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Fire to Hide por carina_mew12

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Notas del fanfic:

One Piece y todos sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda

Trabajo de Fan para Fans

 

Notas del capitulo:

lo sé, lo sé. No debería estar escribiendo esto, tengo otros fics que actualizar, pero sí, aquí les traigo un nuevo fic que aun no tengo bien definido, pero la trama me estaba torturando la mente y tenía que subirlo u.u espero al menos que disfruten la lectura

nos vemos abajo~

Fire to Hide

 

1. Despertar

Sabía que debía correr, que no podía desperdiciar esa valiosa segunda oportunidad que sus compañeros le estaban dando, sin embargo terminó haciendo exactamente lo contrario… en vez de huir, regresó a restaurar el honor de su padre peleando contra aquel almirante que tuvo el descaro de burlarse de Shirohige… esa fue la peor decisión que Portgas D. Ace tomó en su vida. Hace mucho que no se sentía tan pequeño ante la presencia de alguien; el poder de ese sujeto era tan inmenso que sus poderes no lograban alcanzarle e incluso podía quemar el fuego… sí, era débil y no le hubiese importado aceptar su derrota de no ser porque Akainu levantó el puño contra su hermano menor…

No lo podía permitir.

Podía atreverse a decir que Luffy era su más grande tesoro, uno que no estaba dispuesto a perder… de nuevo su cuerpo se movió por inercia, esta vez tomando el camino correcto…El golpe de Akainu fue directo y mortal; literalmente podía sentir sus tejidos fundiéndose y el aroma de su carne calcinada parecía estar por todas partes. Las fuerzas fueron abandonándole a cada exhalación, y antes de darse cuenta su cuerpo maltrecho solamente se mantenía erecto gracias al hombro de Luffy mientras la guerra se desataba alrededor de ambos.

- Gracias… por amarme…- entre explosiones, disparos y sangre, puños de fuego dijo sus últimas palabras y cerró los ojos para siempre mientras esbozaba una sonrisa; su vida fue demasiado corta, llena de errores y momentos desagradables, pero fue el amor que sus seres queridos le demostraron lo que le permitió finalmente descansar en paz.

O eso creyó.

Durante mucho tiempo, todo a su alrededor fue completa oscuridad hasta que encontró esa mítica luz al final del túnel de la que todos hablaban. No lo pensó dos veces y simplemente caminó hacia ella sin temor a la que pudiese pasar después… del otro lado no encontró el cielo o el infierno, el limbo o algún lugar del que hubiese escuchado antes; lo único que encontró fue un duro y abrumador golpe de todos esas experiencias y recuerdos que había tenido en vida, como si estuviese viendo una película… las sensaciones fueron tan vívidas que no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas

- ¡Capitán, está respondiendo!- acababa de escuchar un grito desesperado no muy lejos de él, aunque por más que buscaba no podía ver más allá de esa intensa luz- ¡¿Lo ve?! ¡Sus lágrimas…!

- Hay que asegurarnos que no sea sólo un reflejo- podía sentir a algo o alguien  husmeando a su alrededor, inspeccionándole. No fue hasta que la intensa luz fue retirada que finalmente pudo distinguir algo; efectivamente había personas alrededor, o al menos la mayoría parecían ser humanos pues estaba seguro que uno de ellos era algo así como un oso blanco. Todos llevaban batas, cubre bocas, gorros y guantes empapados en sangre, y a pesar de ello podía distinguir perfectamente sus expresiones de terror a excepción de uno de ellos - ¿puedes escucharme?- esa persona se acercó a él lo suficiente como para distinguir un par de cansados y brillantes ojos a pesar de su apagado color gris. Y después de esa impactante mirada, sintió otra luz apuntando directo sobre sus retinas, esta vez más pequeña que la primera- Portgas-ya…

- ¡Capitán, lo ha logrado! ¡De verdad lo hizo! ¡Cuando sombrero de paja se entere que…!- no hubo necesidad de escuchar el nombre, sabía que estaban hablando de Luffy. Con la incertidumbre de saber qué había sido de su hermano menor, los sentidos de Ace se aceleraron al igual que el pitido de las máquinas que, hasta ese momento, se percató que estaban conectadas a él

