parecer un caballero, ella lo agradeció. Tomamos más alcohol juntos, hablamos de cosas triviales hasta que comencé a sentirme algo mareado, era suficiente por hoy. Luego de eso fui a mi hogar de vuelta, era sábado así que no tendríamos clases.

- ¿A dónde fuiste?  - Preguntó Obito desde la escalera al verme entrar por la puerta cerca de las 5:30 de la mañana.

- ¿Un niñato como tu debería estar durmiendo a esta hora? - Dije sonriendo por debajo de la máscara que siempre llevo conmigo. 

- ¿Y tú qué? -

- Fui a una fiesta. Ya sabes, música, baile, alcohol, sexo. - Avancen hasta quedar a su lado, apoyándome en el barandal de la escalera, el alcohol si me estaba pegando fuerte, me costaba coordinar mis pasos.

- ¡Estas ebrio! - Gritó escandalizado.

- No es la primera vez. Pero tú eres un niño consentido así que no entiendes nada de eso. -

- Claro que sí. Puedo hacer todo lo que tú haces si quisiera.

- ¿Beberías? -Pregunte hacer acercándome lentamente a él

- Si. - Dijo con el ceño fruncido

- ¿Bailarías? - Seguí avanzando.

- S-sí. - Dijo con dudas. Yo me pare frente a él, lleve mi mano hacia su rostro y lo acaricie., se veía hermoso, sus grandes ojos negros, su hermosa y suave peil y esos rasgos tan inocentes y perfectos. Mi otra mano fue hacia su cintura y la sujete, atrayéndolo hacia mí - ¿Bakashi q-?

- ¿Tendrías sexo? - Me incline y deje nuestros labios a tan sólo unos instantes. Obviamente tenía la máscara, pero sentir su respiración tan cerca de la mía, me volvía loco. Esos pensamientos me dominaban esa noche, ese irremediable deseo de violarlo ahí mismo sin consideración, sin importarme lo más mínimo ser descubierto, incluso me daba algo de morbo la idea de que nos miren hacerlo.

- ¡S-suéltame idiota! - Sus ojos se abrieron, estaba asustado.

- Es una broma. - Dije sonriendo, lo libere, en parte no lo era, estaba ebrio y eso era peligroso, no sabía si de verdad me atrevería a tocar ese cuerpo que me tentaba a lo prohibido. Camine con calma hasta mi habitación - Después de todo solo eres un niño.

Eso último lo dije más para mí que para él. Era mi hermano, y era un niño. El pensamiento racional era lo que mantenía mis hormonas tranquilas.

Ahora otro pensamiento más que me volvía loco,  el calor de su cuerpo. Ansiaba sentirlo otra vez, ansiaba ver su rostro tan cerca, joder como no podía dejar de pensar en él.

Así que idee un plan. Un pequeño modo en el cual no sería extraño yo pueda tocarlo de vez en cuando, lo suficiente como para calmar mis deseos reprimidos.

- Me da vergüenza tener un hermano con notas tan mediocres como las tuyas - Dije molesto en medio del almuerzo

- Hijo, tu lenguaje... - Dijo mi madre con calma

- Te daré clases particulares. A ver si con esto dejas de ser tan imbécil -

- ¡Es una gran idea! - Dijo Yu. Sonriendo como siempre, me exasperaba.

- ¡Claro que no! No tendré a este como mi maestro - Gruñó Obito

- En realidad si hijo. Lo necesitas, además kakashi-kun es muy inteligente

Y sí. Así es como conseguir pasar horas con él a solas en su habitación. No iba a aprovecharme, ni manosearlo ni nada por el estilo. Aunque no quisiera admitirlo, lo quería, y por ello no le haría nada de eso. Aunque a veces en mi mente pasaban esas imágenes que me hacían delirar, esas incontrolables ganas de tomar su cuerpo revolearlo al suelo y penetrarlo sin consideración alguna. Cada noche me masturbaba pensando en ello.

Nuestros contactos eran simples. Lo tomaba por los hombros y lo agitaba cada vez que hacía una estupidez, revolvía sus cabellos de vez en cuando, obvio que cuando se lo merecía. Sin querer nos volvimos mucho más cercanos, estar tanto tiempo juntos llego a volverse agradable.

