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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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Notas del capitulo:

Título inspirado en evangelion (?


Alguien me ha dicho que Light parece un chiquillo cuando dice "mami"(?


La autora y su hermano mayor llaman mami a su madre aunque los dos ya tenemos más de veinte (?


*va a ocultarse a su roca*

Pasada una semana, las cosas en el colegio Daikoku iban mejor de lo que se hubiese esperado. Es decir, los maestros eran respetables, al menos la mayoría de sus compañeros eran amables, y como era de esperarse, Light no se le había separado ningún día. Siendo honesto, admitía que ya se estaba acostumbrando a la constante presencia del castaño, hablaba tanto que no lo dejaba ni escuchar sus propios pensamientos, pero aún así encontraba agradable pasar los recesos u horas de almuerzo con él, de hecho había tomado la manía de agregar el honorífico "kun" al final del nombre de Light, pese a no ser él japonés lo hacía pero solo con el castaño, simplemente porque le gustaba cómo se escuchaba.


Sin embargo la noche anterior había sido un asco para Elle, no había podido dormir, y por horas de la madrugada había comenzado a llover. El cielo cubierto por espesas nubes negras, las gotas de lluvia golpeando y deslizándose por su ventana, su habitación que se sentía mucho más amplía debido a sus pocas pertenencias, su colchón que resultaba ser muy grande para una sola persona, la maldita adolescencia que te mantiene los sentimientos a flor de piel, a eso sumándole el recuerdo de sus padres, el tangible sonido de la policía fuera del conjunto de apartamentos en Inglaterra, el olor a claveles y húmedo pasto en la necrópolis un mes atrás. Todo, absolutamente todo era una mala combinación para el muchacho, quien ocultándose bajo las cobijas intentó escapar de lo que le rodeaba, pero los recuerdos estaban instalados en su mente, éstos palpitaban tortuosos dentro de su cabeza, hasta que un rayo iluminó la habitación, dejando a la vista un destello mucho más brillante surcando su mejilla, la primera de muchas lágrimas que no cesaron hasta que el cansancio lo venció.


Ahora definitivamente no quería estar ahí, no quería estar en ese salón que poco a poco se iba llenando de sus ruidosos compañeros. Sabía que, de haberlo pedido, su abuelo le hubiese permitido quedarse en casa, porque el mayor había demostrado ser demasiado permisivo con él, quizá para hacerlo sentir cómodo en un nuevo país, o para lograr ganarse su confianza, por lo que sea que fuese, había descubierto que Watari le decía que si a todo. Sin embargo Elle no quería importunarlo, ya era bastante malo haberse atrasado las primeras semanas de clases como para estar faltando más días, además, ¿que haría en casa de todos modos?, estos dos días atrás había sido el primero, de muchos fines de semana que pasaría con su abuelo, y había resultado ser tediosamente largo. Desde el viernes no había visto ni hablado más con Light porque había dicho que iría a la playa con sus padres, sus demás compañeros, aunque algunos muy amables, no los consideraba tan cercanos como para armar alguna salida juntos, así que prácticamente lo único emocionante que había hecho estos días atrás era haber recorrido la enorme casa de su abuelo, descubriendo que, habían quince habitaciones en total, que el lugar se prestaba muy bien para transformarla en casa embrujada en noche de halloween, que habían habitaciones coleccionando telarañas, que el único televisor era el que estaba en la sala, el cual funcionaba con antena y no tenía control remoto. En resumidas palabras, no sabría si sería peor haberse quedado en casa viendo a su abuelo beber té mientras escucha música clásica, o estar en ese salón donde sentía que los ojos le ardían por la falta de sueño y que los oídos pronto le explotarían por el bullicio de los demás.


—¡Hola!— Elle tuvo que alzar su rostro, el que minutos antes había ocultado entre sus brazos al encorvarse sobre su pupitre, esperando que nadie lo molestase hasta que las clases diesen inicio, pero de cuclillas frente a él se encontraba Light... genial, simplemente genial.


—Light.. ve a tu asiento, la clase iniciará en cualquier momento— el aludido frunció el entrecejo extrañado, Elle tenía sus ojeras más marcadas si es que acaso eso era posible, y no le había llamado Light-kun, como lo hacía desde hace unos días.


—No te preocupes, aún faltan unos minutos— comentó retomando su sonrisa, apoyando sus brazos en el pupitre de Elle para no caer al estar de cuclillas. —Dime, ¿como estuvo tu fin de semana?, ¿que hiciste?, ¿no te hice falta?, yo fui a la playa como te comenté, ¿recuerdas?...


—Light...— cerró los ojos fastidiado, intentando interrumpir el castaño una vez más, la cabeza le estallaría en cualquier momento de seguirlo escuchando, pero éste parecía no percatarse de nada.


—Fue divertido, pero no quiero volver ahí en mucho tiempo, traigo la nariz quemada, mira...— Con su dedo índice apuntó hacia su nariz, Elle vio que en sí todo el rostro del castaño estaba sonrosado por el sol, pero ahora eso no le importaba, solo quería que se callase. — Mi mami me puso una crema para las quemaduras en toda la espalda, te juro que el sábado no podía dormir del ardor, pero aún no me cuentas que hiciste, ¿fuiste a algún lugar?, los fines de semana mis padres siempre planean alguna salida diferente, les preguntare si puedes ir con nosotros, o podría quedarme y así te muestro la ciudad, podríamos ir a la pista de hielo que está en el centro comercial, ¿sabes patinar?, a mí me encanta patinar. ¡Ah!, y ahora que recuerdo, mis padres harán una cena pasado mañana, dijeron que podía invitar a mis amigos, ¿quisieras ir?, ¡habrá pastel, ¿cuál es tu sabor favorito?... 


