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Marcando Territorio por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki. 

En el bosque de los Druidas hay criaturas místicas que pueden vivir de dos maneras, como humanos o bien en su forma animal preservando a la especie. Los machos Alfa de cada clan tienen la obligación de buscar la paz y comodidad con los demás habitantes así como aparearse con una o varias hembras para tener un digno sucesor. Dentro de esta forma de vida, nacen seres excepcionales cuya cualidad más prominente es la de procrear igual que una fémina pero siendo varones a ellos se les denomina como Omegas, su aroma los delata ya que es más dulce que el de una hembra e igual de penetrante que un macho, algunos los desprecian y otros los alaban como regalos de los dioses todo depende del clan donde nazca ese ser único.

En este basto terreno un clan dominaba a los otros y son los majestuosos leones por ser más fuertes que todos los demás, su alfa conocido como el emperador Akashi Seijiru mantenía en orden a los tigres, leopardos, panteras y los jaguares, cada felino alfa podía imponer sus reglas dentro de su especie, lo único que fue impuesto por Akashi es que cada luna llena se reúnan los clanes para la danza de apareamiento y anunciar a los futuros sucesores.

Poco tiempo después de convivir respetando los límites territoriales pues cada especie felina tenía un amplio terreno para construir sus hogares de la forma que quisiesen, en el clan tigre el alfa Kagami Shinji anunció a su primogénito de nombre Taiga quien en su forma bestial se veía tierno cual cachorro pero cuando se transformaba en humano sus ojos y cabello rojizos imponían respeto, su mejor amigo y confidente Aomine Daiki hijo del alfa de las panteras Aomine Yozora, nació al mismo tiempo que el pelirrojo por ello se entendieron a la primera que se vieron, su cabello azul oscuro igual a sus ojos más la tez morena lo hacían ver coqueto e interesante.

Dos años después el alfa jaguar Kise Keijo dio la gran noticia su primogénito había nacido, Kise Ryota con su cabello dorado cual rayos de sol, las pupilas color miel más una piel clara, suave y tersa daban la seguridad que sería un rompe corazones al crecer, un mes después el orgulloso león presentó a su heredero un pequeño minino que al momento de cambiar reveló sus ojos azules como el cielo al igual que su cabello, la piel tan blanca como la nieve, Akashi Tetsuya se volvió el hermanito menor de Ryota por decisión mutua. Con el pasar de los años aquellos inocentes felinos se convirtieron en unos hombres independientes y hábiles en la forma de liderear sus clanes, llegando a la edad reproductiva el alfa de los leones y el de los jaguares notaron el característico olor de los omegas con sus primogénitos por ello durante las fiestas, concilios u otro motivo por el cual debían reunirse con las otras especies extremaban precauciones, inundando a sus hijos con el propio aroma de esta forma ningún otro macho se les acercaría.

Durante la séptima luna llena y bajo el influjo de la misma, se olvidaron de sus hijos y fueron a buscar alguna cueva para estar a solas con sus parejas, tanto Ryota como Tetsuya sabían que era peligroso salir sin tener la protección de sus progenitores aún así recorrieron el bosque por la parte trasera de los límites del reino de Seijiru, alejados de los otros felinos jugaban y correteaban al igual que lo hacían de cachorros, todo iba tranquilo hasta que llegaron al río donde se encontraron con dos leopardos que de inmediato notaron su condición.

- Mira nada más lo que nos trajo el viento, dos malditos engendros.- dando vueltas alrededor del jaguar y el león, buscaba la mejor manera de someterlos. - Makoto tu padre te perdonaría si el hijo de Akashi fuese tu pareja.

- Puede que tengas razón Shougo, aunque manchitas no está nada mal.- trato de montar al rubio felino recibiendo un zarpazo en la cara con todo y las garras afiladas.

- ¡Oh! El gatito quiere jugar rudo.- dejando al león de lado, Shougo se acercó al jaguar dispuesto a domarlo. - Hazte a un lado Makoto, yo le enseñaré modales a esta gata, tu concéntrate en la princesa.

