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Para Llevar (MIDOKURO) por NekoNekoNe

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Notas del fanfic:

DISCLAIMER:

Ni KnB ni sus personajes me pertenecen.

ADVERTENCIA:

OOC

AU (Doctor!Midorima Barista!Kuroko)

Agradezco a My Sweet Honey por haber sido Beta Reader de esta historia.

Este One-shot es un regalo de cumpleaños para Midorimacchi_0610 de Amino.

NO ONE’S P.O.V.

“Y en el ranking de hoy el primer lugar es para Cáncer. Hoy la suerte estará de tu lado por completo, cosas asombrosas sucederán a tu alrededor, tu objeto de la suerte de hoy es un café para llevar”

Esperó a que el programa de Oha-Asa terminara su transmisión, tomó su abrigo junto con sus pertenencias y salió del hospital; había estado toda la noche haciendo guardia y el café le vendría de maravilla.

Caminó por las calles de la ciudad en busca de alguna cafetería decente. Hacía frío y el sueño trataba de dominarle, pero debía conseguir su “Lucky Item” para ese día.

Vio un lugar que llamó su atención, las ventanas eran grandes y las paredes estaban pintadas de un hermoso color champagne. El suelo era recubierto por una alfombra roja, la cual lucía costosa. Los muebles eran de madera oscura, las mesas estaban vestidas por manteles blancos con detalles dorados y eran decoradas por pequeños pero elegantes floreros. Del techo colgaban algunos refinados candelabros, ese lugar tenía clase. De la puerta colgaba un letrero que anunciaba que el establecimiento se encontraba abierto, dudaba que un lugar tan elegante tuviese café para llevar, pero no perdía nada con intentarlo.

Entró a aquella cafetería haciendo resonar la campana de la entrada y se acercó al mostrador. Un joven peliceleste levantó su mirada para verlo y con una sonrisa le dio la bienvenida.

KUROKO’S P.O.V.

Mi turno en la cafetería inició temprano por la mañana, varios comensales llegaron con el correr de las horas dejando el lugar casi lleno.

Veo el reloj en mi muñeca y veo que ya son las 9 A.M en tres horas terminaría mi turno y podría ir a descansar. El sonido de la campanilla de la puerta me distrae de mis pensamientos y al levantar la mirada me encuentro con los ojos más hermosos que vi en toda mi vida.

-Bienvenido a “Dulce Vainilla” ¿En qué puedo ayudarlo?-digo mis líneas habituales sin despegar mis ojos de aquella mirada verdosa.

-¿Hacen café para llevar?- me pregunta serio mientras acomoda sus lentes, podría jurar que sus mejillas están levemente rosadas.

Yo me limito a asentir y busco los vasos.- ¿Qué medida y qué café quiere?-pregunto mientras le entrego un menú.

-Quiero un café con vainilla y caramelo y que sea mediano por favor.- pide educado y su voz grave resuena con suavidad en el ambiente, me fascina.

-¿Me darías tu nombre para escribirlo en el vaso o puedo llamarte “mío”?-las palabras escapan de mis labios antes de que pueda detenerlas.

No quería decirlo realmente, no soy una persona que coquetee con sus clientes o que coquetee en absoluto. El problema es el, que desde que llegó a este lugar no ha salido de mis pensamientos.

Lo miro levemente sonrojado y el me devuelve la mirada, le entrego su ticket para que uno de mis compañeros pueda cobrarle mientras yo preparo su orden.

-Haz lo que prefieras.- responde serio y toma el ticket. Lo veo ir con mi compañero y preparo su pedido.

Ya he pasado vergüenza… no creo que aquel hombre pueda tener una peor imagen de mí”-pienso resignado mientras envuelvo su vaso con un papel azul y lo escribo con un marcador negro.

El peliverde regresa con el comprobante de pago entre sus manos y le entrego su pedido, nuestras manos se rozan ligeramente en el intercambio y siento algo parecido a una leve descarga eléctrica recorrer mi ser.

-Adiós.-dice serio y se retira de la cafetería, yo devuelvo el saludo y le veo partir.

Posiblemente esta sea la última vez que lo vea.

MIDORIMA’S P.O.V.

Salí de la cafetería con mi café en la mano. Caminé a casa sin poder sacar de mi mente al barista de aquel lugar.

