Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fireworks por Na Na

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nota de la autora: Canción recomendada “Secret Love” de Little Mix 

Nota de la traductora: Este fic es una traducción, no me pertenece. Su autora es Softminho, y me dio el permiso para traducir esta obra. Pueden hallar la historia en su idioma original aquí

La historia habla sobre depresión, y ligeros comentarios sobre muerte y suicidio. Si no estás preparadx para leerlo, tomas las precauciones debidas. No olvides que tu salud mental es primero. 

JongHyun miró con intensidad a la flameante vela morada de frambuesa, la cual era la única fuente de luz en la oscura habitación, haciendo apenas visible la partitura. Sin embargo, él estaba perdido en sus pensamientos para siquiera notar que no era capaz de ver su hoja en blanco, la cual debía entregar esa semana. Trataba de organizar todos sus pensamientos; solo así podría entenderlos de una manera más específica. Eran pensamientos al azar, algunos con mucho sentido y otros que eran completamente absurdos, pero a JongHyun no le importó. Dejó a su mente vagar con libertad mientras él miraba a la inquieta, oscilante llama de la vela, que se movía debido al aire acondicionado haciendo a la cerrada y oscura habitación más fría de lo requerida, pero él no se levantaría a apagar el aire o aumentar la temperatura. 




Sintió algo moverse por sus piernas, bajo su mesa de trabajo y sonrió, ya sabiendo de quién se trataba, porque estaba completamente solo en esa enorme casa para él… y su mascota Roo. 




—Roo, estoy ocupado ahora mismo, no puedo jugar contigo.  




Miró hacia abajo para ver un débil contorno de su mascota, fregándose contra su pantalón de pijama de algodón. Agitó su pelaje negro, obtuvo un ladrido en respuesta, y le sonrió con suavidad. 




— ¿Tienes hambre? —preguntó, agitando el pelaje de Roo una vez más, dándole el dulce placer, pero a cambio lloriqueó de nuevo y, riendo entre dientes, se levantó de su cómoda silla; debía estar caliente de todas las horas que estuvo sentado ahí.  




Dio lentos y perezosos pasos, permitiendo a sus músculos adaptarse al repentino movimiento. JongHyun desconocía cuántas horas estuvo sentado ahí. ¿Tres? ¿Tal vez seis? Nadie podría decirlo a ciencia cierta, pero todo lo que él sí sabía era que desperdició tiempo dejando a su mente pensar lo que sea que quiso y arrastrarlo a un lugar en el que se pierde cada vez que va. Y lo extraño es que no sabía qué lugar era, pero sí que era el lugar más tranquilo que alguna vez ha visitado.  




Llegó hasta la puerta, la cual era la salida de su cómoda y todavía fría habitación, y buscó el interruptor antes de encender las brillantes, perversas luces, que lo hicieron entrecerrar los ojos debido a la repentina exposición. Los abrió despacio, adaptándose a la brillante luz y girando la fría perilla de metal de la puerta de su habitación, revelando el mundo exterior, ajeno a sus cuatro paredes, ajeno a su zona de confort, ajeno al lugar en el que se siente tranquilo. 




—Vamos, Roo, vamos por algunas golosinas —llamó a su adorada cachorra, que agitó su cola, corriendo hacia su dueño.  




Empezó a caminar escaleras abajo viendo a Roo apresurarse al final de las mismas, esperando pacientemente a que su dueño llegara a su lado, quien reía entre dientes por la energía de su perro. 




De pronto, el sonido del piar de un ave vino desde la puerta principal indicando que alguien había ido a visitarlo. JongHyun arrugó el ceño, tratando de recordar si alguien lo iba a visitar a esas horas del día. Miró hacia el enorme reloj cucú que era visible desde su larga escalera redonda. Ok, no importa, son solo las ocho de la noche, pero aun así nadie lo iba a visitar. 




Bajó la escalera deprisa. Casi sabía a quién esperar ver en la puerta, sobre todo por la hora, porque sabía que nadie más haría tiempo en su pesado horario para ir a verlo. 




Por fortuna había una cámara en la puerta de entrada y se asomó al monitor para ver a un sonriente JinKi, quién estaba mirando directo al lente. 




