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Flower language por BlackHime13

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Notas del fanfic:

Es un pequeño especial para celebrar al cumpleaños de mi querido Kaito n.n

Los personajes no me pertenecen a mi sino a Gosho Aoyama-sensei (=^w^=)

Notas del capitulo:

Como ya es 21 de Junio decidí publicar un oneshot para celebrar el cumpleaños de uno de mis bebés: Kuroba Kaito >////<

Espero que os guste y nos leemos en las notas finales (=^W^=)

'Blabla'- pensamientos.

"Blabla"- acertijos.

"Blabla"- mensaje de Shinichi

Siempre era él el sorprendido, pero en esa ocasión no sería así. Lograría lo que nadie más había podido. Así es. ¡Sorprendería a ese elusivo ladrón como que se llamaba Kudo Shinichi! Y aunque sinceramente no le importaría cambiarse el nombre, en este caso se trataba más bien de su orgullo el cual se vería afectado y por lo tanto no podía darse el lujo de perder.


Ahora la pregunta era... ¿cómo lograrlo? Siendo sinceros su novio siempre se enteraba de todo. Era prácticamente imposible mantener algo en secreto si él se encontraba involucrado. ¡Pero por Holmes que lo conseguiría!


Esos eran los pensamientos que plagaban la mente del detective del este, más conocido como Kudo Shinichi o el Holmes moderno, quien hace mucho dejó de prestar atención al interrogatorio que en esos momentos se estaba llevando a cabo y que, desde hace más de dos horas, no les estaba llevando a ninguna parte.


Sabía que tenía que ponerse a trabajar, pero desde que notó la fecha que marcaba el calendario... digamos que hizo sus obligaciones diarias en piloto automático mientras internamente entraba en pánico. ¡Había olvidado el cumpleaños de su pareja! En su defensa entre la universidad y la gran cantidad de casos que le perseguían como si fuesen su propia sombra, pues a duras penas y lograba recordar cosas tan básicas como lo era el comer o dormir, por lo tanto nadie le reclamaría por ese descuido, pero él no se perdonaría tan fácilmente.


Llevaba conociendo al mago, oficialmente, dos años. Fue cuando, poco después de entrar a la universidad, corría hacia esta pues llegaba tarde a clase. Evidentemente la culpa era de un asesinato que se produjo de camino allí. Una joven estudiante de secundaria mató a su novio en el tren, a la hora más concurrida cabe decir, por que este la engañaba con su hermana.


Pero eso no era lo importante. El caso es que al parecer el joven de ojos índigo también se encontraba en el mismo tren cuando ocurrió el caso y coincidieron en la entrada de la facultad, la cual por cierto se encontraba desprovista de estudiantes y profesores a partes iguales.


Según se enteraron en aquel momento las clases habían sido suspendidas por una huelga estudiantil. Esa información pareció que le hizo gracia al mago quien rió divertido por la situación, pero al detective más bien le molestó.


-Tanto correr para nada ¿verdad Tantei-kun?- recuerda que dijo y no pudo evitar girar a mirarle con los ojos embargados por la sorpresa.


-Tú eres...- murmuró incrédulo.


-Kuroba Kaito, mago extraordinario.- se presentó sonriendo de lado, como solo él podía, con una mezcla de diversión y orgullo a partes iguales al tiempo en el cual le ofrecía una rosa de un espléndido color verde.


'Esperanza, inicio de una nueva relación.' su mente le proporcionó mientras aceptaba la linda y bien cuidada flor. La sonrisa del mago se ensanchó ante eso, feliz de ver que el joven castaño aceptaba aquella nueva situación.


-Ya que tenemos el día libre... ¿qué tal si vamos a una cafetería a tomar algo?- invitó el de cabellos alborotados.


-Vale, pero tu pagas.- accedió después de pensárselo unos segundos. Total, ya había aceptado el cambio en su relación cuando aceptó la rosa: de enemigos a aliados y ahora entraban a la etapa de la amistad, siendo ellos mismos y no sus alter egos.


 


Bastaron tan solo dos meses de conocerse para que ambos comprendieran la profundidad de sus sentimientos hacia el otro. Fue el mago quien le sorprendió pidiéndole una cita al terminar las clases y... ¡le llevó a cenar a un restaurante con temática detectivesca! De entre los dos Kaito era conocido por sus gesto románticos y por una vez quería ser él quien le demostrase lo importante que era el chico extrovertido en su vida.


