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Errores del Pasado por Yushurija

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Harry se cruzó con unos ojos ónix que lo observaban insistentemente, sin embargo, el hombre que los portaba decidió apartar la vista apenas el chico lo volteara a ver. Harry estaba confundido ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué Lupin se notaba tan nervioso al estar sentado a su lado? No era que Remus tuviera miedo, seguramente solo era incomodidad, pero ¿Por qué?

-¿Bizcochos, Harry?- preguntó Percy ofreciendo un plato lleno de aquellos panes. Harry dio un saltito y volteó enseguida para tomarlo.

-Percy- llamó tímidamente y haciendo que el chico pelirrojo volteara- ¿Quién es el hombre que está al lado de Lupin?

-¿Del Profesor Lupin?...Ah, es Snape, el Profesor Severus Snape- respondió sin darle demasiada importancia, sin embargo, Harry abrió los ojos tanto como pudo y volvió a verlo impresionado, ese el hombre del cual hablaban el día de su cumpleaños, ahora entendía el nerviosismo de Remus- Imparte la clase de pociones, aunque es muy sabido que él preferiría dar clase en DCAO.

-Oh- fue lo único que alcanzó a exclamar. Decidió observarlo un poco más dándose cuenta que, aunque tuviera el ceño fruncido, sus ojos no mostraban más que serenidad, tenía la piel nívea, labios rosas pequeños, el cabello como el ópalo y brilloso que parecía un ala de cuervo. Observó más detalladamente el cómo comía y pudo darse cuenta que tomaba los utensilios de forma fina y delicada, sus manos eran delgadas y sus dedos largos. Sus maneras de llevar los bocados a la boca eran elegantes, no inclinaba mucho el cuello y tampoco estaba demasiado arriba. Parecía que conocía todo respecto a modales de etiqueta.

-Es el Jefe de Slytherin- lo sacaron de su ensoñación los gemelos que lo veían con una sonrisa divertida. Harry se sonrojó al darse cuenta que había estado observando al profesor mucho tiempo por lo que decidió ignorarlo hasta que terminara la cena.

Al final del banquete, que sin duda lo había dejado más que satisfecho, los de primero fueron conducidos por Percy hasta la Sala Común de Gryffindor, explicarles la ubicación de las habitaciones y una que otra recomendación. Harry estaba satisfecho y cansado, por lo que al llegar y localizar sus cosas se cambió para dormir. Al día siguiente se ocuparía en conocer a sus demás compañeros.

 

En el Gran Comedor la Profesora McGonagall, jefa de la Casa de Gryffindor, pasó por toda la mesa para repartir los horarios a los alumnos. Harry, en cuanto recibió el suyo checó las materias y al parecer pociones era la primera. Su mente en seguida viajó al vago recuerdo de la noche anterior, cuando sus orbes verdes se cruzaron por unos segundos con unos de color negro. Había cosas que aún no cuadraban en su cabeza ¿Por qué su padre parecía odiarlo? ¿Por qué a su madre le afectaba tanto el hablar de él? Aquello lo mantenía confundido.

Al llegar al aula de pociones pudo apreciar dos cosas. Primero, el lugar, al estar debajo del castillo, era intensamente frío y más cuando las paredes eran de piedra, sin contar lo oscuro que estaban las mazmorras. Y segundo, la clase era con Slytherin, por lo que terminó encontrándose casi chocando con los mismos chicos que antes de la Selección estaban hablando mal de Sirius, Draco Malfoy y Arcturus Black.

-Ten más cuidado, gryffindor- dijo Draco pasando de largo seguido del pelinegro y sentándose casi al inicio de la fila enfrente del escritorio del profesor. Harry no tuvo siquiera tiempo de replicar algo, era increíble cómo ni siquiera los conocía y ya empezaba a detestarlos. Se dirigió a una mesa donde estaba Ron haciéndole señas y señalando un lugar a su lado.

-¿Qué tal?- preguntó el pelirrojo- Te vi hablando con Malfoy ¿Sucedió algo?