—¡¡Podrías callarte de una buena vez!!— vociferó, provocando que debido al sobresalto, el castaño perdiese el equilibrio y cayese sentado, ojos completamente abiertos. —¡¡No, no me interesa ir a cenar contigo!!— se pasó una mano por el rostro de manera perezosa, claramente hastiado— ¡¡dioses, como hablas!!, give me a break!!— Elle fue consciente del silencio que reinó en el lugar por unos segundos, antes de que el salón entero estallase en carcajadas, notando el rostro de su amigo de un color más rojo que un tomate junto a sus ojos volviéndose aguanosos... estúpido, así es como se sintió, y abrió sus labios buscando alguna palabra que pudiese remediarlo, pero antes de decir algo, el castaño se puso de pie con bastante rapidez.


Sus pies se movieron aceleradamente al caminar por el frente del salón en dirección a la fila que estaba en la otra punta, sintiendo su rostro arder de la vergüenza al sentir todas las miradas fijas en él. Se sentó en su pupitre y desvío la vista hacia el ventanal que tenía al lado, intentando no escuchar más a sus compañeros, pero aún entre las carcajadas había escuchado un claro susurro, alguien llamándole "marica" de una forma tan despectiva que aún cuando Light no se atrevió a voltear, pudo imaginarse a esa persona haciendo alguna cara de asco.


Y el lugar quedó en completo silencio cuando el docente entró al deslizar la puerta corrediza, saludando cortésmente mientras se adentraba al salón, el maestro acomodó su maletín y libros en el escritorio antes de tomar asiento, para luego empezar con la lección sin mayor preámbulo. 


Durante todas las clases, Elle había visto de vez en vez y de forma disimulada a Light, quien sentado al otro extremo del salón se encontraba tomando apuntes de lo que los maestros decían, pero sin alzar la cabeza en ningún momento, y si la levantaba, solo era para dirigir su vista hacia la ventana. Elle desconocía como se la estaba pasando Light, pero él se la estaba pasando mal, no era su intención decirle algo tan feo, y mucho menos gritarle.


Elle Lawliet suspiró cuando la hora del primer receso llegó y no encontró al castaño por ninguna parte. Creía que con su amigo de Inglaterra las cosas hubiesen sido menos incómodas, la rubia histérica que tenía por amigo le hubiese gritado algo peor, probablemente no se sentiría tan culpable si el altercado hubiese sido con Mello, pero no con Light, ¡joder!, no con el chico que no hacía más que sonreírle.


No logró encontrarlo en ninguno de los dos recesos, pero volvía a verlo cuando la campana anunciaba que era hora de regresar a los salones, ¿como podía aparecer y desaparecer tan fácilmente?, Elle se había asegurado de buscarlo en los baños, en el patio trasero, en el patio principal, en la cancha, en las piscinas bajo techo para las clases de natación, ¡pero nada!, consideraba que el colegio Daikoku era grande pero no como para que alguien desapareciese así por así, por lo que creyó lógico que el hecho de no haberlo encontrado era por el poco tiempo que daban en los recesos, el primero era de quince y el segundo de veinte minutos. Pero no dejaría que lo mismo ocurriese en la hora de almuerzo, tenía exactamente sesenta minutos para encontrarlo y hablar con él. Se sorprendía de su propia desesperación por querer arreglar las cosas con alguien, seguramente sus amigos en Inglaterra creerían que debía tratarse de otro Elle Lawliet, porque el que conocían se pasaría por las bolas lo que los demás creyesen de él, pero no pasaba lo mismo con Light, que el salón entero pensase que él era un hijo de puta, no le importaba, pero no quería que Light, siendo tan amable como es, lo viese de esa forma.


—¡Elle!— el aludido se detuvo antes de dejar el salón, permitiendo que la chica que venía tras él lo alcanzase. —Desde la tercera hora el maestro me dijo que agregases tu nombre al calendario.— Elle desvió su vista en dirección a lo que la rubia le señalaba, no era en sí un calendario, más bien era como una pancarta con todos los nombres del mes, cada uno escrito en globos, y todo ellos sostenidos por el dibujo de un payaso. 


—Gracias, Misa. —Le sonrió amablemente antes de tomar el pequeño papel rectangular que ella le entregaba, en él estaba escrito su nombre y su fecha de cumpleaños, y al llegar al final del salón no hizo más que pegar su papelito en el globo bajo el mes de octubre. Pero antes de marcharse no pudo evitar ver rápidamente el cartel completo, fijándose específicamente en el mes que se encontraban, viendo que el único anotado bajo el mes de febrero era Light, sonriendo porque hasta para cumplir años era solitario, pero su sonrisa se borró al ver la fecha junto al nombre del castaño, pasado mañana sería ese día, y Elle Lawliet no pudo evitar sentirse peor, si es que acaso era posible.


 


-_-_-_-


 


Sentado con sus piernas flexionadas sobre el concreto, espalda pegada a la rugosa pared, estando en el punto más alto de toda la institución, ése a donde se suponía que los alumnos no debían acceder, la puerta principal para llegar se encontraba a mitad del pasillo pero siempre estaba cerrada bajo llave, aunque luego de tanto había encontrado fácilmente un acceso por el cual escabullirse, una puerta oxidada oculta detrás del frondoso árbol de cerezos en el patio trasero era la entrada perfecta hacia los estrechos y viejos escalones que llevaban hasta la azotea del colegio, donde iba cuando deseaba estar solo, lo cual no era difícil, realmente nadie jamás notaba su ausencia, pero aún podía escuchar las voces de sus compañeros viniendo desde abajo... platicando, seguramente algunas parejas escondiéndose en cualquier esquina para besarse, y muchos otros compartiendo el almuerzo con sus amigos... almuerzo, desvió la vista hacia el bentō que tenía a un lado, no tenía apetito, vería que hacía con la comida luego para no preocupar a su madre, pero por el momento decidió solamente cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared.