Este sería el primer año en el cual podría celebrar el cumpleaños de su novio dado que el anterior se encontraba en el extranjero de gira. Durante esos dos años el más alto se había vuelto más popular y con ello mucha más gente le contrataba para dar espectáculos de magia. Aquello ocasionaba que algunas veces tuviera que viajar durante unos días y aquella fue una de esas ocasiones. Reconocía para si que no le gustaba cuando el de ojos índigo se marchaba, por que se había acostumbrado a tenerle a su lado, pero al mismo tiempo se alegraba por él y apoyaba tanto como podía por que el talento del contrario era genuino y nunca se perdonaría si por su culpa este perdiera oportunidades que le ayudarían a avanzar en su profesión.


Volviendo al tema. Como no pudo celebrarlo entonces se prometió a si mismo que la próxima vez la pasarían juntos, pero al parecer lo había olvidado. Menos mal que tenía todo un día para preparar algo, solo que como vivían juntos y ninguno tenía clases o trabajo, sería definitivamente sospechoso si salía sin decirle nada y, en caso de avisarle, no encontraba ninguna excusa para evitar que este le acompañase.


Sin darse cuenta un suspiro agotado escapó de sus labios, en realidad había perdido la cuenta de cuantos habían sido en lo que iba de día, pero eso era irrelevante.


-Kudo-kun ¿estás bien?- le preguntó el inspector Megure quien había notado la actitud despistada y ausente del joven, algo totalmente diferente a lo habitual.


El castaño pareció salir de su mundo interior y le miró abriendo la boca con toda la intención de responder a la pregunta, solo que no tuvo la oportunidad de hacerlo.


-Shin-chan si te encontrabas mal debiste decírmelo.- exclamaron detrás suyo y él volteó sorprendido pues reconocería esa voz en cualquier lugar.


-¿Kaito? ¿Qué haces aquí?- cuestionó confundido.


-Quedamos en ir a cenar y por eso vine a recogerte dado que tiendes a enfrascarte demasiado en las investigaciones y sueles perder la noción del tiempo, pero si hubiese sabido que no estabas bien habría venido antes.- fue su respuesta entre gruñidos, molesto por no haber notado que algo andaba mal con su pareja. Este supo el tipo de pensamientos que el mago tenía en ese momento y una pequeña sonrisa plagada de dulzura se instaló en su rostro. Gesto que solo conseguía provocar el chico delante suyo y, en algunas ocasiones, la liga de detectives junior.


-Kaito... estoy bien. Simplemente me despisté un poco eso es todo.- dijo conciliadoramente, pero solo logró que el ceño en la cara contraria incrementara.


-Tú siempre prestas atención cuando trabajas Shinichi y el que hoy no lo hayas hecho significa que no estás bien.- declaró con decisión.


-De verdad que no pasa nada.- aseguró negando con la cabeza divertido ante la testarudez del otro joven, aunque le gustaba que este se preocupase tanto por su bienestar.- Pero ahora que lo mencionaste si que tengo hambre. Así que... ¿por qué no vamos ya a cenar?- propuso y el mago no tardó mucho en acceder, cogiéndole de la mano lo arrastró hacia la salida, para diversión de todos los detectives que seguían allí y la vergüenza del amante de los misterios, pero a pesar de sentir que se desmayaría en cualquier momento no hizo nada para que el otro le soltara, incluso si sentía que hasta sus orejas ardían por el rubor que se había instalado en su rostro.


Logró distraer a su novio lo suficiente como para que olvidara esa pequeña conversación que tuvieron en la comisaría y para cuando ambos se percataron ya era casi media noche y ellos habían cenado en un ambiente completamente ameno y romántico.


Volvieron a la residencia Kudo, lugar que ambos compartían, aunque era originalmente la casa de los padres del detective como estos no pasaban mucho tiempo allí terminaron por regalársela a su hijo. Por lo que cuando se enteró que el mago tenía alquilado un apartamento, le invitó a vivir con él, claro que a su manera.


