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JONGTAE ONE SHOTS (100% LEMON) por Caroand

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Notas del capitulo:

Olis, aqui les dejo un nuevo one-shot.

Enjoy :)

"Jueves 09:00 pm- el restaurante donde nos conocimos"

Taemin releía el mensaje, ya que habían pasado veinte minutos desde que dio la hora en que su esposo lo había citado a ese lugar.

No era porque celebraran nada o fuera una fecha importante, pero el moreno siempre se la pasaba diciendo cómo era importante salir a tener citas de vez en cuando a pesar de llevar tres años de casados. Para él era una forma de mantener vivo el romance entre ellos y la verdad es que su esposo aceptaba para evitar que este se sintiera abandonado.

Últimamente Minho estaba demasiado ocupado como para pasar tiempo de calidad con su esposo, el único tiempo que pasaban juntos eran las noches cuando llegaba  directo a dormir, y algunas mañanas Taemin despertaba sin encontrarlo a su lado.

Fue sacado de sus pensamientos por un hombre con cabello castaño quien vestía un traje oscuro.

—¿Te dolió? —preguntó el recién llegado con sus ojos cafés que lo congelaron en su lugar por un momento.

Cuando por fin entendió lo que acababa de preguntar el extraño no pudo evitar reír y mostrar su mano que portaba su anillo de matrimonio.

—No soy un ángel, y estoy casado.

—Eso no me molesta —el hombre se acercó un poco más con una expresión que asemejaba a la de un cazador.

Taemin rodó los ojos —Por favor vete, estoy esperando a mi esposo.

—Cómo gustes, yo estaré tomando con unos amigos cerca por si te aburres de esperar.

Ni siquiera volteó a ver hacia a donde se dirigía el desconocido, no le interesaba recibir coqueteos de nadie, era feliz con su matrimonio.

Así que esperó.

Y esperó.

Miró una vez más al reloj antes de que sus ojos fueran cubiertos . No pudo evitar sonreír ante la idea de que Minho por fin hubiera llegado.

—Creí que no fueras a llegar —susurró Taemin que llevaba varios minutos esperando.

—No podía dejar a una hermosura como tú esperando.

—¿Quién eres? —preguntó retirando las manos de sus ojos y volteando en dirección a la poco conocida voz.

El hombre con una gran sonrisa hizo una reverencia al mismo tiempo que se presentaba —Kim Jonghyun, el amor de tu vida por una noche.

Taemin bufó lleno de indignación —No gracias, ya te dije que no me interesa.

—¿Te dolió?

—Creí haberte dicho antes que no soy ningún ángel —contestó girando de nuevo, quedando de espaldas al moreno.

Taemin bufó con mucha indignación, luego de más de dos horas era casi seguro que su esposo no llegaría, pero no le daría la satisfacción al otro hombre de aceptar que tenía razón.

—Seguro le debe haber surgido algo importante.

Jonghyun rió, —como una cogida con alguna veinteañera de seguro.

—Él jamás me engañaría, —empezó —nos amamos demasiado para eso.

Jonghyun ordenó al barman del restaurante dos tragos antes de volver a voltear en dirección al otro hombre y decir que lo necesitaría, —Cariño, nadie es realmente fiel, —dice Jonghyun lamiéndose los labios seductoramente mientras se inclina un poco contra Taemin.

Se aleja del hombre y con gran indignación le responde —Mi esposo lo es.

—¿Quieres apostar? —sonrió burlón— no hay nadie que sea completamente fiel, te puedo asegurar que cualquier persona engañaría a su pareja si se presenta la oportunidad.

El barman colocó ambos tragos enfrente de los hombre respectivamente.

—Sólo eres un hombre que no se ha enamorado de verdad, y siento pena por ti.

—¿Por qué no averiguamos si tu esposo realmente es fiel? — Taemin lo miró confundido—, trataré de seducirlo y veremos si es tan fiel como dices.

Taemin pudo sentir su sangre hervir de la rabia, quién se creía este sujeto para decir tales estupideces. Tenía ganas de darle un buen golpe, pero un mensaje nuevo llamó su atención al aparecer en la pantalla de notificaciones.

"Amorcito:

Lo siento, surgió algo en el trabajo, no me esperes despierto."

Levantó la vista para ver fijamente al otro hombre —Por supuesto que no, he visto suficientes películas como para saber que eso nunca puede terminar bien, ahora, si me disculpas —dijo levantándose del banco antes de tomarse todo el trago de un golpe y colocar el vaso con fuerza sobre la mesa— preferiría estar en mi casa.

—Planeaba llevarte a la mía, pero si así lo prefieres...

Jonghyun se levantó para seguir al rubio, pero este otro lo detuvo con la mano y le dirigió una mirada de fastidió. Jonghyun le lanzó un guiño causando un leve sonrojo en este.

Una vez se quedó solo en el bar tomó el otro vaso con licor y lo miró con mucho interés, sin mirar al barman, le preguntó con emoción —¿De casualidad conoces el nombre de ese hombre con el que estaba hablando?

El hombre detrás de la barra lo miró, no muy seguro de que le hablaba a él, pero cuando levantó la vista para verlo fijamente le respondió —Su nombre es Lee Taemin, él y su esposo solían venir seguido.

****************************************************************************

Taemin despertó con un pequeño dolor de cabeza, seguramente debido a la botella de wiskey que tomó completa la noche pasada luego de llegar a su casa vacía y sabiendo que su esposo no llegaría.

Hizo lo único que sabía podría animarlo, llamó a su mejor amigo para invitarlo a desayunar, ya tenía bastante tiempo que no se veían para conversar.

—¿Taemin, qué ocurre? —escuchó la otra voz a través del teléfono e inmediatamente sonrió.

—Nini, Minho me dejó plantado anoche, ¿podrías venir a desayunar ?

Hubo silencio del otro lado de la línea antes de escuchar la voz su amigo que solo hacía cuando quería hacerlo sentir mejor —Claro que sí, estoy algo ocupado ahora, pero ¿qué te parece si llego al medio día?

El rubio dio una respuesta afirmativa y colgó.

Eran apenas las 8:30 a.m., esperaba que la resaca le permitiera dormir más de lo normal, pero al no ser así comenzó a arreglarse.

Taemin había estudiado gastronomía, y debía decir que era bastante bueno, por eso no era sorpresa para nadie, que con el tiempo abriera su propio restaurante, y mucho menos que cuando era anfitrión, ofreciera pura comida de calidad.

Fue en su auto hasta el supermercado más grande de la ciudad, porque era demasiado quisquilloso a la hora de comprar sus comestibles.

Apenas llevaba la mitad cuando no pudo alcanzar su mermelada favorita que se encontraba en la repisa más alta.

Se estiró lo más que pudo para tomar un frasco, cuando una mano más grande que la suya tomó la mermelada que él quería. Se volteó para agradecer al desconocido, cuando lo pudo reconocer.

—Hola.

Taemin rodó los ojos —Esperaba no volver a verte en mi vida.

—Hieres mis sentimientos —fingió Jonghyun llevando una mano dramáticamente a su pecho — y yo que sólo quería ayudarte a alcanzar lo inalcanzable.

Taemin rió ante la metáfora que uso —Gracias, lo aprecio en verdad.

Lo colocó en su carrito y se dió la vuelta para seguir con su camino.

—Te permitiré acompañarme sólo porque eres amable... —lo miró con una sonrisa.

Jonghyun cambió su canasta de compras al brazo que quedaba opuesto al rubio.

****************************************************************************

Taemin entró a su casa listo para preparar un desayuno para su amigo.

Odiaba admitirlo, pero se había divertido bastante con Jonghyun. Su primera impresión de él no había cambiado mucho, aún creía que era un patán que no cree en ser fiel a la persona que ama, pero como amigo parecía ser alguien que valía la pena.

Minutos más tarde sonó el timbre de la casa la cual fue tocada por su mejor amigo.

Corrió para recibirlo y en cuanto abrió la puerta no pudo evitar saltar de emoción para envolver al chico en un fuerte abrazo.

—¡Nini! Me alegra tanto que hayas venido.

El recién llegado le miró raro por instinto —Hola ¿Por qué estás tan feliz? — recibió una mirada llena de confusión de parte del más bajo y completó. —Lo cual es maravilloso, pero me marcaste diciendo que Minho te había dejado plantado.

Taemin frunció el ceño —Tienes razón, creo que ya se me pasó.

Lo invitó a pasar hasta la cocina donde ya se encontraban varios platos con comida en la mesa, produciendo una gran felicidad en el moreno quien tomó asiento donde encontró un plato con cubiertos listos.

—No sabía que esperábamos a toda tu familia, ¡Esto es muchísimo!

Se sonrojó desde la entrada de la cocina al escuchar eso, tal vez sí se había excedido un poco, pero podría ponerle algo para llevar e incluso llevarle algo a Minho.

—Supongo que estaba tan emocionado que no me di cuenta...

Las facciones de Jongin se suavizaron —¿Hace tanto que no cocinas por las mañanas para alguien más?

El más bajo se encogió de hombros aún parado en la puerta de la cocina.

—A veces le llevo el desayuno a Minho.

—Lamento haber dejado de visitarte frecuentemente —lo miró con sus ojos llenos de culpa.

Taemin sonrió levemente —No tienes que disculparte, me alegra que te esté yendo muy bien con tu galería —se encogió de hombros.

—No es excusa para no ver a mi pequeño Tae.

El nombrado rió ante el apodo que no escuchaba desde la universidad y se sentó junto a él en la mesa, listo para servirse un plato.

Ambos estaban comiendo mientras se ponían al día con sus vidas cuando el moreno recordó el motivo por el que había venido en un principio, no quería hacerlo, pero sabía que tenía que preguntar.

—¿Entonces qué pasó anoche?

Taemin lo miró con sus ojos llenos de confusión, luego se abrieron más al entender la pregunta.

—Pues Minho me invitó a salir al restaurante donde nos conocimos, pero ya sabes, —rodó los ojos llevándose otro bocado de fruta a la boca— trabajo.

—Lo siento, es un tonto por dejarte plantado...

Taemin sonrió, negando con su cabeza. —No, fue por trabajo, no puedo enojarme con él por eso.

—Me sorprendes, yo estaría cortando sus camisas en este instante.

—Admito que, si estaba molesto, pero Jonghyun me alegró mucho esta mañana —contestó entre risas por el comentario de su amigo, quien lo miró sorprendido al escuchar un nombre desconocido.

—¿Jonghyun?

—Un sujeto que coqueteó conmigo anoche.

Jongin se atraganto  y su amigo le extendió un vaso con jugo lo más rápido que pudo. Tardó un par de segundos en normalizar su respiración y cuando lo hizo, le envió al rubio una mirada se asombro e incredulidad.

—¿Engañaste a Minho? —preguntó sorprendido.

—Claro que no, —rió— me fui del lugar.

El moreno asintió, —¿y cómo es que eso te alegró?

Con eso Taemin procedió a contarle a su mejor amigo como se había encontrado con Jonghyun en el super esta mañana y todo de lo que habían hablado, incluyendo que pasó de pensar que era un ser despreciable, a creer que era una persona agradable.

—No lo sé, Tae —comenzó el moreno—, no creo que sea buena idea salir con un sujeto que claramente quiere acostarse contigo...

Taemin bufó —No pasará nada mientras yo no quiera.

—Pero ¿qué pasará si llegas a querer?

Taemin se volvió a reír sonoramente, de ninguna manera querría serle infiel a Minho, lo amaba demasiado como para hacerle eso.

—Eso no pasara, y tampoco es como que vaya a volver a verlo, fue una coincidencia que estuviera ahí está mañana.

—Como tú digas Tae ...

El rubio no quiso continuar hablando de eso por lo que mejor cambió de tema a algo que seguro distraería a su amigo.

—¿Cómo va todo con Jennie?

El moreno se llenó de sorpresa ante la pregunta, pero luego fue remplazada con una gran sonrisa.

—Excelente.

Taemin se quedó mirándolo, esperando que continuara, pero cuando no lo hizo decidió insistir.

—¿Qué tal va su tienda de ropa?

—Muy bien, ella y las chicas enserio lo están haciendo de maravilla.

Sonrió complacido por obtener más palabras de su amigo, pero aún quería saber más.

—Hace mucho que no hablo con ella, —comenzó a recoger sus platos para comenzar a lavarlos—, quizás le dé una visita.

Jongin tosió —Seguro que a ella le encantará, cuando lo quieras hacer dime y vamos juntos.

—Pues tenía pensado llevarle algo de comida a Minho, pero creo que mejor vamos a la tienda.

—Tonterías, —ayudó a su amigo a recoger la mesa—, él enserio lo agradecería, podemos ir otro día.

Se mordió el labio pensando, tenía tiempo que no iba a la oficina, también extrañaba a Jinki y sería matar dos pájaros de un tiro.

Al final terminó por hacerle caso y guardar en recipientes algo de la comida que había sobrado del desayuno, lo colocó en una bolsa térmica.

Seguro Minho se alegraría mucho al verlo.

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Jonghyun era un abogado, y uno muy bueno. Su habilidad para convencer a las personas lo habían llevado hasta su puesto de gran importancia en uno de los bufetes más importantes de la ciudad.

La mayoría podía pensar que era un tipo sin sentimientos a quien solo le importaba el dinero y utilizar a las personas, pero no podían estar más lejos de la verdad.

—No se preocupe, Sra. Kang —tomó la mano de la mujer entre las suyas y le sonrió con gran calidez—, le aseguro que su hijo no enfrentará ningún cargo, tenemos una testigo que afirma haberlo visto  a la hora exacta del crimen.

—Muchas gracias. — Respondió entre lágrimas la mujer cuyo hijo menor de edad había sido acusado de agresión por la desgracia de estar en el lugar equivocado en el peor momento.

La mujer se despidió y en cuanto ella salió su secretaria entró anunciando que tenía una visita de su hermana.

—Dígale que pase.

Luego de unos momentos entro una mujer con cabello castaño y sonrisa brillante.

—Por la expresión en el rostro de esa mujer asumo que se trata de otra injusticia que será resuelta por super Jonghyun.

El mencionado rodó los ojos ante el apodo —Hago lo que cualquiera haría.

—Si eso fuera cierto, más abogados harían lo mismo que tú.

El chico sonrió con tristeza, el saber que otros no lo hacían le ponía triste y se llenaba de un sentimiento de responsabilidad por todos los desafortunados que hay afuera.

—Pero no vine a hablar de lo buena persona que eres, sino para decirte que mamá quiere que la visites pronto —acomodó su cabello detrás de sus orejas—, dice que la has abandonado.

Jonghyun frunció el ceño al mismo tiempo que sonreía.

—La visité hace tres días.

Su hermana rió, —Da igual, quiere verte.

—Está bien, iré a verla antes de que termine la semana.

Sodam asintió con una sonrisa para después quedarse viendo fijo a su hermano con una pregunta que moría por salir, pero temía que la respuesta fuera la misma de siempre.

—¿Ya encontraste a alguien especial?

Estaba listo para responder un rotundo "no" por instinto, pero un par de ojos chocolate le hicieron dudar antes de responder una negación en un susurro.

Todo el rostro de la chica pareció iluminarse por completo, —¡Lo hiciste! — corrió hasta su lado para jalar de su brazo —¡conociste a alguien que te gusta enserio!

Jonghyun bufó y apartó la mirada un poco sonrojado.

—Claro que no —refunfuñó concentrándose en su computadora en vez de en su hermana.

—¿Entonces por qué dudaste en responder?

Jonghyun comenzó a escribir en un archivo en blanco para evitar pensar en su encuentro con el hermoso chico.

—Porque recordé que tengo un trabajo muy importante que hacer —señaló a su computadora con la cabeza al mismo tiempo que la miraba sin dejar de escribir.

—¿Entonces no te gusta Taemin?

Él la miró sorprendido —¿Cómo...

Su hermana rió ante la cara confundida de su hermano menor y luego le señaló el texto que estaba haciendo. No se había dado cuenta de que la última palabra que había escrito era el nombre de aquel hombre causando que sus mejillas se tornaran completamente rojas.

