Cinco años... cinco años y seguía en el mismo puesto en esa empresa; sabía que tenía que hablar con el nuevo gerente general pero cada vez que se le pasaba por la cabeza estar frente a él, se ponía muy nervioso. Pero en este caso tenía que hacerlo sí o sí, ya que dentro de unos meses se casaría y necesitaba el dinero para todo lo que iban a gastar. Fue hablar con él, pero le dijo que mejor lo harían el día siguiente ya que necesitaba que lo ayude en unos presupuestos que tenía que entregárselos al presidente.
Llegó el viernes, fue a la oficina del gerente después del refrigerio a la hora acordada y comenzaron a trabajar. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de la hora, hasta que recibió una llamada de su prometido; fijó la vista en su celular, el cual señalaban las ocho de la noche.
- Bueno creo que ya terminamos – dijo el jefe.
- Uh... si, eso creo – sonrió.
- Me dijiste que querías hablar conmigo. – dijo apagando su computadora.
- Sí señor, verá... he estado trabajando para esta empresa por cinco años y creo que ya es hora de ascender. Tengo mis estudios concluidos y veo que los que entraron conmigo si han obtenido ese ascenso, mientras yo sigo en el mismo puesto.
- Ya veo... uhmmm... sí puedo hacer que te asciendan, pero tendrás que hacer algo primero – guardó todos los papeles.
- Y ¿qué tendría que hacer? – frunció el ceño.
- Pasar una noche conmigo – se recostó en el asiento.
- ¿Q... qué? – preguntó sorprendido.
- Lo que escuchaste – se levantó para rodear el escritorio para apoyarse en éste – Solo será una vez, nadie se enterará. – el otro se puso de pie para quedar cara a cara.
- Señor Lee... la verdad que no...
- Taemin... dime Taemin, detesto cuando me dicen señor – asintió – Ya te dije que será solo una vez – se acercó un poco. – Solo esta noche Jonghyun – susurró.
El mayor no sabía qué hacer, si no lo hacía no podría ascender y si lo hacía engañaría a su novio a quien nunca le había sido infiel, pero necesitaba el dinero para poderle dar esa boda tan ostentosa que Kibum quería. Se dijo que solo sería una vez, además que Taemin no era feo, más bien le gustó cuando lo vio la primera vez.
- E...está bien – el pelinegro sonrió.
Taemin se acercó más mirándolo a los ojos para luego besarlo con deseo, con ese deseo que tenía por él desde hacía mucho tiempo. El más bajo correspondió el beso de la misma manera, colocando sus manos en el trasero del menor apretujándolo a su gusto mientras éste lo abrazaba por el cuello. Rompieron el beso por falta de aire; el menor lo llevó hasta su silla, empujándolo para que se sentara. Se separó un poco y comenzó a desvestirse, hasta quedar en bóxer; se acercó arrodillándose para sacarle el pantalón con todo y ropa interior, para luego quitarle el saco junto con la corbata, tirándolos lo más lejos posible.
Acarició sus piernas al mismo tiempo que lamía su miembro desde la base hasta la punta mirándolo directamente a los ojos; lo tomó de las caderas para seguir lamiéndolo a su gusto, tomándose su tiempo para luego engullirlo totalmente en su boca.
- Mierda – gruñó al verlo y comenzó a desabotonarse la camisa, ya que comenzó a sentir más calor.
Chupaba ese miembro como si su vida dependiera de ello, mientras que con una mano jugaba con sus testículos. Al verlo de esa manera Jonghyun se calentó más, así que llevó sus manos a la cabeza del menor para indicarle el ritmo que él necesitaba. Era el mejor sexo oral que había recibido en su vida, no podía creer que ese niño bonito sea tan perfecto.
Dejó de mamársela, para seguir lamiéndolo, chupándole el glande mientras el mayor jadeaba recostado en el asiento. Se levantó para quitarse el bóxer mientras el rubio se despojaba de la camisa; se sentó en el escritorio y se recostó esperando que el otro lo penetrara de una buena vez.
Jonghyun se acercó para besarle el torso acariciándole las piernas haciéndolo suspirar; le dobló las piernas colocando sus pies en el escritorio dejándolo totalmente expuesto. Taemin cerró los ojos apretando los dientes pensando que ya iba a ser penetrado, pero los abrió de golpe al sentir la lengua del mayor en su entrada.
