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"Belleza Escondida" por Kaoba 207

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Notas del capitulo:

Hola mis queridas lectoras, ya estoy de vuelta con un nuevo capítulo de esta romántica historia.

 

Al fin llegó la pequeña Eyra a la isla. ¿Cómo será la reacción de Thor? ¿Será que pueda acercarse y abrazarla con todo el cariño que le profesa? Pues descúbranlo ustedes mismas.

 

Muchísimas gracias por sus RWs, me animan demasiado. Nuevas lectoras se sumaron a la historia, muchas gracias, espero que lo sigan haciendo hasta el final. Y que otras más se sumen a la causa.

“CAPITULO TRES”

 

 

 

Era un tonto. Un completo estúpido como el que más.

 

Estaba claro que no había aprendido nada cuando Jane lo abandonó, o no habría tocado a Loki. Sentado ante el escritorio, de espaldas al amanecer, Thor tecleó, cometió media docena de errores y apartó el teclado. Se recostó en la silla de cuero, cerró los ojos y volvió a sentir la impronta sensación del cuerpo del ojiverde contra el suyo, la suave y excitante sensualidad que deseaba explorar.

 

Cualquier persona lo desearía. Su cuerpo era esbelto y sensual, y su forma de andar era elegante como para volver loco a cualquiera. No solo había sido estúpido tocarlo, pensar en ello iba a desquiciarlo por completo. Sacudió la cabeza. Soportarlo iba a ser mucho más difícil de lo que había pensado.

 

Se recordó que era el niñero de su hija. Un empleado. Se puso en pie y fue a la ventana. De empleado no tenía nada, era el sueño de cualquier hombre o mujer. Y pasaría mucho tiempo allí, tentándolo.

 

Thor miró la playa. Delicadas huellas marcaban la arena y supo que eran de Loki. Se preguntó si llevaría a Eyra de paseo a buscar caracolas, y si la niña sería feliz allí. ¿Le gustaría su dormitorio, o se sentiría abrumada y temerosa? Las preguntas martillearon su cerebro y tuvo que reconocer que no tenía ni idea de cómo educar a una criatura de cuatro años. Pero Eyra era lo único que le quedaba en el mundo, y haría cuanto pudiera por ella, le ofrecería todo. “Menos a ti mismo”, resonó la voz de su conciencia, y lo asoló el remordimiento. Lo preocupaba traumatizar a una niña inocente e impresionable.

 

Loki sería perfecto de momento; era un chico encantador y sospechó que Eyra disfrutaría con su compañía; llevaba semanas pasando de mano en mano, desde que su madre se mató. Ni él ni Jane tenían familia. Un policía le había informado de la muerte de su mujer; cinco días después, un notario, ejecutor del testamento de Jane, le comunicó que tenía una hija. Natasha Romanoff, siguiendo sus instrucciones, había rescatado a la niña del Departamento de Acogida de Menores, había buscado un niñero y organizado todo para que se reuniera con él.

 

Jane le había ocultado que tenía una hija. Y él había tenido mucho tiempo para pensar en la mujer que conoció en un baile de caridad y con la que se casó siete años atrás. Jane había sido una belleza, frágil como una muñeca de porcelana, pero se volvió egoísta y acaparadora; le gustaba más su estilo de vida que su propio esposo. Criadas, cocineras, viajes…cuanto más le daba, más pedía. Pero cuando le dijo que quería tener hijos y dejar de viajar, ella se negó y discutieron hasta que lo convenció. Debía haberse quedado embarazada la noche anterior al accidente, en la playa. A pesar de todo, cuando él perdió el atractivo con que la había conquistado, lo abandonó. No podía reprochárselo, era una mujer débil e inmadura, y él también había cambiado, por dentro y por fuera. Se preguntó qué le habría contado de él a Eyra. Con un suspiro, volvió a la computadora, hasta que escuchó una sensual voz por el intercomunicador.

 

--Mucho trabajo y poco alimento, convierte al señor Odinson en un tormento.

 

Thor movió la cabeza de lado a lado, sonriendo, y pulsó el botón del intercomunicador.

 

--¿Has cocinado?- preguntó, hambriento.

 

--Sí, y Hogun no puede ni con la mitad- hizo una pausa y añadió, pensativo- Nunca he sido capaz de cocinar para menos de seis personas. Menos mal que me gustan las sobras, ¿no?

