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El Farsante por Mariela

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fanfic no me pertenecen sino a DC comics y sus respectivos creadores, esta historia fue hecha sin fines de lucro.

Universo Alternativo (AU)  Escolar

Preparatoria de Metrópolis, 09:36 am.

Suspiró como por décima vez en el día. Llevaba cerca de veinte minutos afuera de la oficina directiva y el responsable de dicho cargo no parecía tener intenciones de atenderlo.

Ya cansado de esperar a que el director Luthor se dignara a reprenderlo y a ponerle el castigo correspondiente a falsificar recetas médicas para evitar entrar a clases, recargó su espalda contra la pared y cruzó los brazos para dejar  que sus pensamientos divagaran libremente en torno a una sola persona, Timothy Drake, el estudiante más inteligente del instituto y, para su fortuna y desgracia del chico, su novio desde hace dos años.

Tim, como le gustaba que lo llamaran, era popular en la Preparatoria de Metrópolis por su destacable intelecto y su extrovertida personalidad que le valía muchos amigos, y fue precisamente por ese encanto natural que Conner Kent se habia fijado en él.

Y por supuesto, el de cabello negro no le fue indiferente en el coqueteo inicial, el cual, pronto los llevó a ser pareja. Justamente ese día debían cumplir exactamente dos años de relación, pero en su lugar, hacían ya cuatro meses desde que una discusión los había hecho separarse.

Discusión en la que se habían dicho todo lo que tenían que decirse y habían decidido seguir por caminos separados al darse cuenta que querían cosas muy diferentes.

Tim era un chico muy seguro de sí mismo, inteligente sin llegar a ser egocéntrico, amable con todos, empático con un fuerte sentido de justicia que lo hacía intolerante a todo lo que consideraba incorrecto, y también, alguien muy consiente de quién es y de todo lo que lo hace serlo, incluyendo claro, su inclinación sexual.

Así es, Tim Drake era orgullosamente gay y no se avergonzaba de que toda la escuela lo supiera.

Conner, por su parte, era el típico Capitán del equipo de futboll américano rudo y varonil con el que todas las animadoras soñaban. Fuerte, imponente, encantador con la damas, músculoso, y rebelde al obedecer  las normas del instituto, lo que le valía estar en la mira de todos los maestros. Sí, el chico modelo con el que cualquier chica en su sano juicio desearía salir, pero también el que dejarían al pasar de un par de semanas al descubrir su naturaleza de conquistador y mujeriego.

Un hombre que ciertamente había tenido muchas mujeres desde la secundaria pero al cual ninguna lo había satisfecho, y antes de que apareciera Tim, no habia comprendido la razón, hasta que se enamoró de él y tuvo que aceptar a reñadientes que era homosexual.

No habia sido fácil de ningún modo, de hecho, aún no lo era. Y es que, por mucho que amara a Tim, Conner simplemente no terminaba de aceptarse a sí mismo y por ello, tampoco se lo habia dicho a sus padres, Clark y Lois Kent, ni a sus amigos, de los que estaba seguro que solo conseguiría rechazo.

Y es que, sí había una palabra para describir a chicos fuertes y atléticos como ellos era sin duda MACHISMO, solo músculos y testosterona con una mente cerraba poco creíble en los tiempos en los que vivían, aunque no inesperado pues era bien sabido que siglos de cultura machista no desaparecerían en unos cuántos años y tampoco al cien por ciento.

Ahí estaba el dilema, Tim quería gritar a los cuatro vientos que estaba juntos y se amaban, quería conocer a sus padres, que conociera a los suyos, presentarle a sus amigos y que él presentara también a sus amistades, quería que atravesaran juntos los pasillos de la escuela tomados de la mano como lo hacían las parejas convencionales, que fueran a casa juntos, quería poder visitarlo en su entrenamiento y saludarlo con un beso y una sonrisa de esas que tanto le gustaban, poder sentarse juntos en la cafetería, charlar sin temor a las sospechas, besarse en público, tener citas sin disfrazarse, quería que actuaran como una verdadera pareja, pero sobre todo, quería que dejaran de esconderse.

Pero Conner, como todo un idiota cobarde, se habia negado rotundamente a eso, alegando que su reputación estaba en juego y que no podía permitirse ser la burla de sus amigos y de toda la preparatoria, asegurando al mismo tiempo que era mejor seguir fingiendo que no eran nada para evitar el acoso.