—Y no intentes convencerme de que ese nombre es parte de un caso, porque tu expresión te delató.

Suspiró derrotado, pero ni siquiera sabía que era lo que quería ocultar, no es como que quisiera algo serio con él.

—Es solo un chico que conocí —Se pasó la mano por su cabello — no se quiso acostar conmigo.

—¿No aceptó una aventura de una noche? —sonrió aún más—, ya me agrada ese tal Taemin.

—Como sea, —rodó los ojos y continuó con su explicación— nos encontramos al día siguiente en el supermercado. Fue agradable.

Sodam soltó una risilla emocionada y comenzó a dar pequeños aplausos, ganándose una mala cara por parte de su hermano.

Frunció el ceño —De igual forma, lo único que yo quiero con él es una buena noche de sexo y ya que el insiste en ser fiel a su esposo no creo que eso vaya a pasar.

La chica suspiró desilusionada —Genial, la primera vez que mi hermano se enamora y es de un hombre casado.

Luego de eso tomó sus cosas para regresar a su trabajo antes de que su hora de descanso terminara y se despidió de su hermano dándole un beso en la mejilla.

Cuando por fin se quedó solo en su oficina solo podía pensar en una cosa, quería acostarse con Lee Taemin a toda costa.

****************************************************************************

Taemin fue al restaurante a los pocos días de haber tomado la decisión de regresar a trabajar, saludó a Boah, la chica que trabajaba en recepción para llevar las reservaciones y asignar mesas a los que llegaban sin una, vió el restaurante con más gente de la que esperaba.

En la cocina vio al hombre que buscaba, quien destacaba de los demás trabajadores en la cocina puesto que su uniforme era negro mientras que el resto vestía de blanco. Siwon era un hombre muy atractivo, tanto que Minho no estuvo de acuerdo con la idea de que trabajara para su esposo.

—¡Taemin! —saludó alegre el hombre al verlo cruzar la puerta y se acercó a él con los brazos extendidos—, ¿a qué debo la visita de mi amiguito?

El mencionado aceptó el abrazo gustoso —Me pareció que fue hace mucho que decidí pasar por el restaurante.

Una vez se separaron, Siwon regresó a su lugar para continuar con la preparación de la comida, era uno de los platillos que agregaron al menú con la llegada de Siwon.

—Aunque debo decir que sí hay otro motivo por el cual decidí pasar por aquí, tiene que ver con el chef para el nuevo restaurante...

El más alto lo miró curioso —Espero que vengas a decirme que tu amigo pelinegro no es apto para decidir quién es bueno para el puesto, toda la comida le parece buena.

El ojiazul rió levemente.

—En realidad esperaba que fueras tú...

Lo miró extraño por unos segundos sin entender del todo lo que quería decir su jefe.

—Pero yo ya trabajo aquí —tenía el ceño fruncido.

Sonrió muy grande antes de seguir con su explicación —es que quiero regresar a trabajar, y me gustaría hacerlo aquí... —se veía la emoción que salía por cada poro de su cuerpo— y también pensaba que podría empezar la siguiente semana, así tú puedes tomar unas vacaciones antes de que se inaugure el otro restaurante.

Siwon dejó de lado los vegetales que estaba picando y lo miró con los ojos bien abiertos y luego de un par de segundos, Taemin estaba muy nervioso de que lo tomara a mal por lo que completo, —pero si no te gusta la idea puedo empezar en el nuevo restaurante, no tengo ningún inconveniente.

Finalmente, rió el otro hombre y le colocó una mano en el hombro.

—¡Claro que quiero! —lo abrazó de nuevo— ¡Jessica estará tan contenta cuando le cuente!

Soltó un suspiro de alivio —Me alegra mucho que estés de acuerdo.

—Hoy mismo compraré los pasajes —dio un beso en la frente del rubio quién rió por la emoción de su amigo— pero no sin antes asegurarme de que los nuevos platos te quedan bien.

—Pero yo... —comenzó Taemin apenado, siendo interrumpido rápidamente.

—¡Era broma! —regresó su atención a los vegetales—, yo sé que eres el mejor cocinero de Seúl.

Taemin sonrió, esto había salido mejor de lo que esperaba y eso era un completo alivio, no podía esperar a ver a Minho para contarle.

Se quedó hablando con Siwon por unos momentos más, pero no quería seguir estorbando en la cocina.

Comenzó a salir del restaurante, pero al estar en la puerta se giró para despedirse de Boah al mismo tiempo que empujaba la puerta para salir. Tal vez no debió empujar con tanta fuerza, o quizás debió observar en frente, porque pudo sentir perfectamente como golpeaba algo con la puerta.

Salió con gran velocidad a la calle para ayudar a la persona que ahora se encontraba en el piso por su culpa, en cuanto lo vió supo reconocerlo como el hombre del restaurante, pero no tuvo tiempo de mencionarlo ya que se encontraba sujetando la cabeza del hombre con sus manos al mismo tiempo que le preguntaba si se encontraba bien.

—Si lo que querías era tenerme a tus pies, lo único que debías hacer era sonreír y eso me hubiera dolido menos. — Taemin sonrió por el comentario del hombre y Jonghyun sintió que se le iba el aliento— o tal vez no.

—Yo enserio lo siento, juro que no te vi.

El rubio ayudó a Jonghyun a levantarse, aunque en realidad este se levantó sin apoyarse realmente en Taemin ya que sentía que lo tiraría si usaba algo de fuerza con él.

—No lo sé, casi fui noqueado intentando entrar a mi restaurante favorito, creo que necesitaré una buena compensación.

La sonrisa maliciosa en el rostro de Jonghyun indicaba que se refería a algo sexual, pero el rubio pareció no fijarse en eso si no en sus primeras palabras.

—¿Este es tu restaurante favorito?

—Sí —respondió no tan sorprendido de que no le siguiera la corriente a su connotación sexual— aunque antes era mejor.

—¿Perdón? —preguntó Taemin muy confundido por el comentario.

Jonghyun frunció el ceño y torció los labios antes de responder —Sé que sonará raro, pero siento que el sabor de la comida cambió un poco hace un par de años... — Taemin lo miró asombrado por lo que agregó —es decir, sigue siendo excelente, pero antes me gustaba mucho más, sobre todo su especial.

—Quizás cambiaron de chef —respondió divertido el rubio.

—Pues no debieron hacerlo, el actual es bueno, pero el anterior...

Se quedó a media oración por la mirada de Taemin quién lo observaba con alegría, asombro y algo de orgullo.

—Ya sé cómo compensarte —dijo el rubio antes de tomar al otro de la mano y jalarlo adentro del lugar— toma asiento, enseguida iré contigo.

Observó al hombre caminar al interior del restaurante y luego miró a su mano que hace poco había sido sujetada por el rubio. Pidió una mesa para dos la cual no tardaron en darle ya que tenía reservación y por ser cliente frecuente no le negaron aumentar una persona más en su mesa.

Esperó en la mesa mientras jugaba en su teléfono, no sabía que estaba haciendo Taemin o por qué se estaba tardando. También se le hacía algo extraño que el mesero le haya ofrecido de beber, pero no le dio la carta como siempre.

Cuando finalmente vió a Taemin aparecer, este tenía un plato en las manos y lo colocó frente a él.

—La casa invita —dijo el rubio antes de ofrecerle un par de cubiertos.

—¿Cómo...? —se quedó a media pregunta, Taemin se había sentado frente a él y lo veía con mucha emoción.

Decir que se sorprendió al probar el plato era poco, sabía exactamente igual que como lo recordaba, quizás incluso mejor. Se detuvo ante la mirada atenta del otro hombre, quien tenía una gran sonrisa mientras lo veía comer, cosa que también lo hizo sonreír a él.

—¿Cómo lo conseguiste? —preguntó divertido.

Taemin se sonrojó y agacho la mirada antes de darle una respuesta.

—Es porque este es mi restaurante, y yo era el chef principal hasta hace dos años...

Ahora sí que Jonghyun estaba sorprendido. El responsable de los sabores que no podría olvidar en toda su vida era ese hombre sentado frente a él.

—Tengo tantas ganas de follarte sobre esta mesa justo ahora.

El otro hombre levantó la mirada sorprendido de lo que acababa de escuchar, y el moreno estaba igual ya que no era lo que había querido decir, o tal vez sí. Ya ni él estaba seguro.

—Yo, amm... — Taemin se levantó—, creo que mejor ya me voy.

Pero Jonghyun lo tomó de la muñeca evitando que se fuera —Lo siento mucho, Taemin, si te quedas prometo no hacer otra insinuación.

Lo pensó muy bien, sabía que lo mejor sería irse a casa, pero también quería quedarse y conversar un poco más con este hombre que la vida parecía estar forzando en su camino.

—Está bien...

El moreno sonrió satisfecho.

Y tal vez Taemin estaba feliz de que el hombre le pidiera quedarse, pero no lo iba a aceptar ante nadie, ni siquiera ante él mismo.

****************************************************************************

Cuando Taemin llegó a casa se sentía culpable por haberse quedado con Jonghyun y aún más por haberle dado su número al final, pero no entendía por qué se sentía de esa forma si lo había hecho con la intención de volverse amigos.

Cuando Jonghyun llegó casa se sentía feliz por haber conseguido el número de Taemin. Sabía que las intenciones de Taemin eran de ser amigos, pero al menos así podría estar más cerca de él y cumplir su cometido de una noche con el rubio, porque después de todos estos encuentros sus deseos de tenerlo crecían más y más.

Cuando Minho llegó a su casa, notó que Taemin estaba limpiando todo y había preparado su comida favorita. Sabía que algo le ocurría.

—Cariño, —preguntó colgando su abrigo en el armario a un lado de la entrada— ¿todo está bien?

Su esposo levantó la mirada del piso de la sala que se encontraba tallando actualmente con gran esmero.

—¡Claro que sí! —se levantó y fue hasta el otro con la intención de darle un beso de bienvenida—, ¿por qué lo preguntas?

El más alto aceptó el rápido beso en los labios.

—No es normal que limpies tan tarde, eso solo puede significar que algo te preocupa.

Taemin no pudo evitar sonreír y sonrojarse, le fascinaba ver que su esposo lo conocía así de bien y le prestaba atención.

—Es que hoy fui al restaurante a hablar con Siwon sobre mi regreso...

Minho frunció el ceño e interrumpió a su esposo —Creí que era broma lo de volver a trabajar.

—Claro que no, sabes que nada me haría más feliz.

Minho rodeó la cintura del más bajo, atrayéndolo hacia él con brusquedad —¿Ni siquiera unas vacaciones juntos? — le susurró al oído haciendo que un escalofrío recorriera toda su espalda.

Taemin se quedó sin aliento y podía sentir como sus rodillas le temblaban ante la mano de su esposo que comenzaba a bajar por su espalda hasta sus glúteos, los cuales apretó con fuerza. Comenzó a besar su cuello, pero la poca racionalidad dentro de Taemin le hizo apartarse de su esposo.

—¿Por qué no pasamos a cenar antes?

Minho carraspeó, pero igual le hizo caso a su esposo, dejando sus cosas del trabajo en la sala y después tomando asiento en la mesa de la cocina donde ya había un plato esperándolo.

—¿Y qué fue lo que dijo ese hombre?

- Le pareció muy bien. Dijo que mañana me diría cuándo sale su avión para programar el inicio de sus vacaciones.

—Entonces no entiendo qué es lo que te preocupa. —Comenzó a comer con gusto, casarse con un chef había sido la mejor decisión que había tomado en su vida.

—¿Recuerdas el jueves? —tomó asiento juntó a su marido y tomó los cubiertos.

—Ya te dije que lamento haber cancelado de último momento.

Taemin mordió su lengua para no explicar que cancelar de último momento no es ni remotamente lo mismo que avisar dos horas tarde que no podría llegar.

—Pues esa noche conocí a un hombre... —se detuvo al escuchar los cubiertos golpear contra la mesa.

—¿Y este hombre acaso te llevó a su casa? —preguntó muy molesto, se le podían ver las venas marcándose en su cuello y frente.

—¡¿Qué?! — Taemin se rió—, ¡claro que no! solo hablamos.

Minho pareció relajarse un poco, —¿y por qué me lo dices hasta hoy?

—Porque ese día casi conversamos muy poco, ni siquiera supe su nombre, pero me lo volví a encontrar un par de veces.

—¿Cómo que un par de veces? —aún sonaba molesto, pero no tanto como antes—, ¿te está acosando?

—¿Qué? — Taemin comenzaba a impacientarse— ¡Claro que no! me lo encontré mientras compraba en el super y de nuevo hoy al salir del restaurante, es un sujeto muy agradable.

—No lo sé, —se rascó la nuca— yo pienso que no deberías confiar en él, podría ser un acosador.

—O tal vez alguien que quiere ser mi amigo porque soy agradable y no porque quiere follarme.

Minho bufó con molestia y añadió con sarcasmo —Muy creíble.

—Aunque no lo creas, tengo otras cosas buenas que ofrecer.

Dicho eso se levantó de la mesa y se fue a su cuarto furioso. Detestaba que su esposo se molestara ante la mención de cualquier hombre que quisiera ser su amigo, estaba seguro que de no ser porque conocía a Jongin y a Jinki de antes no le dejaría ni hablarle a ellos.

Se sentó con las piernas cruzadas en la cama.

Sólo estuvo de esa forma por unos cuantos minutos hasta que la puerta se abrió, revelando a Minho quien ya se había quitado el saco de su traje.

—Bebé, sabes que solo me pongo así porque temo que alguien quiera arrebatarte de mi lado.

—Eres injusto —hizo un puchero y agachó la mirada, pero igual extendió los brazos a su marido.

Minho se inclinó para tomarlo de las piernas y una vez sintió las manos del más pequeño rodearlo por el cuello lo levanto con gran facilidad.

Le dio un beso en la mejilla, —¿Cómo podría no preocuparme que alguien más te quiera alejar de mí si eres el hombre más hermoso del mundo?

Y solo eso basto para que Taemin se sintiera soñado y se recordara cuánto amaba a su esposo. Y aunque eran molestos, pensaba que los celos de su esposo eran señal de que aún lo amaba, y si se ponía así de protector con él era casi imposible que le fuera infiel, ¿cierto?

—¿Por qué hay pintura en tu camisa? —preguntó extrañado mirando la mancha verde.

Minho le besaba el cuello y no se separó para contestar —Están pintando la oficina.

Taemin solo atinó a asentir antes de que su esposo lo recostara en la cama. 

Él le creía.

****************************************************************************

Llevaba mirando a su teléfono por varios minutos, se debatía entre mandar o no un mensaje a aquel chico de ojos chocolates que no había abandonado su mente en los últimos días.

Había dicho que serían amigos y el no arruinaría ese progreso, fingiría ser el mejor de los amigos hasta que viera una ventana para lanzarse sobre el rubio.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó su compañera de trabajo y lo más cercano a una mejor amiga que tenía, a quién por cierto no había notado entrar a su oficina.

Miró a la castaña con el ceño fruncido —¿Qué quieres, Taeyeon?

—Llevo esperando casi media hora a que le respondas a tu secretaria si estás ocupado o no —caminó hasta el escritorio del hombre y notó como este escondía su teléfono debajo de una carpeta.

—Ya estás aquí —sonrió con desinterés— ¿qué es lo que quieres?

Taeyeon pensó en tomar el aparato para ver que lo tenía tan distraído, pero abandonó de inmediato la idea ya que no quería invadir su privacidad —Quería saber tu opinión sobre un caso.

Le entregó un folder con la información del caso para que este lo analizara. Mientras Jonghyun estudiaba el caso de divorcio que estaba manejando, siguió observando al lugar donde se encontraba el móvil del otro y al final la curiosidad fue más fuerte que su respeto pues terminó por abalanzarse sobre el escritorio para tomarlo.

Intentó detenerla, pero ella fue rápida en introducir la contraseña que sabía era el cumpleaños de la hermana del hombre y se encontró con una conversación de chat vacía.

