Nunca pensé que la vida amorosa fuera tan... ¿mala?.
Sentir celos por cualquier persona que se le acerque, molestia por que no te da atención, ira al verlo con esas chicas.
Ahhh... Maldita vida.
-¡Sakurai! - al instante de escuchar mi nombre siento como algo me golpea la cara y me tira al suelo. La vida me odia.
-¡Sakurai-kun!, ¿Estas bien? - me pregunta momoi-san al estar al lado mio.
-Si, lo siento. - me disculpo mientras me siento.
-Yo soy el que debería disculparme - dice el capitán en tono cansado.
-Lo siento - bajó la cara para ver al suelo, solo escucho como suspira.
-No tienes remedio - dijo el capitán mientras momoi-san soltaba una pequeña risa. Trate de levantarme pero un mareo hizo que volviera a caer de nalgas.
-Es mejor que vayas a descansar, toma libre este día-me ordenó para despeinarme y luego caminar para gritarle varias indicaciones a los chicos. Momoi-san me ayudo a levantarme.
-Haz caso y vete a casa, últimamente has estado más distraído de lo normal - me aconsejo momoi-san, la verdad ella era una chica amable, tierna, carismatica y sobretodo una chica con dos grandes atributos. Lo que le encantaba a daiki-san.
-Lo siento-le di una pequeña sonrisa para caminar a los vestidores. Ella solo soltó una risa. Era triste. Ella me había confesado lo que sentía por daiki-san, ella lo quería, y yo la había traicionado con estos sentimientos. La había traicionado al haberme enamorado de daiki-san.
-Realmente lo siento - susurro al entrar a los vestidores. Me senté en el piso recargando mi espalda en los casilleros. El amor era peor que hacer ejercicio. Me dejaba más cansado el estar pensando todas las noches en la estrella del equipo de basquetbol. Mis ojos empezaron a cerrarse hasta que todo a mi alrededor se tornó negro.
-¡Hey! - abrí poco a poco los ojos para encontrarme con unos hermosos ojos azules metálicos.
-Daiki-san - susurro. Al pasar los segundos reaccioné y me sonroje hasta las orejas. - ¡LO SIENTO! - grite la disculpa mientras me pegaba más a los casilleros.
-Oye, ¿estás bien? - me pregunto y me tocó la frente, yo solo asenti con la cara más roja.
-Es bueno saberlo, andando ya es tarde - solo me levante y me fui a cambiar. Al regresar él se encontraba recargado en un árbol a unos cuantos metros, tenía los ojos cerrados. La luz del crepúsculo en el rostro tranquilo de Daiki-san era hipnótico. El abrió los ojos y se enderezó.
-¿Listo? - yo solo muevo la cabeza en afirmación. Caminamos uno al lado del otro. Desde hace tiempo teníamos este ¿ritual?. Daiki-san pasa por mi a mi casa, en el receso nos juntamos en la azotea y le doy su almuerzo. Si , yo le hacía su almuerzo, y al final el y yo regresamos juntos a casa. Casi nunca hablamos y si lo hacemos es de momoi-san.
Ella fue la culpable de esta extraña amistad. Ella le obligó a Daiki-san a entablar una amistad que no fuera con ella o con algún integrante de la generación milagrosa, o como takao-kun los llama, el equipo arcoíris. Y al parecer la única persona que está más tiempo con Daiki-san era yo por estar en el mismo salón que el moreno. Yo solo me resigne, ver a momoi-san con cara de cachorro era un arma de doble filo. Al salir de la institución caminamos por varios minutos hasta llegar a una intersección en donde nos separabamos.
-Hasta mañana daiki-san - hable mientras paraba y él me imitaba. Aomine solo asintió y empezó a caminar, yo imite su acción y empecé a caminar por la calle de la derecha.
-Oye - su voz me paró en seco y gire para verlo a unos cuantos metros, el me miraba con el ceño fruncido.
-Trata de descansar Sakurai- un calor se apoderó de me cara - momoi dice que te ves cansado - sonrió de forma forzada, era demasiado bello para ser cierto.
