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JONGTAE ONE SHOTS (100% LEMON) por Caroand

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Notas del capitulo:

Olis, un nuevo one-shot después de mucho tiempo.

Enjoy it :)

—Los paramédicos voluntarios ya están aquí.


Jonghyun levantó la cabeza y dio un vistazo a Siwon de pie en la puerta. Dejó su lápiz sobre el escritorio y plegó sus manos sobre el escritorio. —¿Paramédicos?


Siwon sonrió. —Si. Ven a conocerlos. Y deja de obsesionarte. Es el primer juego de la temporada, y estamos tan listos como se puede llegar a estar.


Haciendo una mueca, Jonghyun se levantó y encaminó hacia el otro entrenador. No lo llamaría amigo, todavía, pero el hombre era bueno en su manera de conocerlo bien. Tan bien como le permitía a cualquiera conocerlo, de todas formas.


—¿Paramédicos? ¿La escuela contrata paramédicos? — preguntó, curioso. No recordaba que eso ocurriera en sus días.


Bufando, Siwon meneó su cabeza. —No. Son voluntarios.


Jonghyun asintió una vez, dirigiéndose al otro hombre. —Bien, si tú lo dices —murmuró.


—Como dije. Deja de obsesionarte —ordenó Siwon, palmeando su hombro mientras le sobrepasaba.


Dándole una sonrisa torcida, Jonghyun se encogió de hombros. —Es mi primer juego como entrenador jefe. ¿Qué esperas?


Asintiendo, Siwon bajó su voz un tanto mientras respondía. — Oye, relájate. El primer par de partidos son para descubrir las áreas problemáticas y reparar espacios. Sabes eso.


Jonghyun asintió. Desde su tiempo como jugador que sabía eso.


—Además —continuó Siwon, bromeando— los chicos están listos. Hiciste un trabajo poniéndolos en forma.


Sacudiendo la cabeza, Jonghyun se metió las manos en los bolsillos de su chaqueta. —¿Dónde están los paramédicos?


Siwon simplemente meneó la cabeza y comenzó a dirigirse hacia el pasillo.


En su camino, pasaron por el cuarto de cambio. Jonghyun asomó la cabeza y gritó—: ¡Hey, estén listos en quince minutos! — deslizó su mirada por los chicos a los que alcanzaba a ver y se detuvo en el jovencito más cercano que le asentía. Unos pocos en la parte trasera parecían estar pendientes de alguien al otro lado del pasillo. Ladeando la cabeza, escuchó el golpe de un casillero y un gruñido.


Jonghyun miró hacia Siwon y levantó su dedo índice, pidiéndole un minuto. Se encaminó a lo profundo del cuarto. Los chicos que tenía cerca dieron un paso atrás, con la confusión en sus rostros, diciéndole que si algo extraño ocurría en la parte posterior, ellos no estaban al tanto.


De todos modos, cuando los adolescentes cerca del fondo lo vieron, sus ojos se agrandaron y alarmaron enseguida.


Otro golpe seguido de unas palabras gruñidas tan despacio que Jonghyun no pudo entender, le hizo acelerar el paso. Pasó más allá de los espectadores que le observaban boquiabiertos y rodeó el pasillo. Tras ver a tres chicos amontonados, Jonghyun frunció su ceño. Mientras dos de ellos ya llevaban puestos sus pantalones, el otro solo llevaba una toalla.


—¿Qué está pasando? —espetó Jonghyun.


Las cabezas de los tres chicos se giraron para mirarlo —Nada, entrenador. —Ladró Jongin, su profunda voz sonando un tanto insegura.


Jonghyun detectó otra figura, esta otra sentada sobre el banco casi debajo de los otros dos hombres. Se encogió en sí mismo. Vio los brazos desnudos razonablemente musculosos y Jonghyun luchó para ubicar al que los otros tres jugadores habían estado ocultando.


—¿Lucas? —llamó Jonghyun —. ¿Te sientes bien ahí?


Levantó la cabeza y encontró su mirada. —Sí, entrenador. —No hizo más que susurrar—. Estoy bien.


Jonghyun evitó que sus ojos se entrecerraran. En su lugar, deslizó su mirada por el grupo y descubrió el anillo en la mano derecha de Taeyong. Sus sospechas comenzaron, pero no podía hacer mucho si ninguno de los chicos le decía la verdad.


Al menos, podía alejar a Lucas de los abusadores. Señaló la herida sangrante sobre la sien del chico, luego indicó hacia adelante. —¿Chocaste con el casillero? —le preguntó, no esperando una respuesta—. Suerte para ti, los paramédicos ya están aquí. Ven. Vamos a que te revisen.


La mandíbula de Lucas se abrió por un segundo, entonces la cerró antes de decir— Estoy bien, entrenador. Sí, solo choqué contra el casillero. Es solo un rasguño.


—Dejaremos que los paramédicos juzguen eso. —Declaró Jonghyun, su tono firme, no tolerando ningún argumento—. Vamos. —Una vez que Lucas comenzó a moverse, tomó una camisa y tiró de ella por su pecho desnudo en el camino, Jonghyun miró sobre su hombro y señaló al par de suplentes — Cuando terminen de vestirse, traigan el equipo de Lucas y encuéntrense con nosotros escaleras arriba. —Continuó observando al resto del grupo de chicos y gritó— : Diez minutos. ¡Muevan sus culos!


Todos se dispersaron y Jonghyun llevó a Lucas hacia el final del pasillo donde Siwon esperaba. —¿Dónde están esos paramédicos? —señaló que el chico debía seguir al coordinador defensivo, entonces hizo lo mismo.


—Seguro. —Replicó Siwon.


Antes que el hombre se girara, Jonghyun se fijó en la cuestionadora mirada de Siwon. Le dio al hombre una sonrisa apretada y un rápido asentimiento, intentando transmitirle que se lo explicaría más tarde. Siwon pareció entenderlo, porque asintió brevemente, y entonces se volvió y dirigió pasillo abajo.


—Por aquí. —Les señaló.


—Después de ti, hijo. —Declaró Jonghyun, indicándole a Lucas que siguiera a Siwon.


Jonghyun los siguió fuera del edificio hacia el campo. Alguien había levantado una tienda de campaña una docena de pasos al extremo sur, justo detrás de las pistas de atletismo que rodeaban el campo. Cuando llegaron al frente, descubrió parte de la carpa abierta atada a los extremos y vio a dos hombres moviéndose dentro de los confines de la sombra.


—Entonces, ¿cuál es el punto de una conversión de dos puntos si en realidad ninguno va tras de uno? —el tipo de cabello rubio preguntó, cruzando los brazos sobre su pecho, mientras fruncía el ceño al hombre de pelo oscuro.


Incapaz de evitarlo, Jonghyun sonrió, entretenido ante la obvia confusión del lindo chico. Espera, ¿lindo chico? ¡Oh, mierda, no! No está pasando. No había posibilidad alguna de que fuera a permitirse distraerse ahora... especialmente no por algún tipo delgado que obviamente no entendía el futbol.


Ambos hombres detuvieron su conversación y giraron hacia ellos.


La mirada del rubio aterrizó primero sobre Siwon, entonces se movió a Jonghyun y pareció congelarse, mirándole de arriba a abajo. Por un segundo, Jonghyun creyó que el tipo lindo lo estaba comprobando, pero entonces rápidamente avanzó y se concentró en Lucas. Sus cejas se unieron mientras daba un paso adelante y ahuecaba el rostro del adolescente, inclinándolo hacia arriba un tanto. —Maldición. ¿Qué te sucedió? —sobre su hombro, le frunció el ceño a su compañero—. ¿Qué pasó con tu casi nunca hay lesiones?


Siwon aprovechó ese momento para adelantarse. —Un par de nuestros chicos tuvieron un desacuerdo en el vestuario. —Declaró categóricamente. Le dio a Lucas una mirada llena de reproche—. No creas que no seguimos esperando una explicación para esa pelea — espetó el coordinador defensivo—. Y no, no creo que hayas chocado contra el casillero.


—Bueno, creo que eso puede esperar. —Declaró el paramédico rubio—. El tajo es profundo. Necesito limpiarlo, pero pienso que un par de puntos serán necesarios.


—Eso no evitará que juegue si soy requerido, ¿o sí? — preguntó Lucas, claramente alarmado.


Jonghyun apretó el hombro de Lucas y lo condujo hacia una muy poco sólida, cama cercana. —Siéntate —Ante el preocupado rostro, apretó el hombro que sostenía y declaró —: Y vas a estar bien para el juego. —Levantando una ceja, miró hacia el rubio, esperando su confirmación.


El desconocido pareció entenderlo, ya que asintió e indicó la cama. —Toma asiento allí, Lucas. Soy Lee Taemin. Uno de los paramédicos voluntarios. —Se mantuvo hablando mientras miraba sobre su hombro al paramédico pelinegro, que medía tal vez 3 centímetros más que Taemin — Él es mi compañero, Lee Jinki. No te preocupes. Cuidaremos bien de ti. 


Evidentemente, Siwon conocía al hombre, ya que declaró— : Estás en buenas manos, Lucas. Estos chicos saben lo que hacen. —Jinki le dio un guiño a Siwon y sonrió, entonces se giró y comenzó a ayudar a Taemin con la limpieza de la herida.


—Bueno, definitivamente puedo ver una herida con forma de V aquí. —Murmuró Taemin, su concentración sobre la herida. Se detuvo un segundo para mirar a Jonghyun antes de devolver su atención a Lucas—. Y te las arreglaste para golpearte con el casillero malditamente fuerte. Más fuerte de lo que cualquier tropezón haría, eso seguro. —Espetó, sus ojos entrecerrados en obvia especulación.


Ya que Taemin se ocupaba inspeccionando la herida, Jinki le frunció el ceño al joven. —¿Vas a decirnos cómo conseguiste esto?


La piel de Lucas enrojeció, mientras murmuraba algo.


—Te pondré una inyección para adormecer esta área. — Declaró Jinki—. ¿Tienes alguna alergia que yo debería conocer?


—No, señor. —Susurró Lucas.


Jinki asintió. Posicionó la aguja cerca de la piel del chico y miró por encima de su hombro. —Supongo que deberíamos comprobarlo. ¿Está en orden todo ese papeleo que nos autoriza a administrar tratamiento médico?


Siwon asintió con un movimiento de cabeza. —Sip.


La atención de Taemin finalmente dejó la herida que inspeccionaba. —Uh, sabes que esto no es una amenaza para la vida, ¿cierto? ¿Qué dicen los datos en tus documentos? ¿En verdad podemos tratarlo?


Jonghyun recordó el texto de los documentos que había hecho llevar a cada jugador a casa para que sus padres firmaran. Puede asumirse responsabilidad médica para heridas que fueran diagnosticadas como una amenaza para la vida o si fuera algo que amenazara la carrera futbolística del jugador.


—Las repercusiones deberían ser mías, no debería cuestionarse nada. —Espetó Jonghyun suavemente, su voz profunda llamando la atención, como él sabía que lo haría—. Solo cuiden de Lucas.


—Bien, entonces vamos a curarte —Declaró Jinki—. Esta es una anestesia local. Adormecerá la zona un poco. Respira profundo. Será solo un pinchazo.


Lucas no asintió, pero respondió concentrándose en la pared de la tienda de campaña y tomando un lento y profundo respiro. Jinki le clavó la aguja y Jonghyun tuvo que mirar hacia otro lado. Siempre había odiado esas cosas.


—Iré a darle una vuelta a los chicos. —Le dijo Jonghyun a Siwon.


Asintiendo Siwon sonrió. —Buena idea. No queremos que el equipo llegue tarde a nuestro primer partido.


Jonghyun sonrió y levantó una ceja. —Sip, sería vergonzoso, ¿huh? —por supuesto que se fijó en la conclusión a la que había llegado Siwon. Incapaz de resistir un vistazo más hacia el hermoso rubio -el rubio hermoso más hétero y fuera de sus límites-. Jonghyun llamó la atención de Taemin —. ¿Entonces, él va a estar bien? —no pudo resistirse a preguntar.


Taemin le sonrió y, maldición, si la forma en que hizo brillar sus vibrantes ojos chocolates no golpearon a Jonghyun como una patada en el estómago. Su pene se engrosó en sus pantalones y nunca antes había estado tan agradecido de que su chaqueta le llegara al muslo. De alguna manera Taemin presionaba todos sus botones sin siquiera intentarlo y Jonghyun no tenía idea de porqué.


Girándose, avanzó un paso y por poco choca contra un chico que acababa de llegar corriendo a la tienda, a juzgar por el acalorado rostro del joven y su agitado pecho. —Whoa, alto ahí, turbo. — Jonghyun sostuvo al chico por los hombros, así no caía sobre su trasero luego de rebotar contra sus piernas—. ¿Está todo bien?


—Uh, huh —El chico lo miró.


Jonghyun sonrió. Siempre le habían gustado los niños, por lo que cuidar de sus hermanos no había sido tan difícil. Tristemente, se resignó a no tener ninguno cuando era adolescente y descubrió que era gay. Solo porque no estuviera fuera del closet no significaba que se casaría con alguna mujer para mantener su secreto. Nunca le haría algo así a otra persona. Además, la única forma en que podía conseguir que se le levantara por una mujer era cuando estaba borracho y nunca deseó ser ese tipo de hombre. 


—Hey, Mark, ¿qué haces aquí? Creí que estarías con Seulgi — dijo Taemin, llamando su atención.


Jonghyun liberó al chico, y lo vio escabullirse al lado de Taemin. —Jessica está afuera. Dijo que su papá hará una barbabarba... —arrugó el ceño mientras luchaba contra la palabra.


—¿Barbacoa? —indicó Taemin suavemente.


Mark asintió con fuerza. —Sí. Eso. El señor Choi dice que podemos ir. ¿Podemos? ¡Van a cocinar hot dogs!


La obvia emoción del chico ante el anuncio hizo a Jonghyun sonreír. Dios, podían ser tan lindos a esa edad.


Taemin asintió. —Claro, campeón. Es una buena idea. ¿Por qué no vas con Jessica y le dices al señor Choi que estaremos encantados de ir?


—¡Bien! —entonces, Mark se marchó, pasando a Jonghyun y saliendo de la tienda—. ¡Podemos ir! ¡Podemos ir! —le gritaba a alguien en el exterior.


—Lo hace bien, incluso teniendo a Taeyeon de mamá. 


Las cejas de Jonghyun se elevaron ante el comentario en murmullo de Jinki. Su mirada se desvió hacia Taemin, que sonreía levemente y asentía una vez. Entonces, miró la mano del hombre, pero estaba cubierta por un guante de plástico y no podía decir si llevaba un anillo.


Dándose una sacudida mental, Jonghyun salió de la habitación. No debería habérselo preguntado de todos modos. Taemin tenía un chico, e incluso si estaba divorciado de la tal Taeyeon, obviamente la madre del chico, Jonghyun seguía estando en el closet... muy, muy adentro del closet.


Y allí es donde tengo que permanecer.


Con ese pensamiento firme en su mente, salió de la tienda. Por primera vez en mucho, mucho tiempo, Jonghyun descubrió cuánto lo sentía. 


*******************************************************************************************


Taemin no pudo evitar echarle un vistazo a Jonghyun mientras se marchaba.


Jinki rio. —Mejor pon esos ojos de vuelta en tu cabeza, Taemin.


Tras atar el hilo en la última puntada, Taemin se encogió de hombros al tiempo que daba un paso atrás. Sonriendo, bromeó de vuelta. —¿Puedes culparme? El nuevo entrenador es bastante sexy —movió sus cejas mientras agregaba—: Tal vez comenzaré a venir a estos juegos solo por esa dulzura.


Bufando, Siwon agitó su cabeza. —Estás ladrándole al árbol equivocado, Taemin.


Taemin lo sabía, pero no pudo evitar preguntar—: ¿Estás seguro de eso, Siwon? —le guiñó a su amigo.


Para sorpresa de Taemin, las cejas de Siwon se levantaron, entonces frunció el ceño como si en realidad pareciese reflexionar sobre esa idea unos segundos. Al final, encogió sus hombros antes de mirar a Lucas, quien sentado sobre la cama, miraba a los hombres.


Taemin sonrió. Mierda, sabía que no debía discutir la sexualidad de alguien más alrededor de otras personas que no conocía. Aunque, solo era compañero con Jinki desde hacía diez meses, ya conocía al hombre varios años antes por su trabajo. Siwon había estado en casa de Jinki para alguna barbacoa en más de una ocasión con su hermano. Mientras que Siwon era hétero tan firme como una flecha, Kibum era tan gay como un gay podía ser, llevando el término de reina al extremo y corriendo con él. Taemin había llegado a confiar en ambos hombres y disfrutar de sus encuentros.


—¿Tu eres... eres maricón?


Levantándole una ceja a la casi susurrada pregunta de Lucas, Taemin le miró a los ojos y respondió fríamente—: Soy gay. Sí.


—Eso fue grosero, Lucas. —Gruñó Siwon—. Cuida tu boca. 


Lucas enrojeció hasta alcanzar el color escarlata. –Lo siento, señor —masculló rápidamente, aun cuando su mirada se apartaba del rostro de Taemin hacia un lado de la tienda y de vuelta a Taemin. Abrió su boca, su expresión cuestionadora, entonces volvió a cerrarla otra vez.


Taemin se preguntó qué habría querido preguntar, pero segundos más tarde cuando el chico seguía sin reunir el coraje, un adolescente que él conocía como Chanyeol apareció en la puerta. 


—Hey, Lucas. Aquí están tus cosas. —Declaró Chanyeol, dejando caer las hombreras y la camiseta al suelo. Girándose, le saludó a él también—. Hola, señor Lee. No sabía que sería voluntario este año.


—Primera vez. —Admitió Taemin —. Y no sabía que jugaras futbol americano. Creí que eras un chico de futbol.


Chanyeol resopló y giró sus ojos, demostrando su edad... dieciséis años, si Taemin recordaba correctamente. —Sí, primera vez. Es divertido. —Dijo encogiéndose de hombros.


Algo le dijo que Chanyeol quería decir algo más, pero el adolescente miró a Lucas y entonces se mordió la lengua.


Otro chico siguió a Chanyeol al interior de la tienda, cargando un casco extra. —Vamos, chicos. Tenemos que irnos.


—Tiene razón —confirmó Siwon—. Vístete, Lucas. Oigo a los otros venir.


Taemin no tenía idea cómo Siwon podía oír algo por encima de los pasos que subían las escaleras o el zumbido de decenas de personas hablando. Quizás estaba acostumbrado al ruido, viendo que había estado trabajando en ello por años.


—Buena suerte con el juego —les gritó Jinki mientras Siwon conducía a los tres chicos fuera de la tienda, recibiendo varias gracias de regreso.


Limpiando el lugar, Taemin declaró—: ¿Por qué no vas fuera de la tienda y miras el juego? Esto me tomará unos cuantos minutos.


Jinki dio un paso atrás con entusiasmo. —¿Seguro?


Riendo, Taemin dijo—: Sí, ve.


—Gracias. —Jinki se detuvo en la entrada, girándose para decir—: Sabes que no es por esto que te convencí de venir aquí, ¿cierto?


Poniendo una confundida expresión en su rostro, Taemin encontró la mirada de su amigo. —¿Ah no?


Ladrando una risa, Jinki sacudió su cabeza. —Sabelotodo — murmuró antes de salir.


Taemin simplemente sonrió y regresó a limpiar. 


**********


—Además —agregó Jinki— un par de jugadores y uno de los entrenadores estarán aquí dentro de poco para desarmar la tienda y llevarla adentro, entonces nos ayudarán a transportar esta mierda.


Taemin no lo pudo evitar. Miró hacia la entrada de la tienda e inmediatamente se preguntó si Jonghyun sería el entrenador que le ayudaría.


Jinki rio disimuladamente, leyendo su respuesta demasiado bien. —¿Te tiene loco el nuevo entrenador, amigo?


