Volvían a casa luego de una bonita cena y una sencilla pero memorable propuesta de matrimonio y planeaban tener una noche de películas con galletas en vez de palomitas.
Pero toda la felicidad y la tranquilidad acabó en tan sólo segundos por culpa de un conductor borracho que iba a toda velocidad y que impactó contra su auto, provocando que perdieran el control y se golpearan contra un poste de luz.
Habían sido trasladados al hospital más cercano, ambos habían salido del accidente con unos cuantos golpes y unos pocos rasguños, gracias a que llevaban los cinturones de seguridad. Sin embargo, uno de ellos había recibido un fuerte golpe en la cabeza al darse con el volante que podría dejar severas consecuencias.
El primero en despertar fue Yoongi y lo primero que vio fue a una enfermera, que se emocionó apenas vio que este abría los ojos y de inmediato fue a buscar al doctor y a sus familiares.
El primero en entrar fue el doctor que sólo lo estabilizó y luego se retiró, dejando entrar a la preocupada familia de Yoongi, que lo llenaron de muchos besos, abrazos, lágrimas y unos cuantos mocos. Pero en esos momentos, al rubio no le importaba sus padres o sus hermanos; le preocupaba el estado de su prometido.
Y lo hizo, bombardeó a su familia con preguntas referentes al estado de su pareja, pero estos no le supieron responder y guardaron silencio, además de que las expresiones de sus caras sólo hacían que su preocupación aumentara.
En ese preciso instante, su cuñada entró haciendo que su familia se retirara puesto que habían muchas personas en la habitación y para darles un poco más de privacidad. Yoongi no pudo evitar que su preocupación y su angustia aumentara cuando vio rastros de lágrimas en sus mejillas.
—Yoongi —su cuñada se sentó en un taburete al lado de la camilla, tomando su mano dando leves caricias tratando de tranquilizarlo—. Hoseokkie ya despertó, está estable, sólo tiene unos cuantos golpes y rasguños. Pero... —guardó silencio.
—¿Pero qué? —su cuñada no respondió—, ¡¿Pero qué Jiwoo?! —preguntó, alterado y con los nervios a flor de piel.
—Es difícil —intentó explicar—, creo que debes verlo por ti mismo.
Jiwoo presionó el botón para llamar a una enfermera y preguntó que Yoongi podía ir a ver a su hermano, cuando la enfermera dio una respuesta afirmativa; la muchacha pidió que llamaran a un camillero y que trajera una silla de ruedas para que el rubio fuese a ver a su prometido.
—Yoongi —llamó Jiwoo cuando iban por el pasillo del hospital, el rubio la miró—. Debes tratar de guardar la calma cuando lo veas, el doctor dijo que no deben forzarlo y tampoco alterarlo —explicó, Yoongi asintió.
Yoongi era un revoltijo de emociones en ese momento: se sentía angustiado, ansioso pero también se sentía muy feliz por saber que al menor Hoseok estaba con vida. Quizás podrían volver a rehacer su vida y olvidar aquel accidente, casarse y tener una familia, tal y como lo habían planeado.
Cuando se abrió la puerta, la mirada curiosa de Hoseok se posó sobre los recién llegados. El camillero dejó a Yoongi cerca de la camilla y Jiwoo se retiró junto al uniformado, dejándolos solos.
El rubio se encontraba feliz, emocionado de que su prometido estuviera allí en una sola pieza. Una sonrisa apareció en sus labios e intentó tomar la mano de su prometido, sorprendiéndose cuando este la apartó y lo veía con una mirada entre curiosa y confusa.
—¿Quién es usted? —preguntó.
Las lágrimas comenzaron a bajar por las pálidas mejillas de Yoongi y este, se levantó de la silla y acunó el rostro de Hoseok entre sus manos, el pelirosa se sobresaltó ante el toque pero no hizo nada para apartar esas frías manos.
—Soy yo, bebé —el rubio estaba haciendo todo lo posible para no romper en llanto—. Soy yo Hoseokkie, soy Yoongi, tu prometido.
