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Quejarte no te convierte en un débil por Kurara Whisper

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Notas del fanfic:

Título del fanfic: Quejarte no te convierte en un débil.

Parejas: Wonkyu

Tipo: Yaoi.

Género: Familiar, cómico y romántico.

Clasificación: {G}

Advertencias: Ninguna.

Comentario de la Autora: Este One-shot es el décimo de la segunda temporada de la serie de la ChoiCho family. En la primera temporada siempre dije que se podían leer independientemente y, aunque es algo que mantengo en esta segunda, creo que es mucho mejor leerlos todos antes. Los podéis encontrar ordenados en mi perfil de autora:

Notas del capitulo:

 

¿Hola? ¿Alguien ahí?

Os traigo un pequeño regalito en una ocasión muy especial para mí y es que…

¡¡¡¡HOY SE CUMPLEN 5 AÑOS DESDE QUE PUBLIQUÉ MI PRIMER FIC DE LA CHOICHO FAMILY!!!!

¿Os lo podéis creer? ¡5 añazos! Todavía no me hago a la idea de que haya pasado tanto tiempo. Y de que mi cabeza haya sido capaz de aguantarlo XD

Si bien es cierto que 2013 y 2014 fueron de mis mejores años publicando, no he dejado de escribir en ninguno de los siguientes y, aunque he ido publicando a cuentagotas, mucho de ese tiempo está invertido en otras historias que aún están por terminar, pero que os juro algún día verán la luz. Sólo espero que no me hayáis abandonado todas para entonces y todavía me quede alguna lectora compasiva que se apiade de mí y me lea D:

Sé que la ChoiCho Family es de mis fics más conocidos y más queridos, sigo recibiendo comentarios de mucha gente que lo descubre por primera vez y me comenta emocionada y también me llegan comentarios de antiguas lectoras que se lo releen y me comentan de nuevo. A todas vosotras os doy enormemente las gracias por vuestras palabras. Es algo que repetiré hasta la saciedad pero es que vuestros comentarios son de verdad lo que me hacen seguir escribiendo.

Puede que muchas no lo sepáis, pero estas historias existen gracias a una persona a la que quiero agradecerle mucho y es que hace años, mi escritora favorita publicó unos fics sobre esta misma familia y me gustaron tanto que me animaron a escribir los míos propios.

A ella debo darle las gracias y, a su vez, pedirle perdón, porque sé que de algún modo me apropié de su idea sin su consentimiento, pero en mi defensa debo decir que no lo hice con ninguna maldad y que nunca me esperé tal acogida a mis historias.

De todas formas, mi pequeño “éxito” es todo gracias a ti Pixie. Tus increíbles historias y tu manera de escribir me enamoraron tanto, que sacaron a la pequeña escritora que había en mí. Sin ti, no habría Kurara, así que gracias. De todo corazón, muchas gracias.

Y a todas vosotras que queráis leer sus increíbles y maravillosas historias, os dejo aquí el link de su perfil para que vayáis a darle mucho amor a sus historias y ¡a ver si entre todas conseguimos que publique más!

Y tras semejante parrafada interminable, ¡aquí tenéis un nuevo capítulo en la serie de la ChoiCho Family!

 

 

Quejarte no te convierte en un débil

 

―Kyuhyun...

 

―Hyung, nunca me llamas a la oficina... ¿Qué pasa?

 

―Tengo que decirte algo pero... ¿No te preocupes, vale?

 

―¿Hyung?

 

―Tú estate tranquilo.

 

―Si me dices eso sólo haces que me preocupes más. ¿Qué es lo que pasa?

 

―Estoy en el hospital.

 

―¡¿El hospital?! ¡Oh, Dios Siwon! ¡¿Qué te ha pasado?! ¿¡Estás bien?! ¡¿Estás herido?! ¡¿Has tenido un accidente?! ¡¿En qué hospital estás?! ¡¿Qué te han dicho los médicos?! ¡Siwon contéstame!

 

―Lo intento, pero no me dejas.

 

―¿Dónde estás? ¿Qué tienes? Voy para allá.

 

―Estoy bien Kyu. Estoy en el hospital general de Seúl, a punto de que me den el alta.

 

Esa conversación telefónica no hacía más que repetirse una y otra vez en su cabeza mientras conducía en dirección al hospital general de Seúl, con las manos fuertemente agarradas al volante en un intento por no agarrarse los pelos y tirarse de ellos ante la desesperación de no saber qué le había pasado a Siwon.