Inconscientemente, una sonrisa se deslizó en los labios de JongHyun, y sintió algo profundo que no podía entender. Sí, sabía que tenía sentimientos por su mejor amigo desde noveno grado, cuando JinKi lo salvó de saltar del alto techo del edificio de su escuela. Desde entonces, ellos dos congeniaron bastante bien, especialmente porque el mayor pasaba por los mismos problemas que él, pero la única diferencia era que los sobrellevaban de manera completamente diferente: JinKi siempre siendo optimista, sin importar el obstáculo; JongHyun siendo lo opuesto. Tal vez era eso lo que la hacía una perfecta amistad. 




JongHyun se aclaró la garganta tratando de no sonar o parecer una colegiala emocionada, aunque su corazón se saliera de su pecho, algo que siempre pasaba cada que veía o estaba con el mayor. Dio pasos cortos pero rápidos hacia la puerta tratando de calmar sus emociones, las que estaba sintiendo en las últimas horas y las de ese momento. Tomó la perilla y abrió la puerta de madera para revelar un completo Lee JinKi, quien retrocedió un poco, pero sonrió más brillante. 




—Hey, ¿estabas ocupado? —preguntó el alto, preocupado ante el hecho de que tal vez lo molestó mientras escribía canciones o algo, pero JongHyun negó y el mayor dejó escapar un suspiro—. Bien, ¿entonces tienes planes para esta noche? 




JongHyun arrugó el ceño. 




—¿Qué planes? 




—Hombre, es víspera de Año Nuevo. Debes tener planes. 




JongHyun nunca celebró nada, ni siquiera su cumpleaños. Siempre era JinKi quién lo hacía, forzadamente, cortar un pastel cada año, y para Año Nuevo ellos solo salían por ahí, veían películas o se preocupaban de sus propias cosas. Esta vez olvidó por completo que día era. 




—Ah, sí… Víspera de Año Nuevo… ¿Cuáles son tus planes? 




JongHyun pasó una mano por su cabello para asentarlo, si es que estaba revuelto, y para aliviar algo de estrés lo que, por supuesto, nunca funcionaba. Aun así, se sentía bien pasar sus dedos y presionar el centro de su cabeza. 




—Es más como nuestro plan. —Entrecomilló el «nuestro», lo que puso curioso a JongHyun—. Va a haber fuegos artificiales dentro de dos horas, así que vamos a verlos —dijo y bajó la mirada sonriendo para sí mismo, pero mordiendo su labio para que no sea visible su sonrisa. Pero JongHyun, siendo la persona quien notaba cada pequeña cosa, lo notó. 




—¿Por qué fuegos artificiales este año? 




Eso fue muy raro de parte de JinKi, sobre todo porque él amaba hacer cosas fuera de lo ordinario, las cosas ruidosas lo ponían con los nervios de punta, y nunca sugirió ver fuegos artificiales todos estos años. ¿Por qué éste sí? 




—Porque… —Su voz se fue apagando, mirando hacia sus zapatos, los que no estaban bien atados, algo solo de JinKi; nunca sabía cómo atar su cordón de manera correcta, que siempre terminaba en el lugar más raro. Eso hacía a JongHyun quererlo más, su torpeza. Sus manos jugaban con los mechones sudorosos de su cabello tras su cuello, y miró hacia arriba con lentitud, aun mordiendo sus labios—. Quiero verlos contigo… si no te importa. 




JinKi habló despacio, lo que hizo a JongHyun reír nervioso, y por consecuente también a él. Sin embargo, seguía analizando la situación: las expresiones del menor, su humor, su emoción del momento. Así podría anticipar qué es lo que le respondería. 




—Por supuesto. —Lo miró directo a los ojos y sonrió—. Me encantaría verlos contigo, JinKi. 




 




*** 




 




JongHyun tomó asiento en el SUV rojo de JinKi, y se puso el cinturón de seguridad, ajustándolo solo para tomar la precaución de salvar su vacía vida, la cual él mismo quiso acabar. Aun con el hecho de que su vida no significaba nada para él, y que deseaba que la misma terminara en un chasquido, ajustó el apretado cinturón a través de su pecho. Solo así podría, tal vez, sobrevivir un día más con la esperanza de que las cosas mejorarían. Quién sabe. Y, tal vez, si algo en realidad sucedía y Jinki se veía inmiscuido en ello, JongHyun no quería que se sintiera culpable por todo, porque así sería. 




