Tres años fue lo que tuvo que esperar Min Yoongi para volver a su verdadero hogar. Sus dedos tamborilean sobre la ventana del autobús marcando el ritmo de una vieja canción, lleva veinte minutos de viaje, faltan quince minutos para llegar a la estación de Jung-dong y abrazar a su abuela y dejar atrás los malos recuerdos en Seúl.
Lo único que lamenta de haber partido de la ciudad es dejar a su único amigo Jin. Él no se mostró muy contento cuando Yoongi le dio la noticia, ya que se hicieron muy unidos desde que se conocieron en la secundaria, descubrió que tenía muchas cosas en común con el chico de peculiar personalidad, además la personalidad amigable de este facilito todo para que el reservado Yoongi se sintiera cómodo con él.
La partida de Seúl a Bucheon no fue fácil, su madre lo gritó y maldijo entre lágrimas llamándolo malagradecido, mal hijo y otros improperios que Yoongi quiere olvidar con todo su corazón, pero aún con todo el drama que ella armó no lo detuvo. La relación con su madre jamás fue de las mejores, no se hizo cargo de él dejando en manos de sus abuelos quienes fueron como sus verdaderos padres. Él no la extrañaba, vivía feliz con sus parientes en su vieja casa en Bucheon. Pero un día su madre se presentó a su puerta exigiendo su devolución como si se tratara de un objeto, sus abuelos no quisieron ceder, no confiaban en su propia hija y cuánta razón, la mujer al no ver cooperación por parte de sus primogénitos demandó y se llevó a Yoongi con ella y al ser menor de edad, no le concedieron ni voz ni voto.
Al principio estuvo dispuesto a vivir con su madre, grande fue su desilusión al descubrir la verdadera razón del repentino arrebato maternal de esa mujer. Su padre, ella lo quería de vuelta, pensó que usando Yoongi lo conseguiría, de hecho hasta ese momento Yoongi conoció a su padre, el hombre no duró mucho tiempo en sus vidas, duro un par de meses y luego se hartó abandonándolos de nuevo, su madre entró en depresión y se desquitó en más de una ocasión con Yoongi.
Eso solo agrego más carga a la ya complicada vida de Yoongi, tenía que lidiar con una desequilibrada figura materna, y los otros que no lo dejaron en paz un solo estante de su vida.
Las noches son un tormento para Yoongi, desde que tiene memoria es asediado por criaturas aterradoras que solo él puede ver. De esto no habló con nadie más que sus abuelos hasta la llegada de Jin quien lo descubrió por accidente, de ser por el moreno jamás le hubiera contado. Para él mismo es una locura y decirlo en voz alta suena estúpido, pero su realidad es que puede ver espíritus.
Por otra parte, su nueva vida solo lo empeoro todo, su entorno depresivo y constantes disgusto con su madre sembraron en él la amargura, un aura negativa que atraía a esas cosas como si él fuera miel para las abejas. Aguantó solo, ya no tenía a sus abuelos quienes corrían hacia él en medio de la noche para salvarlo y espantar lo malo.
Yoongi resopla al recordar el momento en que todo comenzó, cierra los ojos y deja que la escena fluya vívidamente en su cabeza, sabe que no importa cuántos años pasen, él jamás podrá olvidarlo.
Sucedió cuando tenía cuatro años, él se encontraba durmiendo en su cama cuando escucho murmullos que lo fueron sacando de su sueño.
―¿Abuelo? ―hablo adormilado el pequeño Yoongi―. ¿Abuelo? ―volvió a repetir esta vez asustado, su abuelo sabía que él se asusta fácil, así que solía hablar de manera dulce antes de que su nieto entre en pánico, pero esta vez no hubo respuesta, solo gruñidos bajos y palabras indescifrables.
Los murmullos se silenciaron y la habitación se sumió en una pesada tensión que helo y erizo la piel de los brazos del pequeño niño. Está vez un quejido salió de su boca y tembló por todas las sensaciones acumuladas, sus ojos se llenaron de lágrimas al buscar por su habitación la figura de algún intruso.
Por unos instantes no hubo movimiento, el niño se sacudió y decidió ir a la habitación de sus abuelos a pedir que lo dejaran dormir con ellos, aun entumecido se quitó las cobijas y se arrastró a la orilla de la cama, bajó un pie pero se congelo al sentir algo frío y pegajoso contra la planta de su pie desnudo.
El murmullo volvió.
