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Bufanda por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc. AU.


Anime/Manga: Daiya no Ace


Pareja: MiSawa (Miyuki x Sawamura)


Palabras: 1,414 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic se hizo como regalo de cumpleaños de una de mis mejores amigas a la cual le digo Mille de cariño♥ Feliz cumpleaños we, te deseo lo mejor hoy & siempre. Se basará en el día 2 y la imagen es la de la portada del fanfic #KingBday2017

Miyuki Kazuya parecía alterado, llevaba treinta minutos esperando a su novio en aquella cafetería en la que se conocieron varios meses atrás.

Era diciembre y el clima había empeorado, la nieve estaba cayendo continuamente y las calles desaparecían bajo blancas capas, el castaño observaba el exterior desde la enorme ventana del local preguntándose por qué Eijun era tan impuntual.

Sacó su celular del bolsillo de su chaqueta y observo por milésima vez la hora, chasqueó su lengua y puso una expresión amarga.

—Estoy empezando a tener mucho frío—masculló y se desplomo sobre la mesa indicándole a la mesera (quien por quinta vez intentaba a acercarse a la mesa para tomar su orden) que le diera más tiempo.

“¡Si ese idiota no llega en 10 minutos me iré!” pensó irritado. Entonces en ese momento la campanilla de la puerta sonó y escucho un “bienvenido” de otra de las meseras del establecimiento, se giró y observó al sonriente idiota que lo tenía esperando por bastante tiempo.

Sawamura Eijun.

—¡Wow Miyuki Kazuya, llegas temprano! —el de gafas sintió como una vena se marcaba en su frente ante las palabras de su novio.

—¡Tú eres el que llega tarde! —bramó para luego ser interrumpido por la tímida chica que exigía los pedidos de comida.

—¿Qué desean ordenar? —comentó con suavidad y sonriendo amable.

—¡Un latte para mí, por favor! —dijo enérgico Eijun

—Y un café americano para mí—agrego Kazuya resignado, la chica se marchó y el mayor volvió a enfocar sus ojos en Sawamura, dándose cuenta que de nuevo traía una de esas monstruosidades encima.

Una bufanda terrible.

Tenía una mezcla de estambre rojo y azul, parecía como si en un inicio hubiera deseado que fuera roja, pero al no alcanzarle el estambre hubiera tenido que terminarla usando el azul.

Y eso no era nada.

Desde que Sawamura había descubierto los “tutoriales” de internet sobre cómo tejer, se había enviciado en hacer los diseños más extravagantes (aunque su plan era hacer bufandas perfectas, pero terminaba logrando diseños bizarros).

—Espero que no me dejaras esperando porque estabas haciendo esa estúpida bufanda ridícula—señaló Miyuki a la tela que tenía Eijun enredada en su cuello, noto el desconcierto en la cara del menor y alzó una ceja confundido.

—¡Claro que no! ¡No seas idiota!

Aquello calmó a Kazuya y entonces la mesera volvió con sus bebidas por lo que se dispuso a beber.

—¡Llegué tarde porque estaba haciendo otra bufanda, es obvio! —repuso sonriente provocando que Miyuki casi se ahogara con el café.

—¡Era más importante esa maldita cosa que esto! —alzó la voz y entonces se avergonzó de estar ventilando sus inseguridades en un lugar público, se sentía como un completo retrasado al dejarse llevar por sus “celos” hacia un objeto.

—¡No me grites Miyuki Kazuya que me costó hacerla!

—¡De igual forma todas lucen horribles!

—¡Hey, no digas eso!

—¡Solo digo la verdad ¿acaso te duele escucharla?!

—¡Eres de lo peor!

—Clientes… no deben de gritar en la cafetería—terció otra de las meseras quien parecía más confiada. Kazuya se volteó a verla y apretó los dientes, se levantó de su asiento y coloco unos cuantos billetes en la mesa.

Su humor se había arruinado. Se sentía como un idiota por ser el único desesperado por ver a Sawamura mientras el otro prefería perder el tiempo haciendo bufandas horripilantes.

Salió apresurado del local y sintió los escalofríos recorrerle, tanto se había quejado del imbécil de su novio por sus asquerosas bufandas y ¡él no se había llevado ninguna!

—Creo que Sawamura no es el único estúpido en esta relación—murmuró y comenzó a dirigirse hasta la estación.

—¡Miyuki Kazuya, detente! ¡Hey! ¡Detente! ¡Te estoy hablando! ¡Sé que puedes oírme! ¡Imbécil!

Los gritos (ladridos) de Eijun sorprendían a los transeúntes que intentaban buscar un refugio cálido debido al clima gélido.

Finge que no existe, finge que no existe, finge que no existe…”  se repetía como un rezo, solo le quedaban pocos pasos, entonces sintió un fuerte golpe en su cabeza y el helado líquido llegó después provocando que Kazuya emitiera un chillido vergonzoso.