-Claro, trataré de descansar - el solo asintió y reanudó su camino, yo me quede parado, viendo como se alejaba. Solté una risa cuando daiki-san desapareció de mi vista, mis mejillas se encontraban empapadas por mis lágrimas. Como deseaba dejar de tener estos sentimientos por daiki-san
-Lo siento - me disculpe con mi cerebro, al parecer mi corazón todavía tenía la pequeña esperanza de que Aomine se fijará en mi.
Que ridículo, Aomine daiki nunca se fijaría en Sakurai Ryo
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-¡Pero yo lo amo, Señora! - el sonido de una bofetada callo todo sonido alrededor del chico pelinegro y la señora rubia.
-¿¡Como te atreves a decir tal blasfemia!?- preguntaba histérica la señora.- Atsushi y tu nunca podrán estar juntos .
-...- himuro solo callaba, lo que decía la señora era prácticamente imposible, atsushi le había prometido amar a himuro por sobre todas las cosas .
-Lo diré solo una vez más, aléjate de atsushi. El ya tiene su futuro planeado- Dijo esto ultimo mientras lanzaba unas fotos en la mesa y se retiraba del lugar. Al ver las fotos solo se limitó a reír , las lágrimas sin querer caían por sus ojos.
-¿Qué vas hacer?- un pelirojo con las puntas negrisas se sentaba en el lugar que ocupaba la rubia minutos antes.
-Me voy a América, Taiga- su voz sonaba decidida pero los ojos del pelinegro solo mostraban tristeza y decepción . Kagami solo tomo las fotos para ver como Murasakibara era besado por una pelinegra de buenos atributos, pero a diferencia de lo que otros pensaran. Murasakibara claramente corresponde a la pelinegra.
-¿Pero no le vas a decir?- pregunto taiga un poco sorprendido.
-No, no le diré nada. Mis padres, alex y tu me apoyan con eso es más que suficiente- Dijo en tono suave.
-Lo que tu decidas, himuro.- la voz de taiga era de tristeza, ver a su hermano en ese estado era sufrimiento para kagami.
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-¡Shin-chan, Se mi novio!- como ya era costumbre takao le pedía salir a midorima, para el equipo del instituto shutoku era normal ver al pequeño ojo de halcón hacer eso. Ya era sabido por todos que takao estaba enamorado de midorima.
-No, bakao- dijo en forma inexpresiva midorima mientras practicaba sus tiros de tres puntos.
-¡Que cruel, shin-chan! pero no me rend ...- sin poder terminar takao fue tirado al piso por el golpe del balón de baloncesto.
-¡No te veo practicar takao!- El capitán actual del equipo de Shutoku, yuya miyagi, le amenazaba con otro balón de baloncesto a takao que se estaba levantando del suelo.
-¡Que cruel eres yuya-chan!- gritaba takao mientras huía de yuya, quien le amenazaba con otro balón.
-¡Que me llames con respeto takao, que soy tu capitán!- gritaba yuya, quien le lanzaba cuan balón encontraba. Shintaro solo pudo suspirar, esas escenas eran pan de cada día.
-Takao-sempai es demasiado divertido- comentaba uno de primero,al escuchar esto midorima solo agudizó el oído.
-Y también es muy lindo, ¡tiene cuerpo de una chica!- resaltó otro de primero, esto solo hizo enfadar a shintarou.
-No deben hablar así de sus superiores- todo hubiera sido normal , esa frase no era del otro mundo, pero los ojos y la voz de midorima mientras decía esta frase solo hizo temblar a los dos chicos de primer grado.
"Kazsunari solo me ama a mí" pensó con orgullo midorima al ver como yuya regañaba a takao pero este solo le sonreía a midorima como un estúpido.
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-¡Me gustas, akashi-kun!- Dije con voz determinada, aunque la verdad temblaba cual gelatina, al verlo a los ojos mi alma se quebró.Nunca tuve oportunidad.
