Un chico aproximadamente de 25 años de edad, test de piel moreno claro, cabello castaño oscuro, cuerpo tonificado, y con una sonrisa que deslumbraba todo su esplendor, se encontraba corriendo de un lado a otro, atendiendo las mesas y entregando pedidos de aquel restaurant de ramen llamado “AORI RAMEN”.
Este se dirigía a entregar su última orden, pero al llegar una de las mesas, un comensal de puso de pie chocando su silla con las piernas del mesero, haciendo que el platillo callera encima del comensal, provocando el enojo inmediato de la persona.
-Mierda, el traje era nuevo- Dice enojado mirando sus prendas sucias.
-L-lo siento, fue un accidente-Hace una reverencia en forma de disculpas.
-Gracias por arruinar este costoso traje- Termina de limpiar su traje con unas servilletas, los cuales fueron arrojados en el rostro del mesero.
-Lo siento! Lo siento! Lo siento-
No dejaba de disculparse el chico, quien ahora se encontraba arrodillado en el suelo, recogiendo el plato roto y el ramen esparcido en el lugar, aun estando en la misma posición, escuchaba los quejidos de aquella persona, este mordiendo su lengua conteniendo las ganas de llorar, toma un respiro hondo para calmarse, y por fin se coloca de pie con los pedazos rotos y comida en sus manos.
-Maldito mesero inservible, gente como tú, deberían de ser despedidos por no hacer bien su trabajo- Reprocha el chico de cabello negro mientras lo miraba fijamente a los ojos.
-Pues agradece que no trabajo para ti, de igual manera, me hubiera gustado que tu me hubieras despedido, nadie soportaría a alguien con una personalidad como la tuya-
Se atreve encararlo el menor, pero sin más este deja de mirarlo para dirigirse al aérea de cocina dejando al tipo con la palabra en la boca, no le quedo de otra que seguirlo con la mirada hasta que cruzo la puerta desapareciendo de su vista.
-Maldito mocoso, me las pagaras!- Finaliza apretando sus puños fuertemente.
-Tranquilo, fue un accidente!- Le dice su acompañante con voz tranquilizadora.
-Acaso estas defendiéndolo?- Lo mira con el ceño fruncido.
-No estoy defendiendo a nadie!! Además tú te levantaste cuando el chico iba a pasar, lógicamente no se fijó!
- Y dices que no lo estas defendiendo!- Pone sus ojos en blanco.
-Idiota!, solo narro como mire los hechos- Termina con los brazos cruzados mientras volteaba los ojos.
-Andando, que tu padre nos está esperando en la sala de juntas, dijo que era muy importante lo que tenía que decirnos.- Dice su acompañante sujetándose de su antebrazo, jalándolo a la salida del restaurant.
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Dentro del área de cocina se encontraba el chico sollozando en silencio mientras que los demás trabajadores hacían su labor, tirando los trozos de comida junto con pedazos quebrados del plato al tamborete de basura, pero uno de los chicos que se encontraban ahí, se acercó hacia él, ya que lo había notado actuar raro desde que entro al sitio.
-Daesung, te encuentras bien?- Pregunta un chico de cabello blanco y con notables ojeras.
-S-si, estoy bien- Trata de hablar con voz normal con total fracaso.
-Daesung, soy tu mejor amigo, dime que te sucede?, desde que entraste por aquella puerta has estado callado- Cuestiona con voz preocupada.
-Pasa que, iba a entregar el ultimo platillo, pero al llegar a la mesa, un comensal se levantó de su lugar empujando la silla hacia a mí, provocando que chocara con ella, y sin querer arroje el platillo en su ropa ensuciándola de ramen..- Hace una pausa comenzando a llorar y continúa- El comensal se enojó bastante conmigo diciéndome que era un inservible, que no hacia bien mi trabajo, pero te juro que fue un accidente, yo no tuve la culpa- Termina narrando mientras miraba a su amigo con enormes lágrimas en su rostro.