- guarda silencio Penguin- le regañó el que parecía estar al mando- Portgas-ya, tienes que calmarte o no… no podremos continuar…- aquel sujeto parecía preocupado por algo puesto que su miraba iba de él hacia aquella máquina infernal que no dejaba de sonar- Sólo necesito saber que realmente estás escuchándome… intenta parpadear dos veces como afirmación…- al pecoso le pareció una petición estúpida hasta que se dio cuenta que no podía moverse; su cuerpo parecía estar paralizado puesto que no sólo no sentía dolor, ni siquiera sentía su cuerpo… era como estar congelado sin la sensación de frío. Ace tuvo que hacer un esfuerzo casi sobrehumano para abrir y cerrar los párpados dos veces seguidas como le pidieron- Bien…- le vio levantar una de sus manos, de la cual surgió una especie de aro luminoso que no dejaba de girar bajo su palma- Descuida Portgas-ya, soy médico- la vista comenzó a deteriorársele repentinamente, como si de un momento a otro se hubiese “desenchufado” algo de él; de nuevo todo eran borrosas sombras desfilando a su alrededor, fundiéndose entre un extraño color azuloso- …Room…

*****************

Después de eso todo fue oscuridad absoluta.

Podía escuchar lo lenta que era su respiración y los débiles latidos de su corazón, sin embargo no podía moverse; incluso abrir los párpados le resultaba una tarea tan laboriosa que le dejaba sin aliento… Se sentía entumecido, vulnerable, inútil… lo único que podía hacer era seguir “flotando” en la nada, esperando que en algún momento alguien pudiese despertarlo de su interminable pesadilla.

De vez en cuando escuchaba algunas voces provenientes de ninguna parte que le murmuraban cosas ilegibles, aunque por el tono de voz podía deducir que se burlaban de él a la lejanía; se burlaban de su desgracia y del miedo que lo carcomía cada vez que recordaba los estragos de la guerra que él mismo había ocasionado…

Recordaba con una claridad aterradora el estruendo de cada disparo, los gritos desesperados de sus nakama intentando alcanzarle, las explosiones destrozando todo a su alrededor, la sangre derramándose por todos lados, el aroma a pólvora entrando por sus pulmones, las cenizas y nubes de pólvora opacando su vista… el llanto desesperado de su hermano llamándole… el puño de Akainu atravesándole completamente, deshaciendo sus entrañas como si fuera un trozo de papel al fuego, el hedor de su carne calcinada caer al suelo junto con los chorros de sangre, dejando un desastroso charco en el suelo mientras sus fuerzas desaparecían a cada segundo…

No quería morir… ¡NO QUERÍA MORIR!

Un fuerte pitido taladró sus oídos a tal punto de volverse doloroso…  sus pulmones inhalaron con fuerza hasta llenarse de aire, y al exhalar, Ace finalmente pudo abrir los ojos. Las pequeñas luces rojas a su alrededor lo cegaron por un instante, pero poco a poco su vista se fue esclareciendo; máquinas, delgados tubos y bolsas con suero y sangre conectados a su cuerpo vendado hasta los pies; no había porción de piel que no estuviese cubierta. Además de aquellas máquinas pudo distinguir materiales quirúrgicos en gavetas, algunos papeles clavados en la pared.

No tenía idea de dónde estaba y tampoco podía moverse con libertad; y el dolor… el dolor era indescriptible. El sólo hecho de respirar le hacía querer vomitar sangre, y a pesar de ello no dudó en intentar salir de ahí. Se levantó despacio de su lecho, arrancándose los cables, tubos y agujas que estaban conectadas a su cuerpo sin importarle que cada movimiento que hacía le robara el aliento o que sus vendajes se empaparan de sangre a una velocidad peligrosa; quería irse de ese sitio, buscar a sus nakamas y pedirles perdón a ellos y a su padre por todo lo que su necedad había ocasionado.

Hasta que una puerta se abrió.

- ¡Capitán! ¡Capitán se está moviendo!- de nuevo el oso. Esta vez pudo verle claramente, era un oso polar con mono naranja quien, con toda la facilidad del mundo, le empujó hasta tumbarle de nuevo en lo que parecía una cama, el lugar donde había estado recostado todo ese tiempo- Lo siento, pero no debes levantarte, tus heridas aún no…

- ¿Qué suc…?- la puerta se abrió de nueva cuenta, esta vez para dejar a entrar a un hombre de alta estatura, piel trigueña y esa mirada ojerosa que estaba seguro haber visto antes- ¡Portgas-ya!- oh, ese extraño acento de nuevo. Era el mismo sujeto con el que había hablado cuando despertó la primera vez y con el que soñaba a veces- ¡Portgas-ya, regresa a la cama!

- Te… Tengo…- algo sobre su rostro le presionaba la boca y le impedía hablar con claridad, por lo que tuvo que arrancarlo también. El sólo hecho de quitarse esa especie de máscara le hizo más difícil respirar; estaba ahogándose y ni siquiera entendía por qué. Sin fuerzas suficientes para mantenerse en pie, puños de fuego terminó desvaneciéndose en el suelo, jadeante y luchando por mantenerse despierto

- ¡Bepo, súbelo a la cama!