-Casi choco con ellos, pero los empiezo a odiar desde ayer cuando estaban hablando mal de mi padrino- respondió.

-Oh, sé que Malfoy es desagradable, mi padre trabaja en el Ministerio y dice que Lucius, el papá de Draco, es narcisista y llega a ser insoportable. No me extraña que su hijo sea igual.

-¿Sabes algo del que está a su lado? Escuché ayer su nombre, se llama Arcturus Black.

-¿Qué si lo sé? Me sorprende que tú no teniendo en cuenta que su tío es tu padrino- respondió el pelirrojo, entonces, atando cabos, Harry supo que entonces tenía muchas clases compartidas con el sobrino de Sirius, el hijo del hombre que no quiso ni saludar a su propio hermano por una pelea (eso suponía) de hace mucho tiempo- Arcturus Black, hijo de Regulus A. Black. Es descendiente de una de las ancestrales familias de sangre pura. He escuchado que toda su familia ha estado en Slytherin, de hecho, Sirius, tu padrino, es el único que quedó en Gryffindor. Dicen que lo desheredaron por eso- explicó Ron.

Harry ya entendía quién era ese chico, se podría decir que era su primo por política, aunque no de sangre. Nunca pensó que conviviría con el sobrino de su padrino y que peor, seguro estaban destinados a odiarse y ser enemigos, pues podía apreciar que Arcturus sería un chico difícil de tratar sin contar que estaba en la casa de Slytherin, la casa donde odiaban a los nacidos de muggles, y Harry tenía a su madre que era nacida de personas no mágicas. No pudo seguir hablando con su amigo Ron, ya que la puerta se abrió abruptamente y cerró de golpe dando paso a un hombre alto pero delgado con la capa ondeando detrás de él. Harry lo reconoció como El Profesor Snape.

-Guarden sus varitas, en esta clase no habrá hechizos ni encantamientos tontos- mientras se dirigía la frente de la clase dijo aquello hasta pararse y darse la vuelta con rudeza empezando a examinarlos a todos minuciosamente- Yo- su voz era ahora casi un murmuro que se escuchaba perfectamente debido al silencio- les enseñaré a embotellar la gloria, preparar la victoria y hasta crear una forma de detener la muerte- siseó.

Draco, al igual que Arcturus no le quitaban la vista al profesor, aunque Harry estaba de la misma forma. Snape los examinaba uno a uno. Era alto, aunque Harry aseguraba que no tanto como su padre. Oh, sí, James era realmente alto como su padrino Sirius, pero esto debido a que ellos practicaban en sus días de escuela el Quidditch, el deporte mágico apreciado por los magos. Snape era delgado, lo podía notar, aunque tuviera aquella larga túnica negra con la levita de varios botones y pantalones un poco grandes. Pudo notar, cómo el Profesor se movía, desde las manos hasta el caminar de una manera un tanto elegante y fina. Sin aparentar altivez, pero tampoco bajando la cabeza. La clase del profesor pasó rápido, aunque no pudo evitar el notar el por qué a su padre y padrino no agradaba. Favorecía únicamente a los Slytherin, dándoles más puntos por minorías o quitándole a Gryffindor por lo mismo. Era sarcástico e ironizaba mucho y algunas veces ponía el ridículo a Neville, quien se enrojecía por la humillación y bajaba la cabeza. Era realmente despreciable su manera de ser. Con aquella voz fina y tranquila, pero a la vez intimidante. Era una oveja disfrazada de lobo. Harry tampoco pudo librarse de las humillaciones del Profesor, que también aprovechaba cada situación para evidenciarlo.

Al salir de la clase de pociones no tenía duda, Snape lo odiaba y el sentimiento era mutuo. Cualquiera detestaría a alguien por Snape, cuando le escribiera a sus padres sobre su primer día de clases lo incluiría, no para que sus padres salieran en su defensa, sino para contarles que a él tampoco le agradaba el profesor.

