Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Éxtasis (KiriBaku- Boku no hero academia) por CEternivy

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Kirishima Eijiro X Bakugou Katsuki

  • Uke! Bakugou Katsuki
  • Seme! Kirishima Eijiro
  • One Shot
  • Boku no Hero Academia

¡Advertencias!

  • Drogas sexuales
  • Yaoi Hard (Lemon)

Créditos:

Historia por: @CEternivy (Wattpad)

Correcciones por: @Seimeinohikaru (Wattpad)

  • Primera publicación: 1 de Octubre del 2018 (Wattpad)
  • Segunda Publicación 7 de Octubre del 2018 (Amor Yaoi)

Casi al final de la jornada escolar. Kirishima rápidamente corrió donde su amigo el rubio, se le notaba un poco desesperado, apurado, y eso pudo notarlo Bakugou, “Tal vez quería volver a discutir el tema de la mañana” pensaba el mismo, y vaya que adivino, Kirishima quería ver si finalmente el rubio logró cambiar de opinión.

 

-¡Vamos Bakugou! ¡Acompáñame! -Suplicó el pelirrojo, casi de rodillas.

-Ugh, eres molesto. Ya te dije que no. -Bakugou le miraba con su típico ceño fruncido. Él no había cambiado su postura ante la problemática de su amigo, pues seguía sin estar de acuerdo.
-¡Haré lo que quieras si vas! Por favor, ¡De verdad necesito a alguien, Baku-bro! Y te quiero a ti. -
“Lo que yo quiera ¿Eh?” Pensó el rubio con malicia. No había otras palabras que quedaran mejor juntas. No se podía negar lo tentadora que sonaba esa oferta. Podría pedir que Kirishima le compre algo con el dinero que ganaría, o fácilmente cobrarle su parte por acompañarlo al extraño lugar al que fue solicitado.

-¿Me comprarás lo que yo quiera si voy? -El rubio quería asegurarse antes de confirmar.

-¡Sí! -Afirmó el pelirrojo, mirándolo con esperanzas de que acepte.- ¡Lo que tú quieras, bro!

-Está bien. -respondió- Luego te diré que es lo que quiero que me compres.-

Después de clases, ambos se dirigieron hacia el lugar indicado. ¿Qué clase de trabajo puedes tener en un motel y que no sea relacionado con el sexo? Durante el camino conversaron acerca de ello y el “supuesto trabajo”; a Kirishima le dieron instrucciones de dirigirse a la habitación 69 del motel junto a un amigo. En ese cuarto estaba su “jefe” quien le daría instrucciones acerca de la tarea que debería realizar.

Cada vez más, el rubio seguía preguntándose acerca del dichoso trabajo de su mejor amigo, se estaba asustando aunque quisiera negarlo y tener una actitud de valentía en medio de la situación no ayudaba mucho. ¿Por qué necesitaban a un extra? ¿Deberían trabajar de sirvientes o algo? ¿O acaso tendrían que prostituirse?

Tal vez estaba viendo demasiadas películas de secuestros, terror y misterio.

 

Una vez llegaron al piso del motel. Se veía bastante decente en el sentido de que no era un lugar feo y de mal gusto. Procedieron a tocar la puerta de la habitación, esta fue abierta por un tipo bastante “extraño” para el gusto de Bakugou, parecía un ‘proxeneta de quinta’ o algo así, o tal vez un traficante de ‘quién sabe qué’.

-Bienvenidos -El tipo les saludó con una sonrisa de oreja a oreja a ambos, primero dirigió sus ojos cafés al pelirrojo - ¿"Eijirou Kirishima"? – Este asintió. Ahora el hombre miraba al rubio, examinándolo de pies a cabeza- ¿Y...? ¿Cómo se llama tu amigo?

-Katsuki Bakugou. -respondió el rubio, un poco asqueado ante la presencia de ese hombre. Por alguna razón sintió que lo estaba desvistiendo con la mirada. No podía creer que tuviese que compartir el ambiente con alguien tan sospechoso, tampoco que su amigo sea tan ciego para encontrar un trabajo y mucho menos que no se estuviera hiendo junto a Kirishima por lo aparentemente peligroso de la situación.

-Pasen, pasen. -Mencionó el tipo, invitándoles a pasar- No sean tímidos.