En sus palabras fue más o menos así: “Por lógica y practicidad, teniendo donde quedarte no necesitas gastar dinero de más, no cuando a mi me sobra espacio.” aunque para oídos del de ojos índigo las palabras fueron muy diferentes: “Quiero pasar más tiempo contigo y vivir solo en una casa tan grande no me gusta.


Todo el camino la pasaron riendo y mientras el más alto explicaba su más reciente viaje, hacía tan solo una semana que volvió después de pasar dos y media en Las Vegas, el de ojos zafiro solo le escuchaba sonriéndole con ternura. Al llegar se dirigieron hacia su habitación dónde durmieron abrazados. Gracias a dios tenían aire acondicionado pues estando a finales de junio el calor les abría dificultado mucho esa acción tan simple.


El detective incluso había olvidado su pequeño problema, claro, hasta que despertó al día siguiente. Cuando abrió los ojos notó dos cosas: 1º que era demasiado temprano, las 8 a.m. concretamente, como para levantarse siendo uno de sus días libres y 2º que su querido novio no se encontraba durmiendo a su lado como supuso que estaría.


Mientras se tallaba los ojos, puesto que todavía seguía medio dormido, se giró dispuesto a salir de la cama, pero paró al notar algo sobre su mesita de noche. Allí encima se encontraba una bandeja con el desayuno listo, todavía caliente por lo que dedujo que el contrario se habría ido hace poco, junto a una rosa roja y una nota.


Cogió el pequeño objeto para leerlo:


 


Shinichi salí por un pequeño problema en el local, pero volveré pronto. Como trabajaste mucho estos últimos días preferí dejarte dormir.


Te amo, Kaito.


PD: ¿sabes lo adorable que te ves dormido? Yo si y me pasaría el día maravillado observándote y tomándote fotografías sin descanso.”


 


La nota terminaba con la signatura característica que solía usar como Kaito Kid. Sus mejillas adquirieron un fuerte color rosado cuando terminó de leer el papel. De verdad que no comprendía lo poco que avergonzaba al mago el decir tales cosas, pero aunque le regañase por decir ese tipo de frases, admitiría para si que le encantaban aquellos gestos.


Normalmente, la gente que conociera al castaño pensaría que con su personalidad llamativa y su amor por las bromas todas sus acciones serían a lo grande y es cierto que en el escenario lo daba todo para asombrar a la audiencia, pero cuando se trataba de él, de sorprender o demostrarle a su pareja sus sentimientos, el de ojos índigo era más sutil y reservado. Por una parte por que sabía que al más bajo no le gustaban las cosas estrafalarias y por otra, esto lo confesó el mago cuando el detective le preguntó presa de la curiosidad, le dijo que era algo privado entre ellos y que no quería que nadie más presenciara esos actos íntimos, románticos y dulces. Además añadió que los sonrojos y sonrisas del detective eran únicamente para su persona y no iba a dejar que nadie más fuese un espectador de tal hermosura, comentario que se ganó un sonrojo y un golpe en la cabeza.


Rió un poco al recordar el berrinche que le hizo cuando le ignoró el resto del día por ese comentario tan celoso y posesivo, aunque en su defensa no lo hizo a propósito, es solo que olvidó cargar el móvil y para cuando llegó a la escena del crimen donde la policía le esperaba ya se había apagado el aparato. Es por eso que le sorprendió tanto que, al volver a casa, el de ojos índigo le abrazara, reclamara y disculpara a la vez, resultando en una amalgama ininteligible de palabras. Inevitablemente estalló en carcajadas para luego disculparse y explicarle lo que había sucedido.


El contrario quiso ignorarle como represalia, pero solo lo logró durante 5 minutos, celoso del libro que acaparaba toda la atención de su novio, el cual no tenía ninguna culpa de resultar entretenido para el joven, pero que igualmente terminó siendo lanzado al otro lado de la habitación. Aquella noche acabó durmiéndose entre los brazos del más alto en el sofá de la sala dado que este se negó a soltarle incluso cuando fue quien cayó presa de Morfeo primero.


