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Dusokute por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc. AU. Hurt/Comfort.


Anime/Manga: Daiya no Ace


Pareja: RyoKura (Ryousuke x Kuramochi)


Palabras: 2,018 –songfic-


Canción utilizada: Dusokute de Joi Barua & Sharmistha Chatterjee


https://youtu.be/_Gs-zSfO0ys

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic fue realizado por el cumpleaños de mi querido amor Kuramochi Youichi (17/05). La canción no la encuentro en español ni en inglés, pero sé lo que dice porque tengo la película y allí si la subtitularon. Dusokute significa “dos ojos” en asamés. En el siguiente link pueden apreciar la letra en inglés: http://www.bollynook.com/en/lyrics/16550/dusokute/

Dusokute

[Todo comenzó porque observé esos dos ojos… la curiosidad me arrastró hacia un camino del cual yo era muy cobarde como para aceptar, pero yo quería intoxicarme con esa mirada y saborear la piel de ese hombre]

Yo caí rendido por ese par de ojos, no tuve escapatoria cuando me di cuenta del poder que tenían.

Kuramochi Youichi, muchas personas lo describen como un chico problemático que no tiene problemas en expresarse a gritos o con malas palabras, al principio nuestra interacción no fue de las más agradables. Lo veía como un mocoso y un fastidio del cual no quería hacerme cargo.

Pero fui incapaz de ignorarlo y cada día se me hizo una costumbre observarlo. Nos saludábamos por casualidad en los pasillos cuando él buscaba a mis compañeros de tercero o incluso en el patio cuando nuestras clases de educación física eran en el mismo horario.

—Ryo-san ¿cambiaste tu ruta para ir a casa? —me preguntaste un día cuando decidí que escogería el camino largo solo para toparme contigo. Todo era un plan elaborado para poder observar más de cerca esos ojos que me producían mareos y burbujas en la boca de mi estómago.

Las primeras semanas las caminatas eran silenciosas, pero poco a poco los centímetros que nos separaban disminuyeron. Después llegaron los intentos de conversación o cuando me compartías algún bocadillo que habías comprado durante el almuerzo.

Para el mes y medio de convivir en estas caminatas ya empezábamos a tener conversaciones más prolongadas, mi risa era autentica ante tus bromas simples, me contabas lo que te enseñaban en clases y cómo había sido el día anterior en tu casa con tu familia.

Sin darme cuenta, fuiste invadiendo una parte de mi cuerpo donde te hiciste una necesidad tan vital como respirar y me encontré ansioso por verte y escucharte, ya no solo era mi curiosidad por esos dos ojos que me provocaban escalofríos, ahora quería descubrir más cosas relacionadas a ti y empecé a tener pensamientos indecentes.

El sabor de tu piel, el calor de tu cuerpo, la suavidad de tu cabello, el sonido de tus gemidos, el gozo de estar en tu interior… la satisfacción de abrazarte.

La alegría de… ser amado por ti.

Y fue allí, donde fui capaz de darme cuenta de lo amargo que es el amor no correspondido.

—Ryo-san…—pronunciaste un día en una de nuestras caminatas y me giré para prestarte atención, sin dejar de caminar, en ese día en específico mis sentimientos estaban a punto de estallar.

—¿Qué?

—¿Tienes a alguien que te gusté? —mis ojos se abrieron con sorpresa y pude notar tu fascinación por ver el iris de mis ojos que siempre mantenía en bajo perfil. Me detuve y empecé a sentir esos sentimientos que subían hasta mi garganta, tuve que ahogarlos a mitad o sino los escupiría como balas.

—¿Por qué te interesa saber eso Youichi? —dije con un tono burlón que ocultaba mi gran nerviosismo, este idiota había estado a punto de tirarme la fachada con una simple pregunta.

—Una simple duda…

—¿Tú tienes a alguien que te gusté? —le cuestioné de regreso, yo quería saberlo ahora que la duda había sido plantada en mi corazón. Si era herido, quería que fuera por la verdad.

Esos ojos se fijaron en mí y por un momento comprendí el por qué había sido cautivado la primera vez que los vi, en ellos podía verme reflejado de una forma que jamás me vi.

En ellos… podía sumergirme en un éxtasis que jamás creí conocer. Mi vida estaba regida por esos dos ojos que me miraban con un brillo que me embriagaba.

—Sí. Estoy enamorado de alguien—me dijiste con tanta confianza que me maravillé antes de entender el significado tras esas palabras.