- Ngh síi – gimió moviendo las caderas para sentirlo más.
El moreno dejó ese anillo rosado para concentrarse en el pene del menor metiéndoselo en la boca y comenzando a chupárselo como era debido. El pelinegro se mordía los labios ahogando sus gemidos; llevó una mano hacia la cabellera rubia, enredando sus dedos en ella y la otra mano la llevó a su entrada, metiendo un dedo para sentir más placer.
- Mmmghh, sigue así – jadeó moviendo más rápido su dedo.
Se estaba excitando demasiado con los jadeos y gemidos del menor, así que se separó para perfilar su miembro tomándolo de las caderas, mientras Taemin se apoyaba en sus codos para ver cómo ese pedazo de carne se enterraría en él. El mayor comenzó a penetrarlo despacio, pero no esperó mucho a que se acostumbrara por lo que sus embestidas eran rápidas. El pelinegro agradeció que no haya esperado mucho, no era que sea masoquista pero estaba esperando por este momento desde hacía mucho tiempo y no le importaba si terminaba desgarrado, con tal de haberlo sentido dentro.
- Oh síi Jong... asíii – se recostó en el escritorio jadeando todo el tiempo.
- Mmmgh eres un diablillo – dijo sonriendo de lado al verlo retorcerse de placer.
Taemin elevó sus piernas aun flexionadas abriéndolas un poco para que entrara más profundo, aferrándose al escritorio sin parar de gemir. Jonghyun aceleró más los movimientos aferrándose de su cintura y tirando la cabeza para atrás sintiendo como la entrada del menor lo aprisionaba tan deliciosamente.
- Aaahh... síi... mmmgh
Se apoyó en sus manos mirando al mayor a los ojos, quien a su vez lo acercó más haciendo que enredara las piernas en su cintura para luego besarlo ahogando sus gemidos. El pelinegro rompió el beso empujándolo un poco haciendo que saliera de su interior; bajó del escritorio para volverlo a besar lento haciéndolo retroceder hasta que quedó sentado. Le dio la espalda colocando sus piernas al costado de las de él para auntopenetrarse, agarrándose de los brazos del asiento para comenzar a saltar tirando su cuerpo para atrás, siendo aprisionado por los brazos del mayor quien besaba su cuello y lo penetraba al mismo ritmo.
- Mmmgh asíii... hazlo así.
- Aaahh... eres tan caliente.
Movió las caderas de adelante hacia atrás de manera frenética, tratando de sentirlo más a la vez que lo besaba enredando su lengua con la suya mientras el rubio lo sujetaba de la cintura. Rompió el beso para seguir saltando rápido sobre ese miembro que lo estaba enloqueciendo, pero el mayor lo levantó haciendo que su pene saliera de su interior.
- En cuatro mi amor – dijo con voz ronca.
Taemin colocó sus manos en el escritorio subiendo la rodilla derecha para apoyarla en éste, mientras que Jonghyun se aferró a sus caderas subiendo el pie derecho al mismo, entrando de una sola estocada y embistiéndolo de manera rápida.
- Oh Diossss... no pares, no pares.
- Eres una fiera pequeño.
Llevó una mano a su hombro mientras la otra se quedaba en la cadera para penetrarlo más profundo.
- Mierda síi... justo ahí – gritó al sentir que tocó su próstata.
Lo embistió frenéticamente sintiendo que ya faltaba poco para terminar, pensó que el menor querría que se corriera fuera pero se impresionó al sentir la mano de Taemin en su trasero enterrando sus uñas dándole como señal para que no saliera.
- Me... me corro – jadeó volteando a mirarlo.
- Yo también.
Siguió con unas cuantas embestidas más y se corrieron gritando; el menor se desplomó en el escritorio manchándose con su esencia, mientras que el rubio cayó en su encima corriéndose dentro. Aun respirando agitadamente Jonghyun salió separándose del pelinegro y éste se levantó girando para verlo acariciándole la mejilla.
- Me gustaste desde de que te vi – el mayor lo miró a los ojos – Pensé que podría pasar algo entre nosotros pero... me enteré que tenías novio – bajó la mirada – Así que me di por vencido hasta el día de hoy.