—Hasta que te encuentro— Light abrió los ojos, viendo al muchacho acercarse mientras intentaba sacudirse el saco, seguramente preocupado de haberse ensuciado en el maltrecho camino de escalones. —En serio que no sé cómo el director aún no cierra definitivamente esa puerta, desde hace años que construyeron el otro acceso, nadie volvió a usar esas escaleras, las paredes tienen moho y huele a humedad ahí. 


—¿Qué quieres?— preguntó de manera neutra cuando el otro deslizó su espalda por la pared hasta estar sentado a su lado.


—Obviamente hablar contigo. Has estado ignorándome— bufó, sin perder de vista el panorama que el lugar ofrecía al estar en lo alto, estaba seguro que nadie desde abajo lograría verlos aunque se parasen cerca de las mallas metálicas, y era una suerte que el castaño en alguna ocasión le hubiese confesado que ese era su sitio predilecto para pasar los almuerzos, sino en estos momentos no tendría idea de dónde más buscarlo.


—Pero si no hay nada que hablar...


—Ya pasó una semana bebé, no puedes seguir molesto por eso.— Ladeando su torso, acunó el rostro del castaño con sus manos, haciendo que sus miradas se encontrasen, pero que Light no le sonrió como siempre lo hacía.


—Yo ya no quiero seguir con esto, Shunn— agachó la mirada, todo el día se la había pasado mal que la última persona que deseaba ver era al capitán del equipo de fútbol.


—¿Te vas a enojar solo porque no pude ir a cenar contigo?, ¿ese es el gran amor que decías tenerme?


—¡Tú dijiste que nos veríamos luego del juego!, ¡tú eres el que me miente!— vociferó, apartando bruscamente esas manos que le tomaban por las mejillas.


—Yo no miento, dije que haría lo posible, tengo los mensajes como prueba si quieres ver.— Contestó, ladeando levemente su cintura para sacar su celular del ajustado bolsillo.


—¡Si!, p-pero... pero yo escuché a Anzu hablando con su amiga, Ryou invitó a Miho a la celebración del equipo, ¡y tú tenías tu celular apagado!, ¡si realmente hubieses querido verme me habrías llevado contigo!— tensó la mandíbula, sintiendo sus dientes doler al rechinar entre ellos, su respiración se había acelerado sin que pudiese evitarlo.


—Me quede sin carga.— Contestó de manera calma, sonriendo para mostrar esos perlados dientes que hacían brillar más esos ojos azules que estremecían a Light. —Te juro que yo no sabía nada sobre que podíamos llevar a alguien, era un partido amistoso amor, jamás se me habría ocurrido que el entrenador nos daría permiso de llevar invitados— volvió a tomar aquel rostro entre sus manos antes de arrastrarse por el concreto con sus piernas abiertas, dejando la cintura del castaño entre ellas, Light de costado mientras Shunnsuke bajaba una mano hasta rodearle la cintura. —Me moría por verte, ¿crees que de haberlo sabido, no te habría llevado?


—No lo sé...— murmuró, sintiéndose hipnotizado por aquellos azulinos ojos cuando, debido a la cercanía, Shunnsuke juntó sus frentes. —¿Lo habrías hecho?


—Por supuesto...— le susurró sin apartarle la mirada, satisfecho al sentirlo estremecerse cuando decidió rodearlo con ambos brazos. —Si me moría por tenerte cerca... por verte esos ojos tuyos que me encantan... abrazarte... besarte...— musitó con cierta lascivia antes de apresar despacio los entreabiertos labios que estaban a escasos centímetros de los suyos.


Y Light pudo sentir el beso profundizándose en cuestión de segundos, ya no solo era simplemente unir sus labios y disfrutar de la suavidad de éstos, sus lenguas ahora estaban involucradas, junto a algunos tirones que no hacían más que volver cálido el aliento que escapaba de sus bocas.


—Entonces...— balbuceó Light al ladear el rostro para cortar el contacto, pero que eso no fue impedimento para su novio de descender con sus labios hasta su cuello, dejando sin aliento al castaño. —¿Quieres ir a mi casa pasado mañana?, mis padres harán una cena, y ...


—¿Pasado mañana?— se irguió por completo, dando tregua a la tersa piel de ese cuello. —Amor sabes que todos los miércoles hay entrenamiento. 


—Lo supuse— masculló decepcionado, colocando una mano en los trabajados pectorales del rubio para alejarlo, intentando ponerse de pie.


—No te vas a molestar por eso, ¿verdad?— lo sujetó mejor con ambos brazos, sintiéndose molesto al momento que el castaño se revolvió más hasta que logró soltarse, parándose al instante.


—No, pero la campana sonará pronto— trató de excusarse, sabía que aún faltaba media hora pero no quería demostrar que se la estaba pasando mal por un estúpido cumpleaños, porque jamás le había importado, pero es que había creído que este año lo pasaría con su amigo Elle y su novio, no solo con sus padres. —Mejor hay que comenzar a bajar—dijo, pero antes de que pudiese dar un solo paso, Shunnsuke lo tomó por la muñeca. 


—No, mejor aprovechemos el rato que aún nos queda— lo jaló lento, casi sin fuerzas, hasta dejar a Light con espalda pegada a la pared, él con sus manos apoyándolas en el concreto, dejando al castaño entre su cuerpo y el muro. —No hemos hablado desde hace una semana, ¿acaso no te hago falta?, seguramente no, te he visto muy junto a ese muchacho pálido, ¿como se llama?— continuó, no pudiendo evitar hablar entre dientes con cierto deje de molestia.


—Elle...es... mi...compañero nuevo en mi clase— balbuceó cuando dudó si era correcto llamar amigo a Elle, aunque luego de lo ocurrido en la mañana quedaba claro que no era así. Y pudo ver a Shunnsuke encorvándose un poco hasta que sus rostros quedaron cerca de nuevo, sintiéndose empequeñecido frente al trabajado cuerpo del capitán del equipo. 