 

Thor se preguntó si alguna vez Loki estaba de mal humor y agradeció que no mencionara la escena de la noche anterior. No quería que lo considerara un animal en celo, ni que le tuviera lástima. Se había comportado como un idiota, pero le hubiera gustado saber si Loki sintió la misma atracción, el mismo calor que él. Ni siquiera Jane había conseguido excitarlo así, a pesar de que la amaba.

 

--Tengo hambre.

 

Loki deseó que no le gustara tanto su voz y no acordarse de cómo lo había afectado en la oscuridad. Se había preguntado mil veces cómo podía sentir tanta atracción por un hombre al que no había visto, pero sabía que aspecto, dinero y encanto no eran nada en comparación con lo que decía un cuerpo. Y el cuerpo de Thor Odinson decía mucho; Loki deseó que el suyo no estuviera tan dispuesto a escucharlo.

 

--Te lo subiré- dijo.

 

--Gracias- replicó el otro, desenado poder bajar.

 

--Recibí el correo electrónico. Las “reglas”.

 

--Supongo que tienes algo que decir al respecto- dijo Thor, casi viendo cómo el pelinegro fruncía los labios.

 

--¿Es negociable alguna?

 

--¿Cuál, por ejemplo?

 

--Esa de no subir a la tercera planta. ¿Cómo va a limpiar la mucama?

 

--Conoce las reglas. Me avisa antes de subir y me voy a otra parte de la casa- explicó el rubio.

 

--Ya veo- su suspiro se oyó claramente- Esto del intercomunicador es muy impersonal.

 

--Así es como debe ser, Loki.

 

--Pero ninguna regla es irrevocable, ¿no?- dijo el ojiverde. En silencio, golpeó la pared con la frente; Thor Odinson era un hombre muy testarudo.

 

--No- tras una pausa, preguntó- ¿Qué es lo que quieres, Loki?- su voz sonó irritada y Loki se agitó como una ola. Quería que Eyra tuviera un hogar normal, pero sabía que tendría que luchar con Thor para conseguirlo.

 

--Oh, nada- dijo con voz suave- Encontraré una forma de saltarme tus reglas, te aviso. Sobre todo la que no pasear por la casa de noche. Me gusta la noche. Me gusta beber cacao en la oscuridad, mirando a las estrellas.

 

--Entonces aquí debes sentirte como en casa.

 

--Sí, así es.

 

Thor quería que se sintiera bienvenido; Eyra llegaba a la mañana siguiente y Natasha Romanoff lo había llamado para decirle que no podía encontrar otra persona que se encargar del cuidado de su hija a tiempo. Thor creía que estaba enfadada con él y que tampoco estaba buscando a conciencia.

 

Minutos después llamaron a la puerta, Thor miró por la mirilla. Loki en verdad que era un hombre bastante persistente.  

 

--Déjala ahí- demandó, pero Loki le sacó la lengua a la puerta- Un gesto encantador, señor Laufeyson- dijo con sequedad. Loki sonrió levemente y dejó la bandeja.

 

--Señor Odinson, respecto a ayer por la noche…

 

Thor gruñó para sí y golpeó suavemente el intercomunicador que había junto a la puerta.

 

--Hiciste mal en tocarme.

 

--¿Por qué?

 

--Eres el niñero de mi hija.

 

--Muy conveniente, ¿no?

 

--¿Qué?

 

--Bueno- dio un respingo al percibir su tono hiriente- estoy aquí, y aunque soy hombre…

 

--De muy buen ver.

 

--Eso no es lo que iba a decir- apretó los labios con amargura. Casi deseó estar desfigurado como Thor. Así al menos sabría que los otros hombres no lo querían solo por su aspecto.

 

--¿Te estás preguntado cuánto tiempo llevo sin estar con una persona?

 

--¡Claro que no!- exclamó el pelinegro. Esa voz ronca y profunda hacía que le temblaran las rodillas.

 

--Mentiroso.

 

--Insultar es una defensa infantil- dijo Loki furioso, cruzándose de brazos y mirando la puerta.

 

--Perdón.

 

--Olvida que lo mencioné.

 

--Eso haré.

