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Detras de una Promesa por Maria-sama

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Notas del capitulo:

Aqui les traigo otra historia de Kykyo-chan

Ahí me encontraba, en medio de un cuarto de un pulcro blanco, era un quirófano, yo sosteniendo la mano de la chica que en ese momento se encontraba en la mesa de operaciones.

Todo había pasado demasiado rápido y de un momento a otro solo escuche el llanto de un recién nacido, enfoque como el doctor sostenía a esa pequeña creatura y procedía a entregárselo a una enfermera para poder cortar el cordón umbilical. Terminado ese procedimiento la enfermera limpio al pequeño y con una sonrisa se acercó a mí, yo hasta ese momento me había quedado en shock, moví mis brazos para sostener al pequeño que me entregaban y con gran cuidado y miedo lo cargué, era tan hermoso y pequeño, mi mundo se centraba solo en él y yo, hasta que el ruido incesante de los monitores me regreso de nuevo al mundo, tanto doctores como enfermeras y el anestesiólogo corrían de un lado a otro, pidiendo diferentes medicamentos para resolver la emergencia que en ese momento se presentaba en ella.

Una de las doctoras del lugar me quito al pequeño de mis brazos y de un solo movimiento me retiro del quirófano al cual yo no me permitieron entrar. Ahora me encontraba en la sala de espera, con la angustia del que puso a ver sucedido con ella, los minutos pasaban y nadie me podía dar razón de su estado, hasta que después de un par de horas el médico que atendió el parto salió y con un rostro afligido que no me dio nada de buena espina se acercó a mí. Yo por instinto me levante de mi lugar y corrí a su encuentro.

-¿Cómo se encuentra?- pregunte con desesperación, el médico me miro a los ojos y con un la voz fría pero compasiva me dio la noticia más triste de mi vida.

- La señorita se encuentra muy mal, ha tenido un paro cardiaco durante el parto y su mal estado nutricional así como el descuido total en su salud durante el embarazo ocasiono que su estado sea más crítico, lo cual en este momento ha ocasionado que tenga una septicemia(infección generalizada) aguda, estamos haciendo todo lo posible por sacarla del estado en el que se encuentra pero para serle sincero no creo que logre sobrevivir- yo ni siquiera escuchaba lo que me decía el doctor me había quedado helado ante la noticia, pero otra pregunta llego a mí.

-¿Puedo verla?- el doctor detuvo todo su discurso y me miró fijamente, quedo en silencio durante unos segundos para meditar su respuesta.

-Solo pude pasar a verla unos minutos, se encuentra en terapia intensiva- después de eso me guio a un cuarto especial en donde me entrego un uniforme parecido al que utilice en quirófano, me lo coloque y entre en su habitación, miles de aparatos a mi parecer estaban conectados a ella, fue tanta mi impresión que por un momento retrocedí un paso, el verla en ese estado era muy doloroso, quería que todo esto fuera una pesadilla, pero la voz del doctor diciéndome que solo tenía 5 minutos me trajo a mi terrible realidad, con miedo me acerque a su cama, temiendo que en cualquier momento todos los aparatos sonaran de nuevo.

-Tienes que recuperarte, no puedes dejar solo a ese pequeño que necesita tanto de ti- toque su cabello que ante su mal estado ya no se sentía igual que hace un tiempo ahora era opaco, a simple vista quebradizo y áspero, sin darme cuenta comencé a derramar lágrimas, lágrimas de dolor, desesperación, e impotencia. La mira de nuevo y vi que estaba despierta y me regalaba una sutil sonrisa.

-Na…Naruto- menciono mi nombre en un susurro, quería que no hablara no quería que las pocas fuerzas que tenía las desperdiciara en mí, pero ella que me conocía tan bien logro leerme y detuvo cualquier intento de silenciarla.

-Se… que no me queda…mucho tiem… po, por eso… te pido perdón- su voz entrecortada y las lágrimas que ella también comenzó a derramar solo provocaron que mi tristeza aumentara más.

-Yo te perdone hace mucho, no hay nada que perdonar- le dije con toda la sinceridad de mi corazón, como odiarla si ella había sido la persona más importante en mi vida.

-Siempre… fuiste tan bue…no, por eso solo a ti… puedo pedirte… que… cuides de mi pequeño como si fue...ra tuyo- esa petición me impacto no sabía que decir, no quería que ella se diera por derrotada, pero tampoco quería que se angustiara si no le prometía el cuidar del pequeño.

-Tú eres su madre, tienes que estar bien por él, yo te ayudare a cuidarle, ya… ya verás que podremos estar los tres como la familia que alguna vez soñamos- un nudo se colocó en mi garganta impidiéndome seguir hablando, ella me miro y de nuevo sonrió.

-No soy… tonta, sé que no… saldré de aquí, por eso promete que… cuidaras de él, y que… no permitirás que… nada lo aleje de ti- su mirada ahora estaba llena de lágrimas, y llena de una súplica que me calaba el alma, a ella fue a la única persona que no le negué nada y ahora ante esta situación me daba cuenta que no sería diferente.

-Te prometo que le criaré como si fuera mío, que si algún día su padre regresa no se lo llevara, porque a partir de este momento yo soy el padre que tu yo deseamos tener- le regale un beso y una gran sonrisa como solo a ella podía dedicarle, ella también sonrió.

….

Los días habían pasado y el estado de ella había empeorado, hasta que un día del cual ingresaba al hospital un par de médicos me llamo a una de las oficinas.

-Joven tenemos que informarle que su novia acaba de fallecer- miles de lágrimas brotaron de mis ojos, los médicos se quedaron callados por unos momentos para darme tiempo de reponerme, aun con lágrimas en los ojos sonreí lo cual creo que los desconcertó, pero no le dieron importancia.

Entre a la habitación en donde se encontraba esta hermosa por un momento pensé que solo dormía, pero al ver una de las enfermeras que terminaban de arreglarle regrese a mi mundo en donde ella ya no estaba, estuve un par de minutos con su cuerpo admirándola por última vez y reafirmando mi promesa. Una de las doctoras, la pediatra más exactamente me saco de la habitación.

-Ya me conoce soy la doctora y directora Tsunade y soy la que estuvo en el parto y que en este momento estoy a cargo del pequeño que se encuentra en la incubadora, necesito que me ayude a llenar algunos datos- la seguí hasta su oficina, tome asiento en frente de ella, para comenzar con la recolección de datos.

- Me podría decir su nombre, edad y qué relación tenía con la madre del pequeño-pregunto de forma fría, sin inmutarle aparentemente que de quien hablábamos era alguien ya fallecida.

- Son Naruto Uzumaki de 17 años emancipado del orfanato estatal, novio y ahora padre del hijo nacido de Ino Yamanaka- fue mi respuesta cortante, lo había decidido no faltaría a mi promesa, no importara lo que tuviera que hacer, pero ese pequeño estaría conmigo.


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