 

Cuando llegó al edificio, poco le importó dejar el auto mal aparcado antes de salir y precipitarse hacia la puerta de urgencias.

 

―¡Kyuhyun! ―la voz de Siwon le interrumpió antes de ser capaz de llegar al mostrador de recepción.

 

Giró la cabeza rápidamente hacia el lugar del que la voz de su chico procedía y se encontró a Siwon sentado en una de las sillas de la sala de espera con el brazo derecho vendado y en un cabestrillo.

 

―¡Hyung! ―gritó virando su dirección―. ¡Oh, Dios! ¡¿Qué te ha pasado?!

 

―Un esguince ―respondió―, en la muñeca.

 

―¡¿Un esguince?!

 

―Kyuhyun, no grites ―le pidió.

 

―¡¿Cómo quieres que no grite?! ¡Te has roto el brazo!

 

―No se ha roto nada ―negó un hombre llegando a su lado.

 

Kyuhyun giró la cabeza al oírle.

 

―Zhou Mi... ―suspiró al ver al hombre en bata a su lado.

 

―Toma, son los papeles del alta ―le indicó tendiéndole unos papeles.

 

Kyuhyun parpadeó y cogió los papeles que le tendían.

 

―¿Qué es lo que ha pasado? ―preguntó a su amigo y vecino.

 

―Tropezó y se cayó encima de su brazo mientras jugábamos a tenis. Nunca lo creí tan patoso ―medio rió.

 

―¿Es grave? ―se preocupó Kyuhyun mirándole, dándose cuenta entonces que Zhou Mi llevaba ropa deportiva debajo de su bata de médico, parecida a la que Siwon vestía.

 

―No demasiado―negó el mayor―. Es un esguince, aunque eso no significa que no vaya a dolerle. Tiene que llevar el vendaje compresivo un par de semanas y después tendrá que hacer un poco de rehabilitación.

 

―¿Rehabilitación? ―preguntó Kyuhyun asustado, aquello sonaba muy grave entonces.

 

―Sólo son unos ejercicios que podrá hacer en casa, es para recuperar mejor la movilidad y evitar molestias futuras ―le explicó―. Tiene que tomarse estas pastillas tres veces al día ―indicó tendiéndole el medicamento―, son para el dolor. Si en algún momento le duele demasiado, puede tomarse una más, pero no puede abusar de ellas. Como mínimo debe espaciarlas cada seis horas.

 

Kyuhyun asintió y cogió la caja del medicamento que Zhou Mi le tendía.

 

―¿Cómo te encuentras? ―preguntó Zhou Mi mirando a Siwon.

 

―Estoy bien ―aseguró―. No me duele ―afirmó.

 

―Eso es por la medicación ―le señaló―. Te empezará a doler más tarde. Procura mantenerlo en alto todo el tiempo, ¿vale?

 

―Claro, doctor ―respondió Siwon burlón.

 

―No le hagas caso ―lo interrumpió Kyuhyun―. Yo me encargaré de que no la mueva.

 

―Me fío de ti, entonces ―apuntó Zhou Mi―. Puedes llevártelo a casa ya.

 

Kyuhyun asintió y Siwon se puso en pie.

 

―Yo debo quedarme a rellenar unos papeles todavía, pero si queréis que os acerque en coche, podéis esperarme en la cafetería.

 

―No, no hace falta, gracias. He venido en coche también.

 

―¿Has venido en coche? ―preguntó Siwon extrañado, pues que él recordara Kyuhyun no se había llevado el coche al trabajo, él se lo había ofrecido, aprovechando que tenía el día libre y no lo necesitaba, pero Kyuhyun había preferido no enfrentarse al intenso tráfico de la mañana.

 

―Sungmin me lo ha prestado ―respondió.

 

Siwon asintió.

 

―Nos vemos luego, entonces ―se despidió Zhou Mi.

 

―Claro, hyung. Gracias.

 

Zhou Mi le sonrió y desapareció tras las puertas dobles de urgencias.

 

―¿Seguro que estás bien? ―se giró Kyuhyun preocupado a mirar al mayor.

 

―Estoy bien ―aseguró―, pero ya has oído a Zhou Mi, no debo moverla, así vas a tener que ponerte tú encima esta noche.

 

―¡Yah, hyung! ―le gritó dándole un manotazo al brazo sano―. Te hablo en serio y me sales con una estupidez así ―le regañó.

 

Siwon rió.