—¿Por qué titubeas?, ¿tienes algo con él?— frunció el entrecejo, notablemente molesto.


—¿Qué?, ¡por supuesto que no!— espetó ofendido. Hace tres meses, para el final del año escolar pasado, se sintió la persona más afortunada cuando Shunnsuke lo había besado en los baños de los chicos, ¡ni siquiera se le pasaba por la cabeza serle infiel!


—¿Entonces por qué me has estado ignorando?, ¡jamás te habías enojado antes porque creí que entendías mi situación!, ¿por qué ahora?— graznó, alzando la voz inevitablemente, estremeciéndose Light aunque intentó controlarse. 


—Porque me doy cuenta que no me quieres.— susurró, y el otro relajó sus facciones y músculos.


—¿Pero que estupideces dices?, ¿sería tu novio sino te quisiera?, ¿has visto como las animadoras andan detrás? Sin embargo estoy contigo— le tomó con suavidad por el mentón, haciéndolo alzar la vista. 


—Solo soy tu novio a escondidas...— masculló, sintiendo su garganta cerrarse tortuosamente —nunca tenemos citas, en las vacaciones no supe nada de ti, no me presentas a tus amigos, solo nos vemos en tu casa y cuando tus padres no están, ellos no saben de lo nuestro y no quieres que les cuente a los míos, ¡ni siquiera me has invitado como acompañante para el baile de bienvenida!— Se mordió los labios, no pudiendo continuar, porque lo último le había calado, tenía esperanzas que Shunnsuke mostrase al menos interés en llevarlo al baile, pero se llevaría a cabo en pocas semanas, las clases habían iniciado ya hacía un mes, y hasta el momento su disque novio no le había entregado alguna invitación.


—Pensé que ya habíamos dejado claro esto. — suspiró cansado —Créeme que quisiera salir a citas contigo, te juro que si, pero debo entrenar y a la vez mantener un buen rendimiento académico para que se me permita ser parte del equipo, el año pasado te hice saber que mis padres y yo nos iríamos de vacaciones a las montañas, ¡ahí no hay señal y por eso no te llame como hubiese querido!, no te presento con mis amigos porque quiero protegerte, ellos son unos idiotas al igual que todos tus compañeros que no te hablan por el rumor de hace más de dos años, en cuanto a mis padres... ellos no aprobarían esta relación.— Hizo una pausa, viendo las pupilas color miel temblar, asustado. —Sin embargo, yo quiero estar contigo, pero tú apenas cumplirás diecisiete, y yo cumpliré dieciocho dentro de cuatro meses, aún los dos somos menores de edad, pero te he prometido que cuando cumplamos la mayoría de edad no me importará lo que ellos digan, pensé que ya lo habías entendido, pensé que entendías que por esa misma razón aún no me sentía preparado para conocer a mis suegros... y en cuanto al baile.— Light tragó grueso ante la nueva pausa, no sabiendo si estaba preparado para la siguiente excusa del porqué no podían ir juntos. —Perdóname... realmente soy un cabezotas y lo había olvidado por completo... si vamos juntos al baile...¿me creerías que si te quiero?— tomándole el mentón con una mano, le acarició la mejilla con su pulgar, despacio, sintiéndolo casi temblar entre la pared y su cuerpo.


—¿en serio iremos?— sonrió, de una manera muy estúpida, estaba seguro de ello. Y odiaba el hecho de que su cerebro parecía desconectarse cada que lo tenía cerca, pero es que no pudo controlar el aceleramiento de su corazón cuando lo vio asentir despacio.


—Conseguiré invitaciones, para hacerlo formal.— susurró, encorvándose un poco más para de nuevo reclamar esos labios.


Y Light no tuvo problemas en corresponder, rodeándole el cuello con ambos brazos, casi colgándose de él, se dejó llevar. Sin embargo las cosas rápidamente se pusieron demasiado intensas para el castaño cuando sintió que las manos que apresaban su cintura, descendieron a su trasero, sonsacándole un respingo por el repentino apretón.


—¡No, Shunn!— colocó sus manos sobre el pecho del más alto, intentando empujarlo.


— ¿Por qué no Light?, eres mi novio...— le susurró al oído, presionando más su cintura a la del castaño, quien jadeó al sentir la presión en su entrepierna. 


—Si... p-pero yo no quiero que ocurra así.— masculló con dificultad, sintiendo una de las manos de su novio aflojándole el cinturón con rapidez y desabotonando su pantalón para sacar parte de su camisa, sintiendo los cálidos falanges adentrarse por el hueco recién abierto, sonsacándole un vergonzoso gemido cuando esos dedos llegaron a su pecho.


—Ves, no tiene nada de malo...— comenzó, viendo las mejillas encendidas de Light, quien empezaba a transpirar, ojos entrecerrados por apenas unos tontos toques, Light era tan fácil de excitar que no entendía cómo es que aún no lograba llevárselo a la cama. —Eres la única persona virgen que conozco de nuestra edad... por eso tu cuerpo reacciona así.


—¡mñgh! —apretó los labios para no gemir más fuerte al momento que una mano alcanzó su entrepierna, presionándola. —¡N-no me importa!, ¡no q-quiero, joder, n-no!


—Solo déjate llevar— ladeando su rostro, lo hundió en el hueco del cuello del castaño, pasando su húmeda y encendida lengua por él. —Anda, toca el mío— pidió suave, tomando una de las manos de Light para dirigirlas a su duro miembro.