Frunció el ceño y el teléfono fue arrebatado de sus manos por su respectivo dueño —¿Qué te pasa?, no puedes tomar las cosas de los demás sin permiso.

Rodó los ojos —Da igual, borraste la conversación así que no sabré lo que te tiene tan distraído— ambos se volvieron a sentar en sus respectivos lugares —¿acaso le debes dinero a alguien? ¿o te volviste a acostar con una mujer casada y su esposo te busca?

—¿Qué dices? —fue el turno de Jonghyun de fruncir el ceño.

—¿Una mujer te busca porque te acostaste con su esposo? —lo miraba llena de diversión— no puede ser, vi que era el nombre de un chico.

—¿Quieres mi ayuda con el caso o saber sobre mi vida privada?

No esperaba una respuesta así que volvió a leer el caso bajo los atentos ojos de la chica que parecieron iluminarse con una idea descabellada.

—Ha no ser que no la hayas borrado y estabas esperando su mensaje.

Bajó el folder con fastidio y se llevó la mano izquierda al puente de su nariz —No seas ridícula, yo no espero el mensaje de nadie, iba a decirle que fuera a mi departamento esta noche para hacer actividades indebidas.

La chica rió creyendo lo que decía su amigo, él era así después de todo.

Así que después de que Jonghyun diera su opinión respecto al caso y con quién creía que debía ir el niño de dos años, observó a su amiga salir, dándole oportunidad de tomar su teléfono y sin pensar mandó un texto.

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Rió un poco ante la respuesta de Jonghyun, pero no respondió, solo guardó el teléfono ante la mirada atenta de Jongin.

—Ya veo que Minho aún te hace reír —mencionó serio sin dejar de pintar en oleo a su mejor amigo— ya te dije que si no dejas de moverte voy a retratarte como a un duende.

—Sabes que odio quedarme mucho tiempo quieto, debiste pedirle a Jennie que fuera tu modelo.

El moreno bajó su pincel —Y yo te dije que nos peleamos anoche por sus celos sin razón.

Taemin se mordió el labio con remordimiento para ser abrazado inmediatamente por el otro —No es tu culpa que ella crea que hay algo más entre tú y yo.

—Pero igual siento que estoy arruinando su relación.

El moreno lo abrazó con fuerza y paseo una de sus manos por el suave cabello de su amigo —Tú vas antes de cualquier relación que pueda tener.

Taemin sonrió ante esas palabras.

Una vez separados, el moreno regresó al banco donde originalmente estaba sentado y Jongin tomó su pincel para continuar retratando al chico siendo interrumpido por el sonido de notificaciones de este. Observó un mensaje nuevo en la pantalla de notificaciones.

Sonrió involuntariamente y luego se regañó por hacerlo, ni siquiera había dicho nada gracioso. Ignoró el mensaje creyendo que era lo mejor.

—Sabes que tu esposo se enoja si no respondes sus mensajes —Jongin mencionó sin apartar los ojos de su obra en proceso.

—Qué bueno que no era de él, entonces.

Jongin lo miró curioso, pero no preguntó más al respecto, dejaría que lo que fuese que estaba ocurriendo en la vida de su amigo siguiera creciendo y sin darse cuenta sonrió ante la idea que acababa de formarse en su mente.

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Las personas comenzaron a llegar, reuniéndose todos en el jardín no podían ser más de 20 personas y un par de niños los cuales se encontraban todos jugando con Jonghyun. Una niña se colgaba de uno de los brazos mientras que un niño se colgaba de una de sus piernas, para sorpresa de Taemin, estaba encantado con los pequeños.

Una mujer se acercó al rubio quien sentado en una escalera observaba la escena con el ceño fruncido, le ofreció un plato con pequeñas rodajas de carne, las tomó gustoso desviando su mirada hacia ella.

—¿Puedo preguntar por qué no dejas de ver al señor Kim? —preguntó con una ceja alzada.

—Cuando conocí al señor Kim —hizo énfasis en las últimas palabras porque le parecía gracioso—, tuve una mala impresión de él, la cual resultó ser algo cierta —se llevó un pedazo de carne a la boca y luego de haberlo tragado continuo—, pero cada vez que nos encontramos termino pensando mejor de él y ahora lo estoy viendo justo ahí jugando con esos niños como si nada lo hiciera más feliz. Cómo si adoraría tener hijos.

Aunque lo último lo dijo casi en un susurro, fue escuchado de igual forma por la mujer. Ella devolvió la vista al hombre que ahora tenía a su hijo en los hombros y eran perseguidos por los demás niños que buscaban ser cargados también.

—Pues yo te puedo decir que es una buena persona, gracias a él nuestro hijo fue aceptado en la escuela, —confeso con una sonrisa, el rubio la miró sorprendido— cada escuela a la que íbamos nos daban largas para no aceptar nuestra solicitud de inscripción. De no ser por él, jamás nos hubiéramos animado a exigir justicia.

>>Nos acercamos a él por recomendación de unos amigos a quienes había ayudado en el pasado, si preguntas entre las minorías vas a escuchar buenas referencias del señor Kim —luego de decir eso se disculpó para levantarse y dirigirse a hablar con otros invitados que estaban conversando con su esposo.

Taemin lo vio asombrado, no podía imaginar que el hombre de quien había llegado a pensar tan mal pudiera ser tan bueno. Aunque claro, no querer una relación seria no era motivo para ser considerado despreciable a sus ojos, era el hecho de saber que no tenía problema con intimar con personas casadas, eso era algo con lo que de más seguro no podría estar de acuerdo jamás.

—¿Ocurre algo? —preguntó el de ojos cafés sacándolo de sus pensamientos—, llevas un largo rato viéndome, aunque no te culpo.

Volteó a su izquierda para ver a los niños correr por el jardín en una zona donde no había adultos para evitar choques y por consiguiente regaños.

—No te veía a ti, —le sonrió ladino— era a los niños.

—¿Tienes hijos? —preguntó más para seguir con la conversación que por genuino interés.

Negó con la cabeza, — Minho no quiere hijos—, respondió y Jonghyun frunció el ceño por lo cual agrego, —quiero decir que aún no nos decidimos en tener hijos.

—¿Pero tú quieres hijos? —preguntó esta vez por completo interesado.

—Más que nada en el mundo —lo dijo casi sin pensar.

Jonghyun se le acercó más y con una voz que sonaba demasiado sensual para el gusto del menor, ofreció —con gusto te hago los hijos que quieras.

—Jonghyun...

Se separó del moreno quien tenía un leve sonrojo. Debía controlar su galantería que el otro insistía en llamar coqueteo barato, eso si quería seguir siendo bien visto por el rubio. Hizo una mueca de fastidio que hizo reír a Taemin y eso pareció motivarlo a controlarse para tener una buena conversación.

Siguieron conversando un largo rato hasta que varios invitados ya se habían ido y Siwon se acercó a ellos y colocó cada uno de sus brazos en los hombros de los hombres, su aliento olía a alcohol pero no se veía borracho en absoluto.

Su teléfono comenzó a sonar— Disculpen un momento.

Cuando sacó su celular vio lo tarde que era, Minho ya debía de estar en casa.

Contestó la llama y escuchó del otro lado de la línea a un Minho claramente molesto, —¿dónde estás?

—Sigo en la fiesta, enserio lo siento perdí la noción del tiempo —se apresuró a disculparse.

—Cuando un hombre llega de trabajar espera que su esposa lo esté esperando en casa, — Taemin se molestó al escuchar eso, pero no lo comentó, ni siquiera el hecho de que haya dicho esposa.

—Pudiste haber venido conmigo...

Una vez las palabras salieron de su boca supo que no debió decir eso.

—Entonces es eso, te estás vengando por no haberte acompañado, —estaba molesto— pero no puedo faltar al trabajo cada vez que tú lo pidas.

—Tienes razón, perdón, —se mordió el labio arrepentido, pero su esposo no podía ver el gesto sólo Jonghyun, quién veía la escena con interés—, iré a casa de inmediato.

—Tengo hambre, no tardes —su voz sonaba tan fuerte en el teléfono que hasta los dos hombres que se encontraban a unos pasos de distancia pudieron escucharlo—. Ven con cuidado, te amo.

—Te amo, —respondió feliz, pero en cuanto colgó se volvió a sentir culpable por culpar a su esposo de no haberlo acompañado cuando bien sabe que tiene un trabajo.

Luego de colgar se acercó de nuevo a los hombres, ambos lo miraban, habían alcanzado a escuchar un poco de la conversación y ambos querían decir algo, pero la cara del rubio los detuvo, parecía niño pequeño que acaba de recibir un regaño, y de cierta forma así fue.

—Ya es algo tarde, lo mejor será que me vaya.

Le dió un abrazo a Siwon y luego se despidió de Jonghyun con un movimiento de su mano, —¿quieres que te lleve a tu casa? — se ofreció este último.

—Vine en mi propio auto, pero gracias —rechazó con una sonrisa.

Le deseó un buen viaje a Siwon y después de buscar a la esposa de este para decirle lo mismo, se fue del lugar.

—Es un idiota —dijo Jonghyun sin pensar, siendo escuchado por el otro hombre.

—Si te refieres a Minho, no eres el único que lo cree.

El hombre puso su mano en el hombro del Jonghyun en señal de estar de acuerdo y ambos se levantaron para ayudar a la mujer a limpiar el jardín.

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Por más que se había negado, no había forma de librarse de la cita a ciegas que su mamá había organizado. Aún no sabía cómo se veía, solo le había dicho su madre que estuviera en cierta cafetería a las 7:00 p.m.

Llegó diez minutos tarde y se sorprendió un poco al ver a un rubio  sentado de espaldas a él. Caminó demasiado lento en dirección al hombre, y vaya sorpresa que se llevó al verlo de frente; cabello rubio, ojos oscuros, labios rosados, buena figura.

Su cabello no se ve tan suave como el de Taemin, pensó Jonghyun antes de saludar al hombre delante de él. —Hola, soy Jonghyun, mucho gusto.

Le saludó con un beso en la mejilla que fue correspondido —Kibum... eres más guapo de lo que dijo mi madre.

El moreno sonrió coqueto, sabía que era guapo pero nunca está de más escuchar a los demás decirlo en voz alta.

—Gracias, tú también —se sentó en la silla frente al hombre—, así que eres chef, ¿no?

—El mejor de la ciudad —sonrió con orgullo, Jonghyun solo pudo regresar una sonrisa algo forzada— trabajo en Aurora, ¿lo conoces?

—Todos lo hacen —respondió honestamente, era el restaurante de moda y ostentoso de la ciudad, la gente iba más por el estatus que ofrecía el establecimiento que por la comida. 

Ambos permanecieron unos minutos en silencio, el rubio esperando a que el otro dijera algo más respecto a su lugar de trabajo, mientras que Jonghyun no quería mentir sobre la comida insípida que suponía era obra del hombre frente a él. 

—¿Y tú eres un abogado? —preguntó el rubio como un intento de seguir con la conversación.

—Así es, trabajo en SM's buffet.

Los ojos de su acompañante parecieron brillar de emoción, era el bufete de abogados con mayor renombre en la ciudad, era sabido que cualquiera de sus trabajadores podía ganar cualquier caso.

—Entonces debes ser un excelente abogado... e imagino que debes ganar bastante bien.

El comentario en sí sonaba bastante interesado, pero su expresión no coincidía con ella, se veía inocente de cierto modo.

—No tanto en realidad, hago muchos casos pro bono —explicó.

—Y eres buena persona, además, qué interesante.

Luego de eso siguieron conversando, no era desagradable como Jonghyun había pensado en un inicio, pero había algo que no le permitía disfrutar realmente la tarde con ese hombre. No parecía ser mala persona, pero tampoco daba la impresión de ser alguien bueno.

Los ojos de Taemin son mucho más hermosos, volvió a pensar sin querer mientras veía fijamente los orbes del otro.

—Me han dicho que tengo ojos hermosos —sonrió ampliamente al darse cuenta de la mirada del moreno, y su sonrisa no es tan radiante. —Debo decir que no estaba seguro de venir hoy.

—Ya somos dos, —mencionó— supongo que nadie va con emoción a una cita a ciegas - Jonghyun le dió la razón en eso —quién sabe, tal vez la noche tenga un final feliz.

Kibum sonrió muy satisfecho, entendiendo el doble sentido que implicaban las palabras de su acompañante. —Y pensar que mi madre esperaba que dejara de lado mi vida indecorosa esta noche —hizo comillas ante la forma en que su progenitora con frecuencia describía su vida.

—Entonces no habrá problema si no despierto en tu cama a la mañana siguiente.

—O si no te vuelvo a llamar —completó el de ojos gatunos.

Jonghyun sonrió con picardía —Supongo que no estaría mal tener tu número por si enfrento una noche solitaria.

Kibum soltó una pequeña risa y le dio su número ya que ambos parecían tener un mismo interés en común y podrían sacarle provecho a aquello.

—¿Tu casa o la mía? —preguntó Jonghyun, y luego de recibir una sonrisa coqueta, pidió la cuenta para que pudieran retirarse a disfrutar su noche.

—Te seguiré en mi auto —guiñó el ojo Kibum para salir del restaurante.

Jonghyun tardó un poco más en salir del restaurante ya que había querido pasar al baño antes.

Estaba por entrar a su auto cuando vió a Kibum parado en la esquina con una expresión de tristeza y se rodeaba el torso con sus propios brazos para reunir algo de calor... Pero Kibum llevaba una chaqueta en el restaurante.

Se acercó para poder ver que estaba mal ya que el chico se veía hasta cierto punto perdido.

Entonces se dio cuenta que se trataba de Taemin y sin pensar mucho mandó un mensaje al número que Kibum le había dado para estar en contacto y le dijo que se fuera a su casa porque había surgido algo importante.

Siguió acercándose hasta estar suficientemente cerca del rubio.

—¿Cuánto la hora? —preguntó de broma.

—¡¿Qué?! —preguntó Taemin muy asustado, dándose la vuelta para ver bien al hombre, Jonghyun rió al ver su expresión de susto, pero paró en cuanto notó que el rubio tenía las puntas de los dedos moradas al igual que sus labios.

—Mierda, —se quitó el abrigo que llevaba puesto y se lo puso al otro alrededor de los hombros— ¿qué haces afuera de noche sin algo de tapar? —regañó.

—¿Qué haces aquí? —preguntó confundido y sin saber si estaba bien aceptar el abrigo.

Jonghyun bufó —También tengo una vida, salí a cenar con un amigo y te vi aquí parado temblando del frío.

—Estoy esperando a que mi esposo me recoja para ir a casa, —miró su reloj— solo que está un poco retrasado.

Jonghyun frunció el ceñó recordando la noche en el restaurante cuando observó al hombre esperar por su esposo más de una hora y sintió su sangre hervir.

—¿Cuán retrasado? —preguntó apretando la mandíbula.

—No lo sé, un poco —se acomodó mejor la chamarra y se encogió de hombros.

—Ya sé que para ti esperar no es difícil, dime cuánto. —Se acercó más con una pose muy imponente que hizo retroceder al rubio.

Taemin se mordió los labios y agachó la vista con vergüenza.

—Casi una hora...

Jonghyun soltó un bufido que parecía risa, cosa que molestó mucho al rubio.

—¿Y por qué no has tomado un taxi?

Era una buena pregunta, pero la verdad es que Taemin ni siquiera había considerado la idea ya que significaría perderse un paseo en auto con Minho y no estaba dispuesto a eso.

—Porque no debe tardar en venir por mí —respondió obvio.

—Vamos, yo te llevo a tu casa —ofreció, pero el otro negó rotundamente— ¿por qué no?

—Porque dijo que vendría por mí y sé que lo hará —se paró derecho para no mostrarse asustado frente al otro.

Se pasó una mano por la cara con frustración —Eres más tonto de lo que pensé.

—¿Disculpa? —preguntó furioso Taemin al mismo tiempo que se quitaba la chamarra del otro hombre para devolverla, pero este se negó a aceptarla —No quiero nada tuyo.

