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Why me? por Tana-chan

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Notas del fanfic:

Este fanfic es un resubido de mi fanfic ¨Porque yo??¨, actualmente estoy editando los capitulos y corrigiendo algunos errores de continuidad. He cambiado algunas cosas, pero despues de 6 años sin actualizar siquiera, creo que un cambio es lo que el fic y yo necesitabamos asi que espero les guste. Gracias por leer.

 

Las actualizaciones son semanales. Fines de semana. 

Notas del capitulo:

 


 


Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.


 


Espero les guste.  


 

En la entrada de un mercado, se encontraba un bebe, de unos 3.330 gramos y unos 40 cm., de no mas de 2 meses. Estaba envuelto en una sabanita algo sucia y luego metido en una caja. Ya el sol estaba calentando y aun la criatura no daba muestra de su presencia, sus ojos azules como el cielo mimo miraban a las personas pasar, manoteaba bajo las sabanas, pero no lloraba, apenas se veían algunos cabellos rubios asomarse, pero nada mas.

Una hora después ya el bebe empezaba poner mala cara, el sol empezaba a calentar la caja, el calor, el picor del pañal sucio y el hambre empezaban a hacer efecto en la criatura, miraba a las personas agitando sus manitas con mas fuerza, pero eso no lograba llamar suficientemente su atención así que se entrego a sus instintos y estallo en llanto. Algunas personas que pasaban, miraban la criatura con asombro, pero nadie se detenía a ayudarle, mas le miraban con pena, unas señoras cruzaron la calle nada mas escuchar los gritos, otros giraban sus cabezas, mas una niña de unos 9 años, pelo rubio sobre los hombros, los ojos tan azules como los de la criatura y piel blanca, llevaba un vestido a las rodillas rojo, el cual se reflejaba en su descolorida piel y unas zapatillas blancas, fue la que se acerco al bebe, pregunto a uno que otro adulto si sabían de la procedencia del pequeño y al no obtener respuestas positiva decidió llevarlo a casa. Inmediatamente lo tomo en brazos los gritos cesaron, cuidadosamente la niña llevo el bebe a casa, y nada mas llegar a la puerta su madre le detuvo.

- ¡Deidara! ¿De donde has sacado eso? ¿no te envíe a la tienda por unos huevos? ¿Donde están?! - dijo una mujer, de pelo rubio atado en una trenza que llegaba hasta su cintura, ojos azules, piel clara y ligeramente arrugada por la edad. Christine tenia ya 52 años pero seguía siendo una mujer muy hermosa y aunque a veces regañaba a su pequeño, era una madre muy amorosa. Llevaba un mandil algo desgastado, y debajo de este un vestido azul marino señido a su cintura.

 

- Perdón mamá, es que escuche este bebe llorando en la calle – dijo con cara afligida – nadie le hacia caso y me dio pena dejarle ahí - dijo con pena en su cara.

 

-Dame acá – dijo la madre tomando al niño de sus manos con resignación. Deidara era una persona muy sensible y comprensiva, pero ese amor por los demás no hacia mas que traerle problemas. Había llevado a cada todo tipo de cosas, aunque esta era la primera vez que llevaba un bebe – Cariño, necesito que vayas a la tienda por unas cosas. - dijo garabateando unas cosas sobre un trozo de papel – Si queremos conservarlo al menos hay que hacer que papa tambien se enamore de el – dijo dandole una tranquilizadora sonrisa al su hija ya que aunque no decia nada sabia que la pequeña tenia ganas de un hermano.

 

Deidara habia sido un milagro para sus padres, Cuando Yamato y Crhistine se casaron, ella tenia unos 27 años, despues de su primer año de matrimonio habian intentado tener un hijo que reafirmara su amor, pero debido a problemas geneticos, ninguno de sus embarazos llego a termino. Despues de 10 años tratando habia perdido las esperanzas y su matrimonio aunque era muy cordial se habia vuelto muy frio. Imaginaba que su marido tenia alguna amante y no le extrañaria que hasta tuviese algun hijo por ahi ya que despues de tanto habia dejado de tocarla. Para su sorpresa para su 15vo aniversario su marido la llevo a cenar, fueron a bailar y cuando volvieron a casa su esposo le hizo el amor. A sus 42 años habia quedado embarazada y habia sido el unico embarazo que llego a termino. Cuando se entero que su hijo era un doncel tuvo que elegir entre criarlo sola o engañar a Yamato que gracias a que su padre abandono a su familia por uno, odiaba a muerte a los donceles. Con miedo de perderlo todo, Christine habia hecho pasar a Dei como una niña, no habia resultado muy dificil la tarea, su marido no era del tipo de persona que ayudaba en la crianza de los hijos y siendo un profesor de contabilidad de Konoha Dai o K-Dai como era conocida no tenia mas interez que en el desarrollo formativo de su hija.

 

-Pero no le cambiaremos las ropas? – dijo la pequeña rubia

 

-Por ahora le pondremos una de tus piezas de ropa, trae algun mono de la tienda para que papa se sienta mas conmovido y le permita quedarse. ¿Vale? Mientras estas fiera llamare a la policia para reportar al bebe e informar que estara aquí en lo que investigan – Sabia que si su marido decia que no, al menos unos dias con el nuevo bebe harian muy feliz a su pequeño.

 

-¡De acuerdo! – la niña se marcho corriendo a la tienda e ilucionada por tener un nuevo hermanito.

