Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amigo mio por Aquarius No Kari

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!... pues... sé que dirán ¿otro fic? -o-U... pues si, otro o.o... uno más corto... además, este es regalo de navidad porque el otro no me gustaba mucho ^^UUU... y quería escribir uno que valiera la pena .-.n

Esta historia la basé una experiencia que tuve en la secundaria. De hecho, por eso se me ocurrió... pero luego le agregué otras cosas y no termina igual... sólo comienza de esa forma. Aquí yo soy Milo o.O (no es la dimensión desconocida ^^UUU... no se asusten... y lo digo x k siempre soy Camus, y por las k sabían que el bicho me caía mal o.o... así que les tengo noticias y les digo que ya no es así... que lo adoro *-*!)... ya me sali del tema ToT

Mejor lean y díganme que les parece o.<

Amigo mío

Capitulo I

 

Sólo un disfraz

POV of Camus:

 

Una vez más noto ese eclipse en tus ojos, la tristeza que los embriaga y que les quita esa luz que tanto me gusta. Quisiera hacer algo para remediarlo, pero no sé que.

 

-"Tú no sabes lo que es estar así... vivir así..."- Eso es lo que siempre me dices cuando tu ánimo es nulo.

 

Por supuesto que no puedo entenderlo. Tendría que habitar en tu interior para saber exactamente que sientes, que piensas. Con simples palabras no lo sé. El querer comprenderte, es como querer descifrar porque siento tu dolor como si fuera mío.

 

-"Evidentemente. No lo sé, pero me esfuerzo por entenderte"- Es lo que siempre pienso cuando te oigo hablar así.

 

La brisa vespertina acaricia tu cabello y tu piel, al igual que lo hace conmigo. La sombra de este árbol me da paz, desearía que hiciera lo mismo por ti.

 

-"No puedo creer que fuera tan tonto. Debí darme cuenta que no le interesaba de verdad, que sólo quería pasar el rato..."- No es la primera vez que escucho algo así. La mayoría de tus relaciones –si no es que todas-, terminan en fraude. ¿La explicación? No tengo una exacta; al menos puedo decir que son por diferentes motivos. El de hoy es el más común: Alguien te habla bonito, te seduce. Yo te prevengo. Tú respondes que esta vez será diferente. Te entregas a lleno y... terminan contigo diciendo que no son dignos de ti. Al menos puedo decir que me alegra que tengan tacto para no romperte cl corazón...

 

Como siempre no sé que decirte. A veces encuentro una palabra de ánimo, un poco de confort en un abrazo, en un roce de manos o en una mirada; esta vez no lo tengo. La razón es que me debato entre la tristeza de verte abatido, y la alegría de verte libre.

 

-"Voy a renunciar al amor..."- Te oigo decir, abrumado. Mis párpados despejan mis ojos más de lo ordinario, mientras mi rostro se gira en la dirección donde se encuentra el tuyo. –"He descubierto que ese sentimiento no es para mi..."

 

¡Vaya estupidez!...

 

-"¡Milo, no puedes hacer eso!"- Exclamo de repente. Tú me miras con una expresión de sobrecogimiento, que después cambia a una interrogante.

 

No puedo explicar porque dije eso, como tampoco puedo decirte porque me siento tenso y nervioso. Cuando la primera emoción pasa, me pongo de pie y te doy la espalda, aparentando estirarme por algún tensamiento muscular

 

-"¿Por qué dices que no puedo hacerlo?"- Me preguntas, incorporándote también. En ese momento me congelo. Por fortuna, mi emoción da paso a una explicación

 

-"Porque hay una persona a la que le gustas mucho. Él te quiere desde hace mucho, mucho tiempo, y esta esperando el momento preciso para declararse. Lo sé porque me lo dijo"- Soy un mentiroso, lo sé. Cuando conozcas la verdad me retiraras la palabra o algo peor; pero entiéndeme, ya no quiero verte triste. Si con mentiras puedo cicatrizar tu dolor, entonces lo haré, te mentiré de tal forma que entiendas que no necesitas a nadie más para ser feliz. Contradictorio; pero espero que esto me de el tiempo necesario para descubrir como.

 

-"¿Enserio?"- Inquieres extrañado. Aún te doy la espalda con la seguridad de que si te miro a la cara, no podré sostener lo que digo.

 

-"¡Por supuesto!"- Exclamo simulando consultar la hora.