—¡No! —graznó cuando sus dedos rozaron aquella erección sobre el pantalón. —¡Quítate!, ¡no me gusta!— se revolvió más, jaló su mano para alejarla del miembro de Shunnsuke, quien bufó antes de soltarlo, claramente molesto, y Light no pudo evitar sentirse mal, porque no deseaba enojarlo, pero tampoco quería que su primera vez ocurriese tan casual en la azotea del colegio. 


Y Elle Lawliet, quien en su desesperación por buscar en todos los lugares posibles hasta dar con Light, había seguido al capitán del equipo al verlo tan sospechoso merodeando tras el árbol de cerezos en el patio trasero, no dudando en ascender sigilosamente por esas estrechas escaleras, como tampoco iba a dudar en interferir entre aquellos dos que estaban a unos metros de distancia. Desde su posición había escuchado y visto todo, aunque por el momento y, debido a la posición de esos dos, solo podía ver la ancha espalda del más alto, pero los escuchaba claramente, ¿cuantas veces el muchacho tenía que decirle no para que el otro se detuviese?, honestamente eso había molestado a Elle. Por lo que había visto y escuchado le quedaba claro que esos dos eran pareja, y esperaba entonces que el capitán del equipo respetase la decisión de su novio, pero al ver que los minutos pasaban y éste no se detenía, no pudo más, así que totalmente decidido, salió de su escondite. Sin embargo, la campana sonó, haciendo que Elle regresase sus pasos rápidamente para esconderse nuevamente entre las dos cisternas de color negro, viendo al idiota de Shunnsuke separarse finalmente, y Light ordenándose su uniforme precipitadamente antes de dirigirse a las escaleras con premura, que en lugar de lucir apresurado por regresar a clases, parecía aliviado pero a la vez con urgencias de escapar.


  


-_-_-_-


 


Había pasado parte de la tarde preparando la cena, unos trozos de pollo y vegetales ensartados en pinchos bañados en salsa de soya, comúnmente conocidos como yakitori, y dejando de lado la fácil preparación del popular platillo, su emoción se debía a que su hijo adoraba esas brochetas de pollo que hasta a veces las pasaba comprando en cualquier puesto en la calle al volver de la escuela. Sin embargo, éste no las estaba disfrutando como hubiese esperado, más bien estaba con un codo sobre la mesa, apoyando su mentón en su dorso, completamente ensimismado mientras con la otra mano jugaba con los pinchos, sus ojos fijos en ellos al girarlos sobre el plato. 


—¿Pasa algo, Light?— el aludido dio un leve respingo al escuchar la voz de su madre, quien lo veía preocupada.


—¡No!, es solo que... hoy fue un día difícil— suspiró, sintiendo ahora también la mirada de su padre sobre él —nos dejaron muchas tareas.— Mintió, a sabiendas que sino decía algo pronto, ambos comenzarían a cuestionarlo.


—Es normal hijo, estás en tu último año— comentó Soichiro mientras estiraba su brazo para alcanzar la salsa teriyaki que estaba en medio de la mesa —no debes desanimarte cuando apenas vas iniciando.


—Lo sé papá, creo que el fin de semana en la playa me dejó cansado, es todo. —Se encogió de hombros, haciendo un esfuerzo sobrehumano para llevar la brocheta hasta sus labios cuando no tenía apetito, pero dándole un leve mordisco al pollo pues no iba a hacer sentir mal a su madre cuando se había esforzado por prepararle algo que le gustase.


—¿Pero te gustó haber ido?— preguntó Sachiko no tan convencida como su esposo de que los ánimos de su hijo fuesen simple cansancio.


—Si me gustó, la casa de playa del amigo de papá realmente era hermosa.— Y no mentía, dejando de lado las leves quemaduras, se la había pasado bien, ansiaba regresar para contarle a Elle lo bien que se la había pasado, pero luego de eso, no le habría importado quedarse unos días más.


—A Shūichi le alegrará escuchar eso Light, realmente se esforzó por tener la casa con todo lo necesario para nuestra estancia y que te la pudieses pasar bien como regalo de cumpleaños.— Light sonrió, agradecido por el gesto del compañero de papá —y hablando de tu cumpleaños... invitaste a los amigos que nos dijiste a la cena, ¿verdad?— esta vez los ojos del castaño se abrieron por completo, tosiendo al sentir que un pequeño trozo de pollo había quedado atorado en su garganta de la impresión. 


—Light, ¿estás bien?— Sachiko se empujó sobre la silla para ponerse de pie precipitadamente aún cuando su hijo le hizo un ademán con su mano indicándole que se sentase.


—Lo siento... creo que no mastique bien— comentó aún con su mano en la garganta, tomando el vaso con agua que su madre le ofrecía. —Y respecto a mí cumpleaños... no quiero nada.


Ambos padres abrieron sus ojos de par en par, Soichiro dejando sus brochetas sobre el plato y Sachiko tomando asiento de nuevo, pero lentamente, los dos sorprendidos sin apartar la vista de su hijo, quien parecía más interesado en seguir bebiendo agua.


—Pero...— titubeó Soichiro, confundido, para Light siempre su cumpleaños parecía iniciar desde el primer día de febrero, resultando extraño verlo tan desinteresado. —Si es por el pastel, no importa si vienen muchos, yo compraré el pastel más grande.


—No es eso— sonrió, ocultando perfectamente su vergüenza. ¿Muchos? Claro, como si alguien más que no fuese Elle, el chico nuevo, se fuese atrever a hablarle. —Es solo que... a esta edad preferiría que me diesen el dinero para yo comprar lo que quiera.


—Y te vamos a dar dinero amor, siempre te damos, como siempre te preparamos algo en casa. ¡Eres mi único hijo, no me pidas que no celebre tu cumpleaños!— graznó su madre, cruzándose de brazos y frunciendo el entrecejo.