“Oh.”

Fue lo único que dije después de segundos que parecieron horas. Me miraste con ansiedad ¿tanto deseabas saber mi respuesta? ¿Para qué? Mi esperanza había muerto de forma cruel con tu respuesta.

—Me alegra que alguno de los dos este enamorado… sigamos caminando a casa, tengo que apresurarme… mi hermano me está esperando—dije como respuesta, mentía… nadie me esperaba en casa, mi hermano se había ido a casa de unos amigos, en este momento solo seríamos yo y mi decepción.

—Oh… entonces Ryo-san no tiene a nadie que le guste—dijiste con un bufido que me pareció desalentador.

Pero qué más daba, yo estaba herido. Solo quería lamerme las heridas.

Después de ese momento incomodo las cosas comenzaron a cambiar, esos centímetros empezaron a aumentar. Las pláticas divertidas fueron en declive, los bocadillos compartidos desaparecieron y las risas fueros sustituidas por silencios prolongados.

Jamás en mi vida experimenté este dolor, era como si estuviera envenenado y tuviera el antídoto al alcance de mi mano, pero por más que la estirara… no podía tomarlo, como si dudara entre vivir o morir. El sentimiento de estar en el jodido limbo.

Finalmente llegó el cumpleaños de Youichi y sostuve el CD de música del que tanto me había hablado justo antes de que llegáramos a esta situación. Sonreí secamente, yo era un estúpido… me consideraba más fuerte que cualquiera y cuando se trataba de hablar de mis sentimientos era más cobarde que todos.

Yo, quien podía derribar a golpes al grandulón más temerario de la escuela… no podía hablar cuando se trataba de decir “te amo.”

Pero me había decidido, hoy le hablaría, en este día tan especial yo agradecería que Youichi existiera para mirarme con esos dos ojos que me daban vida.

Lo espere en la entrada como siempre y cuando lo vi note como una sonrisa iluminaba su rostro, sus compañeros lo seguían para lanzarle confeti y llenarlo de pastel.

Ah, yo podría vivir contento mi vida entera con esa cara observándome con cariño. Maldecía a la persona que me había robado el corazón de este hombre ¿por qué tenía que amar a alguien más?

Yo había hecho de todo por estar a su lado, comencé desde cero, me dejé hundir por sus palabras, me sumergí más a fondo con su cariño y ahora estaba sufriendo la muerte en vida… pero prefería este dolor si con ello podía seguir estando a su lado.

Nadie podía amarlo de esta forma tan enferma, tan radical… tan alocada, solo yo.

¡Yo merecía su amor!

—Ryo-san… ¿sucede algo? —reaccioné y alcé el rostro notando tu preocupación ¿qué clase de cara estaba poniendo? De seguro era un desastre.

—Estoy bien, vayámonos…—gruñí demostrando mi enfado.

.

.

.

La caminata siguió siendo silenciosa y de vez en cuando miraba de reojo como algo del betún aún estaba desparramado cerca de tus labios. Quería recorrer mi lengua por cada rincón, como si fuera un animal moribundo y famélico.

—¿Sucede algo Ryo-san? —¡mierda! Fui descubierto.

—Nada…

—Llevas todo el camino mirándome de una forma extraña ¿quieres decirme algo?

—Ah… sí. Feliz cumpleaños Youichi—dije con una sonrisa autentica en la cara, no era momento de mis cavilaciones, este era un día importante, noté la sonrisa llena de cariño y tragué saliva.

¿Cómo podías sacudirme como un vil terremoto con ese gesto tan sencillo?

—Gracias Ryo-san

—Te compré algo, espero que te guste…—dije de inmediato intentando ocultar mi vergüenza mientras hurgaba en mi maletín y me daba cuenta que el CD había sido olvidado en mi escritorio.

¡Todo por apresurarme a llegar a la entrada!

Ah… era un completo idiota.

—Agh… lo siento Youichi… al parecer lo olvidé en mi escritorio—me disculpé y escuché esa risa escandalosa que hace tiempo no oía. Me revitalizaba.

—No te preocupes Ryo-san… no necesito nada, me alegra que lo recordaras

—No, no digas eso. Pídeme lo que sea, intentaré dártelo ahora que tenemos tiempo—era la mejor idea que se me ocurrió, una excusa para pasar tiempo juntos, tal vez no había sido una mala jugarreta del destino.

Al parecer ibas a negarte, pero te pusiste a pensar por un momento mi propuesta y entonces tu rostro se volvió serio.