 

―Estoy bien, no te preocupes más ―lo calmó pasando su brazo izquierdo por encima de sus hombros―. ¿Me llevas a casa? ―le pidió haciendo un puchero.

 

Kyuhyun rodó los ojos ante el gesto y ambos echaron a andar hacia la salida para llegar al coche de Sungmin.

 

―¿No te has hecho nada más? ―preguntó Kyuhyun cuando salieron del edificio.

 

―Creo que me va a salir un morado en la barbilla, pero nada más.

 

―¿En la barbilla? ―interrogó Kyuhyun mirando el lugar mencionado.

 

―Me golpeé al caer ―le explicó tocando el lugar que tenía adolorido―, me duele, pero sólo del golpe, Zhou Mi me ha hecho radiografías de todos modos.

 

―Tienes que tener más cuidado, hyung...

 

Siwon sonrió enternecido por su preocupación y le dio un beso en la sien.

 

―Estoy bien, no te preocupes más ―le pidió.

 

Kyuhyun murmuró alguna cosa incomprensible como respuesta cuando llegaron al coche y Siwon sonrió, pues sabía que el menor sólo andaba maldiciéndolo.

 

Kyuhyun quitó la alarma al coche y ambos subieron.

 

―¿Te abrocho el cinturón? ―preguntó el menor.

 

―Puedo sólo Kyu, no estoy inválido ―respondió Siwon riendo.

 

Kyuhyun rodó los ojos una vez más y metió la llave en el contacto después de ponerse él mismo su cinturón. Arrancó y condujo hacia su casa.

 

Cuando llegaron, Kyuhyun obligó a Siwon a sentarse en el sofá y no moverse mientras él leía el prospecto de las pastillas que Zhou Mi le había entregado.

 

―Tienes que tomarte tres al día. Con las comidas durante dos semanas ―dictaminó al final.

 

Siwon asintió.

 

―Puedes volver a la oficina si quieres, me quedaré aquí.

 

―¿Cómo voy a dejarte solo? ―preguntó escandalizado.

 

―Kyu, no me va a pasar nada, estoy bien ―aseguró―. Y de todas formas tienes que devolverle el coche a Sungmin.

 

―Me dijo que pasaría a buscarlo él mismo.

 

―Pero igualmente vas a tener que ir a buscar a Suho a la escuela.

 

―Llamaré a Minho, le pediré que pase a buscarlo cuando salga de clase ―ahora que Minho ya tenía trece años, había decidido que era lo bastante mayor para ir y volver solo de la escuela.

 

―¿Tienes respuestas para todo, no? ―preguntó divertido.

 

―¿Y porqué tengo la sensación de que quieres sacarme de casa? ―objetó Kyuhyun.

 

―No es eso ―negó el mayor―, es sólo que no quiero que cambies tu rutina por mí. Sólo me he torcido la muñeca, no me he roto la cabeza.

 

―Aish, no digas tonterías ―Kyuhyun rodó los ojos―. Tampoco va a pasar nada porque me tome un día libre.

 

Siwon le sonrió en respuesta.

 

―Voy a llamar a Minho, debe estar en el recreo ahora ―comentó mirando el reloj del reproductor de DVD.

 

Buscó en sus bolsillos hasta que alcanzó su teléfono y marcó el número del niño.

 

―¿Hyung? ―respondió Minho al otro lado―. ¿Por qué me llamas al cole?

 

―Minho, no puedo ir a buscar a Suho a clase esta tarde ―le explicó―. ¿Puedes pasar tú a buscarle? No tienes entrenamiento hoy, ¿verdad?

 

―No, no tengo ―afirmó―. Pero ¿qué pasa? ¿Porqué no va Siwon hyung a buscarle si tú no puedes?

 

―Siwon hyung no puede ir tampoco ―respondió Kyuhyun.

 

―¿Ha pasado algo? ―preguntó el chico con un claro tono de desconcierto en su voz.

 

―Ehh... ―Kyuhyun vaciló, no muy seguro de contarle por teléfono al chico qué había pasado―. Nada malo ―respondió al final―. No te preocupes, sólo pasa a buscar a Suho cuando salgas de la escuela, ¿vale?

 

―Hum... Vale ―aceptó―. Yo voy por él.

 

―No os entretengáis por el camino ―le advirtió―, que ahora se hace de noche muy pronto.

 

―Sí, hyung ―aceptó Minho.

 

―Tened cuidado, ¿vale?

 

―Sí, hyung.

 

―Vigila cuando crucéis la carretera.

