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ONE SHOT - CHENMIN - INNOCENT LOVE por helena_CB97

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Muy pocas personas pueden alardear de encontrar el lugar de trabajo soñado nada más terminar la universidad. MinSeok sí. Y es que su trabajo en la guardería “Arco iris” era una de las mejores cosas que le habían pasado en su época adulta, además de darle una alegría de la que estaba agradecido a todo en este mundo cada día. 

 

Tuvo sus dudas y preocupaciones cuando le contrataron como uno de los primeros profesores para la apertura del centro de enseñanza, pero le aseguraron que con los buenos resultados que había conseguido en la universidad y las buenas palabras con las que se hablaba de él, podrían hacer un camino maravilloso para él y fuera de preocupaciones innecesarias. 

 

Y así fue. 

 

Junto con sus dos compañeras (recién salidas de la universidad también) y su tutora y directora, inauguraron la guardería y poco a poco pero con paso seguro y con un buen desempeño, consiguieron obtener la mejor experiencia y hacer de su centro una guardería de gran renombre. Se enorgullecían del cuidado delicado de sus queridos y adorables alumnos, además de impartir una docencia innovadora y a la vez divertida que hacía que los niños aprendieran más rápido y de buena gana. 

 

Todos los años les llegaban muchas solicitudes de padres que querían dejar a sus bebés en sus manos, y era una pena no poder quedarse con todos, aun habiendo hecho reformas de ampliación tanto de estructura como de plantilla de profesorado a medida que iban siendo más conocidos. Sin embargo, siempre recomendaban otras guarderías que para ellos eran igual de buenas que la suya, y aquello llenaba de agradecimiento a los padres, que veían la preocupación por ellos y sus hijos, y por supuesto, de las demás guarderías.  

 

MinSeok era el profesor más querido y confiable de todos sus compañeros, y tanto los niños como los padres estaban encantados con él. Su fácil y amable trato con las personas y su aspecto afable y lindo (como un lindo gatito, decían muchos de sus queridos niños), le proporcionaban un aura buena que junto con su forma simple y alegre de dar las clases, hacían que los niños le atendieran y se lo pasaran bien con los juegos que creaba su maestro para que aprendieran a leer o a contar. 

 

Y así pasaron los años. Sus compañeras y amigas se casaron en algún momento e incluso tuvieron hijos que MinSeok tuvo la oportunidad de cuidar y enseñar en la guardería. Su vida iba viento en popa, sobretodo en el ámbito laboral. Pero en cuanto a su vida privada… 

 

No se podía decir que MinSeok fuera una persona muy extrovertida y que le gustara salir a divertirse a bares o discotecas, aunque sus amigas le hicieran salir de vez en cuando con ellas, pero en realidad no era lo suyo. Su historial de citas y parejas era casi nulo; sólo podía vanagloriarse de haber tenido su primer beso con el chico que le gustaba en el instituto y de algún que otro lío en la universidad, donde tuvo su primera vez y de una forma un poco vergonzosa y graciosa, si puede recordar bien. Y una vez que empezó a trabajar había dejado su vida amorosa a un lado para concentrarse en lo que le importaba en ese momento. No se dio cuenta de que ese momento había terminado hasta que habían pasado casi seis años. Y ahora esa poca experiencia que tenía en relaciones y los años que había ganado estando solo le pesaban como nunca había creído posible.

 

-Venga, MinSeok, sabemos que conocerás a alguien pronto. Eres lindo, cariñoso y listo, ¿quién no querría estar contigo? -dijo una de sus compañeras un día en el trabajo. 

 

MinSeok había terminado de echarle un vistazo a sus niños mientras hacían unas manualidades y se los había quedado viendo con anhelo. Quería una familia, pero para ello necesitaba a alguien especial… Suspiró y miró con desgana a su amiga.

 

-Lo haces sonar como si fuera un “lindo gatito”, como dicen los peques -respondió poniendo los ojos en blanco, soltando una pequeña carcajada siendo secundada por la risa de su amiga. 