—Siii, y yo no digo que no lo hagan mami, solo que no quiero hacerlos gastar más por invitar a mis amigos.—Estiró un brazo sin dejar de verla, casi recostando su torso sobre la mesa para alcanzarla mientras le hacía la mirada más dulce que podía porque no le gustaba verla enojada con él, pero solo logró rozarle el antebrazo con sus dedos. 


Pero antes de que Soichiro pudiese decir algo para comprender la decisión de su hijo, el timbre sonó, poniéndose de pie Sachiko rápidamente dejando su servilleta sobre la mesa para salir por la puerta blanca de la cocina, dejando a su esposo y a su hijo solos.


—¿Que no piensas comer?— preguntó Soichiro, limpiándose la comisura de sus labios al tener su plato ya vacío, contrario al de su hijo que aún tenía los dos pinchos. 


—Es que no tengo mucha hambre, ¿tú quieres una?— extendió una brocheta a su padre, quien luego de pensarlo un poco, la tomó.


—Bueno, pero no le digas a tu madre o sino no parara de regañarme toda la noche diciendo que como demasiado— masticó deprisa, haciendo sonreír a su hijo, a quien siempre le causaba gracia ver cómo el bigote de su padre se movía al comer.


—Ni loco se lo diría, a ti no te dejaría en paz por comer mucho, y a mí me hablaría de todos los riesgos de la desnutrición.


—Light, te buscan— interrumpió Sachiko asomando la cabeza por la ranura de la puerta, sonsacando un respingo a los dos hombres que había dejado en la cocina.


—¿Quién?- preguntó extrañado recobrando la compostura.


—El muchacho del otro día.


—¿¡Elle!?, ¿y lo has hecho pasar?— se puso de pie, más desconcertado aún que Elle hubiese ido a su casa.


—No, le he dicho que esperase en la entrada, ¿lo hago pasar?


—Si, que pase— animó Soichiro terminándose su comida nuevamente —Así sirve de que lo vaya conociendo.


—¡No!— interrumpió Light, percatándose de que había alzado la voz cuando notó las miradas llenas de dudas de sus padres. —Es que... tengo mucho sueño mamá, ¿puedes decirle que ya estoy dormido?, de todas formas ya pensaba subir a mi habitación.


—Pero no has terminado de cenar— reprochó la mujer, entrecejo fruncido.


—Aii, pero solo me falta una, dejemos que papá se la coma, ¿si?— se acercó a ella, abrazándola de manera cariñosa para convencerla.


—Pero tu padre ya se comió las de él, además tu papá come mucho últimamente que ya no le están cerrando los pantalones. —Contestó seria dirigiendo su vista a su esposo para que éste dijese algo, pero Soichiro parecía más ocupado en babear por la brocheta que estaba en el plato de Light.


—Anda, di que sí, solo por hoy —rogó una vez más juntando sus manos a manera de súplica, y Sachiko rodó los ojos bufando por lo bajo.


—Está bien— murmuró para alegría de Light y Soichiro, éste último tomando rápidamente la brocheta para colocarla en su plato. —Pero solo por hoy, no me gusta que te vayas a la cama sin cenar, pero anda, ve a tu habitación y yo le digo a tu amigo que ya estás dormido.


Light la abrazó y besó antes de acatar la orden que se le daba, desapareciendo rápidamente de su vista antes de que su madre fuese a arrepentirse. Y subió los escalones a sabiendas que Elle se encontraba en esa puerta frente a ellos, pero no le importó, no tenía ni idea de qué es lo que quería el azabache, pero lo había visto tan molesto en la mañana que le daba miedo averiguarlo. Así que encerrándose en su cuarto colocó la puerta bajo llave para poder desvestirse en paz. Dejó sus prendas en el cesto de la ropa sucia que tenía en una de las esquinas de su habitación para luego encaminarse a su armario, sacando de él un conjunto de pijamas que constaba de un short color azul marino que le quedaba a mitad de pierna, junto a una camiseta sin mangas del mismo color.


Estaba acomodando los cuadernos que necesitaría al siguiente día cuando un golpe en su ventana lo asustó, se quedó inerte, esperando que solo hubiese sido su imaginación, hace años había dejado de creer en monstruos, pero tuvo que taparse la boca con ambas manos para no gritar cuando el mismo golpe se dejó escuchar, ¿que hacía?, ¿salía corriendo?, ¿llamaba a su padre?, pero tomando valor de quién sabe dónde, dejó su mochila en el escritorio y con cautela se dirigió a su cama, de donde tomó una almohada como arma antes de encaminarse, casi de puntillas, hacia la ventana... el plan era simple, abriría la ventana rápido y golpearía lo que sea que estuviese afuera, si, nada podría salir mal, así... 


—¡¡Elle!!


—¡Auch!— se quejó altamente el azabache, no sabía que había pasado, hace un momento estaba trepado por esa pared y luego algo golpeó su rostro, haciéndolo perder el equilibrio y caer, agradecía enormemente a los arbustos de la señora Yagami que de buena manera habían mitigado su caída, porque sabía que el golpe hubiese sido más doloroso si hablábamos de una habitación que estaba en la segunda planta.


—¡Oh por Ra!, ¿estás bien?— se inclinó sacando su torso por la ventana, manteniendo el cuidado de no caer. —Llamaré a mi mamá, ella sabrá que hacer...


—¡No!— interrumpió pronto el azabache poniéndose de pie —si llamas a tu madre va a matarme por estar arruinando sus plantas. —Masculló, no quería hablar en voz alta porque podía llamar la atención de los demás habitantes del hogar. —¿abes lo que me costó trepar?— bufó, volviendo a afincar sus manos y pies en la valla de madera en forma de rombos curiosamente pegada solo en el lado de la pared que dirigía a la habitación del castaño, ascendiendo de nuevo.


—Lo siento... ¿¡pero es que a quien se le ocurre aparecer golpeando la ventana!?


