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Encontrándote con mi alma animal por MizaiTan

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Notas del fanfic:

Hola! Bienvenidos al especial 200 comentarios. Yei!

Y si no vienes por el especial sino por curiosidad. Tambien bienvenido!

Este one-shot está basado en el universo de almas gemelas. Siempre he amado ese universo en casi todos los fandoms que leo, es demasiado hermoso y queria darle una oportunidad con esta pareja.

Las explicaciones del funcionamiento de este AU serán explicadas dentro del fic,

Asi que, disfruten!

Esa tarde todo empezó como una mierda, como la mayoría de sus días.

-¿¡Cómo así que no puedo ingresar al torneo? – Le grita cierto rubio a un trabajador sentado al frente de un escritorio y escribiendo en su computadora sin importarle la existencia del chico.

Joey busca en su bolsillo hasta encontrar un hoja que desdobla y se le muestra al trabajador.- Aquí dice que el ingreso es gratuito por ser un torneo de exhibición. ¡Exijo entrar! – Dice golpeando el mostrador con sus dos manos.

El trabajador suspira y quita la vista del computador para verlo aburridamente.- Chico, no te avergüences más. Se nota que no tienes experiencia en esto del juego.

Joey señala con fuerza el volante con ganas de partirle la madre al sujeto.- ¡Aquí dice que cualquiera puede ingresar gratis a los preliminares!

El hombre suspira.- Lee la letra chica.- Señala otro punto del volante.- Sólo los que hayan participado profesionalmente y tu.- Lo mira de arriba abajo sin impresionarse.- No te ves de la categoría de competir con Seto Kaiba o Yugi Muto.

-¡Me importa un carajo ese par! ¡Sólo quiero entrar al torneo! – Le grita en respuesta.

El hombre se acerca, aun con el mostrador separándolos, y apunta a Joey con su dedo en el pecho.- No eres el primero ni serás el último novato con aires de grandeza que cree que puede derrotar a la élite. Hazles un favor a todos y vete de una vez.

Joey aprieta el puño pero antes de reaccionar una pequeña serie de ladridos se oyen.

El trabajador baja la vista y no oculta su risa.- ¿Se supone que esa pequeña pelusita es tu alma animal? – Se ríe del pequeño perrito que lo mira molesto pero que no está ni cerca de la mitad del mostrador.-  Que miedo~ ¿Y se supone que eso me va a detener?

-No.- Dice Joey ya harto levantando su puño. Nadie se iba a burlar de él y de Buddy.- Pero esto si

Lo siguiente que el trabajador vio fue todo negro al caer inconsciente por un fuerte golpe en la nariz

 

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Alma Animal.

Su procedencia es un misterio. Pero todos los humanos tienen un alma animal que los define y representa.

Aparecen cuando la persona tiene menos de un año y se quedan a su lado por toda su vida.

No son un espíritu, sino una representación animal en carne y hueso.

Pero es más que un compañero, es una extensión de su alma y su especie se basa en la personalidad de su humano.

Las especies no tienen límites y puede ser desde una cucaracha hasta un dragón de Komodo.

Todas las personas tienen un alma animal, sin excepción.

Y aunque puede que su llegada aun sea un misterio hay una razón para estar con su humano, además de acompañarlo siempre, y es ayudarlo a encontrar a su alma gemela.

Todas las almas animales están conectados al animal del alma gemela de su dueño. Su instinto le hace atraerse a ese animal y persona.

Después de esa parte ambas almas gemelas se encuentran y de inmediato sienten una especie de jalón o atracción. Es lo que te hace saber que te has encontrado con la persona con la que pasarás el resto de tu vida. Ninguna relación de años o un matrimonio podía compararse con sólo ese momento, algo que muchos ambicionan. Pues significa que no estás sólo en el mundo y hay alguien perfecto para ti.

Todo eso se siente al encontrarse a esa persona que es el complemento perfecto.

El alma animal te identifica pero no sólo literalmente sino también ciertas capacidades. Por ejemplo, si el alma animal es una hormiga el concepto va más allá de un insecto, refiriéndose a las capacidades laborales.

Joey camina a casa de su mejor amigo después de correr de los guardias del lugar ese Kaibalandia, sin embargo su alma animal aún se veía inquieto por lo que lo sostiene en sus brazos mientras camina por uno de los barrios bajos de Domino.

Aún recuerda cuando era niño y jugaba sin parar a correr con su pequeño cachorro llamado Buddy.

Cualquiera que viera a Joey o al menos su historial, de chico busca problemas, peleador y sin pelos en la lengua, estaría extrañado que su alma animal fuera un Bichón Maltes.

Lo más curioso del asunto es que el tamaño que recuerda de Buddy de cuando era niño es muy similar al que tiene el pequeño perrito en sus brazos ahora, viéndose como un cachorro.

Los animales alma no morirán con el paso del tiempo sino hasta que la persona muera o el propio animal sufra un accidente, devastando al humano en el proceso. Pero aun asi su perrito ha quedado del tamaño y energía de un cachorro incluso ahora que tiene 20 años.