 


Salió de sus pensamientos y comenzó a desayunar. Fue cuando ya había terminado que se le ocurrió algo. Ya sabía qué hacer para el cumpleaños de su pareja. Sonriendo contento hizo una lista mental de lo que necesitaría, por suerte tenía casi todo lo necesario, así que si salía a comprar la resta estaba seguro que no tardaría mucho en regresar, al menos estaba convencido que antes que su castaño volviera. Decidido se dio una ducha rápida, se vistió y después de coger la cartera y el móvil salió directo a su destino.


Para su desgracia tuvo uno que otro contratiempo en el camino, definitivamente la suerte nunca estaba de su parte, y no llegó a su hogar hasta casi la hora de la comida. Se adentró con todo el sigilo que pudo y guardó las cosas que el contrario no podía ver, al menos no de momento, para a continuación encaminarse hacia la cocina, donde sabía que el otro se encontraba. Efectivamente ahí lo vio, recostado contra la encimera de brazos cruzados y con el ceño fruncido, mirándole fijamente.


-Shin-chan...- dijo su nombre con la misma voz que usaría una madre hacia su hijo cuando le está reprendiendo por alguna travesura.


-Dime Kai.- respondió sonriendo algo nervioso.


-Me voy un par de horas, regreso apresurado por que quiero pasar nuestro día de fiesta juntos solo para encontrar que no estás por ninguna parte. Intento llamarte, pero sale que la línea está ocupada y me manda al buzón de voz así que... como no tengas una buena excusa...- habló con la voz peligrosamente grabe, tono que solo usaba cuando se encontraba realmente enfadado.


-Kaito... lo siento mucho. No era mi intención el preocuparte.- murmuró rápidamente el de ojos zafiro quien se apresuró en ir a abrazar al contrario. Sabía que este se encontraba ansioso por encontrar la casa vacía y sabiendo que él era un imán para las desgracias el no haber podido contactarle el miedo comenzó a invadirle. El más alto notó la sinceridad en la voz del amante de los libros y su cuerpo se relajó considerablemente al tiempo en el cual correspondía al abrazo que el contrario había iniciado y enterraba la nariz en el cabello del más bajo.


-¿Por qué no estabas? Como me digas que fuiste a trabajar me enfadaré en serio.- cuestionó y volvió a mirarle con el ceño fruncido cuando le notó tensarse.


-No fui a la comisaría te lo prometo. La verdad es que salí a comprar y muchas cosas pasaron...- intentó explicarse hablando tan deprisa que causó algo de gracia al mago quien solo había logrado ver al detective en un estado tan nervioso en muy pocas ocasiones.


-¿Muchas cosas? ¿Cómo qué?- le instó a seguir más calmado.


-Pues de camino allí me topé con un perro. Creí que se había perdido y me acerqué para ver su collar, pero este saltó encima de mi para luego ponerse a correr. Lo habría dejado pasar si no fuese por que en su boca llevaba mi cartera. Así que no me quedó de otra que perseguirlo hasta lo que resultó ser su hogar. Llamé a la puerta y me abrió el dueño quien después de disculparse me invitó a pasar mientras él iba a por lo que me pertenecía.- comenzó su relato con voz llena de fastidio y enfado mal contenido.- Para no hacerlo largo resulta que ese tipo era un fan mío, algo obsesivo cabe mencionar, quien había entrenado a su mascota para que esta me atrajera hasta allí. Bueno de alguna forma logró despistarme lo suficiente como para acabar en su cuarto donde intentó atacarme, cosa que no logró por que lo noqueé sin problema y luego llamé a la policía. No sabría decir si por suerte o desgracia, el muy idiota tenía una cámara en el dormitorio la cual grabó todos los hecho más una confesión de todo lo que había hecho y lo que tenía intención de hacer. Teniendo que esperar a que llegaran las patrullas decidí buscar mi estúpida cartera la cual por cierto no apareció hasta que una docena de agentes me ayudaron a buscarla.- gruñó cabreado a más no poder.- Ahí fue cuando por fin pude irme a hacer mis compras donde me encontré con Ran. Hablamos de mi “estupenda” mañana y entonces veo una bolsa en su mano la cual es de la pastelería nueva que han abierto y la cual me comentó que quería comprar algo de allí y la razón principal de que yo fuese a comprar en primer lugar, por lo que resulta que hice un viaje en vano y perdí toda la mañana para nada.- finalizó soltando un bufido molesto. De solo recordarlo le entraban ganas de golpear a algo o alguien.


