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Saigo Shito no Kage por Dark_Yuki_Chan

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SAIGO SHITO NO KAGE
(La Sombra del Último Apóstol)


(NOTA: EN EVANGELION SE TRADUJO COMO “ÁNGEL” EL T…RMINO JAPON…S “SHITO”, QUE EN REALIDAD SIGNIFICA “AP”STOL”. PARA NO ENREDAROS CON ÁNGELES, AP”STOLES NI NADA, VOY A CONSERVAR EL ORIGINAL “SHITO” EN ESTE FIC)

Dedicado con Todo mi Corazón a mi Mejor Amigo, Hisoka-chan


- Kaworu-kun… -. Murmura el joven despacio, muy despacio. A pesar de esto, la chica de ojos color cielo oye al muchacho, le observa y pregunta:

- ¿Qué te pasa?

- ¿Eh? – Shinji voltea los ojos hacia Asuka, quien le observa molesta - ¿Nani? (“¿Qué?”) – Pregunta distraído.

- Estás otra vez hablando sólo -. Informa Soryu Asuka Langley. Ikari no responde. No está hablando sólo, pero eso es algo que jamás nadie entendería. Habla con el recuerdo. Con el recuerdo del 17° Shito, el recuerdo del ser que cambió su vida. Pero es mejor guardar silencio. Kaworu-kun ya no está más y ahora Asuka es su compañera. El destino la ha escogido a ella para llenar el vacío que Nagisa dejó en su vida. El destino sabe lo que hace.

*Creo…*

- Shinji.

- ¿Hai? (“¿Sí?”)

- Dime que tienes, ¿Quieres?

- No es nada, Asuka, daijobu. (“Estoy bien”)

- De nuevo volando bajo. ¿Crees que no te oí?

- Wakarimasen. (“No entiendo”)

- “Kaworu-kun.” – Lo remeda Asuka - ¿Entiendes eso?

- Yo sólo…

- ¿Sólo…?

- Nada.

- ¡Shinji! ¿Por qué vives pensando todo el tiempo en él? …l era un Shito, él no te amaba… ¡Por último, él está muerto ya! Yo estoy aquí contigo ahora. – La muchacha baja la voz y dice en un murmullo – Yo te amo…

- Asuka… Sumimasen. (“Lo siento”) – El chico gira sobre sí mismo y abraza a su pelirroja compañera – Yo también te amo.

Langley sonríe y une sus labios con los de Ikari. Baja los párpados, entregándose. Shinji mira al cielo mientras la besa, soñando con los labios que desearía estar besando en aquel momento. Los labios de Nagisa…


***

No hay tiempo. No hay espacio. No hay luz ni hay sombra. No hay sonidos ni aromas. No hay nada, pero a la vez de todo hay. No es un lugar ni un momento. Es un estado.

No existen las voces ni existen los pensamientos, y sin embargo una conversación se desarrolla.

- Oto-sama. (“Padre”) – Murmura una voz humilde. – He pecado contra el cielo y contra Ti. No merezco llamarme hijo Tuyo.

- Conozco tus caídas y tus errores, hijo mío. Sabes que te amo y te he perdonado.

- Kami-sama, (Literalmente, “Señor Dios”) soy todo lo malagradecido que puede ser una creación Tuya. Me obsequiaste la vida, me admitiste en tu Reino Glorioso… - Tabris se detiene un momento. – Me diste el don de amar, mi Señor… y aún así hay algo más que deseo pedirte. ¡No, que necesito pedirte!

- Dime entonces qué es.

- Oto-sama, yo… - Tabris calla. Resulta imposible pedir lo que desea. ¿Cómo, después de encontrarse en el mismísimo Cielo, puede querer eso? Es una idiotez, una insolencia, casi una blasfemia. ¿Rechazar el regalo que el Padre le otorga? ¿Despreciar de ése modo Su inmensa e inmerecida bondad? ¿Cómo puede darse siquiera el lujo de soñar con aquello? Sin embargo, ni el paraíso mismo es más que un infierno sin Shinji. Quizá es aquello lo que verdaderamente merece, el infierno. Quizá su falta de gratitud debería ser castigada con el tormento eterno… pero debe intentarlo, debe hacerlo por Shinji. – Yo… Deseo regresar a la Tierra.

- ¿Por qué, Tabris?

- Porque… Shinji…

- Hijo mío, tú escogiste la muerte libremente.

- Lo sé, mi Señor, pero yo… yo… yo cometí un error…

- Quizá lo fue o quizá no. ¿Por qué piensas que tu decisión fue errada?

- No… no lo sé… -. Tiene que admitir Tabris.