—JongHyun, ¿qué estás pensando? —preguntó con calma el mayor—. ¿Pasa algo? 




Eso hizo a JongHyun regresar de sus pequeños pensamientos e inclinó su cabeza hacia JinKi, asintiendo. 




—Oh, no es nada. Nada pasó. 




JinKi miró a JongHyun, luego al camino, de nuevo a JongHyun y sonrió. 




—¿Terminaste la canción? —inquirió el mayor, tratando de hacer conversación con el otro. Así podría salir de sus «pequeños pensamientos», que eran el camino para su ruina, tanto mental como física. 




Cuando JongHyun se perdía en sus pensamientos, JinKi lo sacaba de ahí y ponía esos pensamientos en palabras que el bajo no tendría agallas para hacer o incluso decir. Pero el menor estaba feliz de tener a alguien con quien hablar. Por otro lado, el mayor se sentía bien cuando JongHyun, incluso con todas sus penas, dolencias y mientras su mente era un completo desastre, aún sonreía y no lo hacía sentirse solo. Incluso cuando el menor tenía cosas con las que lidiar, él siempre estaba ahí para JinKi, lo que hacía su amistad más fuerte. Tal vez, algo más. 




—No, tristemente no. No encontré nada de lo que escribir, para ser honesto. Mi cerebro está como, en blanco por completo. Y sí, no tengo inspiración. 




JinKi rio entre dientes. 




—Cuando sales de tu bajón emocional terminas escribiendo obras maestras, así que no te preocupes por ello. 




—Pero la fecha de entrega es esta semana. No creo que pueda salir de esta mierda pronto. 




JongHyun suspiró. 




—Bueno, después de hoy podrías sentirte un poco renovado y entonces, tal vez, salgas de este bajón. 




JinKi giró el volante hacia la derecha solo con su mano izquierda mientras la otra descansaba en su regazo, lo que hacía a JongHyun sentirse un poco impresionado, pero no lo hizo obvio. De hecho, cada pequeña cosa que JinKi hacía impresionaba al bajo, desde la forma en que caminaba, la manera en que su sonrisa ponía pequeñas arrugas alrededor de sus ojos, hasta como le provocaba mariposas y destellos cada vez que ponía su mandíbula en su hombro, aún con el más mínimo roce. 




Suspiró. 




—Cuando 25 años no han cambiado nada, ¿qué puede hacer una noche?  




Miró a JinKi para encontrarlo observándolo mientras daba rápidas miradas al camino, así no atropellaría a nadie mientras miraba al hermoso hombre asentado a su lado.  




Sus palabras significaban mucho más que solo palabras para el alto. La manera que él veía las cosas en una perspectiva hermosa nunca falló en impresionar a JinKi. La forma en la que se mantiene fuerte a pesar de aún tener pequeñas depresiones, lo hace querer proteger mucho más al menor. 




—Nunca sabes lo que una noche puede cambiar en tu vida, Kim JongHyun. 




 




*** 




 




Buscaron el lugar donde serían los fuegos artificiales. Era prácticamente el centro de Seúl y todavía faltaba una hora para que comenzaran, así que compraron café y caminaron a través de la fría noche. Había incontables personas caminando, preocupándose por sus propias cosas antes de que el espectáculo empezara, porque esperar por una hora más sin hacer nada era probablemente una pérdida de su precioso tiempo. 




JinKi y JongHyun caminaron por entre la multitud, haciendo lo posible para no empujar ni lastimar a nadie en el proceso. El mayor claramente podía sentir la inquietud vibrando fuera del cuerpo de JongHyun, pero, por el momento, decidió ignorarlo. Sabía que el bajo se ponía realmente sensible cuando las personas lo confrontan por los problemas que son muy obvios para no notarlos, pero por alguna razón no quiere mostrarse débil, o como alguien que es un completo desastre. Y él alterado era la última cosa que JinKi quería, especialmente esa noche. 




No sabía lo que pasaría entre ellos esa noche, pero JinKi sabía que era ese día o nunca. Era el comienzo de un nuevo año y quería que fuera el mejor para ambos. Habían pasado por mucho desde pequeños y ahora sabía que ellos necesitaban la felicidad que merecían. Él necesitaba la felicidad. 




—No esperaba toda esta gente aquí —empezó JinKi, tratando de romper la burbuja de intranquilidad entre ellos—. ¿Quieres sentarte en una cafetería o en algún lado? 