Lo peor de todo es que todo lo que había dicho era absolutamente cierto. Lo único que omitió fue como después de hablar un rato la castaña le había ayudado a comprar lo que necesitaba para su novio, pero eso no hacía falta que este lo supiera.


-¿Me estás diciendo que un acosador tuyo usó a su perro para atraerte y así poder aprovecharse de ti?- cuestionó para asegurarse entre incrédulo y enfurecido. Cuando el contrario suspiró y asintió con la cabeza no supo si reírse o golpear algo. Aunque mentalmente se prometió llamar al inspector Takagi para saber el nombre de dicho idiota que intentó meterse con su pareja y así hacerle una pequeña visita.


-Shin-chan... tienes demasiada mala suerte.- comentó después de calmarse un poco sonriendo levemente.


-A estas alturas soy quien mejor lo sabe.- murmuró resignado y cabizbajo.


-No te preocupes Shin-chan. Para eso me tienes a mi.- animó el mago abrazándole de nuevo.


-Gracias Kai...- susurró el de ojos zafiro sonriéndole con cariño y ternura, gesto que fue correspondido por su novio.


-Vamos a comer.- propuso y después de esa conversación pasaron lo que resta de día dentro de la mansión, viendo películas, leyendo, hablando... simplemente en compañía del otro.


Así pasó otro día y volvió a salir el sol, marcando el cumpleaños del menor de los castaños. Esta vez fue él quien despertó ante una cama vacía. La ausencia de su ojiazul se le hizo inusual, pero antes de que pudiera levantarse, el chico en cuestión entró por la puerta.


-Bueno días Kaito.- saludó a la vez en que se sentaba en la cama junto a su compañero.


-Buenos días Shin-chan.- devolvió el saludo para luego acercarse y darle un tierno beso en los labios.


-¿Te parece si jugamos a algo?- propuso algo nervioso, cosa que el contrario notó, pero no dijo nada pues tenía curiosidad por la propuesta.


-¿Qué tipo de juego tienes en mente?- preguntó y con timidez el de ojos zafiro le entregó una nota.


-Es bastante simple. Solo tienes que resolver tres adivinanzas para ganar.- explicó sonriendo de lado, gesto que el cumpleañero devolvió, pero acompañado por una risita divertida.


-Vale... ¿y qué es lo que ganaré si los resuelvo?- inquirió con aparente inocencia dado que en su mirada y sonrisa se mostraba cierta picardía que el detective notó e hizo que se sonrojara.


-Idiota. Es demasiado temprano para que pienses en perversiones.- reprendió dándole un pequeño codazo en el costado.- Encontrarás tu regalo de cumpleaños.- aclaró después de lograr que sus mejillas volvieran a su color natural.


-¿Cuanto tiempo tengo?- quiso saber alzando una ceja no sabiendo lo que planeaba su novio y eso le emocionaba de sobremanera.


-Todo el día, pero mientras más tardes con esto más tardarás en comer el pastel que Ran te hizo como regalo.- advirtió sonriendo malicioso. El mago hizo un puchero, pero pronto en sus ojos se pudo ver la determinación de ganar. Bajó la mirada al papel en sus manos y procedió a leerla en voz alta.


 


Hay muchos como yo, pero ninguno igual.


Todos me ven diferente, pero a la vez no.


Sentimientos provoco, pero no los tengo.”


 


El experto en este tipo de juegos frunció el ceño al terminar de leer, procesando cada palabra cuidadosamente. 'Está claro que es un objeto y conociendo a Shinichi tiene que ser de dentro de la mansión dado que no escondería mi regalo en un sitio donde alguien más tuviera acceso.' pensó para si.


El otro castaño sonrió al verle murmurar. Había considerado el darle una pista, pero se decantó por callar sabiendo que no la necesitaría. Sin decir nada salió de la habitación en dirección a la cocina para así preparar el desayuno de ambos. Conocía muy bien a su novio y estaba convencido con que lo lograría en menos de una hora y como a penas eran las 9:30 a.m. tenía tiempo de sobras para hacer algo un poco más elaborado que de costumbre.


Volviendo con el cumpleañero este seguía sentado sobre el mullido colchón que fungía como su lugar de descanso.