—Creo que se equivoca —tomó las temblorosas manos de Yoongi y las apartó suavemente de su rostro—. Yo no tengo ningún prometido y no lo conozco a usted, creo que me ha confundido con alguien más.
El rubio comenzó a negar entre las lágrimas, desesperado. ¿Por qué Hoseok le decía esas cosas? ¿Por qué actuaba de esa forma? Esas y más preguntas azotaban a Yoongi que estaba a punto de romper en llanto y perder el control en frente de un asustado y confundido Hoseok.
[. . .]
—Hoseok sufre de amnesia —explicó Jiwoo—, los doctores aún no saben si es permanente o temporal, dicen que se debe esperar un tiempo para ver su progreso.
El rubio no podía siquiera emitir palabra alguna, se sentía destrozado; de alguna manera, el sentimiento de que la persona que amas, te olvide por completo era como si hubiese muerto, para Yoongi ese sentimiento le era desagradable y doloroso.
Ya era hora de irse a descansar y Yoongi quiso ver una vez más a Hoseok, pero no se lo permitieron. Aunque sólo tuvo que esperar a que sus doctores se fueran para salir a escondidas y escabullirse en la habitación del pelirosa.
Lo vio y no pudo evitar sonreír, por lo menos debía sentirse feliz que Hoseok estaba vivo y que sólo debía tener esperanzas de que recuparara su memoria. Estaba dormido y eso le hacía las cosas un poco más fáciles, porque estaba seguro que si el accidente no hubiese sucedido, Hoseok le diría que cuanto había apostado por lo que estaba a punto de decirle, aún con el pelirosa estando dormido.
Se sentó en el taburete al lado de la camilla, sacando el anillo de compromiso y se lo colocó en el anular izquierdo con delicadeza, tal y como lo había hecho la primera vez. No aparto sus manos de la suya y sin poder evitarlo, comenzó a llorar en silencio por un rato.
—Oye Hoseokkie... —dijo en voz baja cuando pudo recuperar la compostura—. ¿Sabes? Cuando te vi por primera vez en mi estudio pensé que tenías un culo muy bonito y lo único en lo que pensaba era en llevarte a la cama.
«Pero cuando tuve la oportunidad de conocerte más a fondo, me di cuenta que tu culo no era lo único bonito que tenías; tus mejillas, tu sonrisa con forma de corazón, tu nariz, tu alegría, tus sentimientos, todo tu ser: es hermoso, tú eres muy hermoso. Cuando me di cuenta de todo eso, supe que estaba enamorado de ti y que quería pasar el resto de mi vida contigo.
Aún recuerdo cuando me denunciaste e hiciste que me colocaran una orden de restricción porque según tú te acosaba mucho cuando sólo quería que aceptaras salir conmigo, y cuando finalmente lo hiciste me sentí la persona más feliz del mundo y esa felicidad aumentó cuando aceptaste ser mi novio. Pero, ¿sabes en qué momento me sentí muy afortunado de tenerte a mi lado? Fue cuando a pesar de mis incontables defectos, mi incorregible mal humor y aunque no soy romántico ni muy afectivo: aceptaste casarte y formar una familia conmigo, me sentí feliz de tenerte y siempre que te veo, me siento orgulloso de tenerte y aunque no lo creas, te presumo todos los días con mis amigos; de lo bueno que eres en todos los aspectos.
Por eso y mucho más Hoseokkie, a pesar de que me hayas olvidado; no importa cuantas veces sea necesario, siempre intentaré enamorarte una y otra vez. Te amo tanto, Hoseokkie bebé.»
Yoongi se levantó y apartó los cabellos teñidos de rosa de su frente y dejó un suave beso para finalmente irse a su habitación. Hoseok se sentó con cuidado y miró el anillo en su dedo, no pudo evitar que unas cuantas lágrimas se escaparan y resbalaran por sus mejillas.
—Yo también te amo tanto, Yonnie.