-Claro que no tienes la culpa, ese idiota no se fijó cuando pasaste por ahí, es más, se lo merece, no debió de haberte dicho lo que te dijo.- Dice con una pequeña sonrisa en su rostro mientras posaba su brazo encima de sus hombros en forma de consuelo palmeando con suavidad.
-¿Crees que en verdad sea inservible?-Lo mira con lastima.
-Suspira cansado- Daesung, no creas en todo lo que la gente diga de ti, solo cree en ti mismo, no es lo que siempre me has dicho? Ahora aplica tu consejo en ti y sabrás el resultado-
-Tienes razón, siempre lo eh dicho- Sonríe- Gracias Ri, no sé qué haría sin ti-
-Yah! Para eso están los amigos- Le regresa la sonrisa, para terminar abrazándose como suelen hacerlo.
-Seungri, si tú eres el dueño de este restaurante, porque siempre te la pasas en el área de cocina?- Pregunta dudoso su amigo cambiando de tema.
-Me gusta supervisar y de vez en cuando ser parte del equipo, vamos! Admite que tienes al mejor jefe!- Codea a su amigo cercas del hombro de forma divertida mientras guiñaba un ojo.
-Lo eres! Y me alegra que seas mi jefe y mejor amigo.
-Lo sé!- Responde Seungri seguro de sí mismo.
-Ya, no seas egocéntrico-
-Saliendo del trabajo iremos a ver a tu madre, de acuerdo?-
Este solo asiente.
Daesung sabía a la perfección como era la personalidad de su mejor amigo cuando hablaban o mejor dicho lo admiraban, aparte de ser tan bromista, era algo que lo caracterizaba y lo hacía ser único.
Seungri y Daesung son amigos desde el preescolar, han crecido juntos, y sin duda se han apoyado del uno al otro en todo. Dae vive con Seungri desde hace 3 años en un pequeño departamento que había comprado el menor, aunque a decir verdad, el peliplateado a pesar de ser el menor del dúo es demasiado maduro para la edad de 23 años, sin mencionar que es dueño de varios restaurantes, ya que sus padres le heredo una buena fortuna y el negocio del famoso restaurante "AORI RAMEN”. “
Todo lo contrario a Seungri, Daesung, provenía de una familia humilde, su padre se la pasaba trabajando todo el tiempo, nunca tuvo tiempo para él desde que era pequeño, su madre era ama de casa y era ella quien estaba a cargo de sus cuidados, hasta que la etapa de su adolescencia, a la edad de 19 años hasta la actualidad, su madre se enfermó, poniéndose grave, el cáncer había invadido su cuerpo, y por no haberse tratado desde un principio, la enfermedad estaba avanzada y no se podía hacer mucho.
Daesung en ese entonces, tuvo que conseguir más de un trabajo a tiempo completo para ganar dinero y poder pagar las terapias que necesitaba su mamá, dejando sus estudios a la mitad de su carrera de universidad.
Su padre era codicioso con la pequeña familia y orgulloso, Daesung se sentía la peor persona por tener un padre así, se maldecía por saber que su padre no se preocupaba en ayudar a su madre, siempre buscando pretextos sobre que tenía junta de reuniones, viajes, o cualquier cosa que se enfocara al trabajo, y con el mínimo sueldo que ganaba el castaño, no cubría los gastos.
Pero gracias a su mejor amigo quien se había enterado de la dura situación que estaba pasando Daesung, este se ofreció en pagar los tratamientos de su madre, pudiendo asistir a las quimioterapias y radioterapias.
El doctor quien había atendido a su madre, les dio la mínima posibilidad de que ella saliera libre del cáncer, sin prometer nada a cambio, fue él quien se encargó del procedimiento de la paciente.