Pero no le importa lo que digan los demás, su pequeño Buddy puede que no refleje su fuerza física, pero es juguetón, sociable y muy leal, rasgos que pertenecen a él.

Oh, y muy ágil. El pequeño cachorro corre largas distancias.

También tiene otra particularidad.

Su pelaje es blanco como la mayoría de su especie pero sus ojos son azul eléctrico, de un tipo que realmente hipnotiza.

Siente que se mueve en sus brazos y lo mira preocupado.- ¿Qué pasa, Buddy? ¿Por qué estás tan inquieto? – Dice mientras el cachorro se revuelca un poco en sus brazos.

Todo alma animal tiene la particularidad de proteger a su humano, desde sus propias formas de hacerlo, y claramente entiende que Buddy se molestara con el trabajador y l guardia, pero también es un perrito que olvidaba rápido para volver a jugar.

Pero desde que entraron a Kaibalandia ha estado gruñendo y poniéndose inquieto.

Un comportamiento raro en él.

Joey lo mira.- ¿Estás enfermo, compañero?

Buddy se detiene de moverse para ver a Joey y luego acurrucar la cara en su pecho.

-Te puedo dejar en casa para que descanses mientras voy donde Tristán.- A Buddy no le gustó eso y lo demostró mordiendo a Joey en su antebrazo.- ¡Ayy! ¡Bien, vamos juntos!

Tristán, su amigo de toda la vida, y él vivían en un complejo de apartamentos de alquiler muy bajo por la locación y el estado de la edificación. Pero ninguno de los dos eran del tipo que juzgaran por eso y se alegraron con el contrato.

Sube las escaleras de madera que crujen mientras las pisa. Esquiva con la maestría de alguien que ha vivido allí por dos años. Ha aprendido su lección después de pisar en falso y caer en agujero pequeños más de una docena de veces.

Pero no se queja. Esto es sin duda mejor de la vida de porquería que llevaba con su vago y  negligente padre.

Por un segundo se pregunta cómo estará haciendo con las cuentas ahora que ve había ido pero el pensamiento se fue tan rápido que como llegó.

Sujetando a Buddy con un brazo abre la puerta de su amigo.

-¡Ahh! – Tapa de inmediato los ojos de su cachorro.- ¿¡Otra vez!?

-¡Si aprendieras a tocar la puerta no tendrías que ver una porno cada vez que entraras, imbécil!

En el sofá de segunda mano color púrpura estaban Tristán y su alma gemela, Duke, acostados sin camisa y con pantalones desabrochados.

Era dolorosamente obvio qué hacían

-¡Ponte una maldita camisa!

-¡Interrumpiste en el mejor momento!

Al otro lado de la sala un chimpancé, que define claramente a Tristán, duerme al lado de un zorro naranja, que representa la astucia e inteligencia de Duke, mientras este último abre uno de sus ojos para ver la conmoción y lo vuelve a cerrar cuando ve una escena tan familiar.

Tristán refunfuña pero se pone la camisa. Joey levanta una ceja la ver que Duke no se mueve de su posición y simplemente se recuesta en el sofá.

Al ver la expresión del rubio se alza de hombros.- No me importa el voyerismo. Puedes ver si quieres.

-¡Duke!

 

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-¿Entonces no hay torneo por golpear a un cuatro ojos? – Pregunta Duke dando un trago a su frío refresco sentado en la mesa con los otros dos.

Joey se cruza de brazos.- Se lo merecía el muy cabrón. Me llamó amateur.

-Aja, porque eso eres

-¡Cállate, imbécil!

Los tres se sientan en el comedor de segunda mano en el pequeño departamento. Duke había traído refrescos junto a unos nachos.

-Es que es estúpido. ¿Para qué ponen ese anuncio si a la final no dejarían competir a cualquiera? – Refunfuña Joey con los brazos cruzados.

Tristán toma el anuncio y lo ojea para luego descartarlo con un chasquido de lengua.-  Hermano, ya sabes que la vida funciona con dinero. Deberías haberlo aprendido.

Joey suspira.- Si, lo sé. Pero ya me había emocionado, incluso salí temprano del trabajo para esto.

El Duelo de Monstruos es un juego que puede ser jugado por cualquiera, sin discriminar estrato o edad.

Pero si se desea competir en un torneo se debe pagar una elevada cantidad para entrar en la membresía de los jugadores profesionales. A partir de allí podrían venir patrocinadores si es un buen jugador además de la jugosa suma por los primeros lugares.

Joey es muy bueno en el juego, y ha ganado a la mayoría de vándalos a los que enfrenta, pero nunca ha tenido la oportunidad de entrar a un torneo por el alto costo, así que, por mucho que disfrute el juego, solo puede tomarlo como un hobby mientras se gana la vida cargando costales de cementos en el día y sirviendo cerveza en las noches.