 

--Perfecto- replicó el ojiverde, pero no se fiaba. Thor mantenía al mundo a distancia y, de pronto, se había agarrado a su niñero como si fuera el cabo salvavidas de un barco que se hundía. No podía ignorar la electricidad que había sentido, el calor que lo inundó, ni la necesidad de acariciar la dureza de su enorme cuerpo. Había hecho que se sintiera pequeño, indefenso y deseado. No era algo fácil de olvidar- Si quieres repetir, no tienes más que dar un grito- dijo para finalizar, y bajó la escalera.

 

Thor abrió y miró asombrado la montaña de comida: huevos, tortitas, beicon, salchichas, café, tostadas y mermelada. Iba a tener que correr un par de kilómetros de más para bajarlo todo, pero se sentó a disfrutarlo y a intentar no pensar en la persona que lo había preparado.

 

Apenas tuvieron contacto durante el resto del día, y Thor esperó impaciente a que llegara la noche para disfrutar de la libertad que le daba la oscuridad. Se sentía como un vampiro; la noche era su compañera, aunque amaba el día y el sol.

 

Ya abajo, miró a Loki, dormido en el sofá, con un libro abierto sobre el pecho. Ladeó la cabeza para leer el título: “Los niños y el dolor”. Lo asaltó la idea de que Eyra iba a depender de Loki para encontrar consuelo y que en realidad deseaba dárselo él mismo. Ansiaba tener a su niña en brazos, leerle cuentos y verla crecer y aprender; maldijo a Jane por segunda vez por no haberle permitido compartir la vida de Eyra. Comprendió, con tristeza, que iba a ser Loki el que amaría a su hija por él.

 

 

****  

 

 

Loki esperaba impaciente cuando el barco atracó. La gente comenzó a salir y buscó con los ojos a la niña y a su acompañante. Vio una criatura preciosa, de pelo rubio y carita de ángel, que agarraba con fuerza la mano de Natasha Romanoff.

 

--Me alegro de que la trajeras tú- dijo Loki, mirando a su ex compañera de estudios. Natasha bajó los ojos hacia la niña y sonrió.

 

--Me pareció que prefería alguien conocido a una extraña- dijo la pelirroja. Le preguntó con la mirada cómo le iba con Thor Odinson. Loki no quería que adivinara lo ocurrido la noche anterior y suspiró con alivio cuando un hombre se acercó a recoger las maletas. Lo acompañó al coche que Thor le había prestado, le dio una propina y volvió con Natasha.

 

Se puso de rodillas y sonrió a Eyra. La niña ocultó la cara en la falda de la pelirroja

 

--Hola, soy Loki- dijo.

 

--Hola- apenas se oyó la vocecita. Natasha se apartó, obligando a Eyra a alzar el rostro. Loki se sentó en el suelo, como si tuvieran todo el tiempo del mundo.

 

--Ha sido una semana difícil, ¿eh?

 

--Sí.

 

--Bueno, yo voy a cuidar muy bien de ti, Eyra- la niña lo miró con cansancio- Te lo prometo. Podemos jugar en la playa, montar en bici y, quizás, incluso a caballo- notó que eso animaba a la niña y continuó- Tu papá tiene tres caballos, y creo que no hacen suficiente ejercicio, así que tendremos que ocuparnos de ellos.

 

--¿Has visto a mi papá?

 

--Sí- la esperanza de la vocecita emocionó al pelinegro- Es muy agradable.

 

--Mamá me dijo que se hizo daño.

 

--Es verdad, pero ahora ya está bien- no quería asustar a la niña con detalles- Solo que no le gusta que lo miren.

 

Eyra frunció las cejas como si intentara comprender por qué no quería que lo miraran si ya estaba bien.

 

--Bueno, ¿estás lista para ver tu nueva casa?- Eyra asintió y mordisqueó una esquina de su jersey. Loki se lo sacó de la boca- Habla, no puedo oír lo que piensa tu cabecita.

 

--Sí, señor- la niña casi sonrió.

 

--Te va a encantar. Es un castillo, igual que en el cuento de La Cenicienta.

 

--¿De verdad?

 

--De verdad- Loki se puso en pie y le ofreció la mano. Eyra miró a Natasha, suspiró y la aceptó. Loki casi brincó de alegría- ¿Quieres venir a casa?- le preguntó a Natasha- Puedes tomar café y volver en el siguiente barco.

 

--Creo que es mejor que se vayan conociendo. Te llamaré después, amigo.