Tim aceptó eso por un tiempo porque comprendió que aun no estaba listo, pero como era de esperar, no podía aceptarlo para siempre y menos sí cada tantos meses Conner salía con una chica para mantener apariencias. De hecho, el punto de quiebre llegó cuando los atrapó teniendo relaciones sexuales en su auto.

Por eso le pidió que decidiera sí era él o era esa farsa de vida en la que quería encerrarlos, y por supuesto, se habia inclinado por lo segundo. Razón por la que Tim no sólo lo habia dejado, sino también habia desarrollado un odio profundo hacia él.

No era para menos, reconocía que lo habia herido profundamente al empeñarse en ser un completo egoísta. Porque, sí era honesto consigo mismo, la única razón por la que habia pasado todo eso era porque tenía miedo de que supieran su secreto y lo rechazaran, se avergonzaba incluso de ser así, y era precisamente ese temor lo que le impedía destaparse ante el mundo y ante sus padres.

Aunque no todo era su culpa, Tim debía entender que no todos podían tener padres tan liberales como los suyos ni amigos tan comprensivos, y mucho menos el mismo valor para salir del closset, sin embargo, aceptaba que él se habia excedido con las apariencias al acostarse con aquella chica rubia con la que lo habían atrapado.

Chasqueó la lengua con fastidio. Eso ya no importaba, lo único en lo que debería estar concentrado era en cómo solucionar todo ese lío y recuperar a su pareja, aquel era el verdadero reto si consideraba que éste no quería ni verlo, y tampoco aceptaría de buena manera la farsa que quería que montaran en público.

-Vaya, siempre tienes que hacer todo tan difícil, ¿verdad, Tim?-suspiró cansado, cerrando también los ojos-¿Qué haré?

"...¡Sí quieres que otros te acepten porque no empiezas por aceptarte a tí mismo!..."

Sus párpados se levantaron por completo. Esas habían sido las palabras finales que Tim le habia gritado en su última discusión. En ese momento no les había prestado atención, de hecho, ni siquiera las habia comprendido hasta ahora en que su mente las evocaba como respuesta a su problema.

Por supuesto, ¿cómo es que no se habia dado cuenta antes? Era igual que cuando decían que para amar a otros se debía empezar por amarse a uno mismo. Él tenía que empezar a asimilar que era homosexual, que eso no lo hacía inferior ni diferente de ningún modo, y que apesar de su preferencia sexual, seguía siendo el mismo de siempre, nada tenía que cambiar.

Aquello era lo que el jóven Drake se esforzaba tanto en enseñarle, sí lo hubiera entendido antes estaba seguro que Tim no lo habría dejado.

-¡Diablos, Tim! Tenías razón...siempre la tienes-murmuró para sí mismo.

Amaba a Tim, sí de algo habían servido esos cuatro meses separados era sin duda para darse cuenta de cuánto lo amaba. Eso iba más allá de un típico enamoramiento escolar, la típica primera ilusión, era algo más profundo y verdadero, algo que estaba seguro que duraría para toda la vida.

Aunque a su edad era fácil decir eso del primer amor.

-¡Jóven Kent!-el grito del director lo sacó de sus pensamientos.

-¿Sí, Director?

-Iré a la cafetería, la máquina de café de la sala de maestros está descompuesta, así que quedese aquí y en seguida vuelvo para hablar muy seriamente con usted sobre la falsificación de recetas médicas, ¿está claro?

-Como el agua-rodó los ojos.

-Bien. No se meta en problemas mientras regreso-dijo finalmente para retirarse.

Conner lo vió caminar por el pasillo hasta desaparecer y tan pronto como se perdió de su campo visual, se puso de pie y le echó una mirada rápida a la oficina vacía, especifícamente al micrófono sobre el escritorio por el cual el Luthor daba los avisos del día.

Ahora que finalmente se daba cuenta de su error, deseaba recuperar más que nunca a su novio, pero sabía que habia sido un idiota y un "lo siento" o un "perdón" no serían suficientes para recuperarlo, o al menos, hacer que lo perdonara por la forma en que lo habia tratado, así que decidio darle lo que siempre quiso de él.

Todo.

Acto seguido, entró rápido a la oficina y cerró la puerta desprendiendo la perilla para evitar que alguien entrara. Tenía la certeza de que sin la manija tardarían más entrar mientras buscaban la llave, y esperaba que eso le diera el tiempo suficiente para hacer lo que tenía que hacer.

