Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tengamos una Cita por Tamao

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

One short de Killua y Gon de Hunter x Hunter.

Los personajes no me pertenecen.

La historia es ficticia y no se contextualiza en ningun mundo salvo en ella misma xd

Notas del capitulo:

Hola! Les traigo un one-short, cortesía de la casa (:

Prometo seguir la otra historia que estoy escribiendo: Un Contrato de Asesinato, pero necesitaba escribir esta xd Perdón.

Espero que les guste <3

Killua y Gon estaban en la habitación del moreno. El albino se encontraba leyendo un libro mientras comía golosinas acostado en la cama de su amigo, al tiempo que el dueño de casa jugaba un video juego sumamente concentrado.

Cuando el mensaje de Game Over apareció en la pantalla, dejó con cuidado el control en el piso y gruñó fastidiado por haber perdido de nuevo.

-          Eres muy malo en esos juegos. – le soltó el de mirada azulina a modo de burla, el azabache le hizo un puchero.

Gon se quedó mirando a su amigo por un momento sin que él se diera cuenta. Para tener dieciséis años, Killua tenía un cuerpo marcado y largos brazos y piernas. Su cabello brillaba sedoso ante los pequeños rayos de sol que se filtraban por la ventana semi tapada por las cortinas y sus pestañas tenían el largo exacto para enmarcar a la perfección esos ojos zafiro rasgados. No por nada tenía a tantas chicas dando vueltas alrededor de él en el instituto.

Ese pensamiento le hizo tener un recuerdo particular del día anterior, cuando había escuchado la conversación, sin querer (mentira) de Kurapika con Senritsu por teléfono…

-          Sabía que no aguantarías y llamarías. – dijo el rubio tomando el teléfono.

Ese día se había quedado en la casa del moreno y fue él quien le pasó la llamada de la chica al Kurta. Vió que Kurapika puso mala cara y suspiró.

-          Nada del otro mundo, fue… como una cita cualquiera. – parecía mentir. Gon estaba escondido tras una esquina del pasillo de su casa. - ¿Detalles? – exclamó un poco nervioso. – Eres muy insistente. – parecía escuchar con atención lo que la chica le decía, se movía inquieto junto a la mesita del teléfono. – Sólo salimos… no hace falta decir mucho. – el rubio se estaba poniendo cada vez más rojo. – Sí. – pareció admitir con gran dificultad. – No te rías. – exclamó nervioso. – Sabes que sí… - confesó. – Lo sé, lo sé… Intentaré decírselo la próxima vez. – murmuró y esperó, algo le dijo su interlocutora que lo hizo exaltar. - ¿Cómo no me iba a quedar sin palabras si el muy odioso me tomó desprevenido con ese beso? – el tono carmín en las mejillas de Kurapika no podía ser más intenso. – Argh, ya no quiero hablarlo más. Nos vemos mañana. –

 

Después de escuchar a Kurapika había tenido una idea. Una extraña idea que no podía comprender del todo, pero, como siempre, se arriesgó y se acercó a su amigo que lo miró extrañado, dejando el libro que leía de lado.

-          Nee~ Killua, tengamos una cita. – le dijo de pronto. El albino estalló en rubor y se alejó un poco chocando con la pared donde estaba esquinada la cama.

-          ¿A qué viene eso? – le exigió saber el Zoldyck. Estaba tan nervioso que no podía controlar el temblor de su cuerpo.

-          Que quiero tener una cita contigo. – explicó el moreno un poco confundido.

-          ¿Al menos sabes lo que es una cita? ¿Lo que significa? – preguntó Killua a la defensiva.

-          Claro, es una salida donde dos personas que se quieren mucho la pasan fantástico. – dijo Gon con una sonrisa. La frase “se quieren mucho” dio vueltas una y otra vez en la mente del más alto.

-          ¿Qué quieres decir con “se quieren mucho”? - se atrevió a preguntar. El albino sabía que su amigo era muy inocente para esas cosas… suficientemente inocente para no distinguir entre el cariño de amigo y el cariño de parejas.

-          Tu y yo nos queremos mucho, ¿no? – preguntó el Freecss con los ojos brillantes. – Podemos tener una cita entonces. –

Killua se puso serio entonces. A veces le molestaba que Gon no entendiera realmente cómo se sentía y además no entendía de dónde había sacado la loca idea de una cita. Su amigo claramente no veía sus sentimientos.

-          No quiero. – le dijo mientras volvía a recostarse y a leer. Gon exclamó algo y se subió encima de él mientras le quitaba el libro.

-          Killuaaa~ - le reclamaba mientras forcejeaba con él. El otro chico estaba muy sonrojado de tener al moreno encima suyo y trataba de bajarlo a toda costa.

-          Déjame, Gon. – le decía mientras le tomaba los brazos e intentaba alejarlo. Tanta fue la disputa que terminaron cayéndose ambos de la cama, esta vez, fue Gon quien terminó debajo de su compañero. – Te dijo que me dejaras. – le recriminó mientras le sostenía los brazos contra el piso. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el moreno estaba muy sonrojado, pues estaban más cerca de lo usual.