'Veamos es un objeto, entonces lo primero significa que no se fabrica en serie por que sino serían idénticos, lo que descarta muchas cosas como la vajilla. Después la segunda frase... ¿algo que algunos vemos igual, pero otro no? Más que vista... ¿percepción quizá? Tiene sentido. Ahora solo falta la última frase... emm... algo que te haga sentir al verlo... ¡Un cuadro! Claro, cumple con todo, pero... aquí hay bastantes cuadros... Aunque creo que se a cual se refiere.' dedujo en su cabeza y sin perder más tiempo se levantó dispuesto a ir a comprobar si su teoría era cierta.


Caminó por el pasillo hasta llegar a las escaleras, pero no bajó sino que entró a la habitación a su derecha. Allí, en la pared, había un cuadro que la abarcaba casi por completo, de casi dos metros de ancho por casi dos metros de alto. Estaba compuesto por diversos tonos de azul y verde. La obra fue nombrada como “Transición/ Cambio” y al verla él sentía una cierta tranquilidad y calidez recorrerle el cuerpo.


Miró por el cuarto y no tardó mucho en encontrar lo que buscaba. En el suelo, justo debajo de la pieza de pintura, estaba otro papel acompañado por una sola rosa de un intenso color rosado.


'Aprecio, confianza y agradecimiento.' buscó el significado en su memoria y sonrió con dulzura al pensar lo mucho que se había esforzado su pareja para ese día. La recogió con delicadeza y la colocó con cuidado en el bolsillo que había en su camisa, justo en el pecho. Luego miró la nota y abrió los ojos sorprendido cuando al leerla no encontró una adivinanza sino algo realmente inesperado. Su corazón comenzó a latir más rápido de lo usual.


 


Kaito... cuando nos conocimos como Kid y Conan no supe que pensar de ti, pero mientras trabajábamos juntos fuiste ganándote mi confianza poco a poco.


Luego logramos nuestros objetivos y me sentí infinitamente agradecido por toda tu ayuda por que sabía que yo solo nunca habría conseguido llegar tan lejos.


Fue después cuando conocí a Kaito y mediante el paso de los días, nuestras conversaciones y quedadas lograste que sintiera un gran aprecio por ti.


Kai, gracias por haberme dejado que te conociera sin la máscara.”


 


Se sintió realmente emocionado, pues quedaban dos adivinanzas más y deseaba que vinieran con otro mensaje como aquel. Giró el papel para encontrar su siguiente reto y lo leyó.


 


Tengo muchos amigos con quien hablo a diario, pero siempre de lo mismo.


Nos repetimos pues no sabemos ni podemos contar nada diferente.”


 


-Shin-chan... está fue demasiado fácil.- comentó riendo divertido, encaminándose hacia el lugar favorito de su novio: la enorme biblioteca privada de la casa. No tuvo ni que buscar mucho dado que lo vio claramente sobre el escritorio: una espectacular rosa azul dentro de un jarrón con motivos florales. Con cuidado depositó la anterior rosa en el mismo vaso y procedió a coger el nuevo mensaje.


 


Debes de saber el significado de esta mejor que nadie. Siendo sincero nunca creí que podría conocer a alguien tan excepcional y único como tú.


Eres un misterio que no creo ser capaz de resolver enteramente, pero aún así no puedo darme por vencido. Más bien no quiero hacerlo.


Me da igual necesitar toda una vida para poder descubrir algo nuevo cada día.”


 


'Fidelidad, para una persona única en el mundo.' pensó sintiendo sus ojos aguarse, pero se reprimió para seguir con la última.


 


Cambiamos constantemente, pero permanecemos iguales.


Recorremos un camino que acaba en el principio.


Somos un círculo que no tiene fin.”


 


'Cambio, permanecer, principio y fin... ¿por qué no me sorprende?' ni siquiera acabó de pensar que sus pies ya habían comenzado a andar por su cuenta. No tardó en convertirse en una carrera en dirección al jardín, específicamente a la parte que él mismo cuidaba. Llegó al gran jardín plagado de rosas multicolor, flores que cuidaba con gran esmero. Allí encontró a su pareja sentado, esperándole, junto a una mesa muy bien decorada donde se encontraba el desayuno de ambos.


 


-Eso fue rápido. Creí que la última sería la más difícil.- comentó divertido.