- Tú también me gustaste cuando te vi por primera vez – el menor levantó la mirada – Eso pasó en el momento cuando estaba peleado con mi novio, también pensé en lo mismo que tu pero... pero luego me enteré que eras el hijo del presidente, así que era más que imposible.
- Nadie se me acerca por eso – susurró y el rubio acarició su cintura – Es horrible saber las cosas que dicen a tus espaldas... no tendré la experiencia suficiente pero sé que soy capaz de seguir sacando a esta empresa adelante.
- Lo sé – sonrió – Sé que eres capaz de eso y mucho más.
- Jonghyun... escuché que te vas a casar, es por eso que necesitas el ascenso ¿verdad? – el rubio asintió – Será mejor irnos – dijo separándose para buscar sus cosas.
Al mayor lo desconcertó un poco la mirada de Taemin, esa mirada era triste y de decepción, pero no podía hacer nada, así que imitó la acción del menor para cambiarse y salir. Estuvo dirigiéndose hacia la puerta pero sintió que una mano detenía su andar.
- El lunes – volteó – podrás hablar con el jefe de Recursos Humanos para que te muestre tu nueva oficina. Hablaré con él mañana, no te preocupes – esbozó una pequeña sonrisa mientras el otro lo miraba un poco cabizbajo – Vámonos.
Ambos salieron de la oficina sin decirse nada; entraron al ascensor para dirigirse al estacionamiento. Durante el camino no se habían dirigido la palabra, solo se miraban de reojo para ver cómo se encontraba el otro. Al llegar, el menor habló:
- Nos vemos el lunes Jonghyun.
- Nos vemos Taemin. Adiós.
- Adiós.
Se quedaron mirándose tratando de descifrar lo que el otro quería decir, hasta que no aguantaron más y se acercaron para besarse de manera desesperada como si nunca más se volverían a ver.
- ¿Quieres venir a mi departamento? – preguntó Taemin rompiendo el beso y el mayor asintió – Sígueme – ambos sonrieron.
Subieron a sus respectivos autos dirigiéndose a la casa del menor; Jonghyun no sabía que mierda pasaba por su cabeza en esos momentos y no le importaba, lo único que quería era seguir sintiendo esos labios, tocar ese cuerpo y escuchar los gemidos del pelinegro. Llegaron al estacionamiento del edificio y prácticamente entraron corriendo a éste; estaban más que ansiosos por volverse a sentir como hacía unos minutos en la oficina. Subieron al ascensor sintiendo como esa tensión sexual se encontraba en el ambiente; las puertas se abrieron y Taemin salió rápido para entrar a su departamento. Dejó pasar a Jonghyun primero, pero antes que este entrara por completo, lo empotró contra la pared besándolo y cerrando la puerta con el pie. El mayor cambió las posiciones levantándolo del trasero para que enredara sus piernas en su cuerpo.
- A mi habitación – susurró en el beso siendo llevado por el rubio.
Esa noche volvieron a entregarse hasta el amanecer, lo único que sabían era que no querían estar lejos del otro por ningún motivo. El celular de Jonghyun recibió varias llamadas de Kibum, pero no lo escuchó ya que después de hablar con él cuando estaba en la oficina lo puso en vibrador por si volvía a interrumpir mientras trabajaba.
Ya eran casi las tres de la tarde y aun se encontraban en la cama dándose caricias superficiales; Taemin recordó que el mayor tenía pareja, pero aun así trató de retenerlo para que no lo dejara.
- ¿Te vas a ir? – preguntó delineando sus labios.
- No si tú quieres – susurró acariciándole la espalda.
- No quiero que te vayas... quédate conmigo.
- Está bien – sonrió – Soy todo tuyo.
En realidad el menor se refería a que se quede con él para siempre, pero sabía que el rubio entendió otra cosa. Se colocó encima dándole un beso, demostrándole lo que sentía siendo correspondido de la misma manera.
- Gracias – sonrió rompiendo el beso.
Jonghyun se quedó con él todo el fin de semana; lo hizo suyo todo el día en todo el departamento. Quería quedarse con él, pero recordó que tenía novio y tuvo que irse con pesar, no sabiendo cómo explicarle a su prometido por qué no le contestó el teléfono por dos días.
