Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Podrido y vacío lleno de esperanzas. por SzSuzuZs

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Espero y les agrade. 

 

Estoy trabajando en otro one-shot, Kaita igual. 

 

 

¡A leer!

1
Tres de la mañana, un fuerte llanto inunda mi vacía habitación, con un odio recorriendo todas mis venas y cancansio en mis ojos, me levanto como resorte. Entro dando un gran portazo a la puerta siguiente.
 
—¡Cállate imbécil! ¡Lo único que sabes es llorar y dormir! —veo a la asquerosa criatura en una cuna de tonos verdes.
 
Al momento que escucha mi voz, sus hipidos se vuelven más fuertes. Molesto tomo sus frágiles brazos para cargarlo y hacer que duerma de nuevo y a mi dejarme descansar de una buena vez. Aún que se remueve incómodo y con ganas de que me aparte de él. Sigue sin estirarme los brazos cuando lo voy a cargar.
 
The GazettE se separó hace ya más de dos años y medio, gracias a mi jodida culpa. Yutaka —quien en ese entonces era mi pareja, casi futuro marido— me vio junto a Aoi en una escena un tanto pornososa, yo ni recuerdo que le estaba explicando a Yuu cuando me di cuenta ya tenía su cuerpo encima de mí y sus labios en mi cuello, él en ese momento solo se rió y me contestó un “Somos unos idiotas”, cosa que Kai no escuchó y después de eso, discutimos durante semanas, hasta que Kai peleó a golpes con Aoi, y todo se fue por un caño al dejar a Aoi en el hospital y a un Tanabe con tres órdenes de arresto. Antes de que el fuera a la cárcel por solo dos días y tres horas, me pidió el anillo de compromiso de vuelta, se lo di sin chistar y justamente, un mes después me enteré de mi embarazo. No tenía ni dos semanas de gestación y por obvio al ya no contactarme con ningún miembro, me quede completamente solo. 
 
Mi médico me explicó el porqué de mi gestación tardada, también cuidados y demás cosas que no llevé a cabo, gracias a eso, tuve muchas complicaciones a la hora del parto y de que mi hijo saliera con un problema ligero de autismo que con el tiempo iba a ir aumentando.
Este crío que tengo en mis brazos, es la viva imagen de Yutaka, con un año y ocho meses ya odio a esta criatura asquerosa. Y lo más molesto, es que se la pasa llorando por las noches. 
El treinta de agosto, día en el que Yutk nació, fue uno de mis peores días de la vida. Lo recuerdo a cada momento.
 
A mi primero me metieron en un cuarto donde dos hombres mas se notaban con unos vientres muy abultados, me posicionaron cercas de ellos. Radiaban felicidad. No pasaron muchos minutos cuando las parejas de estos entraron a verlos, ahí es cuando yo me sentí tan vacío, imaginando a Yuataka a mi lado diciendo palabras de aliento como las parejas de esos dos. Fui el primero en sentir esos horribles dolores que me hacían curvearme hacia cualquier lado y no querme mover de donde me encontraba. También recuerdo el mal trato que me dieron, escuchando esas palabras vulgares de varias enfermeras. “Bien que abriste las piernas” “¿Cuándo te la metían gritas así de dolor?” “¿Quién te manda a no cuidarte?” “Abre las piernas, como lo hacías cuando le la estaban metiendo”. 
Primero de agosto.
 
He visto una foto de Yutaka diciendo que se va a casar con la vieja esa fodoga que tiene por pareja. ¿Cómo se pudo juntar con algo así de horrible? Digo, no me hecho el cuento de que yo soy guapo, pero me sorprende que no se haya conseguido a una actriz multimillonaria como él. Bueno, quitando lo de actriz.
 
En estos casi cuatro meses, he tomado citas con un psicólogo que me ha ayudado mucho en querer a mi hijo. Las terapias han sido muy cansadas, sobretodo cuando tengo que hablar de Yutaka. Miyavi, tanto el psicólogo me han dicho sobre hablar con Yutaka, para que el peso —monetario— de un cuidado especial para mi hijo, no me afectara tanto. Es un gasto algo grande, que con el dinero que la empresa me manda por “semi-juvilacion” no me alcanza, menos para pagarle los tratamientos y el medicamento —que en un futuro cercano tendré que darle más caros— que es algo elevado. Yo me niego a decirle, él se ve tan feliz con su familia que el llegar yo y decirle sobre esto, solo arruinaría sus momentos de felicidad. También es muy probable que me mande por un tubo y me diga que es mentira. 
 
Mejor no tomo riesgos y me quedo así; solo y sin ayuda. Puesto que mi madre y hermana también me dieron la espalda. 
 
