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I want your bite| MCU (STONY) por Mylo Shinobu

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Notas del capitulo:

Los personajes son del MCU de Marvel

Estaba nervioso, la mirada que lo acechaba desde hace rato era cada vez más intensa. Trato de mantener la respiración calmada pero su cuerpo se lo impedía, parecía que la sola idea le estaba excitando. Terminó su trago de whiskey y pidió un Martini, tenía que tomar algo o saldría corriendo haciendo que todos se percataran de su nerviosismo. Lo había anhelado hace mucho pero en serio no creía que cedería, que tras tanta palabrería barata, el otro aceptaría. También lo deseaba, por eso tenía esa mirada tan depravada hacia él.

 

Ya no sabía si estaba embriagado por el alcohol o los nervios. Las piernas flaqueaban, sus manos temblaban y su corazón estaba cada vez más acelerado. La sola idea de lo que ocurriría le hacía sentir un cosquilleo en su espalda y su pelvis. Lo había ansiado tanto y ahora que ocurriría, el pelinegro no sabía qué hacer. Quería correr pero su deseo se lo impedía.

 

La fiesta se hizo más amena, la poca gente que quedaba se reunió para platicar, cantar y seguir bebiendo. Era el momento. La mirada del rubio chocó con él, la sentía, parecía que lo desnudaba. ¿Cómo un hombre podía causar tanta excitación en él? Tomó un trago más cuando escuchó el ajetreo.

 

-¡Vamos Cap!-dijo Natasha- Solo quédate un poco más. No seas aburrido.

-Tengo que irme… Mañana tengo misión y no he dormido en días.

-Bueno-dijo Banner quitandole a una Natasha un poco ebria-. Es razonable, vamos Natasha-ella balbuceo algunas cosas para quedar recostada en el sillón donde Clint se burlaba de su estado. Steve salió a su habitación. Tony tenía que hacer lo mismo.

-¿También te vas?-preguntó Banner al ver a Tony empezar a irse, volteó tratando de disimular.

-Brucie… si tomo una copa más estaré peor que Romanoff- sonrió, se dirigió a su laboratorio pues no podía parecer que iba tras el Capitán.

-¡Vaya!-dijo Sharon viendo con burla el caminar de Tony, que ya estaba algo ebrio-. Siempre se coordinan esos dos.

 

Tony caminó hacia su laboratorio, su habitación estaba cerca así que prefirió ir ahí. En su caminata sintió la presencia de alguien tras él, se sobo el cuello desde la nuca a su barbilla, siguió caminando con esa presencia casi acosándolo. El calor seguía, el deseo seguía. Llegó a la puerta de su habitación, tras tomar el pomo sintió como dos brazos fuertes lo aprisionaron y un abdomen duro se pegó a su espalda, iba a caer si no se sostenía. Volteó como pudo y lo vio ahí, con una mirada hambrienta, un rostro voraz que se lo comería en segundos. Tony sonrió complacido. Lo tomó de la placa militar que asomaba por su cuello y lo jaló hacia él.

 

-¿Está listo para perder su virginidad, Cap?-le susurró de forma arrogante, antes de poder ver la reacción del rubio, este lo había tomado de la cintura y le estaba devorando los labios.

 

Tras el intento fallido de abrir la puerta mientras Steve lo estaba devorando, este lo cargó sujetándolo de sus glúteos, Tony lo rodeo de la cintura mientras lo abrazaba del cuello para hacer más profundo el beso. Se estaban devorando, se lamía, se mordían sin despegarse. Hace rato que les hacía falta el aliento pero seguían ahí, en ese profundo beso. Unas risas se escucharon de fondo, alguien venía. Steve abrió la puerta con Tony encima de él, y la cerraron con violencia.

 

No supo cómo llegaron a la cama, pero tenía encima a ese Capitán que parecía desearlo, comerlo ahí. Con desesperación el rubio lo desvestía, cuando encontró esa piel bronceada lo único que supo hacer fue lamerla haciendo que Tony tuviera pequeños espasmos de excitación. El Capitán era bueno con esa lengua, cada parte que tocaba quedaba caliente, le quemaba pero quería seguir disfrutando. ¿Cómo siendo virgen sabe tan bien donde ir? De pronto lo sintió, la gran erección de Steve sobre su pierna.

 

-¡Wow, Cap!-dijo mientras el otro le lamía los pezones-. No lo imaginaba tan grande-. Esto llamó la atención de Steve quién lo miró extrañado, tenía el rostro rojo de la excitación.

-¿Así que lo habías imaginado?-Tony se sonrojó mientras se lamía los labios.

-Siempre que me sentía solo-rió travieso mientras se mordía el labio inferior.

