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Marcando Territorio por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Un regalo de halloween atrasado xD

 

Los personajes de Kuroko no Basket pertenecen a su creador Tadatoshi Fujimaki 

 

Principio.



Refutando lo dicho por los supuestos testigos Tetsuya trató por todos los medios posibles de hacer que liberasen a sus nuevos amigos. — Padre escucha, yo digo la verdad, estuve ahí y lo viví, además son alfas comenzaras una guerra con otras especies por algo que no es cierto.


— Tetsu, eres joven e inocente por ello no te das cuenta de lo que en verdad ocurre.— tomando a su hijo en brazos, le pidió que volviese a su habitación y no bajara hasta la hora de la cena.



La gran casa de los Akashi en realidad era un palacio si no conocías el camino correcto puedes llegar a perderte, contaba con varias habitaciones, una biblioteca, un hospital privado, la extensa bañera, el comedor y la sala también eran de gran amplitud, todo eso lo construyó Seijiru gracias a su habilidad para los negocios, hizo crecer la economía en su territorio, tratando de hacer lo mismo con el resto del bosque. Las puertas de dicho lugar se abrieron de par en par dejando ver a dos hombres de metro ochenta, el aura a su alrededor dejaba claro quienes eran y porque estaban ahí.


— Akashi, maldito bastardo ¿ Como te atreves a encerrar a mi hijo? Exijo que lo sueltes en este precioso momento.— Kagami Shinji de ojos y cabello iguales a los de Taiga, la diferencia entre ambos sería la edad y la robustez en el cuerpo del actual gobernante de los tigres, sus gritos se podían escuchar hasta la colonia más lejana.


— Se supone que el mal educado y delincuente soy yo, pero cuando estas de malas me quitas el título fácilmente, escuchemos lo que su majestad debe decirnos, después lo devoramos sin dejar rastro.— el alfa de las panteras Aomine Yozora no sentía respeto por el emperador, ellos nunca se habían enfrentado por lo tanto no se podía decir que el león venció a la pantera ni viceversa, entre ellos solo había una línea delgada de paz que en cualquier momento puede quebrarse y estallar en guerra.


— Yozora y Shinji, bajen la voz mis hijos duermen tranquilos, si los despiertan sus cabezas no serán las únicas que rodarán.— el imponente león a pesar de tener una baja estatura a comparación con los otros felinos dejaba en claro que su fuerza era superior a través de su mirada carmesí, los guió por un pasillo a la sala donde se llevaban acabó los consejos de guerra y audiencias. — Les dejaré las cosas claras de una vez, su descendencia secuestro e intentaron abusar de mis niños, desconozco sus leyes y las reglas que tengan para aparearse, pero en mi nación forzar el enlace es un acto vil que se castiga con la muerte, no es justificación decir que fue impulsado por la luna llena, es peor tratándose de esos dos.


El silencio y el rostro de incredulidad por parte del tigre y la pantera dejaba entre ver su preocupación más la desolación que sentían al no poder hacer nada por salvar a sus primogénitos, una dulce voz los trajo de vuelta a la sala donde se llevaba a cabo la conversación.


— Seiji querido, no seas cruel con ellos y diles la verdadera razón por la que están encerrados sus cachorros.— Su cabello oscuro, los ojos platinados más un cuerpo mediamente marcado por el ejercicio, Mibuichi Reo para muchos era un hombre hermoso y seductor, hizo acto de presencia para avisar la partida de Keigo por un problema en su manada.


— Gracias por el informe y ya que arruinaste mi juego puedes ver como están Tetsu y Ryota, quiero estar seguro que duermen.— viéndolo partir, saco el aire que contenía junto a una sonrisa malévola que apareció en su rostro. — Como verán me acaban de quitar mi diversión, es cierto que no voy a terminar con la vida de sus hijos, están encerrados para que ustedes puedan actuar en sus manadas ya que fueron unas hembras de sus especies las que acusan a los jóvenes de secuestro entre otros asuntos.


— Eso es imposible.— rugio el tigre en respuesta a las acusaciones que se le imputan a su cachorro. — Taiga podrá ser un torpe para hablar y al actuar pero jamás cometería crimen alguno, menos contra un miembro de la familia real.



— Lo mismo va con Daiki, lo eduque para que no se deje intimidar por nadie, eso no significa que no tenga moral ni sentido del deber.— por su mente pasaron una y mil formas en que su hijo lograse completar una fechoría como esa.


— Les estoy diciendo que ellos no fueron, los tengo en cautiverio para que esas mujeres sepan que yo no ando con juegos, ustedes tienen la obligación de resolver y castigar a aquellos que ensucian el nombre de sus gobernantes.— estaba por dar término a su conversación, cuando dos personas ingresaron a la sala de audiencias, una más agitada que otra. — Me pueden decir por qué irrumpen así cuando estoy en reunión.


— Mi señor.— colocando una rodilla en el suelo e inclinando la cabeza, el guardia prosiguió a dar su mensaje. — El alfa de los jaguares notifica que hay una revuelta con una fracción de la manada de los leopardos, por lo tanto solicita que su hijo Ryota pase la noche en su casa y de ser posible se quede hasta que se calme la situación.



