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Aroma | EMH [Continuación corta de Instinto] por Mylo Shinobu

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Steve recorría con la yema de su dedo índice el pecho de Tony. Lentamente bajaba provocándole escalofríos y una excitación que producía una respiración acelerada. Su abdomen subía y bajaba tras estremecerse por el tacto y el aroma de Steve. Entonces escucharon, a lo lejos, el llanto de un bebé. Tony se iba a levantar pero Steve lo detuvo.

 

-Peter se va a encargar-dijo con una voz ronca que lo erizó el cuerpo de Tony-. Tú no puedes salir estando así...

 

Tony sintió como Steve empezaba a acecharlo, sus ojos volvían a estar hambrientos de su cuerpo. Su enorme cuerpo lo debilitaba y ese olor fuerte lo desconcertó. Aunque ya había pasado el furor por marcarlo como su pertinencia y quitado el aroma del otro alfa, Steve seguía necesitado. Tony había provocado que su celo también surgiera y simplemente ahora se haría responsable de todo.

 

...

 

Hace uno dos meses había nacido su pequeño y no se habían ni aliviado cuando de la nada su celo volvió. Estaba en la sala, con el resto, cuando simplemente ocurrió. Así una o dos veces más. La que más afectó al equipo fue cuando combatían a unos invasores del espacio y el celo de Tony atacó.

 

Gracias al traje pudo combatirlo sin repercusiones pero si preocupó a Steve. El médico dijo que era un efecto por el embarazo. Se regularía en unas semanas por lo que tenía que evitar salir o ponerse en riesgo. Fue el pretexto perfecto para Steve y tenerlo vigilado. Ya varios alfas habían percibido a Tony y él tenía que defender a su omega pues si era marcado por otro, se lo podían arrebatar. Steve no permitiría que volvieran a alejar a Tony de su lado. No más.

 

Steve había estado demasiado irracional esos días y todo el equipo estaba precavido de que no fuese a cometer una locura por defender a Tony. Con Tony en la mansión de los Avengers, Steve podría sentirse seguro. O por lo menos eso fue lo que pensó.

 

Fue esa tarde que todos fueron a visitar al recién nacido. Héroes de todos lados habían sido reunidos para ver al pequeño rubio fruto del amor de los dos líderes de los Avengers. No fue sorpresa para nadie que se unieran pero si fue sorpresa el pequeño retoño. Ni siquiera se habían casado o prometido y ya estaban formando una familia. Steve quería hacerlo cuando el pequeño creciera más, era así como lo habían educado.

 

En esa reunión, con todos los héroes reunidos, Steve no dejó de estar precavido. Esos días Tony se mostraba normal, sin celo anunciándose ni nada. Supusieron que ya se había regulado y no tendrían problemas. Steve estuvo más tranquilo en esa reunión y como anfitrión decidió atender a todos sus invitados.

 

Fue cuando Tony y Johnny Storm se quedaron en la sala hablando de cosas sin sentido. Todo parecía normal, los chistes de Johnny siempre buscando impresionar a Tony, este solo contestaba amablemente. Fue que una sensación extraña mareo a Tony y supo lo que estaba pasando. Quiso salir de ahí antes, encontrar a Steve o encerrarse en la habitación pero no tuvo suerte. La reacción fue antes de lo que a él le hubiera gustado.

 

El celo de Tony volvió. Johnny siempre había sentido cierta atracción por el hombre de ojos miel pero se daba por vencido al ver que su alfa era el mismísimo Capitán América. Johnny no podría contra él. Pero ese momento, esa oportunidad fue que su cordura lo abandonó y quedo cegado al instinto. Johnny se abalanzó a un omega suplicante por su pareja. Aunque estaba resistiéndose lo más que podía a las feromonas del alfa y su estado no le ayudaba en nada a sentirse menos débil.

 

Steve sonreía alegremente, hablaba con varios héroes y admiradores. Por un momento su mirada buscó a Tony y fue cuando el olor llegó a su nariz. No solo era el olor de Tony entrando en celo sino que había algo en este, una súplica, un grito de auxilio. El instinto de Steve emergió de sus entrañas y bajo la mirada de todos salió corriendo hacia donde su omega suplicaba por su ayuda.

 

Cuando Johnny estuvo a nada de encajar sus dientes en la glándula omega, ya marcada, un estruendo lo hizo volver a la realidad. Las puertas habían sido derribadas y los ojos feroces de un alfa furioso lo hicieron temblar de miedo. Aún así dejó que su instinto actuara, buscó cubrir a Tony como si estuviera reclamándolo como suyo.

 

Gran error.