Por lo que al ver que justo ese día se celebraría un torneo de exhibición especial que promociona el aclamado Rey de los juegos, Yugi Muto, donde el pago por las boletas de los espectadores ayudaría para una causa benéfica y al ser de exhibición no había que dar el pago usual de un torneo, Joey decidió apuntarse enseguida.

Su decepción fue extrema con lo ocurrido antes.

-Joey, es normal.- Dice Duke tomando un sorbo de su refresco. El rubio lo mira alzando una ceja.- Claramente no quieren tener cualquier competidor que sea una vergüenza compitiendo con Seto Kaiba y Yugi Muto.

Esos dos eran nombres legendarios para el Duelo de Monstruos. Prácticamente el título del Rey se lo disputaban entre sí.

Joey hace una mueca.- Esos dos me importan un rábano. Sólo quiero competir en un torneo.- Mira hacia abajo al infame volante que lo engañó.

Tristán se alza de hombros y come uno de los nachos.- Ellos se lo pierden, algún día tendrás dinero para eso y podrás golpear el trasero a ese par.- Traga para luego sonreírle.

Joey está a punto de contestar cuando sienta algo en su pierna. Baja la vista para ver a Buddy jalando su jean con sus dientes.- ¿Buddy?

El pequeño cachorro blanco frunce levemente el ceño y trata de levantar a su humano de la silla.

Joey se agacha para recogerlo y ponerlo en sus brazos.- ¿Qué pasa, amigo? – Pero Buddy simplemente gruñe un poco para luego empezar a gemir un poco y Joey lo abraza haciendo que el cachorro pongo su pequeño hocico en su cuello.

-¿Qué tiene Buddy? – Pregunta Duke intrigado con la escena pues el alegre perrito blanco de ojos azules no parece el mismo entre sus quejidos y gemidos desde que llegó.

Joey se alza de hombros con una mirada preocupada. Su mano izquierda sostenido el cuerpo mientras su derecha acaricia la pequeña cabeza.- No tengo idea. Se ha estado portando extraño desde que llegamos a Kaibalandia.

Tristán y Duke se miran entre sí.

Si Joey no estuviese tan ocupado con su preocupación habría rodado los ojos. Esos dos parecían hablar su propio maldito lenguaje y siempre lo dejaban a ciegas.

-Mm, Joey.- Le llama Duke después de ganar la batalla de miradas con Tristán. Joey le mira.- Antes de entrar a Kaibalandia ¿Buddy estaba normal? – Pregunta con cuidado.

Joey asiente.- Si, de hecho me tenía loco corriendo por el parque hasta que llegamos y empezó a gruñir al tipejo del escritorio.- Joey frunce el ceño mirando otra vez a Buddy que sigue acurrucado en su cuello.- Desde entonces se pone intenso por alguna razón y luego, ¿Triste? No sabría decirlo.-

Buddy quita el hocico del cuello para ver a Joey y luego lamer su nariz.

-Joey.- El nombrado voltea a ver a Duke que se ve extrañamente serio.- Creo que hay una posibilidad que tu alma gemela esté cerca de ese lugar.

Ok, eso no se lo esperaba.- ¿Eh? – Fue todo lo que pudo decir en respuesta a eso.

Sus amigos vieron su confusión reflejada en sus ojos.- ¿Recuerdas que te conté que me encontré con Duke en Tino’s? – El rubio asiente aun pasmado.- En realidad no iba hacia allá pero ese día pasaba cerca cuando Chop se bajó de mi hombro y empezó a andar por la calle por su cuenta hasta que lo atrapé y el muy maldito me arañó los brazos para que lo soltara y lo siguiera.- Tristán frunce el ceño mirando a dicho chimpancé que aun dormía tranquilamente sin sentir ni un poco el enojo de su dueño.

Ni Joey ni Tristán habían ido a Tino’s desde que el castaño se encontró con su alma gemela, raramente pasaban por el sector.

-Espera.- Joey levanta la mano tratando de captar la información.- ¿Me estás diciendo que mi alma gemela estaba ahí? –

-No necesariamente.- Responde Duke.- Verás, yo he ido a Tino’s desde antes de la preparatoria y cuando Tristán llegó yo ni siquiera había llegado.

Joey alza las cejas en interés. Francamente sabía poco de la historia del encuentro, solo datos básicos, así que esto era nuevo.- ¿Qué mierda?

-Ese día ni siquiera tenía planes de ir a la cafetería. Pero.- Mira hacia su alma animal que lo había volteado a ver, aunque se veía ligeramente aburrido de la conversación.- Alguien me hizo llegar allí.

Buddy toma ese momento para gruñir otra vez y moverse en los brazos de Joey para bajarse.- Calma, pequeño.- Le susurra Joey pero Buddy aún se movía.

Tristán se cruza de brazos.- Justo así se puso Chop. No sé dónde vienen los malditos pero tienen unos instintos de diablo.

-¡Ey! – Grita Joey cuando Buddy logra bajarse y empieza a morder su jean de nuevo.

-Claramente quiere que vayas con él.- Dice Duke tomando el refresco de Joey, que está muy distraído para darse cuenta.- Su instinto le dice que ese lugar es importante para tu alma gemela o que está ahí.