 

-"Y... ¿Cómo es?... ¿Quién es?... ¿Lo conozco?"- Me preguntas perceptiblemente emocionado. Al parecer mi plan puede funcionar. Ante la alegría por este hecho, me doy la vuelto y te miro a los ojos

 

-"Si, si lo conoces. Él es..."- Momento. No hay nadie. ¿Qué excusa puedo darle? ¿Cómo poder describir a alguien que acabo de inventar?

 

-"¿Y bien?"- Te noto ansioso, y sé que si no digo algo sospecharas que se trata de una mentira; así que te sostengo la mirada y digo lo primero que viene a la mente.

 

-"Se trata de una persona que conoces desde hace tiempo. Él te quiero mucho, tanto, que haría lo que fuera por no verte triste, por tenerte siempre a su lado. Piensa todo el tiempo en ti, y sólo vive para idolatrarte, aunque sea en secreto..."- Termino mi frase con una sonrisa cariñosa. Tú únicamente me miras fijamente sin seña de desconfianza, sólo pensativo. Al final también sonríes.

 

-"¿Y cómo es físicamente?"

 

-"Si te lo digo ya no seria secreto"- Me apresuro a decir. De nuevo te quedas pensativo

 

-"Tienes razón."- Suspiro aliviado. –"Espero que pronto de señales de vida"- Mi cabeza se inclina en forma afirmativa. No sé como saldré de esta mentira, o que lo que haré para no verte triste de nuevo. Por lo menos me consolaré con la idea de que encuentres a esa persona especial antes de que te enfades conmigo por mentirte...

 

Me siento feliz por verte sonriente, ilusionado; pero al mismo tiempo triste e inseguro. No puedo explicar la causa; pero quiero pensar que esto que siento es porque no me gusta mentirte, ni siquiera por ‘salvarte’ la vida...

 

-v-v-v-v-v-

(Semanas después)

 

POV of Saga:

 

Con tal de ver una sonrisa dibujada en su rostro, había sido capaz de engañarlo inventándole un admirador ánimo; una persona que él no conocía, pero con quien parecía tener la oportunidad de compartir su destino. Él sabía de su existencia a través de lo que Camus le contaba, y de las cartas que de vez en cuando ‘le escribía’.

 

Camus no se siente muy cómodo mintiéndole. De hecho, el sentimiento de culpa lo atacaba a cada momento. Lo sé porque soy su confidente, su cómplice; además de conocerlo mejor que a la palma de mi mano.

 

Yo no estoy de acuerdo con lo que le esta haciendo a Milo. No me parece algo muy ético; sin embargo, lo ayudo, lo aconsejo, porque sé que si yo no hubiera estado para reprenderlo y prestarle auxilio, hubiera dejado tantos cabos sueltos, que Milo hubiera encontrado la respuesta desde hace tiempo. La razón por la que continuamos con esto, es porque cuando Camus ve la alegría y la ilusión en el rostro de su amigo, inmediatamente se olvida de todo y comienza a planear la siguiente ‘aparición’ del supuesto admirador.

 

Por azares del destino yo vivo en su casa, por lo que no es raro encontrarme aquí. Ahora nos encontramos en la sala. Mi pelirrojo amigo se mantiene recostado en un sofá con la mirada hacia el techo. Sus ojos están perdidos, quizá buscando la inspiración para su siguiente obra...

 

-"No sé que podrá decir la próxima carta..."- Se lamenta, tocándose la cara con las manos. Yo me encuentro sentado en el piso, a un costado suyo, con la espalda apoyada en el sillón.

 

-"Yo no quisiera recordarte que fuiste tú quien insistió en escribirlas. Milo se encontraba perfectamente escuchándote hablar de ‘él’..."- Lo reprendo. Entonces él desliza las piernas hasta que las plantas de sus pies tocan el suelo; quedando sentado para mirarme fijamente.