 

Basto un golpe para arrojar a Johnny hacia la ventana y atravesarla. Frente a la mirada de todos, que estaban asustados por el aroma de posesión de Steve, el omega fue llevado por su pareja a la habitación que compartían y se encerraron ahí. El resto del equipo arregló el problema y como costumbre, Peter fue a cuidar del pequeño retoño que estaba acostumbrado a su olor y le agradaba que Peter lo cuidase en vez de sus padres.

 

Mientras, en la habitación, Steve buscó la cordura antes de acercarse a Tony pero está se perdió totalmente cuando Tony soltó el más exquisito de los gemidos y entre jadeos suplicaba que lo atendiese. Steve simplemente se cegó y fue por su omega, satisfacer su deseo y dejarle en claro que lo protegería.

 

Tras una apresurada necesidad, Steve lo desvistió feroz. Lo poseyó con todas las ganas y el deseo del mundo. Tony se entregó a él, le suplicó que volviera a morderlo y Steve lo hizo. Y en una penetración fuerte, el nudo hizo que Tony soltara un grito escandaloso, debilitando a Steve y provocando otra mordida.

 

Entre jadeos se miraron, cuando el instinto de propiedad bajo, Steve le dedicó una sonrisa a Tony. Esa sonrisa que solo le da a él. Tony sintiéndose protegido, tomó el mentón cuadrado de Steve, delineó esa barbilla partida y esos labios delgados que lo besaban amorosamente. Luego empezó a jugar con el mechón de cabello que bajaba por la frente del rubio, Steve sintió alivio.

 

-¿No duele?-preguntó Steve refiriéndose al nudo, Tony negó y soltó un gemido cuando el cuerpo de Steve se recargo un poco en él.

 

La corpulencia de su alfa era excitante y hace mucho que no la disfrutaba. Empezó a acariciarlo mientras estaban unidos, Steve sentía cada caricia como un placer y besaba la palma de las manos de Tony. Este reía tratando de no moverse mucho pues el nudo con un súper soldado era demasiado resistente y firme que podría herirlo gravemente.

 

Después de un rato de caricias y besos, el nudo cedió haciendo que ambos gimieran. Al fin, Steve soltó todo su peso y cayó a un lado de Tony. Este inmediatamente busco abrazarlo, Steve le devolvió el abrazo y le beso la sien. Metía su rostro en el cuello de Tony para percibir mejor su olor y sentirlo.

 

Entonces decidieron subir a la cama. Arriba, el celo seguía. Era como si solo se hubiera estimulado y Steve también contestó. Satisficiera a su omega hasta que volviera a estar normal. Cómo debió ser al inicio y evitar todo el desastre que hizo fuera.

 

...

 

Ahora Tony estaba recostado, el celo ya era débil pero estaba ahí. Le preocupaba su hijo pero al sentir que Peter cerca, dejó que su instinto lo llevará a Steve. Y este contestaba. Entre caricias, besos, y de nuevo uniéndose, Steve reafirmó que Tony estaba con él, que él era el alfa que lo cuidaría toda la vida. Quién cuidaría a su hijo y su manada.

 

Ante su mirada decidida, Tony beso a Steve, lo montó para ser penetrado de nuevo y Steve disfrutó de ese cuerpo color canela que se sonrojaba solo por él, que se quemaba solo con sus besos y que a gritos pedía protegerlo.

 

Steve adoraba esa espalda ancha, esa cintura delgada y esa sonrisa arrogante. Steve quitó los mechones que siempre se asoman en la frente de Tony pero igual de rebeldes que su dueño, no cedieron. Steve adoraba esa mirada felina y ese olor dulce que impregnaba Tony en él para también reclamar a su alfa.

 

Steve lo poseyó, lo mimo y durmió con él haciendo que la habitación se llenara de ese aroma combinado característico de ellos.

 

...

 

Al día siguiente, Johnny se disculpó ante Tony y Steve, tenía un brazo roto de su error. Steve también se disculpó pues no había actuado de forma razonable. Con el bebé en brazos, Tony aceptó la disculpa de Johnny y esperaba que este pronto encontrara a alguien que proteger. Después de unas palabras más, Johnny se fue y la familia se quedó sola.

 

-No quiero sonar celoso-dijo Steve-. Pero ese chico tiene algo contigo-Tony rió, se levantó para sentarse en las piernas de Steve junto su bebé, este lo abrazó sonriente.

 

-Bueno... Ahora tendrás que protegerme más-Steve hundió su rostro en el cuerpo de Tony.

 

-Por siempre.

 

Percibió el aroma de su omega y su bebé. Era una sensación dulce y agradable. Eso, por ahora, mantendría quieto el instinto de Steve. 

Notas finales:

Sé que la historia daba para más desarrollo pero es lo que me salió. Además estoy preparando cosas para el #Kinktober2018 


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