-Lo siento Tetsuya, no puedo corresponder tus sentimientos. Me gusta otra persona- su voz suave y mirada triste.Sabía bien de quien estaba enamorado akashi-kun, así como se también que akashi-kun nunca será correspondido, midorima-kun estaba enamorado de takao-kun.
-Lo se, pero aun así lo quería decir. Lo siento si llegue a incomodarte.- hice una reverencia y me gire para comenzar a caminar. No quería estar junto a él en estos momentos.
-¡Tetsuya!- su voz llamándome la ignore y seguí caminando, sabía bien que si él me veía romper en llanto trataría de consolarme. No quería llenarme de falsas ilusiones.
Al llegar a la cancha de basquetbol donde suelo jugar con kagami-kun me derrumbe, mis lágrimas salían sin pedir mi permiso. Aunque la lluvia se encargaba de cubrir el rastro de era vergonzoso si alguien me viera en tal estado.
-Es raro verte así- una chaqueta más grande que mi cuerpo me cubrió protegiéndome de la lluvia. Al ver al dueño de la voz mis sollozos se hicieron más fuertes.
-Kagami-kun, n-nunca tuve una oportunidad- el solo cerro los ojos con frustración.
-Eres tan tonto - Sus brazos me cubrieron por completo,su calor me tranquilizo. Kagami-kun era tan cálido.
-Me disculpo por eso- una risa suave salió de sus labios, el aroma junto con la calidez de kagami-kun me traían una paz inigualable, me acurruque más en su pecho.Kagami es tan amable. Me quedaré dormido
- O-oye, ¿Acaso eres un niño ?- yo solté una risa ronca, mañana tendría los ojos rojos.El suspiro de kagami me sacó de mi ensoñación. Se alejo de mi y se puso en cuclillas mostrandome su espalda.- Vamos sube-
-No soy un niño- pero sin decir más me subí en su espalda , él comenzó a caminar. No sabia a donde íbamos pero confiaba en kagami, no me importaría seguirlo a donde fuera, el nunca me fallaria.
-Kagami...- lo llame , me acurruque en la curvatura de su cuello. Mis ojos estaban cayendo sin darme cuenta. Estaba en la línea delgada entre el sueño y la realidad.
-¿Si?-
-Nunca me abandones, kagami. Eres mi unico verdadero amigo- Sonreí para mis adentros, no se por que se lo decía ,algo en mi interior se lo necesitaba decir. Aunque se que kagami nunca me dejaría solo, es de kagami de quien estamos hablando.
-Lo siento , kuroko- fue un susurro pero lo escuche, aunque no sabría decir si fue a causa de mi sueño o si en realidad dijo esas palabras.
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-¡¿Pero por qué, sempai?!- su voz me desgarraba, verlo tan frágil, necesitado y perdido me dolía en lo más profundo de mi ser, pero lo necesitaba hacer. Lo tenía que hacer.
-No hay un por que Ryot- ...Kise- Dije su apellido lo más frío que mi alma pudo hacerlo, su rostro reflejaba confusión y estrés- lo nuestro nunca fue para tanto, nunca tuvo futuro. -
-Sempai...¿Hay alguien más ?. Si es así yo te aseguro que tratare de cambiar hasta cumplir con tus expectativas, haré todo sempai. Solo dime que es y lo cambiare. ¡Por favor!- de su rostro caían lágrimas, yo quería llorar , no quería hacer esto.
-No hay nada que cambiar kise, lo siento - sin poder aguantar más me giré y salí lo más rápido que mis piernas me permitían , mi respiración era pesada.
Al llegar a un parque no me contuve más, las lágrimas empezaron a desbordarse sin control alguno , mi cuerpo entero temblaba. Abrase instintivamente mi estomago, todavia estaba plano pero dentro de unos meses estaría inchado.
-Tu vas a ser mi vida - Esta había sido la decisión correcta, Kise tenía un futuro deslumbrante y lleno de éxitos por delante y yo no voy una causa por la cual se tenga que ver truncada, eso siempre lo tuve presente. Yo voy a salir adelante solo con mi hijo, con nuestro hijo. Así tiene que ser.