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Un tiempo juntos por Dagi

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Notas del fanfic:

No somos dueñas de SPN. Pertenece a CW.

No beta.

Inspirado por el ending de The Super Dimension Fortress Macross (Macross 1 o la versión norteamericana conocida como Robotech), por eso todo el tema del álbum de fotos y los recuerdos.

Notas del capitulo:

Batcave Dean.


Dean caminó hasta su cueva de entretenimiento en busca de Cas. Desde su inauguración, Dean pasaba junto a Cas la mayor parte del tiempo libre(los únicos momentos posibles) en aquella fortaleza de ocio. La puerta se encontraba entreabierta y solamente le costo realizar un mínimo esfuerzo con su mano derecha para que estuviera libre para cualquier visitante. La imagen inicial del lugar podía ser un poco impactante, más si uno creía que detrás de la puerta solo se encontraba una cama antigua y una mesita de luz. Para Sam fue una total sorpresa. No había sabido de los planes de su hermano hasta que vio el resultado final. Ver el rostro orgullo e iluminado de Dean mientras le explicaba cada objeto comprado no tenía precio.
Cas, en cambio, siempre había conocido los planes de Dean de tener un espacio totalmente libre del asunto sobrenatural. Su primera visita no fue muy grata, si eso contaba ser absorbido por un televisor y ser parte de un dibujo animado sobre jóvenes y un perro parlanchín que resolvían casos misteriosos.

Se detuvo un segundo en la entrada contemplando con sus ojos la figura que se situaba en el sillón reclinable. Cas dormía y su posición parecía la de un lindo gato acurrucado, disfrutando de una siesta inesperada. Dean sonrió y caminó despacio, tratando de no realizar ningún tipo de ruido molesto. Durante años Dean creía que no podía tener esta oportunidad de recreación o mejor dicho, no creía que podía durar por un buen tiempo.
Bien sabían que aquellos momentos se desvanecieron como las vidas de sus amigos.

Dean se acercó y corrió los mechones de cabello que cubrían la frente de Cas. Su rostro se veía tan pacifico y sus arrugas de expresión se habían suavizado gracias al sueño. Su corazón dio un vuelco en su pecho y una sensación incierta lo inundo; deseaba mantener aquel escenario y olvidarse por un momento de la dura realidad. Apretó sus labios para no maldecir y retrocediendo, sus botas tropezaron con un libro. Al instante, Dean levantó del suelo el álbum de fotos que Cas había insistido en obtener hace unos meses atrás. La tapa era de color blanco con un marco dorado, dándole una estética elegante.

Todo su malestar se desvaneció al ver las fotografías. Algunas eran frescas, de días atrás.
Dean rió entre dientes con una imagen de Sam sacada in fraganti una mañana. Su largo cabello parecía un nido de pájaros y su mirada no era mucho mejor; ojos dormidos y la boca abierta. En la siguiente página se encontraba Dean en la cocina mientras preparaba algún tipo de plato casero.

Al principio pensó que era una simple curiosidad de Cas, pero era algo más y cuando se dio cuenta, Cas ya era propietario de una antigua camara fotográfica. Cuando cuestionó el tema del revelado, Sam se dispuso ayudar y en pocos días ya poseían en el bunker un cuarto oscuro.

Dean se sobresaltó al sentir movimiento, pero Cas seguía durmiendo como un bebé.

Siempre era una sorpresa ver las primeras fotos. Eran sus fotos de niñez... Las que tenía resguardadas hace muchos años. Él se las había dado a Cas como un voto de confianza.

Los recuerdos quedaban en el corazón, pero también grabadas en papel.

Dean siguió mirando, la carpeta estaba casi completa y mantuvo sus dedos en una imagen en particular. ¿Cuándo había sido tomada? No lo sabía. Pero sospecho de Sam.

En la foto, Dean y Cas se situaban en la cueva, jugando al metegol. Cas tenía una mirada de concentración mientras que Dean sostenía una actitud de sabelotodo.

Oh, hombre. Le había pateado el culo a Cas varias veces. A la cuarta partida ganada, Cas se había vuelto competitivo y venció a Dean en pocos segundos.

Esta vez no pudo contener las ganas de reír y su carcajada estalló en una calidez que se impregnó en la cueva.

—¿Dean?

La voz de Cas se oía ronca por el sueño.

Dean giró su cabeza y dijo:

—Lo siento, Cas. Te desperté.

Cas negó con la cabeza mientras bostezaba.

—Ven aquí, Dean—pidió mientras dejaba un espacio en el sillón.

—Por más que me agrade la idea... No creo que podamos entrar, Cas.

Cas emitió un leve gruñido y Dean no quería ser parte de su malhumor. Cuando Cas quería algo era difícil hacerlo desistir.

Dean dejó la carpeta de fotos a un lado y refunfuñando se acomodo junto a Cas.

—¿Satisfecho, Honey? Siento mi trasero como si estuviera en un acantilado.

Cas sonrió y Dean se aferró en un abrazo para no caerse. Cas lo sostuvo con calidez. Ellos se quedaron callados por un tiempo.

El silencio era cómodo y sus respiraciones se escuchaban casi sincronizadas.

—Dean—susurró Cas mientras besaba la sien de Dean y luego su cabello corto.

Aquellas caricias eran más que bienvenidas.

Levantó levemente la cabeza, buscando los labios de Cas. Ambos se encontraron en el camino. Cas pidió entrar en su interior y Dean gimió mientras separaba sus labios, profundizando el beso; lento y lleno de amor. Las manos de Dean recorrieron su cuerpo. Sus dedos acariciaron la piel expuesta de su cuello y parte de su pecho cubierto por la camisa.

Cas rompió el beso y tarareó de alegría, Dean apoyó su cabeza en el hombro de Cas, dejándose llevar por aquel sentimiento.

Se acurrucaron, envueltos en los brazos del otro hasta ser una sola persona.

¿Qué hay más allá de hoy?

¿Qué hay más allá de mañana?

Dean no estaba seguro.

Solamente quería que el tiempo se detuviera y disfrutar con Cas de esos pequeños momentos.

Notas finales:

Gracias por leer.


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