 

La última clase fue DCAO, para entonces Harry ya estaba más tranquilo. Su amigo Ron le animó diciéndole que Snape era así de desagradable con todos, menos con los de la casa de Slytherin. Era, básicamente, odiado por las tres casas: Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff. El Profesor Lupin ya parecía más tranquilo que en la cena de la noche anterior. Sonreía a todos y era amable, ganándose rápidamente el aprecio de los leones, pero también el desprecio de las serpientes. Era como si la escuela se encontrara dividida: los leones, tejones y águilas con el Profesor Lupin y las serpientes con Snape. Sí, parecía un campo de batalla.

Al final de la clase, Harry no decidió platicar sobre su primera clase de Pociones con Lupin. Por lo que cuando todos se retiraron pidió a Ron que lo dejara solo, pues quería hablar con Remus, ya lo vería en la Sala Común. El licántropo estaba arreglando sus papeles y varita, así como guardando a la criatura mágica que habían visto en esa clase en algún lugar cómodo para esta.

-Profesor…- llamó Harry.

-Oh, Harry. Llámame Remus cuando estemos solos, lo de “Profesor” es solo para aparentar- le respondió volteándolo a ver y regalando una sonrisa- Dime ¿En qué te puedo ayudar? ¿Cómo te fue en tu primer día?

-Bueno, en todas las clases me fue de maravilla y en otras aburrido- dijo recordando la clase del Profesor Binns, un fantasma que impartía Historia de la Magia- pero…hubo una, en particular donde me fue terrible- Lupin cambió para entonces su expresión a otra más seria, imaginándose de quién sería dicha clase- en Pociones con el Profesor Snape- y la sonrisa de Remus se esfumó.

-¿Qué pasó con él?- preguntó seriamente.

-Él se la pasaba toda la clase evidenciándome, a Neville lo humillaba. Solo favorecía a los de Slytherin y añadía puntos por tonterías y a Gryffindor se las quitaba por igual razón- terminó Harry, Lupin se quedó unos momentos pensando hasta que suspiró y volvió a sonreír para responder de forma calmada.

-No te alteres, Harry. Escuché algo parecido cuando llegué. Seguramente debe ser solo favoritismo, no otra cosa.

-Bueno, puede ser. Pienso contárselo a mis padres cuando escriba mi primera carta y…

-¡No! No les cuentes nada de esto- interrumpió Remus- o al menos no menciones al profesor Snape.

-¿Por qué? Se supone que mis padres también lo detestan, también Sirius- tarde fue cuando Harry entendió su error porque Lupin enseguida lo volteó a ver inquiridoramente. 

-¿Por qué lo dices, Harry?- el aludido ya no podía esconder más su secreto y le platicó a Remus acerca de lo que había escuchado en la noche de su cumpleaños- Harry, eso estuvo muy mal. No creo que Lily te haya enseñado a espiar a las personas.

-Lo siento…- susurró apenado el ojiverde bajando la cabeza. Lupin suspiró pesado y tosió levemente para aclarar su garganta.

-Ya no importa. El meollo de la situación, Harry es que no debes comentarle nada a tus padres o al menos no mencionar al Profesor Snape. Si tu padre lo odia es porque cuando estudiábamos ellos eran enemigos junto con Sirius y hasta la fecha lo siguen siendo. Si les hablas de Snape, seguramente James y Sirius armarán un alboroto al venir aquí, mejor déjalo así ¿Entendiste?

-Sí, está bien- respondió bajando la cabeza y saliendo del aula, sin embargo, la voz de Remus lo detuvo.

-Que pases una buena noche, Harry- dijo el licántropo suavemente.

-Gracias. Tú igual, Remus- también respondió suave y se fue a su Sala Común en la torre de Gryffindor. Al llegar se encontró con Ron quien platicaba con la misma niña que los había interrumpido en el tren. La castaña estaba cruzada de brazos y Ron solo movía las manos como si explicara algo- Buenas noches- se acercó Harry llamando la atención de los otros dos. Antes de que Ron saludara la chica se le acercó enseguida a Harry y extendió su mano.

-Buenas noches, soy Hermione Granger- dijo totalmente seria y segura. Harry le dio la mano.

