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Cuarentena por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

¿Cómo están gente linda? sé que hemos estado en silencio por mucho tiempo pero finalmente les traigo un one shot por las dechas de halloween. 

Quiero pedirles una disculpa por no estar activa en literalmente años, no tengo ninguna excusa... he estado batallando con una especie de bloqueo horrible, no he sido capaz de desarrollar una historia que me guste al cien por ciento y la verdad, no me gustaría escribir algo solo por escribirlo, quiero que lo que haga me guste y así sé que les va a gustar a ustedes. 

En fin, espero que les guste este one shot. 

Cuarentena

                                                                          

¿Me escuchas?

 

El caos se dispersó en todas direcciones y nadie pudo pararlo, nadie supo de donde salió la infección pero ya había tomado la vida de muchas personas. Fue una batalla cansina que por poco y la humanidad pierde, un brote de un virus vulgarmente llamado un “Virus zombie” se apoderó de todo lo que el sol tocaba.

Todo comenzó en unos cultivos, los periódicos teorizaban que algún fertilizante experimental falló rotundamente haciendo que las personas empezaran a presentar síntomas extraños. Este virus empezó a incubarse y mutar en el cuerpo de las personas, ya no se contagiaba solo por los cultivos infectados sino que el contacto con fluidos infectados también comenzaba a ser foco de infección.

Se quemaron cultivos enteros, miles de ranchos y empresas pequeñas se vinieron abajo al tener que deshacerse de todo su producto, pero las cosas no acabaron allí. Un simple beso ahora podía ser foco de infección, sexo, usar agujas infectadas y la forma más aterradora de contagio, la mordida.

 

La enfermedad presenta varias etapas:

La etapa inicial. Es aquí donde se detecta la infección, en el caso de un contacto como un beso o sexo esta etapa es prácticamente inexistente al no existir una muestra visible del contagio. Para quienes fuesen mordidos, esta etapa iniciaba inmediatamente después de la mordida. Duración: de 3 a 4 semanas.

La etapa incubatoria o segunda. Los infectados comienzan a presentar lesiones, pierden el apetito por completo, perdida de pupilas (no de la visión), sangre extremadamente espesa y de color prácticamente negro y desarrollo del olfato. Los infectados aún conservan la consciencia en este punto, no presentan ningún riesgo letal para otras personas. Duración: de 1 a 2 semanas.

Etapa canina o tercera. Esta es la penúltima etapa, aquí los infectados presentan un resurgimiento de su apetito, aún no hacen daño consciente a sus semejantes, pero son atraídos por comida de perro y carne cruda. Duración: de 10 a 15 días.

Etapa final. Como dice su nombre, es el final del individuo como humano, es en este punto donde se convierte en una bestia, pierde la consciencia y no distingue entre seres vivos, de aquí en adelante solo viven para comer, presentarán un apetito tan voraz que extinguirá todo razonamiento humano, atacará cualquier cosa que para el individuo represente alimento. Su rasgo más característico es que, los globos oculares se tintan de negro por completo.

 

La medicina ha hecho muchos avances desde que este nuevo virus azotó a la raza humana, han podido retardar la etapa canina con medicamentos especiales para que en lugar de su máximo de dos semanas pueda extenderse has dos meses, pero es todo lo que se ha podido lograr.

Se han debido tomar medidas especiales para la no propagación de la infección, todas las personas sin excepción deben acudir a su centro médico para hacerse un examen sanguíneo al menos una vez por mes. Todas las personas que han sido mordidas deberán acudir a su centro de salud de inmediato para su evaluación y seguimiento, deberán acudir al médico una vez por semana para seguir el tratamiento estipulado.

Después de la mordida (o detección), los infectados podrán elegir entre seguir el tratamiento y prolongar su vida o, podrán optar por la eutanasia.

En caso de haber elegido el tratamiento, se deberá seguir este al pie de la letra, después de la llegada de la etapa Canina, se debe preparar para la próxima cuarentena. Según la valoración del médico, el paciente deberá ir obligatoriamente a cuarentena uno o dos días antes de que la etapa canina termine, esto es para evitar que el paciente llegue a la etapa final y se descontrole.

Todos los que se encuentren con un infectado en etapa final, tienen autorización para asesinarles, en caso de haberlo hecho, se deberá notificar a las autoridades pertinentes para el posterior levantamiento de cadáveres, se debe recordar que estos mismos también representan una fuente de infección.

Se ha comprobado que esta enfermedad no afecta a los animales, aún así, las heridas causadas por infectados a estos mismos no se curan y además son fuentes de infección así que se le recomienda a la población terminar con la vida de los animales que han sido heridos por los infectados.

Que dios se apiade de todos.

 

Sasuke se rascó la cabeza, el olor a desinfectante empezaba a marearlo, el cartel informativo con las normas a seguir pegado en el tablero de anuncios del hospital era estúpidamente inquietante, pero ya lo había leído un centenar de veces. Cada vez que iba junto con Naruto a su revisión mensual leía el cartel como si tratara de memorizarse cada punto y coma de este mismo.