Joey suspira viendo a sus amigos y luego a ver el rostro decidido de su cachorro.- Se suponía que hoy jugaría cartas, no en la cacería de mi alma gemela.- Dice resignado pero no puede ocultar una sonrisa.

Tristán ríe al verlo.- La idea te gusta ¿eh?

Joey se sonroja.- P-Pues, ¿A quién no? Es mi alma gemela después de todo, cabrón.- Dice para luego golpearlo en la cabeza y sonríe cuando lo escucha quejarse.

La idea es realista y pasa, sólo que es imposible determinar el cuándo. Claramente a través de los años dejó de soñar con eso, pero la idea de un alma gemela aún le es emocionante.

Además, todo sea por terminar el reinado de ser el violinista en la relación de sus dos amigos.

-Entonces, ¿Qué debo hacer? – Pregunta a Duke, que claramente toma el tema con más seriedad que su mejor amigo. Siempre ha sabido que el chico es un fanático de las almas gemelas, aunque él mismo no lo admita.

-Síguelo. Lo más probable es que te lleve a Kaibalandia.

-Eh.- Joey se rasca su nuca.- La última vez los guardias me persiguieron sin parar y me dijeron que no volviera.

-¿Y se supone que eso puede detener a Joey Wheeler? – Pregunta Tristán alzando una ceja a los que Joey sonríe y se levanta de su silla.

Buddy de inmediato reacciona corriendo a la puerta de entrada.

 

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Después de un buen tazón de ramen, que tuvo que compartir con Buddy porque se estaba quedando sin dinero, lograron llegar nuevamente a la parte alta de la ciudad donde estaba Kaibalandia.

Ahora que era de noche y junto a tantos reporteros parecía una maldita alfombra roja de premios. Claramente el tema benéfico le daba un gran plus adicional para llamar a las masas de prensa, pero era increíble.

Mientras caminaba al lugar con Buddy en sus brazos podía ver a los jugadores invitados por el mismísimo Yugo Muto a participar, siendo entrevistados o bajando de caros vehículos.

Bueno, en su defensa nunca ha ido a un torneo y menos tiene el dinero para comprar una boleta para ver el espectáculo.

Ahora que se acercaba se preguntaba cuál era el plan. Había miles de personas entrando y entrevistando, además de los que estaban en una barrera simplemente para ver a los duelistas entrar.

¿Pero entonces qué?

Buddy estaba gruñendo pero estaba quieto en sus brazos. Suponía que eso significaba que aun su alma gemela no había llegado.

Por fin llegó a un árbol al otro lado de la calle de Kaibalandia y se recostó en él. Bien podría tratarse del camarero de la cafetería en frente y tendría completo sentido pero aun Buddy no se movía.

La calle estaba cerrada por la policía y unos tipos que parecían los de Hombres de Negro, la seguridad era impresionante.

Eso estaba pensando cuando todo ocurrió en sólo un par de segundos.

Escucha a prácticamente todas las personas de ambos lados de la calle gritar de emoción, vislumbra una limosina y apenas nota que Buddy se baja de su brazo y empieza a correr para atravesar la ancha calle.

-¡Maldición, Buddy! – Grita para luego perseguir a su cachorro.

Pero aparentemente ese acto no fue bien visto por los guardias pues un chico corría hacia la calle en la que nadie podía pasar por lo que fue jalado por dos hombres de negro que casi lo tiraban al piso.

Joey quería darles en la madre, pero ni él podía con dos musculosos más altos que él que empezaron a alejarlos de camino.

-¡No te acerques a la limosina! – Le grita uno de los guardias que se veía enojado.

Joey frunce el ceño.- ¡Me importa un carajo la estúpida limosina! ¡Sólo quiero mi alma animal!

Los guardias lo ignoran mientras lo siguen arrastrando fuera del lugar para evitar hacer una escena pues su empleador no estaría satisfecho.

Mientras Joey ve con horror que Buddy estaba cerca de donde se detendría la limosina cuando uno de los guardias lo levanta del pescuezo para alejarlo.

Buddy se retuerce y gime mientras Joey forcejea para que no lo lastimen.

Apenas alcanza a gritar su nombre cuando un rugido se escucha, silenciando a toda la calle de los gritos emocionados y los que se provocaron por la escena.

La limosina se había detenido, y antes que el conductor abriera la puerta una elegante pantera negra había bajado casi enseguida.

Sólo existía una pantera negra de ojos rojos que podría bajar de una limosina.

Esta pantera de inmediato gruñe al guardia que se había inclinado, creyendo que había molestado al alma animal de su empleador al estar tan cerca y empieza a alejarse con el cachorro en su mano.

La pantera vuelve a gruñir y corre hacia él para detenerlo. El hombre se ve intimidado y aún más cuando una voz se escucha a sus espaldas.

-Quiere que lo sueltes. Ahora.

Los flashes empiezan a llover cuando Seto Kaiba baja de la limosina, algunos aun conmocionados por todo lo que acababa de pasar pero sin perder la oportunidad de fotografiarlo.

