Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hímero por Mascayeta

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se entrelazan los destinos de los protagonistas y sus exparejas.

Gracias por su lecturas, me alegra que me acompañen en esta historia.

No puedo creer que esto sea cierto. Si no es porque mi cuerpo esta siendo firmemente sujetado por sus brazos, me desmayaría.

Siento como desliza sus manos por mis jeans, estoy duro como una roca, ¡qué vergüenza!, más cuando veo que se ríe de mi expresión. Trato de alejarme, solo podía ser eso, una broma de mal gusto. ¿En qué momento pensé que el gran Usami Akihiko podría fijarse en alguien tan insignificante como yo?

-       Hay tentaciones de las que es mejor alejarse – me dice en la medida que dirige mi mano por debajo del elegante saco de su traje azul oscuro. -  A mis años ser gay ya es una decisión de vida, pero a los tuyos… la necesidad de experimentar, siempre genera la duda.

-       Yo…yo… - no se que decir, nunca me había fijado en nadie, mis compañeras siempre me parecieron tan lejanas y fastidiosas. ¿Es tan difícil entender que yo ya tengo definido que es lo que quiero?

Me suelta, ¿qué pensaría Takahiro si supiera que estoy enamorado de su mejor amigo? Lo tengo claro, esta oportunidad la he esperado desde que lo conocí. No hay tiempo de pensar si es lo correcto, si dice que la excusa es mi edad, pues que así sea, porque no voy a negarme la posibilidad de tener lo que quiero, voy a darme el lujo en esta ocasión de ser egoísta. Por eso sin dejar que se aleje le sujeto del brazo. Me quedo observándolo, es asombroso pensar que lo amo. Me gustaría tanto acariciar su cabello plateado.

-       ¿Estás seguro? – afirmo con la cabeza, por alguna razón estoy seguro que sabe que estoy siendo totalmente sincero.

Inclinándose cubre mis labios nuevamente, el beso es lento al principio, abro mi boca para dejar pasar su lengua, empezando una batalla que, en poco tiempo, por su experiencia permito que gane.

Me levanta dejándome acaballado en su cintura, esta vez soy yo quien le doy un beso mientras siento levemente su erección en mi trasero. Lo deseo, lo necesito, tal vez son las hormonas, como dicen mis amigos, pero en este instante lo único que pienso es en tenerlo dentro mío.

Se me hace eterno el camino hasta su habitación, sus manos no se detienen desnudándome, cuando estoy dispuesto en su cama, dirijo su mano a mi pene, ha sido demasiado tiempo de estar jugando al gato y al ratón, tantas señales que no se si por respeto a Takahiro habíamos evitado entender.

Su cuerpo es hermoso, trato de guardar cada uno de sus detalles en mi cabeza, en mi tacto, soy un pervertido, pero le he soñado desde la primera vez que lo vi.

Gimo cuando Akihiko desciende por mi piel, el recorrido de su experta caricia me hace sentir como una pequeña dama, es ridículo, soy un hombre, uno que quiere darle su virginidad al hombre que ama.

Uso mis manos para masajear su pecho, quisiera sentirlo, pero parece que su deseo es otro, de repente se desliza sobre mí para ubicarse sobre mi hombría, la cual recorre con de manera lenta con su lengua. El líquido preseminal ya se encuentra goteando y sus manos están dispuestas en mis testículos, me pierdo en la sensación cálida de su boca, mi respiración es jadeante, me aferro a su cabello, para soltar un fuerte suspiro cuando uno de sus dedos rodea mi cavidad.

Ninguna emoción anterior se compara con esta, quizás porque la estoy viviendo con él, con mi primer amor. Se separa de mi lamiendo copiosamente sus dedos… uno… dos… tres, entran preparándome. Nada es suficiente para describir la sensación que me produce ser llenado por Usagi.

Todo mi cuerpo tiembla a su ritmo, no se en que momento he comenzado a moverme mientras rasguño su espalda pidiendo más, he perdido cualquier consciencia, mi mente queda en blanco cuando mi abdomen se moja por mi semen, y mi interior con el suyo.

-       Te amo Usagi-san – digo tratando de controlar mi respiración – jamás dejaré de hacerlo… - besándome repite lo dulce de mi boca, pero al separarse su frase es tan triste, que me da miedo…

-       Misaki… recuerda que, a tu edad, “jamás” es demasiado tiempo.

 

 

Yokozawa se sentía usado por la forma como se dieron las cosas, no tenía por qué rebajarlo frente a su antigua pareja. Desconocía lo relacionado a su separación, pero tan pronto lo vio, supo que no había forma de competir con Misaki. El fotógrafo era más joven, más delicado, más… tierno y lindo para Usami-san.

Mentalmente se abofeteo, en que momento comenzó a hacerse ideas románticas con ese hombre. Al verlo al lado del ojiverde se sintió tan molesto, quería arrastrarlo y demostrarle que podía darle mucho más que su examante… Estaba decidido, mañana buscaría a donde mudarse, no podía seguir al lado del peliplata, parecía un adolescente y no un adulto. ¿Cuánto más tendría que soportar este suplicio?

Por el momento, debía llegar a la casa y bajarse cuanto antes de ese automóvil, tenerlo tan cerca empeoraba la situación. Al llegar empacaría sus cosas y solicitaría un taxi que lo trasladara donde sus padres. Estarían felices de tenerlo de vuelta… el recuerdo de la madrugada le hizo aparecer ante sí mismo como un estúpido. Por lo menos su razón no se nubló del todo y pudo salir corriendo de la habitación para no estar sintiéndose peor por permitirle ver ese lado tan necesitado de cariño. Las palabras de Yukina sonaron burlonas en su cabeza, hasta cuando iba a negar su orientación.