La infección había azotado al pueblo de una manera inimaginable, él y su pareja, Naruto, se dedicaban a atender una tienda de víveres en un pueblo relativamente pequeño. Les gustaba el sitio, habían crecido allí, se habían enamorado allí y habían hecho sus vidas allí, todo era perfecto, pero la infección comenzó en los sembradíos así que el pueblo fue uno de los primeros en infestarse.

Las primeras semanas fueron las peores, se habían atrincherado en la tienda con no más que un par de escopetas de caza y los víveres que ya tenían. Ambos se sentían dentro de una horrible película de terror, teniendo que dispararles a las personas con las que alguna vez habían compartido.

“Ya no son ellos” era lo que Sasuke se repetía mentalmente para no resentir cada bala que salía del cañón de su escopeta.

Pero todo terminó relativamente rápido, la policía estatal llegó a ayudar a la local, junto con los que no estaban infectados pudieron controlar el brote. Dos semanas después el pueblo ya era seguro de nuevo, pero no era razón para bajar la guardia, infectados seguían apareciendo esporádicamente y de vez en cuando se tenían que tomar medidas drásticas, pero las ya estipuladas funcionaban bastante bien.

Estaba también la cuarentena, a donde enviaban a los infectados en etapas avanzadas, se supone que las personas que terminaban en este sitio, eran usados para poder encontrar una cura definitiva, no los conservaban demasiado, debían ser asesinados después de un corto tiempo.

Algunos conocidos de Sasuke que habían accedido al tratamiento, usaban este tiempo para despedirse de sus familias y amigos pero en lugar de ir a cuarentena, optaban por dispararse en la cabeza, evitándose así ser objeto de ninguna investigación, porque aunque ya no tuvieran consciencia, les parecía más digno morir así que siendo un conejillo de indias.

Pero esto para Sasuke no representaba nada, procuraba cerrar bien las puertas de la tienda en las noches y no se despegaba de su escopeta en el día, procuraba que Naruto también llevase su arma para que no lo tomaran por sorpresa.

-          Sasuke

La voz del médico lo hizo saltar, Neji, su amigo de infancia con muchas mejores calificaciones que él, se había ido a estudiar al extranjero para regresar y fundar su propia clínica donde ayudaría a las personas del pueblo.

Durante el último año, lo habían visto mucho, en las revisiones mensuales Neji se había encargado personalmente de llevar el expediente clínico de la pareja y demás compañeros de preparatoria, a quienes les tenía un especial aprecio. A Sasuke no le molestaban las visitas obligatorias mensuales, estaban bien, pero le hubiese gustado estar en una de esas en lugar de las circunstancias en las que estaba.   

-          Ven – le dijo Neji

-          ¿Y bien? – le contestó yendo tras él

-          Ya sabes la respuesta – suspiró pesado – no puedo hacer nada

Ambos entraron a una sala de consulta, Naruto estaba sentado en el asiento especial para ser examinado, usaba una bata médica holgada e iba descalzo. Se miraba normal, sus ojos azules brillantes le miraron con un atisbo de culpa, su sonrisa cansada y triste podría romper el corazón de cualquiera que la mirase.

-          ¿Cómo te sientes? – preguntó Neji al paciente

-          Bien, la enfermera fue muy amable

-          Perfecto – miró a Sasuke, su expresión horrorizada daba miedo – bien, iré por los papeles del examen para recetarte y darte el alta ¿Ok?

Dicho esto salió por la puerta cerrándola tras de sí.

Silencio, silencio incómodo.

Esa mañana Sasuke debía ir a recoger un embarque de verduras frescas de la ciudad vecina, era el primer cultivo que había pasado los estándares de salubridad del gobierno, era un producto muy caro pero Sasuke no quería perder la oportunidad de ofrecerle al pueblo una comida como esa. Pero hubo unos problemas con unos proveedores alternos así que Naruto se ofreció a ir por la verdura. Después de eso, Sasuke recibió una llamada del hospital. Habían mordido a Naruto.

La herida en el brazo de Naruto sobresalía de una manera desagradable, ya había desarrollado una costra gruesa, seguramente era parte de la infección. El ojizarco se dio cuenta de que su pareja miraba la mordida así que intentó bajar la manga de la bata sin tener éxito.

-          Deja de mirarla – le dijo en un tono burlón – te cobraré por eso

-          ¡Demonios, Naruto!

Silencio de nuevo.

-          ¿Por qué demonios no usaste el arma?

Un silencio más.

-          No es tan fácil – dijo, cambiando su expresión radicalmente – era un niño, Sasuke ¿Cómo diablos le iba a disparar a un niño?

-          ¡Ya no son humanos!

-          Y ahora tampoco yo lo soy

Un inevitable silencio.

-          ¿Qué vas a querer hacer?