Encogiéndose de hombros, Taemin volvió su atención al trabajo. Sabía que su compañero no lo dejaría a menos que le diera algo, así que declaró—: Recuerdas lo que pasó cuando pensé con mi polla la última vez, ¿cierto?


Por un segundo, Jinki pareció confundido. Entonces, sus cejas se elevaron. —¿Hablas del Doctor Cho?


Taemin hizo una mueca. —Sí, excepto tal vez que esto podría ser mejor. En lugar de un ambiente de trabajo hostil donde todo este tiempo el hombre sigue pensando que somos perfectos el uno para el otro, quizás esta vez lo tome con calma y solo sufra un golpe en la mandíbula. 


—¿De verdad piensas que él es el tipo violento?


Antes que Taemin pudiera responder, Siwon giró la esquina, seguido de varios estudiantes que no reconoció. Taemin tuvo que ocultar una punzada de decepción incluso cuando Siwon preguntó—: ¿Quién es el tipo violento?


—Uh, una potencial cita. —Replicó Taemin, intercambiando miradas con Jinki.


Su amigo paramédico sonrió y palmeó su hombro. —Si, no queremos vernos envueltos con esos tipos, ¿eh?


Ambos sabían que Siwon probablemente no entendió, pero el entrenador asistente asintió sabiamente. —Sip. El abuso puede ir de ambos lados y nunca está bien.


Jinki indicó los bolsos de tela dura a un lado de la tienda. — Lleven esos afuera mientras desarmamos la camilla, así podrán bajar la tienda y volver al colegio.


Taemin mantuvo un ojo atento sobre los adolescentes mientras movían los bolsos, sin embargo parecían tener cuidado. Acababa de subirle el cierre a la bolsa de lona cuando una voz profunda y masculina desde fuera de la tienda envió un escalofrío de reconocimiento por su espalda.


—¿Están teniendo cuidado, chicos?


Apenas habían pasado tres horas y ya reconocía esa voz. Hasta podía dibujar en su cabeza la bronceada piel de Jonghyun, las arrugas alrededor de sus ojos cuando sonreía, y cómo sus profundos ojos cafés brillaban cuando animaba a su equipo. Su definido cuerpo musculoso se movía con fluida gracia mientras iba y venía por el banquillo y su voz ronca enviaba escalofríos por la espalda de Taemin cuando este vociferaba instrucciones a sus jugadores.


Taemin encontraba al nuevo entrenador sexy como el infierno.


Poniendo a un lado tales ideas inútiles, Taemin levantó el bolso sobre su hombro y se encaminó al exterior. Una vez dio un paso fuera de la tienda, detectó inmediatamente a Jonghyun de pie cerca de los chicos, su mirada atraída como por un imán invisible.


Jonghyun escuchaba a los chicos asegurarle al entrenador que estaban siendo muy muy cuidadosos. —Bien —declaró, mientras se giraba para mirar a Taemin. Por tan solo un instante, Taemin creyó ver... algo... en los ojos del otro hombre. Excepto que, con la misma rapidez, la luz desapareció y Jonghyun desvió su mirada por el área diciendo. —Lo lamento, llegué tarde. Me quedé atrapado con unos cuantos padres. ¿En qué puedo ayudarte?


—Oh, uh, creo que ya tenemos todo cubierto —respondió Taemin, esperando que Jonghyun se apartara.


Taemin sabía que si permanecía demasiado cerca del sexy entrenador durante cualquier periodo de tiempo, terminaría haciendo algo muy muy estúpido. Además, recoger a Mark. Claramente no necesitaba más complicaciones en su vida y desear a un hombre hétero era simplemente estúpido. Taemin se volvió cuando escuchó a Jinki y Siwon acercarse, sus brazos cargados con lo que probablemente eran los últimos elementos del improvisado cuarto de hospital.


—Hey, Jonghyun. —Le saludó Siwon, con una amplia sonrisa—. Te perdiste toda la diversión.


—Así parece. —Replicó Jonghyun —. Lamento eso.


Siwon rio. —Puedes liderar el desarme la próxima semana.


Cuando Jonghyun asintió, añadiendo un—: Está bien. — Taemin no pudo evitar sentirse decepcionado... ya que él no estaría allí la próxima semana. Otro par de paramédicos estaban programados para supervisar el juego de ese día.


—Sabes qué —Jinki le cortó— si todavía quieres ayudar, ¿por qué tú y uno de tus chicos no desarman la tienda y la llevan adentro?


Jonghyun asintió, sus labios curvándose en las comisuras. —Claro. Puedo hacer eso. —Se giró al jugador que Jinki le había indicado—. Vamos. Desmontemos esto.


—Claro, entrenador. —Respondió de inmediato el jugador.


Mientras Taemin cargaba sus brazos con los suministros, intentó ignorar los suaves quejidos de Jonghyun mientras el entrenador y el jugador trabajan juntos en el desmantelamiento de la tienda. Una vez estuvo todo repartido entre los cinco y empezaron a caminar, a Taemin solo le tomó unos pasos cuando sintió que la correa de la mochila con la camilla que llevaba al hombro comenzaba a deslizarse. Se detuvo y acomodó los hombros, tratando de ajustarlo en la posición correcta.


Excepto que, cada vez que iniciaba el paso, se deslizaba de nuevo, haciéndole difícil mantener el agarre de la caja con los suplementos que cargaba.


—Mierda —gruñó en voz baja.


—Hey, tranquilo. ¿Besas a Mark con esa boca? —Una burla con voz profunda sonó tras él.


Taemin se habría girado por la sorpresa, pero entonces, una mano aterrizó en su hombro vacío mientras la otra agarraba la correa y la sostenía firme.


El calor inundó todo el sistema de Taemin ante tal toque inocente combinado con la mención de un beso. Su polla se engrosó en sus jeans. —Uh. —Espera ¿cuál fue la pregunta? Ah sí, Mark—. Supongo que estoy cansado. Normalmente no soy tan, uh...


—¿Tan boca sucia? —le molestó Jonghyun detrás suyo. Jaló la correa ligeramente—. ¿Esto puede pasar por encima de tu cabeza? De lo contrario algo va a caer.


—Sí. Debí haber hecho eso para empezar —admitió Taemin. Antes que pudiera controlar su lengua, agregó— : Si crees que tengo una boca sucia ahora, deberías escucharme en la cama.


Jonghyun acababa de pasar la correa por sobre su cabeza. Ante las palabras de Taemin, Jonghyun la dejó caer, haciéndola aterrizar pesadamente sobre su hombro, aun cuando la otra mano del entrenador la apretaba firmemente donde descansaba en la cadera de Taemin. El abdomen de Taemin se apretó ante el contacto, un hormigueo inundando su sistema.


De inmediato Taemin se sonrojó. —Ah, mierda, disculpa — respondió rápidamente, tratando de ignorar aquel toque íntimo—No debí haber dicho eso. —Ahí se iba su no pensar con la polla.


—Está bien. —Respondió Jonghyun igual de rápido, su voz sonaba tensa aun después de haber quitado ambas manos—. Esperemos que no tengas problema ahora.


—Gracias —murmuró tímidamente.


No pudo evitar girarse, esperando que la expresión de Jonghyun alejara algunos de sus pensamientos.


Desafortunadamente, todo lo que consiguió fue la vista de una espalda fuerte y delgada, y unas piernas cubiertas con unos jeans mientras veía al hombre regresar y ayudar a desarmar la tienda. Cuando el jugador elevó la vista y vio a Taemin, este rápidamente se giró y dirigió veloz tras los otros.


Tras dar los primeros pasos, donde se reprendió por su estupidez, Taemin obligó a que el hecho saliera de su mente. No tenía sentido asumir que volvería a ver al tipo más que de pasada las pocas semanas que iría a esos partidos.


—Ten una buena noche, amigo —le dijo Jinki antes de meterse a su auto.


Taemin lo despidió con su mano por encima del hombro, dirigiéndose por el camino de grava a través de los árboles hasta el estacionamiento principal del estadio.


Disminuyó sus pasos cuando se dio cuenta de un hombre apoyado contra la cabina de una de esas enormes y monstruosas camionetas. La oscuridad del aparcamiento no le permitía distinguir demasiado las facciones desde la distancia, y el hombre se encontraba a solo unos cuantos espacios del vehículo de Taemin ... demasiado cerca para su comodidad, pensó. Por eso, disminuyó su caminar y agarró las llaves de su bolsillo, enroscándolas entre sus dedos. No sería de mucha protección si este tipo tenía algún tipo de amigo matón acechando, pero Taemin podía mantenerse firme contra un hombre.


Casi olvida dar un paso cuando se acercó lo suficiente para reconocer que la figura descansando era del entrenador.


—Uh, ¿Jonghyun? —mierda, tal vez necesitaba ser más formal —. ¿Entrenador Kim?


Jonghyun giró su cabeza, alejando la mirada de una aparente lectura a las estrellas. —¿Taemin?


—S í —confirmó, acercándose despacio—. –Uh. —Dio un vistazo alrededor del estacionamiento casi vacío. Su vehículo y el del entrenador eran los únicos que quedaban en el lugar—. ¿Estás esperando algo? —entonces recordó la forma en que Jonghyun tenía inclinada su cabeza—. ¿Mirando las estrellas?


Jonghyun se enderezó, sus brazos cayendo desde donde los tenía cruzados encima del pecho, mayormente para mantener abrigado el cuerpo —¿Ese es tu auto, Taemin?


Decidiendo que aquel tono era de pregunta, no de molestia, Taemin aceleró el paso y se acercó al hombre. Se encontró a si mismo asintiendo, aun cuando se detuvo unos metros lejos de Jonghyun. —Sip. Puede que no parezca gran cosa ahora, pero ella nunca me ha dejado tirado. —Sabía que sonaba orgulloso, sin embargo no podía evitarlo.


Jonghyun alzó sus cejas y se apartó de su camioneta mientras señalaba el auto de Taemin. —¡Ese es un clásico de mil novecientos sesenta y ocho! ¿Y nunca te ha dejado tirado? ¡Maldición!


Incapaz de contenerse, Taemin se carcajeó y caminó hacia su auto, también. —Supongo que tengo una manera rara de hablar sobre esta vieja chica.


—Supongo que sí —respondió Jonghyun, caminando alrededor del vehículo. 


*******************************************************************************************


Un par de autos ya estaban en la entrada, por lo que Jonghyun estacionó su camioneta junto a la vereda en el lado opuesto a la entrada. Antes de empezar a cuestionarse a sí mismo, abrió la puerta y dio un paso fuera. Dando grandes zancadas hacia Taemin, que le esperaba al pie de la calzada, Jonghyun se sintió agradecido por la oscuridad de las sombras que le daban la oportunidad de estudiar sus facciones.


—Llamé a Minho de camino aquí, así que ya sabe que viene otra boca —le dijo Taemin a modo de saludo. 


Asintiendo, Jonghyun le siguió por la entrada. –¿Y no le importó?


—N a h —replicó Taemin —. Minho y su compañero hacen barbacoas todo el tiempo. Mientras más mejor, dicen siempre. — Sonriendo, apretó su hombro y entonces señaló con su cabeza—. Mueve el culo. Tengo hambre.


Jonghyun resopló, oh la tentación de hacer otro chiste por el tipo de palabrotas que el tipo decía.


Taemin lo llevó por un costado de la casa y atravesó una puerta, revelando un extenso patio trasero con una media docena de asientos reclinables de jardín. Dos hombres que no reconoció estaban sentados ante una mesa de picnic . Parecían estar en una profunda conversación mientras comían unas gruesas hamburguesas. El hombre que conocía como el detective Choi Minho estaba de pie frente a una parrilla, sosteniendo un plato y hablando con Mark. Apuntó primero hacia una salchicha, luego a otra, probablemente tratando de ayudar al chico a decidir cuál de ellas poner sobre el pan rociado de ketchup.


Le sonrió ampliamente y levantó el plato, obviamente orgulloso. — Mira, tío Taemin. ¡Tengo un hot dog!


Espera. ¿Tío?


Taemin le sonrió de vuelta. —Se ve exquisito, campeón. Mejor que lo comas mientras sigue caliente. —Señaló una mesa de plástico cerca de un columpio donde una chica rubia estaba sentada - Siéntate con Seulgi y cómete el hot dog. Si te lo acabas lo bastante rápido, tal vez el señor Choi tenga otro para ti.


Los ojos de Mark se iluminaron. —¿De verdad?


Taemin le regaló un guiño. —Si todavía tienes hambre y puedes comértelo todo. No querrás que se desperdicie.


—Está bien. ¡Lo haré! —así, Mark se giró y dirigió tan rápido como sus cortas piernas le permitían llegar con Jessica y la pequeña mesa.


—¿Eres su tío? — Jonghyun quiso patearse por su comentario hecho un murmullo, pero no pudo evitar su curiosidad.


Taemin le contestó mientras se dirigía hacia Minho y la parrilla. —Sip. Taeyeon, mi hermana, salió este fin de semana, así que lo cuido yo.


Jonghyun creyó escuchar un endurecimiento ingresando en la voz de Taemin, un matiz que no podía entender, habiendo recién conocido al hombre.


Lo que sea que fuera desapareció cuando Taemin cambió un apretón de manos con Minho y le saludó. —Gracias por la oferta de una comida. Y le debo totalmente una a Seulgi por cuidar a Mark. Es una buena chica.


Minho se rio. —Claro que es buena. Le estás pagando.


Taemin rio también, encogiéndose de hombros. —Lo que sea que funcione.


—Recuerdas al entrenador Kim Jonghyun, ¿cierto? —le preguntó Taemin, señalándolo.


Tendiéndole su mano, Minho sonrió. —Un tanto difícil de olvidar, considerando que permitiste jugar a los sustitutos hoy. No muchos entrenadores harían eso en el primer juego de la temporada.


Jonghyun tomó la mano de Minho y apretó mientras respondía. — Bueno, nuestros titulares establecieron una ventaja considerable en los primeros tres trimestres. No tiene sentido desmoralizar a nuestros oponentes. Además, los suplentes no pueden mejorar si no tienen tiempo de juego.


—Bueno, Baekhyun claramente lo apreció. —Minho hizo una seña con la mano hacia la mesa otra vez—. Toma lo que quieras. Las hamburguesas y hot dogs están listos.


—Y yo claro que aprecio el que me dejaras estar en tu fiesta — dijo Jonghyun sobre su hombro mientras seguía a Taemin hacia la mesa.


—Cuantos más, mejor —respondió Minho.


Mientras Jonghyun preparaba su hamburguesa, la puerta corredera se abrió y Chanyeol salió con otro chico, alguien que Jonghyun no reconoció como un jugador de futbol. Los ojos de Chanyeol se abrieron ligeramente, pero entonces sonrió. —Hola, entrenador.


Jonghyun se enderezó y tendió su mano. –Chanyeol, buen juego el de hoy. —Lo elogió, agitando la mano del adolescente—. Con todo tu entusiasmo y un poco más de práctica, serás un gran corredor.


—¡Gracias, entrenador! —Chanyeol le sonreía a su amigo, chocando hombros con él.


El otro chico le regresó el choque y sonrió satisfecho. —Te lo dije. ¿Qué? ¿No creías en mí?


—Yo creo en ti. — Chanyeol murmuró de regreso. Apoyó su mano sobre el brazo del chico, para todo el mundo parecía que le preocupaba el haber molestado al otro chico. Cuando el acompañante de Chanyeol le sonrió y guiñó un ojo, la tensión en los hombros de Chanyeol se alivió.


Jonghyun se encontró a si mismo congelado mientras se acogía al segundo lugar de aquella conversación, pensando que aquello se parecía demasiado a una pareja en una cita aprendiendo los límites del otro. Excepto que, ¿cómo podía ser? ¿y especialmente justo frente a Minho?


La charla de Chanyeol sacó a Jonghyun de sus pensamientos. — Papá, ¿podemos comer en mi cuarto? Baekhyun va a ayudarme con química. —Chanyeol le dio una cariñosa mirada al chico—. Nunca habría podido atravesar este año sin tu ayuda.


 La alabanza iluminó los ojos marrones del delgado y pelinegro adolescente. —Aw, claro que habrías podido —murmuró, obviamente incómodo aunque complacido.


Minho se echó a reír con ganas ante aquella demostración. — Claro, chicos. Pero recuerden las reglas —le recordó, su voz firme.


—Lo sé. —Respondió Chanyeol, mirando a un lado como si contuviera las ganas de rodar los ojos—. Mantener la puerta abierta.


—Al menos la mitad —presionó Minho—. Nada de esa mierda de está entreabierta.


Las mejillas de Chanyeol se sonrojaron. —Lo sé.


Una vez que el par tomó sus hamburguesas y hot dogs, desaparecieron de nuevo al interior de la casa. Taemin cruzó hacia la parrilla y palmeó a Minho sobre el hombro. —Adolescente, ¿huh? No quiero que Mark llegue a esa edad. Especialmente con Taeyeon como modelo a seguir. —Frunció su ceño y apretó los labios en obvia consternación.


Minho hizo una mueca. —Trato de darle a Chanyeol su espacio, sin dejar de estar involucrado. Es una línea delgada cuando sabes que son adolescentes en celo.


Jonghyun se acercó a la parrilla, incapaz de esconder su confundido ceño. —Disculpa. ¿Adolescentes en celo? ¿Estás preocupado por el porno o algo así?


—No —respondió Minho, sus ojos entrecerrándose—. Sé que eres su entrenador, así que deberías saberlo ahora. Chanyeol es gay y no está encerrado en el closet, por ningún motivo. Baekhyun es su novio. —Los labios del hombre se apretaron en una mueca mientras cruzaba sus brazos encima de su pecho—. ¿Esto causará algún tipo de problema?


—Oh, uh. —¡Mierda! ¿Chanyeol es gay? ¿Y su padre obviamente está al tanto y lo apoya? La mente de Jonghyun pareció congelarse por la sorpresa por varios segundos.


Un suspiro de Taemin le sacó automáticamente de su sorpresivo estupor. —Mira —comenzó Taemin — deberías saber que...


—¡Espera, no! — Jonghyun finalmente desató su lengua. Se giró y enfrentó la cautelosa mirada de Minho—. No será ningún problema. Tengo cero tolerancia hacia el acoso en mi equipo... sin importar el motivo. Cualquiera que sea atrapado acosando o intimidando es enviado a la banca en el siguiente partido. Tan solo me sorprendió que tú, uh —agitó su cabeza una vez, tratando de encontrar las palabras correctas. Al final, se obligó a sonreír tímidamente—. La mayoría de los padres no son tan, uh, receptivos. —Acabó sin convicción.


Ante eso, Taemin sonrió y desvió la vista a otro lado.


Minho hizo una mueca. Levantó una de sus cejas y espetó—: Bueno, sería un tanto hipócrita hacerle pasar un mal rato a mi hijo sobre ser gay, considerando que yo soy bisexual.


Jonghyun arqueó sus cejas. Su mandíbula cayó abierta.


Riendo, Minho le sonrió al hombre de cabello oscuro que comía frente a la mesa un poco antes que el hombre se acercara. Sin perder el ritmo, el detective deslizó su brazo alrededor del otro hombre e inclinó su cabeza hacia arriba. No había manera de malinterpretar aquel movimiento, y el hombre que recién llegaba evidentemente lo sabía.


El tipo alzó la cabeza los tres o seis centímetros necesarios para presionar un rápido beso en la boca de Minho. Luego, el hombre levantó su cabeza y curvó sus labios, murmurando— : Creo que estamos sorprendiendo al entrenador de tu hijo, cariño.


Minho sonrió al hombre que lo sostenía. —Esta cosa saliendo parece ser un continuo esfuerzo.


—Me temo que sí. —El tipo de pelo oscuro gruñó su respuesta.


Finalmente, tomando control de sí mismo -la gran mayoría Jonghyun cerró su mandíbula abierta. Salvo, que a continuación, espetó—: No lo entiendo. —Obviamente, cuando Taemin le dijo la palabra compañero, asumió el término equivocado.


Taemin no se refería al compañero de Minho en la policía. Se refería a su compañero de vida.