El chico era lindo… aunque no es que me importe o algo parecido. Niego con la cabeza un par de veces para deshacerme del pensamiento y continúo con mi camino.

Abro la puerta de entrada y entro cerrando con cerrojo. Cuelgo la bata de hospital en el perchero y me cambio los zapatos por cómodas pantuflas. Dejo el café sobre la mesa para recalentar la cena y me percato de que el vaso está más escrito de lo que debería.

¿Mío?” – pienso confundido y recuerdo las palabras de aquel chico, sigo leyendo la etiqueta. Veo algunos corazones dibujados y lo que parece ser. -¡¿Su número?!- exclamo sorprendido con mis ojos abiertos de sobremanera.

El lindo barista me dio su número” aun sorprendido siento como mi corazón late desenfrenadamente.

Una vez que la euforia se me pasa guardo su número en mi celular. No es cómo si no quisiera perderlo o algo parecido. Recaliento mi cena y mi pecho aún se siente cálido.

KUROKO’S P.O.V.

Ha pasado una semana desde la primera y última vez que vi a ese hombre que no logro sacar de mis pensamientos; miro mi celular decepcionado, tenía la esperanza de que aquel peliverde cuyo nombre desconozco llamase aunque fuese una vez.

La campanilla en la entrada anuncia la llegada de un nuevo cliente. Levanto la mirada y me encuentro con aquella mirada esmeralda. Se acerca al mostrador en el que estoy y le doy la bienvenida.

-Hoy tomaré el café aquí.-dice mirando las mesas. Con los nervios a flor de piel lo conduzco a una de las mesas disponibles, espero a que tome asiento y le entrego el menú.

-Con su permiso, volveré en unos momentos.- Anuncio al ver que nuevos clientes habían entrado a la cafetería. El me mira asintiendo y me retiro.

Guio a los nuevos comensales a sus mesas y les entrego sus menús. Saco una libreta de uno de los bolsillos de mi traje y vuelvo con el peliverde.

-¿Ya sabe qué le gustaría ordenar?-pregunto mirando al peliverde.

-Si, me gustaría un Mocaccino y una rebanada de pastel de chocolate.-pide serio mientras anoto su pedido en mi libreta.

Hago una leve reverencia y voy a la cocina para preparar su pedido. Luego de terminarlo se lo entrego y el me mira, separa sus labios levemente como si fuese a decir algo y se arrepiente quedando en silencio.

-Espero que disfrute de su pedido.- hago una reverencia y voy a atender a otros comensales. Siento su mirada sobre mi en cada movimiento que hago. Estoy nervioso, no se si me ve como un barista raro, o si por alguna casualidad el también siente esta atracción entre nosotros.

MIDORIMA’S P.O.V.

Mi orden tiene un sabor exquisito.

“O quizás sea porque lo hizo el”

Muevo la cabeza levemente para deshacerme de aquel pensamiento y sigo cada movimiento del peliceleste con la mirada.

“Es hermoso”

Y esta vez no voy a negarlo.

Termino mi orden y alzo la mano para pedir la cuenta.

Aquel chico con ojos zafiro me entrega la cuenta, un castaño se para a su lado.

-Kuroko-kun la señora de la mesa tres quiere un parfrait especial ¿Podrías prepararlo por mí?-pregunta y el peliceleste asiente.

Así que así se llama” pienso escuchando la conversación disimuladamente.

-Lo siento, puedes dejar el dinero en la mesa.- me sonríe y siento un ligero calor invadir mis mejillas. Kuroko se retira en dirección a la cocina mientras yo saco el dinero de mi pedido más un porcentaje de propina para él.

“Hazlo”

Mi mente no me deja tranquilo. Saco una hoja de mi libreta, escribo algo en ella y me retiro de la cafetería.

KUROKO’S P.O.V.

Luego de terminar de hacer el parfrait lo coloco en una bandeja y lo dejo en la mesa en la que se ponen los pedidos listos. El asiento del peliverde está vacío.

Me dirijo a la mesa para guardar el dinero y un trozo de papel llama mi atención.

“Paso por ti mañana al medio día. Es una cita.

- Midorima Shintarō (si no puedes a ese horario llama a este número xxxx-xxxx-xxxx)

 

P.D: El traje te lucía bien.” 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado!


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