-          Le pedí a Neji que me diera el tratamiento

-          Eso conlleva la cuarentena, Naruto

Naruto sonrió de medio lado, pero antes de que pudiera decir nada, Neji estaba de regreso con las medicinas pertinentes y los papeles del alta.

 

 

-_

 

 

En casa, Sasuke abrió la tienda nuevamente mientras Naruto se iba a la cocina a preparar algo para la cena, era tarde y seguramente tenían hambre. Había habido un silencio irremediable de camino a casa así que seguramente sería igual.

Todo eso se prolongó a la cena donde Sasuke estaba muy distraído, apenas y había tocado la comida.

-          Lo preparé con los guantes y el cubre boca que me dio Neji… voy a lavar estos trastes que estoy usando y los voy a dejar fuera de la estantería, no quiero que los toques, Neji dijo que…

-          ¿Por qué demonios no le disparaste?

-          No pienso hablar ya más de esto, Sasuke, es obvio que no podemos ignorarlo, pero tampoco tienes que portarte como un imbécil

Sasuke se talló la cara para mirar a Naruto a los ojos, ese par de orbes azul claro que lo habían enamorado desde la primera vez que los vio. Se suponía que pasarían toda la vida juntos, que ni siquiera un brote zombie los iba a poder separar nunca, pero ahora estaban ahí, con un tremendo elefante en el salón.

-          Las medicinas que me dio Neji para la herida arden como el demonio, no necesito también que tú me estés echando mierda

-          Naruto – no lo miró, su vista estaba clavada en la comida – ¿Qué va a pasar dentro de mes y medio cuando estés en la etapa canina?

-          Habrá medicinas

-          Eso nos da un total de cuatro meses siendo optimistas… ¿Qué pasará con la cuarentena?

-          Tengo cuatro meses para decidirlo

-          No tienes elección, Naruto, va a pasar

-          Entonces – sonrió – si no hay elección ¿Por qué preocuparse?

El resto de la cena fue en silencio, hasta que tuvieron que acostarse, normalmente pasaban las noches entre besos y arrumacos, pero Sasuke se estaba conteniendo, podría contagiarse con tan solo un beso. Era tan frustrante, de un día para otro estaba metido en una situación de ese estilo. Estaban acostados espalda contra espalda, con una pequeña pero al mismo tiempo inmensa brecha entre ambos.

-          Es ahora cuando pienso que no tuvimos suficiente sexo – bromeó Naruto

Sasuke no respondió.

-          Estar en negación no ayuda, Sasuke…

Se detuvo, Sasuke no contestó enseguida pero pronto empezó a escuchar sollozos ahogados, estaba claro que Naruto estaba intentando mantener los ánimos arriba después de lo que había sucedido.

-          Te necesito, Sasuke

El corazón de Sasuke se le encogió. No era que no lo quisiera o que no tuviera muchas ganas de abrazarlo, pero se sentía impotente, culpable, se supone que él debía ser quien debía ir a buscar la verdura, seguramente él si hubiese podido dispararle al infectado.

 

 

-_

 

 

A la mañana siguiente, Sasuke se levantó tarde, Naruto ya no estaba a su lado así que se puso de pie para descubrir que el desayuno ya estaba hecho, además de que la tienda ya estaba abierta. Comió apresurado para ir a la tienda, ellos dos vivían en la trastienda así que no le tomó demasiado.

La tienda de abarrotes alguna vez estuvo total y completamente bien surtida con los mejores productos que sus dueños podían conseguir, ahora sus estantes estaban apenas llenos con un par de artículos que por arte de magia no se habían echado a perder. Los proveedores eran prácticamente inexistentes después de la catástrofe y apenas comenzaban a recuperarse así que la tienda continuaría medio vacía hasta nuevo aviso.

-          Nadie ha venido – le dijo Naruto cuando vio a Sasuke llegar, claro que no recibió respuesta – ¿Sabes? Tienes que dejar de hacer de cuenta que no está pasando, Sasuke

Naruto tenía un punto, desde que había pasado la catástrofe apenas y tenían clientes, aprendieron a matar el tiempo para sobrellevar la situación hablando durante horas y horas, recordando anécdotas e incluso inventando historias y cuantos. Pero ahora Sasuke no se sentía con ánimos de hablar, sentía que el tema de la infección tendría que salir a flote y por ende hablarían sobre la cuarentena.

Los medios vendían la idea de la cuarentena como la mejor y más humana opción para el término de la vida de los infectados. Se suponía que los llevaban a unas construcciones puestas estratégicamente para no dañar cosechas, ríos o a las mismas personas. Los infectados eran llevados para que sus últimos días fuesen seguros y pacíficos, cuando la enfermedad se apoderase de su ser, serían medicados con un coctel mortal para así dejar que estudiasen los cadáveres y buscar una posible cura.