— Ese Keijo siempre tan formal, avisenle que yo cuidare el chico y que si necesita apoyo cuenta con el mío, ahora tu dime el motivo por el cual estas aquí.


— Señor, Mibuichi-sama no puede localizar a sus hijos dentro del palacio, solicita su autorización para ir a las mazmorras e inspeccionar el lugar.— la cara que puso el león asusto a los ahí reunidos, dejo de lado sus teorías y accedió a la petición.


— Al parecer sus hijos hicieron algo más que salvarlos, mis niños nunca habían bajado a ese lugar hasta ahora, Tetsu y Ryota tendrán un severo castigo por desobedecer mis órdenes, ustedes pueden retirarse, resuelvan esto y yo dejaré en libertad a sus crías hasta entonces se quedarán bajo mi cuidado.


Ambos felinos dejaron el palacio más tranquilos pues ya sabían el porqué sus hijos no podían regresar a casa, dispuestos a resolver ese inconveniente se fueron cada uno a su manada directo a cortar cabezas. En las profundidades del hogar Akashi, dos jovencitos llevaban agua y filetes para los prisioneros que no debían estar ahí en primer lugar.


— Ven gatito, gatito, gatito, quien quiere un delicioso y jugoso trozo de carne, quiero ver esa colita moviéndose.— el jaguar provocaba a la pantera que lo miraba desde su celda, sus ojos azules expresaban sus intenciones devorarse al rubio provocativo.


— Kise-kun, no seas cruel con el, recuerda que debemos ser agradecidos.— dejó la charola con agua y varios filetes de carne, los acercó tanto como pudo a la boca del tigre quien al verlo así de cerca su corazón latió tan rápido que sentía su muerte.


El feroz tigre por primera vez tuvo un fuerte palpitar, sus colmillos brotaron, no para comer sino que el deseo de morder el cuello de su benefactor es lo que impulsaba su aparición, el jaguar percibió el peligro alejandolo de la jaula le susurro algo a su hermanito que lo hizo sonrojar. — Si ese es el caso Kise-kun no soy el único que esta en peligro.— mirando a la pantera pudo percibir las ganas que tenía de jugar con su hermano mayor a las mordidas. — Apuesto que no lo habías visto y eso que tu instinto siempre está alerta.


— Tetsucchi es hora de irnos, ya vimos que están bien, trajimos comida ahora solo falta que padrecchi los liberé.— poniéndose de pie caminaron a la salida sin mirar atrás, fuera de la prisión su madre los esperaba para darles un buen regaño.


— Tet-chan, Ryo-chan, no vuelvan a entrar ahí es peligroso para ambos bajar solos, en todo caso lleven una escolta con ustedes.— Reo abrazo a sus hijos antes de guiarlos a su cama. Sabía de sobra que ya no eran unos cachorros indefensos pero le era inevitable preocuparse por ellos y más por el cambio repentino en el aire.


Afuera de su cuarto los esperaba el emperador para su reprimenda antes de dormir, el sermón no duró mucho ya que era tarde y debían descansar mucho recuperando así sus fuerzas, les llevaron la cena a su habitación, después de una charla animada el león con el jaguar se durmieron tranquilamente. En otro cuarto más grande y lujoso, los reyes hablaban de la situación actual con esos revoltosos leopardos y su obsesión con los omegas.



— Parece que Nijimura e Imayoshi no pueden controlar a sus hijos y están causando pleitos entre manadas, será mejor que Tetsu y Ryota no salgan solos por un tiempo.— sentenció el pelirrojo con el fin de evitar más incidentes como esa noche.



— Oh cariño debes tranquilizarte, después de todo ellos ya encontraron a su pareja y son correspondidos.— mirando a su confundido esposo se dispuso a explicar lo ocurrido en la prisión. — Yo no entre por ellos, pero cuando salieron lo note, Tet-chan olía a tigre mezclado con lilas y rosas, su propia fragancia se unió inconscientemente, parece que el tigrillo lo quiere e intenta protegerlo a su manera, lo mismo pasó con Ryo-chan, su subconsciente animal les está diciendo que son el uno para el otro solo falta que la parte humana lo acepte.


— La naturaleza es complicada, si Taiga y Daiki aceptan a mis niños los dejaré pero si los lastiman no dudaré en degollarlos, es más los pondré a prueba, mañana al salir el sol los dejaré en libertad dentro del reino, veré si realmente quieren a ese par.



— No lo hagas, mejor deja que las cosas fluyan como paso con nosotros.— invitándole a recostarse junto a él, apagaron las luces e hicieron más que dormir en la cama. Tetsuya era su único hijo pero el emperador tenia otros hijos adoptivos a quienes veía de vez en cuando.


Tal y como había mencionado al llegar los primeros rayos del sol, fue al sótano y liberó a los felinos indicándoles que por su seguridad no saliesen de los límites de su dominio. Daiki junto a Taiga estiraron las patas, caminaron en su forma animal ya que de transformarse en humanos quedarían desnudos, por ello recorrieron el terreno de esa manera, encontraron tiendas comerciales, restaurantes, bares incluso un área recreativa con diversos juegos y actividades.