Se sentó tras el escritorio y encendió el micrófono.

-Okey, esto es estúpido-murmuró lo más bajo posible.

Claro que lo era, de hecho, era estúpidamente cursi y vergonzoso, pero no tenía otra opción sí quería recuperar a Tim.

"Sólo espero que al menos valore mi esfuerzo", pensó. Iba a ponerse en vergüenza, arriesgarse a ser el hazme reír de toda la escuela por lo que restaba del ciclo escolar,  y al mismo tiempo, evidenciarse (sin ser) como el fan número Uno de la película 10 Cosas que Odio de Tí, ¿y valía la pena? ¡Oh, claro que sí!

Con el ánimo renovado, Conner respiró profundo, se aclaró la garganta y se acercó lo necesario al aparato auditivo.

-Calculan que relaciones que fracasan
Mayormente es por desengaño
Falsedad que contamina y hace daño

Su canción comenzó a sonar en todos los pasillos y en cada rincón de la escuela através de las bocinas, incluyendo a los salones de clase donde la mayor parte de los grupos seguía en clase, pero al escuchar la voz bastante conocida en la prepa, todos los estudiantes dejaron de prestar atención a su maestros y la posaron en el emisor del mensaje auditivo.

-¡Ey, escuchen!-habló efusivamente Dick Grayson, de sexto semestre, salón D, a sus compañeros.

"...Tú fuiste perfecto clavel
Que con mis manos marchite..."

-¿No es Kent?

-¡Sí, sí es!

-¿Pero qué hace?

-¿En qué está pensando ese idiota?

-¡Qué tonto! Se va a meter en serios problemas.

-¡Kyaaa! Creó que le está cantando a alguien, ojála sea yo.

-¡Claro que no! Seguro soy yo.

-¡No, soy yo!

-Por favor jóvenes, sienténse ahora.

-Espere Maestra, este es un momento épico.

-Igual que el castigo que le pondrán al Capi. Jajajaja.

Entre todo ese bullicio, el único alumno que  había guardado silencio durante todo ese espéctaculo, levantó por fin la vista de su libro y volteó hacia la bocina de su salón con una mirada de total desconcierto.

"...Mi obra se llama Romeo
Sin Julieta otra vez..."

-¿Conner...?

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-Puedes pensar
Soy el Rey de las mentiras
Volvería a fallar
Aunque lo jure por mi vida
Mis palabras no valen
Ni valen ni de rodillas na na
Dicen que ha visto muchas novelas
Y el actor debe llorar

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La taza se resbaló de sus manos cuando llegó a sus oídos lo que estaba ocurriendo y salió disparado de vuelta a su oficina con una ira creciente que solo se aplacaría cuando atrapara a Conner Kent.

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"Vamos, continúa. Lo estás haciendo bien, así que sigue cantando. Canta con el corazón que a Timy siempre le gustó las cosas del corazón". Pensamientos como esos rondaban su mente una y otra vez, y le brindaban la motivación suficiente para seguir con su plan.

-No, ahora que hago
Amor, soy un farsante
Me ahogo en el fracaso
No, lo juro en vano
Jamás yo vuelvo a ser infiel con chapiadoras
Yo te amo

No, escúchame
Esta pena que siento
Voy a hacer un disco con tu favorito
Y te lo dedico entero

(Bebé)

Si todavía me amas como antes
Ya nada me parece interesante
Yo sé que en el amor soy un farsante 
Yo sin tí no vuelvo a enamorarme bebé

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"Si todavía me amas como antes
Ya nada me parece interesante
Yo sé que en el amor soy un farsante
Yo sin tí no vuelvo a enamorarme bebé"

Casi derrapó al dar la vuelta en el pasillo, lo que le valió perder ligeramente el equilibrio y por poco caer de no ser porque metió las manos a tiempo. Se enderezó y siguió corriendo hasta alcanzar la puerta de su oficina, pero cuando intento abrirla notó que la perilla no estaba.

-¡¿Qué demonios?!

Alzó la vista hacia el payasito que estaba jugando la broma y gruñó al confirmar de quién se trataba. Claro, no podía ser otro que un Kent, la familia que siempre le habia causado penurias.