Joey aún es retenido y aun tratan de alejarlo del lugar pero ve con asombro a su pequeño Buddy siendo soltado por el imbécil guardia y de inmediato mirando con alegría a la pantera que era casi 5 veces más grandes que él, para luego acurrucarse en su pata.

Los que pensaron que la pantera famosa por su frialdad y corto temperamento no gustaría de la acción, quedaron con la boca abierta al verlo acostarse en el piso y pasar una pata por el cuerpo del cachorro de Bichón Montes.

Era obvio lo que significaba. Incluso los más ignorantes lo entendían.

Era tan obvio que los reporteros escribían como poseídos lo que ocurría, porque sabían con seguridad que lo que ocurriese en ese torneo no sería tan importante como que Seto Kaiba había encontrado a su alma gemela.

Y fue casi instantáneo. Seto Kaiba ni siquiera preguntó pero de alguna manera miró de inmediato a su dirección y por la vida de Joey que no podía despegar la mirada tampoco de esos ojos que le recordaban tanto a los de Buddy.

Los estúpidos guardias aun intentan arrastrarlo, aparentemente sin notar la situación y aprovechándose de lo conmocionado que estaba Joey.

Es que era Seto Kaiba.

¿Seto Kaiba era su alma gemela?

Kaiba de inmediato frunce el ceño y Joey cree que se quejará de él. Su ropa decía “pobre” en comparación con su elegante gabardina, además que había interrumpido su entrada.

Pero se sorprende al verlo marchar en su dirección y mirando con enojo los guardias.- ¡Ustedes! – Estos de inmediato se detienen y Joey solo puede abrir la boca con la siguiente línea.- ¡Suelten a mi alma gemela!

 

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Desde que era pequeño Seto Kaiba siempre ha impuesto respeto, no sólo por su inteligencia descomunal junto con una aguda lengua para argumentos sino por su pantera.

Su pantera negra de ojos rojos, que nombró Shadow cuando era niño, reflejaba mucho en él. Dicha pantera no le gustaba relacionarse más de lo necesario, gruñía a quien no gustaba y era frío como un demonio.

Sus rugidos y mirada se volvieron algo de temer.

Sobre todo con los singulares ojos rojos que no se acostumbran a ver en panteras. Eso incluso asustaba más.

Pero Seto no se quejaba, su pantera lo ayudaba a alejarse con éxito de personas fastidiosas.

Claramente se ha preguntado por su alma gemela, aunque también le ha hecho preguntarse si Shadow le agradará abiertamente alguien aparte de él. Incluso con su hermano, Mokuba, Shadow tenía reservas.

No le gruñía ni se enojaba por ser el hermano de su humano pero no le permitía que lo acariciase.

De pequeños Shadow y el alma animal de Mokuba tuvieron miles de problemas. Aunque se suponía que desde el alma ambos eran hermanos.

Con el paso del tiempo se volvieron compañeros pues ninguno representaba real peligro para otro. Aunque llamarlo amigo sería mucho.

Pero Seto no se quejaba, su pantera era una extensión de él. Ambos se entendían a la perfección.

Aunque a los diez no paraba de pensar que no quería que su alma gemela estuviese en peligro por su alma animal.

Sus pensamientos y preocupaciones como un niño se vuelven casi inexistentes a los 20 cuando tiene que pensar en una empresa y su carrera como duelista profesional.

Pensar en su alma gemela es algo que ya no hace en estos días, concentrado en su futuro.

.

Una mañana recibe una llamada que lo hace gruñir sin saber que cambiaría su vida y la de Shadow.

Contesta sin camuflar el gruñido.- ¿Qué quieres, Yugi?

-Hola, Kaiba. ¿Cómo estás? – Contesta alegre ignorando su grosero saludo. En serio, ¿El chico anda feliz todo el tiempo y ya se acostumbró a él?

-Ocupado. ¿Qué quieres? – Repite empezando a teclear en su computadora. Aún es temprano pero necesita una segunda taza de café.

-Verás.- Responde nervioso y Kaiba voltea los ojos al saber que dirá algo que no le interesa.- Mañana estaré organizando un torneo benéfico y estoy invitando…

-No me interesa.- Interrumpe de inmediato al ver el flujo de la conversación.

-Kaiba, por favor. Estoy invitando a todo el top 10. La presencia de todos ayudará a la promoción.

-No me interesa.- Repite sin problema.

-Por favor.- Responde Yugi casi lastimero.- Es por una buena causa.

Kaiba suspira exasperado por terminar pronto la conversación.- Mira, te daré un consejo que aprendí toda la vida. Si eres bueno en algo no lo hagas gratis. Así de simple.

-¡Kai…! – No escucha más porque de inmediato cuelga.

Shadow lo mira desde su cama a un lado de la oficina, se ve curioso. Kaiba se laza de hombros.- Sólo Yugi y una estupidez suya.- Y eso complace a su pantera que vuelve a acomodarse para su siesta.