Tristemente mis pensamientos sucios, mi deseo por el no cambio en lo absoluto, incluso empeoraron. Era a tal punto mi deseo que si bien al principio mis fantasías eran consentidas al final incluso la idea de violación me tentaba. Ese incontrolable deseo de hacerlo mío, incluso si él no quería. Pero ese afecto que sentía por él, y esa parte racional en mi me hacía parar y pensar las cosas con calma. Debía controlarme

No sabía que pensaba él de mí, pero sentí que ahora le importaba, me consideraba alguien en su vida y no sólo un intruso. Como nos vimos en un principio.

La cercanía que teníamos también se volvió peligrosa. Obito no entendía mis pensamientos lujuriosos, así que inocentemente cuando se manchaba con algo se cambiaba la remera en frente mío, éramos hombres y hermanos, ¿Qué podría pasar? Fue ingenuo, además en no darse cuenta que era yo por lo general quien hacía que se manche la remera.

Los días se volvieron, semanas, las semanas meses y finalmente un año. No supe cuándo pero estar con él se volvió algo natural, como si siempre hubiera estado. Y pasar tiempo con él ya sea estudiando, discutiendo y por qué no, alguna que otra vez jugando a la Play, se me hizo un paraíso. Deje atrás esos horribles pensamientos de muerte, ahora solo quedaba esa interminable lujuria que se mezclaba con la cálida sensación del amor. Sensación que hacia esos pensamientos oscuros se desvanezcan y que ahora solo pueda desear su felicidad.

- Dime algo Kakashi. - Dijo Obito tirado sobre el sillón, él estaba mirando televisión mientras yo leía un libro a su lado.

- ¿Mm? -

- ¿Qué son esas marcas en tu muñeca, esas que tanto escondes con muñequeras?  - Yo sabía que algún día lo preguntaría,  y venía hace ya mucho ideando mil y un excusas. Era obvio que tanto mi madre como su nuevo esposo sabían la verdadera razón. Y yo creo que ninguno quería que Obito la supiera. Lo curioso es que en ese momento las palabras no salieron de mi boca, esas mil y un mentiras no llegaron a formularse. Me quede mudo - Kakashi idiota ¿Estás ahí? - Reaccione de golpe

- Me lastime hace años con un alambre de púa intentando saltar un cerco. - Mentí, una de esas tantas ideas por fin afloró

- Supuse que dirías algo así.  - Respondió él con calma. Se sentó en el sillón y me miró a los ojos, con esos preciosos obres negros. - Pero sé que es mentira. - Llevo su mano hasta mi brazo derecho, lo tomo y lo miro. - ¿Por qué te lastimaste Kakashi? - Su voz era dulce, ese tono, era como comer la golosina más exquisita del mundo. Con su otra mano levanto mi buzo y la muñequera, dejando al descubierto las grandes cicatrices. Eran líneas algo sobresalientes de color blanco, las había ocultado por años, pero veo que no es muy difícil darse cuenta de ellas, hasta alguien como Obito logro verlas. Con sus dedos trazo líneas en mis heridas, mirándolas con pena - ¿Por qué...?

- No, no es de tú incumbencia. - Dije tosco y me libere de su agarre de mala gana. En realidad quería seguir sintiendo su calor, pero no podía. 

- ¡Claro que sí! - Gritó - ¡Eres como mi hermano, me importa lo que te pase grandísimo idiota! - Su voz pareció quebrarse. A él le dolía comprobar que mis heridas realmente las había hecho yo, y a mí me dolía comprobar que él me veía como su hermano.

Hubo un rotundo silencio.

