Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Carta a mi Viudo Esposo por AniBecker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

Notas del capitulo:

Advertencias: 

-Los personajes no me pertenencen, yo sólo los uso para crearles historias que me gustaría que sucedieran en el anime xD. 

-Mención de mpreg. 

-Muerte de un personaje. 

Sin más, espero guste. Saludines. 

Carta a mi querido viudo

La noticia que le acaban de dar hizo que todo su mundo terminara por derrumbarse, llevando a su cuerpo a colapsar. Entre sueños su mente repetía una y otra vez no puede ser, no puede ser. Volver a la realidad y encontrarse postrado en una cama de hospital hasta que se recuperara, hizo que su angustia, se intensificara más.

Sus amigos, como de su familia, se encontraban a su alrededor, con rostros también descompuestos, la noticia también le habían afectado a ellos. A su desgracia se le sumaba ahora otra más, que estaba empezando a acabar con las poca fuerzas que ya tenía de por sí.

¿Por qué le tenía que pasar tanta desgracia a su familia? ¿Por qué tenía que pasar por tanto dolor? La vida se estaba cebando con él y con lo que en su día, era su felicidad.

Se incorporó en la cama rápidamente, con toda la angustia que su cuerpo estaba soportando, pero Takao y Kise, que eran los que se encontraban a cada lado de su cama, lo evitaron, sabían hacia dónde se dirigiría, pero era mejor que se quedara en esa cama, más, después de lo que le tenían que entregar.

—Tranquilo, no es conveniente que te fuerces ahora, lo mejor es que te quedes aquí —habló el ojo de Halcón, con rostro preocupado.

—Pero… él está solo, debo ir con él, me necesita.

—Akashicchi y Kurokocchi se encuentran con él, tú tranquilo, cuando te mejores, podrás ir con él —intervino el rubio, volviéndolo a recostar en la cama.

—Pero también… debo ir a solucionar todos el papeleo y demás —susurró, ahogando su voz en un llanto.

—Kagami y Murasakibara son los que fueron a encargarse de todo, no te preocupes.

La puerta se abrió, y dejó pasar a Midorima, quien le extendió un sobre blanco en cuanto se acercó a él.

—Hay algo que quiero que sepas, antes de que leas esa carta ¾el de ojos grises levantó su mirada, extrañado—. Himuro... Himuro se suicidó.

—¿Qué? ¿Qué estás hablando, Midorima? ¡Tienes que estar de broma, él nunca haría una cosa así! No, es imposible —entre Takao y Kise, trataron de calmarlo.

—Es verdad, y puede ser que en esa carta lo diga todo —apenas dejó escapar su voz.

—¿Podéis… dejarme solo? —pidió, abriendo el sobre para leer su contenido.

—No es lo más conveniente, no sé qué pueda poner en esa carta.

—Lo mejor es que salgáis —dijo el pelinegro hacia su amigo y a su esposo—. Shin-chan, yo me quedo con él, si pasa algo, te llamo en seguida.

—Está bien, estaré fuera para intervenir si fuera necesario—dejó al ex Takao con él, sabía que si pasaba algo, él sabía de sobra cómo intervenir, quién se sentó en el sofá negro, que se encontraba un poco alejado de la cama, para dejarle con su privacidad al leer la carta.

La abrió, la sacó y desdobló. Respiró, cerrando los ojos fuertemente, tomándose su tiempo antes de empezar a leerla.

.

Querido Shun, no vayas a llorar por mí, no porque estas lágrimas no deben ser de tristeza, sino de esperanza.

Todavía estarás repitiéndote, una y otra vez, por qué ha tenido que suceder esto, por qué tanto dolor y tristeza, al igual que pensarás, cuando te digan qué me pasó, que es completamente imposible que haya podido suceder, pero es cierto.

Yo no me resbalé desde la terraza de la empresa, yo, conscientemente, me precipité. Si pudieras verme por última vez, me recriminarías el por qué de mi actuar, cómo pude ser tan cobarde, y cómo pude, dejaros solos a vuestra suerte.

No es así, lo hice por una importante razón, y esa razón tiene nombre y apellidos. Sabes de quién estoy hablando, y no estás equivocado, se trata de nuestro hijo.

Lo hice para que hubiera una esperanza para él. Nuestro pequeño Yuuki nació enfermo del corazón, algo que ni tú ni yo pudimos evitar, pero que nos echamos la culpa cómo si la tuviésemos.

Durante sus diez años de vida, han sido completamente diferentes a las de cualquier otro niño; no podía correr, jugar ni con sus amigos, ni con nosotros, sin que le faltara oxígeno en su organismo y no pudiera seguir.