—¡¿Y prefieres esperar aquí muriendo de frío por otra hora para ver si tu maridito viene por ti?! — gritó lleno de frustración, asustando un poco al otro quién no respondió. —¡Bien por mí!

Tomó su abrigo de un tirón y caminó hasta su auto, dejando a Taemin sólo en la esquina, abrazándose a él mismo.

—¡Ultima oportunidad! —gritó desde su auto en dirección al rubio, pero este sólo agachó la cabeza y miró hacia el otro lado —Como quieras— murmuró esto último para entrar en el vehículo y alejarse conduciendo.

Apretaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos se veían blancos, perdió una buena follada por querer ser buena persona, aunque tal vez aún podía llamar a Kibum.

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A la mañana siguiente Taemin despertó con los brazos de su esposo alrededor de él en un cálido abrazo y en cuanto se percató de esto decidió hundirse un poco más, había extrañado hacer eso por las mañanas.

No quiso perder tiempo pues sabía que se iría pronto al trabajo y quería sorprenderlo con un rico desayuno como en sus primeros meses de vivir juntos, pero primero corrió a tomar un baño rápido.

Después de su ducha, entró a su vestidor para comenzar a arreglarse, pero aún no terminaba cuando sintió unos fuertes brazos rodearlo y unos besos siendo repartidos a lo largo de todo su cuello y hombros. Soltó una pequeña risa y miró el reflejo de ambos en el espejo de cuerpo completo que estaba frente a él.

—Perdón por lo de ayer, sé que fui un idiota —dijo Minho levantando la mirada para también ver el reflejo, aún no se vestía por lo que podía apreciar muy bien los músculos de sus hombros, pero no podía apartar la vista de sus hermosos ojos de cachorro que lo veían con arrepentimiento, eran los mismos ojos que lograban ponerlo de rodillas si se lo pedía.

—No te preocupes, no importa —dijo sin pensar, haciendo que se sintiera como un gran estúpido en cuanto lo hizo.

Pero las sorpresas no terminaron ahí porque su esposo no dejo ir el tema como usualmente lo hacía.

—¡Claro que importa! —exclamó y después hundió su cabeza en el cuello de su esposo como un niño pequeño— tú eres lo más importante para mí y no lo he demostrado últimamente.

Taemin sonrió como tonto, era demasiado bueno para ser verdad —¿Hablas enserio?

—Por supuesto, a partir de ahora no más horas extras en el trabajo —se levantó de encima del otro sólo un poco para que se pudieran ver directamente al rostro, ambos tenían grandes sonrisas en el rostro—. Pero igual necesito llegar a tiempo hoy así que lo mejor será bañarme ahora. Oh, —agregó Minho desde la puerta—, y espero que no te importe, pero tomé tu cargador prestado.

Observó a su esposo salir del vestidor usando sólo un bóxer ajustado, para siempre estar ocupado en el trabajo no descuidaba para nada el gimnasio porque su cuerpo seguía igual, quizás también debería hacer ejercicio, pensó mientras tocaba su estómago flácido.

Mientras que Minho se bañaba, Taemin bajó a la cocina para comenzar a preparar el desayuno con música de fondo, tarareaba y bailaba feliz.

Duró varios minutos de esa forma, bailando mientras cocinaba y ponía la mesa, ni siquiera se dio cuenta de que su marido ya había bajado vestido con un traje gris y lo estaba observando con una sonrisa.

—Te amo —dijo sin pensar, llamando la atención del otro. Minho estaba feliz de haberse casado con él, y era verdad que lo amaba, tanto que a veces se sentía culpable. Lamentablemente, sólo a veces.

—Yo también te amo, —sonrió feliz el rubio. Las cosas parecían haber mejorado por sí solas, pero de todos modos Taemin sentía que tenían que hablar, para evitar que volviera a ocurrir algo como lo del día anterior, —pero tenemos que hablar.

Minho se tensó por completo con miedo.

—Tengo que irme, hablemos después.

Comenzó a avanzar hacia la entrada, pero su esposo lo detuvo tomando su mano.

—Por favor, esto es importante —suplicó con la mirada e hizo que el otro tragara duro—, incluso hablaré con Jinki para que no se moleste contigo.

—En realidad hoy regresa la Sra. Lee a la oficina... —trataba de evadir la conversación, pero los ojitos suplicantes del más bajo lo hacían imposible—, pero supongo que puedo llegar diez minutos tarde.

Sonrió victorioso y lo invitó a tomar asiento en el comedor donde aún estaban los alimentos listos para el desayuno.

—La verdad es que lo que pasó ayer sí fue algo duro para mí, en especial porque no es la primera vez —comenzó a explicarse y a cada palabra el otro se encogía más en su lugar—, no me gusta que llegues tarde o aún peor, que te olvides de mí. También a veces siento que mi opinión no te importa realmente y eso me hace sentir muy desplazado.

>>A lo que quiero llegar con todo esto... —supongo que este es el final, pensó Minho con pesar, esta mañana había intentado ser más cariñoso para evitarlo pues había encontrado la tarjeta de Taeyeon en el cajón de Taemin mientras buscaba su cargador—, es que quiero que esas cosas cambien, quiero que vayamos a terapia de pareja.

Soltó un suspiro de alivio junto con unas suaves carcajadas.

—La terapia es absurda e innecesaria, yo puedo cambiar sin ayuda de un loquero —soltó sin pensar, estaba muy feliz de que no pidiera lo que quería, pero se arrepintió en cuanto vio la expresión de su esposo.

Siento que mi opinión no te importa, sonó en la mente del más alto.

—Pero supongo que tienes razón y quizás lo necesitemos —confesó a regañadientes.

—Gracias —dijo muy feliz Taemin y corrió a abrazar a su marido, quien lo recibió con gusto.

Todo por mantenerlo a su lado.

—Ahora, será mejor que me vaya si no quiero llegar tarde —rompió el abrazo.

—Seguro, sólo dame unos minutos para que lleves algo de la comida que preparé.

El hombre de traje aceptó y esperó con una sonrisa a que le diera un gran recipiente con suficiente comida para todo el día.

—Gracias, eres el mejor —le dio un casto beso en los labios antes de salir de la casa.

Estaba demasiado contento por la forma en que se había dado las cosas, esperaba un arranque de furia por parte del otro, pero fue todo lo contrario.

Necesitaba contarle eso a alguien de inmediato y nadie mejor para eso que su mejor amigo por lo que sin dudar le marcó a su celular.

Cuando por fin contestó, pudo escuchar la aún adormilada voz de Jongin, seguramente seguía dormido.

—¡Nini, estoy muy feliz!

Del otro lado de la línea el moreno sonrió a pesar de querer seguir durmiendo, no podía molestarse con Taemin por nada del mundo —Cuéntame qué pasó.

— Minho aceptó a que tengamos terapia de pareja, ¿no es eso maravilloso?

—Es increíble, Tae , —contestó con honestidad—, pero si no deja de ser un idiota le voy a patear el trasero.

Taemin rió divertido —Gracias por siempre estar para mí.

—En las buenas y en las malas —dijo con gran cariño y una sonrisa boba en su rostro—, oh, y aprovechando la llamada, yo también tengo una buena noticia que contar.

Taemin espero ansioso a escuchar lo que su amigo tenía que decir.

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—¿Ya hablaste con Minho? —preguntó el moreno una vez se separaron para recibir una negación de cabeza del otro— Taemin, es importante que no pospongas esto.

—Podrías decirme tú lo que está pasando y terminar con todo esto, —lo ojos de Jongin mostraban pena por él— me está evitando desde ayer.

Jongin lo volvió a jalar hacia él para atraparlo en otro abrazo.

—Me gustaría hacerlo, pero creo que es mejor que escuches esto por él —habló con su aliento rozando el cabello de Taemin.

—Hacen una hermosa pareja —los interrumpió la misma chica de cabello oscuro con la que estaba hablando Jongin hace unos momentos.

Taemin se separó sonrojado, hace años que nadie los confundía por una pareja, le recordaba a los viejos tiempo en que su vida no tenía ninguna complicación.

—Solo somos amigos —aclaró el rubio con una sonrisa.

—Oh — fue todo lo que dijo la mujer antes de disculparse y dar la vuelta para hablar con otras personas, mostrándose en extremo sorprendida por la aclaración.

Poco después se les unió una sonriente Jennie con su amiga que fue presentada como Lisa,.

El único que faltaba por llegar era Minho, pero ya era esperado por todos que llegara tarde. Algunos — Jongin — incluso preferían que no llegara en absoluto para no arruinar la noche.

—Damas y caballeros —habló la dueña de la exposición, llamando la atención de todos los presentes—, agradezco a todos por venir esta noche a la inauguración de mi primer galería, los invito a que pasen y disfruten de todo el arte que se ha reunido dentro de estas cuatro paredes. 

Mientras tanto Jongin sonreía orgulloso —Mis pinturas están en el piso de arriba.

Los cinco caminaron al rededor de la primer planta, observando y hablando del arte que decoraba el lugar. Mejor dicho, Jongin decía comentarios sofisticados sobre las piezas mientras que los demás asentían con la cabeza y decían ocasionalmente palabras de afirmación.

Jinki era el más callado de todos, lo cual no era sorpresa ya que seguía tomando bocadillos de las charolas que ofrecían los meseros que rondaban por todo el lugar. Taemin por su parte iba con su segunda copa de champaña.

Cuando estuvieron por subir las escaleras para por fin ver la sección con las obras del moreno, Taemin recibió un mensaje de texto de Minho, "Estoy buscando estacionamiento". Sonrió al leer el texto y rápidamente le escribió que los buscara en la planta alta.

—¡Oh wow!, —exclamó finalmente Jinki por primera vez en la noche, él fue el primero en entrar a la sala que Jongin había dicho era "suya".

Uno a uno fue entrando y pudieron ver las hermosas pinturas del moreno. Muchas ya las había visto Taemin antes en el estudio de su mejor amigo, otras eran de paisajes que podía reconocer de su adolescencia. Todas eran hermosas, pero la sorpresa del rubio no era debida a eso, si no a cuatro obras en particular que se encontraban al fondo.

Colgando de la pared estaba el rostro de Taemin riendo, los detalles que tenía eran increíbles. Sus ojos se veían preciosos, incluso tenían arrugas en los bordes como solo se veían cuando sonreía mucho, y el cabello que le caía en la frente le daba un aspecto más joven.

—Es un excelente retrato —comentó la chica morena, volteando a ver a Taemin y de nuevo a las pinturas varias veces.

—Gracias, pase toda una semana asegurándome de que todos los detalles fueran correctos —agregó orgulloso el chico— fue la más difícil de las cuatro.

A su lado estaban tres pinturas similares pero con expresiones diferentes del castaño; en una estaba molesto con el ceño fruncido, en otra estaba triste con lágrimas formándose en sus ojos, mientras que en la última miraba al frente con lo que podía ser explicado como cariño.

—Wow, Jongin... —comenzó a hablar finalmente Taemin —, soy yo.

El mencionado lo miró emocionado —¡Te dije que serías la joya de la exposición!

El rubio volteó a ver a la pelinegra para ver su reacción a todo esto. Se veía bastante calmada para no haber ni una sola pintura de ella en todo el lugar, pero eso no significaba que no se pudiera ver su inconformidad.

—No recuerdo haber posado para estos cuadros —comentó Taemin antes de dar otro trago a su copa.

—Esos siguen en mi estudio, estos los hice a memoria —la sonrisa con la que Jongin dijo eso fue más brillante que la que se veía en el retrato.

Todos lo miraron sorprendidos por el dato, y sin idea de que responder a eso.

—¡¿Kim, quieres explicarme esto?! —sonó la fuerte y muy molesta voz de Minho haciéndose presente en la habitación.

Todos se giraron para verlo cerca de una pintura a varios pasos de ellos, era obvio que su esposo se molestaría al ver que había prácticamente una colección de Taemin colgada en la pared, pero su enojo no se debía a esas cuatro pinturas sino a la que estaba detrás de él.

El grupo se acercó para ver mejor la razón por la que el hombre estaba furioso, siendo el moreno el único que sabía por qué, de hecho se había preparado para eso desde el día en que lo pintó.

Frente a ellos estaba el cuadro que Taemin había visto incompleto hace unas semanas, ahora que había sido terminado podía distinguir con claridad que la persona que se veía era él de espaldas, completamente desnudo con los codos recargados en el barandal y permitiendo una vista excelente de su retaguardia.

Taemin escuchó unos tacones golpear el suelo antes de tener a Jennie frente a él dándole la primera cachetada que recibía en toda su vida. Se llevó la mano a la mejilla con enojo, pero no se atrevió a ver a la chica a los ojos. 

Después de todo aún recordaba el día en que tuvo sexo con su mejor amigo.

**********

—Jennie, no es lo que tú crees —habló Taemin siendo el primero en atreverse a decir palabra—, eso pasó mucho antes de que ustedes se conocieran. Incluso antes de que yo conociera a Minho.

—Y aún así te pintó a ti en vez de a mí, —la pelinegra agachó la mirada con tristeza— lamento haberte pegado, sé que tú no eres el culpable aquí.

La chica le dedicó una última mirada llena de rencor al moreno antes de propinarle una cachetada aún más fuerte que la que recibió el rubio y se fue del lugar con su amiga siguiéndola de cerca, diciendo palabras de aliento y orgullo por la forma de salir del lugar.

Jongin estuvo a punto de ir tras ella para darle una explicación, pero fue detenido por Minho quien con toda su ira acumulada le dio un puñetazo que lo mandó directo al piso, alertando a los otros dos hombres que seguían en la sala.

—¡Minho, detente! —gritó Taemin interponiéndose entre ambos hombres— ¡Ya escuchaste que sólo pasó una vez y fue mucho antes de que entraras a mi vida! ¡No significó nada para ninguno de los dos!

El rubio se disculpó antes de salir de la habitación con prisa diciendo que debía darles privacidad, pero no se fue lejos, se quedó en la entrada de esa sección para evitar que cualquier persona entrase para ver la incómoda escena y listo para intervenir si las cosas se ponían más feas.

—¿Y por qué lo pintó si no significó nada para él? —preguntó Minho furioso, deseaba volver a conectar su puño con el rostro de Jongin, lo había querido por mucho tiempo.

—Justo por esto, —contestó el moreno levantándose del suelo, tenía la boca teñida de rojo por la sangre que había salido del golpe— quería provocarte, que Taemin viera la bestia que eres.

Taemin lo miró confundido —¿Qué dices, Jongin?

—Pregúntale qué hacía en mi casa, —miraba con odio al moreno — porque fue algo bastante parecido a lo que ocurrió aquí.

Ahora fue el turno de Minho de recibir la mirada de su esposo llena de confusión y tristeza, pero sobre todo, de decepción.

—¿Fuiste a golpear a mi mejor amigo? —se acercó a su pareja con los brazos cruzados y la voz temblorosa— ¿Fue acaso por celos?

—¡Algo mucho mejor todavía! —Gritó de nuevo Jongin como loco al ver que el interrogado no planeaba responder en su defensa— Fue porque vi algo que él no quería.

El más bajo colocó su mano sobre el pecho de su esposo y lo vio directo a los ojos antes de hacer esa pregunta que le comía desde adentro. —¿Qué vio?

Minho miró los ojos llenos de lágrimas de su esposo y supo más que nunca que había metido la pata hasta el fondo, y también sabía que después de esto no habría vuelta atrás. Tendría mucha suerte si Taemin le dirige siquiera una mirada.

El ambiente se llenó de silencio mezclado con todas las emociones que flotaban en el aire; enojo, tristeza, decepción y alegría de parte de Jongin.

—Su nombre es Yuri, —habló finalmente el hombre— la conocí hace como un año, la vi cantando en un bar y yo... quedé prendado de ella. Tomamos una cerveza cuando terminó su turno y al final de esa noche fuimos a su departamento.