No sé lo que pensaba Obito, no tengo idea. Pero el volvió a tomar mi mano, yo no me resistí, me miró y dijo:

- No dejaré que te lastimen, ni que tú lo hagas. Cuando llegaste borracho una vez...- Dijo nervioso - Comprendí que no eras lo que aparentabas. Y tu madre tampoco. No soy idiota, se lo que ocultabas - Mi corazón se detuvo. Él  sabía lo que yo sentía por él - Cuando murió tu padre... Supongo que sufriste mucho ¿Verdad?  Quizá tu madre no te apoyo como debía, ella igual seguro la estaba pasando mal. Entiendo lo que se siente perder a un ser querido y conociendo te seguro ni siquiera lloraste.  - Su voz era suave, tan distinta a la usual - y el alcohol, el cortarse o el sexo lo usaste para escapar. Pero ya no necesitas hacer eso. - Llevo una de sus manos a su nuca y la rasco. Sonrió nervioso y un lindo color rojo cubrió sus mejillas - Es decir... Yo soy tu nuevo hermano. Y no te dejare solo jamás. Así que por favor, si te sientes mal, si te pasa algo no recurras nunca más a esas cosas, yo estoy para vos siempre. Idiota. - Sonrió.

Yo quede paralizando y sin darme cuenta lágrimas caían de mi rostro, las lágrimas que siempre quise soltar y nunca pude. En ese momento fue como si viera a mi padre al lado de Obito, sonriéndome. Odie a mi padre por mucho tiempo, pero en realidad simplemente lo extrañaba... Su calor, su olor, su mirada, esa que en ese preciso instante compartí, unos escasos segundo al lado de Obito.

Su figura se desvaneció y caí en llanto al suelo. Obito me abrazo, se sentía tan bien, esa calidez que él desprendía me era tan reconfortante. Su dulce aroma, su suave tacto y la melodiosa vos que me susurro: "No te preocupes, todo va a estar bien. Yo estoy con vos..." Palabras que fueron las que toda mi vida espere...

Nuestro lazo se volvía cada día más fuerte y tarde un tiempo en entender que yo realmente lo amaba, estaba enamorado de él. Pero mi amor había madurado. Mi lujuria era contenida, y si bien él ahora era un poco más grande seguía yendo a la primaria, tenía 11 casi 12 años y yo 16, seguía siendo un niño. Y yo esperaría a que sea mayor para algún día confesaré mi amor. Pero era difícil, aún con el pasar del tiempo, en plena adolescencia las hormonas se alborotan, y el deseo que tenía por el me llevaba al borde de la locura.

- ¡Fiesta de primos! - Gritó Obito con alegría mientras entraba en mi habitación. -

- Ahh, ya te dije q-

- Con permiso.

- Avancen de una vez.

- Ah hola Kakashi

Mire mi habitación, en un segundo se había llenado de gente. Estaban mis "primos" Itachi, Sasuke, Izuna, Madara y Shisui. Todos sentados en el suelo como si de su hogar se tratara

Madara era el mayor, tendría unos 17 años. Izuna que tenía 16 como yo. Después estaban Itachi y Shisui con 15 y finalmente Sasuke con 11, quien era por algunos meses menor que Obito.

- Ahh - Suspiré.  Ya me había dicho Obito de su idea de una "fiesta de primos" y le dije claramente que no. Pero bueno ahí estábamos en la linda fiesta.

No pasó nada extraño, comimos, charlamos, reímos, miramos una película de terror, esa parte me agrado ya que tanto Obito como Sasuke se asustaron y mientras que Sasuke se refugió entre los brazos de su hermano, mi lindo "hermanito" se refugió en los míos. 

-  ¡Siguiente pregunta! - Dijo Shisui tomando un papel de un extraño juego de mesa que trajo - ¿Con quién fue tu primer beso? - Todos los presentes se miraron inquietos - Di en la tecla - Guiño un ojo - Empieza tu Madara, y sin mentir.

- Bueno... - Madara era frío y muy serio, pero se veía extrañamente nervioso. Llevo la mano a su nuca y la rasco - Fue con... - Hizo una pausa dramática - Hashirama... Hashirama Senju - Dobló la vista con un leve sonrojo. ¡Por dios! ¡ERA EL MEJOR CHISME DEL AÑO! Me alegraba tanto de haber participado en ese estúpido juego.

- Es el turno de Sasuke - Todos lo miraron y rojo como un tomate simplemente dijo

- Naruto Uzumaki. - Pero para nadie fue sorpresa y eso lo avergonzó aún más

- ¿Itachi?