 

-"Por enésima vez, Saga, lo hice porque creí que era lo más correcto. Sentí que Milo debía tener algo más consistente sobre su ‘admirador secreto’."- Me explica. No es la primera vez que lo dice, lo que sucede es que no sé si aún no lo entiendo o prefiero no hacerlo. –"Hubieras visto su cara cuando le dije –para animarlo- que lo había escuchado tocar el piano en el recital del colegio. Se mostró muy contento y apenado al mismo tiempo; después su cara se entristeció y me confesó que le hubiera gustado mucho conocerlo, que no entendía porque no quería tener ninguna clase de contacto con él, cuando, supuestamente, le gustaba tanto. Lo único que se me ocurrió para consolarle, fue decirle que él no sabía como acercársele, que aún no estaba listo y que se moría de pena. Entonces sonrió y me dio la razón. Sé que estas en lo correcto cuando dices que no deberíamos hacer esto; pero quiero ver esa sonrisa todos los días, y quiero seguir con esto al menos hasta que llegue otra persona, una real que le demuestre lo valioso que es."- Sé que es sincero en su deseo. No por nada esta haciendo algo que detesta: mentir. La parte de la historia que más me preocupa, es que la tristeza de Milo poco a poco carcoma a Camus; ya que entre más días pasan y la mentira avanza, he notado que mi amigo luce cabizbajo, absorto por sus pensamientos, perdido en algún mundo paralelo.

 

Ahora. No es que Milo sea un tonto y por eso se trague cuanto conversa con Camus; es sólo que no sabe como desconfiar de las personas, mucho menos de él, de su mejor amigo.

 

Lo que más me extraña de la situación no es la confianza del rubio, si no el que Camus pueda escribir y decir todas esas cosas sin ningún motivo especial o inspiración... A menos que...

 

-"¡Eso es!"- Exclama de pronto, espantándome y poniéndose de pie. Mi corazón late velozmente, casi pareciera que quiere romper la caja torácica y salirse; así que coloco la mano donde lo siento palpitar como si quisiera calmarlo

 

-"¡Diantre, Camus, me asustaste!"- Le reclamo poniéndome a su nivel; aunque yo soy más alto.

 

-"Lo siento mucho, Saga"- Se disculpa rascándose la cabeza, y sonriendo de forma apenada. –"Es que se me ocurrió una idea..."- Me mira fijamente. Y no sé porque, pero esa forma de verme no me esta gustando

 

-"¿Cuál es esa idea por la que casi pierdo la vida?"- Pregunto en tono de reproche fingido.

 

-"¿Recuerdas a tu hermano, al que esta estudiando en el extranjero?"- ¿qué si lo recuerdo?

 

-"¡Cómo no hacerlo! Lo veo todos los días cuando me levanto, cuando me cepillo los dientes, al retocarme..."

 

-"Ya entendí"- Me interrumpe entrecerrando los ojos. –"Lo que quiero decir es que ya he encontrado al ‘novio’ perfecto."- No sé si mis oídos están tapados y no he escuchado bien lo que dijo, o él se ha vuelto loco.

 

-"¿Qué estas planeando?"

 

-"La carta del admirador de Milo dejará su nombre al descubierto"- Definitivamente enloqueció.

 

-"No puedo creer que vayas a usar su nombre..."

 

-"¿Por qué no?"- Me pregunta con rastros de visible entusiasmo. –"Kanon es perfecto. Es cercano a mi y..."

 

-"Esta en el extranjero. ¿Cómo se supone que Kanon se enamoró de Milo?"- La sonrisa de Camus se desvanece. Sus brazos se cruzan a la altura del pecho, quedándose pensativo.

 

Kanon es mi hermano gemelo. Él es menor que yo. Ambos somos muy parecidos; nuestra única diferencia es el cabello, ya que el suyo es más claro que el mío. Su personalidad también nos distingue, puesto que él siempre esta con su cara risueña y sus ojos siempre se muestran brillantes. Yo soy más serio.

 

-"En la secundaria..."- Responde Camus, reflexivo. –"Tu hermano bien pudo vivir seis años enamorado de Milo. Pensó que lo olvidaría con el transcurso del tiempo y de la distancia; pero no ha dejado de pensar en él ni un solo día. Por otro lado, como Kanon esta en España y si no puede venir, Milo tendrá que buscarse a otra persona..."

 

-"O tomar un vuelo que lo lleve hasta él"- Rectifico. A Camus parece no hacerle mucha gracia, no cuando me mira con el ceño contraído

 

-"Yo no lo dejaría..."

 

-"Entonces tendrías que romperle..."