—A la misma persona cuya visita no quisiste atender — jadeó cansado, apoyando sus brazos flexionados sobre el marco de la ventana una vez había subido de nuevo. —Además, ¿ a quien se le ocurre tener estas cosas de madera pegadas solo en esta parte de la pared?


—Mi padre me lo construyó cuando era pequeño para que jugase, para mí era una gran hazaña trepar por ahí para subir a mi habitación. —Sonrió amplio, sintiéndose valiente.


—Que tétrico... un padre que construye algo donde su hijo fácilmente se puede matar —la sonrisa de Light se borró —No solo eso, si alguien quiere irrumpir en tu casa este sería un acceso perfecto, entrando directamente a tu habitación y poniendo tu vida en peligro si se trata de algún asesino...


—Ya... —pidió con un hilo de voz, abrazándose a su almohada— no sigas, me asustas.


—Era...broma —parpadeó con rapidez, antes de buscar otro hueco en la valla donde poner uno de sus pies que se estaba adormeciendo. —¿Me dejas pasar?, mis brazos comienzan a doler.


Light asintió con rapidez, brindándole una mano al azabache para ayudarle a entrar, disculpándose por su falta de modales. Elle se estiró para desentumecerse al estar pisando algo más firme, sacudiendo luego un poco sus prendas, retirando algunas ramas que habían quedado en su camisa holgada blanca.


—¿Necesitas que te preste algún apunte?— se acercó rápidamente a su escritorio donde había dejado su mochila, asumiendo que ese era el motivo de la repentina visita, pero el azabache negó con la cabeza.


—No, vengo a hablar contigo, ¿podemos?— el castaño asintió despacio, tragando grueso mientras se encaminaba hacia su cama, donde tomó asiento con Elle, nervioso— es sobre lo de hoy en la mañana...


—¡Si, ya sé!, suelo desesperar a la gente pero no lo hice con intención, ¡lo siento! —graznó desesperado, dejando confundido al pelinegro.


—¿Qué...?, ¿por qué pides perdón?, ¡yo soy el que debería hacerlo.


—¿Y tú por qué? —preguntó tímidamente, abrazando más fuerte su almohada. Y Elle no reaccionó a hacer algo más que no fuese parpadear con rapidez, perplejo de la pregunta que acababa de escuchar, si habían estado ambos en el mismo salón, ¿verdad? 


—¿Como que por qué?, por haberte gritado frente a todos —dijo despacio, no entendiendo si es que Light realmente no entendía o fingía.


—Déjalo, creo que fue mi culpa —se encogió de hombros, intentando restarle importancia.


—¿En que sentido fue tu culpa?, yo era el que andaba con una actitud de mierda, tú no tienes nada que ver. —Se dio un leve masaje en el puente de su nariz, tratando de mantener la calma, había ido hasta ahí para arreglar las cosas no empeorarlas. 


—Si, pero yo debí haber entendido que no querías hablarme, no has de estarla pasando bien lejos de tu país natal.


—¡Argh!, no trates de justificarme —bufó— es cierto que extraño Inglaterra, a mis amigos, a mis... padres. —Susurró lo último, agachando la cabeza —Pero no por ello debía gritarte.


—¿Y viniste hasta aquí solo para disculparte...conmigo?— el tono de leve sorpresa en la voz de Light fue algo que extraño al azabache, quien alzó la vista con el entrecejo fruncido. 


—Si, ¿que tiene de extraño eso?


—No... es que es raro que alguien venga a las...— desvió su vista por un momento a su reloj de pared antes de ver de nuevo al muchacho frente a él —ocho y media de la noche, trepe hasta una ventana solo para pedirme perdón. —Contestó agachando la vista, sintiendo extraño de que el muchacho que conoció una semana atrás hubiese hecho todo eso para hablar con él, cuando con su novio todo parecía ser un obstáculo para verse.


—Y podría haberte llamado, o hasta enviado un mensaje, pero necesitaba verte a la cara para decírtelo, y no quería esperarme hasta mañana porque no quería que hoy te durmieses creyendo que soy un pendejo... y si lo soy, pero de verdad lo siento, Light-kun— suspiró despacio queriendo dejar salir la presión en su pecho, pedir perdón había sido más difícil de lo que había pensado, de hecho el haber trepado esa valla no le había costado tanto ahora que lo pensaba.


—Jamás creería que eres un... eso —comentó apenado, él no decía "malas palabras", pero se puso de pie precipitadamente al escuchar pisadas fuera de su habitación. —¡Oye!, ¿te gustaría subir al techo a ver las estrellas conmigo? —preguntó, sabiendo que si sus padres escuchaban voces no dudarían en tocar, y no quería tener que explicar porqué el muchacho que antes había rechazado ahora estaba sentado en su cama.


—¿Al techo?, ¿como rayos vamos a subir hasta el techo?— frunció el entrecejo, ¿eso si quiera era seguro?


—Por la misma valla que trepaste hace un rato, niño delincuente. Mi padre la construyó para que llegase hasta el techo, ¡vamos, será divertido!— la última vez que había escuchado esa frase había terminado en el medio de chicas hormonales gritando como locas, sin embargo se sintió sin opciones bajo esos ojos color miel que, sin estar muy seguro, tomó la mano que el castaño le brindaba. 


Debía estar loco, era lo único que pensaba mientras se acercaban a la ventana. Light fue el primero que se sentó de costado sobre el marco para comenzar a acomodar sus pies en la valla antes de comenzar a ayudarse con sus manos, siguiéndolo Elle a los pocos segundos, repitiendo las mismas acciones del castaño, quien parecía tener experiencia haciéndolo. Sin embargo al comenzar a trepar, no pudo evitar sonrojarse cuando al alzar la vista, la parte trasera de Light acaparó su mirada, el corto short se había enrollado ¡volviéndose más corto!, dejando a la vista parte de sus nalgas, sofocando al azabache quien rápidamente volteó a ver hacia otro lado, sacudiendo su cabeza para borrar esa imagen mental instalada en su cabeza, rogando que Light terminase de subir rápido. 