La verdad había llegado al pueblo gracias a Neji quien no disfrazó estos lugares como la información del gobierno pretendía. El ojiperla les explicó a sus amigos más cercanos que la cuarentena no era más que una granja de infectados, al llegar ahí eras puesto en una zona común con otros infectados, no importaba que aún te quedaran un par de días para que la infección te consumiera. Los pacientes nuevos eran normalmente devorados por los infectados, y si estos no los asesinaban, los doctores tendrían todo el derecho de experimentar contigo aun teniendo consciencia.

Nadie quería ir a cuarentena, pero las leyes eran claras, si no se presentaban voluntariamente, entonces las autoridades se verían obligadas a extraer a los infectados de sus escondites para llevarlos a la zona segura.

-          No podemos seguir así Sasuke

-          ¿Qué quieres que haga?

La mirada del azabache fue hacia Naruto, pero se detuvo en la herida del brazo, iba vendada para no ser un foco de contagio, pero aún así, los vendajes sucios por la sangre que comenzaba a espesarse eran imposibles de ignorar.

-          ¿Te doy asco?

Sasuke abrió la boca para poder decir algo, pero simplemente no pudo, por supuesto que Naruto no le causaba repulsión, era solo que aún no terminaba de procesar la noticia y el hecho de que su compañero lo hiciera con tanta naturalidad le perturbaba.

-          Claro que no – dijo por fin – es solo que estás muy calmado al respecto

-          Sasuke – le miró, muy serio, impropio de él – literalmente mis días están contados – tomó aire – voy a morir

Los ojos de Naruto se llenaron de lágrimas, seguramente eran las que había estado conteniendo todo ese tiempo, su positividad se debía romper en algún punto. Quería mantenerse fuerte por Sasuke, sabía que el azabache sería el más afectado por la noticia, él moriría, pero Sasuke se quedaría ahí.

-          Tengo mucho miedo, Sasuke – pausó – sé que voy a morir y sé que tendremos que hablar al respecto

Sasuke hizo de tripas corazón para sostenerle la mirada, se sintió la peor escoria del planeta. Sin decir una sola palabra se acercó a él para abrazarlo, ahora estaban limitados a esos gestos de amor, en otras circunstancias estarían teniendo sexo de reconciliación, aunque eso estaba bien.

-          Perdón – alcanzó Sasuke – soy un idiota

-          Sí que lo eres

 

 

-_

 

 

 

La luz le cegó por un momento, Naruto trataba de seguir las instrucciones de Neji mientras este lo revisaba, ya era su cuarta revisión semanaria. Desde unos días antes había notado que su apetito se esfumaba, ya no comía y si lo hacía era solo porque Sasuke le insistía, pero ya ni siquiera el ramen instantáneo le sabía. Además, uno de sus ojos estaba volviéndose blanco, había moretones en sus extremidades y torso, estaba seguro de que la infección avanzaba rápidamente.

-          Bien – siguió Neji – calculo que entraste en la fase incubatoria hace un par de días, tu pupila derecha es casi invisible

Los hematomas en el torso de Naruto se conectaban con venas saltadas obscuras, obviamente la sangre que corría por sus venas se habría obscurecido. Todo eso le hacía sentir al ojizarco que el tiempo estaba corriendo demasiado rápido.

-          Te voy a recetar unos suplementos, con eso estarás bien por ahora

-          ¿Y para los moretones?

-          No hay nada para eso, seguirán apareciendo no importa lo que les pongas

-          ¿Y los ojos también?

-          Si tienes molestias, puedes ponerte gotas, pero eso no va a hacer que reaparezcan tus pupilas

Naruto suspiró pesado, estando solo en consulta con Neji se sentía un poco más libre de dejar salir su lado pesimista. Se iba a morir, eso era inminente pero no quería que su novio cargara con el peso de un antipático, necesitaba hacer de ese último rato uno de los mejores.

-          Venda tu herida más seguido, de ahora en adelante sangrará más

-          Neji, necesito hablar sobre la cuarentena

El doctor apretó los labios, había atendido a muchos pacientes, conocidos del pueblo, incluso niños a quienes había ayudado a traer al mundo. Pero Naruto era especial, él y Sasuke eran parte importante de su vida, amigos incondicionales, también comprendía el sentimiento del azabache compartiendo su impotencia ya que él, siendo médico, no podía hacer nada contra la infección.

-          Bien

-          ¿Es cierto todo lo que dices de la cuarentena?

-          Si – contestó en un hilo de voz

Se vendía una imagen tan amigable e idealizada de la cuarentena que pocos incautos iban voluntariamente. Aunque todos llegasen al mismo final, no le parecía correcto querer eso para él, podría simplemente ir allí para liberar a Sasuke de tener que cargar con un infectado, pero no lo hacía porque él tenía miedo.

-          No se puede hacer nada más ¿Verdad?

Neji titubeó.

-          Hay algo – suspiró – no hago esto con nadie… pero tú eres un caso especial – pausó – puedo administrarte la droga que se les administra en cuarentena, así podrás estar con Sasuke hasta el final

-          Esa droga… ¿Duele?