—Entonces quiero que me escuches sin huir—me dijiste y al ver tus ojos pude vislumbrar timidez ¿qué sucedía? —Si lo que te digo te molesta o te asquea, por favor, júrame que solo te marcharas… no soportaría que me odiaras Ryo-san…—escucho como tu voz se vuelve más desconsolada y evitas mirarme ¿qué sucede Youichi?

—¿Qué demonios intentas decirme…?

—Te amo Ryo-san…—las palabras son tan claras que no puedo fingir que no escuché lo que obviamente acabas de decir, pero el significado de aquello… es tan fuerte que me he quedado sin habla.

—¿Qué…? —digo de la forma más torpe del mundo.

—Es raro ¿no es así? Que un hombre te diga esta clase de cosas… pero todo este tiempo que he pasado a tu lado he desarrollado sentimientos que no pueden ser catalogados como amistad, quiero tocarte de formas en las que no se toca a un amigo y quiero ser tocado de formas en las que…—noto el rubor en tus mejillas y siento como si estuviera en un sueño.

—Bueno, no importa… tú eres la persona que amo Ryo-san… y me alegro de que estés a mi lado, aunque ahora sea ambicioso para que me mires de forma amorosa ¿acaso no tengo alguna oportunidad?

Esos ojos que me hechizaron comenzaron a inundarse de lágrimas, sentía tu dolor y pude compararlo con el que yo mismo sentí en las noches en las que me deprimía.

Ah, si esas lágrimas fueran lluvia yo me dejaría bañar con tus ojos.

Mis pies comenzaron a avanzar, hoy ya no me contendría, quería fluir con libertad y esta vez no me callaría.

El aire era embriagante, la atmosfera había cambiado… me sentía como si flotara sobre las nubes y ahora mismo estaba alcoholizado con el aroma de aquello que se llamaba amor.

Dulce, dulce como las cerezas.

—Ryo-san…

—Cállate…—te dije de forma violenta mientras sujetaba la corbata de tu uniforme y te jalaba para poder besarte. Tenía una felicidad desbordando desde mis entrañas, pero de igual forma poseía la rabia de no haberme dado cuenta antes de tus sentimientos, una mezcla que estallaba como fuegos artificiales.

En los cuentos y las novelas los besos son descritos como algo suave y lento pero el mío llevaba desesperación y lujuria desencadenada junto al sabor del pastel que hace instantes yacía cerca de tus labios. Mi deseo quería saciarse con rapidez después de anhelarlo por un largo tiempo.

Percibí el temblor nervioso de tus labios, y sonreí en mis adentros. Si esto era un sueño, yo quería estar en coma toda la vida.

Sentí un mareo y me intoxiqué con el aroma de tu cuerpo, era mucho mejor sentirlo en la vida real que en mis fantasías que noche a noche tenía.

Después de unos minutos me separé para respirar oxígeno y noté como tu cara se teñía de carmín, eras mucho más erótico de lo que me imaginé.

—¿Qué significa esto? —murmuraste casi sin aliento y entonces sonreí cariñosamente.

Yo era un cobarde… pero esos dos ojos que regían mi universo me daban el valor para confesar lo que ocultaba con tanta devoción.

—Estoy enamorado de ti Youichi.

De nuevo tus ojos se inundaron de lágrimas y noté el alivio que tu rostro reflejaba. Definitivamente yo estaba condenado a ser esclavo de esos lindos ojos sinceros.

Mi corazón estaba paseándose, me había quedado sin aliento. Yo sabía que mi vida residía en esos dos ojos.”

“El mundo entero parecería nuevo ahora que estaba contigo. Ya no tenía dudas al afirmar mi amor.”

“Hoy no quería mantenerme en silencio. Quería ser libre.”

—Te amo Youichi—dije con una sonrisa mientras deslizaba mis dedos por su suave cabellera verde, en el momento en el que este gimoteaba por mi declaración pude darme cuenta de nuestra diferencia de edad, él parecía un niño realmente feliz. Como lo amaba.

—Gracias por decirme la verdad en mi cumpleaños… jamás lo olvidaré—sonreíste después de calmarte y puedo jurar que en ese momento me di cuenta de la realidad de tu hechizo.

No solo eran esos dos lindos ojos, todo lo que formaba parte de ti era mi cosa favorita.

Fin.

Notas finales:

Amo escribir de estos dos, espero sus comentarios♥


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