>>Me sentí terrible toda esa semana porque no podía dejar de pensar que acababa de arruinar lo mejor que me había pasado en la vida, pero por algún motivo regresé cada fin de semana y la historia se repitió una y otra vez. —Estiró su mano para acariciar el cabello de Taemin, pero este se apartó de golpe, lágrimas caían sin control de sus ojos.

—¿Ella sabe que estás casado? —preguntó con dolor, no sabía si eso ayudaba, pero quería saber.

Se tomó su tiempo, pero finalmente asintió.

—Dile dónde te encontré, infeliz—ordenó con fuerza Jongin.

— Jongin... —se giró para ver a su mejor amigo con cansancio—, en este momento no te quiero ver, por favor ve a arreglar las cosas con Jennie.

— Tae, no te voy a dejar...

—¡No te quiero aquí, por favor! —gritó molestó al moreno.

—¡Yo no soy el malo aquí! — solo recibió una mirada suplicante y este se fue enojado con la cabeza gacha, pateando algunas cosas en su camino.

Cuando por fin estuvieron solos se volvió a ver, Minho aún mantenía un poco de su compostura mientras que el rubio se veía completamente roto. De nuevo intentó tocarlo, pero el más bajo se alejaba de su toque como si este le quemara.

—¿Qué es lo que Jongin quiere que digas? —sonaba completamente derrotado—, ¿qué puede ser aún más importante?

—Me vio salir de una tienda de ropa de bebé ... —también se empezaron a formar lágrimas en sus ojos— voy a ser papá.

Para su sorpresa Taemin comenzó a reír, al principio solo un poco y después de forma descontrolada. Le costaba creer lo irónica que era la situación.

—Y pensar que pasé todo este tiempo esperando que quisieras adoptar un bebé —sonrió con amargura— ahora resulta que tendrás uno sin mí.

—Puedes ser su otro papá, unos días estará con su madre y el resto con nosotros —quiso razonar, pero no llegaba a ningún lugar—, será lo que siempre quisiste.

Taemin negó, enojo apoderándose de él pero aún mantenía su sonrisa melancólica.

—Te aseguro que no es nada como lo que yo quería.

Minho dio un paso hacia adelante para poder acariciar el rostro del rubio y le dedicó una mirada llena de cariño —Sé que es un poco diferente, pero sé que tú y yo podemos superar cualquier cosa juntos.

—No lo entiendes, siempre creí que se podía perdonar una infidelidad si aún había amor, —se alejó un poco más de su todavía esposo— pero en este momento no me siento precisamente amado.

— Tae, te amo...

Se volvió a acercar esta vez sin ser alejado, incluso logró rodear la cintura del otro con sus manos y se aseguró que lo viera directo a los ojos para convencerlo de que era cierto lo que decía.

—¿Hubo otra persona además de... —intentó recordar el nombre que había dicho Minho hace unos minutos— ella?

Pudo ver la culpa atravesar los ojos del hombre, y su labio tembloroso no ayudaba a engañarlo tampoco. Ya sabía la respuesta y esta vez no necesitaba escucharla para estar seguro.

—Adiós, Minho.

Salió del lugar sin escuchar nada de lo que decía Minho para detenerlo, tampoco las preguntas de Jinki sobre si se encontraba bien, en su lugar tomó una última copa de champagne y salió del lugar con el corazón roto y algo de alcohol en su sistema, lo que lo hizo tomar una decisión que en su momento parecía la mejor.

Se subió a su auto y antes de arrancar hizo una rápida llamada a Taeyeon, pero después apagó su celular para evitar que cualquiera pudiera contactarlo y condujo hasta el otro lado de la ciudad al departamento que solo había visitado una vez antes en su vida.

No sabía que decir o hacer, tampoco sabía lo que esperaba yendo a media noche; a este punto solo actuaba por instinto. Y eso hizo cuando la puerta finalmente se abrió, mostrando a un apuesto Jonghyun sin camiseta.

—¿Taemin? —preguntó con los ojos entrecerrados, seguramente estaba dormido cuando tocó a la puerta.

—Nunca he hecho nada como esto —le dijo con emoción.

—¿Hacer qué?

Pero Taemin no respondió con palabras, solo se lanzó a los brazos de Jonghyun y comenzó a besarlo. El moreno lo recibió con gusto, siendo que incluso lo levantó sin cuidado y cuando sintió las largas piernas del castaño rodear sus caderas, lo llevó hasta su habitación.

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Ese estaba siendo el mejor día para Jonghyun, primero había podido desayunar con Taemin en su departamento y ahora por fin había podido resolver el caso de injusticia racial que le estaba costando más trabajo del que debería.

Y su felicidad continuaba, porque al regresar al despacho de abogados donde trabajaba se encontró con la sorpresa de ver al rubio sentado en la sala de espera leyendo una revista.

—Debes dejar de seguirme —jugueteó el moreno tomando la revista que el otro tenía en manos.

El rubio sonrió ligeramente, sus ojos ya no se veían igual de rojos que como lo habían hecho esa mañana y eso le alegraba.

—Yo llegué primero —volvió a tomar la revista que le había sido arrebatada.

—Sí, pero yo trabajo aquí —contestó con orgullo—, ahora si querías verme pudiste mandar un texto aunque debo decir que es muy lindo saber que tratabas de sorprenderme.

Taemin frunció el ceño confundido por las palabras del mayor, iba a responderle cuando la amable recepcionista le informó que la Srta. Kim estaba lista para recibirlo.

—Te veo luego, Jonghyun —dijo con una sonrisa antes de caminar hacia la oficina que le había indicado la pelinegra que trabajaba en recepción.

Jonghyun fue a su propia oficina sorprendido por ver al muchacho ir a hablar con Taeyeon, la respuesta más obvia era también la que más lo sorprendía. Taemin quiere divorciarse de su esposo.

Estaba consiente de que no debía sorprenderse, después de todo cualquier persona con un poco de sentido común querría poner fin a su matrimonio si estuviera en las misma situación que Taemin, pero a diferencia de la mayoría, sabía lo torpemente enamorado que el joven estaba de su marido.

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Al llegar solo había un hombre mayor de cuarenta años sentado en una mesa junto a un gran ventanal al lado de la entrada. Ellos decidieron tomar asiento al fondo del lugar para mayor privacidad.

—¿Entonces de qué querías hablar? —preguntó el moreno después de que ambos le dijeran su pedido a una mesera del lugar.

El rubio lo miró serio —¿Qué sientes por mí?

—Te amo, por supuesto —respondió con facilidad y una gran sonrisa, de verdad encontraba la situación del todo graciosa—, eres mi mejor amigo.

Suspiró con pesar, se veía exhausto.

— Jongin, por favor deja de jugar.

El moreno se puso serio de repente, cualquiera pensaría que estaba enojado, pero el rubio sabía que ese ceño fruncido y el movimiento impaciente de sus manos solo podían significar que estaba nervioso.

—¿Estás enamorado de mí? —cuestionó luego de unos minutos de silencio.

Antes de poder responder fueron interrumpidos por la misma chica que había tomado su orden, esta vez venía con dos tazas de café que colocó frente a cada uno de los jóvenes.

—Por supuesto que no —respondió por fin—, eso es ridículo.

—¿Qué hay de la pintura? —se veía cansado y con ganas de llegar a su casa a descansar.

—Es normal querer pintar cosas hermosas —sonrió feliz hacia el chico, pero este solo lo miró incrédulo—. Lo estaba.

—¿Desde cuándo? —no era lo importante, pero tenía curiosidad.

El moreno torció los labios y lo vio con la cabeza baja, viéndose increíblemente inocente de esa forma.

—Nuestro primer año de universidad cuando los chicos no me dejaron entrar a los dormitorios y tú amenazaste con golpear a todos los que me prohibieron la entrada —sonrió ante el recuerdo y el corazón del rubio se enterneció al recordar lo que había pasado después.

—Logré que el decano prohibiera todo tipo de conducta y aún así te negaste a volver esa noche a los dormitorios. ¿Entonces esa vez...? —quiso indagar más, aprovechando que estaba saliendo toda la verdad.

Jongin tardó un poco en entender a lo que se refería.

—Esperaba que después de hacer el amor te dieras cuenta de que yo era el indicado.

—Nini... —dijo casi en un susurro, sus ojos de nuevo se empezaban a aguar—. Dijiste que solo fue sexo —se estiró para tomar la mano del moreno y este entrelazó sus dedos—, lamento tanto no darme cuenta.

El artista sonrió con tranquilidad y le dio un pequeño apretón a su mano, no quería que su amigo se sintiera peor.

—Tranquilo, te empecé a superar el día de tu boda.

—¡Incluso te pedí que dieras un discurso ese día! —comenzó a llorar más fuerte.

El moreno se pasó a su lado para abrazarlo, y una vez el rubio apoyó su cabeza en su pecho este comenzó a frotar su mano en círculos en la espalda de éste para brindarle consuelo.

—Está bien—habló con la voz dulce que solo dirigía a su mejor amigo—, todo eso está en el pasado, ahora eres como mi hermanito.

—Soy mayor que tú —comentó levantando la mirada para verlo a los ojos, ya había empezado a parar de llorar—. ¿Qué pasó con Jennie?

Jongin se separó de él, incomodo por la pregunta.

—Es una gran chica, pero no siento que seamos el uno para el otro.

—Pero llevan juntos casi dos años —objetó el rubio—, creí que se amaban.

—Y es por eso que no quería terminar con ella, pero no está bien seguir con ella solo por compromiso.

Asintió levemente para darle la razón. Tomó una servilleta para limpiarse las lágrimas y posteriormente sonarse la nariz.

—No están terminando por mi culpa, ¿cierto?

Miró a los ojos del chico que se veían tan llenos de preocupación que le hicieron decir una pequeña mentira.

—Ni siquiera surgiste en la conversación.

El más bajo se volvió a aferrar al moreno en un fuerte abrazo que lo enterneció.

—Prometo ser un mejor amigo, —habló con la cara enterrada en el pecho del otro quien comenzó a darle pequeños golpes en la espalda— te amo, Nini.

Aún amaba mucho a Taemin y siempre lo haría, quizás ya no estuviese enamorado de él, pero sabía que ese chico siempre sería lo más importante en su vida.

—Y yo a ti, Tae.

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—No puedes seguir pidiendo cosas que no están en el menú —se cruzó de brazos frente al hombre.

—Pero ya te dije el otro día que era mi favorito hasta que lo quitaron de la carta —hizo un puchero para convencer al rubio.

—La última vez mandé al pobre Jimmin corriendo a comprar las cosas.

Jonghyun se acercó más a el otro para evitar que los demás clientes lo escucharan.

—¿Y si yo comprara los ingredientes podrías cocinarlo en mi apartamento? —preguntó coqueto.

—Entonces sería una cita —respondió sin pensar y sonrojándose de inmediato al darse cuenta de cómo sonaron sus palabras—. De amigos, una cita de amigos.

Rió ante su aclaración y regresó a su asiento.

—Podemos hablar al respecto de eso de camino a la oficina —se sonrojó ligeramente—. Es que supe que hoy te verías con Taeyeon y creí que si tu querías... —agachó la mirada apenado sin perder su sonrisa soñadora—, que si tú querías yo te podría llevar.

—Salgo en una hora —aceptó fácilmente antes de regresar a la cocina.

Siguió trabajando poco más de media hora pensando en el moreno, al inicio sobre lo buen amigo que estaba resultando ser el hombre, pero poco a poco esas ideas se fueron transformando hasta terminar recordando sus deslumbrantes ojos cafés. Esas orbes que desde la primera vez que se cruzaron iniciaron una revolución que ya lo habían cambiado por completo sin darse cuenta.

Se quitó su uniforme y se despidió de Jessica, informándole que quedaba a cargo por el resto del día.

Regresó por fin a la mesa donde había dejado a Jonghyun hacia rato, lo encontró pagando la cuenta de su comida al mesero y no evitó notar el guiñó nada discreto que le hizo al abogado quien le regreso una sonrisa amable.

—¿Estás listo? —preguntó al moreno.

El otro asintió alegre y se levantó de la mesa —Gracias por la compañía, nos vemos otro día— se despidió del mesero antes de pararse a un lado del rubio.

—Adiós, Jimin —sonrió forzadamente—. Trata de no desvelarte, recuerda que tienes exámenes pronto.

El menor se sonrojó y agradeció a su jefe antes de regresar a su trabajo. Taemin se enorgullecía de conocer muy bien a sus empleados al grado de poder entablar conversaciones personales con cada uno, los consideraba como su familia a este punto.

—Es un jovencito encantador —se dirigió a Jonghyun —, trabaja para ayudar a sus padres a pagar su matrícula a pesar de ser tan joven. Prácticamente un bebé.

Rió divertido al darse cuenta de lo que intentaba hacer el menor y también decidió jugar un poco con él.

—No lo sé —se rascó la nuca—, yo lo veo bastante crecido.

—Que va, a duras penas es mayor de edad.

—Eso significa que ya es lo suficientemente grande —lo molestó con un tono y risa burlesca que se ganaron una mala mirada del otro.

—Te prohíbo que coquetees con cualquiera de mis empleados —dijo luego de darle un pequeño golpe en su hombro .

Jonghyun puso su mano izquierda en la espalda del otro para guiarlo hasta la salida sin despegarse de él, aprovechando la cercanía para susurrarle.

—Solo bromeaba, Tae —acarició donde estaba su mano mandando una corriente eléctrica por toda la espina del rubio—. Solo tengo ojos para ti.

Tan pronto como las palabras salieron de la boca del moreno el rostro de Taemin de tiñó de rojo hasta las orejas y de pronto se sintió demasiado caliente.

—Sr. Kim, le recuerdo que sigo casado —contestó entre toda la frustración que le provocaba aquel hombre.

—Puedo esperar —propuso a la par que abría la puerta de su auto para permitir que el rubio entrara.

Dio la vuelta al vehículo con inmensa felicidad, era tal que se podían ver los pequeños saltos con los que caminaba.

—Taeyeon es la mejor, hará que te quedes con todo lo que quieras —comenzó a hablar nuevamente el mayor en cuanto se hubo sentado en el asiento del piloto y arrancado—; tendrás la casa, los autos, la mitad de su salario...

Negó con la cabeza el más bajo —No quiero nada de eso, solo mi auto y mis restaurantes.

Jonghyun lo miró de reojo no muy convencido de sus palabras, conocía el trabajo de su compañera y sabía que en verdad podía conseguir todo lo que le había dicho y no entendía por qué razón no quería quitarle todo al hombre que lo lastimó.

—Si no te lo quedas entonces será para su amante —tanteó terreno para ver que reacción conseguía.

—Bien, podrá disfrutarlo el bebé —contestó en un tono neutral que sorprendió al otro—. Estar en esa casa sería recordarlo constantemente y no lo soportaría, además, lo único que me importan son mis restaurantes por los cuales he trabajado mucho. No me interesa lastimarlo de regreso, solo quiero poder seguir adelante con mi vida sin problemas...

Nunca había estado en esa situación, pero luego de trabajar por varios años junto a Taeyeon sabía que la reacción común a lo que le estaba pasando al chico era buscar lastimar igual o peor a la otra parte, y sin embargo, aquí estaba Taemin listo para tender una bandera blanca. Incluso él había tenido ganas de propinarle un golpe cuando se enteró de lo que había pasado.

—Eres una buena persona —comentó.

—Mi hermano dice que soy más bien un tonto.

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Taemin despertó nervioso de lo que pudiera pasar ese día, o para ser más específico, de la reacción que pudiera tener su pronto ex esposo quien era conocido por tener arranques de ira. Él nunca había sido el receptor de alguno de ellos, pero para todo había una primera vez.

En especial temía porque pudiera ir hasta su restaurante para armar un espectáculo, y todos esos miedos aumentaron hace un par de días cuando recibió una llamada de Jinki.

Miró nervioso a su mejor amigo que se encontraba pintando al otro lado de la habitación, sentado en un taburete con pincel en mano, le regresó la mirada por un segundo y después se fijó en el móvil que vibraba sobre la barra de la cocina.