-          Hasta el último segundo de tu vida – suspiró – es como inyectarte veneno directo a las venas, doloroso y largo… pero es lo único que funciona, además de, ya sabes – hizo una pistola con sus manos

Se despidieron, Naruto se vistió y Neji le entregó la receta para recoger las medicinas con la recepcionista, pero antes de retirarse, el médico lo tomó del hombro.

-          Te daré la droga, Naruto, pero aquí entre nos… es mejor que termine rápido

-          Yo…

-          Una bala es nada a comparación con lo que esa medicina te hará sentir

 

-_

 

 

Un par de días más pasaron, ambos ojos de Naruto ahora estaban completamente blancos, sus encías habían comenzado a sangrar así que tuvo que mantener un poco más de distancia con Sasuke. Había pensado mucho lo que habló con Neji, sobre la droga, seguía siendo una elección mucho mejor que ir a cuarentena.

-          Oye Naruto – le llamó Sasuke desde el mostrador de la tienda

-          Voy

Habían sido días muy tranquilos, Naruto se acercó al mostrador de la tienda esperando encontrarse un ambiente desolado como el habitual. En lugar de eso, se encontró con algunos rostros familiares, personas a quienes no había visto desde el incidente de su infección, sus mejores amigos.

Chouji, Kiba, Shikamaru y Gaara, cuatro muchachos con los que había vivido la mayor parte de su vida, sin mencionar a Sasuke. Sus amigos le miraban contentos, con sonrisas enormes en sus rostros, como si no tuviera nada extraño en él, como si lo vieran como siempre lo veían, sin los efectos de la infección.

-          Vinimos a buscarlos – dijo Kiba, con una enorme sonrisa en sus labios – hagamos una fogata, como en los viejos tiempos

Era nostálgico escuchar la frase “viejos tiempos” las fogatas eran algo recurrente desde la secundaria y no dejaron de hacerlas hasta que pasó lo de la infección. Seguramente estaban ahí para hacerlo sentir bien, pero lo agradecía, necesitaba distraer su mente de todo lo que estaba sucediendo.

-          Adelántense – les dijo Sasuke – me quedaré cerrando la tienda

-          Yo me quedo a esperarte – se ofreció Chouji – venimos en mi auto y el de Kiba, no vale la pena llevar otro auto

-          En ese caso yo también me quedo – terminó Shikamaru

-          Yo soy el que debería quedarse, chicos

-          De ninguna manera – interrumpió Kiba – vamos

 

-_

 

 

Por un rato se olvidó por completo de la infección, de la cuarentena, de toda la situación en general. Fue como volver a antes de la catástrofe, todos reunidos alrededor de una fogata asando salchichas y bebiendo cerveza (aunque él no estuviera comiendo nada precisamente).  Naruto estaba divirtiéndose como nunca, hablaban sobre todo lo que estaba pasando en sus vidas personales como que Shikadai (el hijo de Shikamaru) había aprendido a cuidar de sus plantas durante todo el tiempo libre que tuvo.

Todo era tan subreal, Sasuke también estaba disfrutando, ver al azabache tan relajado como siempre solía estarlo era muy reconfortante. En algún punto incluso conectaron la bocina de uno de los autos para escuchar algo de música aunque fuese de un viejo CD que guardaban en la guantera.

En un punto de la velada, un auto se acercó, de allí bajó Sakura del asiento del conductor, venía acompañada de Temari e Ino. Las chicas saludaron, Temari regañó a su marido por estar embriagándose a lo que él le reprochó haber dejado a su hijo solo.

-          ¿Qué clase de madre crees que soy? – le gritó indignada – está en casa de Lee y Metal

Todos rieron, se sentía tan natural que incluso el hecho de que Ino fuese a sentarse al lado de Naruto no le hizo ruido a nadie. El ojizarco miró a su amiga para saludarla, pero el corazón se le detuvo al ver que uno de sus ojos estaba completamente blanco y llevaba el cuello vendado, su preciosa cabellera rubia ahora se miraba débil y quebradiza.

-          Ino…

-          Es bueno verte, Naruto

La sonrisa de Ino era cansina, pudo ver tras sus labios maquillados que sus encías estaban rojas como su labial. La miró con más detenimiento, traía puesto su perfecto maquillaje que se miraba arruinado por las irregularidades en su piel, todo causado por la infección.

-          No sabía que…

-          Si – suspiró – pasó hace un par de semanas – se encogió de hombros

La reunión se hizo más pequeña para ambos, lo que pasaba a su alrededor ahora estaba en un completo segundo plano. Ino no era precisamente una de sus amigas más cercanas, pero mirarla así lo hacía sentir tan cercano a ella que deseo regresar en el tiempo para conocerla un poco mejor.

Ino le contó que había ido al pueblo para reabrir la florería de su familia que se dejó intacta en cuanto la infección se disparó pero nada más entrar al local un sujeto arremetió contra ella mordiéndola en el cuello, afortunadamente su padre logró reducir al infectado y propinarle una bala en la cabeza.