—Bueno, Yutk, parece ser que tu cumpleaños número dos, será entre tu y yo. Papá ya buscará un nuevo trabajo para poder mantenerte y pagarte todo lo que necesites. —Como siempre, se la pasa como si estuviera en otro mundo, no hace caso cuando le hablo, ni se inmuta en voltearse a verme.
Siendo sinceros, he encontrado un trabajo de noche-madrugada. En pocas palabras es un maravilloso prostíbulo. Pero, no tengo quien me cuide a mi pequeño y por esa razón no he ido. He escogido ese trabajo ya que con el dinero que ganaría ahí, me es más que suficiente para llevar a cabo lo que mi criatura necesita. Aunque yo me quede sin comer. 
 
Con el niño ya dormido, me he puesto en mi cama para recordar muchas cosas, entre ellas los vivos momentos con Yutaka, mi llanto nada escandaloso inunda mi garganta, trato de que los sollozos no salgan a flote por miedo a despertar a mi bebé. Abrazo mis piernas con fuerzas mientras me repito “muy bien, estás siendo muy fuerte, sigue así”.
 
Trece de agosto.
 
Yutaka a publicado una imagen con un ultrasonido mientras pone de descripción “seré papá” y muchos corazones. Ya eres papá Tanabe, solo que no conoces a tu hijo. 
 
Hoy trece de agosto, siendo las diez cuarenta y cinco de la noche, me encuentro en la habitación que me fue asignada para hacer mis “trabajos”. Aquí las situaciones son un poco distintas, en vez de yo ir a buscar “carnada” ellos vienen a mí sin antes hacer un subasta. Esa subasta se hace cuando llega alguien nuevo, se pone en exhibición y la persona que pague más por el que está siendo subastado, será el “dueño” del subastado. En pocas palabras, me vendo a alguien que podrá hacer lo que quiera conmigo rompiendo reglas y los demás tendrían que seguir las reglas. Aún así, las subasta comienzan a las once y media y puede durar el tiempo que sea, yo me encuentro en el cuarto, vistiendo la ropa que me han dado, aunque más bien es el disfraz de una zorra, he tenido que dilatarme para poder meter la cola en mi ano, fue sumamente asqueroso y este trabajo me parece más que asqueroso, pero todo lo hago por mí pequeño. 
 
—Hey, pequeña zorra, sales en quince, espero no te vayas como muchos. —el dueño me habla y me mira con lujuria.— Te sienta bien ese disfraz de zorra, después te pondré uno de puta.
 
—Estoy preparado. —Ignoro por completo el comentario vulgar para hacer saber que estoy listo para lo que se viene. Tal vez muestro valentía que no tengo.
 
—¡Perfecto, zorra! —Sale dando pasos de grandeza como si lo que vio fuese importante. 
 
Tres hombres ya han ofrecido por mi y los comentarios siguen en aumento. Una voz muy conocida llega a mis oídos, y dice; “Cien millones y mis dos casa de Nueva York”. Mi sangre se hiela, al saber que esa voz le pertenece a Kai, o más bien dicho; Tanabe Yutaka, el padre de mi hijo.
Los espectantes se asombran y no tardan en resignarse, el conductor me ha dado por vendido. Me pasan a un pequeño cuarto, que hasta donde sé, es donde ha rentado Yutaka para que yo de mis servicios ahí. 
 
—Pero mira que pequeño es el mundo, jamás pensé en volverte a ver, Akira. —Su grave voz me hace recordar las veces en las cuales, él ya harto de mi, me gritaba alguna que otra grosería a nuestras estúpidas peleas.
 
—Sí, años. —Años que han sido un infierno.
 
—Sabes, los chicos y yo vamos a traer devuelta a The GazettE, ya firmamos contratos y el nuevo bajista ya está decidido. Nunca pudimos contactarte para hablarte. —No le miro, pero si siento sus pasos andar por toda la habitación.— ¿Te gusta?
 
—Sí, cambié de número y todo… parece costoso, no tendrías porque pagar algo tan elevado por mi asqueroso cuerpo. —Tomo mis brazos y los aprieto contra mi pecho.
 
—Pensé que habías salido de la ciudad. Y pues, tienes un excelente cuerpo, me harás ganar mucho dinero y claro, ha este lugar también. Aun puedes regresar a The GazettE si lo deseas, sigo siendo el líder. Olvida lo que sucedió.
 
—No, no tengo tanto dinero como para irme de aquí. En lo siguiente, gracias por opinar eso de mí y en cambio a lo otro, no puedo olvidar tan fácil lo que sucedió. —Menos porque sigo enamorado de ti y tengo una criatura tuya.
 
—Solo olvidalo y ya. Todos los asuntos están arreglados y a los chicos no les importaría si regresas, estarían muy contentos.
 
—Lo siento, pero tengo muchas cosas que hacer por las mañanas, tanto que tuve que recurrir a esto
 
—Los pasos seguros de Tanabe llegan hasta mi espalda. 
 
—¿Recurrir a ser una puta? —Bromea mientras una carcajada sale de su boca. — Hasta donde sé la empresa te da mucho dinero, suficiente como para no tener que trabajar.
 