—Contestas o cuelgas, no es tan difícil, Tae .

Rodó los ojos en dirección a su amigo antes de contestar con inquietud.

—¿Hola?

—¡Tú esposo está loco! —gritó en cuanto escuchó la respuesta, luego murmuró una aclaración de que técnicamente ya no era su esposo antes de volver a levantar la voz—. Está destruyendo todo.

—¿Enserio?

—¡Enserio! Llegó tranquilo como siempre, saludo a todos... por cierto que regresé ayer a trabajar porque mamá se fue a Busan con los abuelos —hizo una especie de pausa para explicar lo segundo—. Pero regresando a Minho; cinco minutos después de que entró a su oficina comenzó a pegar unos gritos horribles que se pueden escuchar desde la calle, y ni hablar del estruendo de las cosas que arroja contra el suelo.

Se escuchó un fuerte ruido del otro lado de la línea que causo una pausa en la conversación y que ambos hombres se alertaran.

—Tengo que dejarte —se despidió rápido—. Creo que ese fue su escritorio, y si fuera tú pondría trabas en la puerta porque lo escuché gritar el nombre de Jongin.

Luego de que la llamada terminó espero todo el día a que pasara algo malo, desde aparecerse por su restaurante a montar una escena o buscar a su mejor amigo para golpearlo, pero algo debió decirle Jinki que lo calmó bastante porque ni ese día ni los siguientes supo nada del moreno, ni siquiera recibió un mensaje suyo.

Y por algún motivo eso solo lo preocupó más.

—Tae, debemos irnos si quieres llegar a tiempo —habló Jongin desde la sala donde ya esperaba a Taemin arreglado.

—Ya estoy listo —respondió saliendo del baño con un traje azul y el cabello perfectamente peinado hacia atrás.

Observó a su amigo tomar las llaves de su auto con una gran sonrisa traviesa y luego las agitó en el aire para que el otro las viera.

Cuando llegaron, Taemin se sintió de inmediato más emocionado que nervioso. Le recordaba a la inauguración de su primer restaurante en un agujero oscuro en medio de la ciudad al que solo sus amigos se atrevían a entrar hasta llegar al actual lugar moderno que le enorgullecía. 

—Tu familia ya está aquí —lo sacó de sus pensamientos el moreno mientras se estacionaba, señaló con la cabeza a la entrada del lugar donde ya había un pequeño grupo de personas.

—También Jonghyun —agregó feliz al ver al mayor con el hijo de Siwon en sus hombros y hablando con Jessica.

Jongin detuvo el auto habiéndolo aparcado correctamente y después se giró para ver directamente a su mejor amigo.

—Suéltalo —llamó su atención—, ¿qué te traes con él?

El rubio se volteó a verlo curioso con una sonrisa burlona.

—Somos amigos, me cae bien.

—Al igual que Jinki y nunca te he visto igual de emocionado por verlo —lo confrontó.

—No me gusta nada tu tono —dijo serio antes de salir del auto y dirigirse hacia la entrada del lugar donde lo esperaban bastantes personas. —Iré adentro a ver como lleva todo Siwon —aviso antes de dar un apretón a la mano del moreno y entrar al establecimiento por una puerta trasera.

Mientras tanto Jongin quería aclarar algunas cosas que le parecían de vital importancia. Inflando su pecho y estirando el cuello lo mejor que pudo caminó hasta el lado del Jonghyun, interrumpiendo su conversación con una mujer.

—Jessica —sonrió y asintió con la cabeza a modo de saludo antes de voltear a ver al hombre—, enano.

Forzó una sonrisa para recibir al moreno —Hola, Jongmin.

—Es Jongin —lo corrigió tratando de disimular su disgusto lo mejor que pudo.

La mujer se removió incomoda en su lugar cambiando su mirada entre los dos y se disculpó para buscar a su hijo, dejando a los dos hombres solos.

—¿Te puedo ayudar con algo? —preguntó con fingida amabilidad el más bajo.

—Quiero saber qué pretendes con acercarte a Taemin —lo miró amenazante, lo suficiente como para hacerlo retroceder un poco.

—Aunque yo quiera más, él me ofreció su amistad y la voy a tomar —alzó el mentón y le devolvió la mirada dura—, supongo que es algo con lo que te puedes identificar.

Carraspeó el moreno con fastidio y tuvo que ser fuerte para poder contener los enormes deseos que tenía en esos momentos de poder sacarlo a patadas, pero sabía que si lo hacía estaría arruinando el día de su mejor amigo.

—Si sabes lo que te conviene no intentarás nada más con él...

Rió con la amenaza que había quedado en el aire —¿Algún otro consejo?— expresó fastidiado de la conversación entre ambos.

—Sí —respondió de nuevo con un aire intimidante que sorprendió al más bajo de los dos—. No te atrevas a lastimar a Taemin... Dejar que se enamorara de un tipo tan malo como Minho fue un error que no pienso volver a hacer.

Con eso se suavizaron las facciones de ambos, de uno por demostrar su lado más vulnerable que era el bienestar de su amigo y el otro por entender el lugar de donde venía el trato tan hostil que estaba recibiendo.

—No conozco a Taemin de tanto tiempo como tú, pero debes saber que se ha vuelto muy importante para mí —con algo de duda colocó su mano sobre el hombro del moreno para calmarlo—. Te prometo que jamás haría algo para dañarlo.

No entendía qué era, pero algo le hizo creer en lo que decía Jonghyun y comenzó a considerar que no sería malo dejar que ambos siguieran acercándose.

—¡Buenas tardes! —habló fuerte Taemin desde la entrada principal del lugar que seguía cerrada con un gran listón rojo—. La mayoría aquí me conocen de hace bastante tiempo y me acompañaron en este gran viaje que fue abrir mi propio restaurante, por eso es un placer para mí informarles que a partir de este momento, el segundo establecimiento de Identity abre oficialmente sus puertas a todo el público.

Todos se reunieron al rededor del anfitrión y observaron como cortaba el listón para hacer oficiales sus palabras. La sonrisa en el rostro del rubio era prueba suficiente para todos de que estaba más feliz de lo que había estado en mucho tiempo y eso también los alegraba a ellos.

Al menos pudo ser feliz por unos instantes hasta que otro hombre llamó la atención de todos, pidiendo permiso para abrirse paso hasta llegar con su el protagonista del evento.

—Lamento llegar tarde —se disculpó antes de rodear la cintura de Taemin con un brazo y dar un beso en su frente—. Ya estoy aquí, cielo.

El rubio se quedó se quedó frío en su lugar, sin saber lo que estaba pasando o lo que debería hacer. Por otro lado, la mayoría de los invitados lo estaban viendo con desprecio, pero ninguno tan mal como Jonghyun.

Para la sorpresa de Minho el primero en reaccionar no fue el moreno que ya esperaba enfrentar con todas sus ganas, sino un hombre de cabello castaño que le parecía vagamente familiar. Este caminó hasta ellos con grandes pasos y tomando su muñeca con fuerza hizo que soltara al pobre chico que no podía creer lo que estaba pasando.

—Por favor pasen todos y sean bienvenidos —dijo con rapidez el rubio en cuanto se vio libre del agarre—, adentro podrán encontraran una variedad de pruebas de los platillos que podrán encontrar diariamente en el restaurante.

Los primeros en entrar fueron las personas que desconocían la historia, seguidos por los más cercanos a Taemin que estaban indecisos si entrar o quedarse afuera en apoyo al chef. Finalmente entraron sin dejar de mirar con malos ojos a Minho que había llegado ultimo.

—¿Entramos, Taemin? — Minho se soltó del agarre de Jonghyun con fuerza.

—¿Qué haces aquí? —preguntó cansado el más bajo.

—Vine a apoyar a mi esposo en un día importante para él —volvió a acercarse a él con la sonrisa que conseguía doblegarlo a su voluntad cada vez que quería.

En eso momento Taemin quiso llorar, pero no deseaba volver a mostrarse tan vulnerable ante el hombre.

—Siempre supe que eras un cretino, pero no sabía hasta que grado —habló por fin Jongin poniéndose entre los dos hombres, asegurándose de cubrir completamente a su mejor amigo con su cuerpo.

—Kim, no me hagas romperte la cara en el día de Taemin.

En ese momento Jonghyun se colocó a un lado del moreno para mostrarle a Minho que estaba en desventaja en la situación. Secretamente esperaba que el hombre se pusiera violento para tener un excusa y poder darle el golpe que tanto había querido desde que vio llorar al rubio en su departamento.

— Taemin, creo que será mejor que entres —le dijo Jonghyun mientras se tronaba los nudillos.

Minho los miró divertido con una sonrisa de lado, pero rápido concentró toda su atención en el hombre que se ocultaba detrás de los otros dos.

—Hasta que la muerte nos separe, Taemin.

Ambos chicos estaban listos para responderle y saltar al ataque, pero fueron detenidos por el mencionado quien los apartó de su camino para quedar de frente con su esposo.

—Por favor vayan adentro —miró a su mejor amigo y luego a Jonghyun con una sonrisa pequeña para decirles que estaría bien.

Ambos dudaron, pero al final entraron al lugar.

—Me humillaste y rompiste mi corazón —sus sonrisa se cayó y en su lugar solo se podía ver la tristeza contenida—. ¿Qué te hace pensar que puedes seguir en mi vida como si nada?

—Déjate de chistes y vuelve a ponerte tu anillo.

El hombre sacó el pequeño objeto de metal de su bolsillo y lo exhibió entre ambos. Incluso tuvo la tonta idea de arrodillarse como si estuviera proponiéndole matrimonio. 

—Vamos, bebé —lo miró con la misma expresión que lo había sometido tantas veces en el pasado—. ¿Acaso no me amas como yo te amo?

Tomó toda la fuerza que aún le quedaba para mirarlo sin ninguna emoción.

—No me gusta tu forma de amar.

Sin duda fue un momento de gran poder para el rubio y fue tan inesperado para Minho que creyó que siempre lo iba a tener en la palma de su mano. Eso solo lo hizo sentirse furioso.

Tomó la muñeca izquierda del hombre parado y al mismo tiempo que se levantaba torció su brazo para ponerlo en una posición dolorosa.

—¡Suéltame!

Contuvo el grito de dolor que luchaba por salir de su garganta, pero se contuvo porque estaba harto de verse débil.

—Dije que te pusieras tu anillo —con fuerza le puso la argolla en el dedo respectivo de su mano.

Enseguida puso el objeto de metal en su lugar, llevó su otra mano a la garganta del rubio, poniendo la presión justa para inmovilizarlo y dificultar su respiración. Taemin luchaba para liberarse, pero su fuerza nunca sería suficiente para ganarle a su esposo.

El chico ya se estaba poniendo morado cuando se pudo escuchar el grito de Jonghyun diciendo que lo iba a matar. Y eso fue suficiente para que lo soltara.

El cuerpo de Taemin cayó al suelo como un peso muerto y eso fue lo que Minho necesitó para terminar de comprender que su relación había terminado para siempre.

—¡Taemin, yo no...! —no tenía palabras.

—Es hora de regresarte el golpe de la otra noche —exclamó Jongin y acto seguido lanzó su puño contra la mandíbula del pelinegro.

—¡Paren! — Jonghyun estaba a punto de darle el segundo golpe, pero su puño se quedó en el aire ante el grito de Taemin.

Este último tenía rojo el cuello, sabía que dolería demasiado el día siguiente pero no lo hacía ahora con toda la adrenalina que corría por sus venas.

—Pero Taemin... —protestó su mejor amigo que quería seguir peleando.

—Chicos, dejen que se vaya —siguió hablando con los ojos cristalinos, luchando por mantenerse fuerte y luego se dirigió a su esposo—. Minho, por primera vez piensa en alguien que no seas tú y déjame en paz.

El hombre quiso defenderse, pero seguía en shock —Lo siento— fue lo único que pudo decir antes de irse del lugar en silencio.

—¡Pudiste dejarme que le diera otro golpe! —gritó molestó Jongin.

—¡O al menos me hubieras dejado dar un golpe! —se quejó Jonghyun.

Ambos hombres estaban quejándose abiertamente mientras daban vueltas lanzando sus brazos en el aire como niños pequeños. Mientras tanto Taemin había dejado de luchar por contener sus lagrimas y había comenzado a llorar silenciosamente.

Cuando los otros dos se dieron cuenta de la situación se detuvieron y corrieron para correr al lado del chico y poder consolarlo.

—Todo va a estar bien — Jonghyun pasó su brazo por sus hombros.

—¿Quieres que te lleve a casa?

Ambos le decían palabras de consuelo al chico, pero no conseguían que este dejara de llorar. Lo único que pudo hacer fue lanzarse a los brazos de Jonghyun y aferrarse a él como si su vida dependiera de eso.

— Tae ... —comenzó Jongin mirando con cariño a su mejor amigo—. Los dejaré solos, por favor háblame si me necesitas.

El mencionado no le respondió, pero Jonghyun asintió con la cabeza y lo miró agradecido por el voto de confianza que entendía le estaba depositando Jongin.

—Tranquilo, yo estoy aquí.

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Esa noche no regresó al departamento de Jongin. Y tampoco se fue con Jonghyun.

En su lugar decidió regresar a casa con su madre en busca de ser consentido y sentirse protegido como solo podía en la seguridad del abrazo de su familia. Así pudo estar tranquilo hasta el día de la conciliación.

Por las mañanas Jongin iba a recogerlo para llevarlo al trabajo y por las noches Jonghyun lo recogía para ir a casa. 

Ahora podía ver con mayor claridad que desde un comienzo tuvo que darse cuenta que ese no era el hombre para él, en lugar de seguir intentando que encajara a la fuerza.

—¿Estás seguro que no quieres que te acompañe, Tae ? —preguntó su madre, acariciando su mejilla con cariño.

El chico negó —Todo estará bien.

—Entonces prepara tus cosas para no hacer esperar a Jongin —le dijo sin demostrar la preocupación que sentía por su hijo.

—En realidad hoy vendrá Jonghyun —una sonrisa se le salió inconscientemente, llamando la atención de su madre—, es más conveniente ya que él trabaja ahí.

—Me agrada mucho ese chico —lo miró divertida—, puedo ver por qué te gusta tanto.

Casi se atraganta con el bocado de comida que acababa de llevar a su boca, llenando de gracia a la mujer por aquella reacción. Estaba rojo hasta las orejas y no sabía cómo responder, si debía negarlo todo o reírse.

—Me hace sentir feliz y en casa —al final se decidió por decir lo que sentía—, pero no creo que queramos lo mismo.

—Yo no estaría tan seguro si fuera tú...

Se quedó pensando en esas palabras, solo siendo sacado de sus pensamientos cuando recibió un mensaje del hombre diciendo que ya lo estaba esperando afuera. Se despidió de la mujer dándole un beso en la mejilla.

—Por favor mándale mis saludos —gritó antes de que su hijo saliera de la casa.

—Taeyeon dice que esto no debería tomar más de media hora... —habló nervioso el moreno cuando ya habían llegado al edificio—. Y yo quería saber si te gustaría hacer algo después.

—No puedo seguir faltando al trabajo —se mordió los labios y lo observaba a través de sus pestañas que no dejaban de revolotear, ni siquiera cuando Jonghyun demostró su decepción—, pero quizás podríamos hacer algo por la noche.

—Me parece perfecto —la emoción lo llenó por completo, incluso hizo que ambos se olvidaran de la razón por la que estaban ahí.

La abogada estaba tan lista para cualquier cosa que incluso estaba lista para amenazar con levantar cargos por agresión física, pero Taemin pidió que no lo mencionara a menos que fuera necesario.

—Hola, Taemin —lo saludó el hombre que todos esperaban con ansiedad.

Venía con un abogado, pero Taemin apenas le prestó atención porque lo más llamativo de la imagen era la actitud que traía Minho, de perrito a medio morir. Apenas y pudo mirar a su esposo cuando lo saludó, y todo lo que pudo ver el rubio era culpa.