-          Todo pasó muy rápido – suspiró la rubia – ahora ningún hombre querrá casarse conmigo

Soltó una risa que intentaba ser divertida, pero sin darse cuenta las lágrimas brotaron de sus ojos. Ella, la ex reina del baile de graduación y florista, una de las solteras más codiciadas del pueblo, estaba allí, con su cabello quebradizo y  hematomas que no sanarían, sabiendo que en cualquier momento perdería la razón de ser e intentaría asesinar a su familia.

Naruto no encontró más que abrazarla, dejarla llorar en su hombro, todos los planes de Ino, casarse, formar una familia, agrandar la florería, nada se haría realidad. Le cayó como balde de agua fría, apretó el abrazo feliz por poder compartir su dolor con alguien, pero triste por saber cuál sería el destino de ambos.

-          Naruto – le dijo al oído – lo vi en sus ojos, él se arrepintió

Eso fue lo único que necesitó para romper en llanto, él también lo había visto, el niño que lo mordió también tenía una mirada triste, como si estuviera encerrado.

-          Ino – le dijo separándose de ella – ¿Qué vas a hacer?

-          Iré a cuarentena empezando la canina

-          ¿Qué? Ino eso es una tontería

-          No quiero que mis padres me vean deteriorarme, ya me han visto muy mal

Y así pues, transcurrió el resto de la velada, Naruto e Ino trataron de no hablar sobre la infección, se esforzaron por seguir la corriente de los demás, beber un poco (aunque no les apetecía), reírse de los chistes malos de Chouji y disfrutar de la compañía de todos, estar juntos, porque probablemente sería la última vez que se verían.

Después de la reunión, regresaron a casa, Naruto y Sasuke se preparaban para dormir, habían pasado una noche increíble pero antes de meterse en la cama escucharon unos ruidos extraños provenientes de la puerta trasera.

-          ¿Qué será eso? – preguntó Naruto, con fingida ignorancia

-          Ya me encargo

De debajo de la cama, Sasuke sacó la escopeta y se dirigió a la puerta trasera, Naruto fue tras él para ver lo que necesitaba. Hacía unas semanas sentiría miedo de ver a los infectados por no querer ser infectado, pero ahora sentía miedo por ver lo que pasaría con él cuando se infectara por completo.

En el patio trasero había un par de personas, infectados, seguramente alguna persona los hubo escondido en su casa creyendo que podría contenerlos. Miró por la ventana como Sasuke sin titubear les disparó reventándoles la cabeza, se quedó paralizado, empezó a sudar frio y la garganta se le secó. Era la primera vez que veía eso desde una perspectiva distinta.

Todo pasó en silencio, Sasuke entró a la casa dejando la escopeta apoyada en la pared para llamar por teléfono a la estación de policía.

Había sido demasiado para un momento.

-          Naruto

-          ¿Eh?

Los ojos del azabache se centraron en él, pudiendo adivinar lo que pensaba, él mismo no había caído en la cuenta de lo que significaba todo eso. Por la mañana vendrían a recoger los cuerpos infectados, se asomó por la ventana para verlos ahí, imaginando que ese pudiera ser Naruto, un cúmulo de ira infecciosa.

-          Mejor ve arriba

-          Sasuke – le dijo muy serio – Sasuke, necesito que me prometas algo

-          ¿Qué?

-          Que me vas a matar

Sasuke sintió un frio recorriéndole la espalda, por su puesto que había pensado en el destino que le esperaba a Naruto, él tampoco quería que fuese a cuarentena, pero jamás se le cruzó por la mente ser él mismo quien terminara con la existencia de su amado.

-          ¿Qué…?

-          Neji me dijo que me daría la droga que le dan a los infectados en cuarentena… pero si te soy sincero, no la quiero tomar, Neji también me dijo que es dolorosa

-          ¿Estás escuchando lo que me estás pidiendo?

-          Prométemelo Sasuke, prométeme que me vas a matar

No existían palabras para expresar lo que sentía, Sasuke simplemente rompió en llanto, Naruto lo abrazó pero eso no estaba retirando su petición, al contrario. Era obvio, inminentemente iba a morir pero no quería hacerlo rodeado de extraños y mucho menos quería morir con dolor, una bala en la cabeza terminaría rodo muy rápido.

-          Promételo – sollozó Naruto

-          Lo prometo

-_

Después de esa noche a penas y hablaron del tema, era algo que quedó pactado sin querer, así que la vida en el pueblo siguió transcurriendo. Acudieron al funeral de Ino quien, al no poder enfrentarse a realmente ir a cuarentena, se había disparado en la cabeza con la escopeta de su papá. Fue un momento trágico, no pudieron enterrar ni cremar el cuerpo pues este debía ser entregado a las autoridades para su debido tratamiento, así evitarían contaminar el suelo o el aire.

Cada día que pasaba, parecía que la infección estaba más controlada, menos casos de infectados sueltos se reportaban. Las escuelas habían empezado a funcionar nuevamente, las carreteras volvían a ser transitadas, aunque nadie había dejado de portar armas para su protección.

