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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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Hubo silencio por largos segundos, segundos en los cuales Elle se removió nervioso sobre su colchón mientras mantenía la laptop sobre sus piernas entrelazadas, sin perder de vista a los tres cuadros de las personas que participaban con él en la videollamada, uno de sus amigos en cada ventana, sus rostros iluminados solo por la luz de sus propias pantallas, la oscuridad de sus habitaciones junto a la pijama que usaba cada uno confirmaba que aún no amanecía, pero para Elle la hora era lo de menos, y no era como si alguno esperase algo diferente por parte del azabache. Solo fue hasta que Matt decidió carraspear la garganta que todos dieron un leve respingo sobre sus propias camas.

—Entonces... —, comenzó el muchacho colocando su antebrazo a centímetros de su rostro antes de remover la tela de su manga larga —decidiste ponerte insufrible mucho antes de las cinco de la mañana de aquí, haciéndonos ponernos de pie y encender estas cosas cuando podríamos estar durmiendo, todo para contarnos...¿algo que pasó hace una semana? — Hizo cierto énfasis en las dos últimas palabras sin poder evitar formar una mueca de fastidio.

—Es que no sabía cuando contarles —. Se defendió apresurado, rascándose la mejilla con el dedo índice de manera nerviosa.

—¿Qué te parece hace una semana? — Sugirió Near entre dientes —Y a una hora decente si es mucho pedir.

—¡Si, Elle!, ¿¡en qué estabas pensando!? — Reprendió Mello, sorprendiendo a los demás integrantes del chat al no esperar una reacción parecida de parte del único chico que defendía el "LawLight", o como sea que había decidido nombrar a la pareja de Elle y Light —Es decir... ¿¡cómo se te ocurre no habernos contado antes!? — Estiró un brazo hasta introducir su mano tras la pantalla del computador, palpando todos los cables detrás de él hasta que sus dedos encontraron lo que buscaban, y con una sonrisa sacó la barra de chocolate que recordaba haber dejado ahí, dándole un mordisco antes de acomodarse en la cama —a ver, suelta la lengua, ¿qué más te dijo Light?

Matt y Near tan solo rodaron los ojos, sintiéndose tontos de haber creído que aún quedaba un poco de cordura en Mihael, pero ya estaban ahí, ninguno de los dos creía posible volver a dormir, además en cuestión de nada amanecería, por lo que imitando las acciones de Mello, tomaron lo primero que tuviesen a la mano, Near un cubo de rubik y Matt su PSP antes de acomodarse para escuchar el resto de la historia.

—Pues nada, lo que ya les dije, ¡él le dijo a su mamá que yo le gustaba! — Vociferó alarmado, sonsacándole un respingo a Near al estar completamente concentrado en su cubo.

—Pero fue hace una semana —, le recordó el menor de todos, haciendo énfasis al igual que Matt en el tiempo que ya había pasado —además dijiste que ya te explicó que solo lo hizo para dejar tranquila a su madre, ¿no?

—¡Sí!, pero...¿por qué decirle a ella que saldría conmigo si era mentira? — Farfulló nervioso, ya llevaba una semana que entre más lógica quería encontrarle a las palabras de Light, menos explicable se le hacían, y creía que se terminaría volviendo loco si su cabeza seguía generando ideas hasta atiborrarlo, es por ello que al no soportarlo más había decidido buscar ayuda en sus amigos, aunque nunca lo eran de mucho.

—También nos dijiste que él te explicó que su madre desconoce que tiene novio, ¿verdad? —, continuó Matt poniendo en pausa su juego —y eres el único amigo que le conoce, por lo que es obvio que diría que saldría contigo, con lo consentido que dices que lo tienen, ¿crees que lo iba a dejar salir con un muchacho al que ella no conoce?, al menos a ti te ha visto, eres raro y posiblemente eres todo lo que no quiere para su hijo pero al menos sabe quién eres, sabe las bolas de quién debía cortar si algo le llegaba a pasar a "su niño" en esa cita —. Finalizó luego de formar unas comillas en el aire con sus dedos.