La urgencia de excusarse y correr atacó duramente a Jonghyun. Sabiendo que podría molestar a su anfitrión, sin mencionar que decepcionaría a Taemin -la cuál por alguna razón parecía ser la más importante- hizo que Jonghyun obligara su instinto a volver.


Sacando su mano, Jonghyun se la ofreció al... compañero de Minho. — Kim Jonghyun. Soy el entrenador de fútbol de Chanyeol. Lamento haberme quedado atónito, pero no he estado, bueno, alrededor de gente tan abierta desde... —sus palabras le fallaron.


—Soy Kim Kibum —respondió el hombre, aceptando su mano—. El compañero de Minho.


—Basta de sorprenderte por mierdas. —Espetó Minho. Abrió la parrilla y ondeó la espátula—. ¿Quieres una hamburguesa con queso o sin queso?


Jonghyun se aferró al cambio de tema con ambas manos y se enfocó en las hamburguesas. —Bueno.


- ¿La quieres?


Su rugiente estómago hizo la decisión fácil. —Mierda, sí.


Para sorpresa de Jonghyun, Taemin le golpeó juguetonamente sobre el brazo. —¿Quién tiene la boca sucia ahora?


Jonghyun refunfuñó un—: Ha, ha —y entonces caminó hacia la mesa. Taemin se sentó junto a él y Jonghyun trató de ignorar el calor que desprendía el cuero del otro hombre. Se enfocó en su hamburguesa, gruñendo al distinguir los sabores que estallaban en su lengua.


—Sí. Minho hace este tipo de hamburguesas perfectas. Tan solo no dejes que ponga a la parrilla los filetes.


Sabía que su curiosidad era la pesadilla de su existencia, pero aun así tras tragar el pedazo de hamburguesa que tenía en su boca, preguntó—: ¿Por qué?


—Porque siempre los quema —respondió Kibum, uniéndoseles a la mesa de picnic con un plato recién llenado. Sonrió tímidamente a Minho, quien se encontraba de pie a su izquierda con su propio plato desbordante.


—Ha, ha —murmuró, mirando al hombre.


Hasta Jonghyun pudo ver que no había molestia en la mirada del hombre. Kibum rio mientras le daba una palmada a la silla a su lado. —Ven a comer, Minho. ¿Dónde está Chanyeol? —preguntó, mirando alrededor, como si el adolescente fuera a aparecer si lo buscaba lo suficiente.


 Minho tomo asiento y miró hacia la puerta antes de suspirar. — En su cuarto con baekhyun.


Kibum asintió una vez. —¿Con la puerta abierta?


—Se lo recordé —respondió Minho, levantando su hamburguesa.


Kibum simplemente hizo un murmullo y metió una patata frita en su boca.


Riendo, Taemin dijo—: ¿Quieres que haga un viaje al baño? Siempre podría comprobar —les guiñó.


Sonriendo, Minho intercambió miradas con Kibum. —¿Me hace un padre de mierda que quiera decir que sí?


—Por supuesto que no. —Replicó Kibum suavemente, su expresión cariñosa—. Eres un padre preocupado. Cariñoso. Amable. Dulce —levantó su mano y tocó la mejilla de Minho—. Perfecto.


La pareja se separó y regresó a sus platos, pero no sin antes intercambiar una acaramelada mirada que ciertamente amenazó a Jonghyun con tener un agujero también. Su pecho dolía con una sensación desconocida. Infiernos, ni siquiera estaba seguro de si quería conocer lo que sentía en ese instante, demasiado temeroso de lo que podría descubrir.


En su lugar, Jonghyun se concentró en su comida. La hamburguesa sabía deliciosa y el plato adicional, la ensalada de patatas, las patatas fritas de la barbacoa y los pepinillos, rondaban lo que era una fantástica comida.


Tras tragar el último pedazo de pepinillo, Jonghyun se levantó. —Bueno, creo que me gustaría tomar un trozo del texto de Taemin en este momento —se fijó en Minho, ya que parecía que esa podría ser más su casa que de cualquiera—. ¿Puedo utilizar tu baño?


—Claro —respondió Minho, dándole una sonrisa comprensiva— Solo entra, ve a la derecha por el comedor, y sigue por el pasillo. Es la primera puerta a la derecha.


Jonghyun se obligó a sonreír y asintió. —Gracias. — Levantándose de la mesa y caminando hacia el interior de la casa, le tomó cada onza de su autocontrol no atravesar el lugar hasta la puerta de adelante y así poder escapar hacia la calle.


Siguiendo las instrucciones de Minho, Jonghyun dio con el baño. Con su espalda contra la pared, se esforzó por desenterrar las visiones pervertidas de Taemin, aquella sonrisa divertida, la sexy curva de sus labios, esperando que su erección se aliviara.


**********


 Taemin se lavó las manos y se encaminó hacia las escaleras. Cuando subía por los peldaños, solo unos minutos antes escuchó la conversación tras la puerta parcialmente abierta de Chanyeol, los adolescentes ciertamente estaban hablando de química. Taemin esperaba que su sobrino fuera así de bien educado cuando tuviera esa edad.


—Dios, espero que no se parezca a mi hermana —murmuró Taemin en voz baja.


—¿Qué fue eso?


Taemin por poco casi chilla ante el sonido de la profunda voz de Jonghyun tras él. Se dio la vuelta violentamente, enredando sus pies en la pata de una silla. Perdiendo el equilibrio, Taemin sintió que caía. Elevó los brazos, tratando de evitar golpearse la cara con la mesa de madera.


Un par de fuertes brazos se envolvieron en su pecho, cesando el movimiento descendente de Taemin. Por las manos que palmeaban su pecho y la masculina voz calmándole, fácil, no tenía que ser un genio para saber quién era el que le sostenía. La simple idea provocaba que su respiración se estancara en su pecho, mientras el olor masculino de Jonghyun hacía que su polla se agitara.


—¿Estás bien? —le preguntó Jonghyun, casi susurrando las palabras en su oído.


Taemin luchó contra un estremecimiento, entonces obligó a que su cabeza asintiera. Tragando, masculló—: Me asustaste. Es todo.


Jonghyun rio suavemente y tomó distancia. —Bueno.


Mirando por encima de su hombro, Taemin murmuró—: Bueno, podría decir que me quitaste el aliento y provocaste un desmayo.


¡Oh! ¡Oh, no! ¿De verdad dije eso en voz alta? ¡Mierda y media! ¡Ahora sé que no tengo nada de sangre en mi cabezota!


—Mierda, lo siento —murmuró Taemin, luchando por estabilizar sus pies y huir.


En lugar de dejarlo ir, el agarre de Jonghyun se apretó. — Detente.


Taemin se estremeció ante la orden. Sí, siempre había sido un glotón para seguir órdenes, aunque no es que le permitiera a cualquiera saber aquello. Aun así, no pudo evitar hacer lo que le mandaban. Taemin se calmó en el agarre de Jonghyun. Tragó fuerte. Tanto como odiaría admitirlo, podía pensar en tan solo una razón por la que el hombre quería mantenerlo en sus garras. —¿Vas a tomar la foto de uno de mis riñones o de los dos, para traspasártelos?


Los dedos de Jonghyun se apretaron en su cadera, clavándose en la carne de allí. Tras unos cuantos segundos, un gruñido resonó en su pecho. Antes que Taemin pudiera imaginar qué decir para difuminar la ira del hombre se encontró siendo girado, luego empujado, presionado y entonces manipulado. Segundos después, su espalda chocó contra la pared y sus brazos fueron elevados sobre su cabeza.


El cuerpo de Jonghyun continuaba vibrando con gruñidos que resonaban a través suyo, arrancando a Taemin de su desorientación —¿Jonghyun?


—¿Eso es lo que piensas de mí? —el hombre prácticamente le gruñó.


Taemin sabía que debía tener miedo, pero la forma en que el sensual hombre fruncía su ceño y sus ojos oscuros relucían hacía que su sangre rugiera en sus venas. Su polla engordó como todo un mástil, haciéndole doler en sus jeans. Tan solo se las arregló para evitar frotarse contra el cuerpo duro que le presionaba al muro.


No podía recordar la última vez que había estado tan excitado por solo la voz de un hombre y la presión de su cuerpo. Tal vez tenía algo que ver con la masculina esencia de Jonghyun.


—¿Crees que te patearé el culo, porque trataste de ligar conmigo? —rugió Jonghyun —. ¿Es el tipo de hombre que crees que soy?


Correcto, Taemin necesitaba reparar cualquier insulto que inadvertidamente había hecho. Tragando duro, se obligó a humedecer su garganta, entonces carraspeó. —No. Quiero decir, espero que no, pero en realidad no te conozco.


Jonghyun murmuró bajo e inclinó su cabeza, plegando su nariz en la curva del cuello de Taemin. Este instintivamente inclinó su cabeza, dándole al hombre más acceso. Su mente se tambaleó, preguntándose a qué estaba jugando el otro tipo, incluso cuando sintió su cuerpo volverse flexible por la necesidad.


—Nadie me conoce —murmuró Jonghyun, justo antes de colocar sus labios contra la columna de la garganta de Taemin y chupar ligeramente el punto del pulso.


—¡Oh!


Taemin por poco susurra la palabra, su mente rápidamente fuera de combate cuando los labios de Jonghyun pellizcaban su delicada carne una y otra vez, haciendo su camino hacia arriba. Cuando el hombre finalmente alcanzó su mandíbula, frotó sus labios contra ella y luego contra su mejilla. Un hormigueo estalló en los brazos de Taemin ante la sensual sensación de Jonghyun frotando sus labios y cara contra él.


—Extrañé tanto eso —murmuró Jonghyun.


—¿E-extrañaste qué? —se obligó a decir. ¿Hacia cuánto que el hombre no había tenido un amante? ¿Cómo podía ser? ¡Era un paquete de sexo y doblemente caliente!


Jonghyun suspiró, el cálido aliento haciendo cosquillas en los finos cabellos de Taemin sobre su oído. El sensual hombre lo presionó contra la pared liberando sus muñecas. Por un segundo, Taemin sintió profundamente la pérdida, pensando que debería haber mantenido la boca cerrada. Pero entonces, Jonghyun deslizó sus palmas contra ellas y entrelazó sus dedos juntos.


Aun así, Jonghyun no levantó su cabeza para mirarlo. En su lugar, mantuvo su rostro escondido mientras decía suavemente—: La sensación de un duro cuerpo presionado contra mí. La fuerza, el poder y la pasión.


Su voz se desvaneció en otro suspiro, aun cuando separaba las piernas un tanto, descendiendo su cuerpo para alinear más fuerte sus sexos. El primer empuje de la erección de Jonghyun contra la de Taemin, incluso bajo varias capas de ropa, lo tuvo al borde de correrse en sus jeans cual adolescente.


Taemin gruñó, deleitándose con el embriagador conocimiento de que Jonghyun estaba duro... por él. Y que, siempre había sido un amante hablador y parecía no poder controlar su boca. Tras un elogioso hum y un lento embiste de sus caderas, Taemin murmuró —: Es difícil de creer. Eres tan sensual. Podrías tener a quien quieras.


Jonghyun se congeló. Su cuerpo tenso. Sus manos se endurecieron donde sostenían a Taemin, apretándole casi con dolor. Para pesar de Taemin, Jonghyun detuvo la suave caricia y levantó su cabeza. Movió sus caderas hacia atrás, poniendo espacio entre sus cuerpos.


Mirándole hacia abajo, la expresión de Jonghyun estaba llena con tanta culpa que a Taemin le quitó el aliento. —N-no puedo — murmuró Jonghyun, sus ojos ligeramente vidriosos por la lujuria, incluso cuando liberó las manos de Taemin y se enderezó hasta alejarse.


Detestando la mirada casi perdida, el dolor llenando las facciones de Jonghyun, Taemin agarró los hombros del hombre. —¿No puedes qué?


Jonghyun tragó con fuerza, su mirada moviéndose entre las manos de Taemin que le sostenían, y luego de vuelta a su rostro. Cerrando sus ojos, un estremecimiento recorrió su gran cuerpo. Cuando este volvió a abrirlos, el corazón de Taemin se hundió. Toda la lujuria, el deseo, incluso el dolor y la culpa, se habían ido.


Jonghyun levantó su mano y con gentileza agarró las manos de Taemin, desprendiéndolas de sus hombros. Por un segundo, aquel mismo arrepentimiento centelló en los ojos del asombroso hombre. —Lo lamento, Taemin. No puedo ser gay. No en mi línea de trabajo.


Las cejas de Taemin se arrugaron confundidas. —No entiendo. Está lleno de profesores gay.


Sonriendo, Jonghyun agitó su cabeza. —Es solo una parte de ello —se inclinó y presionó sus labios contra los de Taemin. Taemin se habría abierto al hombre, pero este ya se estaba alejando. Su sonrisa parecía triste—. Eres demasiado bueno para ser el secreto sucio de un hombre. —Rastreó con sus dedos la mandíbula de Taemin unos segundos, una extraña expresión en su rostro.


—Dale mis gracias a los anfitriones —susurró Jonghyun —. Necesito irme.


Antes que a Taemin pudiera ocurrírsele una respuesta, Jonghyun volvió a inclinarse. Esta vez, capturó su boca en un completo beso con lengua, empujando profundo, casi embelesándolo. Para el momento en que Jonghyun retrocedió, succionando ligeramente el labio inferior de Taemin por unos cuantos segundos antes de liberarle, la polla de Taemin latía bajo sus jeans y su cerebro se había convertido en puré.


Jonghyun dio un paso atrás, dejando a Taemin jadeando e inclinado pesadamente contra la pared. —Lo siento, Taemin —sin otra palabra, se volvió y caminó hacia la puerta del frente que podía verse al final del pasillo.


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Jonghyun arrojó sus llaves al frasco de los caramelos encima de la pequeña mesa junto a la puerta y colgó su chaqueta en el armario del pasillo. Los días se estaban poniendo helados y ya le temía al invierno. Las noches eran largas y solitarias en aquellos días de invierno.


Cruzando la cocina, sacó un recipiente de plástico lleno de sobras de carne asada, depositó una cucharada llena en un bowl y lo puso al interior del microondas a calentar. Lo siguiente, agarró una cerveza, le quitó la tapa y se inclinó contra el mostrador. Dándole un trago, saboreó el correr del amargo brebaje a través de su garganta.


Tal y como hacía cada viernes por la tarde, se preguntó cuál de los paramédicos voluntarios irían al próximo partido de la tarde. ¿Sería el turno de Taemin y Jinki otra vez? A pesar que temía ver a Taemin de nuevo, de igual forma lo deseaba.


Jonghyun se encontró pensando en el hombre a menudo. Ni siquiera se preguntaba cómo sería el sexo con él, porque sabía que sería fantástico. Probablemente el mejor que hubiera tenido... mucho mejor que una mano torpe y mamadas conseguidas en los cuartos traseros de algún lúgubre club.


Había besado al hombre, con la intención de mostrarle lo mucho que lamentaba como eran las cosas, incluso cuando dijo adiós. Aquel fue el primer beso que había tenido con otro hombre. El sabor masculino de Taemin por poco manda a volar su determinación de hacer lo correcto y alejarse. Ahora, odiaba saber lo que se estaba perdiendo.


Por extraño que parezca, descubrió que quería conocer los intereses de Taemin, lo que le gustaba y disgustaba también.


Mofándose de sus propios pensamientos, Jonghyun agitó su cabeza para sí mismo.


Tan pronto como el microondas sonó, su teléfono se encendió. Leyendo la pantalla, aceptó la llamada y acercó hasta su oreja. — Hey, Pa. ¿Cómo estás?


—Hola, hijo ¿Cómo te trata el nuevo trabajo?


Sonriendo levemente, Jonghyun sabía lo que su padre en realidad quería saber. —Muy bien. Los chicos trabajan duro. Hemos ganado dos y perdido solo uno. Soy optimista para el partido de mañana.


—Eso es genial, Jonghyun. Tú, uh...


Jonghyun escuchó a su padre aclarar su garganta y simplemente supo lo que vendría.


—¿Estás saliendo con alguien?


Meneando la cabeza, Jonghyun abrió el microondas y sacó el bowl mientras contestaba. —No, pa. No estoy saliendo con nadie — incluso diciendo aquello, sus pensamientos se volvieron a Taemin. ¿Qué pasaría si él le dijera a su padre con quien realmente quería salir?


—No te estás haciendo más joven —le señaló el hombre mayor.


Jonghyun movió su comida ausente, observándola. —Tengo treinta, papá.


Su padre suspiró, el sonido escuchándose claramente a través de la línea. —Es que odio verte solo, Jonghyun. Sabes eso.


—¿Qué si no apruebas con quien salgo?


—Sabes que no me importaría si alguna linda chica capta tu atención, hijo —le reprendió— Me gusta quien a ti te gusta.


—Bueno, no hay nada que contar —declaró Jonghyun con brusquedad.


—No fue mi intención molestarte —respondió su padre con voz suave.


Sabiendo que tenía que arreglar esa mierda, Jonghyun llevó su bowl a la mesa. Forzando una sonrisa, a sabiendas que su padre era capaz de sentirla en su voz, dijo—: Lo sé. No quise sonar así — necesitando un cambio de tema, preguntó—: ¿Cómo están todos?


El resto de su familia vivía a una hora y media al norte. Mientras que él se perdía de verlos, también disfrutaba un poco más de libertad. Excepto que, mirando alrededor del cuarto, se dio cuenta que en realidad no estaba utilizando esa libertad. Vaya, necesitaba salir más. 


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Jonghyun salió de su camioneta y se encaminó por el sendero. Cuando llegó a la puerta, pudo oír el golpeteo de la música en el interior. Tocó el timbre, a la vez que se preguntaba si Minho sería capaz de escucharle. Para su sorpresa, pasó solo un momento antes que la puerta fuera abierta.


No pudo evitarlo. Su mandíbula cayó abierta por la sorpresa ante el extraño que lo miraba. El hombre allí de pie, tenía reflejos rojos que rayaban su cabello castaño, y sus ojos color negro brillaban mientras decía— : Hey, hola, guapo. Tú debes ser Kim Jonghyun. Mi hermano me ha hablado tanto de ti. Ven, pasa. La mayoría están en la parte de atrás. ¿Puedo traerte un trago?


Jonghyun cerró de un golpe su boca y en silencio siguió al tipo hacia el interior. Cuando llegaron a la cocina, finalmente sacó la cabeza de su culo lo suficiente para pedir una cerveza. El hombre le tendió una botella mientras la puerta corredera tras la mesa del comedor se abría y Siwon asomaba su cabeza adentro, gritando—: ¡Jisung! ¿Dónde dejaste la espátula? —su amigo elevó sus cejas una vez le vio—. Oh, hey, Jonghyun. No me di cuenta que ya habías llegado. ¿Ya se presentó Jisung o solo está hablándote hasta por los codos?


El esbelto hombre resopló y echó a Siwon. —Como sea. Dejaste la espátula en el fregadero. —Tomando el plato lleno de vegetales, el hombre se contoneó -en verdad se contoneó- pasando a Siwon y salió al exterior.


Siwon comenzó a reír mientras meneaba su cabeza. —Lamento eso —dijo, cerrando la puerta, quedando solos en la cocina—. Al menos te dio una cerveza. —Declaró al tiempo que rodeaba el mostrador y tomaba la espátula del fregadero.


—¿E-ese es tu hermano?


—Sip, ese es Jisung. Fuera del closet, ruidoso y orgulloso. — Declaró Siwon, riendo. Apoyó su cadera sobre el mostrador e inclinó su cabeza mientras deslizaba su mirada sobre Jonghyun de tal manera que en realidad le hacía sentir incómodo—. Entonces, ¿estás en el closet? ¿Eres bisexual? ¿No quieres admitir que estás caliente por Taemin?


Jonghyun se atragantó con el trago de cerveza que acababa de tomar. Le tomó un segundo, pero finalmente jadeó. —¿Qué?


Siwon rodó sus ojos. —Mira. Hay suficiente tensión sexual entre ustedes dos para llenar una piscina olímpica. ¿Hay algo pasando entre ustedes?