Ha vivido parte de lo que lleva de vida, en un hospital, alejado de amigos, teniendo en muchas ocasiones, unas terribles crisis dónde los médicos nos decían que esperásemos lo peor. La única solución que nos daban los médicos, era una operación, y no una cualquiera, sino un trasplante. Trasplante que hemos estado viendo cómo no llegaba.

Es de ser egoísta, porque rezábamos con la esperanza de que llegase pronto un corazón compatible para Yuuki, pero para que eso sucediera, una persona debía fallecer. Fuimos egoístas, porque cuando llegase un corazón, dejaba atrás a una familia destrozada, para salvar a la nuestra.

Unos meses atrás, me hice donante de órganos, porque sé lo duro que es tener a alguien que amas con todo tu ser esperando por uno, y que no llegue…

Planeé todo, muy minuciosamente, para que nadie sospechara, ni tampoco, pudieran interferir en mi propósito. Esta mañana, después de pasar toda la noche en la habitación de hospital, junto a ti y Yuuki, me despedí de los dos, con un beso que nunca imaginasteis que era de despedida, a la vez que os susurraba un siempre os amaré, sin que me escuchaseis, y me marché a trabajar.

Como cada mañana, entré en la empresa, saludé a Akashi, le pregunté por él, por Atsushi y por los gemelos, y me fui a mi puesto de trabajo. Desde allí, hablé con Taiga, para también poder oírlo por última vez, y saber de él y de su hijo.

Pensé en mil maneras de intentar hacerlo, pero todas me resultaban lentas y dolorosas, y no me garantizaba que el órgano por el cuál hacía esto, no saliera intacto.

Sé que seguirás maldiciendo una y otra vez, sin parar de llorar, y de decirme sin parar que soy un auténtico cobarde, y que por qué, no he hecho esto.

Yo quiero, de esta manera, que mi corazón sea donado a nuestro hijo, sé que es compatible, y que no rechazará el trasplante. Lo haría una y mil veces más si pudiera, porque era la única manera de poder salvarle la vida a nuestro hijo.

No quería seguir viéndote a ti, derramar cada noche, cuando se dormía Yuuki, o cuando no estabas en frente de él, mil y una lágrimas de desesperación. No quería verte sufrir más, ni quería que te quedaras sin lo más importante de tu vida, porque lo es, al igual que lo es para mí.

No quería, verte parecer fuerte, cuando no lo eres, ni ver esas ojeras bajo tus hermosos ojos, noches enteras sin dormir, ver tu piel más pálida que de costumbre, ver cómo tu vida, también se estaba acortando de estar pasando por todo esto.

No quería, seguir viendo a nuestro hijo postrado en una cama, que su piel, siempre se torne de un tono azulado. No quería, verlo encerrado, sin poder divertirse como el niño que es. No poder jugar baloncesto con sus amigos, o con nosotros, no poder dar más de tres pasos sin que le falte el oxígeno.

No quería, ver en sus ojos la esperanza que nunca llegaba, de conocer qué era jugar, saltar o correr. No quería, ver cómo su vida, se nos iba poco a poco.

Sólo quiero, que sea feliz, que, por fin tenga una esperanza y una vida, y que tú, vuelvas a sonreír.

Yo he vivido lo suficiente, he conocido lo que es la felicidad y el amor, he sido la persona más feliz del universo, al escuchar de tus labios el sí quiero que me unía a ti, de que me dieras lo más importante que una persona puede tener, un hijo.

Esa felicidad, de tener a mi hijo entre mis brazos por primera vez, de oír las palabras más armoniosas para mis oídos cuándo me dijo por primera vez papá. De compartir junto a ti su primera palabra, su primer cumpleaños, sus primeros pasos, su primera caída y su primera sonrisa.

Sonrisa que, junto a la tuya, siempre tendré grabada en mi memoria.

Verte a ti feliz, y a él, poder disfrutar por fin de su vida, es mi mayor regalo.

Shun, nunca olvides que a ti y a Yuuki, siempre os amaré, allá en dónde esté, siempre estaréis presentes en mí.

No quiero que sigas llorando, porque por tal de salvar la vida de Yuuki, lo haría mil y una veces más si hiciera falta.

Por mí, por Yuuki, debes ser fuerte, por los dos, yo sé que lo conseguirás. Por eso, no quiero que llores por mí, porque estas lágrimas no deben ser de tristeza, sino de esperanza.

Siempre tuya, Himuro Tatsuya.

.

Las lágrimas no dejaban de inundar sus ojos y bajar por sus mejillas sin parar, tanto, que incluso pensaba que se volvería a desvanecer en cualquier momento.