-Soy Harry, Harry Potter- se presentó.

-Muy bien. Buenas noches, Harry. Ya me tengo que ir a dormir y les recomiendo que ustedes también lo hagan si mañana quieren llegar temprano a la primera clase- volteó a ver a Ron y después a Harry para después dirigirse a los cuartos de las chicas.

-¿Qué hablaban?- preguntó Harry cuando la chica se hubo ido y volteando a ver a Ron.

-Nada interesante. Sólo quería saber sobre las castas de sangre, yo puse de ejemplo a mi familia. Espero haber sido claro- explicó Ron sin darle importancia- ¿Y a ti cómo te fue con el Profesor Lupin?

-Oh, bien, aunque…- se quedó callado unos momentos. Aún no estaba seguro de que Lupin le dijera toda la verdad sobre Snape, sus padres y padrino- No sé. Será una larga historia, mañana te cuento ¿Vale?

-Está bien. De todos modos, tengo sueño- respondió Ron y ambos subieron a las habitaciones de los hombres para descansar y tener un día productivo.

 

Al día siguiente, Harry no vio al Profesor Snape en la mesa de profesores, sin embargo, Lupin estaba ahí, un poco más pálido y nervioso. Comía con prisa para después levantarse y retirarse enseguida.

Harry pensaba seguirlo, pero justo en ese momento llegaron las lechuzas con correspondencia y otras con paquetes. Harry pudo observar el Malfoy recibía un paquete envuelto en elefantes colores de una bella lechuza café y Black solo una carta de una preciosa lechuza negra. Sin embargo, un ulular llamó su atención y volteó justo para ver a la lechuza de su madre con una carta en el pico. Carta que Harry enseguida tomó y la abrió para leer la carta de sus padres.

 

Querido Harry:

¿Cómo te ha ido en tu primer día? Espero que excelente, tu padre y yo estuvimos hablando y pensamos que podrían invitar amigos a pasar la Navidad con nosotros. Sé que es apresurado tomando en cuenta que es apenas tu segundo día y falta mucho para las vacaciones de Navidad, pero es tiempo suficiente para que lo pienses y nos respondas antes de esas fechas.

También nos encantaría recibir respuesta acerca de tu primer día ¿Cómo te fue? ¿Quiénes son tus profesores? ¿Son agradables? ¿Y qué tal tus materias? Queremos saber todo, también sobre tus nuevos amigos ¿Quiénes son? ¿Cómo son? Esperamos pronto tu respuesta, escríbenos cuando tengas tiempo, no quiero que te distraigas en tus clases y cumples con todos tus deberes.

Con amor, Lily.

Harry terminó de leer a carta y un largo suspiro se escapó de sus labios. Lupin le había pedido que no le hablara de Snape a sus padres ¿Por qué? No le quiso decir, pero debía ser algo delicado. No hubiera querido mentirles diciéndoles que se la había pasado genial y sin ningún inconveniente. Por otro lado, les podría contar sobre sus nuevos amigos, pues desde aquella mañana Hermione empezó a juntarse con ellos y de vez en cuando, Neville le hablaba o Seamus se acercaba a platicar con él.

Ese día tenía primeramente transformaciones con Ravenclaw, se sentía más animado, pues la clase con las águilas o los tejones era mejor que pasarla con las serpientes. Sobre todo, si entre ellos estaba Draco Malfoy o Arcturus Black, aunque aún tenía curiosidad del porqué la separación de Regulus con su padrino Sirius ¿Qué era tan malo como para dejar de hablar con tu misma sangre? Que Sirius haya quedado en Gryffindor y toda su familia en Slytherin no parece muy convincente.

-Señor Potter, si no presta atención puedo asegurar que sacará una nota mala en mi materia. Le recomiendo que atienda a lo que digo- llamó la atención McGonagall, sacándolo de sus pensamientos. Ron y Hermione le voltearan a ver intranquilos.

-Lo siento, profesora- se disculpó bajando la cabeza. No tenía ni idea de cuando había llegado al salón de clases o cuando la profesora empezó a impartir su clase. Al final se volvió a distraer con sus pensamientos.