Honestamente, ese Yugi.

Ha planeado derrocarle de ser el número uno y ¿de verdad piensa que lo ayudaría con un torneo? Sólo él, que aún cree que podrían hacerse mejores amigos, podía pensar eso.

Y su oveja era tan ilusa como su humano pues aun trataba de acercarse a Shadow aun con todo y gruñido.

De tal alma animal tal humano.

Deja de lado el tema por diez minutos para centrarse en lo que hacía antes cuando una notificación de un nuevo mensaje llega a su teléfono personal.

Es de Yugi, con información del torneo. Pidiendo que pudiese usar Kaibalandia y que reconsiderara participar.

Estaba a punto de eliminar el molesto mensaje cuando su teléfono de repente desaparece de su mano. Mira hacia al frente para ver a Shadow con el celular en sus garras.

Se apoya en sus dos patas delanteras mientras parece ver la pantalla, aunque no podía leerla. Pero la forma en que veía con tanta concentración la pantalla lo desconcertó.

Kaiba se inclina para tomar el celular para ver qué demonios era tan interesante, pero Shadow le gruñe para luego volver su atención a la pantalla.

Bueno, eso llamó su atención.

Se levanta de su silla para agacharse a su lado y ver que es el mismo aburrido mensaje. Se cruza de brazos.- ¿Qué es tan interesante? Sólo es Yugi.-

Shadow lo mira un momento para luego tomar el celular en su boca y correr a la puerta de su oficina.

De alguna forma Shadow se veía ansioso, algo muy raro en él.

Se acerca y su pantera se levanta para poner sus patas delanteras en sus hombros y luego dejar caer el teléfono lleno de saliva en las manos de Kaiba a lo que este hace una mueca.

-Qué asco, tendré que comprar otro.- Dice ni siquiera un poco asustado de la posición.

Shadow gruñe un poco señalando con su hocico la pantalla y Kaiba hace una mueca al entender.- ¿Quieres que vaya?

Shadow se baja de sus hombros para mirarlo, y luego rodearlo para empezar a empujarlo a la puerta.- Maldición, ¿Qué te pasa, estúpido gato? – Pregunta cuando casi se cae por el empuje.- ¿Tantas ganas tienes?

Su única respuesta fue otro empujón.

El castaño suspira mirando su teléfono, que aún tenía baba.- No es nada del otro mundo. Pero si insistes tanto.

Escucha un pequeño ronroneo de felicidad que lo hace sonreír levemente. Bueno, Shadow podía ser un poco egoísta, considerando que no suele pedir nada.

Siente otro empujón y su sonrisa se quita.- Cálmate, es mañana.

 

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Yugi casi lo deja sordo cuando le dijo que decidía participar. Le preguntó por su cambio de opinión y respondió con un amable – No te interesa.-

Aceptó que también se hiciese en Kaibalandia. Más cerca y podía ejercer mejor control.

Para algunos les parecería increíble si supieran que sólo participaría por su pantera. Pero él sigue siendo su alma animal, si lo hacía feliz entonces valía el intento. Punto.

Aunque debe decir que a partir de aceptar participar Shadow se volvió un poco extraño. La sola mención de “Kaibalandia” o del torneo lo hacía levantarse de donde estuviese sentado para mirar fijamente a la persona que había hablado.

En la limosina no paraba de mirar la ventana, y gruñía todo el que se acercara demasiado, incluso más que de costumbre.

Seto al menos estaba feliz que Mokuba estaba estudiando fuera.

Al día siguiente tenía ganas de dejarlo en la mansión. No sabía que bicho le había picado para ponerse así, pero al tratar de decir la idea le rugió con fuerza y enfado.

Tal parece que ese torneo lo estaba emocionando de más.

Pero nunca se ha avergonzado de su alma animal y si quería ir y terminaba mordiéndole el brazo a alguien para estar feliz pues que así sea. Y más vale que nadie se atreviese a meter con él o sufrirían la ira de Seto Kaiba.

Su relación era de protección mutua.

Así que en la noche se subió en la limosina con el conductor y Roland en la parte delantera.

Usualmente Roland y su labrador, con quien Shadow tenía una relación de compañeros como con el alma animal de Mokuba, iban en la parte trasera con él. Pero Shadow no estaba de acuerdo con la idea y les rugió cuando intentaron entrar.

Aún no le preocupaba, Shadow podía hacer lo que quisiese.

Cuando la limosina dobla la esquina en la calle donde está Kaibalandia ve toda la parafernalia de un evento orquestado por él, aunque al ser esta vez de Yugi suponía que era más sorprendente.

Ni siquiera se detiene a ver a nadie por los vidrios paralizados, pero al parecer a Shadow algo le había llamado la atención, pues sus ojos rojos ven a un punto en movimiento. Sigue su mirada y lo nota.

Una pelusa corriendo atravesando la calle.

Mientras la limosina más se acerca se nota más que es un perro, más bien un cachorro que se ve feliz corriendo.

Frunce el ceño y piensa y gritarle un par de cosas a los de seguridad.