 

El interior del cuarto tampoco tenía mala apariencia, paredes color crema, un espacio algo reducido con un piso de alfombra, un televisor y un cuarto al fondo. Posiblemente sea un dormitorio, Kirishima observaba a su jefe mientras que Katsuki continuaba hundido en su paranoia y los gritos de su instinto “¡Es hora de irnos!”

 

-¿Les gustaría beber un poco? mientras charlamos -Preguntó aquel hombre, sin necesidad de mirarlos. Su atención estaba en servir las bebidas.

 

El ‘proxeneta de quinta’ les tendió dos botellas con bebida gaseosa. Desde el punto de vista del ojo-rubí, eran extremadamente sospechosas, pues nunca había visto esa marca de gaseosa. No iba a tomar esa mierda, de modo que se preparó para hablar y rechazar aquello, pero fue interrumpido por su amigo, quien le dio un codazo suave con intenciones de callarlo.
-¡Claro que queremos! -Sostuvo el pelirrojo, quien luego le susurró al oído- No seas grosero -No quería dar mala imagen ante su “jefe”. Bakugou bufo en respuesta.

Kirishima tomó ambas botellas mirando a Katsuki, y dándole con amabilidad una de ellas a su amigo. Siendo regañado mentalmente por el rubio debido a su nulo instinto de supervivencia que tenía Eijiro.

La pareja de amigos junto al “jefe” tuvieron una animada conversación acerca de cosas aleatorias en una “sala de estar” bastante pequeña y equipada con algunas cosas, detalles menores a comparación de la habitación  al fondo de la habitación, el cual no podían describirla al estar la puerta entreabierta.

Se encontraban actualmente en un sofá de cuero negro. Kirishima relajado. Bakugou en una postura recta. Las bebidas tenían colores chillones. Un líquido color rosa para Bakugou y una roja para Kirishima. Este último se quedó con esa bebida debido al color de su cabello.

 

De forma repentina y sin explicación, la temperatura corporal de los chicos aumentó considerablemente. Sentían un extraño calor a pesar del aire acondicionado en la habitación. Intentaron dejarlo pasar al despojarse de sus abrigos y quedando en playera, tal vez se habían enfermado o algo por el estilo.

 

“Esa bebida tenía algo” pensó Katsuki mirando la botella con seguridad. No se lo cuestionaba, lo afirmaba. Cerró sus piernas. Sentía como sus pezones se endurecían, dándole una extraña sensación eléctrica con el roce de la ropa, obligándole a cerrar los ojos y morder suavemente sus labios, intentando alejar esa sensación de su mente.

 

Kirishima no se sentía anormal aún, pero miraba de reojo al rubio de su amigo quien parecía algo incómodo. Respirando agitadamente, exhalando y mordiendo sus labios,  sus pezones erectos que levantaban mezquinamente la ropa al asomarse, además de sus mejillas encendidas. No pudo evitar el dejar volar su imaginación ante esas expresiones sexosas; termino avergonzándose de sí mismo por usar esa silueta en una de sus extrañas fantasías sexuales.

 

El tiempo pasaba y la cordura del rubio se iba al carajo; llegó un punto donde Bakugou ya no tenía lucidez, su cuerpo estaba demasiado caliente: Su pene estaba erecto, la ropa empezó a molestarle de sobremanera. Sin contar de qué soltó un fuerte gemido gracias al roce de las molestas prendas ajustadas. Atrapo por completo la atención Kirishima, haciéndole tragar un poco de saliva por los nervios.

-Kirishima… -El rubio situó su mano en la entrepierna del contrario, asustando un poco a Kirishima. Si antes estaba nervioso, ahora sufría un ataque de pánico, parecía el inicio de uno de sus sueños húmedos.

Antes de que Eijirou pueda quejarse por esa invasión, fue atacado por los labios de rubio con lujuria. Lamidas y chupaba, provocaba e invitaba. Kirishima estaba sorprendido, se sentía tan real, no podía responder adecuadamente.

El beso, ese beso, lentamente iba encendiendo sus más bajos instintos. La droga aunque de forma tardía por fin hacia afecto, la mezcla de calor corporal hacía delirar al teñido.