-          Dime que sí entonces. – le pidió el chico nervioso, había dejado de forcejear y parecía concentrado en otra cosa.

-          ¿Por qué quieres una cita? Tú no entiendes esas cosas… ni siquiera entiendes… - sin darse cuenta, comenzaba a disminuir la distancia entre ambos. Gon se había quedado quieto y lo miraba fijamente con esos ojos dorados resplandecientes. – ¿Sabes cómo terminan las citas? – le preguntó, sintiendo el aliento del chico contra su rostro.

-          ¿Cómo… terminan? – se atrevió a decir el chico antes de sentir los suaves labios de Killua sobre los suyos.

Por un momento, ambos contuvieron la respiración. Habían cerrado los ojos y el mundo a su alrededor pareció desaparecer. Escuchaban el tic tac de un reloj a la distancia y el canto de los pájaros afuera de la casa, pero salvo eso, era como si sólo estuvieran ellos dos en el mundo. El albino entonces se separó un poco y soltó los brazos del azabache para luego sentarse al lado de él.

-          Si no es eso lo que quieres, entonces no me pidas una cita. – le dijo con seriedad mirando hacia otro lado con gesto molesto. Si Gon no era capaz de entender esa indirecta, muy directa, entonces se rendiría con esos sentimientos que tenía guardados por él.

-          Killua… - murmuró el chico mientras se tocaba los labios completamente ruborizado. - ¿Puedes… hacerlo de nuevo? – le pidió casi tartamudeando, estaba demasiado nervioso para moverse por su cuenta.

El de ojos zafiro lo miró con sorpresa por unos momentos. Gon se veía… se veía tan…

“Deseable”

Con calma se volvió a acercar a él, puso su mano entre la línea de su mandíbula y su cuello mientras acercaba su rostro para volver a besarlo. En esta ocasión, ladeó ligeramente la cabeza para tener mejor alcance de los labios del moreno y detuvo su boca sobre la de él unos instantes mientras acariciaba la mejilla del chico con su pulgar.

Se aventuró un poco más y comenzó a abrirse paso en su boca para mover sus labios, saboreando los contrarios y deleitándose ante su carnosidad. Gon le siguió el ritmo, lento y calmado, excesivamente calmado para el gusto del albino, que no tardó en acercar su cuerpo un poco más al de su amigo para besarlo con más ganas.

Curiosamente, fue la lengua del moreno la que se atrevió a entrar en contacto con la de Killua y provocó que el más alto se removiera un poco sonrojado y acercara a Gon con impaciencia hacia él mientras lo tomaba por la cintura.

Estaban en una posición incómoda, uno junto al otro. Y Killua quería sentir el cuerpo de Gon aún más cerca. Fue el Zoldyck quién se separó y miró al otro chico quien seguía con los ojos cerrados.

-          Creo que quiero muchas citas contigo, Killua. – le dijo de pronto mientras lo miraba sonriente. El otro chico lanzó una carcajada y le acarició la mejilla de nuevo.

-          Baka. –

Entonces, empujó al chico y se subió sobre él mientras volvía a besarlo. Movió su boca con un ritmo lo suficientemente acelerado para escuchar unos leves gemidos de parte de Gon mientras el chico ponía las manos alrededor del cuello del albino, al tiempo que éste acariciaba el costado de su amigo con una suavidad exquisita.

-          Gon. – lo llamó de pronto. Le daba cortos besos que iban mareando un poco al moreno. – Aún no entiendes nada. – le dijo. Su amigo lo miró confundido cuando los ojos zafiros de Killua se mostraban fieros y encendidos. – Así no es como termina una cita. –  su mano se aventuró a ir por debajo de la camiseta del otro chico mientras los labios de Killua besaban tortuosamente el cuello del Freecss y llegaban hasta su oído para susurrar: Así es como empiezan.

El moreno sintió un placentero escalofrío recorrer su espalda cuando los besos del albino se repartían por esas sensibles zonas de su cuello, que además acompañaban a las sensaciones que le provocaban las manos tibias de su amigo recorrer su torso tonificado y un poco sudado por el calor que emanaban ambos.

Killua cargó su peso sobre uno de sus brazos para dejar muy pegado su cuerpo al de Gon. Lo escuchó gemir un poco cuando volvió a besarlo con mayor necesidad y no pudo evitar temblar cuando las manos contrarias acariciaron su espalda y se posaban en sus caderas mientras trataban de levantarle la camiseta.

Las manos traviesas del Zoldyck bajaron hasta las piernas de su compañero y subieron por debajo de ese short verde que tanto le gustaba, sintió temblar el cuerpo del otro cuando su mano llegó hasta arriba, tocando su oblicuo y acariciando la ropa interior del azabache.

-          ¿Quieres que pare? – le preguntó el de cabellos plateados con un gruñido mientras comenzaba a besar su cuello y le levantaba la camiseta y besaba su abdomen, al tiempo que le acariciaba los muslos y veía cómo, instintivamente, su amigo levantaba la cadera para sentir esa caricia con más ganas.