—¡Al fin te atrapé Miyuki Kazuya! —exclamó triunfante el menor tomando de la chaqueta al de gafas—¡Dame un respiro! ¡¿Qué te sucede?!

Kazuya se había quedado petrificado al sentir como era golpeado por esa bola de nieve e intentaba tranquilizarse, pero con Eijun la tranquilidad parecía un mito, una leyenda, algo imposible. Este continuaba pinchando su botón de paciencia para hacerle rabiar, parecía su pasatiempo favorito.

El “qué te sucede” se repetía con más insistencia, así que ya no aguanto. Se agachó y tomo una buena porción de nieve en su puño y de un solo golpe lo plasmo violentamente sobre el rostro del parlanchín Sawamura.

El afectado comenzó a escupir los restos de nieve que quedaron en su boca y sin poder evitarlo Kazuya resopló al contener la risa burlona.

—¡Luces realmente estúpido!

—¡Y de quién es la culpa, Miyuki Kazuya idiota!

Y el menor le lanzó otra bola de nieve que le tiro las gafas como si fuera una bofetada, Eijun resopló de forma más escandalosa y comenzó a carcajearse… y como respuesta recibió otra bola de nieve, que conllevo a otro ataque de su parte y así sucesivamente… continuaron con aquello como dos pequeños infantes intentando arreglar sus problemas.

.

.

.

Después de unos largos minutos que parecieron horas, terminaron desplomándose en una banca que estaba bajo el techo de un edificio cercano a la estación. La nieve había empezado a cesar afortunadamente.

El mal humor de Kazuya se disminuyó considerablemente, pero el sabor amargo de sentirse rechazado seguía impregnado en su garganta.

—¿Por qué te comportaste tan extraño en la cafetería? —cuestionó Eijun con interés, pero no recibió respuesta por parte de su orgulloso novio.

—No me gusta esperarte por demasiado tiempo… me sentía acosado por la mesera—mintió mientras se estremecía de frío, ahora mismo se lamentaba no haber traído una bufanda por las prisas—Me muero de frío

Sintió la mirada ámbar de Sawamura y lo miro de soslayo, este reacciono y rebusco en un bolso que llevaba con él y al cual Kazuya no le prestó atención antes. Entonces algo brillante apareció en las manos de su novio, era una bufanda azul que terminaba con estambre rojo, era como la copia de la de Eijun, pero con los colores al revés ¡¿acaso era especialmente para él?!

—Toma… me esforcé mucho en hacerla… así que lamento la tardanza—inflo las mejillas luciendo mucho más encantador aun cuando se estaba quejando—¡Y lo siento si piensas que son tan horrorosas, pero en verdad me esfuerzo ya quisiera verte a ti intentando hacer una! —se quejó infantilmente, pero Miyuki ya no lo escuchaba, estaba aturdido por la confesión.

Llego tarde porque estaba haciéndome una bufanda” pensó perplejo tomándola y observándola cuidadosamente.

—¿Por qué…? —fueron las únicas palabras que salieron de su boca

—¡¿Por qué?! —alzó una ceja sorprendido el de ojos color ámbar—¡Toda la semana te quejaste de que tenías frío! Así que, bueno… me esforcé en hacer esto y practiqué mucho… ¡además a que idiota se le ocurre salir con este clima sin usar una bufanda!

Miyuki observó de nuevo la bufanda y sonrió cálido, ahora que le prestaba atención se daba cuenta que estaba hecha con mucho más cuidado y era más resistente que las primeras que Eijun había hecho, incluso el diseño era más simple, aunque tuviera dos colores… pero ¿acaso él…?

—Sawamura ¿la hiciste de dos colores para que fueran bufandas de pareja? —dijo con algo de ilusión, emocionándose por aquella maravillosa idea del idiota de su novio.

—¿Pero qué cosas dices? ¡Es obvio que me falto estambre y cuando fui a comprar más sin darme cuenta empecé a tejer el mío y luego vi que me equivoqué de estambre, pero ya no tenía tiempo! Así que lo deje de esa forma… cosas de pareja, que absurdo…—comento con una mueca lo último y recibió una bola de nieve directo en el rostro.

—¡Eres un idiota!

Y aquello inició otra guerra de bolas de nieve donde ocultaban su vergüenza con actos tan torpes. Eijun jamás le diría en voz alta que sus bufandas tenían como objetivo aquello que el mismo Kazuya había revelado, se sentía como un imbécil por ser descubierto tan fácilmente.

Pero que más daba, mientras pudiera minimizar el frío de su novio y proveerle calor en cualquier lugar a donde este fuera, esa bufanda sería como llevarlo a todas partes.

Fin.

Notas finales:

Reviews para esta escritora por favor. ´~


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