 

Una vez el rubio rompió el contacto dejando un hilo de saliva que aún unía sus bocas, soltó:

-¿Me dejas chupar tu pene, Eijiro? -Katsuki abrió su boca, apuntando su lengua, sin romper en ningún momento el contacto visual. De paso, olvidando que había un tercero en la habitación.

 

-¿Q-Qué? – Fue tan repentino la mención de su nombre y sobre todo una propuesta tan indecorosa; Kirishima estaba empezando a sentir que su miembro explotaría con tan solo mirar ese gesto tan atrevido en Katsuki, un chico que ni muerto haría eso aunque le paguen. Ya que él es Katsuki ‘Orgullo’ Bakugou.   

 

-Vamos a la cama, Eijirou. -Bakugou se quitó la playera, el calor lo asfixiaba. Nuestro rubio sabía que el ajeno continuaría en shock, así que decidió tomar las riendas. Se levantó del sofá de cuero tomando la mano de Eijirou. Fue empujando con insistencia a su amigo hasta aquel dormitorio, una vez llegaron, no dudo en lanzarlo a la cama.
Aprovecho el momento, Bakugou termino de despojarse de las molestas prendas, lanzándolas a cualquier parte de la habitación. Los detalles de la habitación pasaron a segundo plano- Quiero que me cojas.- Estaba tan sonriente, era una afilada sonrisa coqueta y la lujuriosa expresión se completaba teniendo sus orbes carmesí opacados por la calentura.

Eijirou se puso de todos colores con esa frase:

Su mente estaba revuelta por aquella simple frase. Es como si fuese una fiera sexual.

El pelirrojo estaba analizando la situación, manteniendo la probabilidad de que era un sueño muy bueno del que no deseaba despertar; ni siquiera se percató de un rubio ahora tumbado en la cama abriéndole los pantalones y ahora tomando su pene, viéndolo como si fuera el mejor de los manjares. Bakugou volvió a establecer el contacto visual con Kirishima, el segundo mencionado sufrió una fuerte corriente eléctrica. Su miembro en vuelto por la caliente y húmeda boca. Una hábil lengua danzarina que le hacía perder todo uso de sus facultades mentales.

Ver a Bakugou de esa manera tan sumisa, agregando que mantenía una postura atrevida. Levantando su trasero junto a una mirada un poco perdida.
Viendo como el chico que le gustaba tenía su extensión en la garganta, sintió una vibración en la garganta del pasivo.

 

-Hm, Katsuki. Esto está… -Los gemidos de Eijirou se hicieron presentes interrumpiendo su habla. Su pene estaba demasiado sensible y receptivo. Kirishima empezó a presionar la cabeza del mayor, con tal de que no le suelte.

 

Se le hizo raro ver a Katsuki de esa forma, sin su ceño fruncido, ni su mirada amenazante, ni su fuerte aura que aleja a la mayoría de las personas. Estaba totalmente decidido para complacer y pasar un placentero momento junto a su amigo.

 

El rubio se estremecía con sólo lamer el miembro del pelirrojo, sentía choques eléctricos en su pene y trasero y su boca, gemía por la excitación de ese tacto curioso que jamás había sentido. No quería sacar de su boca ese pene que tenía un delicioso sabor.
Fue bajando su mano hasta su propio miembro goteando de pre semen, ahora con su mano empapada continuo su camino hasta la rosada y no tan virginal entrada; no sería la primera vez que juega con su trasero. Fácilmente metiendo dos dedos, conocía muy bien los puntos dulces como para saber cómo explotarlos.

 

Eijirou le sujetaba la cabeza con tal de embestir la caliente boca de su pareja, su cuerpo no podía quedarse quieto después de haber sido estimulado de esa manera acompañado de tener a Bakugou metiéndose los dedos en el culo por la excitación que le provocaba engullir su miembro. Era imposible y doloroso. Necesitaba velocidad si quería llegar al orgasmo.

 

-Ugh. Está muy caliente. -Kirishima frunció su ceño. Tenía la voz más ronca y grave.

 

-Me encanta tu pene. -Sentenció el Katsuki totalmente excitado, acompaño la frase y aclaro su punto. Dio una larga lamida desde la base hasta la punta de una forma lenta, tortuosa. En la punta, beso con sus carnosos labios.