Giró alrededor para ver a JongHyun, quién estaba atrás de él, y sintió su corazón detenerse ante la vista del menor. 




Sus manos estaban temblando, pero las apretaba fuerte en puños y su rostro estaba completamente pálido, con lágrimas amenazando con rodar por él. Trataba, en lo posible, de no mostrar su debilidad en frente de tanta gente, sobre todo en frente de JinKi. JongHyun mordió sus labios y miró hacia JinKi con ojos brillantes. Estaba completamente aterrado con tantas personas rodeándolo. Sentía como si unos muros cayeran sobre él, como si la gente a su alrededor lo pisoteara, pasaran sobre él, sintió a su corazón llenarse de innecesarias cosas negativas, sintió como si alfileres perforaran su piel. 




—JongHyun, ¿estás bien? —preguntó JinKi, mirando al bajo con ojos preocupados. 




El aludido ahogó un sollozo y dio un pequeño asentimiento. 




—Lo lamento, pero yo… —tartamudeó, con la voz perdiendo fuerza. Suspiró, cerró los ojos, maldiciéndose por ser tan débil de no poder siquiera hablar—. ¿Podemos solo irnos? 




JinKi sonrió, a pesar de no poder ayudar, pero se sintió culpable por llevarlo a un lugar con multitudes cuando sabía que era claustrofóbico, y su trauma siempre tomaba lo mejor de él. 




—Por supuesto. Vámonos. 




Tomó la muñeca pálida y pequeña del otro abriéndose paso entre la multitud, así podrían irse lo más pronto posible. 




Abrió la puerta el auto para JongHyun, ayudándolo a sentarse. El bajo le sonrió y JinKi le correspondió la sonrisa, aun sintiéndose culpable por todo lo que le hizo pasar. Se sentó en el asiento del conductor, encendió el auto y condujo lejos del estúpido lugar. 




JongHyun miraba por la ventana del auto a todo lo que había afuera, tratando de controlar sus emociones y recobrar la calma. No podía ver al mayor, se sentía horrible por arruinar una hermosa noche de Víspera de Año Nuevo. ¿Debería disculparse? ¿Debería decirle a JinKi que lo llevara de regreso a su casa? ¿O que lo dejara ahí? ¿Estaba enojado? ¿Había arruinado su noche…? 




—No te preocupes, JongHyun. No estoy enojado contigo. 




Parecía que JinKi podía leer lo que pasaba por su mente. Miró al mayor, cuyos ojos miraban a la carretera, su mandíbula apretada. 




—Pero arruiné todos nuestros planes —dijo, sintiéndose más culpable de lo que sus palabras mostraban. 




—¿Quién dijo que lo hiciste, tonto? Solo porque quisiste irte del lugar no significa que arruinaste toda la noche. 




JinKi rio entre dientes, provocando que JongHyun sonriera un poco por su lindura. 




—Bueno, entonces, ¿adónde vamos ahora? 




Miró hacia JinKi, curioso por saber a dónde lo llevaría. 




—Ya verás. 




 




*** 




 




Veinte minutos después estaban en la cima de un risco, con el techo del auto fuera, así podrían ver los fuegos artificiales cómodamente. 




— ¿De dónde sacas estas ideas? —preguntó a JinKi, quién sonreía con orgullo al ver que su idea funcionaba y era bastante más cómodo que estar de pie esperando por el espectáculo. 




—No lo sé… Siempre vengo a este lugar cuando estoy confundido o algo —dijo JinKi—. Y… quise traerte aquí algún día… Y creo que es hoy. 




Sonrió dándole un sorbo a su frío café y JongHyun asintió, sintiéndose afortunado de ser cercano a una persona maravillosa y de tener su confianza para saber cada pequeña cosa de él. Podía, incluso, reconocer a JinKi incluso por la manera en que camina. 




—Gracias —murmuró JongHyun. 




— ¿Por qué? —preguntó JinKi, confundido. 




—Solo… —La razón era bastante tonta pero significaba todo para JongHyun.  




JinKi significaba todo para él. 




—No, dime —inquirió JinKi intencionalmente. No le gustaba que le guardaran secretos. 