—Pues la empresa ya no tiene los demás papeles de los diagnósticos que han sucedido. Además, tengo que cuidar de alguien y nadie más puede hacerlo. Ya no tengo tiempo para dar conciertos y salir del país. —Toco mi vientre con cariño, al recordar a Yutk.
 
—¿A quien cuidas? 
 
—A ti no te importa eso. ¿Por qué pagaste tanto por mí? Yo no valgo eso. —Mi voz se quiebra. 
 
—Siempre tan llorón Akira. Vales más que eso. 
 
—No me digas eso. —Cubro mi boca para que mis sollozos no se escuchen.
 
—Olvida eso, y vamos que por algo te compré. Desnúdate. —Esa voz firme, me da escalofríos.
 
—No. Yo, no. —Si él viera todas estas cicatrices se reiria de mi por haber sido tan débil.
 
—¿No?
 
En mi mente solo puedo gritar basta mientras mi boca amordazada solo deja salir sonidos mudos y saliva por los costados. 
 
—Estas muy estrecho. ¿Será porque estás asustado? ¿Te duele puta? ¿Para que te metes en esto si no puedes soportar mi verga? 
 
Mis lágrimas han inundado por completo mi rostro, desde que Kai se fue de la habitación, nadie ha venido y agradezco eso. 
 
Después de la ducha fría que me acabo de dar salgo del lugar, Miro mi móvil y veo una llamada perdida con un mensaje de texto. 
 
“Agregame, nos mantendremos en contacto. —Kai.”
 
—Que asqueroso es el mundo. 
 
Llego a la casa pasadas las ocho de la mañana. Miyavi me ha hecho el favor de cuidarlo por hoy. 
—¿Te encuentras bien? Te veo más pálido de lo normal. 
 
—Kai. —Es lo único que sale de mi boca.
 
—¿Qué tiene que ver ese maldito? —Miyavi le tiene odio.
 
—Él me compró, me compró en la subasta. No puedo creerlo. ¿Cómo es que me lo fui a encontrar en ese lugar? Se va a casar y va a ser padre por segunda vez. —Según él es la primera.
 
—¿Se encontraba él ahí? Le está siendo infiel a su futura esposa. Pobre de ella. —Miro a Miyavi incrédulo.— perdón, sé que debería de preocuparme por ti… ¡Ah! Oye, tu hijo es un poco raro.
 
—¿Raro? —limpio mis lágrimas.
 
—No es como los otros bebés que aman que los carguen y que jueguen con ellos. 
 
—Ya sabes a qué se debe, y no sé qué hacer, luego se pone agresivo conmigo. —Ayer en la noche me mordió porque no quiso que me acercara a él.
 
—Bueeeno, Ya mero es treinta, ya tengo mi regalito para este pequeño bodoque gordo. —Lo miramos desde la sala viendo cómo solo se encuentra sentado observando algún lado de la sala.
 
—¿Gordo? Yo digo que está obeso. —Estallamos en carcajadas mientras Yutk sigue observando a la nada. —Yutk. —Le llamo varias veces, pero sigue sin prestarme atención. 
 
Me levanto del sillón y lo cargo, al momento comienza a llorar y a portarse agresivo. No puedo sostenerlo mucho en brazos hasta que lo dejo por el suelo, me mira un escaso segundo a los ojos y de nuevo vuelve a voltearse. 
 
—Odia que lo carguemos. —Me dice Miyavi. —¡Y a mi que me encanta cargarlo! 
 
—Deja tu eso, me preocupa que todavía no balbuce algo. No dice nada, se la pasa callado y cuando se acerca algún desconocido, no muestra esa ansiedad como cualquier pequeño bebé al ver a alguien nuevo. —Yutk ya se ha acostado en la alfombra y no ha tardado en dormirse. 
 
—Siempre hace lo mismo.
 
—¿Hizo algún movimiento raro hoy? —le pregunto para daber sobre su comportamiento esta mañana. 
 
—Solo da pequeños golpes y agita las manos, lo mismo de siempre. —Miyavi ya desanimado a tomado sus cosas. —Bueno, nos vemos luego, tengo que ir a arreglar sobre mis próximas fechas de concierto así que ya no podré estar mucho tiempo contigo. ¡Hasta luego!
 
Tomo a Yutk con cuidado, el se remueve un poco y después vuelve a caer dormido. Me salta una notificación de WhatsApp y en seguida otras tres. Me acerco al móvil sin antes acomodarme bien a mi bebé para que no se me caiga de los brazos y quede peor de lo que ya está. 
 
«“Número desconocido
Hola, soy Taka-chan. Kai nos ha pasado tú número y he decidido mandarte un mensaje, este es mi número, me encantaría que me agendaras y chatearamos como antes. Te extraño hermano, Uruha y yo estuvimos muy desesperados cuando tratamos de marcarte y decía que estaba fuera de servicio. Kai dice que te encuentras bien y eso me alegra. ¿Por qué no nos juntamos? Te extrañamos mucho. Hasta luego.”»
 
Registro a Takanori como Ruuchan. Abro el siguiente chat. 
 