Era tanto miedo de volverse a entregar, que no quería reconocer lo evidente, le gustaba su jefe. Daría lo que fuera por poder ser tan tranquilo como Kisa en el momento de expresar sus emociones, admiraba la madurez del pelinegro al aceptar su realidad, sus gustos y el hecho de que cuando se proponía una meta, luchaba por conseguirla.

El teléfono sonó mostrando un numero desconocido, la voz que le contestó el saludo lo trajo al punto de partida de su actual comportamiento. Tratando de no hablar mucho, procuró cortar lo más rápido posible la llamada, tenía asuntos más importantes en que pensar, y en ellos no estaba el castaño.

-       ¿Por qué Kirishima-san quiere verte? – la pregunta lo descolocó un poco.

-       Nos conocimos antes de irme para Londres, quiere volver a charlar conmigo.

-       ¿Fueron amantes? – Takafumi bajó la cabeza, ¿cómo responder esa pregunta y no perder su imagen frente a Usagi? – Si no quieres responder, no hay problema.

-       Lo conocí en una conferencia en la universidad, comencé a salir con él, un año después ayudé a una mujer embarazada que cayó de una escalera en el supermercado… resultó que era su esposa… Sakura… - volteó a ver por la ventana, nunca había hablado de eso con alguien diferente a Kou, – puedes creer que fui tan imbécil para no darme cuenta de algo tan obvio…

Usami detuvo el automóvil en un mirador cercano a la mansión, descendió encendiendo un cigarrillo, esto no se lo esperaba. En ese tiempo casi no se vinculaba con la joyería, prefería su trabajo independiente como abogado. En su mente comenzó a dar vueltas el recuerdo de como los encontró en la terraza la noche anterior, pero también la duda del porque su jefe de recursos humanos había ido al plató ese día. Yokozawa llegó a su lado cubriendo sus manos con las mangas de su saco, comenzaba a hacer algo de frío.

El menor le quitó el cigarrillo de los labios para darle una calada, y quedarse definitivamente con este, recostado en el barandal mirando el automóvil, siguió la conversación, Takafumi necesitaba aclarar lo relacionado con Kirishima, por su bien y el de su trabajo.

-       Esa tarde salí del hospital y lo primero que hice fue ir a un bar, bebí demasiado, cuando me fui de ahí, estaba lloviendo a cantaros, no me importo y comencé a caminar sin rumbo, compré una o dos botellas más y cuando me di cuenta estaba tratando de comunicarme con emergencias porque un hombre se había accidentado.

Usami se acomodó mejor, así que esa noche todo fue casualidad. El que se conocieran era el resultado de haberse enterado del engaño de Zen. Yokozawa comenzó a burlarse de sí mismo…

-       Puedes creer que me metí en el auto para saber si estaba vivo, aún recuerdo que al despertar solo repetía un nombre, pero con lo borracho que estaba, escasamente mi memoria puede reunir fragmentos de lo que hice… pienso que la adrenalina hizo su labor… - terminó el cigarro apagándolo en el cenicero portátil que siempre cargaba con él – lo cierto es que pedí a la policía que me acercara a mi casa, cuando desperté había pasado una semana y  estaba hospitalizado…

Así que por eso no tenía ninguna remembranza de él, era la razón por la que no le había hecho ningún comentario del accidente.  Era una ironía, ya que él no había podido sacárselo en esos seis años de la cabeza.

-       ¡En fin! Eso ya es pasado, ahora solo quiero que esto termine rápido y volver a Ananké.

-       ¿Te resulto tan fastidioso? – Yokozawa lo miró pensando que era una burla, los ojos lila no se habían separado del paisaje oscuro que se abría frente a ellos.

-       ¿Has tenido alguna vez un sueño Usagi-san? – el interpelado asintió formándose una bella sonrisa en sus labios, era tan raro verlo así, pensó el peliazul – eso es mi restaurante. Estudié economía, a duras penas pude graduarme cuando salí huyendo de Zen y su familia, cuando comencé a trabajar con Callagan me vi obligado a aprender algo de vinos, una cosa llevo a otra, y cuando menos pensé, vi que esa era mi vocación… mi restaurante es como para ti la joyería.

Akihiko se perdió en el gris de los ojos de su acompañante, en todo el día no había podido dejar de pensar en el beso que se había dado con Yokozawa en la madrugada. Más cuando se separaron y el hombre salió de su habitación sin decir nada más.

Esos cambios de humor de quien estaba a su lado, lo descontrolaban por completo. No sabía con quien se estaba enfrentando y como debía tratarlo. Con Misaki tenía claro lo que le gustaba, lo que le enojaba, cuando le ocultaba algo o simplemente cuando deseaba estar con él; no había punto de comparación entre ambos.

Lo vio restregar las manos contra sus antebrazos para conseguir darse el mismo un poco de calor. Cuando sus miradas volvieron a encontrarse sonrió por tener que aceptar que sentía mariposas en su estómago cada vez que lo tenía cerca, quería nuevamente probar sus labios. Siempre pensó que después del ojiverde, nadie podría dejarle un sabor tan inolvidable en su boca, pero el recuerdo de lo ocurrido en su habitación, le hacía querer saber si había sido una casualidad o el efecto del momento.

-       ¿Pasa algo?

 

No le respondió, solo paso su mirada por el cuerpo de Yokozawa, el ancho saco negro de manga larga que indudablemente era una o dos tallas más que la de él, caía de un lado de sus hombros dejando ver lo blanco de su piel, desafortunadamente, también evitaba ver su trasero, pero si como se ajustaba el pantalón de moda sobre sus muslos.

Se lamió los labios colocando en alerta al peliazul que se separó de inmediato de él; su cara reflejaba el más sincero pánico, Usami sintió que ahora lo deseaba más.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).