Viendo el peligro inminente mientras se defendían de los leopardos, lanzaban rugidos con la esperanza de ser escuchados por algún guardia o sus padres, sin embargo nada de eso ocurrió, en su lugar un tigre y una pantera llegaron al sitio luego de escapar de las hembras que los acechaban. Al ver a los otros felinos sangrando además de la dulce fragancia que desprendían, de inmediato comprendieron la situación, se pusieron en medio de ambas especies dando la cara a los leopardos dispuestos a atacar si estos así lo querían.

- Taiga, Daiki serían tan amables de moverse, estorban y nuestras deliciosas presas nos esperan.

- Nijimura Shougo, tu primo y tu se pueden ir a la pradera con el resto de su clan, vayan con las gatas de su especie.- Aomine fue el primero en mostrar los colmillos, la rivalidad entre ambos creció cuando el leopardo uso a la hermana de la pantera y después la dejó con sus cachorros en el abandono.

- Daiki sigues molesto por lo de Satsuki, ya te lo dije solo quería pasar una luna con ella, no es mi culpa que se preñara con mis buenos genes, ahora haz favor de moverte por que esa colita virgen me esta llamando.

No lo habían notado hasta que Shougo lo menciono, el jaguar y el león no solo desprendían un aroma suave a parte de eso también era fresco propio de la virginidad en un omega, eso era algo que volvía locos a los machos y más a los alfas ya que si lograban aparearse con éxito, pasarían a ser de su propiedad para hacer lo que quisiesen con ellos, ahora entendían porque ambos jóvenes siempre estaban acompañados por sus padres o sus escoltas, temiendo por la seguridad de los mininos Kagami lanzó una advertencia a los otros gatos.

- Makoto, mi padre perdono tu vida una vez, yo no seré tan amable como él, retírate de una vez por todas.- Mirando de reojo a sus protegidos que estaban por desvanecerse debió a las heridas y el estrés generado en la pelea, Taiga rugio cuál tigre en busca de sangre y la obtendría si el otro par no se movía de ahí.

Afortunadamente las hembras que los estaban correteando aparecieron detrás de unos arbustos, creyendo que eran sus parejas Shougo y Makoto las persiguieron para revolcarse con ellas en venganza por interrumpirles su cacería. En cuanto se vieron relajados los felinos se desplomaron perdiéndo los sentidos, Taiga y Daiki les llevaron a cuestas a la cueva más cercana, observando la gravedad de sus heridas optaron por dejarles descansar, acordaron montar guardia desde afuera en un intento por reprimir el impulso de probar esa carne que convenientemente se les ofrecía.

Al amanecer Kise fue el primero en abrir los ojos, mirando alrededor encontró a su hermanito con la cara llena de sangre seca, entró en pánico dando vueltas dentro de la cueva y balbuceando cosas ininteligibles. - Mi tío me va a matar o peor me convertirá en tapate para su sala ¿ Que voy hacer?

-Puedes despertarlo para que se lave y llevarlos a casa.- Aomine habló desde la entrada ya que no quería más problemas menos con el alfa de otra manada.


Entendiendo a que se refería trato de despertar al león, un rugido furioso salió de boca del jaguar al detectar cierto aroma a tigre. - Quién fue el bastardo que se atrevió a tocarlo, mi hermanito yo recuperaré tu honor.- la carcajada que soltó la pantera le hizo enfurecer más de lo que ya estaba, corrió a su presa tumbandolo con una pata al cuello dispuesto a degollarlo.


- Te golpearon más fuerte de lo que pensé sino puedes diferenciar el olor de cada especie.- girando los cuerpos intercambiando lugares dejo caer todo su peso sobre el jaguar impregnandolo con su esencia.


- Daiki estás demente, que piensas decirle a su padre cuando llegue a casa apestando a ti, porque te recuerdo los llevaremos hasta sus casas.- le llamo la atención el tigre que regresaba de asegurar el perímetro para que el león y el jaguar se fuesen al lago a quitarse los rastros de sangre.