Su tratamiento constaba en tener 6 secciones de radio y quimioterapia 2 veces por semana en 2 meses, todo iba bien en las dos primeras etapas, en la tercera comenzaron los problemas, el cuerpo de la paciente ya no soportaba el tratamiento, eran demasiados fuertes, su cuerpo comenzó a perder fuerza, rechazaba todo tipo de alimentos, pérdida de cabello y de peso rápidamente, vómito y orina de color negro, y postrada solamente en la camilla del hospital.
Daesung se la vivía dentro del hospital cuidando a su madre día y noche, las 24 horas de la semana, sin descanso alguno, le preocupaba ver que el estado de su madre empeoraba con el pasar de los días, pero fuera lo que pasara, él iba a estar con ella hasta el final de sus días.
Seungri de vez en cuando le daba días libres en el restaurante para poder cuidar a su madre, incluso hasta él llegaba turnarse con su amigo en el cuidado para que Daesung pudiera descansar, a decir verdad, al pequeño le preocupaba el estado de animo de su amigo, llevaba días sin comer, dormir, sin ducharse, estaba hecho un caos el joven.
Pasaron dos semanas y el cuerpo de la paciente iba decayendo más y más, el castaño entra por aquella puerta de la habitación demacrada, pálida y con notorias ojeras.
-Dae has descansado?-Pregunta su amigo quien se puso de pie al verlo entrar.
-Lo intente! Pero no puedo quedarme tranquilo si no sé nada de mi madre- Responde con un hilillo de voz casi audible.
-Ha dicho algo los doctores?-Pregunta Dae mirando a su amigo nostálgico.
-Si ¡ El doctor personal cancelo los tratamientos ya que el cuerpo de tu madre ya no resiste fuerte radio acciones, y si continuaba, eso iba a matarla más pronto, así que decidieron darla de baja en el sistema.
-Entonces que es lo que le harán?
-Menciono que lo importante es que la mantengamos con sueros mediante intravenosa y tratar de que se alimente, ya que perdió 20 kilos.-
-Tiene razón!-
Mira a su mejor amigo mientras se sienta a la orilla de la cama, se inclina a una altura del oído de su madre y con una dulce voz le susurra:
“Te Amo, No Importa Lo Que Pase, Luchare Por Ti”
Tras estas últimas palabras, se rompe en llanto sosteniendo con fuerza las manos de su madre, apoyando su cabeza en el pecho de la persona
Para el rubio era un momento especial de admirar, madre e hijo juntos, el amor de hijo es demasiado fuerte, y podía observarlo en su mejor amigo, Seungri dio un respiro profundo, sosteniendo las ganas de llorar, respiro varias veces intentando relajarse pero el sentimiento estaba ahí, rendido, derrama enorme lágrimas, y sin pensarlo, da unos pasos acercándose al castaño y sosteniendo una de sus manos para transmitirle fuerzas, este eleva su mirada y ambos con lágrimas en sus rostros, se dedican sonrisas.
Un movimiento se hace presente, la mano de la madre de Daesung sostenia con poca fuerza su mano, y con una sonrisa le dice:
-Hijo, no llores, porfavor- Le dedica una mirada tranquilizadora.
-Madre! Como me pides esto ahora?- Dice mientras se limpia las lágrimas de su rostro.
-Hijo mío, me queda muy poco tiempo para abandonar este mundo, pero me iré tranquila, porque mi hijo cuido de mí, y estoy más que agradecida por eso y por tener al mejor hijo del mundo.
-No digas eso, de algún modo, siento que te estas despidiendo de mi-
-Lo es hijo!, prefiero hacerlo ahorita antes de que sea demasiado tarde.- Sonríe derramando una lagrima traicionera.
-No madre, por favor- Su cuerpo comenzó a temblar notoriamente.
-Seungri- Llama al peliplateado.
-Aquí estoy, señora- Se acerca tomando asiento en la cama a un lado del castaño.