—¿Te ayudo?— ofreció el castaño cuando terminó de subir, hincado sobre el plano techo y extendiendo su mano, la cual Elle tomó con timidez —¿estás bien?— jaló al chico, sin embargo ese sonrojo en sus mejillas no había pasado desapercibido para Light.


—Estoy... e-estoy bien... es solo que me dio miedo subir. —Mintió, tragando grueso sin atreverse a ver aún a su amigo a la cara, pero que mantener el rostro agachado tampoco ayudaba, porque de esa forma solo lograba ver esas piernas que habían quedado al descubierto casi por completo pues Light no se acomodaba ese su jodido short.


—Ya, tranquilo, ya pasó— sonrió y estiró un brazo para revolverle los cabellos como a un chiquillo, enternecido y a la vez sintiéndose valiente porque a él no le había dado ni un poquito de miedo. —Ahora solo debes acostarte —el muchacho se estiró sobre el techo, colocando sus manos tras su cabeza como apoyo.


Y Elle prefirió imitar las acciones del castaño rápidamente, de otra forma seguiría viendo cosas que no quería ni debía ver. Pero el incómodo momento pasó a segundo plano al quedar absorto por el firmamento, realmente era asombroso, el cielo estaba despejado pudiendo ver el sinfín de estrellas alrededor de una gran luna blanca.


—Es hermoso... —susurró. 


—¿Verdad que siii?— secundó, emocionado de ver al azabache sonriendo sin dejar de ver al cielo —imagina que esta es la misma luna que ven tus amigos— comentó intentando mantener animado al azabache, quien volteó su rostro para ver al castaño, el cual se había acostado de lado viéndolo directamente.


—Si los extraño, Light-kun. Pero me gusta estar aquí también, donde vivía había muchos edificios, jamás me había detenido a simplemente observar el cielo. Además aquí también tengo un amigo... —Hizo una pausa, viendo al castaño entrecerrar los ojos, confundido —Me refiero a ti. 


—¿Entonces seguimos siendo amigos?— se sentó con premura, no pudiendo ocultar la emoción.


—Por supuesto, no íbamos a dejar de serlo solo por un malentendido —y esperaba que ese altercado no se repitiese, al menos no con Light. 


—Elle...— se sonrojó ocultando sus ojos bajo su flequillo, haciendo que el aludido se sentase frente a él, levemente preocupado de escucharlo mascullar —Estoy tan feliz de que seamos amigos...¿te puedo dar un abrazo...?— los ojos de Elle se abrieron de par en par con un pequeño sobresalto, no es que el fuese homofóbico, es solo que lo había tomado por sorpresa. —¡Será chiquito, lo prometo!— juntó sus manos viendo al azabache directamente, quien reaccionó parpadeando rápidamente al percatarse que se había quedado callado. 


—Nunca lo preguntes. — comenzó suave, arrastrándose sobre el techo hasta que sus rodillas chocaron contra las de Light —La próxima vez solo hazlo. —estiró sus brazos, rodeando con ellos la espalda del otro, pegándolo a su cuello, jadeando al momento que Light imitó sus acciones, porque lo había dejado sin aire por un momento debido a la fuerza. —Dime... —susurró a los pocos segundos, sin cortar el abrazo. —¿aún estoy invitado a la cena o ya perdí mi oportunidad?— Light se separó bruscamente, sonriendo ampliamente. 


—Siii... es decir, estaría feliz si vienes, mi mami comprara comida china, ¿te gusta la comida china?


—Si, me gusta —contestó despacio, acostándose de nuevo sobre el techo.


—¡Genial!, entonces le diré a mamá que compre comida para cuatro, será a las siete de la noche, ¿puedes a esa hora o prefieres más temprano?- el azabache asintió, la hora le daba lo mismo. Y Light se dejó llevar cuando sintió a Elle tomándole la mano, jalándolo hasta dejarlo acostado, quedando la cabeza del castaño sobre el estomago del pelinegro. —Papá dijo que compraría pastel, pero aún no me dices tu sabor favorito, a mí me encanta el de chocolate, ¡el señor de la pastelería de la otra cuadra le pone un glaseado que te mueres!, ¡y muchos malvaviscos!, pasamos comiendo pastel la semana completa, podríamos ponerte un poco para que lleves y le des a tu abuelo. ¡Oye!, ¿no te gustaría traer a tu abuelo?, a mis papás no les molestaría, a mí me gustaría conocerlo, digo... si vas a ser mi amigo tu abuelo debería conocerme, prometo comportarme frente a él, tratare de hablar poco para caerle bien y así siempre te deje venir a mi casa, o yo podría ir a tu casa para que no te aburras, a mí me gustaría conocer dónde vives, es lo que los amigos hacen, ¿verdad?, conocer el hogar del otro, podrías llevarme a tu casa este fin de semana, ¡si!, podemos ir a la pista de hielo que te dije y luego podemos ir a ver películas, yo tengo unos DVDs muy buenos, tengo películas de miedo o acción, ¿cuales te gustan?, no importa los llevare todos...


Elle lo dejo hablar, riendo suavemente porque dudaba que su abuelo supiese lo que era un DVD, pero vería como se las arreglaba si es que acaso ese plan se llevaba a cabo, por el momento prefirió cerrar los ojos, sintiendo la suave brisa en su rostro y el peso adicional en su estómago, mientras el castaño seguía y seguía hablando, pero que escucharlo no lo estaba desesperando como hubiese imaginado, de hecho lo estaba disfrutando, convencido de que aunque extrañaba Inglaterra, también estaba disfrutando estar donde estaba en estos momentos.


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