«”Número desconocido.
Hola Uechan —es Uruha, sin dudas.—, soy Takashima, éste es mi nuevo número, te extraño mucho. Eres mi hermano y te aprecio demasiado, quisiera saber qué ha sido de ti en estos años, Me gustaría que un día de estos nos juntaramos e hiciéramos comentarios tontos mientras nos reímos hasta del pájaro que va pasando volando. ¿Podríamos hacerlo, hermano?”»
 
Registro a Uruha como Shima.
 
«”Número desconocido
Hola, Akira. Soy Yuu. Entenderé si no me respondes o si me bloqueas y me mandas por un tubo, todo este tiempo he querido disculparme por lo sucedido. Quisiera hacerlo en persona.”»
Registro a Yuu como Aoikun.
 
Pienso si debo de contestarles o ignorarlos, pero opto por solo tenerlos agendados. Y contesto el mensaje de Miyavi —el cual me ha mandado al salir de mi casa— con un “Dormiré”.
Con mi móvil tomo una foto que irá de estado de WhatsApp. En ella sale Yutk en mis brazos mientras yo salgo cargandolo antes de acostarlo en su cuna, pongo una pequeña descripción: lo que se batalla con éste niño, por fin se ha dormido. Cómo lo amo. Y un corazón. Al instante veo como Shima es el primero en verlo y Takanori el siguiente, seguido de ahí amigos que tengo registrados. Pienso en si es buena idea de que ellos lo vean y un miedo invade mi corazón. Me regreso a chats para ver si alguno de los dos me escribe algo, pero al pasar tres minutos veo que no lo hacen. 
 
Treinta de agosto.
 
Si bien he tenido que explicarles a los chicos sobre Yutk, nunca dijeron nada ofensivo ni me dieron la espalda. 
 
El regalo de Miyavi me llegó por paquetería, dado que se encuentra fueras del país, a pesar de que ya lo tenia desde hace tiempo. Los chicos han decidido venir a convivir con Yutk y yo. 
Mi trabajo en ese asqueroso lugar, lo sigo haciendo diario, le estoy pagando a la vecina por cuidar a Yutk y en ocasiones se lo dejo encargado a la terapeuta.
 
—Yutk, hoy vamos a tener invitados. —Le hablo mientras el sigue entretenido dando vueltas sobre si mismo… otra vez. —Hazme caso de una vez Yutk, no te quiero pegar. —Lo dejo en paz mientras me levanto y dirijo a la cocina a ver si hay algo de comer para este crío, que me salió delicadito el muchachito, no come nada que no sean papas o tortilla con frijoles.
 
Me dedico a prepararle unas papas fritas en lo que vigilo que no se caiga como hace dos días. No tarda ni diez minutos en lo oigo el azoton que da contra la mesa de madera, asustado al escuchar el llanto de mi bebé, me acerco a auxiliarlo. 
 
—Mi amor, no llores. —No deja que me acerque a él. —ven mi vida. —Me levanto para ir a apagar la estufa.
 
Llevo más de quince minutos tratando de calmar su llanto, pero nada ha funcionado, tengo miedo de que sea algo grave y no pueda hacer nada porque no se deja agarrar. El timbre sorpresivamente suena, me levanto con rapidez y dejo pasar a los tres individuos que ya esperaba. Mi reacción debe ser ser un poema, han cambiado tanto. Un grito me hace entrar en razón. 
 
—Lo siento, lo siento. Pasen. —De nueva cuenta me regreso con Yutk que ahora está en una esquina de la sala. —Yutk, ven, no te voy a hacer daño. —Sigue sin mirarme.— ¡Yutk, Yutk, Yutk! —me canso de hablarle y ver que no me responde. 
 
—¿Por qué no simplemente lo cargas y ya? —la pregunta lógica de Ruki me causa algo de gracia pero con un deje de tristeza.
 
—Si pudiera, lo haría. 
 
Sé que si lo tomo en brazos me va a golpear y se va a poner a gritar, llorar y aventar todo lo que esté por su paso, en pocas palabras, se va a enojar y calmarlo me va a tomar al menos dos horas y por suerte se cansará antes. Me siento en el suelo mientras le sigo hablando, Takanori se ha unido y le está tratando de hacer platica, pero sigue sin prestar atención. 
 
—Yutk, voy a ir por ti. —le amenazo mientras el sigue llorando como si se hubiese roto algún hueso. 
 
Me levanto decidido, el por suerte no se ha percatado de mi presencia, lo tomo en brazos y de manera inmediata lanza una patada hacia cualquier lado. Sigue haciendo lo mismo una y otra vez y grita como si lo fuese a matar. El doctor me ha dado un medicamento, que se supone debería de calmar sus ataques de ira y deberían de relajarlo hasta que durmiera por quince o veinte minutos. 
 
—Ru… digo, Takanori, podrías ir a la cocina, en la primera puerta tengo un frasco que se llama risperidona, llénalo solo tres rayas y me lo traes.
 