- ¡Sí capitán! ¡Lo siento!- se sorprendió de lo sencillo que fue para el oso levantarle y volverlo a recostar, como si fuera una criatura indefensa.

Pero Portgas D. Ace era todo, menos indefenso. Nunca había dejado de pelear por lo que deseaba ni siquiera si su vida dependía de ello y ese momento no fue la excepción. De alguna manera logró reunir la suficiente energía para propinarle una patada al oso con la suficiente potencia para escurrírsele de sus garras e intentar escapar, aunque había olvidado un pequeñísimo detalle... ese sujeto seguía en la habitación y estaba seguro que no era tan amable como el oso.

Cómo desearía haberse equivocado.

Aquel sujeto no tuvo tacto alguno cuando se acercó a él y le sujetó del cuello con una de sus manos. La diferencia de altura le permitió despegar sus pies del suelo, levantándole en el aire mientras le asfixiaba al presionar su garganta con la sola fuerza de sus dedos

- Luffy…-  el nombre de su hermano salió dolorosamente de su garganta mientras intentaba desesperadamente soltarse arañando y golpeando a puño cerrado el brazo de ese sujeto

- Esas van a ser tus últimas palabras si sigues moviéndote de esa manera- la atención del moreno se desvió hacia el suelo y por inercia Ace intentó observar lo que él. Si bien no podía girarse mucho debido a la presión del otro sobre su cuello, pudo observar un creciente charco de sangre que parecía estar justo debajo de él- Si quieres saber de Mugiwara-ya vas a tener que hacer lo que yo digo, o puedes seguir desangrándote hasta morir

Ace no pudo hacer otra cosa que dejar caer sus brazos y aceptar su derrota. Al menos podía estar seguro que ese tipo no era de la marina ya que conocía a su hermano; además su rostro se le hacía tremendamente familiar, quizá de algún cartel.

- ¡Capitán! ¡Escuchamos un ruido y…! ¡Ahh! ¡Hay mucha sangre!

Uno a uno, los que parecían subordinados de ese sujeto aparecieron para ayudarle con su tratamiento. Fue mientras ese tipo le colocaba la mascarilla de oxígeno que finalmente le reconoció; El Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law… su fuerza era innegable y su recompensa de las más altas que había visto en esa generación. Lo último que había escuchado de él era que estaría presente como uno de los novatos que se reunirían en Sabaody. Ahora tenía sentido que conociera a Luffy

- ¡Capitán, sus heridas!

- ¡Dejen de hablar y muévanse!- la extraña conversación hizo que Ace bajara su mirada del rostro del médico hacia sus propias heridas; había tanta sangre que tuvieron que cortar las vendas para despegarlas de su carne al rojo vivo. El sólo verla era doloroso, sobre todo porque los puntos se habían botado y la sangre no dejaba de fluir… entonces Akainu en verdad lo había atravesado, había sido derrotado en aquella batalla…

- ¡Capitán, su ritmo cardiaco se aceleró! ¡Va a desangrarse!

- ¿Deberíamos anestesiarlo?

- No- el cirujano de la muerte no parecía un médico muy fiable al mencionar aquello, mucho menos cuando llevaba la palabra “muerte” tanto en su apodo como en los tatuajes de sus manos- La falta de sangre le hará perder el conocimiento, es sólo cuestión de tiempo

- Pero, capitán…

- No pienso seguir gastando mi tiempo en alguien que desea morir

- ¡Maldito!- se negaba a aceptar que le debiera la vida a ese despreciable sujeto. Ace cerró su puño y se levantó de un movimiento para cerrarle la boca a ese tipo con el poder de su fruta. Sin embargo el cirujano de la muerte no sólo detuvo su ataque con una mano, las llamas ni siquiera lo tocaron, es más, jamás aparecieron. Sorprendido, Ace levantó ambas manos frente a él… su pulso era un desastre y el color iba abandonando sus extremidades conforme su piel iba enfriándose poco a poco…

Un momento… ¿Frío?

- Ya lo notaste, ¿No es así?- la voz arrogante del médico llamó su atención aunque no pudo verlo con claridad, su mirada comenzaba a ponerse borrosa- lo cierto es que… “Puños de Fuego” Ace murió en la Guerra de Marineford…

Continuará…

 

Notas finales:

hace un tiempo escribí un one shot parecido pero siempre quise cambiarle la dirección xD espero que hayan disfrutado este cambio y que se animen a seguir esta nueva histora... ya saben, cualquier duda, queja, teoría, comentario o sugerencia es bien recibida nwn

hasta pronto!!... creo... jajajaja ok sha xD


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