La tienda ahora estaba un poco más surtida, los proveedores habituales estaban recuperándose poco a poco así que eran capaces de llevar su producto. La economía se reestablecía lentamente aunque los domos de cuarentena a las afueras de las ciudades seguían funcionando, la cura aún no se descubría así que seguramente seguirían investigando.

Todo empeoró cuando una mañana, Sasuke se despertó y no encontró a Naruto por ninguna parte, lo buscó por la casa hasta que se le ocurrió revisar la tienda. Ahí estaba, comiéndose su tercera lata de comida para perro con los ojos llenos de lágrimas, su apetito había regresado, llegó junto con la penúltima etapa de la infección. La canina.

Ni siquiera esperaron a su siguiente cita con Neji, acudieron al hospital en ese mismo momento, claro que los atendieron enseguida.

La revisión del cuerpo de Naruto presentaba cambios leves, sus encías seguían sangrando y los hematomas seguían apareciendo. La etapa canina se hizo presente, para el médico era muy difícil ver como otro de sus grandes amigos le era arrebatado por la infección.

Después de la revisión, dejó a Naruto con una de sus enfermeras para que se vistiera y recogiera las medicinas que le tocaban, medicinas que no eran más que placebos para no hacer sentir a los enfermos que los estaban dejando a la deriva, no existía nada que pudieran tomar y los mejorara, la enfermedad avanzaba.

Sin perder un solo segundo, el médico se dirigió afuera del hospital, sabía en dónde encontrar a Sasuke, necesitaba hablar con él. Efectivamente lo encontró fumando un cigarrillo junto a los botes de basura traseros del hospital, sin decir nada se recargó en el contenedor a su lado.

-          La enfermedad está avanzando demasiado rápido – dijo

-          Lo sé – inhaló – solo quedan semanas ¿No?

-          No

El azabache tiró su cigarrillo al suelo y lo apagó con la suela de su zapato para mirar al castaño con más detenimiento.

-          El virus avanza rápido en él

-          ¿Qué tan rápido?

-          No estoy seguro de que los medicamentos hagan efecto, no sé si su organismo podrá retrasar la enfermedad como debería así que yo diría una semana, Sasuke, una semana antes de que no pueda siquiera recordar su propio nombre

-          ¿Qué pasa si no lo llevo a cuarentena?

-          Te arrestarán y lo llevarán de igual forma – suspiró, buscó en su bolsillo hasta sacar una jeringa llena con un líquido amarillo, la aguja traía puesta un protector – esto es la droga que les dan en cuarentena, inyéctasela y morirá en menos de una hora

-          No la necesito – le dijo, con un enorme nudo en la garganta – lo haré yo mismo  

Neji volvió a guardar la jeringa en su bolsillo, le puso la mano en el hombro a Sasuke apretando en señal de solidaridad, eran tiempos difíciles y Neji estaba harto de ver a todos sus seres queridos perecer ante lo que no comprendía, ya habían perdido a Ino, seguiría Naruto y luego Dios sepa quién.

En el momento en el que el médico se fue, Sasuke volvió a romper en llanto.

 

 

-_

 

 

Un par de días después, la pareja había se encontraba cerrando el local, se prepararían para ir a la cama. Sasuke se encontraba sentado ya en el colchón reflexionando un poco sobre lo que Neji les había dicho, una semana fue lo que predijo, pero realmente era un número estimado, podía pasar antes o podía pasar después, claramente las posibilidades eran infinitas, quizá aún quedaba tiempo, quizá los medicamentos si pudieran retrasar la infección un par de semanas.

Tiempo.

Claro, tiempo fue lo que le faltó, había pasado prácticamente toda su vida al lado de Naruto, pero sentía que no había sido suficiente. Su niñez, adolescencia, adultez e incluso ahora, a sus treintaicinco años, Naruto seguía estando ahí, pero no era suficiente. Él siempre pensó que serían esa clase de parejas que envejecerían mucho, hasta el punto en que a los jóvenes se les hiciera perturbador ver a dos ancianos varones besarse. Pero ahora estaban ahí, esperando a que la bomba de tiempo explotara.

-          ¡Sasuke!

Sasuke se puso de pie enseguida, el grito de Naruto había venido desde el baño así que no perdió un segundo en ir. Al pasar el umbral de la puerta, se le heló la sangre.

El lavabo estaba lleno de sangre, Naruto había escupido y llenado todo de aquel negro espeso, respiraba agitado, obviamente le costaba hacerlo, pero lo que hizo que Sasuke palideciera, fue que los globos oculares de Naruto habían pasado de ser blancos a estar completamente negros.

-          Sasuke… – jadeo – Sasuke… ya, ya comenzó

Todo lo demás fue tan rápido que apuradamente y recordaban lo que hicieron, la adrenalina era tal que ya se movían por inercia. Estaban en el patio trasero, Sasuke había atado a Naruto de manos y pies para dejarlo sentado sobre el pasto levemente crecido.