 

Steve apretó su mano con la sabana para no írsele encima tan pronto, quería contener su deseo aunque con Tony parecía imposible. Se levantó quedando hincado en la cama, se desabrochó los botones de la camisa pero a la mitad fue detenido por Tony.

 

-¡Alto, alto!-dijo, Steve lo miró dudoso-. Eso quiero hacerlo yo.

 

Tony se incorporó en la cama, se quedó sentado mirando hacia un Steve que estaba conteniéndose de forma maravillosa. Bajo la vista a los pocos botones de esa camisa azul que le quedaba tan bien, los siguió desabrochando hasta que pudo notar ese hermoso abdomen. Ya lo había visto otras veces pero ahora se veía tan apetecible, se acercó a lamerlo. Steve reaccionó. Lo mordía y lo lamía mientras miraba las reacciones del rubio. Steve estaba conteniéndose pero no sabría por cuanto.

 

Entonces Tony quería experimentar, quería saber que tan salvaje podría llegar a ser ese súper hombre. Lo empujo haciendo que se sentara en la cama y con la mano le hizo un gesto de que se permaneciera ahí. Tony sonrió travieso y se quitó la corbata que el Capitán no había quitado bien, dejó caer el saco quedado con la camisa desabrochada que mostraba su torso. Steve tragó. Tony mordió su labio inferior, terminó de desabrochar la camisa para seguir con sus pantalones, Steve quería ir pero Tony se lo negó. Tras desvestirse completamente, se recargó en la cabecera de su cama y miró a Steve que estaba poniendo todas sus fuerzas para no atacarlo.

 

-Solo quiero que mires, Cap-este trató de contener su respiración que ya estaba excitada.

 

Con toda la vergüenza y excitación que pudo, abrió sus piernas para mostrarle todo a Steve. Este abrió los ojos apreciando cada rincón de Tony, quería atarlo, quería devorarlo. La hinchazón en sus pantalones se lo suplicaba pero hizo caso a las palabras de Tony, como buen soldado. Tony estaba duro, su erección fue lo primero que hizo que Steve  le urgiera ir por él. Los dedos de Tony empezaron a tantear su propia entrada, Steve lo miraba incrédulo. Tony comenzaba a soltar pequeños gemidos mientras seguía dilatando la entrada, a la vez comenzó a masturbarse. La sola imagen dejó a Steve con la boca abierta, con la cordura a punto de mandarla al demonio.

 

Después de unos minutos de gemidos de Tony, de que jugara consigo mismo, se vino. Su semen cayó en su propio abdomen y su rostro rojo miró a los ojos de Steve. Tony seguía duro pues estaba esperando la mejor parte. Esos ojos que parecían poseídos lo confirmaban. Steve se acomodó en la cama y lo asechó, de nuevo el deseo de Tony emergía. Su respiración se aceleró aún más.

 

Con enojo, Steve lo tomó de la cintura para recostarlo, Tony se sorprendía de la fuerza. Le excitaba. Steve uso sus propios dedos en la entrada de Tony, este iba a protestar hasta que se sintió invadido. Hizo su cabeza hacia atrás soltando un gemido. Lo acaba de hacer él pero las manos de Steve eran mágicas, sabían lo que hacían. Sus dedos eran largos y lo tanteaban desesperadamente. Steve encontró el lugar, presionó haciendo gemir fuerte a Tony. Su cuerpo reaccionaba a un hombre y no le estaba molestando para nada. Se miraron con deseo, querían besarse.

 

-Podrías…-Steve lo miró- fingir que soy alguien más-dijo Tony. Steve lo miró extrañado-. No creo que sea tan excitante la voz de un hombre. Digo… será tu primera vez y con un hombre-bufó Tony-. Deberías…

-Ya entendí-dijo Steve molesto-. Si eso quieres.

 

Steve se levantó, desabrochó su pantalón y tomando los muslos de Tony, le abrió aún más las piernas. Sacó su miembro, Tony lo miró sorprendido, realmente era grande. El deseo le regresó aunque el comentario que hizo antes los saco un poco de ese idilio. Steve lo penetró con violencia haciendo a Tony encorvar su espalda. Se sujeto de la almohada para contener el gran placer. Steve sentía como Tony apretaba tan bien, tan solo de entrar ya quería llegar al orgasmo. El cuerpo de Tony le gustaba tanto.

Se empezó a mover, movía su cadera con fuerza para penetrar a Tony. Este soltaba gemidos vulgares, le arañaba los brazos y le acariciaba el abdomen. Steve le robó un beso que contuvo un gemido, Tony lo abrazó del cuello para seguirlo besando mientras Steve lo penetraba y comenzaba a masturbarlo. Se soltó removiéndose en la cama por el placer.