 

--Eso me encantaría- replicó Loki mirándola a los ojos, se acercó y susurró- Porque este trabajo no tiene nada de temporal, y tú lo sabías.

 

--Necesita a la niña en su vida, Loki.

 

--Lo sé, pero…- bajó los ojos y vio que Eyra los miraba con curiosidad. Intercambió una mirada con Nat, ella sonrió y se inclinó para besar a la niña. Eyra se aferró a su cuello y a Loki se le encogió el corazón. Debía sentirse asustada e insegura.

 

Natasha le dio un golpecito en la espalda, susurró que iría a visitarlos y que la quería. Eyra fue hacia Loki y sonrió con valentía. En el coche, Loki le puso el cinturón de seguridad, se sentó al volante y arrancó.

 

--¿Lista?- Eyra lo miró con enormes ojos azules llenos de lágrimas y asintió. Loki se inclinó hacia ella y la abrazó- Todo irá bien, cariño. Sé que tienes miedo.

 

--Quiero irme a casa- la niña lo agarró con fuerza. Sonaba triste e indefensa.

 

--Voy a llevarte a una casa nueva, y será una aventura investigar todo. ¿No te agradaría?

 

Eyra se encogió de hombros y Loki le acarició el pelo. Les quedaba mucho camino que recorrer. Loki se preguntó cuánto tiempo tendría que pasar allí y si alguna vez se atrevería a irse. Ya empezaba a querer a esa preciosa niña.

 

 

Cuando apareció la casa, Eyra soltó un gritito y se estiró para verla. Loki hizo que volviera a recostarse y rodeó la casa, esperando que la playa, el establo y el enorme jardín interesaran a Eyra. Y así fue, sobre todo los columpios y el tobogán que no habían estado allí el día anterior. Detuvo el auto y apagó el motor.

 

--Vamos, ve a probarlos- la animó. Eyra abrió la puerta del coche, Loki la ayudó a bajar y la niña corrió hacia los columpios de madera. Sonrió cuando trepó al tobogán y se tiró una y otra vez, sintiéndose feliz  solo con mirar. Le encantó ver su sonrisa de felicidad y se preguntó cuánto duraría, mientras la niña probaba un columpio con forma de avión y descubría un arenero lleno de juguetes bajo el tobogán.

 

Hogun apareció de pronto y se acercó despacio.

 

--Subiré sus maletas- dijo, estirando la mano para que le diera las llaves del auto- Se parece a él- dijo con voz suave, sin moverse. Loki miró fijamente a Eyra, preguntándose cuánto se parecía a su padre.

 

Eyra saltó del columpio y corrió hacia Loki, se paró ante Hogun y lo miró fijamente. Loki comprendió que creía que era su padre. Les presentó y vio que la niña perdía la sonrisa.

 

--¿Cómo está, señorita?- Hogun se agachó ante ella y le crujieron las rodillas.

 

--¿Te ha hecho daño eso?- preguntó Eyra mirando sus rodillas con los ojos de par en par.

 

--No, siempre hacen ese ruido.

 

--Mi papá se hizo daño. Mucho.

 

--Sí, bonita, es verdad.

 

--¿Lo conoces?

 

--Sí, claro que sí.

 

--¿Crees que le gustaré?- preguntó con voz temblorosa; Hogun cruzó una mirada con Loki.

 

--Sí, princesa. Le gustarás mucho.

 

--Pero, ¿dónde está?

 

--Ahí arriba- Hogun se estiró y miró hacia las ventanas. Eyra alzó los ojos a la casa.

 

Thor miró a su hija y se le hinchó el corazón de amor. La había observado mientras jugaba, tenía el pelo rubio como él, y los ojos del mismo color. También tenía su sonrisa. Se preguntó si a Jane le había dolido verla cada día y recordarlo a él. Eyra alzó la mano y saludó; Thor deseó bajar corriendo y tomarla en brazos, decirle que la quería y que la protegería y que se alegraba de que estuviera allí. Pero no podía hacerlo, así que se limitó a saludar con la mano.

 

Miró a Loki, apoyado contra el coche, de brazos cruzados, lo miraba fijamente. Era obvio que pensaba que él debía estar jugando con Eyra, y que no entendía cómo podía resistirse a una niña tan perfecta. Deseó explicarle que se moría de ganas de bajar, que quería consolarla, y que a él le dolía más que a la niña mantener la distancia.