No me gustaba recurrir a eso, menos cuando no había comido más que tomado un jugo. Más aparte de eso, la primer doscis de los demás medicamentos le toca en dos horas. 
 
—Ten. —Los chicos están atentos y nerviosos, jamás habían observado este tipo de escenas. 
 
Con cuidado trato de poner el gotero en la boca de Yutk, pero enseguida avienta un manotazo que me hace enojar. Con un poco más de fuerza logro hacer que quede un poco inmóvil, le abro suficiente la boca para que pueda entrar el gotero, dejo que fluya el medicamento y antes de que lo escupa, le pongo la cabeza hacia arriba. De mala gana termina tomándolo sin antes hacer su berrinche. Han pasado alrededor de treinta minutos y Yutk está viendo la pared mientras golpea el suelo varias veces. 
 
—Perdón, no quería que vieran eso. —El ya un poco más calmado y sedado por el medicamento, le cargo para llevarlo a la mesa y sentarlo en mis piernas. —Yutk —le hablo y por primera vez en el día me mira a los ojos por unos escasos tres segundos y vuelve su vista a su plato. —Ellos son unos amigos míos, viene a celebrar tu cumpleaños. —Takashima le toma por el pelo y Yutk le retira la mano enojado. —El es Takashima, el de a lado es Yuu y el enano de por allá, es Takanori. 
 
Sé que apenas y me escucha, pero es suficiente para mi. Los chicos tratan de hablarle pero solo logran que los ignore olímpicamente. 
 
Los chicos, comen tranquilos mientras hacen algún comentario gracioso. Yo me preocupo por revisarle la cabeza a ver si no se ha hecho daño, en todo caso cuando los chicos se vaya voy a ir con un médico para que lo revise. 
 
—¿Quieres que te acompañe? —la suave voz se Uruha me saca de mi trance.
 
—Si no te molesta. —Acomodo a Yutk sobre mi hombro mientras lo mezco para que se duerma un rato, después de haber llorado mucho y casi sedado con el medicamento, es mejor que duerma quince minutos, no más. 
 
Salgo del consultorio con un Yutk muy enojado, camina a duras penas mientras observa el suelo y aprieta mi mano con rencor. Quien diría que justamente le tocaba una vacuna. Sus hipidos vuelven, trata de soltar mi mano para salir corriendo. Lo jalo un poco de manera brusca a lo que el pega un santo grito que después se vuelve en llanto desesperado. 
 
—Yutk —me agacho para estar a su altura—, no llores mi vida, no pasa nada. —sigue llorando mientras con su brazo derecho se seca las lágrimas. 
 
Lo suelto un poco y paso mis brazos alrededor de su cuerpo, por fortuna esta vez no me ha golpeado o algo por el estilo.
 
—Se parece mucho a Tanabe. —Takashima suelta ese comentario sin más y volteo a verle algo nostálgico.
 
—Lo sé, en un principio no quería a Yutk, pero después de un tiempo aprendí a amarlo. No lo quería ni ver, puesto que es idéntico a él. Pero es mi hijo y me costó trece horas de parto, que venían acompañados de unos dolores ¡Qué si te digo; te mueres! ¡Dios mío! Fue horrible. —Me hago el dramatico, pero sin modificar la información. 
 
—¿Trece horas? Imposible. —niega Takashima, mientras observa como Yutk de poco en poco cae dormido. — ¡Es muy lindo! 
 
—Sí fueron trece horas, ingresé a las tres cincuenta y cuatro de la madrugada y terminé pariendo a las cinco y tantos de la tarde. Me provocaron mucho los dolores, pero Yutk se aferraba a no querer salir, casi me desmayo. Por fortuna no sufrí de taquicardia y el parto fue natural. —Muevo a Yutk.
 
—¿Natural? —Shima se queda un poco pensativo. — ¿Te cortaron, verdad? —asiento frenéticamente.— ¡Qué dolor! 
 
—No soportaba los dolores y luego llegan y me cortan para que “dilate lo suficiente porque mis dos sexos están muy juntos” —arremedo la voz del médico que atendió mi magnífico parto.
 
—Jajajaja, ¡Dios Akira! Qué horror. —Niego.
 
—Gracias a eso tengo a Yutk conmigo y eso me hace muy feliz. 
Shima me ha a compañado a una terapia después de insistirme por casi dos meses. La he pasado muy mal, pero Kou siempre sostuvo mis sentimientos con fuerza para que estos no decayeran al ver como es el trabajo que llevo con mi hijo.
 
—Vas a tener que hacer eso todos los días, actividades diferentes y todo eso.
 
—Primero empezaré con objetos, le señalaré las puertas, vidrios, macetas, todo eso, ya después me meteré con los colores, que siento que es más fácil que aprenda a identificar cosas que colores. —Yutk me voltea a ver directo a los ojos, me sostiene la mirada confundido y después sus ojos lagrimean. —¿Yutk, sucede algo? —se recuesta en mi hombro, lo cual es súper raro. Hace gestos, como si me quisiera decir algo y pasa rápidamente su vista a la neveria y después a mi, hace eso como tres veces seguidas. —¿Quieres una nieve? —vuelve a recostarse, tomo eso como una afirmación. 
 