 

-Steve…Steve… Steve…

 

El Capitán se estaba volviendo loco, la cordura le fallaba y cada movimiento de Tony lo desquiciaba. Lo penetró con más fuerza sintiendo a Tony venirse a la vez. Steve cayó encima de él, trató de no quedar totalmente encima. Se iba a levantar cuando Tony lo empujó para quedar acostado de espaldas, Steve se sorprendió al ver a Tony montarlo. Tony no estaba excitado pero Steve sí, Tony tomó el miembro de Steve y lo dirigió a su entrada cayendo en él lentamente. Cualquier rastro de cordura, Rogers lo había perdido.

 

La imagen era majestuosa, Tony subía y bajaba con la cabeza hacia atrás soltando gemidos. Mientras más aceleraba el movimiento de caderas, más Steve lo mordía, lo lamia, lo deseaba. Se tentó a tomar los glúteos del pelinegro, a apretarlos y acariciarlos. Era la parte que más le gustaba de Tony, quería aprovechar todo lo que pudiera para acariciarlo.

 

Tony lo recuerda, recuerda aquellas miradas lascivas que de vez en cuando Steve le hacía. Buscaba ignorarlas pero de pronto se volvieron necesarias, al punto de que él las provocaba. Sabía que Steve lo veía con deseo cuando usaba poca ropa, cuando estaba en su traje ceñido o simplemente cuando se estiraba. A veces Tony hacia todo a propósito para que reaccionara, para que en un arrebato Steve lo raptara y se lo hiciera en el baño o en alguna habitación pero eso no pasó. El mismo Steve estaba jugando su juego.

 

Tony es muy obvio cuando hace las cosas con intensión, esta vez Steve no iba a caer primero. Quería hacer sufrir al pelinegro como él sufría al verlo en todas sus provocaciones. Estaba sin camisa cerca de él, a veces se ejercitaba en los lugares que Tony transitaba para que lo viera, sabía que Tony solía espiarlo cuando hacía ejercicio y sudaba. Lo rosaba a propósito, quería que el pelinegro fuera el primero en caer y lo hizo.

 

Steve estaba caminando a la fiesta que organizó Tony por… ni siquiera lo recuerda. Lo hizo más por cortesía que porque tuviera ganas. Tendría una misión al siguiente día y no había podido descansar debido a otras cuestiones de trabajo en S.H.I.E.L.D. Cuando se dirigía a la fiesta, fue jalado de la camisa a un baño, era Tony quien lo tenía aprisionado contra la pared. El rostro de este estaba rojo. El pelinegro hizo que Steve lo tomara de la cintura, este se dejó llevar. Lo jaló del cuello de la camisa para quedar cerca.

 

-Después de la fiesta… ¿tienes algo que hacer?-Steve sabía a qué se refería.       

-¿Tienes algún plan?-Tony sonrió y se acercó para lamerle los labios.

-Si no lo tienes te veo en mi habitación después de la fiesta.

 

Tony se soltó, acomodó su ropa y salió del baño para recibir a sus invitados. Steve se había excitado al tacto con Tony. Este respiró profundo, volteó al lavabo a echarse un poco de agua fría para bajar… el calor. No sabía desde cuando Tony tenía ese efecto en él pero ya era inevitable fingirlo. Toda la fiesta no dejó de mirar las acciones de Tony, las risas, los coqueteos, todo. Desde que empezó la fiesta deseaba que se terminara para poder tener ese arrogante rostro gimiendo su nombre.   

 

Y justo ahora su deseo se cumplió, una de las piernas de Tony la tenía en su hombro mientras lo penetraba. Este contenía su gemido y mordía un poco la almohada pero Steve lo penetraba más profundo para dejar oír su gemido. Lo excitaba y este también le gemía, bajaba a besarlo y volvía a gemir en su oído para excitarlo. Lo volvió a hacer pero ahora en vez de gemirle, hizo una pregunta.

 

-¿En serio quieres que me imagine a una mujer mientras gritas mi nombre?

 

Eso despertó a Tony del placer, Steve lo miraba con ojos tristes, como un cachorro suplicando amor. No, no quería eso. Quería que Steve estuviera excitado con él como hombre, que deseara su cuerpo, que su deseo fuera solo por él no por una novia muerta o cualquier tipa que apareciera de pronto. No, Steve era suyo. Bajó su pierna del hombro de Steve, este se sorprendió. Tony lo abrazó del cuello para darle un beso. Steve le respondió, metía su lengua para jugar con la de Tony, lamerle los dientes, explorarla, morderle los labios y lamerlos. Cuando se separaron Tony le sonrió pícaro.

 

-¿Serías mío, Rogers? ¿Serías solo mi propiedad?-le susurró al oído, Steve lo embistió por impulso.

-Sí… Siempre.

 

Tony sonrió complacido mientras Steve comenzaba a morderle el cuello en un arrebato de deseo.


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