 

-"¡Eso jamás!"- Exclama molesto. Ante la impresión, mi pierna retrocede. –"Si hice esto es porque estoy arto de que lo hagan."- Toma una bocanada de aire, cerrando los ojos. Ya más calmado continua –"No quiero que Milo sufra otra vez, Saga. No soportaría verlo deprimido una vez más... Quiero seguir viéndolo sonreír cada día. Me gusta tanto verlo ilusionado, feliz..."- Es la primera que tengo la oportunidad de mirarlo fijamente a los ojos mientras hablamos de Milo, por lo que esta vez me doy cuenta que hay algo diferente en su semblante: sus pupilas titilan con un destello atrayente, y sus labios se muestran sutilmente curveados. Y casi podría jurar que Camus no se ha dado cuenta que ya no es el mismo...

 

-"¿Acaso tú...?"- Pienso en voz alta. Mis ojos le observan con detenimiento, analizando mi nueva suposición, hasta saber que es un descubrimiento. Camus parpadea con incertidumbre, borrando de su cara la emoción que el pensar en Milo le provocó. –"Veo que no te has dado cuenta."

 

-"¿Darme cuenta?"- No pareces fingir tu respuesta. –"Saga, ¿de qué me estas hablando?"- Lentamente contraigo el entrecejo mientras analizo mi nuevo descubrimiento, lo cual me hace entender como es que tiene tanta inspiración para escribir y decirle tantas mentiras, que no son más que verdades. Todo porque Milo, al parecer, es la persona más valiosa para Camus; pero este no se ha percatado.

 

-"Es que tú eres..."- El timbre del teléfono calla mi confesión, haciéndole voltear hacia el lugar donde el aparato se encuentra. Entonces suspiro, pensando que lo mejor será que él entienda cuales son sus verdaderos sentimientos. –"Olvídalo. Yo atiendo."- le doy una palmada en el hombro

 

-"Gracias, Saga. Yo comenzaré a escribir la carta para Milo"- Mi cabeza se inclina en forma afirmativa, mientras mis pies me guían al sitio donde el aparato comunicador sigue sonando; sin dejar de pensar que a menos que Camus descubra lo que siente por su amigo, terminara metiendo la pata.

 

-v-v-v-v-v-

(Al día siguiente)

 

POV of Camus:

 

Como en cada carta, al final de cada una, Milo siempre termina con ese brillo encantador en sus pupilas. Es una luz tan hermosa que atrapa al cien mi atención.

 

Conozco el contenido de su correspondencia porque soy yo quien la escribe en mi computadora, la imprime y se la hace llegar; pero no me canso de escucharlo leerla frente a mi, admirando ver como se sonroja y sonríe como si fuera la mañana de navidad y él contara con sólo cinco años.

 

-"Para la persona más especial de mundo... mi querido niño, Milo..."- Termina de leerla. Sus ojos se encuentran aún clavados en el papel con una expresión soñadora, mientras que sus pómulos -normalmente blancos- se encuentran coloreados a carmín. –"No puedo creer que me dejara su nombre"- Esta vez me mira. Inexplicablemente huyo a su contacto para sacudir la cabeza, sobre todo porque sentí un suave calor atravesar mi nariz en forma horizontal.

 

-"Vaya. Parece que se esta armando de valor"- Fue lo único que pude decirle.

 

-"Si, y eso me hace mucha ilusión"- Mis ojos intentan buscar los suyos; salvo que estos, nuevamente, fueron capturados por la carta. Así que bajo la mirada, observando mis manos

 

Pensé que el verte feliz me haría sentir lo mismo. No me malentiendas. Me complace verte de esa forma; es sólo que... siento una extraña sensación de vacío que no me deja.

 

-"Camus"- Me llama. Yo levanto la vista

 

-"Dime."- Parece preocupado.

 

-"No recuerdo conocer a alguien con ese nombre..."- La verdad es que si lo conoce; pero no se me hace raro que no lo recuerde. Kanon y él no solían hablar mucho. Apenas si cruzaban palabra, y eso para saludarse o despedirse. La razón por la que se conocieron fue porque yo los presenté.

 

-"Quizá ya te olvidaste de él"- Le respondo –"Pero Kanon te recuerda todos los días..."

 

-"L.-lo sé..."- Su rostro tan apenado me inspira ternura... –"Camus..."

 

-"Dime."

 

-"¿Te molestaría entregarle una carta por mi?"- Su pregunta me sorprende

 

-"¿Una carta?"

 

-"Si"- Responde sonriente, todavía apenado. –"Es que pienso escribirle una..."

 

-"Pero tú nunca lo haces"

 

-"Siempre hay una primera vez"- Me guiñe el ojo. –"¿Se la entregarás?"- Si me niego caeré en mi propia mentira; además de que con Milo, el «no» es un termino inexistente.