Como todo un rey el joven Akashi rugio para llamar la atención de los felinos que discutían sobre sí llevarlos o no a sus hogares. - Ryota se agradecido, ellos nos salvaron muestra algo de modales que estoy seguro conoces algunos.- caminando hacia ellos con toda la dignidad posible se sentó e inclino mediamente la cabeza en señal de agradecimiento.


Kise imito la acción colocándose a un lado del imponente león. - Muchas gracias por ayudarnos anoche y no aprovecharse de nosotros. Como se dieron cuenta no somos machos alfas por lo que nuestra fuerza disminuye un poco durante la noche de apareamiento muy pocas manadas saben sobre esto y hay quienes aprovechan para abusar en más de una forma.


- Hace un par de meses Imayoshi trato de tomarme por la fuerza, mi padre lo descubrió y le prohibió la entrada a nuestro territorio, lo mismo pasó con Ryota pero Nijimura Shougo no respeta la restricción es por eso que Kise se queda conmigo la primera noche de luna llena.- su hermoso pelaje se esponjo al recordar esa ocasión en el pequeño jardín de su casa. - Esos dos son primos por parte de sus madres pero ojalá hubiesen sacado algo de sus padres ellos son sensatos a la hora de tomar decisiones.


- Tienes razón Tetsucchi, pero será mejor volver antes que el tío Akashicchi comience a cortar cabezas por nuestra ausencia.


- No se preocupen por eso, le explicaré a mi padre lo que sucedió probablemente pida su versión de las actividades nocturnas pero estoy seguro que no asesinara a los hijos de Aomine Yosora y Kagami Shinji.- tratando de aligerar un poco el ambiente Tetsuya brindo palabras reconfortantes a sus salvadores.


Un poco más relajados, los cuatro felinos caminaron hasta el lago cerca del territorio de los leones, ahí los jóvenes Kise y Akashi se transformaron en humanos dejando ver el hermoso color de sus ojos además de la blanquecina piel esperando a ser marcada, se hundieron en el agua dándose un rico baño, laváron las costras de sangre y todo rastro de suciedad, sus acompañantes veían el espectáculo a cierta distancia, una pantera no perdía de vista a las pupilas doradas, su cuerpo entero le pedía a gritos que se moviera y fuese a clavarse en él. - Si continúa con ese juego, no voy a aguantar más y lo tomaré aunque su padre o tío me asesine.- declaró desesperado por salir de ahí.


- Daiki controlate e intenta no pensar en lo que podrías hacer con esa piel y...- dejo de hablar ya que él también se imagino montando al lindo leoncito tocando cada parte de su cuerpo, dejando marcas profundas y visibles para que nadie volviese a molestarlo.


Los que estaban en el agua notaron las intensas miradas y prefirieron cambiar a su forma animal para no sentirse tan desnudos. Luego de su ducha rápida continuaron su camino hasta la majestuosa casa del alfa supremo, apenas ingresaron cuando unos guardias tomaron del cuello con una soga al tigre y la pantera metiendolos en unas jaulas especiales para evitar que se transformarán, de ahí los llevaron al sótano donde les informaron del por que habían sido detenidos.


- Kagami Taiga, Aomine Daiki, por órdenes de lord Akashi quedan bajo arresto por el cargo de secuestro e intento de violacion.- les informó el guardia antes de cerrar la puerta dejándolos a oscuras.


En la sala principal Ryota y Tetsuya explicaban a sus padres lo que ocurrió la noche anterior e incluso narraron como fue que se salvaron de ser objeto de la calentura de dos leopardos y el motivo por el cual olían a pantera y tigre respectivamente. Aun con ese relato los alfas no liberaron a sus prisioneros hasta corroborar los hechos ya que según testigos ellos fueron raptados mientras estaban correteando en el jardín.

Notas finales:

Espero sea de su agrado ????????


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