-¡¡Kent!!-empujó la puerta con su hombro derecho en un intento de abrirla, pero no lo consiguió-¡¡Señor Kent, abra la puerta ahora!! ¡Está en graves problemas jovencito! ¡¡Abra ya!!

-Directo, ¿hay algún problema?-preguntó la maestra del salón a lado de la oficina.

"¡¿Qué sí hay algún problema?! ¡¿Acaso no ve?!"

-Maestra, llamé inmediatamente al conserge para que abra la puerta.

-En seguida, señor.

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-Sin tí yo no me vuelvo a enamorar
No sé ni qué pensar
Ya sé porque todo me sale mal
Mentí siéndote que era leal
Siento un amor real
Le pido a Dios me pueda perdonar

Miró fugasmente hacia la puerta sin importarle los gritos del Director ni las arremetidas contra la madera, ya habia iniciado y no iba a parar hasta que Tim lo perdonara.

¿Qué tenía que perder? La humillación ya estaba en escena y no habia vuelta atrás.

-No...
Quiero que te vayas
¿Por qué no salvamos nuestra relación?
Tú sabes bebé, perdona bebé
Hey, bebé

Si todavía me amas como antes
Ya nada me parece interesante
....

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"Yo sé que en el amor soy un farsante
Yo sin tí no vuelvo a enamorarme bebé.

Si todavía me amas como antes..."

-Oh, esto es tan romántico.

-¡Deja de suspirar Jesse! Esto es patético.

-¿Qué cree ese idiota? ¿Qué esto es una tonta novela romántica?

-¡Cierra la boca! No me dejas escuchar.

-Como sí hubiera algo que escuchar.

Todo el salón estaba enfrascado en la misma discusión, y sin embargo, Tim ya habia dejado de escucharlos. Su atención estaba en la voz que seguía cantando a todo volumen y con tanta pasión en las bocinas, y aquella que sinceramente no terminaba de creer que perteneciera al mismo chico con el que habia terminado cuatro meses atrás.

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-Tim Drake, extraño tu aroma en la cama
De ese que dejas cuando entras y sales
Dónde quedaron los besos y todos los planes

No sé sí vivir o morir
Me encuentro en un limbo desde que te fuiste de aquí
Eres la única persona que quiero que se venga encima de mí

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Okey, eso habia sido desconsiderado. Los ojos de todos sus compañeros repentinamente se habían posado sobre él y al minuto siguiente, estallaron las risas y los señalamientos con el dedo.

-Wouuh, lo tenías bien guardado Tim.

-¡Lo traes loco hermano!

-¡¿Acaso nadie esta sorprendido con el hecho de que el Capitán sea gay?!

-Cierra la boca imbécil. ¡Ey, Tim, no sabía que te gustaban grandes y músculosos!

-¡Ya veo por qué habia tanta tensión sexual entre ustedes!

-Je-je-je, ¿sí, verdad?-rió Tim, nerviosamente y con las mejillas rojas.

Desvió la vista hacia otro lado y la bajó suavemente, colocando dos dedos en su sien contraria para huir de la vergüenza que sentía.

"Mi libertad no la quiero
Tampoco la vida de soltero
Yo lo que quiero es que quieran
Lo mismo que todos queremos
Tener una cuenta de banco
Con dígitos y muchos ceros
Hacer el amor a diario y de paso gastar el dinero bebé"

Al oír esto, volvió a alzar su vista con los ojos totalmente abiertos.

"Si todavía me amas como antes
Ya nada me parece interesante
Yo sé que en el amor soy un farsante
Yo sin tí no vuelvo a enamorarme bebé"

Y las siguientes estrofas se volvieron a repetir pero a Tim ya no le interesaba escucharlas. Una sútil sonrisa apareció en sus labios, Conner le habia cantado, Conner le habia dicho que lo amaba ante toda la escuela, le habia pedido que lo perdonara y le habia entregado su corazón en cada letra de esa melodía que habia inventado para él.

Conner se habia arriesgado a estar castigado de por vida solo por él, ¿necesitaba entonces más pruebas para saber cuán arrepentido estaba por haberlo engañado? ¿Para saber que lo amaba? ¿Qué era una parte importante de su vida como Kent lo era de la suya? La respuesta era no. No necesitaba más pruebas, esa pequeña muestra de cariño era más que suficiente.

-Te perdono, Conny-murmuró enternecido.