 

-"Eh... si... claro..."- Respondo no muy convencido.

 

-"¡Perfecto! Entonces la escribiré ahora mismo"- Y sin decir más saca una libreta de su mochila para escribir la respuesta a su admirador secreto...

 

-v-v-v-v-v-

(Esa tarde)

 

POV of Saga:

 

No puedo creer lo que Camus me esta diciendo, eso, de alguna forma, complica más el plan.

 

-"¿Cómo que le escribió una carta?"- Le pregunto impresionado. Él se mantiene parado, recargado en la pared, junto a la ventana; sus brazos están cruzados y sus ojos concentrados en alguna parte del piso

 

-"Si. Parece que cada día se interesa más en su admirador anónimo"

 

-"Y tú no te ves muy feliz que digamos"- Me atrevo a decir en voz alta mi observación.

 

-"No puedo estarlo. Lo que sucede es que ya no sé como sostener esta mentira..."- De sus labios brota un suspiro, mientras levanta la cabeza y me mira. La tristeza que se ha adueñado de sus pupilas, es sumamente contagiosa.

 

-"¿Qué vas a hacer?"

 

-"No lo sé... quizá decirle la verdad..."- Por mucho que estas semanas me hubiera empeñado en insistirle que lo hiciera, ahora no puedo sentirme satisfecho porque lo decidiera. No ahora que sé lo que guarda en su corazón.

 

-"Y según tú ¿cuál es esa verdad?"- Camus me mira extrañado.

 

-"Que su admirador no existe"- Responde frunciendo un poco el entrecejo.

 

-"Claro que si; pero tú aún no te das cuenta."

 

... ... ... ... ...

 

POV of Camus:

 

Me siento triste. Demasiado para mi gusto; así que no estoy de humor para sus bromas. Sin embargo, algo en sus ojos me dice que no esta jugando. Lo conozco, y sé que no se burlaría de mi preocupación, ni siquiera para hacerme sentir mejor. Saga suele levantarme el ánimo aconsejándome, y escuchando lo que me preocupa. Pero no comprendo porqué me dice que el personaje que yo inventé para Milo si existe.

 

-"¿Por qué tengo la impresión de que quieres decirme algo?"- Mi ceja se arquea. Entonces camina hacia mi, para colocar sus manos en mis hombros

 

-"Porque así es; pero no sé si deba ser yo quien te haga ver la realidad..."- Por un momento me quedo congelado, perdido en sus palabras. Sé que no son simples frases, que intenta decirme algo más. –"Creo que puedo darte una pista, un indicio para que por ti mismo llegues a una conclusión. Piensa en todo lo que Milo significa para ti, en todo lo que harías y no harías por él, y en la causa de que escribas y digas esas cosas en nombre de su supuesto admirador"

 

-"Espera"- Mis manos suben a la altura de mi pecho, mientras le pido silencio, cuando tanta información no parecía caber en mi cerebro. –"¿Estás tratando de insinuar que soy yo el supuesto enamorado de Milo?"- Se lo pregunto en forma un tanto divertida, aunque él no sonría. De hecho, Saga me suelta y con una expresión seria afirma con la cabeza. No negaré que su suposición me impresiona, al mismo tiempo que desconcierta; por lo que como única respuesta me hecho a reír. Como dije, mi peliazul amigo no sería capaz de tomarme el pelo en una situación como esta; pero, como también dicen, siempre hay una primera vez. Entonces él se pone mucho más serio, provocando que yo deje de reír de golpe. –"¿No era una broma?"- Le pregunto sintiendo que la habitación y él son más grandes de lo normal. Suspira y se aparta de mi, caminado hacia la antesala

 

-"Tómalo como quieras, Camus. Yo no puedo hacer más por ti que decirte lo que es invisible para ti."

 

-"¿A dónde vas?"- Se detiene, pero no gira por completo para mirarme, sino que únicamente ladea el rostro

 

-"Tengo que estudiar para mi examen y hay muchas cosas que no entiendo; así que voy a casa de Shura..."- Si es ese muchacho de cabello corto y negro, que la otra vez te acompañó a casa, dudo que sólo sea para eso...

 

-"¿A estudiar?"- Le pregunto controlando mis ganas de reír

 

-"Por supuesto."- Afirma con un titubeo, apenas imperceptible.