 

―Sí, hyung ―rió Minho―. Cuelgo que tengo que volver a clase. Adiós.

 

―Adiós ―y ambos colgaron.

 

―¿Porqué no se lo has dicho? ―interrogó Siwon.

 

―Porque no quiero que se preocupe antes de tiempo ―respondió Kyuhyun.

 

―¿Preocuparse por un simple esguince? ―preguntó divertido―. Eres el único que exagera esto hasta tal punto ―apuntó.

 

―Ya veremos eso cuando lleguen...

 

Y Siwon no podía haber estado más equivocado en su vida, pues en cuanto Minho y Suho llegaron a casa por la tarde y lo encontraron metido en la cama por orden expresa de Kyuhyun, que no le dejó salir de ella desde que le obligó a meterse aquella mañana, armaron un escándalo como jamás pensó que los dos niños podrían. Suho casi se echa a llorar al ver el vendaje en su brazo y Minho a un pelo estuvo de seguirle. Afortunadamente Kyuhyun logró tranquilizarlos a tiempo y les contó exactamente lo que había sucedido, quitándole al asunto toda la importancia de más que él mismo le había dado en un principio.

 

―¿Pero estás bien? ¿No te duele, appa? ―preguntó Suho subiéndose a la cama.

 

―Estoy bien ―aseguró Siwon―. Estáis haciendo una montaña de una tontería ―insistió.

 

―¡Pero tienes una venda! ―explicó el niño como si su appa no se hubiera percatado de ello.

 

Siwon rió.

 

―Parece peor de lo que es, hijo.

 

―¿Seguro? ―preguntó Minho mirando su brazo preocupado.

 

―Seguro ―afirmó―. Estaré bien en una semana, ya verás ―intentó tranquilizarlo.

 

Minho le miró no muy convencido y Kyuhyun tuvo intención de decir algo más, pero el timbre de la puerta le interrumpió.

 

―Ah, debe ser Sungmin ―comentó saliendo de la habitación.

 

Llegó al recibidor y abrió la puerta.

 

―Kyu ―le saludó el mayor cuando le dejó pasar.

 

―Hola, hyung.

 

―¿Cómo está? No me has dicho qué le ha pasado al final...

 

―Pasa, está en el cuarto ―le indicó el menor señalando la habitación.

 

―¿Está en la cama? ¿Tan mal está? ―preguntó Sungmin asustado entrando en el cuarto.

 

―Que no estoy mal ―insistió Siwon al oírlo.

 

―¿Y qué haces en la cama sino? ―intrrogó el mayor―, y tan acompañado ―añadió al ver a Suho y Minho metidos en la cama con él.

 

―Kyuhyun no me deja salir de aquí ―se quejó.

 

―Y nosotros estamos aquí para cuidarle ―añadió Suho.

 

―¿Qué es lo que ha pasado? ¿Te has roto el brazo? ―cuestionó mirando el brazo vendado.

 

―Sólo es un esguince, en la muñeca ―respondió.

 

―Ufff, eso duele ―afirmó Sungmin haciendo un gesto de dolor.

 

―Estoy bien ahora ―le contradijo Siwon.

 

―Bueno, me alegro de que no sea nada grave por lo menos. Me marcho que me están esperando. Mejórate, ¿sí?

 

―Claro, hyung. Nos vemos pronto ―se despidió Siwon.

 

Kyuhyun acompañó a Sungmin hasta la salida y le devolvió las llaves de su coche antes de despedirle.

 

―¡Appa! ―Suho llegó gritando hasta él.

 

―¿Qué pasa? ―preguntó Kyuhyun entrando de nuevo en el salón.

 

―Appa Won se está levantando.

 

―¡Suho no seas chivato! ―se oyó a Siwon desde el cuarto.

 

Kyuhyun se dirigió hacia allí y vio a Siwon fuera de la cama, con la intención de salir de la habitación con Minho detrás de él.

 

―Hyung, vuelve a la cama ―le ordenó.

 

―Kyu no estoy inválido ni enfermo. Sólo es un esguince ―repitió esa frase una vez más―. Y quiero cenar en la mesa como todo el mundo.

 

―Pero tienes que hacer reposo.

 

Siwon bufó.

 

―No me voy a quedar en la cama hasta que se me cure la muñeca ―señaló―. Venga, vamos a hacer la cena.

 

―¿Y exactamente qué planeas hacer con esa mano? Ni siquiera puedes sujetar un cuchillo con la zurda...