—Literalmente, por todo. —No sabía cómo poner en palabras las cosas por las que estaba agradecido. No sería suficiente—. Probablemente te lo diré algún día, cuando sepa cómo ponerlo en palabras, palabras que suenen suficientemente significativas.  Así puedes creer en la maravillosa persona que eres en realidad, y lo mucho que significas para mí, aunque no lo exprese mucho porque no sé cómo hacerlo. No podría haberlo hecho si no fuera por ti… Sé que no es el lugar indicado, pero gracias, JinKi. 




JongHyun suspiró y cerró los ojos sintiéndose mejor por admitir todo, aunque solo erala mitad de todo. Él quería decir mucho, mucho más.  




Miró a JinKi, quien estaba mordiendo sus labios, tratando de controlas sus lágrimas, pero cuando JongHyun lo miró perdió la lucha. Sonrió y cubrió su boca mientras las lágrimas salían de sus ojos y paraban en sus manos, y eso hizo a JongHyun soltar una carcajada. 




—Eres muy emocional, JinKi. Yo era el que se estaba sintiendo miserable, ¿por qué estás llorando? —JongHyun se soltó el cinturón, y atrajo al mayor para un abrazo—. ¿Quieres perderte los fuegos artificiales solo porque estás en tus días? —dijo, riendo entre dientes al final. 




—¡Oye! Solo estoy feliz de haber encontrado a un tonto como tú. 




«Un tonto que se enamoró de ti». 




JongHyun quiso decir eso, pero no podía. Incluso si no tenía a JinKi como algo más que amigo, alguien a quien podía decirle lo mucho que lo quería, no quería nunca perder a un mejor amigo como él. Estar junto a JinKi era todo lo que le interesaba a JongHyun. 




—Ahora, limpia esas lágrimas y bebe tu café —dijo JongHyun, pasándole una servilleta. 




Esperaron en silencio en el auto, pero no uno incómodo; era reconfortante, no decir nada pero aun estando uno al lado del otro era todo. Sin embargo, JongHyun quería seguir hablándole a JinKi. 




—Estoy aburrido —comenzó JongHyun, intentando empezar una conversación. 




—Yo igual… Pon una canción. 




JinKi encendió la radio y pasó la canción que sonaba una y otra vez, eran todas canciones no actuales, o de rock, o canciones que ellos no escucharían. 




—¿No tienes un cable para conectar el teléfono o una opción de Bluetooth? —preguntó JongHyun claramente molesto por la radio. 




—¡Oh, sí! Tiene Bluetooth —exclamó JinKi, sonriendo como un niño que ha descubierto que la gravedad existe. 




Conectó el teléfono de JongHyun y bajó y subió por la lista de reproducción. 




—¡Mira! Tienes muchas buenas canciones, ¿también tienes a Little Mix?  




Presionó en una de las canciones del grupo e hizo que toda la sangre subiera al rostro de JongHyun. 




—¡Oye! No reproduzcas Se… —Fue interrumpido por JinKi. 




—¿Secret Love? Es tu canción más escuchada.  —Bajó el teléfono y se apoyó en el espaldar del asiento, relajándose. Amaba secretamente esa canción también y siempre le recordaba a JongHyun. 




—JongHyun… —JinKi miró al menor quien estaba literalmente rojo con toda la sangre coloreando su cara. 




—¿Hm? —dijo el menor con su cabeza gacha, demasiado avergonzado para encarar a JinKi. 




—Siempre quise preguntarte esto… —Su voz se fue apagando de a poco—. ¿Cuál es tu deseo de Año nuevo? —completó. 




No había pensado en ello hasta ahora, solo lo pensó de repente, para ser honestos, pero le daba mucha curiosidad saber. 




—Besar a mi mejor ami… Quiero decir… Tú… —JongHyun cubrió su boca, deteniéndose de hablar y miró a JinKi con los ojos abiertos por completo. 




—¿Qué? —tartamudeó JinKi. 




El menor tosió y sacudió la cabeza. 




—¡Nada!  




JongHyun estaba sudando por lo nervioso que se encontraba, como si fuera a morir y en verdad lo quería, era mucho lo que estaba pasando. Quiso huir, ocultarse y nunca más volver a verlo; quiso salir del auto y correr lejos; saltar el risco; cavar en la tierra y enterrarse ahí; quiso arrancarse el cabello y volverse loco. Pero era muy tarde, tenía que afrontarlo. 




Era ahora o nunca. 




