En estos momentos, nos encontramos en el lujoso piso del escritor Usami Akihiko, muy talentoso y ganador de varios premios sin llegar siquiera a los 30 años. El favorito de todas las editoriales de Japón, pero que parecía preferir una llamada Marukawa.
Según algunos de sus lectores, Usami-sensei escribía historias extrañas, pero que atrapaban desde la primera a la última página. Pero lo que casi nadie sabía es que este escritor publicaba obras de otra temática, digamos que totalmente diferente.
Bajo el seudónimo de Akikawa Yayoi, publicaba novelas ligeras de un género que se estaba haciendo muy reconocido… sí, de boys’love. Como al mismo Usami le gustaba decir, había unido su trabajo con sus aficiones.
Akihiko estaba conforme con su vida. “Hago lo que quiero, cuando quiero”, su lema. Segundo hijo del dueño de Usami Group. Un lujoso dúplex, una cuenta del banco repleta de ceros. Reconocimiento en su profesión y la posibilidad de vivir haciendo lo que más le gusta…
Pero en los últimos días se había dado cuenta de algo. Le faltaba inspiración. Concretamente, para sus novelas de BL. Tal vez porque llevaba demasiado tiempo sin acostarse con nadie… Se encontraba bloqueado, cosa que nunca antes le había pasado. Sentía como si ya lo hubiera escrito todo… así que decidió repasar sus alternativas.
Usami tenía un amor imposible, Takahiro, al cual ya había utilizado tantas veces en sus novelas que ya no sabía en qué tipo de situaciones ponerlo. Tenía otro buen amigo, Hiroki, y de vez en cuando se pasaba por su casa a ver si lo enganchaba en plena faena con su pareja Nowaki, pero había dejado de ir desde la última vez, cuando Hiroki le tiró una enciclopedia de 10 volúmenes en la cabeza causándole daños graves…
Y Aikawa Eri, su editora preferida, la única de ellos que tenía llaves de su casa, y con quien le gustaba discutir sobre posibles ideas para esta clase de novelas, se encontraba en unas largas vacaciones. Bien merecidas, desde luego.
Esta vez parecía que el gran Usami-sensei no tenía a nadie a quien recurrir.
De repente, tocaron al timbre del departamento. Usami no esperaba a nadie, o al menos no tan pronto. Fue a abrir y se encontró con alguien a quien no esperaba.
Además de trabajar para la editorial Marukawa, Usami-sensei había publicado varios libros para otra, con fama de ser la más importante de Japón. Sí, la editorial Onodera. Y la persona que se encontraba al otro lado de la puerta no era otro que Onodera Ritsu, hijo del dueño de dicha editorial y su editor en aquella.
Ritsu era un joven guapo, de aspecto tierno, aunque demasiado formal y con cara de pocos amigos. Pero tenía unos ojos verdes muy bonitos. (Sí, a Usagi-san siempre le gustaron los ojos verdes). Aunque Usami-sensei sólo se limitaba a hablar con él de trabajo, hoy se encontraba tan desesperado que incluso se sentía abocado a preguntarle sobre sus novelas BL.
Aunque con el aspecto de buen chico que tenía Onodera, y perteneciendo a tan buena familia, sería casi imposible que supiera de estas cosas. Aunque a veces la vida te sorprende.
Usami-sensei no sabía cómo abordar a Onodera, pero de repente le vino una idea a la cabeza.
Flashback:
Usami-sensei había sido obligado a asistir a una fiesta ofrecida por la editorial Onodera. Aunque él en general pasaba olímpicamente de este tipo de actos, esta vez no había podido negarse, puesto que el señor Onodera y el señor Isaka (¡Isaka-san!) eran amigos y compañeros de golf. Y bueno, ya conocemos los métodos tan sutiles que tiene Isaka-san para obligar a Usami-sensei a hacer lo que quiere…
Junto a Usami se encontraba su editor, Onodera, con pinta de querer que se lo tragara la tierra, y otros compañeros editores. La verdad es que no lo culpaba, ya que cuando había intentado escabullirse de la fiesta había oído voces en un pasillo:
-… pues sí, Onodera además de ser nanahikari es un debilucho que no aguanta el alcohol…
Fin del flashback.
Estaba claro. Emborracharía al joven Onodera y le aflojaría la lengua. Una acción algo arriesgada, pero todo sea por sus novelas de BL.
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-Y así… ¡hip! Terminamos… haciendo el ¡hip! amor en… la ¡hip! biblioteca del… instituto. Pero… unos ¡hip! días después… de ¡hip! eso… fuimos otra vez… ¡hip! a su casa y después de… hacerlo ¡hip! le pregunté… si… me ¡hip! amaba y él… se rió de mí ¡hip! –Onodera se ponía depresivo y empezaba a murmurar cosas ininteligibles.
Quién lo iba a decir. Onodera Ritsu había resultado ser una mina de oro. Se enamoró de un hombre a los 12 años y se dedicó a perseguirlo durante los tres años siguientes. A los 15 años se encontraron en la biblioteca del instituto y le declaró su amor sin pensarlo dos veces. El primer día que fue a su casa hicieron el amor, y al cabo de pocos días, lo volvieron a hacer en la misma biblioteca…
Con esto ya tenía material para una novela, que seguramente sería superventas.
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Meses después…
En la librería Marimo se encontraba un castaño de ojos verdes viendo las novedades de la semana. Entre ellas, había un pequeño libro que llamó su atención.
Amor en la biblioteca… ¿Akikawa Yayoi? Nunca lo había oído.
A medida que hojeaba dicho libro, el castañito iba atando cabos… y su cara enrojecía cada vez más.
-¡MALDITO ESCRITOR DEL INFIERNO! ESTO NO ES POSIBLE… ¡EL HIJO DE LA GRAN P*** ME UTILIZÓ PARA SUS NOVELAS!
FIN