 

Hogun fue hacia la casa con las maletas. Loki le dijo algo a Eyra y cuando ella le dio la manita, Thor sintió el deseo de golpear la ventana y aullar: “Yo debería hacer eso. Eyra es mi niña. Mía”.

 

 

Loki dio la comida a Eyra antes de llevarla a su habitación, sabía que no tendría ningún interés en comer una vez viera la fantasía que su padre había creado para ella. Le explicó que dormía al otro lado del pasillo, y que podía ir a verlo en cualquier momento del día o de la noche; eso pareció tranquilizarla. Mientras Loki guardaba su ropa, Eyra investigó la habitación y los juguetes, y le llamó la atención un oso de peluche con orejas y patas de satén verde menta, casi tan grande como ella. Cuando se subió a la cama y miró hacia abajo, apretó el oso contra su pecho.

 

--¿Tienes miedo? ¿Está demasiado alto?

 

--No- Eyra lo miró, miró a su alrededor con asombro y bostezó- Es todo muy bonito.

 

--Lo sé. Me hubiera gustado tener un dormitorio como este cuando era pequeño. Claro, con otro tipo de juguetes naturalmente.

 

--¿Cómo era el tuyo?

 

--Era pequeño y oscuro, y lo compartía con mis hermanos- no mencionó que el techo era de hojalata y que había goteras.

 

--¿Hermanos?

 

--Tengo dos, pero ya son mayores y están casados- explicó. Pensó para sí, con envidia, que eran más jóvenes que él. Había estado a punto de casarse con el hombre equivocado. Un hombre que solo lo deseaba por su rostro, su figura y su gracia; le había oído contárselo al que iba a ser su padrino de bodas. Quería un “esposo trofeo”, para exhibirlo, y a su nuevo amante en la cama al mismo tiempo.

 

Loki cerró los ojos, intentando olvidar esa humillación. Stephen Strange había sido la culminación de una vida regida por la belleza. Sabía que había propiciado esa actitud en su prometido al ser él modelo, pero lo hizo para poder pagarse los estudios y escapar de la granja. Había creído que Stephen lo amaba por lo que él era, y no por su rostro, y cuando ese sueño se rompió, perdió no solo al hombre sino también su propia autoestima. Se sintió como un pedazo de carne comprado y pagado; Stephen le regalaba todo lo que una persona podía desear. Todo excepto su amor.

 

--Quizás los conozcas algún día. Mi hermano Byleistr tiene una niña un poquito mayor que tú- no hubo respuesta, Eyra se había quedado dormida abrazada al osito. Sonriendo, le quitó los zapatos y la arropó. Le dio un beso en la sien, apagó las luces y salió del dormitorio. Percibió inmediatamente una presencia y miró hacia la escalera. Podía ver sus piernas y una mano en la barandilla.

 

--¿Está bien?- preguntó Thor, con voz tenue.

 

--Sí, pero agotada, se ha dormido.

 

--Gracias, Loki.

 

--De nada. Quiere verte.

 

--Sabes que no puedo hacer eso.

 

--Necesita a su papá.

 

--Loki…por favor- el tono de su voz estaba teñido de desesperación. En ese instante, el ojiverde comprendió lo solo y aislado que se sentía ese hombre; lo difícil que era para Thor tener a un hombre que además era fértil y a una niña en la casa cuando hasta entonces la había recorrido con toda libertad.

 

--Se siente sola y asustada. Todo es nuevo para ella, y aunque eso sea excitante, lo único que quiere es verte.

 

--Pues no puede. No quiero asustarla más. Y no sé nada de niñas ni de cómo educarlas. Tú sí.

 

--Yo no estaré aquí siempre- dijo Loki, no quería discutir, y menos tan cerca de Eyra. Cruzó el pasillo, entró en su dormitorio y cerró la puerta.

 

Thor suspiró y se frotó la cara. Loki estaría allí mientras el rubio quisiera, y solo pensar en que se fuera lo ponía nervioso. Miró la puerta del dormitorio de su hija. No quería arriesgarse a que ninguno de ellos lo viera, pero su necesidad de ver a Eyra fue más fuerte que él. Bajó las escaleras, recorrió el pasillo y entró en la habitación. Observó a la niña dormida, parecía relajada e inocente, y era muy pequeña.