-En literatura se representa el ciclo de la vida mediante una rosa la cual muere y renace en un círculo sin fin... por eso supe que era el jardín.- murmuró acercándose con lentitud. Su corazón latía desenfrenado y al estar lo suficientemente cerca estiró la mano con la intención de tomar la última nota, pero primero tomó la rosa que la acompañaba una de un blanco puro y la depositó en el jarrón junto a las otras dos, para luego dejar este en el centro de la mesa.


'Pureza e inocencia, pero también...' tragó saliva y con los dedos temblorosos le dio la vuelta al papel.


 


¿En serio tengo que decirlo? Estoy seguro que sabes lo que significa que una pareja se regale rosas blancas, pero lo diré de todas formas...


Kaito, quiero construir un futuro común y duradero a tu lado.”


 


-Shin-chan...- susurró entre sollozos pues ahora si había sucumbido a las fuertes emociones que le invadían y se desbordaban en forma de lágrimas de felicidad.


-No te estoy pidiendo matrimonio por que es muy pronto, pero... es una promesa que quiero que hagamos.- explicó realmente sonrojado el contrario a la vez en que le extendía una pequeña cajita. Al abrirla dos anillos plateados reposaban sobre un pequeño cojín de terciopelo rojo.


-Sabes... no me molestaría casarme contigo ahora mismo.- comentó sinceramente el mago sonriendo de oreja a oreja, avergonzando aún más a su novio.


-¡Idiota! ¿No oíste lo que dijhmp-?- sus palabras fueron interrumpidas por un apasionado beso. No en el sentido lascivo sino más bien por la gran cantidad de fuertes emociones que transmitía con ese simple gesto.


-Lo oí... y me alegra por que cuando llegue el momento seré yo quien te haga llorar de felicidad. Te dejaré sin palabras Shin-chan.- aseguró en un susurro íntimo.


-No creo que eso cuente como amenaza.- dijo de igual forma el de ojos zafiro, sintiendo que le faltaba el aire con tan solo las palabras que su pareja le había dirigido.


-No, no lo es... es una promesa Shinichi.- respondió besando la mano derecha del joven donde ahora reposaba uno de los anillos.


El mencionado no supo qué le sorprendió más si el repentino beso o el no haber notado como le colocaban el pequeño objeto en el dedo, pero lo dejó pasar para proceder a disfrutar de su desayuno en compañía de un muy feliz mago.


 


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EXTRA


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-Kaito.- llamó su atención cuando este engullía el coulant de chocolate que su mejor amiga le había preparado.


-¿Mmm?- medio gruñó en reconocimiento sin levantar la vista de su amado postre.


-Feliz cumpleaños.- dijo con simpleza, dejando al contrario mirándole estupefacto.


'Misión cumplida' pensó para si el satisfecho detective pues había logrado su cometido: dejar sin palabras a su querido novio. Aunque su momento de auto-satisfacción duró poco puesto que el ahora joven de 20 años saltó a abrazarle fuertemente al tiempo en el cual le besaba casta y dulcemente por toda la cara y no dejaba de susurrarle palabras de agradecimiento junto a cumplidos y palabras de amor.


'Pensándolo mejor... nunca podré ganarle.' gimió internamente un muy avergonzado castaño. Daba igual cuanto se esforzase, el mago siempre sería capaz de sorprenderle sin importar la situación ni cuanto tiempo pasara, pero daba igual pues su espontaneidad y efusividad eran rasgos que amaba del contrario.


......FIN......

Notas finales:

Me gustó la idea de que Shin le confesara lo mucho que le quiere usando rosas que son el símbolo de Kaito y pues este fue el resultado n.n

Los acertijos los pensé yo y aunque intenté que fuesen lo más claros posibles, siento si al final no fue así (con el primero mi hermana dijo que la respuesta era un chino XD así es su sentido del humor, pero espero que nadie más haya pensado algo en esa línea u.u')

El cuadro me lo imaginé, no se si existe algo por el estilo, pero no investigué sobre ello así que espero que no moleste a nadie si se da el caso que si existe >////<

Creo que eso es todo. Gracias por leerlo y me encantaría que dejaráis algún review, así me motivaré para escribir más de ellos dos (=^w^=)


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