Sus encuentros se daban todos los días en la casa del menor; el mayor le decía a su novio que tenía que quedarse a trabajar horas extras por haber ascendido y éste le dijo que no había problema, pero sentía que lo estaban explotando demasiado.
Taemin sabía que el rubio le mentía a Kibum, pero no le importaba con tal que esté con él aunque a veces se sentía usado y el mayor se dio cuenta de eso. Le preguntó al menor en qué estaba pensando después de haber estado juntos, el pelinegro le dijo que sería mejor que ya no se vieran porque no era justo para él ni para su prometido. Jonghyun le dijo que lo entendía, pero no podía estar sin él, aun no entendía qué era lo que sentía por el menor pero sabía que no podía alejarse. Esa noche el pelinegro lloró como nunca lo había hecho, haciendo que el rubio lo consolara y se quedara con él hasta el día siguiente, sin importarle que Kibum lo esté esperando con la cena echa.
Habían pasado tres meses, su novio lo vio extraño desde que había ascendido, ya que cuando quería estar con él, Jonghyun no lo quería tocar. Le decía que estaba totalmente cansado o que le dolía la cabeza por tanto trabajo, pero lo peor era que ni siquiera lo besaba cuando se iba a dormir o cuando salía a trabajar.
Kibum preparó una cena especial para ver si lo animaba un poco, se compró una lencería muy bonita sabiendo que excitaría al mayor de esa manera. Decidió hacer la cena ya que el rubio le dijo que llegaría temprano; en realidad Taemin estaba en una junta y no podría salir a la hora de siempre para irse con el mayor; eso lo molestó un poco pero le dijo que el fin de semana era todo suyo dándole un beso de despedida, dejándolo con más ganas de él.
Al dirigirse al departamento que compartía con Kibum, Jonghyun pensó que sus sentimientos habían cambiado desde el primer mes que estaba con el menor; no solo tenía sexo con Taemin sino que también le gustaba su forma de ser. Le gustaba esa manera que se veía tan inocente, puro, su cuerpo suave, era tan diferente a su novio que en realidad no supo cómo diablos había caído en las garras de una diva caprichosa; le gustaba estar con él, pero con el pelinegro era diferente, sentía cosas que nunca sintió con Kibum, lo cual lo hizo pensar que ya era hora de terminar con todo esto, además que también ya no quería seguir haciéndole daño a pesar que no lo sabía.
Con esos pensamientos entró a su casa para terminar con todo, pero se llevó una sorpresa al ver como estaba el ambiente y vio a un Kibum llevando una bata esperándolo en el comedor con una sonrisa ladina. Jonghyun pensó que no era su día de suerte, pero ya no le importaba nada, quería terminar con todo de una vez.
- Hola mi amor – se acercó lentamente moviendo las caderas.
- Hola Bummie... ¿qué es todo esto? – se quitó el saco y dejó su maletín en el sofá.
- Es para nosotros Jong... hoy quiero complacerte – lo abrazó por el cuello.
- Hoy no ¿si? – tomo sus brazos alejándolo de él.
- ¿Qué pasa Jonghyun? – escuchó la voz de la diva de siempre – Desde hace meses que no me tocas y ni me besas.
- Sobre eso quería hablarte hoy – suspiró – Pero al ver todo lo que has hecho siento que no puedo.
- Habla de una vez – puso sus manos en la cintura – Te escucho.
- Kibum... será mejor hablarlo en otro momento.
- Ya abriste la boca, ahora me dices que mierda está pasando – frunció el ceño.
- Está bien... quiero que terminemos. – el menor comenzó a reír.
- Qué buen chiste... hahahaha... Jonghyun, en serio dime lo que tenías que decir.
- Ya te lo dije. – lo miró serio – Ya no quiero estar contigo, ya no te amo Kibum.
- No... no es cierto... nos vamos a casar Kim Jonghyun... no puedes hacerme esto – se le acumularon las lágrimas.
- Lo siento mucho, pero ya no puedo seguir así. No puedo seguir mintiéndote y tampoco a mí mismo.
- Hay otro ¿verdad? – las lágrimas comenzaron a salir – DÍMELO – gritó.