—Hola, Minho —le regresó el saludo con el mismo nivel de inseguridad, la cual solo aumento al ver las marcas tenues de sus manos al rededor de su cuello.

Había mucho que ambos querían decir, pero toda interacción entre ellos fue limitada por Jonghyun quien se interpuso entre ambos hombres y posó su mirada dura sobre el recién llegado.

—Por favor pasen, la reunión empezara en un minuto—les indicó con tono profesional y luego se dirigió al recepcionista—. Lucas, por favor lleva a estos hombres a la sala de juntas y después informa a Taeyeon de su llegada.

Ambos siguieron al moreno a la habitación mencionada y Jonghyun se volteó a ver a Taemin en cuanto se quedaron solos de nuevo. Con sus dos manos tomó las del rubio con cariño.

—No te preocupes, estaré en la recepción con Lucas por si las cosas se salen de control.

—Muchas gracias —agradeció dando un apretón a sus manos, saboreando el momento antes de lanzarse a lo que sentía sería una batalla campal. Le dedicó una ultima sonrisa antes de encontrase con su abogada para entrar juntos al salón.

Pero el conflicto nunca llegó.

Minho estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa que Taemin quisiera. Fue la primera vez para ambos abogados en que ninguna de las partes quería pelear por nada. Ambos se quedaron callados y dejaron que sus representantes dijeran todo, manteniendo la mirada gacha, pero viéndose de reojo cada cierto tiempo para ver la reacción que ocasionaba lo que decían.

Al final la reunión duró más de lo que había previsto la chica, pero fue mucho más productiva pues podrían llegar a una conclusión ese mismo día. Todo lo que quedaba era firmar los papeles y oficialmente pasarían a estar separados ante la ley.

—Fue un placer —habló el abogado estirando su mano en dirección al otro lado de la larga mesa y fue estrechada por Taeyeony después por Taemin.

—Lo mismo digo —concordó la chica reuniendo los papeles y colocándolos en su carpeta negra.

Los tres comenzaron a caminar hacia la salida, pero Minho se quedó sentado en su lugar y miró suplicante a su ex-esposo para lo que iba a pedir.

—¿Podemos hablar?

Lo pensó muy bien antes de responder. Mentiría si dijera que no le causaba temor quedarse a solas de nuevo con el hombre, pero solo con ver el arrepentimiento que había en sus ojos sentía que no le haría nada malo.

Miró rápido a la chica para decirle que los dejara solos y después volvió a tomar su lugar sentado en la mesa, quedando frente a frente.

—¿Qué querías decirme? —preguntó luego de que ambos permanecieran en silencio por casi un minuto.

Minho había ensayado muchas veces lo que le diría, estaba listo para repetir todo lo que había dicho esa mañana frente al espejo —Lo siento, sé que fui un esposo de mierda. En especial al final.

—Tuviste buenos momentos —recordó los días felices que compartieron, aquellos a los que Taemin había querido aferrarse el último año—. Yo lamento obligarte a ser amable con todos mis amigos aunque no te agradaran.

Soltó una risa amarga, era típico que el rubio buscara algo de que disculparse a pesar de que toda la culpa de que esto terminara así fuera de él.

—No tienes que intentar hacerme sentir mejor, sé que actué mal —sus ojos se llenaron de lagrimas sin lograr desbordarse—. Siempre supe que tenía problemas para controlar mi ira, pero nunca creí que fueran tan graves, y como nunca me había sentido enojado de verdad contigo no creí que pudiera hacerte daño.

>>Jamás me voy a perdonar todo lo que te hice — Taemin se sintió mal al ver al hombre tan frágil y vulnerable, nada como el hombre fuerte que había conocido—. Cuando te vi caer al suelo la otra noche supe que había tocado fondo y pensé que lo menos que podía hacer era no arrastrarte conmigo. Ayer tuve mi primera sesión de control de la ira y hoy llevaré todas mis cosas a la casa de Yuri. Mañana terminaremos de pintar el cuarto del bebé.

Rió por lo bajo entendiendo por fin el origen de las manchas de pintura y también se sintió orgulloso del camino que había decidido tomar, aunque le doliera que no lo fueran a recorrer juntos.

—A pesar de que decías lo contrario, estoy seguro de que serás un gran padre —intentó animarlo y pudo ver que funcionó cuando todo su semblante cambió por uno más relajado.

—Será fácil porque cada vez que haya un problema solo debo preguntarme qué habrías hecho tú —confesó con melancolía, sonrisa estampada en su rostro. Ambos sabían que este era el adiós y se alegraban de que a pesar de todo aún pudieran terminar con una sonrisa.

—Cuídate, por favor —fue lo último que dijo Taemin antes de salir.

Cuando dejó la sala de juntas se sintió más ligero que esa mañana. Se sintió libre.

Y todo eso solo aumento cuando encontró a Jonghyun esperándolo en la recepción con una sonrisa. Caminó dando brinquitos hasta quedar enfrente del hombre y le devolvió la sonrisa.

—Estoy oficialmente soltero —dijo de forma burlona haciéndolo reír.

—Ya era hora de recibir buenas noticias.

—Ahora tengo que encontrar al hombre que debía llevarme a mi trabajo, porque ya voy media hora tarde —bromeó y fingió buscar por toda la oficina con la mirada.

—¿Un hombre guapo y galante?

—Ese mismo —le dio la razón.

Jonghyun se dejó caer al suelo de rodillas y llevó ambas manos a su pecho del lado donde se encuentra el corazón.

—Creo que podría estar enamorado de ti.

El menor rodó los ojos y lo ayudo a levantarse —Era enserio lo de que voy tarde al trabajo.

—Está bien —volvió a hablar Jonghyun luego de sacudir el polvo de sus rodillas, para guiar al hombre hasta el elevador—, ya seguiremos hablando de esto en nuestra cita.

Se mordió el labio con nervios y emoción mezclados en su interior.

Entonces lo que tendrían sería una cita.

****************************************************************************

Taemin estuvo emocionado todo el día por su primera cita en años. Todos lo pudieron ver luego de la tercera vez que cocinó el platillo equivocado, y ninguno iba a dejarlo vivir sin molestarlo después de eso. 

—Fue un día terrible —se quejó Jimin una vez hubo terminado de limpiar las mesas ya vacías—, me gritaron tres veces por llevar los platos equivocados y más de cinco por tardar en entregar la comida a los clientes... La propina de hoy no alcanza ni para comprar un libro de química.

Taemin lo miró con remordimiento de ser la causa de los insultos dirigidos al más joven de sus empleados.

—Imagina lo que fue picar más de cinco kilos de cebolla porque alguien no bajaba la cabeza de las nubes —le secundo Irene.

Ambos eran los últimos en irse además de Taemin. Entre los tres solían dejar todo limpio y en orden antes de cerrar el establecimiento.

—Yo te compraré los libros que necesitas para la escuela —el rostro del universitario se iluminó y comenzó a agradecer efusivamente al hombre—, pero no esperes que te dé un regalo de cumpleaños el próximo mes.

—¡Esto es equivalente a mi cumpleaños y navidad de los próximos tres años! —el muchacho lo abrazó fuerte y después tomó sus cosas para salir corriendo del lugar en dirección a su casa.

Sonrió con ternura para luego ser sacado de sus pensamientos por la cocinera.

—Sabes que no está exagerando, esos libros no son nada baratos.

—Lo sé, pero no me gusta que siga pidiendo horas extras para poder cubrir gastos cuando podría pasar más tiempo estudiando —se encogió de hombros y la mujer le dio la razón con un asentimiento.

—Todos lo apreciamos —rodó los ojos sin perder la sonrisa de su rostro—. pero ahora que se fue a casa es momento de que me digas por qué has estado tan distraído todo el día.

Mordió su labio con la intención de ocultar su sonrisa.

—No les había querido decir nada, pero Minho y yo nos separamos. Hoy legalmente soy un divorciado más en la sociedad.

—¿Y eso es lo que te tiene sonriendo cada dos segundos? —cuestionó divertida—. Entiendo que era un idiota, nadie aquí lo decía a pesar de que todos lo pensáramos, pero sé que eso no es todo lo que te tiene así.

Dejó de ocultar su sonrisa, comenzó a apagar las luces del lugar y a encender la alarma. Ambos llevaban puestos sus abrigos mientras se dirigían a la salida.

—Es que hoy tengo una cita.

Como si hubiera recibido una señal, Jonghyun bajó de su auto donde estaba esperando para caminar hasta la entrada del lugar y saludar. Ofreció su mano y la chica la tomó sorprendida, pensando por qué el chico le parecía tan conocido.

—¿Estás listo? —preguntó el moreno una vez Taemin hubo cerrado el restaurante con llave.

—Seguro —se acercó a él para caminar al vehículo, pero se dio la vuelta hacia la chica antes de subir—, ¿quieres que te acerquemos a algún lugar?

—No gracias. Mi motocicleta está en la esquina.

Ambos hombres se despidieron agitando la mano en el aire y después de fueron en el auto.

Cuando Taemin y Jonghyun estuvieron juntos en el auto se pusieron nerviosos nuevamente.

—¿A dónde quieres ir? —preguntó el dueño del auto luego de haber llegado a la esquina.

—No lo sé —agachó la mirada apenado mientras jugaba nervioso con el cierre de su abrigo—. Jamás había tenido una cita tan tarde...

Aún faltaba cerca de una hora para la media noche, pero la mayoría de lugares que el mayor consideraba decentes para una cita ya habían cerrado.

—Podemos ir a algún bar, un mirador o...

Se mordió la lengua para evitar que lo último saliera de su boca, temía que lo mal interpretara si lo invitaba a su hogar y de esa forma arruinar la oportunidad que tenía.

—También podríamos ir a tu departamento.

Jonghyun lo miró sorprendido causando que el rubio se sonrojara furiosamente y tratara de ocultar su rostro entre sus manos.

—Si tú quieres...

El rojo de sus mejillas estaba igualando al de su acompañante, este último se atrevió a quitar sus manos de su rostro para mirarlo de soslayo.

—Si no hay problema contigo, después de todo solo estaríamos conversando.

—Podría preparar algo de té o abrir una botella de vino —ofreció y comenzó conducir hacia su dirección.

Ya había compartido cama —aunque no de manera sexual— y aún así saber que el menor estaría de nuevo en su departamento le llenaba de emoción mezclada con un poco de nervios.

Subiendo el elevador ambos sentían sus corazones latir más rápido que nunca.

Y solo sentarse en el mismo sillón causó que sus respiraciones fueran irregulares.

Pero solo basto que empezaran a hablar para que ambos se perdieran en los ojos del otro y pudieran abordar cualquier tema que se les pudiera venir a la mente en esos momentos.

—Mejor cuéntame la historia detrás del nombre del estudio de Jongin —dijo un poco más fuerte que sus otros murmullos.

Agachó la cabeza sonrojándose levemente, lo cual no pasó desapercibido para el mayor —Es que cuando Nini se hizo su primer tatuaje... — Jonghyun soltó un fuerte gruñido en parte debido al apodo cariñoso, pero mayormente porque justamente en ese momento sonó el timbre—. ¿Esperabas a alguien?

—No que yo sepa...

Se levantó lento del sofá en el que estaban sentados para atender la puerta, llevó la mano a la perilla con inseguridad al tener algunas ideas de quien podría estar del otro lado.

La abrió solo un poco para preguntar quién era, pero una mano fue rápida en abrir la puerta por completo de un empujón. Taemin giró asustado por el impactó ocasionado y se encontró con un rubio, alto y delgado que no perdió el tiempo en lanzarse a los brazos de Jonghyun y darle un beso en los labios.

—No perdamos tiempo y llévame a la cama —el hombre frente a él se petrificó en su lugar y dirigió su vista al sillón en busca de la reacción del rubio, pero el primero en reaccionar fue el recién llegado que acababa de reparar en la presencia del segundo hombre—. No esperaba un trío esta noche, pero nunca puedo rechazar uno.

—Baekhyun, esta noche no podremos hacer nada —volvió a llamar su atención el moreno.

Baekhyun le regresó la mirada con un puchero —Pero tendremos que esperar otro mes para que vuelva a venir a Seúl.

Taemin se levantó de su lugar entre molestó y triste.

—No será necesario que pospongan su encuentro mensual —dijo la última palabra con resentimiento—, creo que ya es hora de que me vaya.

— Taemin...

Jonghyun quiso detenerlo, pero el chico le dio otro beso más rápido en los labios.

—Es una pena que no puedas acompañarnos —Baekhyun lo miró con otro puchero que no hizo más que molestar al rubio.

—¡No! —gritó el dueño del lugar alarmando a los presentes, haciendo que se quedaran inmóviles en sus lugares—. Baek, te pediré un taxi para que te lleve a donde tú quieras, pero no podemos volver a tener sexo.

—¡Pero Jonghyun!

—Y Taemin —se dirigió a este, estremeciéndolo por completo con miedo—, por favor no te vayas sin que aclaremos esto.

Asintió sorprendido y se volvió a sentar en el mismo lugar mientras veía como el moreno llamaba un taxi y acompañaba al muchacho a la salida del departamento. Luego del primer grito del hombre esperó una reacción más violenta, pero en su lugar actuó calmadamente.

No es Minho, se recordó a sí mismo cuando el hombre se sentó de nuevo y tomó sus manos con cariño, expresando todo su afecto con los ojos.

—Lamento mucho eso —comenzó a disculparse cuando volvieron a estar solos.

Este es Jonghyun, hubo un malentendido y busca aclararlo.

—No tienes que disculparte, tú y yo no somos nada.

—Pero quiero que lo seamos —habló serio, sin ningún rastro de duda en sus expresiones—. No mentía cuando dije que me estaba enamorando de ti.

—Recién acabo de divorciarme...

—Si quieres ir lento, iré lento. Si quieres esperar, esperaré —estaba dejando que salieran las palabras que su corazón le decía—. Y si al final no puedes enamorarte de mí, yo seguiré siendo tu amigo, lo que tú quieras solo debes pedirlo y yo lo seré.

Minho te había amado y eso no le impidió engañarte. Sabía que no era justo para Jonghyun que los comparara, pero no podía evitar tener preocupaciones respecto a empezar otra relación.

—Una vez me dijiste que todas las personas son infieles —expresó su temor—, y yo no creo poder aguantar otra cosa así.

Jonghyun tragó duro, arrepintiéndose de las palabras que alguna vez pronunció porque viendo a esos hermosos ojos chocolates no podía contemplar la idea de que alguna vez quisiera estar con alguien más.

—Yo estaba equivocado y tú tenías razón. Nadie realmente enamorado sería infiel —movió su mano derecha para ponerla sobre la mejilla del rubio, acariciándola con suavidad—, y como puedes ver estoy cayendo muy rápido por ti.

Una parte le decía que no creyera tan fácil las palabras del hombre, pero solo ver sus ojos era suficiente para deshacerse de todas esas inseguridad que quedaron como secuela de su matrimonio. Quería creer en él.

Lo iba a hacer.

—Ninguno de los dos se dio cuenta, pero creo que saltamos al mismo tiempo —le dedicó una sonrisa para apoyar lo que decía.

Solo tardaron segundos en comenzar a besarse.

**********

Ambos rieron mientras entraban, todavía espalda contra pecho.

Taemin podía sentir a Jonghyun endurecerse contra su trasero y se meneó un poco mientras Jonghyun cerraba la puerta.

—Al fin solos, — Jonghyun murmuró al oído. —Nadie te puede salvar ahora.

—Mmm. No quiero ser salvado. — Había un momento para bromas y un momento para la acción, y Taemin estaba listo para tener a su amante en la cama. Se separó y giró el cerrojo, y luego subió las escaleras de dos en dos.

Oyó a Jonghyun haciendo lo mismo después de sólo una breve pausa y sonrió. Las grandes lámparas de la sala principal se encendieron cuando dio al interruptor en la pared al pasar por delante, luego se dirigió por el pasillo hacia la habitación principal.

Al principio, cuando planearon esta noche, había considerado tener champán y velas y todo tipo de accesorios, pero luego había pensado mejor en él y Taemin.