—¡Está empezando a interactuar! —chilla Shima, yo solo le miró con una gran sonrisa en mi boca. 
 
—¿Yutk, quieres nieve? Di sí o no. —se mantiene recostado, lo muevo un poco y se queja. —di sí o no, Yutk, ¡Vamos! —tal parece que no voy a lograr que hable todavía. 
Yukt me mira y con timidez asiente un poco, algo que pasaría desapercibido para todos, seguido de eso muestra nervios y mira disimuladamente hacia los lados, como viendo si no llamará la atención su asentimiento. Sonrio, me siento feliz. 
 
—¿Chocolate? —me mira feo.— está bien, de napolitano. —sé que le fascina la de napolitano y la de chocolate es la que menos prefiere. —¿Quieres una nieve Shima? 
 
—¡De chocolate! —me dice mientras caminamos hacia unas mesas para sentarnos.
 
Le digo a Shima que cargue a Yutk, a este por supuesto, no le agrada para nada y lanza una patada que va directo al estómago de Takashima, quien se queja de semejante golpe. Viendo que no vamos a lograr nada, lo siento a un lado de Shima y ahí se mantiene hasta mi regreso. Solo he traído dos, puesto que Yutk come bien lento y se termina siempre derritiendo, y nunca se la acaba, así que yo voy a tomar de su nieve y la otra es de Shima. Le doy el cono a Shima y el vaso de Yutk lo pongo frente a él. Fueron casi 15 minutos en los cuales en ratos le daba de comer a Yutk hasta que esté ya no quiso más.
 
—Es raro. —le digo a Shima mientras recuesto a Yutk en su cuna.
 
—¿Raro? 
 
—Este fue un día muy tranquilo, se la pasó viendo a algún lugar en específico y esta vez no estuvo gritando, golpeando o corriendo de un lado hacia otro. Nunca ha sido tranquilo. 
 
—Pero si yo lo único que veo es que duerme la mayor parte del tiempo. —Salimos del cuarto.
 
—Es por el medicamento, pero en sí, es muy raro. 
—Tal vez le hizo mucho efecto el medicamento o simplemente andaba flojo y no quería hacer nada. 
 
—¿Estás seguro en cuidarlo? —Tomo mi bolso. 
 
—Sí, creo que puedo manejarlo. Pero la semana que viene vamos a arreglar lo de la gira de dos meses, por el regreso de The Gazette, queremos que tú vuelvas y yo quería decírtelo. Eres un excelente bajista.
 
—Ya no toco, desde que me enteré del problema de Yutk, tuve que vender todo, mi casa ya tiene más lugares vacíos,  no puedo salir de gira con él. —Desanimado camino hacia la puerta.
 
—Si puedes Akira, nosotros te ayudamos, contratamos a alguien profesional. 
 
—¿¡Qué va a decir Tanabe!? Es su hijo, no quiero que lo sepa. 
 
—¡Akira…!
 
—¡No, Takashima! —cierro mis ojos con fuerza. 
 
—¿Estás bien? —Shima me toma por los codos y trata de mantenerme firme.
 
—Sí —digo dudoso—, solo fue un mareo.
 
Siendo las once, he terminado ya con un fuerte dolor de espalda y por lo que he escuchado hace unos momentos, Yutaka va a venir por una parte de su paga, para después irse a esas semanas trabajosa para la gira. Es muy probable que venga a “verme”. 
Descanso un rato mientras dejo que se me pase el dolor para poder ponerme el bóxer. La idea fue bañarme para sentirme mejor, pero sigo igual que hace media hora. Me levanto y pongo mis nuevas prendas en su lugar, me recuesto un rato esperando a mí “daddy”, que asqueroso suena. 
 
—Hola, puta. —Ha tomado la costumbre de decirme así. 
 
—Hey… —por alguna razón extrañaba, mi corazón duelen. 
 
—Quiero divertirme un poco y con ese disfraz de gata, me dan muchas ganas de azotarte. 
Sus manos pasan por mi desnudo cuerpo, gimoteo, trato de deshacer los amarres de mis manos que lastiman mi Nivea piel. Sus cálidos labios pasean por mi torso, arqueo mi espalda, hace tiempo que no sentía una excitación de esta magnitud, mi pene brinca una y otra vez, hasta rozar su pecho, sonríe victorioso. Lo toma entre sus gruesas y grandes manos, ¡Dios! Sube y baja lentamente.
 
—Di qué quieres más. —Esa voz gruesa pega en mí oído. Trago mi orgullo si no quiero que esto termine como la vez pasada.
 
—Daddy, más, por favor. —mis ojos lagrimean. —¡Ahh! —abro mis ojos con asbro.
Caigo en el éxtasis, su pene entrando y saliendo, su voz gruñe, y yo solo puedo hacer gestos y sonidos con mi voz que no llegaba a imaginar. 
 