 

-¿Pasa algo, Harry?- preguntó Hermione.

-Sí…bueno no…o sí- respondió Harry- o Creo que no.

-Oh, vamos, amigo ¿Qué te tiene tan distraído? - preguntó ahora el pelirrojo.

-Ron, si uno de tus hermanos hubiera terminado en Slytherin ¿Sería razón suficiente para que dejaras de comunicarte con él de por vida?

- ¿Sigues pensando en eso? Vamos, amigo. No es asunto de nosotros.

-¿De qué hablan?- Hermione estaba perdida, pues sus amigos hablaban como si ella no estuviera.

-A Harry le preocupa el estado de su padrino, Sirius Black. Ya que su hermano no le dirige la palabra y no sabía de su sobrino, Arcturus Black.

-¿Arcturus? ¿No es un chico de pelo negro con ojos azules? - Hermione parecía sorprendida.

-No me digas que lo conoces- habló ahora Harry- pero Hermione, eres hija de padres muggles.

-Por eso también me extraña que me haya tratado cordialmente.

-¿Cuándo hablaste con él?- dijo Ron.

-Ayer, estaba perdida y extrañamente llegué a las mazmorras y él me ayudó a salir de ahí- respondió.

-¿Crees que si le hablo me conteste de forma cordial?- Harry parecía más interesado. Quizá y su padrino Sirius tendría posibilidades de conocer a su sobrino.

-No veo porqué no. Me ayudó a mí sin discriminarme, pienso que también a ti te podría hablar de manera normal- Hermione se encogió de hombros.

-Lo haré- respondió Harry determinado.

-Bueno, si quieres te podemos acompañar- habló finalmente Ron.

-Sí, gracias, chicos- estaba agradecido por haber conseguido amigos como aquellos. Estaba decidido le hablaría en la noche.

Las clases pasaron rápido e incluso la de Historia de la Magia y eso ya era mucho decir. Finalmente llegó la noche y después de una exquisita cena en el Gran Comedor, decidieron esperar a Arcturus en la entrada de las mazmorras.

-¿Estás nervioso, Harry?- preguntó Ron.

-Un poco. Es la primera vez que hablaré con mi primo político- y se podía observar un pequeño sonrojo en sus mejillas. Escucharon pasos provenientes de uno de los pasillos. Eran pasos rápidos y firmes. Los tres voltearon encontrándose con un hombre blanco como la nieve y pequeños pero expresivos escarabajos que brillaban. Vestía como siempre, totalmente de negro y cubierto de pies a cabeza, dejando al descubierto únicamente su rostro y las manos.

-¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no han ido a su torre?- preguntó Severus con aquella voz siseante pero suave.

-Estamos esperando hablar con Arcturus- respondió sin inmutarse Harry.

-Tienes agallas, chico. Venir a las mazmorras y querer hablar con un Slytherin- habló el profesor- Pero déjame comunicarte que estás en el lugar equivocado, así que me hace dudar que tu respuesta tenga veracidad ¡Fuera si no quieren que le quite puntos a su casa!

Los tres chicos se fueron enseguida molestos con el profesor, no esperaban estar en el pasillo incorrecto, sin embargo, al regresar a sus pasos se dieron cuenta que no mentía, pues a lo lejos pudieron observar a varios alumnos de Slytherin caminando hacia un lugar diferente. Ron y Harry vieron con reproche a Hermione y la chica solo se disculpó con los ojos. Al final suspiraron resignados, pues incluso Hermione ya se había perdido y al ser su segundo día era lógico que no se aprendería todos los caminos. Harry tendría que esperar para hablar con Arcturus.

Sin embargo, a pesar de todo, una pregunta surgió ¿Qué hacía Snape en aquella parte del castillo? Seguramente hacia ese lugar estaban sus habitaciones privadas, aunque algo en el fondo decía que el profesor escondía algo.

Notas finales:

Espero les haya gustado

¡Hasta la próxima!


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