Cerró sus ojos, abrazando la carta, que con sus brazos, la estaba arrugando sin querer, al igual que mojando con sus lágrimas.

Takao se preocupó, y se acercó a él, necesitaba estar alerta en caso de que al pelinegro le volviera a dar una crisis como anteriormente, y en ese caso, actuar lo más rápido posible.

—Shun-chan, ¿te encuentras bien? ¿quieres que llame a Shin-chan? —el nombrado negó y, quitando las finas sábanas de su camino, se levantó de la cama dispuesto a salir de la habitación.

—Estoy bien, estoy bien, déjame salir.

—¿Salir a dónde? Creo que lo mejor es que te quedes descansando.

—¡No! No quiero, debo ir, es importante, quiero hablar con Midorima —empujando al ex de Shutoku, abrió la puerta de golpe, saliendo al pasillo a buscar al peliverde, que se preocupó al verlo en ese estado—. ¡Midorima, tengo que hablar contigo!

—Espera, espera, cálmate primero, te puede hacer daño.

—¿Dónde está Tatsuya, qué pasó con él?

—Te dije que no te preocuparas, de eso se están encargando Kagami y Murasakibara.

—¡No me entiendes! No pueden llevárselo, no aún —el de gafas lo sujetó de los hombros, frotándole con sus manos en los brazos para tranquilizarlo.

—Tranquilo, no se lo llevarán a ningún sitio, suponíamos que tú querías despedirte de él.

—Tatsuya era donante de órganos, quiero que su corazón sea donado a mi hijo.

—¿Qué? —Kise se unió a la pregunta junto con el matrimonio Midorima.

—En esta carta, Tatsuya dice que se suicidó para que su corazón pudiera ser donado a Yuuki —mostró el papel, arrugado y mojado.

—Pero, aunque él pida eso, y sea eso cierto —se paró, tomando aire—, no es algo tan sencillo de hacer, Izuki…

—¡Tiene que hacerse así! El sacrificio de Tatsuya no puede quedarse en vano por salvar a nuestro hijo, por favor, Midorima, habla con quién tengas que hablar, para que se realice la operación —pidió, desesperado.

—Shin-chan, algo se puede hacer, ¿verdad? Si eso es cierto, se debe hacer, por la memoria de Himuro-chan.

El peliverde se ajustó sus gafas, suspirando —Está bien, voy a hablar con el cirujano y el especialista que lleva el caso de Yuuki.

—Gracias, muchas gracias —el ex número cinco, lo abrazó, sin parar de llorar, antes de dejar a Midorima hacer los trámites necesarios.

Todo el mundo, se quedó impresionado al saber la verdad del suicidio, nunca se imaginaron que pudiera a llegar a hacer una cosa así. Es cierto que por un hijo se hace cualquier cosa, pero eso lo veían tan surrealista e imposible, que nunca se imaginaron nada.

Cuando les dijeron que Himuro se hacía suicidado, les cayó de sorpresa, porque ni en sus peores sueños, se podían imaginar que él hiciera algo así. Siempre lo veían feliz con su familia, amoroso con su esposo y su hijo, tenía buena estabilidad económica y laboral.

Por una parte, entendían lo que llegó a hacer, por otro lado, seguían pensando que era una locura.

Después de que Izuki pasara primero a poder despedirse de su difunto esposo, Midorima agilizó los trámites para que se realizara la operación en la que el corazón de Himuro se le trasplantaría a Yuuki.

Horas que parecían eternas, en las que sólo se sentían nervios y miedo, deseando que la operación saliera satisfactoriamente. Después de una larga espera, el cirujano encargado de la operación salió de quirófano, acercándose a Izuki para comentarle el trascurso y resultado.

Midorima también se acercó, apoyando ambas manos en los hombros del pelinegro, para así oír y no perder detalle de lo que su compañero dijera.

Por fin podían respirar tranquilos, la cirugía había sido un completo éxito, pero todavía debían esperar para saber si hubiera o no un posible rechazo. Durante las próximas 48 horas, Yuuki se encontraría en cuidados intensivos, por lo que Shun, no podía estar de momento con él.

Pasadas esas horas, por fin podía Izuki pasar a ver a su pequeño, que lo más seguro preguntaría por su padre, al extrañarse de no verlo ahí con él.

No sabía cómo decirle a Yuuki, que su padre ya no iba a estar más porque había sido un héroe que le salvó la vida y que, gracias a él, su corazón ahora latía con fuerza para siempre.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, y perdón si hay algún error o falta, si fuera así, me dicen para poder corregir. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).