—¡YUTK! ¡Ya basta, ven acá! —recibo un golpe con un libro que Yutk a tomado para lanzarlo hacia mí.
 
—¡AHHHH! —pone sus pequeñas manos sobre sus oídos, se hace bolita en el suelo. Me acercó lentamente pero parece enojarse más, solo se levanta una vez más y corre hacia el patio delantero. 
Suspiro cansado, no corro con el, puesto que podría enpeoear las cosas. Le veo corriendo de un lado hacia el otro, gritando mientras tapa sus oídos y llorar, como si corriera de alguien muy asustado. 
 
—¡YUTK! ¡Por favor, tengo que ir a la compañía! —vuelve a gritar y esta vez solo cae al suelo. 
 
Corro a levantarlo, es como si tratara de alejar alguna voz de su cabeza, está temblando, su mirada está perdida. Lo abrazo con fuerza mientras él sigue gritando por lo bajo. 
 
—¿¡Akira!? —la voz de Takanori.
 
—Está abierto el portón, pasa. —Se acerca ver a Yutk. 
 
—¿Qué sucedió? 
 
—Lo que pasa casi la mayor parte del tiempo, no sé si podré controlarlo en la compañía, no soporta estar con gente y menos sé qué haré si se pone a gritar en medio de la junta, tal vez fue mala idea aceptar de nuevo ese trabajo. —los pequeños brazos de Yutk se envuelven en mi cuello, han pasado cinco meses desde la última vez que vi a Yutaka, en ese tiempo Yutk a mejorado en comunicación conmigo, pero todavía dudo cuando grita. 
 
—Vamos, Yutk será un buen niño. ¿Verdad? —presta un poco más de atención cuando la gente le habla, pero sus ataques de ansiedad y sus pequeños ataques de enojo no han mejorado, solo han empeorado. 
 
—Vamos a bañarte Yutk, después te daré un jugo  e iremos a trabajar, irás conmigo a trabajar, con papá. —Sus ojitos rojos muestran inocencia pura, pero también muestran miedo. 
Termino de ponerle su camisa y el sale disparado del cuarto, corre de un lado hacia otro, le sigo con rapidez, tengo miedo de que baje las escaleras él solo, le observó brincando dando vueltas cercas de las escaleras. 
 
—¡No hagas eso, amor! Te puedes caer. —Le tomo de la mano, parece no molestarse y bajamos juntos las escaleras mientras el brinca y resbala en ocasiones. 
 
—Jamás lo había visto así, la mayoría de las veces lo veía dormido. —Ruki sostiene el jugo de Yutk en su zurda, este se da cuenta y pega un grito que hace que cerremos los ojos con fuerza debido a la agudeza de este. 
 
—¡Yutk, no grites! —bajo hasta su altura para hablarle. —Tío Takanori te va a dar el jugo solo si dejas de gritar. —Aunque parece que mi respuesta no le ha gustado, frunce el ceño y empieza a gritar mientras brinca. 
 
—¡Ten tu jugo, tómalo! —Algo en mi hace que tenga una sonrisa burlona en mi rostro por el pánico que se ha apoderado en Ruki. De inmediato se calla cuando sostiene el jugo entre sus manos. 
 
—Tengo que trabajar con él para que no grite o lloré cada vez que ve que quiere algo, tiene que decirme o señalarlo.
 
—¿Sigue sin señalar? —niego.
 
—Señala rara vez. ¿Nos vamos? —cargo a Yutk, este vuelve a incomodarse. —Tranquilo amor, no te voy a hacer nada.
 
El camino no fue de lo más tranquilo, hoy Yutk amaneció más intranquilo de lo normal, el medicamento no ha surgido efecto en lo absoluto y tal parece que no lo hará en el resto del día. 
Mis ojos se topan con el cuerpo de Yutaka, este siente mi potente mirada, dado que voltea a verme, me mira con sorpresa, he de suponer que es por Yutk, voltea y le dice algo a la persona que se encuentra con él, se vuelve a girar pero esta vez camina hacia mí.
 
—Me voy. —Susurra Ruki y me deja solo con Yutaka.
 
—Hola. —Me saluda tímidamente. 
 
—Hola. —No sé cómo ponerme.
 
—¿Es él? —Pregunta dudoso.
 
—Sí. —Recuerdo claramente sus palabras y los acontecimientos que sucedieron, asi como la cancelación de su boda, el hijo de su ex futura esposa que no era de él y las palabras que le dijo a esa zorra. 
 
—¿Puedo cargarlo? —Rio un poco.
 
—No sé si quiera, digo, ya sabes porque. —Mis ojos se concentran en Yutk, quien mira a Tanabe con sus ojos abiertos como platos ¿Le tendrá miedo? Ladea su carita llena de confusión, voltea verme y vuelve a mirarlo, vuelve a ladear su carita pero ahora hacia el lado opuesto. 
 
—¡AHHHH! —Kai tapa sus oídos.
 
