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Hímero por Mascayeta

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Notas del capitulo:

 

 

 

Deane era hermosa e inteligente, se salía del molde de la inglesa a la cual todos estaban acostumbrados. Su cabello era negro, su estatura de 1.78 m, su cuerpo a pesar de su edad, se había mantenido como ella misma decía en sus momentos de autoflagelación "un violonchelo", porque tenía demasiada cadera y busto, y una buena cintura, para su gusto. Pero nada de eso le llamaba la atención a Yokozawa, la mujer lo atraía por su forma de ser, por su inteligencia, por cómo se expresaba con ese don de mando que podía doblegar a cualquiera. La admiraba por la manera como miraba y sutilmente coqueteaba casi sin darse cuenta, por cómo se comportaba con sus semejantes en el negocio que hábilmente dirigía. La podría comparar con una pantera en el momento de la cacería, ya que cuando se proponía conseguir algo, lo luchaba sin desfallecer.

Aunque se conocieron de una manera bastante extraña, el ser su primera clienta hizo que el acercamiento de alguna manera fuera especial. Todavía recordaba como lo presentó como sobrino de su difunto esposo ante la cara de sorpresa de quienes le sonreían hipócritamente. Esa noche Deane había solicitado un acompañante por motivos de salud; sin embargo, la persona que iba a estar con ella tuvo un inconveniente y por casualidad él se encontraba frente al club de Callagan contando las pocas monedas que le quedaban. Así que de manera desesperada aceptó hacerle un favor al hombre que le propuso ganarse unas libras, ese fue el comienzo de su vida como host.

Meses más tarde la señora Vinstone comenzó a asistir con frecuencia al club. Su reencuentro y la cercanía con que lo trataba provocó más de un resentimiento, de a poco la mujer se metió en su vida personal y en la de sus amigos, para convertirse en su protectora, su "ángel de la guarda".

Muchas veces se vieron por fuera de sus papeles de anfitrión y clienta, normalmente le gustaba ir a Anânké a cocinar con él, a apreciar por horas como Yukina daba forma a sus cuadros, o para simplemente tomar el té con Kisa en largas tertulias donde los temas eran variados, concluyéndolas por la necesidad de abrir el bar o de Yokozawa de ir a su trabajo en el club. En una de esas ocasiones fue cuando les dio la idea de promocionar nuevos talentos, recién estaban comenzando y con el apoyo adecuado podían lograr una nueva visión, aunque al principio no fue fácil, los contactos adecuados y las llamadas entre los amigos de la señora Vinstone, lograron que el lugar pronto fuera reconocido.

Takafumi la recordó porque ese día era el aniversario de su muerte. Tres años habían pasado desde la partida de su amiga. Recordaba el funeral, tantas caras conocidas hicieron que no pudiese acercarse... fue Kisa el encargado de pasar en medio de los asistentes para depositar el ramo de camelias rojas y flores de nieve sobre el ataúd, un reconocimiento póstumo y totalmente merecido para quien se convirtió para ellos en símbolo de nobleza. No pudo menos que sonreír al recordar como el marido de Queenie con la excusa de "agradecerle" el detalle, abrazó a Shouta para disimuladamente apretar una de sus nalgas... podría jurar que al hombre todavía debía estarle doliendo el golpe del pelinegro por su atrevimiento.

Sirvió una copa para mirar el reloj, el tráfico no debía estar tan pesado para la demora que mostraba el vehículo que debía recogerlo. Dio varias vueltas por la cocina y la sala tratando de encontrar un vestigio de hogar en el blanco apartamento. Se sentía demasiado vacío, pero había decidido aprovechar cada uno de los beneficios de su contrato, y entre ellos estaba ese sitio. Era necesario reorganizar su vida y dejar que sus amigos hicieran lo mismo con la suya, sacó los papeles de Anânké para ver caer el regalo que encontró en la habitación de la mansión Usami cuando salía para el aeropuerto. Por un momento dejó de lado la carpeta con la carta de propiedad.

 

¿Estás seguro de hacerlo? – Deane miró los documentos con incredulidad, en ellos aparecían como dueños de la construcción donde se ubicaba el bar y el restaurante, únicamente los nombres de Yukina y Kisa. - Todo lo que has trabajado en estos años lo has invertido en Anânké.

Shouta me ha dejado vivir en su apartamento desde que llegué sin cobrarme un peso, cubrió mis gastos mientras conseguía trabajo, y el solo hecho de que Kou dejara su vida en Japón por la tonta llamada que le hice desesperado,... él abandono todo por su intención de protegerme... considero que es lo mínimo que puedo hacer en muestra de agradecimiento.