La limosina aun avanza pero frunce aún más el ceño cuando Shadow empieza a pasar sus garras en el vidrio intentando salir.

Y sólo suma dos más dos. No necesitaba ser un genio para saber.

-¿Es?

No necesita más pregunta pues su pantera entiende, deteniendo de moverse para mirarlo un momento y seguir moviendo sus patas.

Maldición. Se pasa su mano por su cabello castaño. ¿Va a conocer a su alma gemela en pocos segundos? Era algo surrealista y realmente ahora entendía lo acelerado que estaba Shadow con llegar al torneo.

Aunque ahora ese torneo no le importaba ni un poco, porque conocería al alma gemela del que tanto se preocupó cuando era niño.

Sale de sus pensamientos cuando Shadow gruñe con fuerza y al ver por la ventana sabe a la perfección que la cara de enojo de su pantera la tiene en su propio rostro.

Un maldito tipo, que parece trabajar para él, tomó del pescuezo al pequeño cachorro y lo aleja. Por lo que en cuanto siente la limosina detenerse abre la puerta, sin importar el protocolo de la prensa donde el conductor o guardaespaldas abre la puerta.

Shadow sale y de inmediato ruge para callar el bullicio.

Allí sentado nota que el cachorro está solo. ¿Dónde está su alma gemela?

El guardia, que sabe que mañana estará buscando trabajo, se ve intimidado cuando Shadow le gruñe con una pose amenazante. Y francamente su paciencia ya se hartó

-Quiere que lo sueltes. Ahora.- Se baja de la limosina e ignora todo los flashes, pues algo más importante ocurre a solo un par de metros de él. El pequeño perrito se ve feliz de ver a Shadow y se acurruca e increíblemente Shadow lo acepta mientras se acuesta a recibir más afecto.

Es algo surrealista ver a la temible bestia así y quiere reírse por el rostro conmocionado de todos, sin admitir que él mismo estaría así si no supiese de antemano que era el alma animal de su alma gemela.

Pero ahora lo importante era saber de su alma gemela, aparta la vista de los dos animales para levantarla y ver directamente a un rubio siendo retenido con fuera por dos de sus guardias, éste le mira directamente, muy diferente a las miradas que recibe de todos.

No tiene ni la más remota idea de porqué mira directamente hacia él en cuanto levanta la vista, ni tampoco sabe en qué momento sus pies comenzaron a moverse para llegar a él.

Pero su mente lo sabe, es él.

Cuando al fin puede entender que camina hacia él siente que la distancia no se acorta y que los bastardos que lo agarran tratan de alejarlo de él. ¿Qué demonios se creen?

-¡Ustedes! – Se traga su sonrisa de satisfacción al efecto inmediato de detenerse.- ¡Suelten a mi alma gemela!

Lo sabe en ese momento que los periódicos se volverán locos al día siguiente.

 

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Las personas miran con asombro la escena, el ruido en definitiva se ha detenido a excepción de los múltiples flashes.

No pasa ni medio segundo de la orden cuando los guardias sueltan a Joey y se inclinan.- ¡Lo lamentamos, no sabíamos…!

-¡Fuera de mi vista! – Grita Kaiba y de inmediato el par se aleja.

Joey mira curioso al castaño delante de él.- Solo para estar seguro que no estoy loco.- Dice llamando la atención de Kaiba que lo mira.- ¿También sientes eso?

Kaiba no pregunta, porque sabe que se refiere al tirón o jalón que siente hacia el chico. Por lo que asiente.

Joey sonríe en respuesta y sin rastro de vergüenza pone una mano en la mejilla de su ahora alma gemela.

Las personas jadean silenciosamente, pues un ruido podría ser inapropiado. De por si estaban interrumpiendo un encuentro de almas gemelas que suele ser un asunto privado, pero el mundo de los famosos y paparazis no descansa, así que a muchos esa privacidad les pasaba de largo y seguían analizando calladamente todo.

Joey aun apoya la mano.- Es bueno encontrarte.- Susurra. Pues ahora el jalón es incluso más fuerte con el contacto directo.

Ambos lo sienten. Si había algo de duda se resuelve enseguida.

Sin pensar Kaiba toma la mano libre de Joey, para sentir un poco más de ese jalón que no sabía que sería tan reconfortante.

Un pequeño ladrido los saca de su mundo y ambos ven a sus almas animales acercarse. Buddy corre mientras Shadow camina con gracia.

El cachorro llega primero, justo a la pierna de Kaiba y empieza a acariciarla. Kaiba se agacha y lo levanta en brazos, haciendo que de inmediato Buddy empiece a lamer su cara y cuello.

Los flashes llenan todo aún más. No todos los días se ve a Seto Kaiba con un cachorro en mano y al parecer con una sonrisa.

Joey mira a ambos con una sonrisa hasta que ve a la pantera llegar cerca. Hay un nuevo silencio.

Una pizca del temor infantil de Seto lo siente aun con todas las lamidas del perrito.

Shadow se sienta y Joey se arrodilla en frente de él.