 

- Quiero que me llenes todos mis agujeros con semen. -Exhalaba con una sonrisa opuesta a las anteriores, una tan inocente que contrastaba. Además de un inusual brillo en sus ojos, haciendo suspirar y arder a Kirishima.

Algo que Eijirou siempre tuvo ganas de hacer era tocar esos pectorales de Bakugou, eran muy llamativos, sobresalían de su ropa como si fuesen curvas de mujer; Un poco más firmes, cabía decir. Siempre le llamó la atención la musculatura masculina.

Abrazo al rubio dejando la espalda de Katsuki apoyada en su pecho y empezó a presionar los pectorales con fuerza, brusquedad. Quería saber que se sentía el tocar aquella parte.

 

-Ah. Eijirou -Katsuki estaba totalmente sonrojado. Su cuerpo estaba demasiado sensible, haciéndole soltar altos gemidos con solo tocarle. Después de eso Kirishima empezó a tirar de los pezones, los retorcía, y pellizcaba.

 

-Tu voz es tan tierna cuando toco aquí- Susurro Eijirou a la altura de su oído.

Katsuki jadeo. El sudor aperlaba su piel de porcelana. -¿Me quieres adentro? -Preguntó el pelirrojo, totalmente fuera de sí. Paseando sus manos por las piernas del mayor, acariciando los firmes muslos sin vergüenza alguna. Iba a dejar esa piel firmada con marcas hechas por su boca y manos. La voz del rubio interrumpió su ensoñación con los apetitosos muslos.

 

-Quiero tenerte hasta el fondo -Le sonrió el rubio apoyándose en su espalda, le besó y mordisqueó los labios a Kirishima con suavidad, y Kirishima por supuesto iba a corresponder, saco su lengua deseosa pero ahora de actos frustrados, Katsuki la atrapo con sus labios; succiono de forma juguetona. En un rápido movimiento, Bakugou lo tumbó contra la cama, y se subió encima de él dejando sus manos en el abdomen del pelirrojo. Mirándolo con cierta superioridad al estar en esa situación e iniciando un extraño juego donde empezó a rozar su entrada contra el miembro de Kirishima. Tentando a la bestia ansiosa por escapar.

 

Entonces Kirishima tomó su pene, poniéndolo contra la entrada y Bakugou bajó sus caderas, consiguió auto penetrarse con el miembro, apretando bastante a Eijirou con sus paredes anales; sacándole un fuerte gemido al sentir su extensión aprisionada en el calor de su pareja.

Se levantó para luego volver a bajar sus caderas e iniciar un vaivén, todo el cuerpo del pasivo era manoseado sin vergüenza, sentía que se derretía.

 

-¡Ah, Eijirou! –Gritó, no contaba con las intenciones de contenerse. Una mano lo masturbaba y la otra sujetaba firmemente su trasero, jugueteando con él.

Kirishima detuvo el vaivén del pasivo tomándole de las caderas e iniciando una rápida penetración que hizo estremecer y subir el tono de voz del rubio. Bakugou perdido en el éxtasis formaba una perfecta “O” con su boca, tenía la lengua fuera. Sus ojos entre cerrados inundados en lágrimas de placer.

-Eres una perra en la cama, Bakugou. -Soltó Kirishima

 

-¡Mira quién lo dice! -Gimió el rubio con fuerza e infló su pecho.

 

Ya lo que hacía Bakugou no era considerado gemidos, eran gritos por lo bien que se sentía esos toques pervertidos, ya no tenía control de sí mismo. Estaba adolorido por correrse tanto, debido a la brusca penetración, pero su líbido estaba al máximo. Rogaba desesperado por más placer. El brusco coito movía la cama, la hacía rechinar y la cabecera golpeaba contra la pared en la parte de atrás.

 

Empezó a abrazar a Eijirou, lamiéndole los labios, tentando al activo que introducía una y otra vez su miembro en el  pasivo que le daba un masaje al contraerse.

Sus abdómenes presionaban el miembro del rubio, haciéndole gritar nuevamente pero luego fue callado por el besuqueo del pelirrojo. Quién delineaba con sus dedos la figura sensual del rubio de sus sueños, haciéndole llegar al orgasmo y ensuciando ambos cuerpos. Kirishima hizo lo mismo, pero causando un pegajoso desastre en el interior de Katsuki.