La mujer lo abrazó, si eso era lo que Yokozawa quería, ella no era quien, para ir en contra de su voluntad, acunó el rostro del joven en sus manos para darle un tierno beso en la mejilla.

Ojalá mi nieto te conociera... alguien como tu es quien necesita para sanar su corazón ... se enamorarían de inmediato.

 

Takafumi cerró la caja con resignación, agradeció que no estuviera ahí para decirle que se había equivocado. Él era el único que había pensado que su relación podía llegar a ser amor, su nieto definitivamente no era lo que ella creía... guardó el paquete en el abrigo que utilizaría esa noche, no podía permitirse entrar en un conflicto moral por sus decisiones. Por ahora debía asumir las consecuencias de haber vendido su alma al diablo.

El citófono le avisó que había llegado el uber solicitado, recogiendo las llaves, se marchó a la fiesta de cumpleaños de un amigo.

 

El lugar estaba lleno de parejas que se mezclaban sin mucho pudor entre ellas, deleitándose entre los besos y caricias que se brindaban. Atravesó la sala para subir por la escalerilla al mezanine donde el productor y un selecto grupo se encontraba. Lo vio llamarlo con la sonrisa que embrujaba a todo aquel que fuese seguidor del carismático Ijuuin Kyo.

Se detuvo al escuchar el estruendo y las carcajadas. Girando observó a un trío que tal vez se hallaba demasiado ebrio o drogado, lanzarse sobre quien se ha caído llenando su cuerpo de los alimentos en la mesa. Un verdadero desperdicio, y en su concepto, una escena poco agradable. Fue cuando notó la imagen que el anfitrión proyectaba en la pantalla frente a sus amigos. Sacudió la cabeza para sobar sus parpados, recobrando su postura, continuo su camino al sofá en donde Kyo disfrutaba de sus sumisos, el más joven de ellos se tensó al verlo llegar.

La risa del productor llenó el lugar, pegándole una palmada al ojimarrón para disciplinarlo ordenó a la mujer que lo sentara a su lado, mientras Yokozawa ocupaba el lugar que tenía.

Una vez acomodado, decidió ignorar la mirada de celos para tomar una de las copas de ron que estaban sobre la mesa, con disimulo Ijuuin se la quitó pasándole la propia. No quiso hacer preguntas, además que su atención volvió a centrarse en el tipo que había caído sobre la comida. Totalmente desnudo era llevado por otros en dirección al Jacuzzi que estaba en la terraza.

Después de unas horas de hablar tonterías, bailar con una que otra de las modelos y actrices que se encontraban entre los invitados, ayudar a partir una enorme torta de seis pisos y procurar regular el trago que le llegaba de todas partes, estimó conveniente hacer su solicitud al cumplimentado.

Extendiéndole la caja, el castaño le lanzó una mirada lasciva, al abrir el estuche sus ojos se centraron en las iniciales de la prenda.

- ¿Sabes lo que significa? – Yokozawa afirmó con la cabeza – Explícate.

- Entrename – Kyo le devolvió el estuche.

- Si accediera no fuera para ese hombre – el productor prendió un cigarrillo – además esto no funciona así.

- Eres la única persona a quien podría pedirle este favor – concluyó el peliazul con un tono de desilusión que acompaño con una mirada vidriosa que aparentemente decía que estaba a punto de llorar, – pensé que me ayudarías por ser mi amigo ...pero si es así, buscare en otro lugar.

Kyo resopló ante la respuesta de Takafumi, lo estaba manipulando de la manera más descarada posible.

- Acepta mi ayuda con un consejo: Aléjate de Usami, no es bueno para ti – Yokozawa bajó la cabeza mostrando su decepción. El productor suspiró, debía contratarlo para sus películas por tan buena actuación, pero sobre todo por conseguir hacerlo sentir culpable - ... ¡joder! realmente sabes cómo amargarme el momento. Ven mañana a eso de las cinco y charlaremos con calma.

Con una sonrisa de claro triunfo, Takafumi lo abrazó antes de marcharse. Ijuuin respondió la caricia con un gesto de molestia. Cuando el menor dejó la casa, el famoso hombre hizo una señal a la pelirroja que siempre lo acompañaba. Treinta minutos después la casa estaba vacía.

 

El nombre en la pantalla le hizo sonreír, después de unos timbres más, respondió como si la llamada fuera una sorpresa. 

- ¿En cuánto tiempo lo necesitas?

- A mediados de noviembre...

- Es un hecho... - cortó la llamada sin más preguntas.

Haruhiko sonrió complacido, pronto Usami Jewerly sería completamente suya, y Akihiko un mal recuerdo.

 


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