Bajo la mirada al suelo, mientras siente como si le dieran un puño en el estómago hay un hombre flaco, pálido, lleno de heridas en su desnudo torso, sus grandes ojos estaban completamente abiertos mirándolo, ninguno quitó la mirada sobre el otro, hasta que Yoongi sintió como ese sujeto lo agarró del tobillo y con voz ronca pero más clara que antes dijo:
―No sé dónde está el dinero ―subió su mano hasta el gemelo de la pierna del niño―. No sé nada, pero todo está tan frío aquí ―apretó su agarre despertando a Yoongi del shock, a lo cual el chico gritó con todas sus fuerzas.
Escucho pasos apresurados, la puerta fue abierta de un solo golpe, luego apareció en el marco de la puerta la figura imponente de su abuelo, se acercó a su nieto y lo tomó por los brazos, lo sacudió un poco para sacarlo del shock, el pequeño Yoongi no podía hablar, miraba sin mirar al rostro de su abuelo mientras sus pantalones se humedecen, de ahí ya no recuerda mucho.
Abre los ojos y se da cuenta que se perdió de nuevo en un mal recuerdo de su infancia, levanta su pierna y la soba su gemelo para tratar de eliminar la sensación fría y pegajosa de cuando esa cosa lo tocó.
Pero, levanta la mirada y sonríe al reconocer los comercios que rodean la estación de Jung-dong, unos minutos más y estará en casa, ya no debería pensar en cosas que pasaron hace tanto tiempo, ahora debe concentrarse en lo bueno, y eso es estar con su abuela, se acomoda en la silla para peinar un poco su cabello negro con los dedos, quiere verse bien para cuando vea a su abuela y mostrarle cuanto a crecido, la última vez que la vio fue cuando un año después de su partida su abuelo murió de un ataque al corazón, Yoongi reconoce que tuvo mucho miedo de ir al velorio y ver a su abuelo caminando por ahí, pero grande fue su alivio cuando esto no sucedió, cree que su abuelo se fue a descansar.
Y lloró mucho, aún lo hace cuando el remordimiento es tanto que se desborda, deseó con todo su ser que su madre jamás hubiera aparecido llevándoselo lejos de su abuelo, no pudo estar con él en sus últimos momentos, ni sostener la mano de su abuela y ser su apoyo.
Pero ahora volvía para quedarse, apenas cumplió la mayoría de edad hizo sus maletas y dejó sin pensarlo mucho esa casa en Seúl que nunca sintió como propia.
El autobús se detuvo, Yoongi se incorporó de su silla buscando entre las personas que parecían estar esperando a alguien, cuando por fin diviso la figura menuda y delgada de su abuela, emocionado tomó su maleta de mano y bajó corriendo empujando en el proceso a algunos pasajeros que le riñeron pero no le importó.
―¡Abue! ―grito llamando la atención de medio mundo, la mujer miró sorprendida hacia él y sonrió, arrugando los ojos en un gesto de inmensa alegría, la mujer avanzó un par de pasos extendió sus brazos para recibir a su preciado nieto.
―¡Mi niño! ―el chico se irguió levantándola y sin problema alguno empezó a darle vueltas, la mujer rio un par de veces y lo golpeó ligeramente en los hombros―. ¡Ya, ya, que me voy a marear!
Yoongi se detuvo y la bajo, agachándose un poco al recibir caricias en el rostro por parte de su abuela.
―Pero qué guapo estás ―sonrió y se dejó revisar por su abuela―. Veo que creciste un poco.
―Usted mi señora está más bella cada día ―habló sin quitar su sonrisa―. Qué anda haciendo que se ve más joven que antes.
―¡Ah! Y encantador también ―ambos rieron y se abrazaron de nuevo ―. Que grosera soy ―habló su abuela separándose un poco de él―, Yoongi debo presentarte a mi lindo muchacho ―al decir esto, la mujer se giró un poco y llamo a alguien con su mano, Yoongi no había reparado en la tercera presencia de la emoción por ver de nuevo a su abuela.
―Ven Jimin, este es mi nieto del que tanto te hable.
El mencionado Jimin se acercó e hizo una ligera venia, luego se irguió y sonrió a un tímido Yoongi.
―Mucho gusto, es un placer conocer al famoso Yoongi ―la melodiosa y profunda voz hace contraste con la frágil apariencia del muchacho, cabello negro y corto, piel blanca y unos hermosos ojos, enmarcados con un par de grandes y profundas ojeras.
―Umm... Sí, yo... ―el joven recién llegado se quedó sin habla, no puede dejar de ver a Jimin, hay algo extraño que rodea al joven parece humo oscuro, jamás ha visto algo parecido en el aura de un ser humano y eso lo inquieta, por otro lado Jimin pierde un poco de su sonrisa y mira de manera nerviosa a la señora Min.
―¿Yoongi? ―la abuela Min lo saca de su análisis tronando los dedos frente a la cara de Yoongi―. Oye no es momento de estar coqueteando.