 

Le acarició el pelo y la mejilla. Su piel era suave y fresca al tacto. Era preciosa. Deseó tomarla en brazos y apretarla contra sí.

 

--¿Papá?

 

El sonido de esa palabra, casi le hizo llorar.

 

--Sí, princesa, estoy aquí. Duérmete otra vez- Eyra se removió en la cama y Thor le tapó los hombros- Tu papá te quiere- susurró. Entre sueños, Eyra le tocó la mano y él se puso tenso; las cicatrices de su muñeca eran muy profundas, pero ella ya estaba dormida.

 

Al momento de marcharse, no quería que Loki lo viera y estuvo a punto de utilizar el pasadizo, pero decidió que tenía derecho a pasear por su propia casa. Casi había llegado a la escalera cuando Loki abrió la puerta de golpe y salió. Thor aceleró el paso, sumergiéndose en las sombras.

 

--Odinson- lo llamó suavemente. El otro captó su fragancia, cálida y especiada- Odinson- insistió Loki y Thor se detuvo.

 

--Estoy ignorándote. Sigo andando. ¿Es que no lo entiendes?

 

--Shh- corrió hacía el corpulento rubio- Claro que sí, soy univer-si-ta-rio y todo eso- replicó el pelinegro, recalcando cada sílaba.

 

--No des un paso más- gruñó Thor, volviéndose.

 

--¿Qué harías? ¿Despedirme?- lo retó Loki, sabiendo que no podía hacerlo.

 

--Hay otras maneras de hacerte mantener la distancia- amenazó, viendo que avanzaba.

 

--¿Cuáles?

 

--Por ejemplo, dejar que veas mi cara.

 

--No me tienes mucho respeto, ¿eh?- susurró el ojiverde, mirando hacia las sombras. Thor percibió compasión y lástima en su voz.

 

--Al contrario- dijo quedamente- Te respeto demasiado.

 

Dio un paso, acercándose peligrosamente. Loki percibió el calor de su enorme cuerpo. Casi se dejó caer sobre él, tanta era su fuerza y atracción. Loki sintió que algo lo llamaba, como si lo hubiera conocido en otro tiempo, en otra vida. Hambriento de ese hombre misterioso, deseaba el reencuentro. Pero no podía ser, ya lo habían utilizado bastante por su atractivo. Tenía ante sí a un hombre que lo culpaba por ese atractivo, y que quería utilizarlo como barrera entre su hija y él.

 

--Y eso te enfada, ¿verdad? Desearías que no fuera yo el niñero, sino otra persona.

 

--Sí- escupió Thor, como una serpiente a punto de atacar- Veo tu rostro perfecto y percibo cada una de mis cicatrices como si me las hubiera hecho ayer- su voz se hizo más profunda, ronca de deseo por lo inalcanzable- Oigo como se agita tu respiración cuando me acerco, siento tu cuerpo vibrar como ahora y me…

 

--Y te sientes como un hombre, en lugar de un ermitaño- interrumpió el pelinegro, sin poder reprimirse. El rubio se quedó paralizado, tenso. Percibiéndolo, Loki estiró el brazo, deseando acariciarlo- Thor.

 

Oír su nombre pudo más que él mismo. Bruscamente, se dio la vuelta y subió la escalera hacia su santuario. El portazo fue como un tiro que resonó en la oscuridad. Loki se dejó caer sobre la pared y se cubrió la cabeza con las manos.

 

Lo había fastidiado todo. Thor nunca saldría a la luz. Ni por el deseo que compartían, ni por la niña que ambos empezaban a amar.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Y bien…qué les pareció el nuevo capítulo. ¿Les gustó???

 

Espero de que sí. Pobre Thor, se siente muy impotente al no poder abrazar y consolar a su pequeña hija como se debe. Pero al menos pudo acercarse a ella sin que ésta lograra verlo a la cara directamente. Qué les pareció Eyra? Verdad que es una niña muy linda y muy dulce? Qué hará ahora Thor teniendo a su pequeña hija y a su bello niñero viviendo en la misma casa??? Pues eso descúbranlo en los siguientes capítulos. Tal parece que esos acercamientos entre Thor y Loki se irán haciendo cada vez menos distantes…Kyaaaaa.

 

Nos vemos el siguiente miércoles con otra entrega más de esta hermosa historia. No se olviden comentar el capítulo por favor. Que tengan unos bonitos días. Bye bye ^_^


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