-Gracias por ayudarme y cuidar de mi hijo también, eres una gran persona con un enorme corazón, hijo, prométeme algo-
La dama suelta por unos segundos la mano de su hijo para ahora sostener la de Seungri.
-Que es señora?- Cuestiona el joven dudoso.
-Prométeme que cuidaras de mi hijo, no dejes que nada ni nadie lo lastime, es el un chico con un corazón puro y no quiero que nadie se lo arrebate.-
Seungri traga fuerte saliva, mirando a la madre de su amigo para después mirarlo a él sorprendido, porque le estaría pidiendo eso?, volvió la mirada a la señora y con una sonrisa responde:
-De eso no se preocupe, siempre protegeré a Daesung, si algo le pasara, jamás me lo perdonaría.
Al escuchar esto, el corazón de Dae comenzó a latir rápido y fuerte, y completamente sonrojado, mira a su madre y al peliplateado, tímidamente.
-Seung..-
-Daesung no importa lo que digas, cumpliré esa palabra.
El menor toma ambas manos del mayor para colocarlas en su pecho, justo en el lado del corazón, sintiendo ambos los latidos de este.
-Es una promesa- Finaliza depositándole un beso tierno en su frente.
La madre quien estaba observando ese momento, fue tanta la ternura que no pudo embobar una sonrisa.
-Se miran bien juntos- Comenta la madre admirando la escena.
-MADRE!!Pero que dic…-
-Verdad que si, ves? Siempre te eh dicho que nos vemos bien juntos- Bromeo Ri.
-Cállate idiota!!- Termina sonrojándose por completo Daesung.
Después del avergonzamiento se escuchan risas por parte de la madre y su mejor amigo.
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En una de las empresas más famosas de Corea, se encontraba un joven alto, guapo, mirada penetrante, cabello oscuro, muy apuesto a decir verdad, que con tan solo una mirada derretiría a cualquiera, sea hombre o mujer, todo un casanova.
Se hallaba en la sala de espera junto a su acompañante, para ser llamado por su padre, pero este de haber pasado solo 15 minutos desde que llego, se desesperó y se levantó del largo sillón que se encontraba ahí, y comenzó a caminar.
-Oye, a dónde vas?- Pregunta un chico de cabello naranja, que observaba a su amigo yéndose.
-No entrare luciendo así y apestando a rameni- Se mira su prendas sucias-Ire al baño a cambiarme de ropa, enseguida regreso.-
-Espera, te acompaño-
-NO! Tú quédate ahí, mi padre puede salir en cualquier momento, entra si llama y coméntale que no tardare nada en entrar- Ordena el mayor
-De acuerdo!- Dice el pelinaranja mientras hacia un puchero en sus labios mientras se cruzaba de brazos como un niño pequeño.
El mayor se introdujo en uno de los vestidores del baño, coloca su bolsa en el perchero y de ahí saca sus prendas limpias, comenzando a desvestirse rápidamente, ya que no soportaba estar sucio, envolvió la ropa sucia con rollo y las metió de donde había sacado la limpia.
Una vez cambiado, salió del vestidor, se miró frente al espejo, y satisfecho de cómo lucia termino roseándose un poco de perfume varonil, usando una de sus fragancias favoritas, por último, acomodo un mechón rebelde de cabello que colgaba frente a sus ojos, una vez bien vestido, perfumado, y luciendo elegante, salió del baño con su bolsa en manos.
Su amigo se queda boquiabierto al ver lo increíble que lucia.
-Mi padre no ha llamado?, será mejor que entremos- Afirma el mayor.
El otro solo asintió levantándose del lugar y siguiendo los pasos del pelinegro. El señor quien estaba entado en su escritorio tecleando en su laptop, levanto su mirada para ver a su hijo entrando.
-Tomen asiento, me dejare de rodeos e ire directo al grano- Deja su computadora a un lado y continua serio- Seung yo sé que no ha sido nada fácil desde que me divorcie de tu madre pero.. Siento que fue lo mejor para nosotros.