―¡Abuela Seo! ―el muchacho se gira mortificado hacia la mujer.
La abuela Seo suelta una gran carcajada, incomodando a los dos jóvenes que miran a su alrededor con tal de no cruzar la mirada con el otro.
―Ya, no te alteres tanto, es que te quedaste medio embobado mirando a Jimin ―la abuela empezó a caminar invitando de manera inconsciente a los chicos para que avanzarán―. Es un muchacho guapo.
Yoongi cerró sus ojos mortificado, tomó sus maletas, caminando a un lado de la abuela, evadiendo a Jimin quien sonrió apenado custodiando el otro costado de la señora mayor.
La abuela Seo, empezó a parlotear sobre la comida que espera a Yoongi en casa, como su habitación sigue siendo la misma y que tendrán que comprar una cama nueva para él, ya que ahora es mucho más alto que cuando dejó la casa. Yoongi sonríe y asiente ante las locuras de su abuela, de vez en cuando mira de reojo al chico llamado Jimin, quien también asiente y responde de manera animada.
Como dijo su abuela, no puede quitar la mirada sobre Jimin pero no por las razones que ella cree sino por una extraña sombra que lleva colgada sobre los hombros. No tiene una forma definida y es pequeña, el chico parece notar algo pues se masajeó el cuello como si este doliera.
―Y cómo te decía antes de que te fueras a la nubes ―su abuela le jalo una oreja para llamar su atención―. Jimin vendrá a cenar con nosotros.
―¡Oh señora Min! ―el joven pálido levantó las manos y negó―. No hace falta, además se nota que tienen que hablar de muchas cosas, no quiero hacer mal tercio.
―No digas tonterías Jimin, desde que llegaste a mi casa con tu hermano se volvieron como de la familia, además quiero que se conozcan mejor, después de todo Yoongi es mi preciado nieto quien volvió para quedarse, se verán a menudo.
Jimin sonrió y asintió, dándose por vencido en su negativa y de alguna manera Yoongi lo entendió, no es fácil negarse a cualquier cosa que pida la abuela Seo.
Los tres salieron de la estación, tomaron un taxi y se dirigieron a casa.
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Yoongi entra a la casa después que su abuela y Jimin, mira a los alrededores y sonríe, la casa tiene cosas diferentes, se nota que los abuelos hicieron remodelaciones Yoongi no se sorprende pues su abuela le había informado por teléfono. La tapicería de los muebles fue cambiada y algunas fotos se agregaron a la pared blanca del recibidor, sonríe con nostalgia al detenerse y ver una foto de su abuelo junto a un gran pescado, ese día fueron a pescar solo los dos.
―Te pareces mucho a él.
Yoongi asintió y sonrió orgulloso, es agradable compararse de alguna manera con su abuelo, sabe que nunca podrá llegar a ser tan bueno como el señor Min.
―Gracias ―de manera distraída Yoongi se da la vuelta pensando que era su abuela, toma de los brazos a la persona que tiene al frente, dándose cuenta tarde que es un sorprendido Jimin ―. Ah... Lo siento ―y antes de soltarlo, imágenes acuden a su cabeza, Jimin corriendo desesperado por pasillos de un lugar que no conoce y algo como un lobo gigante de extremidades muy largas lo persigue, lo ve tratando de morder sus tobillos, lo derriba se acomoda encima de él y cuando lo va morder...
Lo suelta.
―Oye... ¿Estás bien? ―Jimin suena preocupado, estaban hablando con normalidad cuando de repente Yoongi se puso pálido.
―Sí, lo siento ―respiro hondo, tratando de acomodar sus manos en alguna parte de su cuerpo, mira de nuevo a Jimin y puede notar esa expresión que tanto detesta en los demás, la que le dice "eres un anormal"―. Mejor... Mejor ayudo a la abuela Seo.
Jimin iba a replicar algo pero la torpe huida de Yoongi no lo dejó. Se quedó estático con el ceño fruncido ante el abrupto cambio de humor del nieto de la abuela Seo, tal vez está cansado, o hablar de su abuelo le causó un disgusto, Jimin se sintió apenado y rogó que no fuera la segunda opción.
Mientras tanto Yoongi se apoya en la pared tratando de calmar la marcha apurada de su corazón, ¿Qué habrá sido lo que vio? Jimin fue atacado alguna vez por un animal... No, eso no parecía un animal normal, además el muchacho no demostró signos de algún trauma al caminar, vio que el ataque fue violento y la atmósfera, ¿qué clase de lugar la alberga? y lo más importante ¿Qué hacia Jimin allí? Bufó, él no quiere problemas, solo cuidar de su abuela, estudiar, buscar un trabajo y evadir todo lo extraño, pero tal parece que las cosas nunca salen como Yoongi desea.