Algunos le han dicho que es arriesgado y que no piensa las cosas. Pero no siente miedo, por lo que sonríe y se acerca para abrazar del cuello a la pantera.

Todos, absolutamente todos jadean con el movimiento. Temiendo de la reacción de la peligrosa pantera.

Por lo que sus ojos caen desorbitados cuando la pantera, lejos de una reacción violenta, acerca su hocico para acariciar la cara de Joey.

Shadow empuja a Joey al suelo y se acuesta encima suyo para empezar a lamerlo, haciéndolo reírse.- P-Para – Dice entre risas y pasando una mano por la cabeza negra.

Los miedos de Kaiba se funden en ese momento. Incluso él está ligeramente sorprendido, pues Shadow no es de demostrar afecto, ni siquiera con él. Pero con lo tierno y alegre que es el pequeño cachorro en sus brazos en realidad entiende que Shadow se sienta abierto de ser feliz con su alma gemela.

Después de las lamidas Joey vuelve a abrazarlo por el cuello.- Ay, eres igual que mi carta favorita. Negro con ojos rojos.

Kaiba sonríe con el comentario porque él también lo notó. El cachorro es blanco de ojos azules.

Joey aun acostado en el suelo mira al castaño.- Es el destino, ¿No?

Kaiba asiente aun sonriendo, y con un poco de forcejeo logran quitar a Shadow y hacer que Joey se levante.

-Por cierto.- Dice Joey sacudiendo inexistente polvo de sus pantalones.- Su nombre es Buddy.- Señala al cachorro que ladra en respuesta.

-Él es Shadow.- A lo que la pantera camina para poner su cabeza justo debajo de la mano de Joey.- ¿Y tu nombre?

Joey se ríe.- ¡Claro! ¡Eso era lo que se me olvidaba! – Estira su mano hacia Kaiba.- Soy Joey Wheeler.

Se escuchan algunas lapiceras sobre papel, apuntando de inmediato el nombre.

-Entonces, Joey.- Dice Kaiba y por alguna razón que el rubio no entiende su corazón late con fuerza.- ¿Vienes a ver el torneo?

Joey suspira.- En realidad quería competir, pero esta mañana me echaron y los guardias me vetaron.

-¿Te echaron? – Pregunta levantando una ceja.- ¿Y te vetaron? ¿Con permiso de quién? – Frunce el ceño.

Joey agita una mano en el aire estando importancia.- Larga historia.

Kaiba pone una mano en su barbilla.- Supongo que aún hay cupo para que puedas entrar a las preliminares.

-¿De verdad? – Pregunta sorprendido y emocionado.

-Claro, nada que una llamada no pueda hacer. Pero si eres mediocre te quedarás en las preliminares.- Dice con su sonrisa característica a lo que Joey le responde con una sonrisa competitiva.

-Acepto el reto, ya verás que patearé tu trasero.

Era osado decir eso, pero Kaiba no reaccionó con enojo solo con una risa. El cambio del hombre más frio del mundo al encontrarse con su alma gemela era increíble.

-Aunque mis cartas están en mi casa, no sabía que competiría hoy.- Dice tomando a Buddy en sus manos, porque estaba empezando a morder el botón de la gabardina de su alma gemela.

-Podemos hacer una parada rápida.- Responde Kaiba sin problema.

Joey levanta la vista sorprendido.- ¿Y el torneo?

Kaiba se alza de hombros indiferente.- Este sitio es mío, no puede empezar sin mí.

Shadow empuja levemente a Joey para hacerlo avanzar. Kaiba lo mira sin expresión. A él lo empujas suave, maldito gato.

Y apenas ahora Joey se da cuenta de la cantidad de ojos que tienen encima, toda su primera reunión posiblemente grabada y la vería en la mañana en las noticias matutinas.

Se sonroja.- Bien, vamos.- Dice avanzando a lo que Roland le abre la puerta después de una inclinación para que luego entren Kaiba y Shadow. Cierra la puerta y la limosina se va.

El torneo queda olvidado. O al menos hasta que la nueva pareja vuelva.

Por lo que a nadie realmente le importa cuando los siguientes peleadores empiezan a llegar.

 

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A la mañana siguiente los periódicos mostraban diferentes títulos con la noticia, teniendo diferentes imágenes.

“Seto Kaiba, el soltero más codiciado y peligroso encuentra su alma gemela”

“Riqueza y pobreza, el destino es divertido”

“Seto Kaiba sonríe en público”

“Nuevo episodios de almas gemelas: Seto Kaiba”

Y la que hizo reír a Joey sin parar: “Joey Wheeler, domador de bestias”

Notas finales:

En definitiva este es mi universo favorito de leer, lo disfruto demasiado y mis dedos se deslizaron solos mientras escribia por la fluidez de todo.

Notaron el guiño del perro blanco de ojos azules y la pantera negra de ojos rojos? Incluso los mismos Joey y Kaiba se dieron cuenta XD

Espero que lo hayan disfrutado, siempre es un placer escribir de esta pareja


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