—JongHyun… —empezó JinKi, pero fue interrumpido. 




—No, escúchame tú ahora. —Tomó un respiro profundo y cerró los ojos—. Me gustas. Sí, sé que soy un chico, sé que eres hétero como una jodida regla que se romperá si la tuercen, sé que te gustan las chicas y has tenido muchas novias en el pasado; y sí, sé que tu familia te enterraría vivo si piensas en tener una relación con un chico. Sé cada estúpida cosa pero me gustas desde noveno grado, me gustaste antes de que me salvaras esa noche, es probable de que mucho antes, pero estoy seguro de mis sentimientos desde noveno grado y… ¿QUÉ? 




JongHyun regresó en sí cuando JinKi lo empujó y su espalda tocó la puerta del auto, lastimándolo un poco pero no le importó en ese momento. 




—Hablas mucho, Kim JongHyun. 




JinKi tomó la cara del otro y acarició un poco sus suaves mejillas antes de colocar lentamente sus labios, los que probablemente sabían a café, en los rosas, suaves labios de JongHyun. Y ambos sintieron que el mundo se detuvo por un momento. No obstante, alto ruido de los fuegos artificiales y la sensación de los labios del otro fue de lo único de lo que estaban conscientes, y JongHyun no pudo hacer más que sonreír. No podía creerlo.  




Estaba pasando. 




Le gustaba a JinKi. 




El mayor retrocedió lentamente y miró de manera directa a los ojos café oscuro de JongHyun, que siempre estaban serenos, y sonrió. 




—El día que te salvé era el día en que iba a confesar mis sentimientos, pero viendo tu condición no podía, y todo lo que quise era acercarme a ti —confesó JinKi. 




—¿Y qué hay de todas las novias que has tenido? —preguntó JongHyun confundido, cada parte de esa información era muy importante para él. 




—Hice lo mejor que pude para olvidarte. Pensé que solo era una atracción porque estoy solo, pero todo fue en vano. Es por eso que no duraban mucho, porque siempre me imaginé estando contigo, aunque fuera una chica quien estaba a mi lado —dijo con la mirada agachada—. Fue muy difícil, y esta noche iba a decírtelo porque no podía soportarlo más. 




JongHyun sonrió. Si tan solo lo hubiera sabido se habría confesado hacía mucho. Se sintió miserable por, literalmente, nada. No hubiera sido así de haberse confesado. 




—Lo siento, JinKi. Te hice pasar por mucho. Debía haber pensado antes y confesarme. Ambos hemos pasado por mucho solo porque estaba asustado de perderte. 




JongHyun tomó la rellenita pero larga mano de JinKi entre las suyas y la besó. 




—Este año va a ser muy bueno gracias a ti. —Entrelazó sus dedos y sonrió.  




—Lee JinKi, ¿serías mi novio? —preguntó JongHyun y una sonrisa apareció en los labios del mayor. 




—Me encantaría ser tu novio, JongHyun. —Le dio un rápido beso al bajo y se sentaron cómodamente con sus manos aún entrelazadas, mirando los fuegos artificiales que aún estaban en el cielo. 




—¿Sabes algo? —comentó JinKi, y JongHyun lo miró, pero los ojos del mayor estaban en los coloridos juegos pirotécnicos—. Ahora, cada vez que vea fuegos artificiales, voy a extrañarte. 




—No tienes que extrañarme porque yo siempre estaré aquí, contigo. 

Notas finales:

Nota de la autora: OMG, empecé a escribir después de tantos años y espero que les haya gustado, chicos. Esto es para mi amiga @FrejaMarple, quien literalmente me inspiró para escribir de nuevo, y también tenía que darle algo por el increíble oneshot 2min que ella escribió para mí ahhhh 




Saranghae onion espero que realmente te guste. 




Se que es bastante largo, pero espero que a todos les guste 




Muchas, muchas gracias. 




SARANGHAEEEEEEEEE 




Nota de la traductora: No recuerdo si leí esta historia antes de diciembre, o para mitad de enero, pero cuando la leí me encantó. No dudé en pedirle a la autora que me dejara traducirlo, y le agradezco que lo haya hecho. Softminho, thank you! :D 




Si has llegado hasta esta parte, tal como dice el final, JongHyun siempre estará con nosotras, contigo. Por favor, no lo olvides. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).