—Más bien parece que lo que te molesta es que Light te haya dicho que solo mintió, que no le gustas realmente —. Sugirió Near con una sonrisa ladina —Y peor aún, que te haya dicho que estaba pensando en ese su novio de nombre raro, pero ya supéralo Elle, no entiendo que encuentras de extraño en lo que Light te dijo si todo es perfectamente lógico y entendible.

Elle estaba a punto de defenderse, decirle a Near que estaba equivocado, pero tampoco sabía bien qué decir, ¿por qué le afectaba tanto de todas formas?

—No lo escuches Elle, esa cosa ni sentimientos tiene —. Interrumpió Mello antes que Elle pudiese decir algo, aunque el hecho que fuese Mihael quien hablase primero no era algo que ponía del todo contento al pelinegro, sobretodo porque no lograba convencerlo que Light y él solo eran amigos.

—¿Qué podías esperar del que botó a la basura la carta que le diste, Mello? — Habló Matt antes de que el rubio pudiese decir algo más, ganándose la mirada curiosa y abierta de todos junto al audible bufido por parte de Near.

—¿¡De que rayos hablas!?, ¡Mello no me ha dado ninguna carta y yo no he botado nada!

—¿Ah, no...?, ¿entonces lo que encontré en la pequeña papelera de tu habitación la otra vez que fui a tu casa no era una carta? — Matt se llevó el pulgar a la quijada de manera inocente, viendo los ojos de Near agudizarse mientras los de Mello se mantenían abiertos de par en par, pero sin decir nada para no dejarse al descubierto —¿Cómo era que decía...?, ¡ah, sí! — Irguiéndose, aclaró su garganta antes de continuar —Quiero amanecer junto a la seda de tu nívea piel, descansar mi mano en la curvatura que se forma en tu espalda baja mientras mi rostro se hunde entre tus cabellos, embriagándome de tu aroma, delinear con mis dedos tu figura y trazar con mis labios el camino que me guíe hasta tu amor.

Matt infló el pecho orgulloso de haberse aprendido esas líneas con tan solo haberles dado una leída antes de dejar el papel hecho puño sobre el cesto nuevamente, pero que haberlo hecho había valido la pena, solo era de ver el rostro de sus amigos para saberlo, y es que mientras Elle se cubría la boca con ambas manos intentando retener el aire, las mejillas de Near estaban completamente rojas, pero todos se vieron sorprendidos por el pequeño grito ahogado emitido por Mello.

—¡Si botaste mi carta! — Vociferó indignado mientras lanzaba su chocolate por los aires.

—Ves y como si era de Mello —. Sonrió Matt, provocando que el rubio también se sonrojase al caer en cuenta que acababa de dejarse en descubierto.

—¡Obvio que si la boté!, ¡pero es tu culpa por andarme dejando notas anónimas en mi casillero!, ¿¡cómo rayos iba yo a saber que era... — se detuvo abruptamente, relajando su entrecejo y abriendo sus ojos de par en par —espera... ¿entonces si fuiste tú quien me dejó esa carta...?, oh por dios... — masculló cubriéndose la boca, el silencio reinando unos segundos después.

Mello no dijo nada, simplemente se mantuvo cabizbajo mientras sentía sus mejillas ardiendo, ignorando que Matt había debido morderse la lengua para no soltar alguna carcajada.

—¡Como pasa el tiempo! — Interrumpió el pelirrojo, estirándose un poco para desentumecerse —Ya casi es hora de la siesta que tomo todos los sábados luego de despertarme.

—Eso ni siquiera existe —. Reprendió Elle a sabiendas que lo que su amigo andaba buscando era zafarse de la incómoda situación que se había generado.