 

-"¡Claro! ‘Estudia’ mucho"- Sus orejas se tiñen a rojo, pero no me responde. Entonces abandona la sala, y después, escucho la puerta cerrarse.

 

Al saberme solo suspiro. No sé lo que origina el desprendimiento de este hálito; pero me siento... extraño. Me doy la vuelta, quedando de cara a la ventana que se mantiene cubierta por una cortina tejida, de un tono amarillo pálido. La luz del sol me ciega de pronto, por lo que la bajo hasta lograr ocultarme de su esplendor y que me permita pensar.

 

Aún intento digerir la suposición de Saga. Me parece insulsa, y al mismo tiempo interesante...

 

«¿Se la entregas por mi?»

 

Es la voz de Milo en mi cabeza, pidiéndome un favor que no puedo cumplir. No cuando esa persona no existe. No cuando ese ser imaginario lleva el nombre de alguien que quizá no le recuerda...

 

«Piensa en todo lo que Milo significa para ti, en todo lo que harías y no harías por él, y en la causa de que escribas y digas esas cosas en nombre de su supuesto admirador»

 

Esa es la voz de Saga intentando ‘hacerme ver’ la luz.

 

Mi mano lentamente se mueve hacia el bolsillo de mi pantalón, donde un sobre hecho con una hoja de cuaderno se encuentra. Mis dedos palpan la superficie lisa del papel, entrecerrándose en uno de sus bordes para sacarlo. Enseguida lo levanto a una altura que me permita contemplarlo...

 

-"¿Seré yo quien dice Saga?"- Me pregunto en voz alta. Mis mejillas se calientan poco a poco, mientras con una de mis manos intento abrir el sobre y leer el contenido de la carta que podría estar dirigida para mi. Sin embargo, mis ojos se cierran, en tanto bajo el sobre y lo devuelvo a mi bolsillo, murmurando un «no».

 

-v-v-v-v-v-

(Días después)

 

POV of Camus:

 

Durante el transcurso de estos días no he podido quitarme de la cabeza las palabras de Saga. A veces me encuentro analizando esto tan a fondo, que no presto ni atención a las clases, o tan preocupado por resolver este acertijo, que son pocas las veces en que puedo llevar con éxito el bocado hasta mis labios.

 

Tanto lío y aún no puedo saber si tiene razón, si esta equivocado, o sólo lo hace para molestarme.

 

Este día no tengo tiempo para distraerme. Tengo que terminar de ponerme de acuerdo con uno de mis compañeros de clase para la exposición de un tema que ahora no recuerdo. Sólo espero que Shaka no vaya a molestarse si llego a equivocarme

 

-"... Otra opción seria reunirnos en la biblioteca mañana; así podríamos trabajar libremente..."- Genial. Ya estaba hablando cuando yo intentaba poner mi mente en blanco. Ahora no sé cual era la primera opción.

 

-"Este..."- No sé que decirle porque no sé de que estamos hablando...

 

-"Igual, si quieres te ofrezco mi casa"- Me sonríe –"Pero tendrás que atravesar toda la ciudad..."- Creo que ya sé cual es el tema.

 

-"Mejor mi casa. Sirve que nos queda más cerca de aquí y no perderemos tanto tiempo."- Shaka asintiente, quedando conforme con lo que he dicho. En ese momento una música de piano comienza a sonar. Es una melodía que gravé con mi celular, una que Milo tocó el día del recital. Esa suave música me avisa cuando él me llama, como ahora. –"Permíteme"- Le digo a Shaka.

 

-"Adelante"- Responde sonriente. Tomo el celular y me lo coloco en el oído

 

-"¿Hola?"- La voz que me responde pareciera tirar de cada punta de mis labios en sentido contrario, formando una sonrisa.

 

-"¿Camus? Hola. Disculpa que te moleste..."- Lo escucho un poco preocupado.

 

-"Nada de eso Milo. ¿Dónde estás?"- Su tono hace que me ponga intranquilo, con el temor de que algo malo le hubiera pasado.

 

-"Tuve que hacer una investigación en el museo que esta al otro lado de la ciudad; pero... perdí mi cartera y estoy sin forma de poder irme... y... y yo... bueno... quería saber si puedes... recogerme..."- Al principio su titubeo me causaba pavor. Ahora sonrío ligeramente

 

-"Claro. Te veo en la entrada."- Me siento raro; pero muy contento.

 

-"Muchas gracias."