 

―Uhm... ¿Ramen? ―propuso―. A la olla y listo ―sonrió.

 

Kyuhyun resopló.

 

―Anda, vamos, yo cocino ―indicó el menor saliendo de vuelta al pasillo.

 

―¡Yo te ayudo, appa! También quiero ramen ―habló Suho siguiéndole a la cocina.

 

―¿Quieres ramen también, Minho? ―preguntó Kyuhyun mirando sobre su hombro.

 

―¡Del picante! ―pidió el chico.

 

―Picante no ―suplicó Siwon.

 

Kyuhyun rió.

 

―Está bien. Picante para Minho y para mí y del normal para Suho y para ti.

 

Siwon asintió repetidas veces. Minho y Suho rieron.

 

Después de haber cenado su ramen, el cuál Siwon tuvo que comerse con un tenedor puesto que era incapaz de sostener sus palillos con la mano izquierda, Kyuhyun fregó los platos mientras el resto de la familia se preparaba para su rutina nocturna. Cuando Kyuhyun terminó, se dirigió a su cuarto a ponerse el pijama, encontrándose a Siwon metido en la cama con su camisa del pijama completamente desabrochada y revisando su teléfono móvil.

 

―Wonnie, ¿qué haces así? ―preguntó Kyuhyun señalando su pecho descubierto―. ¿No tienes frío? ¿Por qué no te abrochas?

 

―He pensado que así te ahorraba el trabajo de desabrocharla ―indicó el mayor con una sonrisa torcida.

 

―Ja ―Kyuhyun rió secamente―. Mucho me temo que con esa mano poco vamos a poder hacer.

 

―Todavía me queda una, ¿recuerdas? ―indicó elevando su mano izquierda dónde sujetaba su teléfono―. Y puedo hacer bastante con ella.

 

Kyuhyun rodó los ojos.

 

―Anda, abróchate y acuéstate. Tienes que descansar ―le señaló―. Reserva tus fuerzas para cuando te quiten la venda.

 

―¿Dos semanas? ―preguntó Siwon perplejo por sus palabras―. Eso es mucho tiempo ―se quejó.

 

―Pues añádele el tiempo de rehabilitación ―señaló el menor mientras se dirigía al armario a por su pijama.

 

Sonrió al oír a Siwon resoplar a su espalda. Cuando se cambió, buscó la ropa que iba a ponerse al día siguiente y la dejó preparada en la silla del escritorio antes de girarse hacia la cama.

 

―Hyung ―le llamó fastidiado―, vas a resfriarte, abróchate ―le ordenó al ver que Siwon seguía con su camisa completamente abierta.

 

Siwon hizo ver que no le había oído y se tapó con las sábanas. Kyuhyun parpadeó sorprendido. ¿Le estaba ignorando?

 

―¿No tienes bastante con un esguince? ¿También quieres pillar una pulmonía? ―preguntó con tono irritado.

 

―No, no quiero ―negó el mayor.

 

―¿Y porqué duermes así? ―le preguntó―. No seas cabezota, hyung. No vamos a hacerlo mientras tengas la mano así.

 

Siwon se mantuvo en silencio de nuevo.

 

―¡Siwon! ―insistió Kyuhyun molesto―. ¡No me ignores!

 

―No puedo abrocharme los botones. ¿Contento? ―respondió Siwon en un murmullo.

 

Kyuhyun parpadeó un par de veces sorprendido, comprendiendo que la mano vendada era un estorbo para esa tarea, y después se acercó a la cama, sentándose en el borde, al lado de Siwon.

 

―¿Y porqué no me pides que los abroche por ti? ―le preguntó destapándolo para lograr alcanzar la camisa y empezar a abrocharla.

 

―Porque no quiero tener que depender de ti ―respondió con un mohín.

 

―Hyung, es normal que necesites ayuda de vez en cuando, tienes una mano herida, la derecha para más inri ―respondió―. No le des más vueltas ―le pidió dándole una palmadita a su pecho cuando cerró la camisa por completo.

 

―Me siento un inútil ―confesó―. Me he tenido que comer el ramen con tenedor ―dijo como si hubiera cometido un sacrilegio―, no puedo ni vestirme solo...

 

Kyuhyun soltó una risita.

 

―¡No te rías! ―le regañó.

 

―Hyung es divertido ―trató de excusarse aun con una mano posada en su pecho―. ¿Te vas a deprimir por no poder abrochar unos botones? ¿De veras?