—Como tampoco existe el MeroNia, Near acaba de mandar todo a la mierda —. Sonrió con picardía, no era como si se sintiese orgulloso de ver el conflicto reflejado en los ojos de Mello, pero también era culpa del rubio, ¿para que andaba dejando notas anónimas sabiendo cómo es Near?, al menos la hubiese firmado, así quizá Near no la hubiese desechado de manera tan descorazonada, alguien tenía que decirlo, y Matt no soportaba por decir de una vez la forma en la que Mello veía al otro desde hace ya un tiempo atrás —Bien, hablaba en serio con respecto a lo de mi siesta —, comentó unos segundos después para romper el silencio —así que... fue bueno hablar contigo Elle, aunque tu tema de conversación solo sea Light, pero siempre es agradable verte, ahora yo me marcho, últimamente las conversaciones con ustedes terminan de manera extraña.

—Pero está vez fue por tu culpa —. Espetó Near cruzándose de brazos, recibiendo solamente un guiño por parte del pelirrojo antes de que éste se desconectase. Y Near admitía que era igual o más cobarde que Matt, no se sentía capaz de sostenerle la mirada a Mello en estos momentos —Yo también debo irme, de igual forma iba a levantarme temprano, tengo algo que hacer antes de mis clases de violín.

Elle entreabrió los labios, pero antes de que algo saliese de ellos, la ventana donde se mostraba la imagen de Near se volvió negra, dejándolo solo con Mello, quien hasta ese momento alzó la mirada.

—¿Qué fue todo esto? — murmuró Lawliet, aún confundido.

—Una declaración de amor fallida, ¿no fue claro? — Mello sonrió, aunque no con la misma jovialidad de siempre.

—¿¡En serio te gusta Nate!?

—¿Qué no escuchaste lo que dijo Matt?, casi dejo el alma en esas palabras —. Contestó de forma dramática —Pero no importa, al rato vamos por unos batidos y esto queda olvidado.

—Si pero... ¿¡desde cuando te gusta Near!?, ¡pensé que te gustaban las mujeres! — Farfulló rascándose la cabeza nervioso, hasta había olvidado los pensamientos que antes lo agobiaban.

—Y si me gustan las mujeres, pero también me gusta Near desde hace un tiempo —. Contestó dejando caer la cabeza de lado, no entendiendo que era lo que sorprendía tanto a su amigo.

—¡Eres bisexual!, ¿¡y por qué no me lo habías dicho!?

—Pues nadie va por la calle diciendo sus preferencias sexuales, en todo caso, ¿a quién le importa?, ¿o es que tú vas por ahí presentándote como un intento de heterosexual que le gusta uno de sus amigos?

Elle bufó antes de rodar los ojos

—Que ya te dije que no me gusta Light.

—Aii, ¿ni un poquito?

—Deja eso Mello, solo somos amigos —. Bufó ante la voz chillona que el rubio había emitido —Además, no entiendo de qué sonríes tanto, ¿no deberías sentirte mal por lo de Near?

—Ya te dije que no importa —, hizo un ademán con una de sus manos para restarle importancia —tengo confianza en mi, el enano cae porque cae —. Le guiñó un ojo de manera juguetona, total, él tenía razones para estar seguro que la atracción era mutua —¿Entonces si vas con Light al baile?

—No, ya te dije que iré con Misa, mi abuelo me prestara el auto, iré por ella e iremos juntos, a Light lo veré en la fiesta, obviamente irá con el idiota de su novio — Mello rodó los ojos tan solo de escucharlo, Misa era bonita, no lo negaba, tampoco la conocía para decir que no le agradaba, pero Light le caía bien, pese a que no habían vuelto a hablar desde la otra noche, pero le revisaba el perfil de vez en cuando, en donde las fotos de Lawliet junto a él abundaban recientemente, hasta se preguntaba cómo su amigo podía ser tan tonto como para no ver lo que claramente pasaba frente a él.

—Bien, igual salúdalo de mi parte —, continuó unos segundos después —y respecto a lo que pasó en casa de él, deberías dejar de darle vueltas, mejor enfócate en lo otro que me dijiste.

—¿Qué su novio lo engaña? — Mello asintió y Lawliet suspiró antes de apoyar su quijada en la palma de su mano —Se lo diré el lunes, está demasiado emocionado con lo del baile que no quisiera arruinárselo.