 

Una vez ambos llegaron, Kirishima apoyó su frente en la de Katsuki, algo agotado. Para luego retirar su miembro y dejar que el agotado rubio se tumbe boca abajo en la cama.

 

Pero esto aún no terminaba, Eijirou levantó el trasero del rubio. -Puedo ver tus entrañas -Soltó Eijirou al ver el interior de la cavidad de su pareja, ambas palmas estaban sobre ese gran trasero de burbuja y sus pulgares separaba las nalgas permitiéndole la vista de su obra, la rosada entrada mojada y llena de su semen, causándole una nueva erección. El adolorido rubio término de la misma forma, nuevamente excitado.

Se puso de rodillas, pudo acomodar se y sin previo aviso volvió a meter su miembro erecto;  sintió nuevamente el calor de Katsuki. -Voy a romperte la cintura y te follaré hasta que no puedas caminar. -

 

El rubio gimió con esa nueva intromisión repentina. El pene de Kirishima llenaba su interior expulsando el semen que había eyaculado previamente. Haciendo gozar al rubio y sacándole lágrimas por el placer, gritando en el proceso. Eijirou tomó de los brazos a Katsuki, para acercarlo a él y penetrar con más intensidad el trasero de su pareja; llenarlo de semen. Mordía al mismo tiempo el hombro del rubio. La mezcla de sus fluidos goteaba ensuciando las sabanas de la cama.

-¡Eijirou! Lléname más -suplicó Bakugou totalmente desinhibido.

 

-¿Cómo se dice? –Kirishima le dio una sonrisa traviesa mientras se retiraba del interior.

-Por favor… -Soltó el rubio, tragando todo su orgullo de por medio. ¿Quién podía culparlo? Estaba perdido.

Kirishima abrazó y alzó a Katsuki, llevándolo fuera de la cama. Kirishima puso a Bakugou contra la pared, chocando la espalda del rubio agresivamente contra la pared, nunca dejaron de besarse. Chocaban los sin hueso, bailaban sincronizadamente, formaban una sola saliva; tanta era la cantidad que se deslizaba desde su labios hasta su mentón. Seguía bajando hasta perderse entre las gotas de sudor en sus cuellos.

 

Para no caerse, Katsuki le tenía abrazado de la nuca. Sosteniéndose junto a sus piernas enredadas en las caderas de Eijirou. En una posición muy cercana e íntima, donde el roce de pieles y respiraciones es aún mayor, como si el estar separados fuera tóxico.

 

Ambos cubiertos de los fluidos del otro, de su saliva, semen, aroma y sudor. Katsuki miraba fijamente a Eijirou, estaba vuelto loco con el pene de su pareja. Perdido en el placer que le entregaba, haciendo sin querer un video pornográfico bastante largo y sin actuación, muy creíble.

Eijirou lamió las lágrimas de su pasivo, besándole la mejilla y apretando sus caderas en medio de aquel delirio. -Bakugou, me estás succionando muy fuerte. ¿Tanto te gusta que te haga este tipo de cosas? -

 

-¡Sí! -afirmó el pasivo con una sonrisa- Fóllame con fuerza, a mí me gusta rudo -Le sonrió y le besó. Mordiendo con fuerza, haciendo gotear un poco de sangre del labio del pelirrojo.

Sus cuerpos siguieron moviéndose al compás de la excitación, sin detenerse con tal de complacer al otro. A pesar de estar agotados y con dolor, no se despegaban de su pareja. Rindiéndose y haciendo una especie de baile erótico. Entre gemidos y gritos, soltando maldiciones y groserías de por medio.

Horas pasaron, y el efecto de la droga había desaparecido, pero no por eso se detuvieron. Eran como animales en celo. Fieras por fin liberadas que necesitaban soltar todo el deseo contenido por tanto tiempo.

 

La entrada de Katsuki dolía, escurría semen. Había memorizado totalmente la forma del pelirrojo, además de estaba cubierto por su esencia y marcas. Sus muslos mordidos, chupados, y con fluidos, su pecho con marcas de besos, sus pezones algo irritados, su cuello y hombros marcados, sus labios hinchados por los besos pasionales.