 

Siwon farfulló alguna cosa y Kyuhyun se inclinó para darle un besito suave en sus labios.

 

―No te ofusques ―le pidió―. Simplemente usa una camiseta la próxima vez ―le recomendó―. O nada, por mí está bien si quieres dormir desnudo ―añadió con una sonrisa torcida.

 

―Sí, muy propio teniendo dos niños en casa que entran en este cuarto cuando les da la gana ―señaló el mayor.

 

―Los pestillos existen para algo ―le recordó Kyuhyun guiñándole un ojo.

 

Siwon fue a decir algo, pero se vio interrumpido al oír el sonido de su puerta abriéndose. Ambos giraron la mirada hacia la puerta a tiempo de ver la cabeza de Minho asomar por la rendija.

 

―Los pestillos no sirven de nada si no los cierras, Hyunnie ―murmuró Siwon.

 

―Kyuhyun hyung ―llamó Minho―. ¿Me ayudas con mis deberes de mates? ―le pidió mirándole con sus grandes ojos desde detrás de la puerta.

 

Kyuhyun sonrió y asintió.

 

―Claro ―afirmó―. Voy ―le dijo―. Tú duérmete ―le indicó a Siwon―, e intenta hacer descansar esa mano ―le pidió inclinándose otra vez para darle un beso suave antes de salir de la habitación acompañado por Minho para ayudarle con sus deberes de matemáticas.

 

Para cuando regresó a la habitación, Siwon ya estaba profundamente dormido, producto de las pastillas para el dolor. Así que se metió en el baño, se lavó los dientes y se acostó a su lado aún y cuando todavía faltaban un par de horas para la hora en que solían irse a dormir.

 

 

En algún momento de la noche, el movimiento a su lado le despertó.

 

―¿Wonnie? ―preguntó soñoliento al ver la lucecita del móvil de Siwon iluminar algún punto en su lado de la cama―. ¿Qué haces?

 

―Miraba la hora ―respondió―. Siento haberte despertado, duérmete ―le pidió destapándose para salir de la cama.

 

―¿Adónde vas? ―preguntó.

 

―Al baño, duérmete ―repitió.

 

Kyuhyun parpadeó repetidas veces y bostezó viendo al mayor dirigirse al cuarto de baño, se reacomodó en su posición y esperó a que Siwon regresara a la cama en un duermevela. Cuando lo hizo, un largo rato después, se apegó un poco a él, dispuesto a dormirse de nuevo, sin embargo, Siwon no dejaba de moverse y dar vueltas, tratando de encontrar una posición cómoda e impidiéndole coger el sueño de nuevo.

 

―Hyung, ¿qué pasa? ―preguntó.

 

―Perdona ―se disculpó―. No te dejo dormir, ¿no? Me iré al sofá ―indicó.

 

Kyuhyun le miró extrañado unos segundos mientras el mayor se disponía a salir de la cama hasta que logró que sus neuronas empezaran a trabajar de nuevo.

 

―No digas tonterías, ven aquí ―dijo agarrándolo por su camisa antes de que saliera de la cama―. ¿Qué te pasa? ¿Por qué no puedes dormir?

 

Aún y la penumbra de la habitación, Kyuhyun logró ver como el mayor se mordía el labio indeciso, dudando en si decirle o no.

 

―Wonnie, ¿qué pasa? ¿Qué tienes? ―insistió preocupado.

 

Siwon estuvo en silencio un par de segundos antes de responder:

 

―Me duele la muñeca ―se quejó con tono lastimero.

 

Kyuhyun se incorporó rápidamente y buscó el interruptor de su lamparita de noche para ver a Siwon a la cara. Una mueca de dolor surcaba su rostro mientras mantenía su mano vendada apoyada contra su pecho.

 

―¿Porqué no me lo has dicho antes? ―preguntó―. Tendrías que haberme despertado...

 

―No quiero que pienses que soy un flojo ―se explicó―. Puedo ocuparme de mi dolor yo solo.

 

―¿Otra vez con lo mismo? ―preguntó Kyuhyun―. Hyung, no pasa nada, es normal que necesites ayuda ―insistió―. Esto duele, que te quejes no quiere decir que seas un flojo ―añadió―. ¿Te has tomado otra pasilla? Ya deben haber pasado seis horas desde la última...

 

Siwon negó.

 

―He ido a buscarlas pero no las encuentro... ―se lamentó.