-          N-no… - admitió con vergüenza el otro mientras se tapaba el rostro con su brazo, incapaz de mirar a su amigo.

Killua sonrió y retiró la mano de debajo del short para llevarla hasta la cremallera de su amigo y bajarla lentamente mientras seguía besando los abdominales de Gon. Le quitó el short y lo dejó sólo en ropa interior, haciendo lo mismo con sus prendas. Volvió a besarlo en los labios mientras acariciaba sobre la ropa su hombría e hizo que el chico gimiera en su boca ante tal contacto.

El moreno se había olvidado de cómo habían llegado hasta eso y deseó con todas sus fuerzas que nadie abriera la puerta de su habitación porque quería seguir más allá, descubrir todos los planes que tenía Killua con su cuerpo.

Sin darse cuenta en qué momento, Killua lo estaba besando con pasión y atrevimientos, sus lenguas luchaban con deleite mientras el ritmo con el que el albino masturbaba al chico se hacía cada vez más rápido.

Fue cuando, el de ojos zafiro se separa un poco y le saca la ropa interior a Gon. A su vez, se saca la suya mostrando la gran erección que tenía y el evidente deseo que su mirada le mostraba. El moreno tuvo un poco de miedo cuando Killua se acercó y lo besó, pero para su sorpresa, ese beso fue más lento y calmado, casi leyendo el temor que había sentido el azabache.

-          ¿H-has hecho esto antes? – le preguntó al albino. Este negó y le sonrió.

-          Podemos parar si es lo que quieres. – le dijo y lo volvió a besar con cariño.

-          Quiero hacerlo. – le dijo con determinación, Killua lo miró y vió esa inseguridad en sus ojos, pero le sonrió y volvió a besarlo.

El albino acarició el cuerpo de su amigo con calma para volver a relajarlo. Le acarició las piernas y el trasero de forma traviesa, aumentando la vergüenza del moreno y burlándose un poco de él. Cuando sintió que se había desconcentrado, tomó su miembro y volvió a masturbarlo con un lento y tortuoso movimiento que hacía que el otro chico sudara bajo él y se moviera extasiado tanto el tacto.

Con el mismo líquido que su hombría comenzaba a liberar, mojó lentamente la entrada del chico y sin dejar de tocarlo puso su propio miembro cerca ella. Vió cómo Gon se tensaba al instante ante su actuar y lo besó apasionadamente antes de metérselo.

El chico gritó un poco y arqueó la espalda, Killua no quería hacerle daño, pero ya habían llegado demasiado lejos y su lujuria le estaba ganando, terminó de introducir su hombría por completo y recibió otro gemido por parte de Gon.

Sin esperar su permiso, comenzó a penetrarlo lentamente, moviendo su mano sobre el miembro del moreno al mismo ritmo que sus envestidas. El azabache había mordido su propia mano para evitar hacer más ruido, pero casi imperceptiblemente fue él quien comenzó a moverse al compás de los movimientos de su compañero, comenzando a sentir ese inigualable placer que le producía el miembro de Killua dentro suyo.

Eso, acompañado de la estimulación que le hacía el albino sobre el suyo, produjo el efecto esperado por el Zoldyck, haciendo que cada vez el Freecss le pidiera más rapidez y mayor brusquedad en su penetración.

Sin darse cuenta, ya estaban bañados en sudor, Gon pidiéndole casi a gritos mayor placer a Killua y el otro desviviéndose mientras controlaba sus impulsos de romperle la cadera al moreno. Con brusquedad, las embestidas eran cada vez más rápidas, cada vez más violentas, cada vez más apasionadas, tanto que ni siquiera se podían besar ni decir nada más que palabras sin sentido mientras gemían uno sobre el otro, hasta que fue el moreno quien se vino primero, exclamando algo y apretando tanto su entrada que provocó casi de inmediato que Killua se fuera con él.

Ambos jadearon exhaustos. Killua tenía la mano adolorida de tanto masturbar a su compañero, y Gon se sentía tan adolorido que no se podía mover.

-          Así… - comenzó a decir el de ojos zafiro mientras se recostaba junto al de ojos dorados. – Así es como termina una cita. – dijo entre jadeos mientras se limpiaba el sudor de la frente.

-          Entonces, ¿tuvimos una cita? – preguntó Gon después de haberse aclarado la garganta.

-          Algo así… hay algunas más largas… y hay otras formas también de hacerlas. – le explicó el albino mientras tomaba una de las toallas que tenía su amigo tirada en el piso y se limpiaba la mano. Seguido de esto se acostó junto a Gon y lo besó.

-          Tengamos otra, entonces. – le dijo el moreno con una sonrisa mientras se recostaba en su pecho, ya recuperando el aliento.

-          ¿Ahora? – le preguntó extrañado el albino.

-          Cuando quieras. – le soltó el otro con inocencia, pero ya había encendido el interruptor del de cabellos plateados.

-          Te arrepentirás. – le dijo mientras volvía a lanzarse sobre él.  

Notas finales:

Aish! Espero les hayas gustado. No olviden dejar sus comentarios y leer mi otra historia (: 

Saludos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).