Habían cambiado de posición, ahora con sus manos apoyadas contra la pared y moviendo sus caderas sujetadas por Eijirou; tan fuerte era el agarre que las manos de Eijirou quedaban marcadas en la lechosa piel. Sincronizando los movimientos.

Kirishima aún tenía su pene tan duro como una roca, continuaba igual de vigoroso.

 

-Será una noche larga, Katsuki -Sostuvo el pelirrojo, sin dejar de penetrarlo.




A la mañana siguiente, estaban totalmente avergonzados. Fingieron seguir durmiendo, aunque sabían que al fin y al cabo tendrían que mirarse.

Para colmo Bakugou no podía moverse, su trasero le dolía demasiado, sus piernas y caderas. Al final decidió tomar la palabra:

 

-Kirishima. -

 

-¿Si?- Estaba entrando en una crisis nerviosa.

 

-Voy a matarte-

 

-¿Ah?-

 

Bakugou se levantó con tal de golpear a Kirishima, pero al momento de levantarse dio un quejido y estaba a punto de caer como si fuese un peso muerto pero fue atrapado por Kirishima, quien le sujeto de forma protectora. Con mucha vergüenza.

 

-¿Estas bien? -Eijirou estaba totalmente nervioso, su cercanía le hacía recordar todo lo que hicieron ayer (sin contar que solo tenían su ropa interior puesta) le daba más vergüenza ver el cuerpo de Bakugou  tan salvajemente marcado.

 

En ese momento, el pelirrojo recibió un puñetazo en la cara. Por acto reflejo intentó alejar de él a Bakugou, empujándolo y cayendo a la cama.

Bakugou al caer, quedó con las piernas abiertas, era incapaz de mover sus piernas adoloridas las cuales mostraban como el semen fluía de su entrada. Era sensación era demasiado extraña, se sentía lleno de ese líquido.

-M-Me llenaste con tu mierda. Maldito. -Gruño el rubio.

 

Eijirou no podía apartar sus ojos de esa cavidad que goteaba su esencia. Empezó a excitarse con la escena, nuevamente sus sentidos se estaban nublando. Dejaba de pensar con claridad.  

-¿No te gustaría hacerlo de nuevo? -Kirishima se tumbó sobre él- Estamos sobrios ahora.

 

-Ni de coña, suéltame. -Bakugou se negó a dirigirle la mirada, si lo miraba sabía que cedería. Kirishima con la yema de su dedo índice delineó el cuello del rubio, bajando lentamente, pasando por la clavícula, el esternón, hasta llegar a su abdomen.

-¡Suéltame pelo de mierda! -Gritó y asestó un golpe en contra de Eijirou. Lo que Bakugou no esperaba, es que lograran detener su golpe que para colmo fue usado en su contra. Kirishima sujetaba sus muñecas por encima de su cabeza. Inmovilizándolo.

-¡Te dije que me sueltes! -Reclamó nuevamente-

-¿Soltarte? Tu pene se está endureciendo y eso que apenas te he tocado. Te estás excitando con sólo con mi mano.- Observando a ese terco Katsuki que se negaba a corresponder, incluso conteniendo sus gemidos. -Tu cuerpo es muy honesto. No puede ocultar el hecho de que le gustan mis manos, pero, tú haces lo imposible por disimularlo. -Le susurró, para luego morder el lóbulo del oído.

Katsuki cerró sus ojos con fuerza al sentirse asaltado. Su mente se estaba doblegando con el toque de Kirishima, su cuerpo se rehusaba a alejar al activo de su cuerpo. Sólo su orgullo seguía intacto, pero perdiendo la guerra.

 

El pelirrojo atacó los labios de Bakugou, no tenía ganas de seguir escuchando quejas.  

En unos inicios, el rubio se negó a dejar pasar a ese intruso. Pero después de una mordida de Eijirou, le obligó a abrir los labios. Nuevamente se llenaron del embriagante sabor de sus bocas. Katsuki había dejado de pelear en contra de sus bajos deseos, de modo que decidió abrirse para el pelirrojo.

-Si vas a hacer esto, más te vale que lo hagas bien -Soltó Katsuki con su ceño fruncido, lo típico en él.

-Te prometo que lo disfrutarás y sin drogas de por medio -La linda sonrisa que le regaló, era capaz de iluminar la más oscura ciudad. Haciendo avergonzar al rubio.