—N-no, no hay nada —las palabras se ahogaron en su garganta.


Una sonrisa torcida curvó los labios de Siwon. Golpeó el mostrador con los nudillos y declaró— : Es posible que quieras repensar tu posición, entonces, porque no hay duda de que hay chispas entre tú y Taemin —apartándose del mostrador, Siwon guió el camino hacia la parte trasera—. Y para que conste, él también te desea a ti —sonrió y abrió la puerta. Justo antes de dar un paso fuera, agregó en un susurró— : Oh, y como justa advertencia. Taemin ya está aquí.


Jonghyun se congeló en la puerta. Sabía que lucía como un ciervo encandilado por los faros, pero no pudo evitarlo. Siwon lo había encasillado tan fácilmente. ¿Podían hacerlo otros también? ¿Sería tan malo si su amigo más cercano sabía la verdad? Obviamente, a Siwon no le importaba. Pero no significaba que tenía que decírselo a todo el mundo.


A pesar de aquellos pensamientos arremolinándose en su mente, con una precisión infalible, la vista de Jonghyun se encontró buscando a Taemin. El hombre estaba sentado sobre un diván, conversando con Jisung. Como si supiera que era observado, Taemin se detuvo en mitad de una oración y giró a mirarlo.


Un chispazo de calor en los ojos de Taemin fue innegable. Y el cuerpo de Jonghyun se calentó en respuesta a ello. Sabía que tendría que tomar una decisión, y rápido. Entonces, al ver a Jisung apoyar su mano sobre el brazo de Taemin para recuperar su atención, Jonghyun supo que la decisión ya había sido tomada.


El destello de celos le dijo a Jonghyun que, de una forma u otra, necesitaba reclamar a ese hombre. 


**********


¿A qué mierda estaba jugando su amigo?


Suspirando de frustración, Taemin decidió que simplemente necesitaba ignorarlos a ambos. Se ubicó cómodamente en el diván, su cabeza mirando hacia adelante. Sus párpados se cerraron hasta la mitad mientras miraba los pinos en el borde del césped de Siwon. A pesar que el hombre siempre afirmó que vivía en un departamento en realidad vivía en un una casa de campo de dos dormitorios en una zona residencial a las afueras de la ciudad.


Las tiras de plásticos con las que estaba formada la silla frente a él soltaron un chirrido, avisando el regreso de Jisung. Taemin no se molestó en mirar hacia su amigo. Sonrió. —¿Trajiste esa cerveza? Estoy pensando que una noche para olvidar esa estupidez en la tienda de la que te hablé podría estar bien.


Por un segundo, Taemin no obtuvo respuesta. Se preguntó con qué broma saldría su amigo. En su lugar, las siguientes palabras fueron dichas en un tono profundo y ronco que provocó en su piel un hormigueo y que su corazón latiera.


—No creo que aquello en la tienda fuera una estupidez. De hecho, todavía planeo hacer algo respecto a esa boca tuya.


Los ojos de Taemin se abrieron por la sorpresa. Su cabeza se levantó bruscamente. Se fijó en la fría expresión de Jonghyun, contradiciendo el calor que seguía brillando en los ojos marrones del otro hombre. La expresión encendió un suave fuego en el vientre de Taemin. Su pene -ya duro hasta la mitad- se puso firme el resto del camino bajo sus jeans.


Finalmente, tomando control de su lengua, Taemin jadeó. —¿Qqué?


Bueno, eso fue lamentable. Si todavía le quedara sangre en el sistema para sonrojarse, probablemente lo habría hecho. Salvo que, entonces Jonghyun sonrió, y le dio una prolongada mirada de arriba hasta abajo al cuerpo de Taemin, para al final inclinarse y susurrar—: Bueno, todo lo que tengo que hacer es amarrar esa lengua tuya con lujuria. Hay que recordar eso.


Jonghyun se acercó más.


Taemin se puso rígido. Sus cejas se dispararon hacia arriba mientras miraba al sensual hombre que quería desesperadamente saborear otra vez.


—¿Qué estás haciendo? —susurró con voz ronca, su mirada fija en los labios de Jonghyun que se acercaba cada vez más.


La boca de Jonghyun se curvó en una gran sonrisa, al tiempo que se acercaba. Taemin se encontró congelado en su silla. Quería alcanzar al hombre.


Ásperos dedos trazaron su mandíbula. —Tranquilo, Taemin. — Canturreó Jonghyun —. No te pongas nervioso conmigo. Estás bien.


Taemin agitó su cabeza ligeramente, lo suficiente para hacer que su cerebro se concentrara. Pero no lo suficiente para quitar esos asombrosos dedos callosos de su mejilla. —¿Qué estás haciendo? ¿De qué estás hablando? —agitó su cabeza de nuevo, esta vez retrocediendo un poco y alejándose de la distracción del toque de Jonghyun, y así poder pensar—. Tú no quieres esto.


Jonghyun sonrió ligeramente y reclinó hacia atrás, su cuerpo acomodándose más firme en su silla. —Creo que es momento de aquel hot dog. Jisung dijo que te gustaban con mayonesa y kétchup, lo cual debo decir, creo que es algo raro. —Le tendió una salchicha envuelta en un pan—. Espero haberlo hecho bien.


Confundido por la primera agresión de Jonghyun y luego su retirada, Taemin tomó la comida casi ausente. La observó, notando que el hombre efectivamente la había traído como a él le gustaba. —Uh, sí.


—Bien —murmuró Jonghyun —. Come.


Taemin obedeció y le dio un mordisco, lo que pareció complacer enormemente a Jonghyun. Una vez tragó, finalmente se las arregló para desenredar sus ideas lo bastante para preguntar—: ¿Qué mierda, Jonghyun? ¿Qué es lo que estás haciendo? —bajando su voz, murmuró—: Respeto tu decisión y ahora mismo estás poniéndola en peligro por actuar así.


Jonghyun sonrió, el movimiento mostró solo el inicio de las líneas de expresión alrededor de sus ojos cafés. —Y te agradezco eso.


Dando un vistazo alrededor, Taemin deslizó su vista sobre Siwon y Jisung, quienes hablaban en voz baja junto a la parrilla. El ligero sonido del timbre de la puerta anunció la llegada de alguien, y Jisung se dirigió al interior para abrir.


Una ruda mano ahuecó la mandíbula de Taemin, volviendo su atención de regreso a Jonghyun. Una vez más, este se inclinó, tan cerca que tentaba a Taemin. El otro hombre frotó su pulgar sobre el labio inferior de Taemin, haciéndole jadear por la sorpresa.


La mirada de Jonghyun parecía atascada en su boca mientras susurraba—: Sé que necesitamos hablar, pero tu boca ha estado distrayéndome por semanas hasta ahora. No he sido capaz de tenerte, besarte, o sacarte de mi mente —admitió Jonghyun.


Las palabras del hombre barrieron por completo las ideas preconcebidas que Taemin tenía de este hombre reservado. El hombre estaba en el closet, ocultando a quien encontraba atractivo, entonces, ¿qué es lo que estaba haciendo Jonghyun?


Inclinándose más, Jonghyun sostuvo su mirada con firmeza mientras declaraba. —Nunca besé a un hombre antes que, a ti, Taemin.


La mandíbula de Taemin cayó abierta bajo el apretón del hombre. —¿Nunca? —¿cómo podía ser? El tipo besaba como un maestro.


—Nunca tuve a un hombre tentándome como tú lo haces, Taemin. Haces que quiera ceder a los deseos que nunca me he permitido experimentar antes —canturreó Jonghyun —. Quiero... — finalmente las palabras del hombre parecieron fallarle y sus cejas se entrejuntaron.


Tomando una línea de Jonghyun, Taemin aprovechó la oportunidad y finalmente alcanzó al hombre. Jonghyun obviamente necesitaba algo. La verdadera pregunta era, ¿sería algo que Taemin podía darle? Tal como el hombre dijera antes, Taemin nunca quiso ser el secreto de nadie. Por lo que, ¿qué tan serio era Jonghyun?


Taemin dejó descansar su mano sobre el hombro de Jonghyun, su pulgar en el límite de la camisa de tela. Flexionando su mano un poco, metió la yema de su pulgar por debajo del borde, y lo deslizó a lo largo de la carne caliente. –Quizás deberíamos ir a alguna parte y hablar de lo que realmente quieres, Jonghyun —se dio cuenta que aquella no era una conversación para la que necesitaran audiencia.


Los hombros de Jonghyun se tensaron un segundo, luego se relajaron. —Está bien. Qué tal si comemos, entonces vamos a tu casa. ¿Podemos?


—Sí —respondió Taemin —. Me gustaría.


La pareja se quedó en silencio y Taemin se comió el hot dog que Jonghyun le trajo mientras el hombre tragaba una hamburguesa de queso. Cada vez que miraba a su compañero de comida, se encontraba con este mirándole. El hombre le sonreía y luego devolvía su atención a la comida.


Taemin no pudo evitar sentirse como un adolescente otra vez, anticipando a qué base le permitiría llegar su cita una vez llegaran al dormitorio. Tuvo que recordarse, varias veces, que ni siquiera sabía si harían algo. Bueno, estaba bastante seguro de que al menos besaría al hombre de nuevo.


Para alivio de Taemin, los chicos los dejaron solos y pronto él y Jonghyun se despidieron. 


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Taemin escuchó la puerta cerrarse. —¿Quieres...?


Fuertes manos agarraron sus hombros y le hicieron girar. Taemin gruñó sorprendido mientras su espalda chocaba contra la pared y Jonghyun le cubría desde el frente. Una especie de déjà vu le embargó cuando se encontró con los oscuros y brillantes ojos de Jonghyun. Una vez más, el hombre entrelazó sus dedos y puso sus brazos por encima de su cabeza.


—¿Jonghyun? —preguntó Taemin suavemente.


—¿Tienes idea de cuánto me arrepentí de irme ese día?


Las cejas de Taemin se elevaron. —¿D-de verdad? —maldición, ¿cómo hacía este hombre para bloquear su lengua de esa forma? Un par de palabras y Taemin ya tenía problemas para respirar, sin mencionar el pensar o hablar.


—Oh, sí —respondió Jonghyun —. Todo lo que pude pensar por días fue en qué habría sucedido si no me hubiera alejado.


Lamiéndose los labios, Taemin tragó y se obligó a idear alguna respuesta. Algo importante estaba pasando allí, y necesitaba que el hombre estuviera seguro. —Tenías un buen motivo para alejarte, Jonghyun —le recordó al hombre.


Jonghyun asintió. —Creí que sí, pero he tenido demasiado tiempo para pensar.


—¿Sobre qué?


—Sobre cómo sería besarte. Sostenerte —la mirada de Jonghyun se deslizó por el cuerpo de Taemin, obviamente fijándose en su pecho—. Quiero ver si tu pecho está esculpido por músculos, tal y como yo creo que lo está. Quiero trazar las cumbres de tus abdominales. ¿Son tus pezones sensibles? ¿Te gusta que jueguen con ellos? — Jonghyun regresó su atención hacia los ojos de Taemin —. Quiero todo contigo. ¿Es tan malo eso?


—No. —Replicó Taemin de inmediato.


Jonghyun se puso rígido. Su expresión cerrándose.


Dándose cuenta que Jonghyun lo había malentendido, Taemin apretó su agarre sobre las manos del hombre antes que pudiera alejarse. —No, no hay nada de malo en ello —aclaró rápidamente—. Cualquiera que diga lo contrario es él que está mal.


La tensión en Jonghyun desapareció. Su manzana de adán se balanceó mientras tragaba con fuerza. —No quiero hablar más — susurró—. Quiero sentir.


Taemin también tragó fuerte, necesitando preguntar solo una cosa. —¿Es esto solo algo de una noche, así puedes sacarme de tu sistema? ¿O estás buscando algo más? —Mientras contenía la respiración, esperando una respuesta, Taemin no estaba totalmente seguro de cual respuesta era la que quería.


Sabía que Jonghyun no estaba listo para dar un paso fuera del closet, sin importar sus acciones en ese minuto y lo que pudiera decir. Con eso en mente, una relación secreta con el hombre podía causar problemas con su plan para obtener la custodia de Mark, incluso si terminaban pasándola bien. Quizás algo de una noche sería lo mejor. Desafortunadamente, por la forma que su cuerpo vibraba cada vez que tenía cerca al sensual entrenador, haciendo que su pene se levantara atento, Taemin no estaba seguro si una vez sería suficiente. ¿Cómo podía arreglárselas para ignorar al tipo la próxima vez que estuvieran juntos cuando sabía ya sabía cómo se sentía el cuerpo de Jonghyun contra el suyo?


—N-no estoy seguro, Taemin —murmuró Jonghyun —. Quiero ser honesto. No creo que esto sea solo una necesidad de sexo para mí.


Taemin frunció su ceño mientras intentaba encontrarle sentido no solo a las palabras de Jonghyun, sino a la expresión en su rostro.


Vio confusión, frustración, y lujuria. Mucha lujuria. Asintiendo, Taemin decidió darle al hombre una oportunidad. —Bueno, ¿qué tal si hablamos una vez nos preocupemos de las necesidades físicas y ambos podamos pensar con un poco más de claridad?


Remarcó su idea meciendo sus caderas. Presionó su erección contra la de Jonghyun, encantado de encontrarla igualmente dura tras la bragueta del hombre. Chispas se alzaron por la espalda de Taemin, dejando escapar un siseo entre sus dientes.


El cuerpo de Jonghyun se estremeció contra el de Taemin, sus caderas sacudiéndose, incrementando la presión y fricción. —S-sí, sí —gruñía Jonghyun —. D-difícilmente puedo pensar cuando estás así de cerca. Me haces algo, me pones tan caliente —continuaba murmurando, casi ausente—. Me encanta saber que estás igual de caliente por mí.


Cerrando la distancia entre sus cuerpos, Jonghyun cubrió a Taemin desde los muslos hasta sus manos unidas. Escondió su cara contra la de Taemin, frotando sus mejillas.


Sus bolas se tensaron. Su piel se puso de gallina. Temblaba mientras Jonghyun continuaba moviéndose contra él. El hombre embestía contra él, estremeciéndose con fuerza, gruñendo en su oído y susurrando su nombre.


¡Santísima mierda! ¡Jonghyun se acaba de correr!


El descubrimiento golpeó fuerte a Taemin mientras escuchaba los guturales gruñidos y suspiros escapando del hombre que seguía moviéndose contra él, perdido en la agonía de su orgasmo. Su polla dolía, sus bolas palpitaban, y se dio cuenta que se encontraba en el borde de correrse también. Cuando los embistes de Jonghyun se ralentizaron aplicando una continua presión a su palpitante pene, combinado con los sensuales sonidos que su nuevo amante hacía, además de su calor y su masculina esencia cubriéndole, Taemin supo que estaba a punto de caer al mismo borde.


Gruñó, no encontrando ningún motivo para combatirlo. Calor y placer impregnaron su sistema mientras su pene se descargaba en sus boxers. Por varios segundos, Taemin se permitió simplemente flotar en las corrientes de la dicha corriendo a través de su sistema. Finalmente, sonrió, girando su cabeza, y presionando un suave beso sobre el costado de la mandíbula de Jonghyun.


—No había hecho esto en años —admitió Taemin.


Jonghyun luchó por controlar su respiración, excepto que cada aliento que tomaba estaba impregnado con el olor de Taemin, el calor de Taemin, y acababa de correrse en sus calzoncillos, embistiendo contra el hombre igual que un adolescente que lo hacía por primera vez. La vergüenza se deslizó por sus venas, hasta que sintió los labios de Taemin cepillarse contra su mandíbula y le escuchó susurrarle al oído.


Incapaz de contener que una sonrisa de satisfacción curvara sus labios, Jonghyun levantó su cabeza. —Ha sido jodidamente caliente.


Taemin sonrió. —¿Y ahora quién tiene la boca sucia?


Jonghyun soltó una risa entre dientes. —Solo digo lo que veo.


Asintiendo, Taemin respondió—: Tienes razón entonces —su expresión se volvió lamentable—. Por supuesto, probablemente deberíamos pensar en limpiar esto o se pondrá realmente incómodo, muy rápido.


Jonghyun asintió, aunque su atención permanecía en los labios del otro hombre. —Quiero besarte primero. ¿Está bien para ti? — Había oído por ahí que algunos hombres no besaban. Se había sentido de la misma manera por mucho tiempo, ya que la única cosa que siempre hacía era manosear a tientas en rincones oscuros con extraños. Obviamente no deseaba hacer algo tan íntimo como besar con uno de ellos.


—Sí. Sí, podemos hacer eso —respondió Taemin, su voz tornándose ronca, indicándole a Jonghyun que al sensual hombre le gustaba verdaderamente la idea.


Tragando con fuerza, Jonghyun contempló los labios con los que había estado obsesionado por las últimas semanas. Sabía que si hacía esto, no había vuelta atrás. Salir con otro hombre no podría ser clasificado más que como quitarse una picazón mutua... pero él deseaba a Taemin demasiado. Este hombre, este esbelto paramédico, se había metido bajo su piel, y Jonghyun no podía negarlo más.


Aflojó su agarre de los dedos de Taemin y suavemente los liberó. De verdad le había encantado como el hombre le permitió maniobrarlo. Se preguntó si Taemin siempre era de esa manera. ¿Disfrutaba siendo manipulado?


Deslizando sus dedos ligeramente por los brazos de su nuevo amante, delineó los esbeltos músculos mientras acariciaba la carne del hombre. La polla de Jonghyun, que nunca se había suavizado, se irguió en sus ahora pegajosos calzoncillos.


Jonghyun terminó de deslizar sus dedos por los brazos de Taemin hacia abajo, sobre sus hombros, y luego subiendo por su cuello, para terminar ahuecando ligeramente la mandíbula del hombre. Pasando sus pulgares por encima del labio inferior de Taemin, Jonghyun sintió su aliento engancharse mientras observaba la boca del hombre abrirse levemente.


Su lengua gruesa y rosada se escabulló fuera y se expandió por su labio inferior.


Jonghyun suspiró e inclinó su cabeza. Titubeó tan solo un segundo, entonces selló sus labios sobre la boca de Taemin. Estiró su lengua, lamiendo la boca de su amante, provocando su carne, alentando a Taemin a que se abriera más. El otro hombre obedeció, y Jonghyun deslizó su lengua al interior de su boca.


El sabor de Taemin estalló en la lengua de Jonghyun, rosada y masculina con un deje a cerveza... todo lo que recordaba y más. Utilizó el agarre que tenía sobre el rostro de Taemin para ladear la cabeza del hombre un poco, permitiéndole meterse más profundo.


Bajando su segundo brazo, Jonghyun envolvió la cintura de Taemin, alejándolo de la muralla hacia su cuerpo. Trenzando su lengua con la de Taemin, Jonghyun engatusó a la del otro hombre a ingresar a su boca, permitiéndole que le chupara suavemente. Taemin le alimentó con un gemido, volviéndose flexible contra él mientras le rodeaba los hombros con sus brazos.


Jonghyun saqueó su boca, sin tener que medir su fuerza, su deseo. Su pene dolía en sus jeans, diciéndole que estaba peligrosamente cerca de un segundo orgasmo en tan poco tiempo. Aquel descubrimiento finalmente atravesó la bruma de su lasciva dominación.


Rápidamente, Jonghyun rompió el beso para mirar sorprendido al hombre en sus brazos. Los ojos de Taemin parecían fuertemente dilatados. Sus labios color rosa lucían hinchados y resbalosos. Sus mejillas estaban sonrojadas y jadeaba pesadamente. Mientras lo observaba, la lengua de Taemin se asomó fuera, deslizándose hasta su labio inferior. Jonghyun imitó el movimiento, capturando un rastro de sabor del hermoso hombre sobre los suyos.


Su respiración se detuvo con la intensidad de su deseo por tomar aquella asombrosa boca de nuevo.


—¿Podemos llevar esto al dormitorio? —preguntó Taemin suavemente.


—B-bueno.