Hubo un último momento para la apreciación mutua, luego, comenzó la carrera para ver quién podía quitarse la ropa más rápido. Para el momento en que estuvieron desnudos, ambos estaban duros y Taemin estaba más que listo para hacer algo al respecto.

—Fóllame esta noche. — Se sentó en el borde de la cama y Jonghyun se colocó entre sus piernas. Las manos de Taemin fueron automáticamente al culo de Jonghyun, acariciando y amasando los firmes montículos.

—¿Es eso lo que quieres... primero?

Taemin gimió mientras evocaba visiones de escena tras escena.

—Eres un... — Su cerebro se cortocircuitó mientras Jonghyun pasó la mano por la erección de Taemin, acariciándolo.

—¿Un...? — Jonghyun continuó molestándolo, girando su mano sobre la cabeza del pene de Taemin y haciéndole anhelar un toque más firme.

—Mmm. ¿Qué?

Jonghyun empujó a Taemin sobre el colchón luego se puso a horcajadas sobre él, apoyando las manos en sus hombros. Se lanzó en un beso que puso la líbido de Taemin por las nubes, la lengua de Jonghyun imitando lo que esperaba que pronto estarían haciendo, follar la boca de Taemin y poseerlo.

Cuando Taemin estaba sin aliento y dolorido, Jonghyun retrocedió y se puso de pie, luego se arrodilló entre las piernas de Taemin, los ojos a la altura de su agujero.

—Dios. Jonghyun...

Dedos resbaladizos se frotaron contra él, desapareciendo y luego regresando. Uno le penetró con facilidad, y Jonghyun comenzó a follarlo lentamente con los dedos, estirándolo.

—¿Podrías, por favor, follarme de una vez?

—Me encanta cuando lo pides tan cortésmente, con por favor y todo. — Jonghyun continuó su asalto, pero esta vez deslizó su boca a lo largo del eje de Taemin y luego retrocediendo.

—Esto es una puta provocación.

—Sí, y veo que te encanta.

—¡Jonghyun!

Jonghyun había envuelto su polla en la calidez de su boca, lo cual casi hizo que Taemin se perdiera. La combinación de su tacto, sus labios y su lengua le estaban conduciendo a la distracción.

A punto de estallar, gimió con alivio y frustración cuando Jonghyun se apartó para colocarse un condón. Añadió un poco de lubricante en su mano, luego levantó esa hermosa y gruesa polla mientras se ponía sobre Taemin, todavía extendido ante él. Sin embargo, no podía sentir ninguna vergüenza, no con Jonghyun.

—Arrástrate hasta la cabecera de la cama, — Jonghyun instruyó y Taemin le sostuvo la mirada mientras se movía hasta su lugar. Jonghyun trazó un camino de besos por la pierna de Taemin, luego se burló de él, obviando su fibrosa verga en favor de trazar su hueso de la cadera.

Incapaz de esperar un minuto más, Taemin alcanzó a Jonghyun y lo desequilibró por lo que cayó encima de él. Dios, amaba la sensación del peso de Jonghyun presionando sobre él.

Jonghyun debía haber tenido suficiente de burlas también porque no desperdició tiempo en enderezarse lo suficiente como para colocar su pene en la entrada de Taemin. La presión aumentando hasta que la cabeza atravesó el músculo, incómodo al principio, pero al mismo tiempo poseyendo a Taemin de una manera de la que nunca se cansaría. Centímetro a centímetro Jonghyun descendió hasta que su pecho descansó en el de Taemin, luego flexionó sus caderas poco a poco para conducirse más profundamente dentro de su culo.

Con el peso de Jonghyun en él, Taemin no era capaz de llevar una mano a su pene, por lo que en lugar de eso pasó las manos por la espalda de Jonghyun, después, a su culo. El malestar había pasado y ahora cada empujón levantaba el deseo de Taemin aún más. Jonghyun hizo una especie de flexión, y Taemin agarró su pene, dando unos tirones desesperados y apretando su agarre.

— Jonghyun, Jonghyun.

—Síii.

El siguiente empujón lo llevó al orgasmo, y gritó cuando se derramó a borbotones sobre su estómago.

—Oh, sí. — Jonghyun no se detuvo, buscando su propio clímax, y Taemin ayudó lo mejor que pudo, arrastrando sus dedos por los pezones sensibles de Jonghyun, frotándolos y pellizcándolos a la vez que trabajaba la polla de Jonghyun en su canal.

Jonghyun gimió. Metió los brazos bajo los hombros de Taemin, ahuecándole la cabeza y devorando su boca con un beso profundo mientras se corría, sujetándose con fuerza contra Taemin por un momento antes de que las sacudidas de su cuerpo le robaran el ritmo.

El beso se prolongó hasta que se vieron obligados a separarse con el fin de limpiar. Jonghyun entró en el baño y Taemin oyó el agua corriendo, pero él fue cayendo en un poderoso efecto post-orgásmico, por lo que apenas se limpió el estómago con un par de toallas y luego se arrastró hacia el lado opuesto de la cama.

La cama se movió y se hundió cuando Jonghyun se puso en su lado y los tapó a ambos con las mantas. Atrajo a Taemin en sus brazos y su respiración se reguló lentamente.

—Buenas noches — Jonghyun susurró en su oído.

—Buenas noches.

—Felices sueños esta noche, ¿eh?

Taemin estaba ya medio dormido, pero asintió.

—El mejor, — logró decir, y de alguna manera supo que iba a ser verdad.

****************************************************************************

Al principio Taemin tenía sus dudas sobre la fidelidad de Jonghyun, y algo de lo que ni siquiera el moreno lo podía culpar.

Su miedo no era algo que estuviera presente en todo momento de su relación ya que por lo general se enfocaba en disfrutar su tiempo con Jonghyun, y sin embargo las demás personas parecían querer discutirlo a cada rato. Desde Jinki y Jongin como un par de amigos preocupados porque volvieran a lastimar al rubio.

El miedo era pequeño pero que después de casi dos años seguía ahí, y Taemin mantenía sus dudas de si deberían estar juntos. Pero todas esas dudas se disiparon una noche en que se verían en un restaurante para celebrar el nombramiento de Jonghyun como socio de la firma de abogados para la que trabajaba.

Con Minho estaba acostumbrado a que el otro llegara muy tarde y en más de una ocasión ser plantado, pero con Jonghyun era todo lo contrario. Nunca más tuvo que esperar por más de cinco minutos en sus citas.

De hecho, esta vez era él quien venía llegando tarde y cuando llegó, pudo encontrar a su novio leyendo algo en su teléfono mientras una chica morena se sentaba en el que debía ser su lugar. Se detuvo un poco lejos para ver como terminaba la situación sin que Jonghyun supiera que estaba viendo.

—Hola, mi nombre es Seulgi. Mucho gusto.

La mujer se presentó con coquetería.

Taemin bufó un poco ante lo obvia que resultaba la chica con su vestido , tratando de juntar los brazos para que sus pechos se vieran más voluminosos y batiendo sus pestañas como si fuera una niña inocente.

— Kim Jonghyun—respondió serio apenas levantando su vista del aparato—. El lugar está ocupado.

—No te ves como alguien a quien deberían dejar esperando —se estiró por sobre la mesa para acariciar lentamente las manos del hombre y bajara su celular—, ¿por qué no nos vamos juntos a otro lugar?

Quería caminar hasta la morena para quitarla de su lugar con una patada, pero, por otro lado, quería ver cómo terminaba la situación sin que él interviniera.

—Lo siento, pero no estoy interesado en ir a otro lugar.

—Entonces puedo acompañarte a cenar.

La chica procedió a hacer una seña con la mano a un mesero para que les llevara la carta e inmediatamente Jonghyun agitó las manos en la misma dirección para indicarle al joven que no lo hiciera todavía.

—Por favor, vete —pidió amable el moreno, en su voz se podía escuchar el fastidió aunque tratara de disimularlo por su creencia de que todos debían ser tratados con amabilidad.

—Vamos, no puedo regresar así con mis amigas —señaló con su cabeza a una mesa detrás de ella donde habían otras tres chicas que se veían de la misma edad que ella. Todas los observaban con fascinación.

—No es mi problema. Por favor, vete —volvió a decir, pero esta vez con un tono más duro que hizo a la chica erguirse de golpe sin pararse del asiento.

Se podían ver todas las intenciones de la chica de seguir insistiendo para tratar de convencer al hombre, pero Taemin ya había visto más que suficiente como para confiar plenamente en él, así que decidió intervenir parándose frente a la mesa.

—Lamento llegar tarde, amor. ¿Ella es tu amiga?

—La verdad es que no la conozco —contestó preocupado—, ella ya se iba.

—¿Lo estabas esperando a él? —preguntó con clara confusión en el rostro—. Eso explica porque no te quisiste ir conmigo.

La chica miró detenidamente al recién llegado e hizo una mueca antes de levantarse con lentitud y altanería. Se movió del lugar y se dio la vuelta para regresar a su lugar.

—Te juro que no es lo que parece —se apresuró a aclarar para evitar molestar a su novio.

—Tranquilo, escuché lo necesario —que había sido prácticamente toda la conversación, pero el moreno no tenía por qué saber eso.

—Yo jamás te engañaría.

Ya lo había escuchado antes, y nunca había sido cierto. Incluso los dos novios que tuvo antes de Minho le habían sido infieles, pero, aunque había tenido muchas malas experiencias antes, en ese momento sintió que por primera vez se lo decían enserio.

—Lo sé —lo miró con cariño y una sonrisa se escapó de sus labios—. Te amo.

Jonghyun también tenía sus propios temores, siendo el más grande que en algún momento se aburriera del rubio y lo lastimara, o peor aún, que Taemin se cansara de él y lo dejará por alguien mucho mejor.

Ese temor iba y venía en sus peores momentos, pero a diferencia de su novio, no lo tenía tan constante en su vida. Y cada vez era menos frecuente.

Solo un par de meses en la relación y ya sabía que era imposible cansarse de su compañía. Cada vez que se veían le brindaba un sentimiento de emoción como solo ganar un caso importante lo hacía, y a la vez lo hacía sentir tanta calma como cuando era pequeño y su madre le cantaba para dormir.

—Yo también te amo.

Se miraron por varios segundos, tratando de atrapar en su memoria cada pequeño detalle de la escena que tenían ante sus ojos. Era exactamente igual a todas las demás, pero cada uno la sentía especial por sus propios motivos, tal vez fuera porque Taemin planeaba ir a buscar anillos de compromiso al día siguiente o quizás fuera porque una mano de Jonghyun jugueteaba en el interior de su bolsillo con una pequeña caja negra de terciopelo que contenía la argolla dorada que había recogido esa misma mañana.

—¿Desean algo de beber mientras leen la carta? —ofreció un mesero que los sacó de sus pensamientos.

Ambos tomaron las cartas que este les ofrecía. Taemin quería pedir una copa de vino, pero Jonghyun fue rápido en ordenar una botella de champaña para ambos haciendo que el mesero abandonara la mesa.

La cena transcurrió tranquilamente como era de esperarse, comieron y platicaron de cualquier cosa que se les viniera a la mente sin darse cuenta de cómo transcurría el tiempo ni de las personas que comenzaban a irse del lugar.

Jonghyun no estaba preocupado pues había confirmado con el dueño del lugar —un viejo cliente que le tenía mucho aprecio— que podían quedarse aún pasada la hora de cierre del lugar. Lo único que tenía que hacer era mantener a Taemin completamente concentrado en él para que no notara los pequeños cambios que los empleados estaban haciendo al restaurante.

Se habían apagado las luces principales para que las luces de navidad colgando de las paredes oscuras de madera y las tres velas blancas de su mesa fueran la única iluminación, la música de fondo de las bocinas había sido remplazada por un violín.

—Perdón, imaginó que debes de estar muy cansado —comentó el abogado seguro de que ya era el momento adecuado.

—¿Por qué debería estarlo?

No recordaba haber dicho que haría algo diferente de lo habitual y desde que había llegado no dijo nada respecto a sus actividades por lo que no entendía de dónde venía el comentario.

—Digo, debes estar cansado de estar todo el día dando vueltas en mi cabeza.

Por supuesto que rodó los ojos, pero no pudo evitar sonrojarse ni sonreír como un adolescente enamorado.

—¿De dónde sacas todas esas líneas tan cursis?

—Mis deseos de hacerte sonreír.

—Debes estar realmente loco por mí —apartó su mirada avergonzado, pero sin dejar de sonreír.

Trago muy duró, luchando porque los nervios no lo traicionaran en el último segundo—. Estoy sincera, intensa y profundamente enamorado de ti.

Cuando Taemin regresó la vista al frente, se encontró con que Jonghyun ya no estaba en su asiento sino arrodillado en el suelo justo frente a él y sacando la pequeña caja de su bolsillo. Con sus pequeñas manos cubrió su boca que se había abierto por la sorpresa de la imagen ante él, la emoción eclipsando lo divertido que le parecía que ahora ya no tendría que pedirle a Jongin que lo acompañara a la joyería.

—¿Te quieres casar conmigo?

Vio el anillo dorado que reposaba delicadamente sobre las almohadillas . Primero solo pudo asentir vigorosamente con la cabeza y después de dio cuenta de que no estaba hablando.

—Sí quiero —se arrojó al suelo para abrazar al moreno que se tambaleó un poco por el impacto que produjo el choque de sus cuerpos, pero atrapándolo con los brazos abiertos después de todo—. Sí quiero. Sí quiero.

Comenzó a besar sus labios mientras seguía repitiendo entre suspiros las mismas palabras hasta que decidió que había quedado más que claro su respuesta.

—Espero que no te moleste, pero le pedí a tu madre su permiso hace un par de días —se rascó la nuca avergonzado.

—¿Lo hiciste?

—Sí, tu hermano me ayudó un poco a planear esto —el rubor siguió expandiéndose por su rostro.

El menor no estaba sorprendido de que su familia lo hubiera apoyado ya que adoraban al mayor, pero eso no significaba que la noticia no lo hiciera sentir en las nubes.

—Gracioso, yo le pedí a tu madre su consentimiento ayer —agregó separándose un poco del hombre—. ¿Vas a ponerme el anillo o está pegado a la caja?

—Por supuesto, es para ti —sacó el anillo de su caja y lo tendió frente al otro hombre—. Está grabado por dentro.

Lo tomó con cuidado y lo llevó cerca de su vista para poder leer "J & T" junto a un pequeño corazón. Sus ojos se aguaron un poco de felicidad cuando se puso el anillo y lo miró por algunos segundos.

Jonghyun se paró rápido y después levantó al rubio en sus brazos para darle vueltas en el aire, felicidad rodeando la escena mientras se abrazaban y murmuraban suaves "te amo" en el oído del otro, ambos encerrados en su propio mundo que los abrazaba cálidamente.

—Solo para estar seguro... Hablamos de un matrimonio abierto, ¿cierto?

Taemin frunció el ceño y se removió un poco en sus brazos para que lo soltara, sabía que no lo decía enserio, pero igual iba a profundizar en eso.

—¿Eso es lo que quieres realmente? —jugueteó con el cuello de la camisa de Jonghyun.

Ahora fue el turno del bromista para fruncir su ceño, esperaba que se enojara y montara una pequeña escena para después calmarlo con otro beso y conseguir un poco de sexo con un Taemin molesto, el cual siempre resultaba demasiado divertido.

—¡No! —hizo un puchero—. ¡Debías decirme que tenemos que querernos y sernos fieles el uno al otro por el resto de nuestras vidas!

—¿Eso es lo que realmente quieres? —repitió burlón.

—¡Sí!

Acarició su anillo sin perder su tono juguetón, pero permitiendo que su amor por el mayor se plasmara en toda su cara.

—Está bien, nada de infidelidades.

Jonghyun sonrió satisfecho porque jamás había estado tan seguro de algo en su vida como lo estaba ahora. 

FIN

Notas finales:

Espero actualziar más seguido.

Gracias por leer :)


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