 

-"No hay de que. Nos vemos allá"- Estoy por presionar la tecla que dará fin a nuestra llamada, cuando escucho que vuelve a llamarme

 

-"Camus..."

 

-"Dime"

 

-"Enserio, muchas gracias. No sé que haría sin ti."- Y la comunicación se termina. El timbre que suena en mi oído y que me avisa que ya no estas del otro, no puede hacer nada por despertarme; ya que tus palabras me han dejado sin aliento, estático, con el corazón vibrando de alegría y mis mejillas tibias. Entonces me quito el celular del oído, suspirando.

 

-"¿Era tu novio?"- Me pregunta Shaka. Su voz logra arrancarme de la cabeza, el timbre de la tuya. ¿Mi novio?... ¡por supuesto que no!... Se lo respondo al mover frenéticamente la cabeza de derecha a izquierda; sintiendo como la sangre golpea con toda su fuerza contra mis mejillas

 

-"¿Por qué lo piensas?"- Le pregunto desviando la mirada. ¿Cómo le hago para que la sangre baje de mi cara?

 

-"Es que tus ojos brillaban de una forma peculiar, sin mencionar que te sonrojaste..."- Mis manos golpean la superficie de la mesa, ejerciendo palanca para ayudar a levantarme.

 

Mis ojos no lucían de esa forma... y... y no me sonrojé...

 

«Yo no puedo hacer más por ti que decirte lo que es invisible para ti»

 

Había dicho Saga...

 

¿Acaso tenía razón?... ¡Imposible!

 

-"¡Tengo que irme!"- Exclamé levantando rápidamente mis cosas y saliendo a la misma velocidad de la cafetería.

 

-v-v-v-v-v-

(Esa noche)

 

POV of Camus:

 

Mis ojos han decidido buscado cualquier otra cosa que no seas tú, por ello su atención ha sido robada por la masa azulada sobre nuestras cabezas, aquella que se encuentra pigmentada por relucientes diamantes. Me sorprende ver un cielo tan despejado, cubierto por esos pequeños puntos blancos; algunos tan azules, como tus ojos...

 

Sorprendiéndome a mi mismo por pensar en ti, viro un poco el rostro, observándote de perfil. Tú caminas a mi lado, en silencio, con la vista fija al frente. Prefiero que lo hagas a que me mires y te des cuenta de mi confusión; ya que en todo el rato no he podido pensar en otra cosa que no sean las suposiciones de Saga y las palabras de Shaka. Lo peor del caso es que estoy comenzando a pensar que tienen razón.

 

Desde que te conozco no he tenido ojos para nadie más. Ahora lo puedo suponer; puesto que no he salido con nadie más que no seas tú, amigo mío. Yo sólo he vivido para estudiar y para ser tu sombra y guardián. No porque tú lo impusieras, sino porque así lo quería yo. Es hacia donde apunta todo, a lo que Saga trato de hacerme ver y a lo que he querido confesarte usando un disfraz para ocultar lo que en verdad sentía por ti, que no era sólo amistad. En él se encontraba un gusto inmoderado, un sentimiento profundo que floreció el día que inventé al admirador secreto. Inconscientemente di a conocer mi verdadero sentir a través de ese ser imaginario...

 

-"¿Te pasa algo?"- Me preguntas cuando suelto un hondo suspiro. Yo me sonrojo, por lo que viro el rostro en la dirección contraria para que no lo notes.

 

-"Estoy un poco cansado."- Miento. De no tener cuidado me acostumbraré a hacerlo.

 

-"Es cierto. Caminamos mucho. Disculpa que acudiera a..."

 

-"Ya te dije que no importa. Eres mi amigo haría cualquier cosa por ti..."- Mis labios fueron coronados con una sonrisa cariñosa, mientras de mis mejillas se apropiaba la pena.

 

-"Lo sé. Muchas gracias. Yo haría lo mismo por ti."- La sonrisa que me mostró me dejó debilitado. Tanto, que no pude volver a mirarlo en toda la noche.

 

Caminamos en silencio hasta llegar a la puerta de su casa, donde lo dejé para poder regresar a la mía.

 

Se detuvo enfrente de mi, sonriendo, para despedirme.

 

-"De nuevo te pido disculpas y te doy las gracias por traerme"- Me dice un poco apenado

 

-"Y yo por enésima vez te digo que no importa. Siempre estaré a tu lado, sin importar lo que suceda..."- Quisiera sonreír, pero siento un hoyo en el estómago.