La sonrisa de Taemin se volvió comprensiva. Finalmente, el hombre quitó uno de sus brazos y tocó gentilmente los labios de Jonghyun. Mientras Taemin trazaba su boca con la yema de sus dedos, susurró—: Solo haremos lo que tú quieras.


Jonghyun asintió, aguantando las ganas de morder esos dedos que se deslizaban encima de sus labios. Entonces, se alejaron, y por alguna razón, se sintió decepcionado, como si hubiera perdido una oportunidad.


Afortunadamente, justo ahí, Taemin bajó su segundo brazo y tomó la mano de Jonghyun. Mientras tiraba de él por el pasillo, le dijo—: Creo que tengo una sudadera que podría quedarte.


El ceño de Jonghyun se frunció ante el comentario, no porque el hombre le ofreciera sus ropas, sino porque creyó que le quedaran. Su mano se apretó y la jaló, haciendo que el otro hombre se girara a mirarle. Taemin levantó una ceja a modo de pregunta.


Una posesividad que Jonghyun nunca antes había sentido en su vida hirvió en sus venas, y gruñó. —¿Exactamente la ropa de cuál ex pareja voy a usar?


Por un segundo, los ojos de Taemin se agrandaron. —Whoa, tranquilo, Jjong —murmuró. Levantó su mano libre y acarició el pecho de Jonghyun.


Aun así, Jonghyun no sería disuadido en este caso. —¿Cuál?


Taemin suspiró. —Te estás exaltando por nada —dijo con firmeza—. Le pertenece a un bombero llamado Yunho. Nunca fue ni nunca será mi pareja. Es solo un amigo que viene por aquí algunas veces para las barbacoas y en ocasiones, duerme en el cuarto de invitados. Es un amigo que siempre planea con antelación — continuó Taemin, explicándole pacientemente—. Ha dejado un par de camisas a través de los años, también. Las dejo en el armario de los invitados para cualquiera que pueda necesitarlas.


Bueno, explicado de esa forma, Jonghyun sabía que había sido irracional. Incluso si este bombero resultaba ser un ex amante, había sucedido antes de conocer a Taemin. No tenía ningún derecho a sentirse enojado y Jonghyun lo sabía.


Suspirando, Jonghyun llevó la mano de Taemin hacia sus labios y besó la punta de esta suavemente. —Maldición, lo siento —dijo con brusquedad—. Yo... —agitó su cabeza—. Ni siquiera puedo empezar a explicarlo.


Taemin le sonrió y asintió. —Todos tenemos esos momentos. Estoy seguro que te darás cuenta y te reirás de eso más tarde. 


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Jonghyun no esperaría más, ya no estaba interesado en dialogar. Deslizó sus manos bajo la camisa que sostenía, recorrió con sus palmas la carne fresca. Taemin jadeó, pero no hizo ningún movimiento para detenerlo, mientras continuaba deslizando sus manos hacia arriba por el torso del hombre. Se detuvo un segundo para pellizcar los pezones de Taemin, uno en cada pulgar, satisfecho al escuchar que el aliento de su amante se atascaba en su garganta.


Luego de ello, agarró la tela amontonada, la pasó por su cabeza y retiró del cuerpo del hombre, revelando el pálido y tonificado pecho de Taemin. Sus pectorales estaban claramente definidos, su estómago plano tenía solo una leve insinuación de seis abdominales. Gruñendo ante la vista, Jonghyun recorrió aquella suave línea.


Taemin jadeó suavemente. Los músculos de su estómago se rizaron y contuvo un poco el aliento cuando Jonghyun alcanzó la cima de sus jeans. Le tomó unos cuantos segundos masajear aquellos músculos, antes de caer en la tentación y abrir el botón. Al bajar la cremallera, quedó al descubierto un oscuro bóxer con un grueso miembro que presionaba insistentemente contra él.


Jonghyun había sentido la polla de otros hombres antes, pero descubrir el miembro de su amante él mismo parecía ser mucho más íntimo. Frotó uno de sus pulgares sobre la tela húmeda que delataba la previa liberación de Taemin. Como él, su amante ya estaba duro nuevamente, elevando considerablemente su ego... y al tocarle de esa forma, donde Taemin temblaba ante su toque, hacía que su polla palpitara en sus ya húmedos pantalones.


De pronto, un suave gruñido de Taemin capturó la atención de Jonghyun, y levantó su cabeza para mirar el rostro de su amante. La apretada mandíbula de Taemin junto con los puños cerrados, le mostraron a Jonghyun el esfuerzo del hombre.


Taemin lo observó por entremedio de sus pestañas antes de declarar bruscamente. —Estoy tratando de ser paciente, Jjong, pero no eres el único que ha estado con las nueces levantadas por pensar en los que tal sí.


Jonghyun se congeló. Su hermoso chico tenía su lado dominante o tal vez dos. Su sangre se calentó incluso con más emoción. —Dime lo que necesitas —le instó.


—Quítame mis pantalones y los boxers —exigió Taemin. Tras un segundo, agregó con cautela— con... cuidado.


Asintiendo, Jonghyun tomó su turno de obedecer. Tragándose su inseguridad, agarró los bordes del pantalón del hombre y tras bajárselos, se los quitó. Mientras sentía las manos de Taemin sobre sus hombros, utilizándolo para no perder el equilibrio, se le ocurrió que, en realidad, nunca había desvestido a un amante antes.


Nunca había visto a un hombre completamente desnudo... bueno, fuera del porno -lo que en realidad no contaba- y el cuarto de cambio -donde trataba muy duro de no mirar-. Ni siquiera había desvestido a las pocas mujeres con las que había estado. Habían estado felices de desvestirse ellas mismas, haciéndolo de una manera que él sabía ellas pensaban era provocativo.


—Hey, ¿estás bien? —preguntó Taemin despacio, tocando su cuello, entonces sus mejillas—. ¿Estoy presionándote?


Jonghyun levantó su mirada para encontrar a Taemin mirándolo con preocupación y... afecto en su rostro. Se dio cuenta que estaba congelado con sus manos agarradas a la ropa interior del hombre mientras tenía su pequeño paseo por el carril de los recuerdos.


Luego de lamerse los labios, Jonghyun le sonrió. —Lo siento — murmuró—. Solo que... acabo de darme cuenta que nunca he desvestido a un amante antes —frunció su ceño ante el descubrimiento—. Tengo treinta jodidos años —gruñó, la tensión embargándole—. ¿Qué mierda dice eso de mí?


De pronto, Taemin se agachó a su lado. El otro hombre ahuecó su cabeza, obligándolo a que encontrara su mirada. —No significa nada excepto que tenías otras cosas en mente.


—No —espetó Jonghyun, de pronto odiando las decisiones que había tomado... las decisiones que se había sentido obligado a hacer —. ¡No, significa que fui un cobarde! —se dio cuenta de lo que dijo y se aferró a ello—. Fui —susurró—. Fui un cobarde. — Jonghyun levantó su vista y miró fijamente a Taemin —. No más —prometió—. No más esconderse.


La manzana de adán de Taemin subió y bajó mientras lo miraba. —N-no estoy seguro que debas tomar una decisión como esa así de rápido, Jjong —susurró—. Entiendo que estés molesto por algo, pero... —se detuvo y frunció el ceño, masajeando con aire ausente los tendones del cuello de Jonghyun mientras luchaba por hallar las palabras, pero no parecía ser capaz de ocurrírsele nada.


Jonghyun fijó su mirada en él unos segundos. Lentamente, su tensión disminuyó. No veía ninguna condena en los ojos del otro hombre. Suspirando, Jonghyun vio lo ridículo de la situación. Aun cuando sabía que Taemin estaba en lo correcto, también sabía que había trabajado para llegar a eso durante días, semanas incluso. El haber conocido a Taemin y participado de esa barbacoa fue lo que abrió sus ojos a las posibilidades.


Mirando por encima de los hombros de Taemin hacia la ducha, Jonghyun le regaló una relajante sonrisa. — Vamos a quitarnos esta ropa y tomar ese baño. Entonces, quiero presionarte contra esa enorme cama tuya y besarte entero.


Aun cuando todavía decía aquellas palabras, Jonghyun se dio cuenta cuán verdaderas eran. Quería tocar cada centímetro de la carne del hombre, explorarla, saborearla, y acariciar toda esa carne tonificada.


Jonghyun se movió e instó a Taemin a que se levantara. Ante la cuestionadora mirada de Taemin, sonrió. —He desperdiciado suficiente tiempo. Te quiero desnudo y húmedo y lo quiero ahora.


Con cuidado, Jonghyun quitó la pegajosa tela del miembro de Taemin. Se encogió y murmuró una disculpa cuando Taemin siseó y estremeció, pero no se detuvo. Pronto, Jonghyun logró revelar la dura polla de su amante. El grueso miembro surgió de su cubierta, la dura, pálida carne lista para la acción. La hinchada cabeza, púrpura y rojiza, brillaba con líquido pre-seminal.


—Qué bonita —susurró Jonghyun. Extendió la mano, asombrado, y utilizó solo la punta del dedo índice para girar alrededor de la ancha cabeza. Ante el gruñido de Taemin, Jonghyun levantó la vista. Una vez más, la mandíbula de su amante estaba apretada. Sonrió ante tal expresión, contento de poder crear aquellas intensas sensaciones en Taemin.


Levantándose, hizo lo mejor que pudo por ignorar el meneo del miembro de Taemin que medía tal vez diecinueve centímetros. Señaló hacia la cabina de la ducha y ordenó. —Que el baño comience —entonces empezó a quitarse su propia ropa de encima.


Jonghyun sabía que Taemin le observaba, pero ni siquiera tal conocimiento pudo evitar que se quitara la ropa interior, haciendo una mueca con el tirón del semen ya seco en ellos -y pronto estuvo de pie en cueros.


Taemin ya estaba bajo la ducha, la cascada cayendo sobre su cuerpo. Su amante le tendió la mano, brillantes gotas de agua cayendo por sus dedos. —Ven aquí —le instó Taemin, su voz apasionada e insistente—. Déjame bañarte. Ayudará a relajarte.


Inhalando con fuerza ante la sensual vista frente a él, Jonghyun asintió. —Maldición, sí —murmuró.


Tomando la mano de su amante, Jonghyun siguió la dirección de Taemin, dando un paso hacia el otro hombre y el interior de la ducha. 


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Taemin cruzó el espacio y se sentó a un lado del hombre. Tomando la mano del hombre, Taemin trató de descubrir qué debería decir. Cuando él había salido del closet, no había perdido a su familia, pero sí había tenido amigos que sí. No podía prometer que todos serían comprensivos y le darían su apoyo, porque esa no era la forma en que la vida funcionaba.


Finalmente, se decidió por la verdad. —Creo que eres un amable, trabajador, maravilloso hombre y mereces ser feliz. No puedo prometerte que salir del closet será fácil, pero puedo decirte que tendrás personas aquí apoyándote. Yo, Siwon, incluso Jisung, Minho y Kibum cuidarán tu espalda —apretó la mano de Jonghyun ligeramente, llamando su atención—. Me encantaría estar allí para ti mientras lo hagas, si estás de acuerdo.


—Me encantaría, mucho —susurró Jonghyun. Por unos segundos, deslizó su mirada a través de todo el pecho desnudo de Taemin. Sus ojos oscuros brillaron con lujuria mientras un gruñido cruzaba su pecho—. Te deseo —ladró.


La respiración de Taemin se aceleró ante la lujuria y el deseo en los ojos del hombre. Lamiendo sus labios, la polla de Taemin se flexionó bajo la toalla. —Sí. Está bien.


Jonghyun aparentemente tomó aquello como la confirmación que era, ahuecó la mandíbula de Taemin e inclinó su boca sobre sus labios. Aprisionó el labio inferior de Taemin, haciéndole jadear, entonces introdujo su lengua al interior de la caverna de su boca. Jonghyun se inclinó sobre él, presionándolo contra el colchón. Metió su lengua más allá, follando su boca, comiéndose sus labios, embelesándoleo


Una de las manos de Jonghyun aterrizó en la cintura de Taemin y empujó la toalla, apartándola por encima de su cadera. Cuando la mano del hombre se envolvió alrededor del miembro de Taemin, este gimió en la boca de su amante. Jonghyun rompió el beso, sentándose un poco y observando el pulsante miembro que sostenía en su mano.


No lo acarició, solo masajeó las sensibles arrugas que se encontraban bajo la cabeza. Taemin jadeaba, sus pulmones luchando por llenar su cuerpo de suficiente oxígeno mientras Jonghyun simplemente, al parecer lo admiraba.


—Que hermoso —espetó Jonghyun —. Quiero este en mi culo algún día, pero ahora, de verdad necesito follarte.


Taemin gimió ante las palabras de su amante. Su agujero se apretó y líquido preseminal comenzó a emanar de su cuerpo. Jonghyun apretó su miembro ligeramente, entonces comenzó a masturbarlo.


—¿Podemos? ¿Puedo follarte?


Las rudas preguntas de Jonghyun sacaron un gemido de Taemin. —Oh, mierda, sí —murmuró, incapaz de apartar su mirada del lugar donde la mano de su amante acariciaba su pálida y dura carne. El contraste, junto con el roce, envió un escalofrío por su cuerpo, haciendo que su estómago se contrajera.


Finalmente, Taemin desvió su mirada para encontrarse con los acalorados ojos de Jonghyun. —Aunque vas a tener que soltarme, porque eso se siente demasiado bien y si no paras, me voy a correr pronto.


Sonriendo, Jonghyun observó la polla de Taemin, luego devolvió la atención a su rostro. —Te ves tan sexy así —declaró—. Todo duro y húmedo y vibrante. Me encanta la manera que palpitas en mi mano —mientras hablaba, los ojos de Jonghyun se clavaban en Taemin. Su mirada brillaba, mostrándole que lo que decía era lo que creía verdad.


El miembro de Taemin palpitó con fuerza. Sus bolas se apretaron. Gotas de sudor aparecieron en su frente mientras luchaba por mantenerse a raya. —Basta, maldición —suplicó.


—Córrete para mí —le instó Jonghyun —. Quiero verte pintar tu pecho, bebé. —Su sonrisa salvaje apareció mientras apretaba su agarre y aceleraba sus golpes—. Puedo ver tu saco apretarse. Tu cara está roja. Tus pezones duros. Quieres correrte, ¿o no, Taemin?


Cuando Jonghyun extendió la mano y pellizcó uno de los redondos pezones, fue el golpe final. El movimiento fue directo a su baja espalda. Sus bolas se tensaron a su cuerpo e hilos de semen arrancaron de su polla mientras hacía precisamente lo que Jonghyun quería, su semen pintando su pecho.


Gruñendo, el cuerpo de Taemin se sacudió. Sus músculos se apretaron y su cuerpo se inclinó al tiempo que el orgasmo le enviaba olas de dicha que rebotaban por todo su sistema. —Jonghyun — jadeó cuando su cuerpo comenzaba a calmarse.


Jonghyun murmuró—: Me gusta cuando dices mi nombre.


Taemin escudriñó al hombre por entremedio de sus párpados casi cerrados. —Bueno, lo gritaré las veces que quieras si simplemente haces eso —declaró, jadeando despacio, luchando por recuperar su capacidad de respirar.


Cuando su miembro se volvió demasiado sensible, Taemin tomó la muñeca de Jonghyun y tiró suavemente. Su amante lo liberó, sonriéndole. —Recordaré eso —canturreó—. Entonces, ¿dónde tienes el lubricante y los condones?


Taemin se las arregló para mover su mano en dirección a la mesa de noche.


Jonghyun rio y se enderezó en la cama, luciendo extremadamente satisfecho consigo mismo mientras miraba a Taemin. Al tiempo que daba el par de pasos necesarios para alcanzar la mesa de noche y abría el cajón, Taemin se dio la vuelta sobre la cama y se puso encima de sus rodillas. Miró a su izquierda mientras su amante conseguía los elementos necesarios.


Cuando se enderezó, Jonghyun ladeó su cabeza. Taemin comenzó a ponerse nervioso hasta que Jonghyun le alcanzó con su mano y acarició su costado, descendiendo hasta palmar su trasero. —Jodidamente sexy —susurró Jonghyun.


Taemin sonrió y se retorció un poco. —¿Vas a quitarte esa toalla y unirte a mí?


Asintiendo casi ausente, Jonghyun lanzó los suministros encima de la cama antes de deslizar un bajo el borde de su toalla y jalarla. La tela cedió y cayó, revelando su hinchado miembro. Se sacudió frente a él, perlas transparentes de semen brillando en la punta.


—Eres un hombre tan sexy, Jonghyun.


Jonghyun sonrió mientras se subía a la cama. —Me alegra que lo apruebes —susurró. Acomodó su otra mano sobre el trasero de Taemin, entonces acarició su espalda, luego sus costados hacia sus caderas—. Pero tú eres el sexy aquí. Mírate, tan hermoso.


Taemin no sabía si Jonghyun se había dado cuenta de que hablaba en voz alta. Su expresión parecía de alguna manera perdida mientras mimaba su cuerpo, frotándolo y tocándolo. La piel de Taemin se puso de gallina bajo sus suaves caricias y la sangre volvió a fluir hacia su polla, engrosándola a media asta.


Entonces, Jonghyun utilizó una de sus manos para separar las mejillas de su trasero, dándole acceso a su agujero. Con la otra, sutilmente masajeó la apertura con sus pulgares. Taemin gimió frente a las suaves caricias. Movió sus caderas, tratando de conseguir más, de hacer que su amante lo rompiera. Cuando no sucedió, gruñó de frustración.


—Por favor —rogó.


Jonghyun escuchó aquellas palabras de ruego venir de Taemin y su polla se sacudió desde donde colgaba entre sus piernas. Y aun con el repentino ataque de nervios hormigueando bajo su piel, que le permitió darse cuenta que estaba allí, en la cama de Taemin, con toda la intención de tener sexo con otro hombre, no pudo disminuir su erección.


—He esperado tanto por esto —declaró despacio—. Por ti — palmeó los firmes globos con ambas manos y los separó, revelando el apretado agujero donde quería desesperadamente hundir su adolorido miembro.


Taemin se giró un tanto y tocó su rodilla ligeramente. —Ya no tienes que esperar más. Estoy aquí —murmuró—. Si me quieres.


Jonghyun deslizó su mirada del sensual trasero de Taemin y jadeó con fuerza ante el enorme deseo que brillaba en los chocolates ojos del hombre. —Oh, lo deseo tanto.


Sonriendo, Taemin lanzó el lubricante hacia él. —Entonces, has lo que quieras, Jjong —lo animó—. Ábreme bien y hunde tu gran y hermosa polla en mi interior. Yo también lo deseo —le aseguró.


Alcanzando el lubricante, Jonghyun lo recogió hábilmente, lo abrió y vertió una gran cantidad en sus dedos. Tras un pequeño momento de duda, vertió unas gotas en la grieta de Taemin, también.


Taemin se estremeció, pero no se quejó.


Jonghyun frotó su índice alrededor del músculo unos cuantos segundos, entonces presionó. Con un poco de esfuerzo, el apretado anillo se abrió, permitiéndole deslizar la mitad de su dedo en el caliente y apretado agujero que nunca antes había sentido. Lo sacó un poco, entonces volvió a meterlo tan profundo como su dedo podía.


Su gemido igualó al de Taemin. Sus bolas se apretaban con la idea de hundir su pene en el interior del espacio caliente que rodeaba su dedo. Sabía que sería glorioso.


Sabiendo que no sería capaz de contenerse mucho más tiempo, Jonghyun comenzó a trabajar la apertura de Taemin en serio. Había visto porno y sabía -en teoría- qué se suponía era lo que tenía que hacer. Deslizó un segundo dedo además del primero, satisfecho de oír a Taemin gemir. La forma que meneaba sus caderas, empujando su trasero hacia arriba a la presión de sus dedos, le hablaron del disfrute de Taemin.


Jonghyun comenzó a sentir en el agujero que tocaba, buscando... buscando... cuando Taemin gritó con voz ronca y su cuerpo se sacudió, Jonghyun supo que lo había encontrado.