- Si – susurró – Si hay otra persona – bajó la mirada.
- ¡ERES UN MALDITO HIJO DE PUTA! ¡¿CÓMO PUDISTE HACERME ESTO?! ¡QUÉ MIERDA HICE PARA QUE ME ENGAÑARAS!
- Ya te dije que lo siento, en verdad lo siento mucho... espero algún día me perdones.
- ¡LÁRGATE! NO QUIERO VOLVER A VERTE – gritó empujándolo hacia la puerta principal.
- Está bien... te deseo lo mejor Kibum. Adiós. – abrió la puerta y salió dejando a un Kibum hecho un mar de lágrimas con el corazón destrozado.
No quiso agrandar la situación, así que dejaría pasar un tiempo para poder ir a recoger sus cosas; le contó a Taemin que había terminado con el menor pero no le dijo por qué o por quién lo hizo. Al escuchar la noticia, el pelinegro se sintió feliz pero no podía demostrarlo, ya que aun no sabía si el rubio le pediría para estar juntos.
Lo único que sabía era que Jonghyun aceptó acostarse con él por el dinero que necesitaba, lo cual lo hizo sentirse muy mal, pero el mayor le dijo que cuando aceptó ir a su departamento fue porque en realidad quería estar con él nuevamente, al igual que las siguientes noches y que no había vuelto a tocar Kibum desde su primera vez.
Pasaron los meses, Jonghyun le pidió formalizar lo que tenían por lo cual el menor aceptó gustoso y esa noche hicieron el amor demostrándose todo lo que se querían; Taemin pensó que nunca le pediría ser su novio, se sentía tan dichoso de estar con alguien como él pero la inseguridad era algo que siempre tenía.
Supo que Kibum buscó a su novio para regresar, pero éste le dijo que eso no podía pasar ya que estaba enamorado de otra persona; ese día Taemin había salido a comprar unas cosas al supermercado, al llegar a casa encontró a Kibum acorralando al mayor en la puerta del departamento tratando de besarlo, así que se escondió para ver qué era lo que estaba pasando, pero vio al rubio separarlo bruscamente y gritándole que estaba loco, que no pensaba engañar a su novio. Kibum le dijo que era un maldito estúpido porque si lo engañó a él, también le haría lo mismo al de turno, pero quedó sorprendido al escuchar al mayor decirle que en realidad a él nunca lo amó, pensó que se había enamorado en su momento pero lo que estaba sintiendo con su actual pareja era algo totalmente diferente y que jamás lo engañaría. El menor le tiró una cachetada diciéndole que era un imbécil y que ni se le ocurra buscarlo en el futuro porque le cerraría la puerta en la cara; Jonghyun le dijo que no se preocupe porque eso nunca iba a pasar.
Taemin salió de su escondite apenas Kibum se fue para entrar a su departamento con una sonrisa en los labios, ya que ése era su mayor miedo: "el engaño"; al entrar, el mayor le contó lo que pasó y el pelinegro lo abrazó con lágrimas en los ojos diciéndole cuanto lo amaba, pero era más que evidente que el mayor no le había dicho que jamás lo engañaría, aunque eso era algo que no le importaba escuchar en ese momento ya que sabía todo.
Se cumplieron dos años de su relación, ya habían comprado otro departamento y estaban contando los días para su boda. Taemin lloró el día que le pidió matrimonio, su sueño se estaba cumpliendo después de lo que tuvo que pasar; le preguntó a Jonghyun si estaba seguro de haber tomado esa decisión y el ahora peliblanco le dijo que era la mejor decisión que había tomado en su vida, con lo cual el pelinegro se sintió dichoso.
Llegó el día de la boda, todo era felicidad para ambos; la ceremonia fue sencilla a pesar del dinero que tenían los papás del menor, éste decidió que sea así siendo apoyado por su ahora esposo. Después de la fiesta, se fueron de luna de miel por dos semanas a París disfrutando de la compañía del otro y entregándose cada noche como si fuera su primera vez juntos.
Se sentían tan dichosos de formar una familia con el otro que no les importaba pensar en cómo se inició todo. Taemin no se arrepentía de haberse atrevido a pedirle al mayor pasar esa noche con él y Jonghyun tampoco se arrepentía de haber aceptado esa propuesta.