 

Mientras su hijo estaba en la tienda, la mujer decidio inspeccionar al bebe, vio que ya tenia un color de ojos definido, por lo tanto dedujo que ya tenia mas de un mes, cosa que le preocupo pues el pequeño estaba muy bajo de peso, y que decir de estatura. Lo saco de entre la sabanita, y vio que por suerte tenia un enterizo color amarillo color amarillo, y aunque algo descolorido, si era cierto que era muy elegante. Su primera reaccion ante eso era pensar que se pequeño podria ser de alguien de clase alta que lo habia abandonado por ser una deshonra o algo, pero luego desecho la idea cuando recordo que los ricos solian llevar las cosas que no usaban a albergues y de alli podrian haberlo sacado.

 

Por sobre la ropa noto que el pañal estaba muy lleno asi que inmediatamente desnudo al pequeño, y entonces lo vio, una enorme marca al rededor de su ombligo de dejaba claro que ese pequeño era un doncel. Suspiro, otra complicacion. Decidio esperar a Deidara en la sala con el bebe en brazos, mientras esperaban encendio el televisor. El programa de cocina se escuchaba por toda la sala y la receta de “Ramen de cerdo” estaba ya a medio preparar.

 

Revolvió el poco pelo rubio de la criatura y la recostó de su hombro para mecerla

 

-Bueno pequeño, creo que necesitaras un nombre mientras estas aquí – dijo al tranquilo bebe – a ver… ¿Shuichi? No, ¿Ritsuka? No, ¿Nao? - La mujer miro la cara del bebe quien solo trataba de comerse el puño y no le prestaba atencion – si, creo que ese tampoco – de pronto en el programa continuaron con los ingredientes, pero al mensionar NARUTO el pequeño hizo un pequeño ruido con la boca – Naruto, a mi me gusta, y a ti? – pregunto cargando al bebe y alzándolo, a lo que este, río y babeo un poco – bien, entonces Naruto – dijo antes de ponerlo sobre un almohadón en una silla y dirigirse a cocina con esta. – quédate aquí – dejandolo a una distancia prudente de la estufa, pero donde podia vigilarlo - Aun tengo que terminar de cocinar, si mi esposo esta feliz, creo que permitirás que te quedes – dijo para luego girarse y ponerse a preparar la cena.

 

Luego de un rato, el doncel mayor apareció en la puerta con todo lo del mandado, Christine guio a su hijo en como hacerlo sin dejar de preparar la cena.

 

-Dei, tengo algo que decirte – había dicho nada mas verlo llegar – Ese niño es un doncel, por tanto si quieres que se quede tienes que saber que llevara una vida como tu – le dijo con algo de pena sabiendo que a su hijo eso de no ser aceptado por quien era le afectada emocionalmente y que sino fuera porque su hijo era tan maduro hasta podria traerle trastornos de personalidad o algo.

 

-No te preocupes mama, Naru no estará nunca solo, yo me encargare de cuidarlo y protegerlo como lo haces conmigo. Estaremos bien – Dijo sonriendole a su madre y dando el tema por zancado. La verdad era que Deidara amaba a su madre y le agradecía por haberlo tenido sin importar que su padre odiara a los donceles.

 

Esa noche, cuando Yamato llego a casa, estaba cansado, Como petición de un amigo había empezado a colaborarle con su hijo después de las clases, el chico tenia dislexia y explicarle era un infierno, pero por educación Yamato no podía ni retractarse ni mucho menos quejarse. Al entrar noto todo muy tranquilo, limpio y ordenado, por lo cual dedujo que pronto caería la tormenta. Se acomodo en el sofá de 2 plazas de el medio del pequeño salón, se quito sus zapatos e inmediatamente apareció Deidara con una falda azul y una camisa blanca, el pelo atado en un moño bien pulcro.

-Buenas noches papa - le dio un beso en la mejilla, tomo los zapatos, dejando en su lugar un calzado mas cómodo, y fue a dejarlos en su lugar.

 

Al regresar vio a su padre descansando en el sofá, se acerco e informo que la cena estaba lista, y que en el baño la tina estaba preparada para el baño, luego de eso se retiro.

 

Para cuando la pequeña partió se dio cuanta que lo que pedirían era grande, y que era un complot ya armado, el nombre de cabellos castaños y mediana estatura se rindió antes de dar la pelea. Con resignación decidió ir a por el baño primero antes de que se enfriara, tardo aproximadamente 30 minutos y al bajar se fue inmediatamente al comedor, después de todo tenia que disfrutar antes de que lo saquearan. Cuando llego a la mesa su esposa ya estaba sentada, la mesa estaba puesta para dos, por lo que todo el pelo de su nuca se erizo, se acomodo y comió entre una platica serena, vio a su mujer tartamudear un poco, pero ya cuando su esposo comía el ultimo bocado de tarta de manzana, se armo de valor y lo dijo.

 

-Yamato, hoy Dei trajo una bebe a casa, estaba abandonada y si la ley lo permite, quiero que forme parte de esta familia – dijo la bella mujer algo agitada.

 

-Christine ¿Eso era todo? – dijo mas calmado– pensé que me dirías que querías joyas o dinero, pero si es solo un bebe lo que quieres por mi esta bien, de todas formas nuestra familia no crecerá mas por muchos añ… - y el hombre no dijo mas porque su mujer lo callo con un beso.

 

Esa noche, luego de ver “la bebe”, a la que llamarían Naru, y su marido aprobarle, su mujer se encargo de dormir a las niñas y ordenar la cocina mientras su esposo tomaba un poco de te en la terraza para luego de terminar todo, agradecerle toda la noche como Dios manda.

 

Mientras los padres consolidaban su amor, Dei platicaba con su nueva “hermana” y compañera de habitación.

 

-Bienvenida a la familia Naru-Chan. – dijo mirando al bebe – así son nuestros padres, y de ahora en adelante no te faltara nada, yo te cuidare, te lo prometo - y luego de darle una sonrisa, se dedico a dormir.

 

Notas finales:

Gracias por leer. Espero sus comentarios, gracias. 


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