—Ah, mierda —sollozó Taemin —. Hazlo de nuevo.


—Lo tienes, bebé —canturreó Jonghyun. Era la primera vez que utilizaba aquel apodo cariñoso. Nunca antes había llamado por un apodo a alguien, pero con Taemin, parecía ser que no podía evitarlo. Se sentía tan natural, como si con Taemin estuviera destinado a estar, en cada sentido de la palabra—. Te ves tan bien montando mis dedos —balbuceó, cautivado por la forma que Taemin estiraba sus músculos apretados para acomodarse mientras metía un tercer dedo en su interior. Su respiración se cortó cuando comenzó a follar con sus dedos a su amante—. Quiero mi polla aquí.


Taemin gimió. —Oh, maldición, sí. Estoy listo, Jjong. Fóllame.


Despacio, Jonghyun retiró los dedos del agujero de su amante y agarró un condón. Tras enrollar el caucho en su polla, levantó sus dedos resbalosos para cubrirlos con lubricante. Tomó su miembro y lo guió hasta el apretado y lubricado agujero.


Jonghyun pulsó su miembro recubierto contra la apertura de Taemin y se detuvo. Tragando duro, frotó su mano libre arriba y abajo de la espalda de su amante unos segundos.


Debió ser suficiente para que Taemin se diera cuenta, ya que miró por encima de su hombro y murmuró—: ¿Jonghyun? ¿Estás bien?


Asintiendo, Jonghyun murmuró también—: No quiero hacer esto...


—Hey —le calmó Taemin —. Te lo dije. No tenemos que hacer nada que no quieras —le aseguró.


Jonghyun frunció el ceño, viendo las tensas líneas en el rostro de Taemin. —¿Huh?


Taemin sonrió, aun cuando comenzaba a alejarse. —Puedo chupártela a cambio, si quieres.


Entonces, lo que había dicho finalmente golpeó a Jonghyun.


Agarró las caderas de Taemin, manteniéndolas en su lugar. — Espera. ¡No! Eso no es lo que quise decir.


—Estoy confundido.


Mierda, eso no era lo que Jonghyun había pensado. —Maldición, no —ladró—. Te quiero sobre tu espalda —se estremeció ante la idea—. Quiero ver tu rostro, besarte. ¿Está bien eso?


Las cejas de Taemin se elevaron. Su amplia sonrisa separó sus labios. —Sí, Jjong —le aseguró—. También me gustaría.


Una nueva oleada de emoción embargó a Jonghyun y observó con anticipación cómo Taemin se giraba sobre su espalda y separaba sus piernas. El pene de su amante se extendió sobre su ingle, sobresaliendo de su nido de suaves rizos.


Incapaz de evitarlo, Jonghyun lo alcanzó y recorrió la gruesa vena que atravesaba la pálida polla de su amante. No parecía tener suficiente de las diferencias entre ellos. Por alguna razón, Jonghyun encontraba que el contraste entre ellos era jodidamente sexy.


Jonghyun deslizó sus primeros dos dedos hacia abajo por el miembro de su amante y encima de sus bolas, recorriendo el suave vello de los globos. Taemin abrió más sus piernas, retorciéndose en la cama.


—Ahora, por favor, Jjong —gimoteó Taemin.


Su propia polla le dolía, Jonghyun agarró una almohada y la empujó bajo la cadera de Taemin. El otro hombre pareció sorprendido por un segundo, pero entonces sonrió. —Mmm, buena idea. —Con sus caderas en alto y sus piernas bien separadas, el miembro de Taemin estaba completamente expuesto, pero su amante no parecía una pizca de tímido o preocupado. En su lugar, extendió sus manos y atrajo a Jonghyun —. Vamos, amante. Creo que ya hemos esperado lo suficiente, ¿no crees?


Gimiendo, siseó. —Sí.


Jonghyun se extendió sobre Taemin. Por unos segundos, descansó su peso en sus manos y miró su cuerpo hacia abajo. Lo recorrió despacio, frotando su polla recubierta contra la dureza de Taemin, admirando la oscuridad junto a la luz.


Los dedos de Taemin se apretaron en los antebrazos extendidos de Jonghyun que lo admiraba. Levantó su cabeza y observó los necesitados ojos chocolates de su amante. Asintiendo, Jonghyun cambió de posición. Utilizando una mano, llevó de una vez su pene hacia el agujero de Taemin. Presionó hacia adelante con insistencia.


La cabeza del miembro de Jonghyun se abrió paso a través del apretado anillo de músculos. Calor y presión sujetaron su pene. Gruñendo, embistió nuevamente un poco, entonces retrocedió. Le recorrió despacio, aliviándose en su amante. Muy despacio, la presión caliente nunca antes sentida rodeaba su adolorido miembro.


Finalmente, las bolas de Jonghyun chocaron contra la abertura de Taemin. Se estremeció y detuvo, luchando por controlarse. Cada uno de sus instintos le gritaba que se saliera y empujara de vuelta de nuevo, una y otra vez hasta que sus bolas explotaran y se perdiera en la sensación.


En su lugar, Jonghyun levantó su cabeza y observó a su amante. Se fijó en el rosado rubor sobre el pecho de Taemin, su cuello e incluso sus mejillas. Los dedos de Taemin se agarraban a los antebrazos de Jonghyun, sus uñas enterradas en su carne. Supuso que terminaría con marcas después, y la idea de llevarlas le llenó de un fiero orgullo.


Jonghyun observó las profundidades de los ojos de Taemin, oscurecidos de pasión mientras apretaba sus dientes y retiraba su polla mucho más lento de lo que su cuerpo gritaba que hiciera. Vio cada sacudida, escuchó cada jadeo que el otro hombre hizo y a Jonghyun le encantó.


Cuando el borde acampanado de la cabeza del miembro de Jonghyun tiró del anillo de músculos, se detuvo. Los ojos de Taemin se abrieron y sus labios se movieron despacio, aunque ningún sonido salió de ellos. Sonriendo, Jonghyun se inclinó y probó de los labios de Taemin ligeramente mientras se deslizaba de nuevo de regreso al interior del hombre.


—Nunca conocí nada que pudiera sentirse así —balbuceó Jonghyun. Con su boca presionada con la de su amante, sus palabras salieron un tanto enredadas.


Taemin gimió despacio antes de murmurar—: ¡Entonces fóllame como si lo quisieras, maldición!


Jonghyun gruñó. Descendiendo para poder estar más juntos, Jonghyun aceleró sus embistes. Gruñó, disfrutando de las chispas que corrían por su sistema y el estrecho canal que masajeaba su polla.


Sus caderas dieron un chasquido, Jonghyun gimió sonoramente. Envolvió uno de sus brazos bajo el hombre, alrededor de la parte baja de su espalda y enterró los dedos de su otra mano en el suave cabello de Taemin. El hecho de que tenía casi todo su peso encima del otro hombre flotó a través de su cerebro nublado por la lujuria, pero mientras se empujaba en su amante, no pudo encontrarse a sí mismo para moverse.


Entonces, los brazos de Taemin se envolvieron alrededor de él a cambio, agarrándolo con fuerza. Gruñía mientras levantaba sus piernas y las envolvía alrededor, enganchándolas sobre las caderas de Jonghyun. Se meció contra él, encontrándolo en cada embestida.


—Mierda, Jjong —gruñía Taemin en su oído—. Sí, así es. Justo ahí —gemía y jadeaba antes de agregar—: Justo, justo ahí. Dios, sí.


Jonghyun sonreía, una satisfacción feroz recorriéndolo. —Sí — murmuró en respuesta. Siseando, agregó—: Amo los sonidos que haces. Más. Quiero oír más —incapaz de contenerse, tan atrapado en el dichoso calor alrededor de su polla, Jonghyun se metió repetidas veces en el interior de su amante, perdido en las sensaciones.


Taemin clavó sus talones en el trasero de Jonghyun, sosteniéndole fuerte. —Ah, sí —espetó—. Quiero sentirte por días. Tan jodidamente bueno —entonces, Taemin bramó, gritando su nombre.


El orgullo inundó a Jonghyun mientras caliente semen cubría su abdomen, indicándole que el otro hombre se había corrido. Entonces, el canal de su amante lo sujetó con firmeza, aferrándolo en un agarre tan apretado, tan caliente, que las bolas de Jonghyun se comprimieron tan rápido que no tuvo la menor oportunidad de controlarse. Bramando, se las arregló para llegar a su amante una vez, dos más, antes de que su polla estallara, llenando el condón chorro tras chorro de semen.


Jonghyun suspiró, flotando agradablemente mientras las endorfinas corrían a través de su sistema. Cuando regreso despacio en sí, se dio cuenta que todo su peso descansaba sobre Taemin. En lugar de apartarlo, el hombre lo sostenía cerca, cepillando sus manos suavemente de arriba abajo por los músculos de la espalda de Jonghyun.


Suspirando, murmuró—: Wow. Eso fue... asombroso.


Taemin besó un lado de su cuello. —Sí. Me encantó sentir tu peso sobre mí.


—M e g u s t a e s t a r a q u í —admitió Jonghyun.


Desafortunadamente, sabía que necesitaba moverse pronto. Su pene ya blando indicaba que corría el riesgo de perder el condón, lo que sería completamente contraproducente con el propósito de usar protección—. Tengo que levantarme.


Besando su cuello nuevamente, Taemin presionó sus costados. —Gírate, amante —susurró—. Yo me ocuparé de todo.


Incapaz de reunir las suficientes agallas tras su orgasmo volador de mentes, Jonghyun obligó a sus extremidades lo suficiente para que tomaran la base del condón. Luego se alejó de su amante y se dejó caer.


Taemin gruñó ante la desconexión, pero entonces se acercó girando y besó rápidamente a Jonghyun en los labios, antes de decir —: Ya vuelvo —le dio un guiño, sonrió y agregó—: No vayas a ninguna parte.


Jonghyun sonrió. —Cero posibilidades de eso —le aseguró, riendo. Volvió su cabeza y vio el sexy trasero de Taemin dejar el cuarto. Todavía podía ver rastros de marcas salpicadas por el trasero de su amante y para su sorpresa, su polla se sacudió contra su muslo. Gruñendo, Jonghyun alcanzó varios pañuelos de la caja sobre la mesa de noche. Se limpió su miembro y envolvió el condón, entonces se dio cuenta que no sabía qué hacer con él.


Frunciendo el ceño, Jonghyun exclamó. —Hey, ¿dónde está el cubo de la basura, bebé?


—Por el lado izquierdo de la cama —escuchó la respuesta de Taemin.


Girando, Jonghyun vio el cubo y tiró el montón de pañuelos adentro. Un momento después, Taemin regresó de vuelta al cuarto. Se detuvo a un lado de la cama, sosteniendo una toalla para limpiarlo. La sostuvo en alto y sonrió, aunque parecía un tanto inseguro mientras decía—: ¿Puedo limpiarte? Se sentirá mejor que con solo esos pañuelos.


El instinto de Jonghyun fue decir no, gracias, pero no solamente disfrutaba del toque de Taemin, sino que también quería sentirse cómodo con su amante... lo que significaba que su amante necesitaría sentirse cómodo con él.


Asintiendo, Jonghyun le guiñó un ojo y levantó una rodilla. — ¿Ves algo que te guste? —bromeó.


Su broma tuvo el efecto deseado, y Taemin rio. —Sabes que sí —murmuró, suspirando apreciativamente mientras pasaba el paño tibio sobre el pene ya suave de Jonghyun.


El roce de la tela sobre su piel excesivamente sensible hizo que Jonghyun gruñera, luego un gemido se escapó de sus pulmones cuando Taemin deslizó la toalla por sus bolas. —Oh, joder —gruñó, luchando contra un estremecimiento.


Riendo, Taemin se inclinó cerca. —Te dije que se sentiría bien.


Disfrutando del tono juguetón de Taemin, Jonghyun ladró. —Ven aquí —lo alcanzó y envolvió sus brazos alrededor de su torso. Tirando y rodando, Jonghyun arrastró a Taemin a la cama. El otro hombre gritó, pero no lucho contra él. Segundos después, Jonghyun medio se tendió encima de la parte superior de Taemin, sonriéndole hacia abajo.


—Uh, adivino que no te espantaste conmigo, ¿huh?


La pregunta sorprendió a Jonghyun. Sus cejas se levantaron. Entonces, se dio cuenta de lo que su amante había tratado de ofrecerle al alejarse y limpiarse él mismo. Si Jonghyun hubiera necesitado espacio, necesitado huir, Taemin le habría dado eso.


Un calor invadió a Jonghyun, que no tenía nada que ver con lujuria. Bajando su cabeza, acarició el cuello de Taemin, luego mordisqueó todo el camino arriba hasta su mandíbula. Taemin inclinó su cabeza, dándole más acceso, y Jonghyun susurró su apreciación. Finalmente, una vez alcanzó la boca de su amante, depositó un suave beso mariposa sobre los labios de Taemin antes de canturrear. —Te amo. —Las palabras salieron de su boca sin ninguna consciencia. Simplemente miraba fijamente los ojos de Taemin y mientras el cuerpo de su amante se tensaba, Jonghyun contuvo la respiración con fuerza.


Tendidos allí, mirándose el uno al otro, el hombre vio cómo los ojos de Taemin se cerraban, escondiendo sus emociones. Aquello lo hirió más de lo que podría decir, pero comprendió su reacción. Lo que acababa de decir, probablemente no solo aturdió al hombre, sino que tal vez lo asustó de Jonghyun también.


Aun así, Jonghyun se dio cuenta que había dicho la verdad, y de alguna forma, necesitaba que Taemin viera eso.


Desafortunadamente, no se creía capaz de ver el rechazo en los ojos del otro hombre, por lo que cambió su posición un poco y con él al otro hombre también, y Taemin se dejó.


Terminaron tendidos con la espalda de Taemin presionada contra el pecho de Jonghyun. Sostuvo a su amante cerca, aunque mantenía sus brazos sueltos. Finalmente, susurró—: No mentía y no lo dije en el calor de la pasión. — Jonghyun puso su cara en el hueco de su cuello y continuó—: No espero que me digas lo mismo y te aseguro que no quería decírtelo. Yo solo... nunca me sentí de esta forma por nadie y creo que solo, se me escapó.


Suspiró y levantó su cabeza para presionar un prolongado beso sobre la suave piel detrás de la oreja de su amante, luego finalizó. —No quise hacerte sentir incómodo, pero espero que esto no te haya asustado —no fue capaz de decir lo lamento ya que realmente no se sentía de esa forma. De hecho, a decir verdad, se sentía aliviado. No tenía idea lo que aquello decía de él.


Taemin lo miró por encima de su hombro, buscando su rostro bajo la tenue luz de la lámpara por unos segundos. Al final, susurró —: Me sorprendiste. Admito eso —tras un par de segundos de silencio, agregó—: Y no estoy seguro de cómo quieres que responda.


Sintiéndose sorpresivamente bien con aquella admisión, Jonghyun rio. Presionó un beso en los labios elevados de Taemin y le sonrió hacia abajo. —No digas nada. Sí, lo dejé salir, pero no me voy a disculpar. Ahora ya sabes lo involucrado que estoy —luego, su sonrisa titubeó—. Supongo que, solo puedo pedirte que no andes por ahí con otros mientras le damos un nombre a esto. Yo, uh... —hizo una mueca, luego se enfrentó a la mirada de su amante, y declaró con gravedad—. Mi mamá era una persona infiel. No sería capaz de tratar con alguien que me hiciera eso.


Ante aquello, Taemin se giró un poco, luego inclinó y presionó un suave, dulce y demasiado corto beso en los labios de Jonghyun, deslizando su lengua para compartir sus sabores antes de retroceder nuevamente. —Eso, puedo prometértelo. Serás solo tú mientras lo descubrimos.


—Gracias —respondió Jonghyun, más aliviado de lo que quisiera admitir.


Taemin suspiró y agarró los brazos de Jonghyun, tirando de él más cerca. —¿Te quedarás a pasar la noche?


La pregunta sorprendió a Jonghyun, pero no compartió aquello. En su lugar, apretó su agarre y se acurrucó cerca. —Trata de deshacerte de mí. 


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—¿Te gusta la carne asada? —preguntó Jonghyun.


Taemin inclinó su cabeza. —Sip. Por alguna razón, siempre me las arreglo para que la carne me quede dura, así que no la hago. Cuando quiero comer, vengo aquí —admitió.


—Yo hago una asombrosa carne asada, si me permites decirlo. Acabo de terminarme unas sobras la semana pasada.


—Me lo perdí. La historia de mi vida —murmuró Taemin, luego sonrió al hombre así le hacía saber que solo bromeaba.


Jonghyun le sonrió de vuelta e inclinó hacia adelante. —Te haré carne asada cuando quieras, bebé.


Taemin no pudo evitar notar el apodo cariñoso viniendo de Jonghyun -en medio de un restaurant- y sus cejas se levantaron. La manzana de adán de Jonghyun subió y bajó y la mirada que alineó al menú podía hacer agujeros en él como si de pronto fuera tan intensa como un láser.


—Buenas tardes, Taemin. Buenas tardes, entrenador. —La alegre camarera tomó aquel momento para aparecer y de un golpe poner dos vasos con agua frente a ellos. Sin tener que preguntar, volteó la taza de café de Taemin y la llenó de un humeante líquido negro. Luego, señaló la taza boca abajo frente a Jonghyun —. ¿Quieres café, entrenador?


—Uh, sí, por favor —replicó, rápidamente volteando su taza. Luego que ella la llenara, él envolvió sus manos alrededor y la acercó. Como efecto práctico, pareció utilizarla como si fuera un escudo.


Taemin trató de que eso no le hiriera.


—¿Ya saben que van a pedir? —preguntó la mesera, su lápiz posicionado sobre el block de pedido.


Asintiendo, Taemin replicó. —Quiero el pastel de carne y el de zanahoria. Tráelos al mismo tiempo ¿te parece?


—Muy bien. —se volvió hacia Jonghyun, una tímida sonrisa curvando sus labios—. ¿Qué hay de ti, entrenador?


—Uh, pastel de pollo —respondió.


—Buena elección —dijo, anotando la información— volveré con el pedido dentro de poco —con eso, la alegre mujer se abrió paso hacia otra mesa, reponiendo otras tazas con café mientras se dirigía hacia la cocina.


Jonghyun suspiró y finalmente regresó su atención hacia Taemin, su expresión de alguna manera cautelosa. —Me disculpo si te hice sentir incómodo. Es una costumbre.


Las cejas de Taemin se levantaron, confundido. —¿Huh?


—Por llamarte bebé. — Jonghyun le ofreció una débil sonrisa—. Trataré de no hacerlo fuera de la casa si no quieres que lo haga.


Sus palabras no le hacían ningún sentido. Taemin tocó ligeramente la mesa con el pulgar mientras forzaba lentamente a su boca a formar las palabras. —¿Estás...? ¿Estabas...? —se detuvo, sacudiendo su cabeza una vez, y tratando nuevamente, de inclinarse más cerca y así murmurar—: Estoy fuera del closet, Jonghyun. Todos lo saben. Tanto como me gusta oírte llamándome bebé, si alguien más te oye llamándome así, sacarán algunas conclusiones para las que tú tal vez no estés listo.


Por medio segundo, una mirada herida cruzó el rostro de Jonghyun, muy parecida a una mirada producida a cuando se recibe una cachetada. Se recuperó rápidamente, bebiendo de su café. Acomodando la taza sobre el plato, Jonghyun apoyó ambas manos sobre la mesa, doblándolas frente a él.


Jonghyun le observó fijamente mientras declaraba. — Taemin, soy gay —se detuvo, su mandíbula trabajando, obviamente preparándose para decir algo más.


Taemin esperó, su corazón en la garganta. No podía permitir que el hombre pusiera su vida al revés sin antes compartir algunas mierdas importantes con él... como haber pedido la custodia de Mark. Se sintió un tanto culpable por mantener esa información para él tanto tiempo, pero tardaría mucho en poner en orden el papeleo, incluyendo las declaraciones de otras personas que se dieron cuenta cuan a menudo él se hacía cargo de Mark.