—¿Entonces si estás convencido en decírselo? — La poco usual sería voz del rubio hizo tragar grueso a Elle, quien lo pensó unos segundos antes de contestar.

—Yo sé que no es de mi incumbencia, sé que no debería meterme, pero yo estoy seguro que a quien vi ese día besándose con alguien más era al tipo ese, ¡y Light es mi amigo!, no decirle sería igual de malo...

—Sabes que yo estoy de acuerdo contigo, haría lo mismo por cualquiera de ustedes luego de haber dejado sin dientes al imbécil o a la perra que se atreva, pero esa es otra historia, el punto aquí es que nos conocemos de años, caso contrario pasa con Light, a él lo conociste este año, son como uña y mugre ya que nunca se te separa pero eso no te asegura que te vaya a creer, puede ser que le crea más a su novio... — Elle se quedó callado, inerte ante la simple idea de perder a Light como amigo, definitivamente no era algo que desease, aún cuando a veces el castaño era infantil...bueno, muchas veces... pero le tenía muchísimo cariño. Y Mello pudo notar en los ojos de su amigo el posible dilema con el que éste estaba lidiando —Te dejo para que lo pienses, ¿está bien?

Elle se dejó ir de espaldas sobre el colchón una vez su amigo finalizó la videollamada. Suspiró con pesadez antes de ladear su rostro hacia la mesita de noche, viendo la hora en el reloj digital, en un par de horas tendría que ir por Misa, y eso le emocionaba, sin embargo estaba nervioso de solo pensar que pasaría luego de la fiesta, tanto con ella como con Light.

-_-_-_-

Se dobló un poco las mangas de su camisa azul oscuro hasta dejarlas a la mitad de sus antebrazos, cerciorándose frente al espejo que ésta estuviese perfectamente planchada, acomodándose luego el cuello de la misma mientras pensaba si colocaba una corbata alrededor o si por el contrario dejaba algunos botones abiertos, gustándole más la segunda opción. Aunque más allá del dilema con su parte superior, no estaba del todo convencido en llevar ese pantalón beige, sus muslos y trasero se veían enormes con él, aunque eso quizá se debía a que había estado comiendo de más últimamente junto a Elle.

—Deja de pensar que estás gordo —. Reprendió Sachiko con rapidez, quien en todo momento se había mantenido sentada en la cama, sabiendo interpretar lo que su hijo pensaba con solo verlo ladearse de un lado a otro para tener todos los ángulos posibles de su parte trasera.

—Aii pero si he aumentado de peso —, se dejó caer sentado al lado de su madre, quien se encontraba igual o más emocionada que él —Mira, hasta se me sale la panza cuando me siento.

Sachiko soltó el aire por la boca antes de negar con la cabeza. Dudaba mucho que su hijo tuviese algún problema de autoestima a causa de su físico, estaba segura que solamente se trataban de los nervios; este era el tercer y último año que Light estaría en ese colegio, pero era la primera vez que asistía a ese baile de bienvenida, así que era comprensible que su hijo nada más quisiera que todo estuviese perfecto en él.

—¿Y cómo te vas a peinar? — Interrumpió unos segundos después, poniéndose de pie frente a Light, llevando una mano a los cabellos de éste en donde enredo sus dedos para acomodarlo hacia un lado.

—Pues pensaba llevarlo como siempre lo uso.

—Nada de eso, lo llevaras de lado —, Ordenó de forma suave mientras con sus falanges aún trataba de darle forma al lacio cabello —solo para despejar un poco tu frente.

—¿Mi peinado de todos los días me hace ver mal? — Preguntó apenas audible, lo suficiente para que Sachiko se detuviese de repente.

—¡Claro que no!, sería imposible que te veas mal, pero solo por hoy deberías dejar que esos lindos ojos tuyos se vean más —. Sonrió antes de hacerse a un lado, permitiéndole al castaño ponerse de pie para dirigirse al espejo.