 

―Por eso tendrías que haberme despertado ―le recordó Kyuhyun estirándose hacia su mesita de noche para volver a su posición inicial con la cajita del medicamento y una botella de agua en la mano―. Las dejé aquí por si las necesitabas a media noche ―le explicó sacando una de las pastillas para tendérsela junto con la botella de agua―. Tómatela.

 

Siwon obedeció y se tomó la pastilla con un sorbo de agua. Kyuhyun dejó la botella y la cajita del medicamento en su mesita y regresó la vista al mayor.

 

―Déjame ver esa mano ―le pidió.

 

Siwon estiró su brazo lentamente y Kyuhyun colocó una mano con mucho cuidado debajo de él, observando con detenimiento sus dedos, que era lo único que permanecía descubierto por aquel grueso vendaje.

 

―Los tienes un poco hinchados ―murmuró.

 

―Supongo que es normal ―dijo Siwon no muy convencido.

 

―¿Te duele mucho? ―se preocupó Kyuhyun mirándole.

 

―Un poco ―admitió Siwon.

 

Kyuhyun se sintió mal por no poder hacer más por él, Siwon estaba sufriendo y él no podía hacer nada para ayudarle más que esperar a que las pastillas hicieran efecto en su organismo. Era una sensación un poco rara, porque Siwon rara vez enfermaba o demostraba sus dolencias y él se sentía fatal por no poder serle de más ayuda la única vez que se atrevía a compartir su dolor.

 

―Acuéstate ―le pidió―. Intenta dormir, ¿sí?

 

Siwon asintió y se acostó de nuevo a su lado. Kyuhyun se acercó a él y pasó un brazo por debajo de su cuello haciendo que Siwon acomodara su cabeza en su hombro mientras él acariciaba con cariño su brazo sano. Le dio un beso en la sien y suspiró.

 

―Siento no poder hacer nada por ti ―se disculpó en un susurro.

 

Siwon cogió la mano con la que Kyuhyun le acariciaba su brazo y la llevó a sus labios para darle un beso en el dorso.

 

―Que estés conmigo es todo lo que necesito ―aseguró―. Además, vas a tener que cuidar de mí hasta que tenga mi mano de vuelta. Con eso me doy por más que satisfecho ―sonrió.

 

Kyuhyun rió.

 

―Duérmete, entonces. Yo te cuido ―aseguró.

 

Siwon sonrió y entrelazó sus dedos con los de Kyuhyun poco antes de dormirse cuando las pastillas hicieron efecto.

 

 

―Hyung, ¿en serio piensas ir a trabajar con la mano así? ―preguntó Kyuhyun unos días después mientras se vestía.

 

―Ya me he tomado dos días de baja, Kyu. No puedo dejar de trabajar sólo por una muñeca lastimada ―respondió Siwon desde el baño.

 

―Pero no puedes usar tu mano, ¿qué piensas hacer?

 

―Pues esperaba que me llevaras tú a trabajar ―comentó.

 

―Sí, ya, eso lo doy por sentado ―aceptó―. Me refiero en la oficina, ¿qué vas a hacer con tu mano así?

 

―Puedo usar mi ordenador y mi teléfono con la mano izquierda y eso es todo lo que me hace falta ―aseguró.

 

―Bueno, como quieras ―aceptó Kyuhyun con una exhalación―, pero sigo pensando que deberías quedarte en casa por lo menos un par de días.

 

―Me aburro aquí, Hyunnie. Tú te vas a trabajar y los niños a clase, ¿qué se supone que tengo que hacer aquí?

 

―Pues puedes ver la tele, leer, dormir, comer...

 

―Prefiero salir a ganar dinero, gracias.

 

Kyuhyun rodó los ojos.

 

―Está bien ―aceptó―. Voy a preparar el desayuno y despierto a los niños. Acuérdate de tomarte la pastilla.

 

Para cuando Kyuhyun tuvo a los críos despiertos y sentados a la mesa desayunando ya vestidos para ir a clase, regresó a su habitación a ver porqué Siwon no había hecho todavía su aparición en la cocina cuando se había levantado incluso más temprano que él. Lo oyó maldecir desde el baño.

 

―Aish... ―se quejó.

 

―¿Hyung? ―se acercó hacia allí―. ¿Qué haces? ―preguntó metiendo la cabeza en el cuarto de baño.

 

―Kyu, ya lo acepté. Soy un inútil ―se lamentó.

 

Kyuhyun rió al verlo con la cara llena de espuma y una cuchilla desechable de afeitar en la mano.