Jadeando y escupiendo sangre negra junto con pedazos de lo que Sasuke quiso imaginar que era comida mal digerida, Naruto trataba de mantenerse despierto, su cabeza estaba dando muchas vueltas. La imagen de la escopeta de Sasuke en el suelo hacía que todo fuese más y más real, supo que solo era cuestión de minutos para que él se perdiera.

-          Sa… Sasuke – carraspeó

El azabache levantó la escopeta con las manos temblorosas, no se acercó demasiado, aunque quisiera, sabía que la distancia era necesaria para evitar el contagio.

-          No me queda mucho – jadeó – cuando ya no responda – se detuvo a tomar aire – dispara… dispara y mátame – le miró, con sus ojos completamente negros, sin pupila, sería la última mirada humana que le regalaría – te amo

Cerró sus ojos y se quedó quieto, por un momento Sasuke pensó que estaba muerto pero unos segundos después sus ojos volvieron a abrirse.

Sus ojos estaban abiertos, pero ya no miraba a nada, su respiración estaba agitada y babeaba sangre espesa. Empezó a retorcerse, jalando sus ataduras como un animal, estaba más que claro que la infección se había apoderado de todo su ser. Gruñía cual animal salvaje, removiéndose violentamente, sería solo cuestión de tiempo para que las ataduras cedieran.

Sasuke apuntó el arma con los ojos empapados en lágrimas y la garganta hecha nudos.

 

“¿Me escuchas?” le dijo una voz suave y tersa, Sasuke se despertó para encontrarse con el rostro de Naruto quien le recibía en un nuevo día “levántate, ya es hora de abrir la tienda” dijo emocionado.

Primer día de trabajo, habían ahorrado toda su vida para ese momento, el azabache se puso de pie para arreglarse rápidamente, logró construir con sus propias manos la fachada de una tienda de conveniencia frente a la casa en la que vivía con Naruto, todo era genial. Mirar su sonrisa, besar sus labios antes de que el primer cliente entrara y festejar al cerrar esa noche.

Acariciar su piel morena, tostada por el sol abrazador del campo, fundir sus cuerpos en uno solo, admirar como el cabello se le pegaba al rostro por el sudor después de una sesión acalorada de caricias.

“Te amo, Naruto” Le dijo estando los dos tumbados en la cama, después de su primer día de trabajo, no cabía en él mismo de la felicidad, una meta más cumplida al lado de la persona a quien amaba.

 

Apuntó, tenía que asegurarse de darle en la cabeza para no tener que repetir el acto de disparar, pero le era muy difícil sostener el arma con sus manos temblorosas, sabía que esos ojos negros vacíos ya no eran de la persona de quien se había enamorado.

 

“Me llamo Naruto Uzumaki ¡Debéras!”

“¿Qué quieres decir con <debéras>?” le preguntó fastidiado, ese chico tenía una cara tonta y su voz le molestaba.

“Es solo una palabra” frunció los labios “Mejor dime cómo te llamas ¿o acaso eres muy tonto para decírmelo?”

“Sasuke Uchiha, niño tarado”

 

Puso su dedo en el gatillo, temblando.

 

“Sasuke, necesito hablar contigo” Le dijo Naruto después de la clase de deportes, el azabache le dijo que si a su mejor amigo para acompañarlo a los jardines de la escuela, ellos dos habían compartido muchas cosas, eran amigos desde tercero de primaria y ya estaban a punto de graduarse de secundaria.

“¿Qué pasa?” preguntó con una sonrisa ladina, superior.

“Hemos sido amigos por mucho tiempo y tengo algo que confesarte, entenderé si no quieres hablarme nunca más después de esto”

“Suéltalo ya, idiota”

Naruto no esperó nada más y se acercó a plantarle un beso en los labios a Sasuke, un beso pequeño e inofensivo, pero hizo que el azabache se pusiera rojo hasta las orejas, ninguna de sus admiradoras logró eso jamás.

“Sí que eres idiota” le reprochó Sasuke.

Acto seguido, lo tomó de la cintura para poder darle un beso bien dado, no las tonterías que Naruto pretendía darle, porque también él estaba enamorado desde hace mucho tiempo.

 

-          También te amo, Naruto

 

 

Disparó.

 

 

El sonido ensordecedor del arma lo dejó atontado por un momento, pero cuando regresó en sí, miró el cuerpo inerte de Naruto, con la cabeza atravesada por una de sus balas. Se secó las lágrimas y entró a la casa, llamó a las autoridades para decirles que había un par de cadáveres en su patio, le respondieron que irían por la mañana.

De regreso en el patio, tomó el cadáver de Naruto importándole poco que fuese un foco de infección para acomodarlo junto a la puerta de entrada y lo desató. Buscó la escopeta para sentarse al lado del cadáver putrefacto del infectado.

E introdujo el cañón del arma en su boca.

 

Notas finales:

No olviden dejar su opinión :)


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