Debía admitir que no le desagrada el peinado, no era como si su madre le hubiese untado de fijador para dejarle el cabello chupado de lado con un camino que le llegaba hasta la coronilla como hacía cuando era niño, más bien solamente había removido los mechones más largos, haciéndolos un poco hacia el lado derecho sin apartarlo por completo de su frente, pero sin que éste le cubriese parte de los ojos tal y como había dicho.

—Ya es tarde... —, murmuró agobiado al percatarse que ya eran las ocho de la noche y de Shuun ni un mensaje hasta el momento —¿estás segura que papá se sabrá comportar?, no quisiera que me dejase en vergüenza frente a mi cita.

Sachiko sonrió antes de encaminarse hasta el muchacho, a quien tomándolo de la nuca le besó la frente.

—Lo más probable es que pida tener una charla con él, esa fue su condición, pero no te preocupes, iré a hablar con tu padre para advertirle que no vaya a exagerar —. Le acarició con suavidad un hombro, recibiendo una sonrisa por parte de su hijo, quien asintió con rapidez.

Sin embargo el que su madre marchase con la promesa de ir a amenazar a su padre no lo dejó tranquilo, y es que en cuanto esa puerta se cerró, tomó su celular que estaba en la mesita de noche, comprobando que no tenía ninguna llamada o mensaje por parte de Shuunsuke.

Debía calmarse, fue lo primero que pensó al notar que ya había comenzado a dar vueltas en la habitación nervioso mientras el tiempo seguía avanzando. No quería desesperarse, su novio no podía dejarlo plantado, se lo había prometido, le había dicho que irían juntos, hasta le había llevado la tarjeta a casa para invitarlo. Pero entre más intentaba convencerse que Shuun aparecería en cualquier momento, menos lo creía, no pudiendo evitar que su corazón palpitase con más fuerza, sus manos sudando sin dejar de sostener el celular, esperando alguna señal para que sus pulmones pudiesen llenarse de aire de nuevo.

Pero los minutos siguieron pasando, demasiado rápido para su gusto, su pantalla mostraba que en veinte minutos serían las nueve de la noche, era mucho más de lo que su agobiado corazón podía soportar, por lo que dejando de lado el papel de novio confiado y calmado desbloqueó su celular, deslizando los dedos hasta marcar aquel número que de memoria ya se sabía, aferrando luego el aparato a su oreja... siendo dirigido automáticamente al buzón de voz... sus manos temblaron al igual que su labio inferior, pero aún así trató de convencerse que debía ser un error, intentó calmar su respiración antes de probar no solo una, ni dos, ni tres veces más, fue hasta el octavo intento que su teléfono se deslizó solo de entre su mano, cayendo estrepitosamente al piso antes de que Light se dejase ir sin fuerzas sobre la cama.

Comenzó a desabrochar su cinturón antes de proseguir con su pantalón, se sentía demasiado tonto vestido de esa manera, así que poniéndose de pie con dificultad se dirigió hasta su armario, donde tomó un pijama cualquiera para proceder a retirar su ropa. Hizo a un lado el grueso edredón antes de acostarse de nuevo y arroparse de pies a cabeza con él, cerrando los ojos decepcionado, sintiéndose un idiota por realmente haber creído que llegaría a ese lugar tomando su mano, todos viéndolos mientras Shuunsuke lo presentaba como su novio... y quien sabría que idioteces más se había imaginado que pasarían esa noche, en estos momentos solo quería olvidarlas todas, por lo que cerró sus ojos con más fuerzas intentando dejar su mente en blanco, pero unos golpes desesperados en su puerta le hicieron abrirlos de par en par.

—Cielo solo venía a... — Sachiko se detuvo abruptamente luego de haber abierto la puerta, encontrándose con algo parecido a una oruga, sabiendo que su hijo se encontraba bajo las colchas —¿Por qué estas acostado y con todas las cobijas encima? — Preguntó de forma maternal mientras se adentraba despacio a la habitación, sentándose con cuidado en la cama mientras tomaba el borde del edredón para dejar al descubierto el rostro de Light.