—¡Yutk, basta! Shhh. 
 
—Ahh. —Kai ríe con fuerza. 
 
—Tienes buena voz, a qué le quitas el puesto a Takanori. —Y por primera vez en mucho tiempo Yutk sonríe y estira sus brazos hacia Kai. Me sorprendo por completo, pero dejo que éste vaya con Yutaka, al igual él parece sorprendido pero no pierde la oportunidad para tenerlo en sus brazos. 
 
—Vaya. —Yutk mueve sus brazos con fuerza y vuelve a gritar, es como si tratara de decir algo. Voltea a verme y agita sus brazos con fuerza, uno arriba otro abajo ¿Qué quiere?
 
—¿Qué hace? —La mirada confusa de Yutaka.
 
—Espera… —Yutk vuelve a gritar mientras agita sus brazos… como si tocara algo, tocar… como si tocara una ¿Batería? —creo que…
 
—¿Qué cosa? —Yutaka intercambia miradas entre mi y Yutk.
 
—Tal vez, creo que se fue contigo porque te ha visto tocar la batería, sus movimientos de brazos, es parecido al qué haces cuando tocas. 
 
—¡Ahh, que salió baterista! ¡Vamos a tocar batería Yutk! —Caminamos hacia la sala de ensayo y en efectivo, Yutk pega un tremendo grito que hace que los tres presentes volten a vernos asustados. Con los fuertes movimientos que hace Yutk para bajarse, casi hace que Kai pierda el equilibrio, pero éste logra ponerlo en el suelo, Yutk corre hasta la batería y vuelve a gritar, se tira en suelo y se queda ahí, quieto, solo mirándola. —Se supone que debes pegarle, no verla. 
 
—Dejalo, tal vez se quede ahí durante unas dos horas. 
 
Hablamos de unas cuantas cosas, al pasar una hora decidimos tomarnos un tiempo, mi vista sigue pega en Yutk quien se ha sentado y ha estado dando pequeños golpes al bombo por la madera, toca como si tuvera miedo. Yutaka se levanta de su asiento y con cuidado toma a su hijo entre sus brazosos, Yutk se incomoda, pero al momento en el que ve que Kai le estira una baqueta, éste cierra su boca, la toma entre sus manos y comienza a lanzar golpes a lo tonto, golpea la madera, parche y en ocasiones a lo tornillos, Yutk sonríe, creo que esto es algo que llama mucho su atención. 
Me encamino hasta quedar a su lado, Yutk me sonríe emocionado y sigue golpeando sin parar, algo en mi corazón se calienta, que expresión más hermosa he contemplado. 
 
—¿Cómo sabe que toco batería? 
 
—He puesto vídeos de nuestros ensayos hace tiempo, cuando estaba dudando en sí regresar o no, en sí contarte o no. Y él se quedaba embobado viéndolos, por los sonidos de las guitarras, batería y viéndome a mi tocar el bajo, algo en él se emocionaba. 
 
—¡Claro, si es nuestro hijo! ¡Músico será!
 
Imagino un mundo con las dos personas que más amo en esta vida, no sé si funcionará, no sé si Yutk pueda seguir adelante, en cualquier momento puede perder todo lo aprendido o puede que mejore como lo ha estado haciendo hasta ahora, lo único que sé, es que no me voy a rendir, voy a seguir luchando por Yutk así como lo he hecho todos estos años, voy a enfrentar esos futuros problemas que se avecinan, tanto la aceptación de los fans hacia la relación que tengo con Yutaka, como mi intersexualidad, así como el hijo de Tanabe y mío, es un camino largo y difícil, tanto tiempo en espera por esto, tal vez, no es nuestra mejor opción, pero tenemos que abrir paso a lo que viene y sobretodo, amarnos como lo hicimos en un pasado. Tengo esa necesidad de volver a caer entre sus brazos y saber que estará conmigo durante muchos años, que no voy a tener que seguir cuidando solo a Yutk, pensando todos los días sí ha hecho algo extraño, sí ha hablado, hecho berrinche, enojado, sí ha roto otro juguete, la ventana, el celular, y demás cosas. Ahora estoy más seguro de nuestras decisiones y estoy más seguro que esto es lo correcto. 
 
—Yutaka ¿Quieres intentar darle su medicamento? Ya es hora. —esa sonrisa en mi rostros, ha regresado. 
 
 
 
Notas finales:

¡Fin!

 

 

No esta muy bien redactado, lo sé, pero quise aventurarme, tal vez después ya a más profundidad investigaré sobre el tema y trate de hacer algo mascompletom, pero con lo poco que investigué ya me dolia la cabeza de tan solo pensar en el infierno que se vive, tengo un sobrino que sufre de autismo, así que me guíe un poco en él y en lo que hay en internet, después con suficiente tiempo, trataré de implementar mejor la idea y poder hacer algo más completo. Por el momento es todo, espero que hayan disfrutado, perdon por los errores y demás.

 

¡Buenas madrugadas y hatda luego!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).