Acto seguido, se recargó en su brazo sobre la paleta de su butaca y, sin borrar su sonrisa, se dedicó a disfrutar de la canción que el mayor le estaba dedicando con todo su amor aun cuando éste no fuera el mejor cantante del mundo.

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”Mi libertad no la quiero
Tampoco la vida de soltero
Yo lo que quiero es que quieras 
Lo mismo que todos queremos
Tener una cuenta de banco con dígitos y muchos ceros
Hacer el amor a diario y de paso gastar el dinero..."

-¡¿Dónde están las llaves?!-casi grito el Director Lex Luthor tratando de derribar las puerta.

-Ya vienen, señor-respondió la maestra tratando de ayudarlo.

-¡Señor Luthor, aquí están!-dijo el conserge, entregandole por fin la llaves de la dirección.

-¡Ya era hora, maldición!

El director metió la llave y abrió la puerta empujandola con fuerza, causando que ésta se estrellara contra la pared.

Estruendo que asustó a Conner y lo hizo dejar de cantar.

-Estás en serios problemas Kent.

La mirada iracunda que le dedicó hizo tragar saliva al menor.

-Director, vamos...solo fue una broma je-je-su risa nerviosa se desvaneció al ver que solo aumentaba la ira de Lex.

-Maestra.

-¿Sí, señor?

-Llame inmediatamente a los padres de este niño. Ahora-ordenó, tomando en el acto el brazo de el de cabellos negros y arrastrandolo fuera de su oficina.

-¡¿A mis padres?! ¡No, espere! Solo fue una broma, no hay porque enfadarse tanto señor Luthor.

-¡Cierra la boca! Después de esto, considerate afortunado si te dejan permanecer en el equipo de futboll después de perderte el campeonato de próximo Viernes, porque estarás suspendido tres semanas.

-¡¿Qué?!-sintió que se le iba el alma del cuerpo-No hablará en serio, habrá reclutadores ese día y respresentantes de diversas universidades, necesito la beca señor.

-Eso debiste pensar antes de meterte en este problema jovencito.

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"-Diablos."

Lo que Luthor y Conner ignoraban era que el micrófono seguía encendido, y por lo tanto, toda la escuela habia escuchado su discusión.

-Uy, lo siento por el Capitán, su vida se acabó.

-Mejor cierra la boca idiota. ¿Acaso no piensas en que sin él no ganaremos el campeonato?

-El "Escarabajo" tiene razón, ya nos jodimos.

-¡¿Y ustedes solo piensan en su juego?! ¡Conner esta en serios  problemas muchachos!

-Ey, tranquila nena. Se las arreglará, siempre lo hace.

-Pero qué amigos más desconciderados.

Tim, por su parte, al terminar de procesar todo lo que habia ocurrido en la dirección, se levantó lentamente de su asiento atrayendo las miradas de todos sus compañeros y de su maestra que le indicó que se sentara, pero él no la escuchó. Tan pronto como las bocinas dejaron de transmitir sonidos, salió corriendo hacia la oficina del director con toda la intención de ayudar a su novio.

No era justo, Conner solo habia querido demostrarle cuánto lo amaba y no era justo que arruinaran su futuro por eso.

"Lo siento mucho, amor". Se preparó mentalmente para sostener un largo enfrentamiento con el director, no dejaría que castigaran a su novio y sí no podía evitarlo, entonces haría que los castigaran a ambos.

Ni siquiera notó que todo su salón lo estaba siguiendo hasta que llegó al pasillo que se conectaba a la oficina directiva, donde se topó frente a frente con Conner.

Luthor, la maestra de 2-C y el conserge lo reprendían a gritos y amenazas, incluso discutían entre ellos mientras que Kent caminaba al frente con la mirada en alto, el pecho inflado y una sonrisa de total satisfacción en sus labios.

Sí, quizás Conner estaba en serios problemas, su futuro estaba en riesgo si no conseguía la beca, sus padres le quitarían el celular y la consola de videojuegos, y se perdería muchas clases que le costaría recuperar después y le valdrían un par de exámenes reprobados, ¿y estaba arrepentido? No. Caminaba orgulloso de lo que habia hecho y Tim pareció entender el mensaje ya que se hizo aun lado para dejarlo pasar sin tener intenciones de interferir de alguna forma.

Ambos clavaron sus miradas en el otro y cuando una preciosa sonrisa se formó en los labios de Drake, Conner supo que todo habia valido la pena.

FIN


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