—Porque estoy intentando dormir —. Contestó apenas audible, el nudo en la garganta le había hecho difícil el articular palabras, pero no quería llorar, y menos frente a su madre.

—¿Por qué dormir?, ¿qué con la fiesta que tienes ahora? — Continuó mientras intentaba remover más las cobijas, pero el castaño se lo impedía al mantenerlas sujetas.

—Se cancela, es obvio que mi cita no vendrá —. Refunfuñó, agudizando la mirada cuando escuchó a su madre reír, como burlándose de él.

—¿De qué hablas?, tu cita está esperándote abajo, por eso subí...

—¿¡En serio!? — Se sentó de golpe, sintiendo su corazón galopear con rapidez luego de lo que acababa de escuchar.

—Sí, nos ha dicho a tu papá y a mí que su auto tuvo algunos problemas y que por eso tardó en venir —. Explicó contenta de verlo sonreír tan ampliamente, intentó acariciarle la mejilla, pero antes que pudiese hacerlo, Light se había puesto de pie como un resorte.

—Debo darme prisa... — Masculló caminando con rapidez hacia el lado de su habitación donde había dejado tirada su ropa, sus manos temblaban tanto que hasta retirar su pijama le estaba siendo difícil.

—Eso te pasa por desesperado —. Sonrió acercándose a él, retirándole las manos y encargándose ella de abotonarle la camisa si es que acaso querían apresurarse.

A Light no le importó quedar en ropa interior al bajarse el pantalón de su pijama frente a su madre, en estos momentos lo único que le importaba era estar listo lo más pronto posible, de solo imaginar que Shuunsuke estaba abajo esperándolo le formaba una sonrisa idiota en el rostro, esas que no te puedes borrar aunque quieras, pero que era la causante que sus dedos estuviesen tan torpes, dificultándole hasta subirse el pantalón.

—Le dijiste a papá que no se pusiera hablar de cómo eran sus tiempos cuando joven, ¿verdad? — Preguntó apresurado mientras se situaba de nuevo frente al espejo, aunque esta vez la imagen reflejada no era como la primera; su pecho se expandía y comprimía de forma errática, su camisa no lucía tan perfecta, estaba sudando y su cabello era un desastre...

—Lo dices como si fuesen las charlas más aburridas del mundo —. Reprendió de manera cariñosa caminando hasta el armario de su hijo, de donde sacó un pañuelo limpio antes de regresar y tomar la mano de Light es dirigirse con él a la cama, donde le pidió que se sentara —Mejor pide que no se le ocurra mostrar sus armas y placa de policía, ¿recuerdas como dijo que recargaría sus pistolas el día que se te ocurriera traer un chico a la casa? — Continuó pasando el pañuelo por el rostro del castaño, secando el sudor con éste.

—No entiendo porque siempre dice eso —. Refunfuñó indignado —¡Soy hombre!, eso siempre lo dicen los padres con las hijas, no con los hijos.

—Entiéndelo, Soichiro es celoso y para mala suerte tuya eres hijo único —. Acomodó de nuevo los cabellos del menor hasta dejarlo como antes —Ya estás listo.

Light se puso de pie tan pronto escuchó esas palabras, dirigiéndose nuevamente hasta el espejo solo para corroborar rápidamente que todo estuviese bien. Tomó un poco de loción del tocador frente a su cama antes de salir de la habitación, siendo seguido por su madre, aunque ni siquiera se molestó en esperarla, sus pies se movían por sí solos, no quería dejar más tiempo a Shuunsuke con su padre, aunque también estaba ansioso por verlo, casi tropezando en algunos escalones debido a la rapidez, y escuchar la risa de su progenitor solo logró ponerlo más nervioso de tan solo imaginarse de lo que pudiesen estar hablando, pero se detuvo abruptamente al cruzar el umbral de la sala, completamente helado y confundido al ver a su cita ponerse de pie.

—¿Elle...?


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