- Fue con una niña, Laila, no la conocen. Tendría 5, 6 años. - Bueno Itachi siempre fue muy... Adelantado – Kakashi te toca

- Se llamaba Sarah Beck, no tengo idea mucho de ella la conocí en un bar - dije con simpleza - Shisui

- Ahaha - Rió - Fue con un chico llamado Yamatsuki. – Izuna tu turno

- Les sorprenderá... - Sonrió haciéndose el misterioso - Shu Iroki, el príncipe "macho y hetero" de la familia Iroki - ¡Bummm! Otro chisme increíble. Al parecer no estaba tan mala la fiesta, ese altanero y soberbio príncipe también tenía su lado homosexual. Y el orgulloso Madara se había besado con su rival Hashirama. Lo de los demás no era importante, lo único que fue bueno comprobar que Sasuke si había besado a Naruto, pero se veía a kilómetros lo suyo.

- Jajaja ya decía yo que se hacía el muy macho - Se burló Shisui

- Y queda Obito. - Mi corazón se detuvo. Olvidé por completo que Obito igual diría quien le dio su primer beso. Diría a quien debo arrancarle los labios y darle de comer a los cocodrilos

- Bueno yo... Verán... Aún no he dado mi primer beso... -

El silencio reino el lugar.

Todos se sentían incómodos, nadie sabía que decir, al parecer el único alegre aquí era yo. Obito volteo el rostro, se estaba comenzando a sentir mal. Todos habían dado su primer beso menos él, y de seguro eso lo hizo sentir mal. Hasta Sasuke que era menor.

- Eres muy chico, no sabes cuánto desearía poder recuperar mi primer beso. - Confesó Izuna

- Lo mismo digo - Dijeron todos, incluyéndome

- Todos pensamos así - Dijo Itachi

- Menos Sasuke pero bueno, que de seguro esta que muere de alegría - Dijo Izuna sonriendo. El rostro se Sasuke se puso rojo, de la vergüenza y la ira. El clima tenso ahora se llenó de risas y peleas.

Cuando todos quedaron dormidos vi a Obito mirar el cielo nocturno desde la ventana del pasillo, todos estaban durmiendo en mi habitación, otra vez, como si fuera suya. Con cuidado salte a los chicos y me acerqué a él.

- ¿Estas bien? – Pregunté preocupado

- Si, no es nada... -

- Obito...-

- ¿Cómo se siente...? -

- ¿Qué...? -

- Besar a alguien... -

- Nada especial... No si es como me ocurrió a mí. - Me senté en el suelo y él se acomodó a mi lado. - Se supone que cuando besas a alguien, sientes hormigas por todos lados, te llena de fuego y no sé qué más. Pero yo no sentí nada. Porque yo no la amaba. Solo deberías besar a alguien que realmente ames... Quisiera volver atrás y evitar eso, así poder compartir algún día ese beso con l-

No alcance a terminar la palabra en cuanto mi másca se bajó y sentí sus labios sobre los míos. No eran hormigas o mariposas lo que sentí,  ni ese fuego, era algo incluso mejor, algo que no tengo palabras que lo describan, fue... increíble. 

El mundo se detuvo, no existía tiempo ni espacio, solo estábamos él y yo, perdidos en ese profundo e interminable beso.

- Lo siento - Dijo Obito - No debí

Y ahora fui yo quien detuvo sus palabras con un beso. Fue uno y luego otro y luego una más después de ese.

Sin darme cuenta yo ya estaba soltando lo que sentía por él, cuanto lo amaba y cuan feliz estaba de poder decirlo en voz alta. El solo sonreía, mirándome con esos ojos, esos ojos que eran mi mundo.

- Yo igual te amo estúpido.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué les pareció? ¡Espero que lo hayan disfruado como yo al hacerlo! 

La verdad es que no se si quedo tan bien, pero la idea me dominaba y necesite subirlo. Más que nada por que es una de mis parejas favoritas. 

En fin! Gracias por leer! Comenten amo saber lo que piensan!

Adiosssss 


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