-Tch. Solo hazlo rápido. - Kirishima introdujo un dedo que le ayudaría con la tarea, no sería difícil, aún estaba lo suficientemente abierto por las pocas horas transcurridas por tantas horas de sexo. Katsuki cerró su ojo izquierdo por la sensación que se presentaba.

A pesar de que Katsuki ya no luchaba en contra de Kirishima, no dejaba salir sus gemidos por la vergüenza de ser abusado de esa manera Sin embargo una vez fue introducido el tercer dedo, fue incapaz de seguir soportándolo.

-¡Ah!  Kirishima, un poco más lento. -Katsuki se retorcía en la cama, tomando las sábanas con sus puños y haciéndolas un completo desastre, más de lo que ya eran.

Eijirou hizo lo posible por frenar sus dedos un poco, y con mucho esfuerzo mental lo hizo.

 

-Creo que era por aquí… -Kirishima buscaba la próstata del rubio, una vez logró alcanzarla hizo que el pasivo libere un fuerte grito. Con tal de ver esa expresión otra vez, siguió estimulando aquella parte.

-¿Se siente bien? -Preguntó el pelirrojo

 

-Aleja tus ded… -La frase que dijo Katsuki fue incomprensible por la cantidad de gemidos de por medio.

 

Kirishima estaba desesperado por meterla, estaba esperando a que Bakugou se relaje completamente. Y una vez pasó, Katsuki le miró suplicante. No iba a decirle que quería que lo meta, pero su cuerpo estaba preparado para lo que venía.

 

-Eijirou -soltó el rubio avergonzado- Hazlo rápido.

 

-¿Ah? -El activo se sonrojo al escuchar su nombre con ese tono- ¿Tan rápido? -Le sonrió-

 

-¡Sólo hazlo ya! ¡Me harás perder la paciencia! ¿O es que tienes miedo porque no tienes drogas de tu lado? -Tenía una sonrisa mezquina en su rostro

 

-¿Estás retándome? -Preguntó el pelirrojo, bastante excitado al ver a Bakugou de esa manera.

 

-Tómalo como tú quieras. -

 

Eijirou tomó por los tobillos las piernas de Katsuki, alzándolas y dejándolas en sus hombros. Para luego alinear su miembro contra la dilatada entrada, rozándola y presionando levemente.

Katsuki le miró brevemente los labios, de modo que tomó al activo de las mejillas para luego darle un casto beso en la zona deseada, mientras recibía el miembro de su amante en su interior, mordiendo los labios del pelirrojo y tirándole del cabello para soportar esa sensación sin tener que gemir.

 

Kirishima inició el vaivén besando al rubio en medio de la acción, ahora consciente quedo sorprendido por que pudo percatarse de lo flexible que era Bakugou.

-Voy a llenarte como a un pavo de navidad. -Soltó Kirishima en medio del beso.

 

-E-Eres un idiota. -Le contestó riendo.

 

Habían iniciado suave y tranquilo, para luego aumentar el ritmo gradualmente, estando agitados y sudados por la fuerza de las estocadas, haciendo de la cama un desastre por el semen y sudor junto al desorden de la ropa de cama. Pareciendo animales en celo intentando saciar sus bajos instintos.

 

Kirishima mordía el cuello de Bakugou. Se hundían en el otro como si se tratase de una droga  la cual no quisieran dejar de consumir, tan adictivo y peligroso como el tabaco.

Sus cuerpos reaccionan de manera especial solo por el tacto que mantienen, nublando sus mentes y volviendo borrosos los pensamientos. Haciendo imposible el discernir entre lo que está bien y mal, correcto o incorrecto. Sólo sabían que querían darle toda su pasión a su compañero, con el fin de marcarle de todas las formas posibles.

 

Katsuki empezó a jalar el cabello de Eijirou, sin dejar de gemir con sugestiva voz. Sus expresiones eran un agradable poema seductor que hizo caer al pelirrojo hechizado por la magia del rubio.  El magnetismo hizo presencia, los amantes polarizados se unían sin el fin de crear un amorío en medio de esa batalla sin armas.