 

-"Muchas gracias. Bueno, nos vemos mañana."- Abre lentamente la puerta –"¡Ah!, y por favor, salúdame a Kanon"- Yo asiento con la cabeza, incapaz de mirarte o responderte más que con un gesto de mi mano, que te dice adiós. Entonces me doy la vuelta y camino solo hacia mi casa.

 

Cuando te escuche decir su nombre sentí un poco de enojo. Creo que sentí celos. Es muy absurdo pensarlo, pero me parece que mi inconsciente cree que tú te has enamorado de alguien que no conoces; aunque, técnicamente, yo soy Kanon. Es decir, todo este tiempo he sido yo de quien he estado hablando, sin darme cuenta. Son tantas las coincidencias que es extraño que tampoco te dieras cuenta... o ¿ya lo sabes?. Me parece que la única forma de saberlo es leyendo la carta que le escribiste, la misma que llevo guardada en mi pantalón porque no me decido ni a abrirla, ni a deshacerme de ella. Lo sé. Soy un desastre.

 

Mi mano se introduce en el bolsillo, tomando aquello que no esta dirigido para mi; pero que en realidad lo está. Cuando tengo la carta en mi mano la miro de nuevo con incertidumbre, ahora temiendo su contenido. Pero mi curiosidad es demasiada; así que rasgo un lado del sobre para sacar la hoja impregnada con tu caligrafía y saber lo que piensas de mi...

 

Una lámpara de la calle me sirve para ver en medio de la oscuridad...

 

- La verdad es que no sé como comenzar. Cuando tuve la idea de escribirte miles de cosas vinieron a mi cabeza; pero ahora todas huyeron y me dejaron con la mente en blanco. Debes de estar pensando que soy un tonto... o algo así... -

 

En realidad creo que eres encantador

 

- Nunca he sido bueno con las palabras. Camus debe habértelo dicho. Él me conoce como nadie más en el mundo. -

 

Eso es cierto. Los años y las experiencias que hemos vivido a través de ellos, no pasaron en vano.

 

- Como sea... yo sólo... bueno... quería decirte que no te conozco físicamente; pero lo que escribes en tus cartas, y lo que Camus me hace saber de ti, me hace pensar que entre nosotros hay un vinculo especial. No sé como explicarlo... -

 

Yo tampoco; y sin embargo, estoy seguro que lo hay.

 

- Quisiera saber más de ti. Tenerte frente a mí y poder decirte con mis propios labios lo feliz que me hace saber que alguien me quiere como lo haces tú.. ¿Mereceré un cariño así? -

 

Eso y más...

 

- Espero poder verte pronto. Y muchas gracias por escribir tu nombre en la última carta. Significó mucho para mi que lo hicieras.

 

Hasta la próxima vez.

 

Milo.

 

Para ser la carta a un casi desconocido creo que estuvo bien.

 

Ahora, mientras prosigo mi camino con las estrellas guiando mi camino y la luna bañando mi sendero, me pregunto ¿cómo reaccionarás cuando te diga que soy yo al que anhelas en tus cartas?

 

Lo único que quiero es verte feliz; pero si no me quieres, y si esa felicidad no la deseas buscar conmigo, ¿Tendré el corazón necesario para dejarte ir?

 

Por el momento no me puedo responder. No cuando veo que un auto se para frente a mi casa, del cual baja un hombre alto, peliazul, con un par de maletas en las manos. Detrás de él viene otro ¿igual?...

 

¡No puedo ser!... Kanon está aquí...

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Jejejeje ^^UUUU... pues... no será muy largo, como les dije... planeo que sólo sean tres capítulos... quizá cuatro... pero no pasarán de esos ^^

 

Y ¿qué les pareció?

Sé que no tiene nada que ver con la Navidad; pero era una idea que quería escribir y que les quería dedicar.

Espero que este capítulo fuera de su agrado y que me disculpen por el lapso cursi ._.U... es que a veces es la única forma en que salen las cosas _o_

Pero bueno ^^

Muchas gracias por todo

Besos oxo oxo oxo

Nota: Cuando camus se refiere a Milo como él y luego como tú, es a propósito. Mientras sólo es su amigo se refiera a él... cuando sus sentimientos van esclareciéndose le dice ‘tú’... es una mezcla extraña, pero fue a propósito ^^U...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).