- El destino de la raza humana está ahora en manos de ellos dos. – Tabris, por supuesto, sabe a que “dos” se refiere Kami-sama. - ¿Crees tú que debo enviar un Shito a escoger por ellos?

- Oh, no, Kami-sama, no es eso lo que Te pido… en realidad, desearía que me regresaras a la Tierra como un humano -. Realmente, Tabris está yendo más allá de lo que había previsto. Teme que sus palabras hayan sido demasiado impertinentes. Es por eso que la respuesta le deja, si es posible, helado:

- Tendrás de salida a salida de sol.

- ¿Cómo?

- Ni un minuto más, Tabris.



**********



Con cada abrazo que da el mar a las grises arenas se borran las huellas dejadas sobre éstas por el joven. …l camina lentamente, volviendo la cabeza a uno y otro lado desorientado, perdido. No sabe dónde comenzar a buscar. De pronto, los ojos del chico distinguen una especie de movimiento en las lejanías. Sus vírgenes ojos carmesíes son capaces de ver con enorme agudeza, y él logra distinguir con facilidad la figura de un ser humano que, al parecer, intenta sembrar algo en la arena estéril. Ese hombre, ¿Cómo no reconocerlo enseguida? Ha pasado algún tiempo desde la última vez en que lo había visto – En el estado en que se encontraba, por supuesto, había olvidado lo que era el tiempo – pero a pesar de los pequeños cambios que había experimentado, no duda ni por un minuto que sea él. Es evidente, primero, porque es el único que ha sobrevivido. Y no sólo eso. Podrían haber millones como él colándose por cada rincón de la faz de la Tierra, pero jamás podría desconocerlo ni un segundo siquiera.

*Shinji-kun…*



Ikari Shinji se agacha sobre el surco que acaba de cavar en la arena grisácea. Deja caer con cuidado algunas semillas dentro y las acomoda lentamente con un dedo. Luego empuja un montón de granos de arena sobre las semillas y los aplana un poco con la palma de su mano. Enjuga el sudor de su frente con el dorso de la mano, dejando a un lado las semillas que aún debe sembrar. Que trabajo inútil…

¿Por qué tuvo que quedar él? Muchos otros pudieron haber sobrevivido, muchos otros debieron haber sobrevivido. ¿Por qué, entonces, tuvo que hacerlo precisamente él? A pesar de todo lo que hubiera dicho Misato, quien merecía vivir no era Shinji y él lo sabe. Quien verdaderamente debiera estar vivo en ese momento es Nagisa Kaworu. Demo (“Pero”)… él se ha ido. Lo ha dejado sólo. Con Asuka, sólo. Con todo un Mundo en frente para volver a empezar. Sólo. Con un cuerpo que está vivo de milagro y un vacío interno doloroso e infinito como un hoyo negro. Sólo…



*Shinji-kun, estás… estás vivo, amor…*



Ikari levanta la vista, harto de los granos que jamás germinarán y de la arena muerta. Una figura lejana que se acerca con serenidad llama inmediatamente su atención. Aquella persona no es Asuka, de eso está totalmente seguro. ¿Quién entonces? Sabe que nadie más ha sobrevivido. ¿Se tratará de un sueño? ¿Un espejismo? ¿Un… un fantasma? El muchacho – ahora que se ha acercado más todavía puede distinguirlo – camina con la perplejidad pintada en los ojos. Lo demás de su rostro muestra sólo una confusa mezcla de sentimientos imposibles de dilucidar. Shinji permanece estático observándolo, mientras el otro de aproxima más y más. El joven se detiene a cosa de un metro o dos de Shinji, y le clava los ojos carmesíes.

- ¿Dare da? (“¿Quién es?”) -. Logra preguntar Ikari luego de tragar dificultosamente un poco de saliva. El chico sonríe mientras sus ojos brillan, llenos de emoción. Respira un poco, lentamente, antes de responder:

- Iesus

- ¿Iesus?

- Hai.

- ¿Qué estás haciendo acá?

- Sólo quería…

- ¿Hai?

- Quería ver cómo has estado.

- ¿Naze? (“¿Por qué?”) ¿Quién eres tú?

- Ya te lo dije. Mi nombre es Iesus.

- No pregunté tu nombre. Quiero saber por qué me conoces.

- ¿Quién no conoce al Hombre? ¿Quién no conoce al dueño del Mundo? ¿Quién no conoce al elegido por Kami-sama para recomenzarlo todo? ¿Quién no te conoce, Ikari Shinji? -. Pregunta Iesus con voz serena, al tiempo que avanza con lentitud extrema hacia el chico de cabello castaño. …ste agacha su cabeza y murmura con voz débil:

- Yo no quería. – Iesus se detiene, aguardando en silencio a que Shinji continúe. – Yo no quería esto. Yo sólo esperaba que todos pudiesen sobrevivir, que todos lograran ser felices al final…

- ¿Estás seguro, Shinji?