 

Una vez el pelirrojo eyaculó en el interior del rubio, cambian de pose, haciendo que el rubio inicie a marcar el ritmo del baile, hipnotizando a su compañero con su bellísima figura, tan peligrosa, explosiva, suave e incitante. Perdiéndose entre los movimientos del mayor, rodeó la cintura de avispa de Bakugou con sus dos manos, para ayudarlo en los movimientos y hacer que ambos pierdan la noción del tiempo y la realidad.

 

Para estar en éxtasis, era necesario dar los pasos correctos.

 

El pene del mayor rebota en el menor, con el amargo líquido blanco. Empezó a gustarle el hecho de tener al mayor montándole fuera de sí, dudando un poco si era mejor el Katsuki drogado o Katsuki excitado. Obviamente el rubio sin efecto de las drogas encima era mejor. El hecho de que se pierda en el placer únicamente por las manos y por qué sepa moverse era mil veces mejor.

Sin querer estaban mirando a su pareja con otros ojos, más que lujuria era admiración por aquella viva obra de arte que presenciaban. Sus cuerpos parecían tallados con magistral delicadeza, y sus voces no se mantenían calladas.

 

-Me voy a correr -Mencionó el pelirrojo, gruñendo. Apretando las caderas del rubio.

 

-Más te vale que lo hagas adentro. Idiota, te mataré si te corres afuera.- Dijo entrecortado por los jadeos de su agitada respiración provocada por el cansancio.

Kirishima cerró los ojos y empezó a embestir más fuerte a Katsuki hasta que sintió la eyaculación. Bakugou gritó y gozó la sensación del semen caliente en su interior, era muy raro y placentero. Tan pronto eyaculó también, cayó sobre Kirishima, quién le llenó de besos el rostro.

 

-¿Vamos a casa?- Tratando de controlar su respiración.

-Dame un momento-

Pasaron un par de horas y ambos se vistieron. Encontrando un extraño sobre de papel en la mesa.

-¿Qué es eso? -Preguntó el rubio, que caminaba adolorido sin embargo no se arrepentía.

-Es… ¡La paga! -Exclamó Kirishima con una sonrisa- Iban a darme 70.000¥ por una hora.

En el interior, había 840.000¥ junto a un papel, el cual Bakugou extrajo. En el sobre había una carta que explicaba la circunstancia, habían hecho un jodido video porno, quería enfurecerse, solo que un pequeño detalle lo detuvo.

 

-¿”70.000¥ por hora de grabación”? -preguntó el rubio, analizando y mirando el logo del papel.

-Bakugou. ¿Qué quieres que te compre?

-No lo he pensado.-

Según la recepcionista ya habían pagado la cuenta de la habitación, de modo que abandonaron el lugar con una extraña tranquilidad.

Bakugo al caminar, tomó la mano de Kirishima con algo de vergüenza. Al notar que algunas chicas quedaron mirando a su amigo con otros ojos. El menor quedó observando al mayor con curiosidad y bastante avergonzado.

-N-No preguntes, sólo sentí la necesidad de hacerlo. -Sostuvo el rubio posesivo.

-E-Entiendo. -Kirishima estaba sonrojado mientras sujetaba la mano de su lindo novio.

 

Lo que sí sabían, era que algo estaba naciendo en sus jóvenes corazones. Tal vez era amor. Ya que los dos estaban seguros de que no habían visto a otra persona más hermosa que aquel chico que tomaba su mano con fuerzas, sin querer soltarla.

 

-Kirishima, creo que me gustas.-

 

Kirishima quedó observando al chico que le gustaba, sorprendido por aquella confesión. Para luego tomarle de las caderas y alzarlo con una radiante risa mientras giraba con él.

 

-¡IMBÉCIL! ¡Bájame ahora mismo!-

 

-¡YO TAMBIÉN TE AMO, BAKUGO! -Exclamó el pelirrojo

 

El rubio quedo sonrojado por como sus sentimientos fueron gentilmente correspondidos. De modo que se dejó acariciar por el pelirrojo, ya que no le molestaba aquel tacto amoroso si es que venía de Kirishima.

Notas finales:

¡Hola a todos! Este es mi primer fanfic en esta plataforma, mi cuenta principal es @CEternivy en Wattpad. 

 

Espero que les haya gustado, estaré subiendo más de mi material aquí uwu


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).