—Sé que lo eres —murmuró Taemin. Se acercó y tocó las manos de Jonghyun, dándole lo que esperaba fuera una sonrisa de ánimo—. Y sé que estás tratando de encontrar la forma de salir del closet, la cual nunca es fácil. Pero, por favor, dime que estás haciendo esto por ti y no por mí.


Parpadeando, Jonghyun se quedó en silencio. Levantó la vista y Taemin siguió su mirada. Vio que la mesera volvía con su comida. Llevaba una definitiva inclinación interrogativa en sus labios y cejas mientras se fijaba en cómo Taemin se inclinaba sobre la mesa y tocaba a Jonghyun.


En lugar de espantarse, Jonghyun palmeó la mano de Taemin y finalmente respondió—: Un poco por ambos, si soy honesto — sonrió, el movimiento alcanzando sus ojos—. Y estoy feliz por ello.


—Muy bien, chicos —murmuró ahora junto a su mesa—. Aquí está el pastel de carne para ti —declaró, moviendo un plato hacia la mesa. Taemin retiró sus brazos así ella podía colocar el humeante plato frente a él—. Y el pastel de pollo para ti, entrenador. Aquí también está el pastel de zanahoria, Taemin —dijo, completando la mesa. Para crédito de la joven, se las arregló para conservar su expresión neutralmente agradable cuando se encontró con la mirada de los dos hombres—. ¿Más café o algo más que pueda traerles?


Jonghyun sacudió su cabeza, diciendo. —No, gracias. Esto luce genial.


—Estoy bien, gracias —respondió Taemin.


—Bien, llámenme si necesitan algo —les dijo. Mientras se alejaba, deslizó una meditativa mirada sobre Jonghyun, luego se dirigió hacia otra mesa.


Taemin supo que el chismorreo acababa de empezar.


—Entonces —comenzó Jonghyun, quitando la corteza superior del pastel, liberando el vapor— Siwon compró entradas para el juego de la próxima semana, pero no puede ir. Me ofreció las dos a mí. Podríamos conducir fuera de la ciudad el viernes en la tarde, pasar el sábado paseando, y conducir a casa el domingo en la tarde después del juego.


Las cejas de Taemin se levantaron. —¿Qué fin de semana es ese?


—El próximo —respondió Jonghyun, empujando su tenedor dentro del pastel para recoger una saludable porción de masa, guisantes, zanahorias, patatas y pollo—. Ya sé que es algo de última hora —agregó antes de soplar su comida. Luego sonrió—. Pero debería ser un buen juego.


Buen o mal juego le daba lo mismo a Taemin. No seguía lo suficiente ningún deporte como para ver la diferencia. Era el hecho de que Jonghyun se lo pidiera, queriendo pasar todo el fin de semana con él lo que provocaba que su corazón se agitara en su pecho.


Abrió su boca para decir que sí, excepto que, ¿el próximo fin de semana? —Mierda, desearía poder, Jjong, pero se supone tengo que cuidar a Mark ese fin de semana —hizo una mueca— bueno, si los planes no cambian, después de todo —se pasó las manos por el rostro, repentinamente ya sin hambre.


Jonghyun bajó su tenedor, con la expresión preocupada. — ¿Pasa algo? ¿Está todo bien con tu hermana?


Taemin sabía que no podía posponer esa discusión por más tiempo. Especialmente desde que su amante sabía que él y Taeyeon habían discutido días antes cuando ella, nuevamente, dejó a Mark en la entrada de su casa. Taemin estaba con ella al teléfono cuando Jonghyun llegó a recogerlo para salir hacia la barbacoa en la granja de su amigo. Ese había sido el empujón final que necesitó para descruzar sus brazos y terminar de juntar los últimos papeles de la custodia.


Inclinándose hacia adelante, Taemin pregunto despacio—: ¿Podemos ir algún lugar privado para hablar? —aquella no era una conversación que pudiera hacerse en público.


Las cejas de Jonghyun se juntaron por la preocupación, pero asintió y respondió sin titubear. —Sí, claro. ¿Está todo bien?


Taemin sacudió su cabeza. Recuerdos de todas las veces que Taeyeon había fracasado miserablemente en seguir adelante se deslizaron en él, haciéndole sentir frágil y molesto. Poniendo los sentimientos a un lado, admitió. —No, y podría afectar nuestra... — miró alrededor, sin molestarse en terminar.


Al parecer Jonghyun no estaba siquiera reticente. Frunció su ceño y declaró firme. —No hay nada que pueda hacer que cambie lo que siento por ti, nene —siseó—. Desearía que me creyeras.


Asintiendo, Taemin llamó a la mesera y pidió un par de cajas. Jonghyun lo vio depositar la mayoría de su comida en el interior del contenedor con preocupación. Luego, siguió el ejemplo de Taemin. Cerrando la tapa, el otro hombre trató de ignorar la opresión en su pecho.


Sabiendo que solo estaba siendo paranoico, no detuvo que su corazón siguiera galopando. En algún momento a lo largo del tiempo, el voluble músculo en su pecho se había ido y enamorado del sensual hombre frente a él. El miedo de que Jonghyun pudiera marcharse por poco lo paraliza.


Necesitando aire, Taemin se puso en pie. Sacó su billetera y lanzó varios billetes sobre la mesa para cubrir ambos almuerzos, entonces se dirigió a la puerta y a la promesa de aire fresco.


Una vez afuera, Taemin se detuvo e inhaló varias bocanadas de aire hacia su pecho. Inclinando su cabeza hacia atrás, observó las nubes grises en lo alto, la promesa de más nieve burlándose de él.


Una mano sobre su hombro le sobresaltó. Se giró, solo para encontrar a Jonghyun de pie tras él con sus manos en la típica posición de tranquilo, la bolsa de plástico conteniendo sus cajas de para llevar colgando en su mano izquierda. Taemin hizo una mueca. Necesitaba calmarse.


Jonghyun dio un paso hacia él. Esta vez, volteó a Taemin amablemente, con una mano en su hombro, luego acomodó su otra mano sobre su espalda baja. La presión se sentía bien, tranquilizadora. Aturdido, Taemin se permitió ser guiado hasta la camioneta de Jonghyun.


Ni siquiera pudo levantar una protesta cuando Jonghyun lo ayudó a meterse al asiento, murmurando suavemente. — Volveremos por tu auto más tarde.


Taemin asintió.


Jonghyun bordeó el frente, subió detrás del volante y acomodó la bolsa sobre el entarimado del suelo tras su asiento. Su amante acomodó su mano sobre el muslo de Taemin y se aferró a ella como una cuerda de vida. 


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Jonghyun le había contado todo sobre su familia, incluso que ante ellos todavía no salía del closet. Su intestino todavía se apretaba cada vez que pensaba en lo que su padre podría decir. No quería perder el amor y el respeto del hombre, pero tampoco quería perder la oportunidad de hacer una vida con Taemin.


—Hay algo que necesito decirte —declaró Taemin, apoyándose en el sofá para observarlo.


Jonghyun puso esa decisión en segundo plano e hizo una señal con la mano a Taemin para que continuara. Esta vez su corazón golpeaba en su pecho por una razón completamente diferente. Haría lo que fuera por este hombre. Oraba que aquello no incluyera al hombre pidiéndole espacio.


Tras tomar otro sorbo de su trago, Taemin observó el interior del vaso. —¿Recuerdas la noche que nos conocimos? ¿En el juego?


Como si Jonghyun pudiera olvidarlo. Conocer a Taemin golpeó su mundo girando todo su eje. Tendió su mano y agarró la rodilla de su amante. —Agradezco por ese día cada vez que pienso en ello — admitió.


Taemin levantó su cabeza y le sonrió irónicamente. —Yo también, pero no lo saqué a colación para ser alabado.


Aliviado de que Taemin pareciera haber recuperado su compostura, Jonghyun tomó un sorbo de su propio vaso mientras apretaba la rodilla del hombre. Hizo un movimiento de continuar con su mano.


—El día anterior, Taeyeon dejó a Mark en la entrada de mi casa —los ojos de Taemin se volvieron graves—. Yo no estaba allí. No sé cuánto tiempo estuvo sentado fuera, esperándome a que llegara del trabajo.


Los ojos de Jonghyun se agrandaron. —Mierda —–susurró.


Taemin suspiró. —La llamé y fue como que ni siquiera le importó —restregando su mano libre por sobre su cara, Taemin murmuró—: Ella siempre ha sido muy rara, pero nunca dejó al niño antes. Luego me dijo que él se quedaría conmigo por el fin de semana. Ni siquiera preguntó. Simplemente dijo que iría Incheon y que recogería a Mark el domingo en la noche —dejando caer su mano, los ojos de Taemin estaban llenos de angustia—. ¡Pero no lo hizo!


—¿No hizo qué?


Taemin frunció su ceño. —Nos dejó plantados el domingo en la tarde y no se apareció hasta la noche del lunes —dio de baja el último poco de su trago y se puso de pie. Jonghyun lo observó mientras comenzaba a pasearse. Mientras lo hacía, Taemin hablaba, contándole cada una de las veces que Taeyeon dejó a Mark y cuán a menudo no tenía noticias suyas y le era imposible saber en realidad cuándo recogería al chico de nuevo.


Jonghyun había pensado que era extraño que Mark estuviera donde Taemin tantas veces, pero solo creía que Taeyeon trabajaba hasta tarde en algún salón, ya que se había enterado que ella era una peluquera. Excepto que, ahora se daba cuenta que no era el caso. Taeyeon no trabajaba. Se iba de fiesta... un montón. Y, ahora, Taemin temía que no todo lo que Taeyeon utilizaba fuera legal y Mark le había dicho a su tío de las veces que debió quedarse en su cuarto cuando la gente venía y ponían la música a todo volumen.


Finalmente, Taemin detuvo su paseo y giró para encarar a Jonghyun, su expresión reservada. —No puedo, con la conciencia tranquila, permitir que Mark viva en esa clase de ambiente. Me contacté con un abogado y pedí su custodia.


Esta vez, fue el turno para que la mandíbula de Jonghyun cayera, la sorpresa recorriéndolo. —Oh. —Susurró.


Suspirando, Taemin pasó una de sus manos por su mandíbula.


Observó la pared sobre la cabeza de Jonghyun mientras decía. — Quiero hacerle frente a esto contigo, Jonghyun. Si no quieres salir con un tipo que podría terminar con un niño, lo entiendo.


Jonghyun ladeó su cabeza al tiempo que la irritación le inundaba. Sabía que estaba frunciendo el ceño, pero no podía evitarlo. ¿Después de haberle compartido todo acerca de su crianza, Taemin creía que lo abandonaría ahora?


Despacio, se puso de pie. —Espera un minuto —ladró— ¿Crees que me alejaría de ti, si tuvieras a Mark a tiempo completo?


Taemin sencillamente lo miraba, su expresión reservada.


—Lo crees —gruñó Jonghyun —. Maldición, Taemin. Después de todo lo que te conté sobre ayudar a criar a mis hermanos, ¿piensas que tener a Mark todo el tiempo es una razón para romper? — sacudió su cabeza, ofendido y herido.


La sangre inundó las mejillas de Taemin y no pudo continuar sosteniendo la mirada de Jonghyun mientras murmuraba—: Hay una cosa más, Jonghyun. —Dirigió sus ojos al rostro de Jonghyun, luego los volvió a desviar—. Para que yo pueda tener una oportunidad de conseguir la custodia de Mark, no puedo... —hizo una mueca, luego continuó despacio—. Si estoy en una relación, bien, pero tengo que ser sincero al respecto en la corte. — Taemin aclaró su garganta y agregó—: Taeyeon debió recibir los papeles esta mañana por mi abogado y un trabajador social iría con ellos para revisar si los cargos por abandono y seguridad infantil fueron hechos con fundamentos o no. Todo podría pasar muy rápido.


Taemin finalmente se encontró con su mirada y la culpa y el miedo cruzando el rostro de su amante por poco le arranca el corazón a Jonghyun. —Estoy yendo contra mi hermana, la madre de Mark, porque temo por la seguridad y el bienestar de mi sobrino. Tengo que ponerlo a él primero. No puedo esconder una relación y hacer que esto funcione.


Sus rodillas repentinamente débiles hicieron que Jonghyun se sentara de vuelta en el sofá. Bebió de lo último de su vaso y se encontró a sí mismo extremadamente tentado de querer ir por más. En su lugar, dejó el vaso sobre la mesa del café. Se echó hacia atrás y dejó descansar sus manos sobre sus muslos. El corazón de Jonghyun golpeaba en su pecho.


Jonghyun inclinó su cabeza hacia atrás y detectó la preocupación, la inquietud, el miedo... maldición, incluso cariño y comprensión en los ojos de Taemin. Lamiendo sus labios, se aclaró la garganta. —Entonces, me necesitas fuera del closet... completamente —susurró.


Taemin cruzó el cuarto y se sentó en el borde de la mesa del café, sus piernas abrazando las de Jonghyun. Luego de un par de segundos de duda, Taemin extendió sus manos y las dejó descansar sobre las de Jonghyun que descansaban sobre sus muslos. Las apretó ligeramente.


—Me dijiste que estabas dispuesto a salir y respeto eso. Si necesitas más tiempo, daremos un paso atrás —le dio una sonrisa comprensiva—. Estoy dispuesto a esperarte, Jjong. Para mí, vales la pena.


El corazón de Jonghyun por poco se detiene en su pecho ante aquella admisión, viendo la verdad en los ojos de Taemin. Su amante esperaría a que ordenara su mierda, le daría tiempo para salir, que fuera a su ritmo y lo esperaría.


El amor que había estado sintiendo por Taemin durante semanas, se infló a través de él. Taemin no había dicho amor, pero estaba dispuesto a esperarlo. Aquello le indicó a Jonghyun que el hombre recordaba y respetaba lo importante que era para él la fidelidad. Aquello era un paso en la dirección correcta, ¿cierto? Moviendo sus manos, entrelazó sus dedos con los de Taemin mientras se inclinaba hacia adelante y presionaba sus labios contra los del hombre, bebiendo de ellos suavemente.


Un teléfono sonando hizo que Taemin retrocediera. Le dio una sonrisa a modo de disculpa a Jonghyun y sacó el teléfono del bolsillo de su camisa. Al ver la pantalla, Taemin inhaló lentamente antes de decir. —Es Taeyeon. Necesito contestar.


—Claro.


Taemin pasó su pulgar por la cara del teléfono, aceptando la llamada. —Hola, Taeyeon —saludó sin emoción Taemin.


—¡Maricón de mierda! ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡A tu propia hermana!


Las palabras de Taeyeon traspasaron el teléfono tan fuerte y claro, que Jonghyun no tuvo problemas para distinguirlas. El agarre de Taemin se apretó sobre la mano que sostenía y respondió firme. —Taeyeon, he estado allí para ti durante años, cuidando de ti y Mark. Ambos sabemos que tuviste a Mark cuando eras muy joven, y no estás lista para sentar cabeza. Quieres divertirte, vivir tu vida.


El agarre de Taemin estaba cerca del punto de dolor mientras se apresuraba en decir—: Esto no debería ser permanente. Todo lo que estoy pidiendo es que me permitas cuidar de Mark mientras tú, um... — Taemin vaciló, y Jonghyun no pudo culparle. Todo lo que dijera en ese minuto sonaría, bueno, rudo. Por supuesto, estaba pidiendo el cuidado de su hijo.


Una vibración en su bolsillo hizo a Jonghyun dar un salto. Ante la cuestionadora mirada de Taemin, Jonghyun tuvo que darle una sonrisa tranquilizadora mientras alcanzaba su bolsillo y sacaba su celular. Al ver el nombre de Kyungsoo parpadeando en la pantalla, frunció su ceño. Haciendo una mueca, se odió por cortar a su hermano, pero tenía problemas más apremiantes en ese minuto. Tras enviarlo al buzón de voz, Jonghyun regresó su atención a su amante.


Cuando Taeyeon comenzó a gritarle otra vez, Taemin se levantó y cruzó el cuarto. Descansó su mano sobre la repisa de la chimenea y se inclinó contra ella. —Taeyeon, no estoy diciendo que no podrás ver a Mark. Tan solo quiero ofrecerle algo de estabilidad. Tú quieres viajar. Irte de fiesta. Salir por ahí con amigos e ir a cenas de lujo. Dame la custodia de Mark y podrás hacer todo eso.


Segundos más tarde, Taemin apoyó su mano sobre la piedra y cerró sus ojos con fuerza. Las líneas alrededor de su boca hicieron lo mismo, entonces dijo—: Hola, Changmin. 


Las cejas de Jonghyun se elevaron. ¿Quién carajos era Changmin?


Por un segundo, Taemin solo estuvo allí de pie, obviamente escuchando. Sus hombros tensos. Su manzana de adán subía y bajaba mientras tragaba con fuerza, varias veces. Al final, Taemin bajó su teléfono de su oído y lo dejó sobre la repisa. Evidentemente, lo que fuera que había sido dicho, no era bueno. Aunque, por el obvio temperamento de Taeyeon, aquello no era sorpresa.


—Mejor me voy —susurró Taemin —. Quizás deba tomar un taxi.


No había forma alguna que Jonghyun le permitiera pasar por ello solo. Caminando hacia el hombre, Jonghyun envolvió sus brazos alrededor de Taemin y presionó su pecho a la espalda de su amante. Durante el último par de semanas, había descubierto que esa era una de sus posiciones favoritas, ya que le permitía sostener apretado al hombre, explorar su torso delgado y acomodar su barbilla sobre el hombro de Taemin.


Jonghyun lo encontraba cómodo y ya que nunca había fracasado en que Taemin apoyara su peso contra él, sabía que su amante lo disfrutaba también. Excepto que, esta vez, Taemin se mantuvo rígido en su abrazo, su barbilla pegada en su pecho, su respiración desigual.


—No vas a tomar un taxi a ningún lado, Taemin —gruñó Jonghyun en su oído—. Eres mío y no dejaré que pases por esto solo.


—Encontraron cosas para drogarse donde mi hermana — susurró Taemin —. Entre la lista de actividades que les di, junto con las declaraciones de algunos amigos que se dieron cuenta cuan a menudo tenía a Mark, fue razón suficiente para que el trabajador social se lo llevara. Ya tuve una inspección para demostrar que mi casa es adecuada para él, por lo que ahora necesito llamar al trabajador social y ponernos de acuerdo cuando puedo llevarlo a casa. — Taemin temblaba en los brazos de Jonghyun —. Maldición, ¿cómo no pensé que esto podría afectar a Mark? Soy un estúpido.


—Hey, hey —canturreó Jonghyun —. Estás pensando en Mark. A la larga, estar contigo, un adulto amable, estable, es mucho mejor que estar con alguien que voluntariamente lo pone en ambientes inseguros —acarició la sien de su amante, odiando la tensión que zumbaba a través de él. Extendiendo sus dedos, deslizó su mano hacia arriba, palmando el pecho de Taemin con una y ahuecando su garganta con la otra. Animándole a que se inclinara contra él.


Taemin suspiró y finalmente se acomodó contra él. Su cabeza cayó contra el hombro de Jonghyun y lo miró hacia arriba. Tras un segundo, susurró—: Ese fue Changmin en el teléfono, el novio de Taeyeon. Después que se llevaran a Mark, Taeyeon lo llamó a él primero, luego a mí. Llegó mientras hablaba con ella —su sonrisa se volvió triste—. En verdad pensé que había logrado calmarla, pero entonces Changmin cogió el teléfono. Es abogado. Amenazó con demandarme por difamación.


Jonghyun frunció su ceño. Sabía que había escuchado ese término, pero... —¿Qué es eso?


—Calumniar su nombre y presentar falsas acusaciones contra ella.


—¿Crees que sea válido?


Taemin se encogió de hombros. —No lo sé. Necesito hablar con Donghae. Él es mí abogado.