- Hai… Es decir, en parte. Por otro lado, yo deseaba morir… ¡Pero no, en el fondo quería seguir vivo!

- Y ahora, ¿Qué es lo que deseas?

- Yo… yo ahora quiero morir.

- ¿Naze? -. Pregunta Iesus, incapaz de ocultar su preocupación y angustia.

- Porque no hay razón para que siga vivo. Soy el único en la Tierra que debió perecer, y sin embargo todos están muertos y yo continúo con vida. – Shinji habla ahora más para sí mismo que para Iesus. – Yo no merezco estar vivo. ¡Por Kami-sama, yo no quiero vivir más! Asesiné… - El chico levanta su rostro, bañado en lágrimas, hacia Iesus. – Asesiné a la persona que amo. Yo… quiero morir para estar con él otra vez… Pero no puedo. ¿Cómo voy a darme el lujo de morir ahora, si él dio su vida para salvar la mía? -. El chico de ojos color sangre se acerca a Shinji y, arrodillándose frente a él, le abraza con ternura. Un llanto desesperado se apodera de Ikari, mientras Iesus le acaricia, intentando tranquilizarlo.

- Shinji… Shinji, no llores más. Mírame, Shinji… - El aludido voltea sus ojos nublados hacia Iesus, quien continua. - ¿No ves? Soy yo.

- ¿Kaworu…kun? -. Pregunta Shinji en medio de sollozos. Iesus asiente, sonriendo mientras gruesas lágrimas ruedan por sus mejillas pálidas. Sus delgados brazos rodean protectoramente el cuerpo de Shinji, mientras las lágrimas de ambos se funden en un río de amor.



**********



Shinji termina de vestirse y se voltea hacia Iesus. El chico está tendido sobre la arena, desnudo, observándole. La luz de las estrellas que se apagan hace que su alba piel parezca brillar, mientras sus ojos de fuego se clavan como estacas en los de Ikari y sus labios se curvan en una hermosa sonrisa. Shinji se queda petrificado observando el cuerpo perfecto, hasta que la armoniosa voz lo despierta de su ensueño.

- Shinji-koi. (“Amor”)

- ¿Hai?

- ¿Sucede algo?

- Ie. (“No”) -. Responde el chico, inclinándose para besar los delgados labios de su amante. Cuando separa su rostro del de Iesus, ve horrorizado como gotas de sangre corren sobre su frente, bajando por sus mejillas, hasta caer de la angulosa barbilla.

- ¡Kaworu-koi! ¿Qué pasa?

- Daijobu, Shinji-koi. Es el recordatorio.

- ¿Recordatorio?

- De que mi tiempo se acaba. El recordatorio de que ya la despedida está próxima.

- ¡Ie! ¿Por qué despedirnos, ahora que estamos finalmente juntos?

- Ay, Shinji-koi, no lo entenderías.

- Kotaete. (“Responde”)

- Debo irme muy pronto, cuando el sol salga. Quédate con eso, por favor -. Ruega Iesus, con el rostro totalmente bañado en sangre.

- ¡Ie! Por favor, Kaworu-koi, no me dejes… -. Solloza Shinji.

- Qué más querría yo que permanecer por siempre contigo, amor, pero sé bien que eso es imposible.

- ¿Naze?

- Porque no es Su voluntad… Por favor, Shinji-koi, entiéndelo -. Pide el albino, cogiendo el húmedo rostro de Ikari con sus manos blancas, que están también ensangrentadas. El chico de cabellos castaños repara en esto, sólo para descubrir lleno de terror que todo el cuerpo de su amado está cubierto de llagas. Heridas profundas que escupen sangre desde sus pies, sus manos y su costado izquierdo, rasguños sangrantes en la frente, azotes horrendos en el resto de la piel. Shinji se echa a llorar desesperadamente sobre el cuerpo nadando en sangre de su amor. …ste, sin prestar ni la más mínima atención a sus heridas, se sienta abrazando a Ikari. Toma su mentón con una mano, secando sus lágrimas con los labios, y los posa luego sobre los de él. En un beso lleno de sangre y lágrimas, los amantes se despiden para siempre.



Cuando el sol sale encuentra a Ikari Shinji acurrucado en posición fetal sobre un montón de arena manchado de sangre. Ha agotado todas sus lágrimas, por lo que sólo puede honrar a su amado permaneciendo junto a la única huella física de su paso por el Mundo. Sin misericordia, los dorados rayos solares borran para siempre de la faz de la Tierra la sombra del último Shito.

FIN

By: Dark Yuki-Chan

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