— Creía que mi territorio era estable que equivocado estaba, mi padre rechazo la ayuda de Akashi y prosperamos lentamente.— admirando los alrededores el joven tigre se lamento por su falta de iniciativa en el desarrollo de su nación.


— No te culpes, el viejo tampoco acepto, ahora puedo decir que sin lugar a dudas superare todo esto cuando sea el alfa, a mi nadie me va a ganar.— estaban por regresar al palacio pero se detuvieron al ver que las personas hacían reverencia saludando a los otros gatitos.

— Buenos días Akashi-sama, Kise-sama.— era lo que repetían como humanos cuando los veían pasar.


En respuesta con su forma animal gruñian en aprobación a su saludo, hasta que se toparon con sus rescatadores. — Eran ciertos los rumores, los tigres y las panteras son criaturas sin modales, normalmente en este reino y el mío los residentes tienden a inclinarse cuando nos ven, cierto Tetsucchi.


— Supongo que ahora tienen otras costumbres, aunque sus padres si se inclinan para saludarnos, tendré que ganarme el respeto con los futuros alfas.— sin más los rodearon y siguieron su camino como si nada, recibiendo los últimos saludos antes de llegar al jardín que era su favorito.


— Volverán a encerrarnos por no saludar a su alteza.— comentó Daiki sin querer, saliendo de su trance la pantera propuso seguir al par de amigos para disculparse. Los encontraron como humanos nadando en un río, rodeados de flores y frondosos árboles algunos con frutas frescas, fijando la vista en esos cuerpos virginales que invitaban al placer.


Percatandose de la intrusión, decieron jugar un poco con sus invitados instandoles a perseguirlos por todo el territorio, cambiaron a su forma animal corriendo a toda velocidad separándose para cubrir más terreno. Tetsu se fue por los arbustos escabullendose entre ellos perdiendo de vista al tigre, mientras Ryota aprovechaba que conocía el lugar como la palma de su mano, sacó ventaja dejando atrás a la pantera. Corretearon por todo el reino, en algunas ocasiones sus rostros quedaban tan cerca que de ser humanos se podría interpretar como un beso fugaz, jugaron hasta que la noche los alcanzó y tuvieron que regresar a casa, cenaron juntos, conversaron un poco y cada uno se fue a su habitación a descansar.

 


Por varios días estuvieron así en una forma de coqueteo, Akashi Seijiru comprendió lo que su esposo le dijo, pues sus pequeños niños llegaban a saludarlo apestando a tigre y pantera, el sabía que su pureza estaba intacta así que solo podía significar una cosa, eran parejas destinadas a estar juntas. Un buen día los padres de los supuestos prisioneros llegaron con el emperador informando que el problema estaba resuelto y sus hijos podían regresar a casa, Kagami Shinji y Aomine Yozora se enteraron de la relación que había comenzado sin que los padres supieran de ella hasta poco más tarde.


En el patio trasero del palacio real los cuatro felinos jugaban unos sobre los árboles, otros detrás de las piedras que servían como pared ya que estaban bien alineadas unas con otras, al quedar en las ramas más altas Taiga y Tetsuya cambiaron su forma permitiendo que sus dedos recorriesen cada milímetro de piel entre besos apasionados. Mientras tanto Daiki tenía a Ryota con la cara al césped, él como pantera y su presa siendo humano, pasó su húmeda lengua lentamente a todo lo largo de la nivea espalda, Kise no pudo evitar gemir por la provocación de Aomine, quien al escuchar ese gemido regreso a ser humano recargando su cuerpo desnudo sobre el rubio.


Estaban seguros que ese día quedarían marcados como pareja, así sería de no ser por la interrupción de su madre Mibuichi anunciando la presencia de los alfas tigre y pantera, todo acto placentero quedó por terminado, regresando a su forma animal Taiga y Daiki caminaron hasta reunirse con sus padres. Cuando Reo los perdió de vista, llamó la atención de los otros felinos, él supo por el olor lo que estaba pasando entre ellos por eso quiso hablar de ese tema.


— No se sorprendan por lo que les voy a decir, recuerden que soy como ustedes y un omega reconoce ciertos aromas en el aire.— respirando profundamente, espero a que el león y el jaguar estuviesen frente a él para proseguir con la charla. — Escuchen bien faltan tres semanas para que sea luna llena y puedan tener su primera vez con la persona que aman hasta ese momento traten de controlarse, por lo menos disimulen un poco y cuando sean humanos bañense en perfume ocultando el aroma de esos dos, ahora entren a casa para despedirse, si los dioses lo permiten en pocos días se volverán a reunir.


Un poco cabizbajos siguieron al mayor a la sala principal donde su padre ya los esperaba con los otros alfas, apunto de despedirse unas personas ingresaron al palacio exigiendo reunirse con el león por un asunto importante, los visitantes no eran otros que Nijimura Shuzo e Imayoshi Soichi junto a sus primogénitos.

Notas finales:

Gracias por leer y comentar ????????


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