—Está bien. — Jonghyun mordisqueó el camino ascendiendo el cuello de Taemin —. Entonces has tus llamados. Yo saldré por la comida que dejamos en la camioneta. Necesitas comer.


Inclinando su cabeza, Taemin frunció sus labios. Jonghyun no necesitaba una petición en voz alta. Reclamó los labios del hombre, mordisqueó el grueso inferior hasta que su amante se abrió, luego metió su lengua hasta el fondo. Exploró la boca de Taemin, degustando el alcohol y bajo este, todo lo masculino que lo hacía tan perfecto.


Taemin giró su cabeza rompiendo el beso.


Jonghyun gruñó y trató de utilizar el agarre que tenía sobre la garganta de su amante para atraer de nuevo su boca donde quería... es decir, dentro del área de saqueo.


—Espera —jadeó Taemin.


—No quiero —espetó Jonghyun. Descendió su segunda mano por el torso de Taemin para ahuecar su miembro, contento de encontrar la polla de su amante dura—. Quiero hacerte sentir bien.


Un gimoteo escapó de Taemin y cayó en el agarre de Jonghyun. Segundos después, mecía su trasero hacia atrás, frotándose sobre el rígido miembro de Jonghyun, atrapado en sus jeans, frenando un gemido en su garganta.


—N-no quiero... ¡Ugh!


Jonghyun parpadeó frente a las palabras parciales de su amante. Suavemente ahuecó las bolas de Taemin, utilizó su pulgar para masajear lentamente la base de la erección de Taemin encima de la tela. Los dedos de su otra mano acariciando su cuello.


—¿No quieres, nene? ¿Por qué no quieres que te haga sentir bien?


Taemin se estremeció en su agarre, jadeando despacio. Se lamió los labios, luego murmuró—: No quiero a Changmin viniendo tras de ti también.


La sangre de Jonghyun corrió por sus venas por una razón totalmente distinta. Sonrió contra el cuello de Taemin. —¿Recuerdas lo que me dijiste la primera vez que comencé a hablar sobre salir del closet?


Por el rabillo de su ojo, Jonghyun vio que las cejas de Taemin se unían, claramente confundido. Jonghyun se dio cuenta que la forma en que continuaba frotando ligeramente el miembro de Taemin probablemente tenía que ver con que este no pudiera concentrarse. Tal como le gustaba... perdido en el placer.


—¿Recuerdas a todos esos chicos con los que nos hemos juntado y hecho barbacoas por el último par de semanas? — canturreó Jonghyun —. Ya sabes... tus amigos y bueno... —se detuvo, inseguro de si en verdad podía reclamar a alguien más aparte de Siwon como su amigo, pero como fuera—. Tú mismo dijiste que ellos son un grupo de apoyo. ¿De verdad piensas que no se unirán a tu alrededor? —Presionando suaves besos sobre los tendones del cuello de su amante, susurró—: No estás solo en esto, nene. Todos estamos contigo. Todos cuidaremos de ti y Mark.


Jonghyun mordió la piel sensible tras la oreja de Taemin, luego metió el lóbulo de esta en su boca, chupándolo suavemente. Una vez escuchó el gemido de su amante, le liberó y susurró—: No me iré a ninguna parte, Taemin. Pasaremos juntos por esto. Tú y yo. Incluso si tengo que gritar cuánto te amo al mundo —volvió a morder la oreja de su amante—. ¿Entendido?


Taemin se congeló en sus brazos. Por un segundo, Jonghyun pensó que había ido demasiado lejos. Frenó el deseo de manifestar su dedicación, su amor durante el último par de semanas ya que sabía que había volado la mente de su amante cuando dejó escapar aquella declaración unas semanas atrás.


Entonces, Taemin le sonrió mirándole, la emoción haciendo sus ojos brillar. —Yo también te amo.


Tragando con fuerza, su corazón tropezando en su pecho, Jonghyun le dio una sonrisa enorme. —Ya era maldita hora —le gruñó.


Jonghyun golpeó su boca sobre los labios de Taemin. Metió su lengua hasta lo profundo, saboreando las amígdalas de su amante, deseando...necesitando consumirlo. Necesitaba reclamarlo, mostrarle a quien pertenecía, asegurándole que Jonghyun le pertenecía a él también.


Mientras masajeaba el paquete de Taemin, frotó los pezones del hombre a través de su camisa, deleitándose con la forma de gotas que tomaban bajo su cuidado. Taemin lo alimentó con un gemido y Jonghyun gruñó en respuesta, meneando sus caderas, buscando desesperadamente fricción para su polla cubierta de mezclilla.


El ruido de algo estrellándose contra el piso no penetró tanto como la profunda voz diciendo. —¡Ay, mierda! —luego la misma voz gruesa exclamó—: ¡Pa, espera! ¡No...!


—¿Qué carajo?


Luchando en la bruma de su lujuria, Jonghyun levantó su cabeza y miró por encima de su hombro, tratando que su cerebro tomara sentido de la escena que se desarrollaba tras él.


Jonghyun se encontró con los sorprendidos ojos de Kyungsoo. Luego, Jonghyun vio el rostro incrédulo de su padre de pie justo detrás de su hermano. La mandíbula del hombre mayor estaba abierta, sus ojos abiertos de incredulidad. —¿H-hijo?


Su erección se marchitó, falleciendo en una muerte rápida.


El murmullo de Taemin. —Ay, mierda —le dijo que no era el único viendo a su hermano y su padre de pie al otro lado de la sala.


Cuando Jonghyun le había dicho a su familia donde mantenía su llave de repuesto, nunca ni en un millón de años creyó que regresaría para morderle el culo de esa manera.


La forma que su amante se tensó en sus brazos medio segundo antes que comenzara a alejarse, sacó a Jonghyun de su sorpresa. Gruñendo, Jonghyun regresó su atención a Taemin y apretó su agarre, sosteniéndolo en su lugar. —Eres mi amor —susurró en su oído—. No estoy avergonzado de ti.


Taemin encontró su mirada, el miedo llenando sus facciones. — Y-yo no quiero causarte problemas.


Jonghyun en realidad rio, sorprendido y complacido de poder encontrar algo de humor allí. —Es imposible que pueda justificar esto, mi amor —declaró, frotando discretamente su pulgar sobre la blanda polla antes de deslizar su mano hacia la cadera de Taemin —. E incluso si pudiera, no me gustaría. Te amo. No es la forma que habría escogido para contar las nuevas noticias a mi familia, pero algunas veces el destino es una perra caprichosa.


Tragando, Taemin asintió una vez.


—Bueno, sube las escaleras hasta mi oficina y has tus llamadas —le aconsejó—. Luego regresa y conoce a mi hermano y mi padre. —Tenía que creer que seguirían estando allí una vez que toda la sorpresa pasara.


Una vez más, Taemin asintió. 


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Dando un paso atrás, Jonghyun señaló hacia la puerta. — Entren, por favor.


Ambos le siguieron al interior del departamento.


—No los esperaba —comentó Jonghyun, solo por decir algo— Una hora y media es un buen tramo para conducir.


 —Uh, sí —replicó Kyungsoo—. Llevé a papá a cenar, luego nos dimos cuenta que estábamos a medio camino de aquí así que en vista de que no te veíamos desde hace un par de meses, nos pasamos a echar un vistazo, ¿sabes?


—No sabíamos que tenías compañía, hijo —declaró su padre bruscamente.


Jonghyun asintió. —Sí. Él es Lee Taemin. Está arriba haciendo un par de llamadas.


Kyungsoo sonrió, sus ojos entrecerrándose un tanto. —Bueno, eso explica por qué no contestaste el teléfono.


—Kyungsoo —lo regañó su padre —. No hagas suposiciones.


Calculando que no había motivo para prolongar lo inevitable, Jonghyun fue hacia el refrigerador, sacó tres cervezas y las colocó sobre el mostrador. Mirando hacia los dos hombres, declaró. —La suposición de Kyungsoo es correcta. Taemin es mí, bueno, novio suena estúpido —se obligó a sonreír—. ¿Qué tal el hombre que espero sea pronto mi compañero?


Sin perder un minuto, Kyungsoo agarró la cerveza y quitó la tapa, diciendo. —Bueno, estoy feliz por ti, hombre. Era hora de que encontraras a alguien.


Jonghyun sintió que sus ojos se agrandaban cuando se encontró con la abierta sonrisa de Kyungsoo. Nunca ni en un millón de años espero aquella respuesta de su hermano, que estuviera así de feliz por él. El alivio y agradecimiento le inundaron, y no pudo evitar sonreírle de regreso a Jyungsoo. —Gracias, hermano.


Volviendo la atención a su padre, Jonghyun declaró despacio. — Me dijiste que no querías que estuviera solo y que si me sentía atraído por una chica estarías feliz por mí —se encogió de hombros—. Bueno, en realidad es un chico, en su lugar.


Su padre volvió su cara y el corazón de Jonghyun latió con fuerza en su pecho. Aunque Kyungsoo bordeó el mostrador y agarró su hombro, dándole un apretón, ofreciéndole consuelo y apoyo, Jonghyun no puedo alejar la mirada de su padre. Puso la botella nuevamente de regreso sobre la mesa y se sentó encima de una silla estilo diván, descansando el vaso en su muslo.


Finalmente, su padre suspiró y miró hacia arriba, su mirada deslizándose de Jonghyun a Kyungsoo y viceversa. —¿Hice algo malo con ustedes chicos?


Jonghyun frunció el ceño ante la extraña pregunta.


Al final, miró a Kyungsoo, sabiendo que ni siquiera necesitaba decir en voz alta la pregunta. Kyungsoo sonrió con ironía —Llevé a papá a almorzar hoy porque quería hablarle de mi novio.


Sintiéndose completamente aturdido, Jonghyun se preguntó cómo se lo había perdido. —¿También eres gay?


Kyungsoo se encogió de hombros. —Me considero bisexual, pero definitivamente prefiero la compañía de un hombre —admitió—. He estado saliendo con él por seis meses y no era justo para él que lo escondiera.


—Maldición, hombre —susurró Jonghyun. Envolvió sus brazos alrededor de su hermano y lo empujó a un abrazo aplastante—. Desearía haberlo sabido.


Riendo, Kyungsoo devolvió el abrazo. —Lo sabes ahora, ¿no?


—¿Lo saben los demás? — Jonghyun no pudo evitar preguntar.


—Todavía no. Quise decírselo a papá primero, después a ti. —Le dijo Kyungsoo.


Jonghyun comprendió la razón. Cuando su padre estaba en el trabajo y se quedaban en casa solos, Jonghyun había sido el jefe del hogar. En esencia ayudó a criar a sus hermanos. Tenía sentido que Kyungsoo quisiera decírselo a él y Jonghyun sinceramente agradecía que el hombre se preocupara lo suficiente para compartir con él algo como eso.


Tras una palmada más sobre la espalda de Kyungsoo, Jonghyun murmuró—: Te quiero, hermano.


—Yo también a ti —respondió Kyungsoo, sonriendo.


—Vamos a tranquilizar a papá —dijo, alejándose. 


**********


Taemin se despidió con un adiós y un gusto en conocerlos, entonces salieron al exterior. Mientras la puerta se cerraba, Jonghyun sonreía. La tensión que no se había dado cuenta llevaba parecía haber desaparecido.


—¿Estás bien? —le peguntó Taemin despacio.


Sonriendo al amor de su vida, Jonghyun asintió. —Sí. Sí, lo estoy —deslizando su agarre hacia la mano de Taemin, entrelazó sus dedos—. Vamos a buscar a Mark.


Horas más tarde, Taemin se sentó en la cama, escuchando a Mark leer una historia. Sabía que Jonghyun estaba sentado en el piso de abajo con su padre, su hermano y varios otros. Podía escuchar el rasguño de las sillas en el piso de madera y el bajo murmullo de voces masculinas.


Taemin sabía que esas personas allí abajo tenían su apoyo, y él la suya. Quizás podría haber perdido a su hermana, pero seguía teniendo una familia. Lo que ocurría era que solo eran personas que él mismo había encontrado.


—¿Voy a vivir todo el tiempo aquí ahora?


Concentrándose en su sobrino, Taemin le sonrió y asintió. —Así es. ¿Cómo te sientes respecto a ello?


Tal vez no era prudente preguntar, pero esperaba que Mark pudiera decir que sí.


—Está bien. Es más divertido aquí. ¿Cuándo podré ver a mamá?


Taemin amablemente agitó el cabello de su sobrino, intentando descubrir la mejor manera de responder aquello. Decidiendo que ser honesto sería lo mejor, respondió despacio. —No lo sé, campeón. Ella está enferma y necesita ayuda.


Ya que Taeyeon había aceptado declarar contra Changmin, y dar a la policía los nombres que conocía, se le había permitido la libertad condicional. Una de las condiciones era la rehabilitación y así Taemin lo estableció y pago por ello. Aun así, ella seguía rehusándose a hablar con él.


Mark asintió. —¿Iremos a visitarla al hospital?


Taemin sacudió su cabeza. —Me temo que no, compañero. Podría pasar un tiempo antes que se nos permita verla —se obligó a sonreír—. Lo siento, Mark.


—Está bien. Espero que se recupere pronto. —Mark le sonrió hacia arriba—. Deberíamos enviarle una tarjeta.


Aunque, inseguro de dónde Mark había aprendido aquello, Taemin no pudo evitar sonreírle y asentir. —Yo también, campeón. Buena idea —tendría que recordar ir por un paquete de tarjetas varias, así Mark podría hacer justamente eso. Inclinándose hacia abajo, Taemin depositó un beso sobre la frente de Mark—. Ahora a dormir. Estaré escaleras abajo si me necesitas.


Taemin se levantó y tiró de la manta hasta la barbilla de Mark. Volvió a inclinarse para besar nuevamente la frente del chico, murmurando un—: Te quiero, Mark.


—También te quiero, tío Taemin.


Dejando el cuarto, Taemin apagó las luces y dejó la puerta abierta tan solo unos centímetros. Escuchó tras ella unos cuantos minutos, pero en poco tiempo, el sonido de la tela calmándose, le indicó que su sobrino ya se había dormido. Sabía que Mark gritaría si terminaba despertándose y lo necesitara, así que se encaminó hacia las escaleras.


 Cuando Taemin bajó el ultimo escalon, lo primero que notó fue el celestial olor a salsa roja cociéndose a fuego lento en la estufa. La segunda cosa que notó fue el pedazo de hombre dormido en el sofá, vestido sólo con unos ligeros pantalones de pijama de seda azul marino.


Taemin respiró hondo y empezó a desnudarse donde se encontraba. Todavía no podía creer que Jonghyun estaba aquí. Se quitó sus jeans, Taemin meneó la cabeza. Maldición, el hombre era justo sexo puro y Taemin de repente tenía mucha hambre.


Taemin se arrodilló junto al sofá y aprovecho la oportunidad de ver dormir a Jonghyun. Incluso los pies del hombre eran sexy, una forma perfecta con bien cuidadas uñas. Taemin ligeramente localizó las venas planteadas en la parte superior del pie de Jonghyun con el dedo. Vio hacia la cara de Jonghyun para asegurarse de que no lo había despertado.


A continuación, Taemin se trasladó al abdomen de Jonghyun. Los músculos se destacaban bellamente contra su piel.


Taemin vio al eje de Jonghyun descansando debajo de los pantalones de seda fina. Delineo el eje con el dedo y empezó a crecer. Con un poco más de presión, Taemin siguió frotando a Jonghyun a través de sus pantalones. Jonghyun dio un pequeño golpe en la mano de Taemin y abrió los ojos.


Pasando los dedos por el cabello de Taemin, Jonghyun sonrió - Hey. ¿Cómo está esta noche Mark?


Taemin se inclinó y le besó el abdomen a Jonghyun - Está bien. Pero por favor, no hay que hablar acerca de Mark, mientras que yo tengo la fijación de tragar este bonito pene tuyo. Hace que me sienta un poco pervertido - Taemin sustituye la mano con la lengua. La seda de los pantalones se humedeció con cada lamida y mordisqueo - Vamos a sacarlo.


Jonghyun levantó sus caderas y Taemin sacó los pantalones hacia abajo y hacia fuera - Espera. Quiero follarte. Tengo que tenerte.


- Es un placer - Taemin se puso de pie y levantó a Jonghyun del sofá - Cambiemos lugares.


Jonghyun se puso de pie y Taemin lo reemplazó en el sofá - Oh, toma la bolsa de la farmacia de la repisa.


Jonghyun recuperó la bolsa y vació su contenido sobre la mesa de café. Diez botellas de lubricante se esparcieron- Mierda. ¿Qué pensaría la cajera con tu compra?


- Era una mujer joven. Ella solo sonrió y me guiñó un ojo - sonrió Taemin.


Jonghyun ya estaba lubricando su agujero y Taemin no pudo evitar gemir - Además, yo le dije que no quería ir a buscarlos en el calor del momento. He comprado lo suficiente como para ocultar por toda la casa. Dios, se siente tan bien. No puedo esperar a tener tu pene dentro de mí - Taemin empujaba contra los dedos de Jonghyun.


Después Jonghyun fue aumentando hasta llegar a tres dedos, lubricó su pene después de ponerse el condón y colocó la corona en la entrada de Taemin - Dime si te hago daño - dijo Jonghyun mientras se adentraba en la abertura de Taemin. Continuó empujando suavemente hasta que su pene entero estaba dentro de Taemin.


- Se siente muy bien. Dame todo lo que tienes. Estoy listo - Taemin colocó las piernas más arriba de su pecho. Jonghyun se sentó a horcajadas, con una rodilla en el sofá al lado de la cadera y la pierna de Taemin en el suelo haciendo palanca.


Jonghyun salió y volvió a entrar duro. Taemin sintió moverse el pene de Jonghyun dentro y fuera de él, sus bolas golpeando el culo de Taemin en cada empuje.


- Será mejor que te sujetes o te vas a golpear la cabeza en el brazo del sofá - advirtió Jonghyun. Taemin extendió la mano y se preparó segundos antes de que Jonghyun aumentara el ritmo.


Las caderas de Jonghyun se movían de un lado a otro con tanta rapidez, Taemin apenas podía respirar. Nunca lo había sentido así. De pronto, Taemin sintió un estirón de celos de todas las mujeres en el pasado de Jonghyun - Eres mío, Jonghyun. Nadie más debe sentir esto más que yo. ¿Entendido?


El sudor goteaba del cuerpo de Jonghyun mientras él bombeaba a la velocidad del rayo - Entendido. Nunca va a ser de nadie - Jonghyun tomo el pene hinchado de Taemin, jalándolo con el ritmo de sus caderas. No pasó mucho tiempo para que Taemin liberara el calor de su pasión. El orgasmo de Taemin liberó el de Jonghyun y ambos gritaron al unísono.


Colapsando en la parte superior de Taemin, Jonghyun le dio un beso - Eso fue el mejor sexo de mi vida - Se abrasaron y se acurrucaron un poco más - Necesitamos una ducha rápida. Ambos olemos mal.


—Me diste una vida —las palabras de Jonghyun, hechas un susurro llamaron la atención de Taemin casi tanto como el extraño dolor que se impregnaba en su hombro cuando su amante liberó su carne. Maldición, tendría que asegurarse de que sus camisas cubrieran eso.


—Y ahora —continuó Jonghyun —. Quiero construir una contigo. —Tras un segundo, agregó—: Tú y Mark.


—Suena perfecto —replicó Taemin, incluso cuando le daba un suave empujón.


Jonghyun se levantó. Sonriendo, Taemin levantó su mano y entrelazó sus dedos. Gentilmente besó los nudillos de Jonghyun, ganándose aquella sonrisa sexy que le hacía entrecerrar sus párpados y tanto amaba. Taemin le sonrió de vuelta y guió el camino escalera arriba.


Se detuvo frente a la puerta de Mark, contento de descubrir que seguía durmiendo pacíficamente, incluso después de toda la emoción del día.


Luego, Taemin llevó a Jonghyun hasta su habitación, y procedió a hacer todo lo que su amante le había pedido. 


 


FIN

Notas finales:

Espero les haya gustado.

Gracias por leer :)


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