 

―He tenido que renunciar a mis camisas, mis palillos y mis zapatos con cordones y sustituirlos por camisetas, tenedores y mocasines. ¿Qué más me espera ahora? ¿Dejarme barba en lugar de afeitarme? ―se lamentó.

 

―No es tan mala idea. Ya sabes que la barba te sienta genial ―le recordó―. Pero ¿por qué no usas la maquinilla eléctrica como siempre? ―interrogó con curiosidad.

 

―Se le acabó la batería ―explicó―. Y tengo que afeitarme para ir a la oficina ―dijo haciendo un puchero―. ¿Me ayudas? ―le pidió tendiéndole la cuchilla azul―. Ya me he cortado tres veces. Mi zurda es una inútil.

 

Kyuhyun sonrió y cogió la cuchilla que Siwon le tendía.

 

―Ven aquí, anda.

 

Siwon le sonrió aún con la cara llena de espuma y se colocó dónde le pidió. Kyuhyun retiró los restos de espuma de la cuchilla en el agua de la pila y regresó la vista a Siwon.

 

―No te muevas ―le pidió.

 

Pasó la cuchilla por su mandíbula y la limpió de nuevo en la pila antes de llevar una mano a su mentón y levantarlo ligeramente para pasar la cuchilla por debajo con cuidado de no cortarle.

 

Siwon veía sus largas pestañas hacer sombra en sus pómulos. Sus labios estaban entreabiertos y su aliento con olor a la menta de la pasta de dientes le hacía cosquillas en la nariz. Sus cuerpos estaban muy cerca. Kyuhyun le rozaba el hombro suavemente cada vez que hacía amago de limpiar la cuchilla en la pila y sus rodillas estaban chocando.

 

Kyuhyun estaba concentrado en su tarea cuando de repente dio un respingo sorprendido al sentir la mano sana de Siwon llegar hasta su cintura.

 

―Hyung, no juegues. Te voy a cortar ―lo regañó limpiando la cuchilla de nuevo.

 

―Si no estoy haciendo nada ―se defendió fingiendo inocencia.

 

Kyuhyun puso los ojos en blanco y regresó a su tarea. Siwon sonrió sutilmente y movió su mano, metiéndola con facilidad bajo la camiseta de Kyuhyun y acariciando la piel de su espalda con suavidad.

 

―Wonnie... ―le advirtió Kyuhyun.

 

―Hyunnie... ―le llamó Siwon divertido.

 

Kyuhyun no dijo nada y procedió a pasar de nuevo la cuchilla cuando Siwon no tuvo mejor idea que meter su mano en su pantalón y agarrarle el trasero, provocándole un saltito inesperado.

 

―¡Ay!

 

―¡Te dije que te estuvieras quieto! ―le recordó soltando la cuchilla en el agua―. ¿¡Ves!? ¡Ya te he cortado!

 

―¿Y qué quieres que haga si te me pones tan cerca? ―le replicó.

 

―Pues controlarte un poco ―le aconsejó cogiendo un poco de papel para pasárselo por el pequeño corte. 

 

―No puedo ―negó el mayor―. Y menos sabiendo que piensas dejarme a dos velas durante dos semanas ―añadió sonriendo torcido.

 

Kyuhyun resopló.

 

―Ni con una mano menos dejas de pensar en eso ―murmuró.

 

―Precisamente porque tengo una mano menos esto es peor. ¿Cómo voy a aliviarme si no puedo usar mi mano?

 

―¿Eso es todo lo que hay en tu cabeza, hyung? ―preguntó―. ¿Sexo?

 

―No, sexo no. Tú ―le corrigió.

 

Kyuhyun detuvo su cura en el corte y le miró a los ojos, sorprendido.

 

―¿Qué? Como si no supieras que ocupas todos mis pensamientos ―apuntó Siwon a su mirada atónita.

 

―¿Me explicas cómo hemos pasado de tu preocupación por masturbarte sin tu mano derecha a que me digas cosas tan cursis? ―preguntó.

 

Siwon rió.

 

―No lo sé, pero ya que sacas el tema. ¿En serio me vas a tener a pan y agua hasta que se me cure la mano?

 

Kyuhyun rodó los ojos y tiró el trocito de papel al inodoro.

 

―Quién sabe ―respondió echando a andar hacia la puerta―. Quizá debería esperar un tiempo más después de eso ―añadió saliendo por la puerta―. ¿Quizá dos meses?

 

―¡Yah! ¡Kyuhyun!

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que os haya gustado ^^


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