 

-¡Mamá! -exclamó el más pequeño de sus alumnos, WonDeuk.

 

El pequeño se levantó de su mesa de manualidades con las manos en alto llenas de pintura y salió a correr hacia la entrada por la que aparecía una mujer con aspecto agradable y sonriente.

 

-¡WonDeuk, límpiate las manos en el babi*! -exclamó MinSeok levantándose deprisa y corriendo de su escritorio para detener al infante antes de que pusiera perdida la bonita blusa de su madre.

 

El pequeño puso cara de susto pero se paró instantáneamente y se refregó sus manitas en el babi antes de saltar a los brazos de su madre, quien se lo comió a besos entre risas. 

 

-Buenas tardes, señora Kim; WonDeukkie sigue teniendo esos impulsos de hacer antes de pensar… -regañó sin mucha saña, dándole un pequeño toquecito en la nariz del niño con la punta del dedo-. Aunque es lo normal en pequeño de tres años -rió divertido al ver a WonDeuk enfurruñarse.

 

-No te preocupes, MinSeok -tranquilizó la señora Kim con una sonrisa, dejando en el suelo a su hijo, mandándole a recoger sus cosas y a despedirse de sus amiguitos-. En casa ya se queda quieto mientras dibuja o mira algún libro de dibujos, y a mi marido siempre le dice que sino el maestro MinMin se pondrá triste si no para de moverse -explicó guiñándole un ojo con diversión, a lo que Minseok respondió con una risa un tanto tímida pero llena de satisfacción-. Aunque viene de familia, así que no nos sorprende…

 

Fue interrumpida por un enérgico WonDeuk, ya con su pequeña mochila colgando de su espalda y con su nuevo dibujo de acuarelas en sus manos. Se acercó a MinSeok y se despidió de él con un abrazo a una de sus piernas para después darle la mano a su madre. MinSeok pensó en que si era cierto aquello que había dicho la señora Kim entonces ¿a quién se parecería WonDeuk? Porque su madre no parecía ser tan enérgica como su pequeño, aunque su dulzura sí que la había heredado; y de su padre estaba seguro de que sí que había sacado el parecido físico, pero el hombre era más serio aunque amable.

 

-Quería comentarte algo antes de que nos vayamos, MinSeok: mi marido y yo nos vamos a ir un mes por un viaje de negocios y vamos a dejar a WonDeuk al cuidado de mi cuñado JongDae. Vendrá a partir del lunes de la semana que viene, pero le reconocerás enseguida, es una reproducción un poquito más bajita y sonriente de JongDeok -comentó y describió al hermano de su marido con gesto divertido.

 

-Oh, claro, sin ningún problema -aceptó MinSeok, pensando que aquel quizás era el eslabón perdido del parentesco de WonDeuk. 

 

Y se pasó todo el fin de semana intrigado por saber cómo sería el tío del pequeño WonDeuk. La verdad es que no esperaba nada en especial… Ni siquiera sabía si era mayor o menor que su hermano JongDeok, el cual tenía un año más que MinSeok, y tampoco es que le importara… Sin embargo, la expectación se apoderó de él el lunes por la mañana cuando la señora Kim y su marido dejaron a su pequeño en la guardería, despidiéndose de él con abrazos y besos amorosos. No pudo evitar escanear de arriba abajo a JongDeok mientras sonreía y advertía a su hijo que se portara bien durante aquel mes. Barajó todas las variantes y diferencias que podría tener JongDae en base a la apariencia de su hermano y debido a ello se encontró fantaseando casi toda la mañana con ello. Maldijo una y otra vez haber visto un maratón de películas románticas el sábado por la noche. MinSeok quería enamorarse, pero no quería ser tan iluso de dejarlo en manos del destino, como los protagonistas de esas películas te metían en la cabeza. 

 

Bueno, eso quiso pensar hasta que JongDae apareció por la puerta de la guardería. 

 

El hombre apareció por el patio del recinto con una expresión alegre, con andar resuelto y observando todo con interés, esperando no haberse equivocado de dirección o guardería. Pero aun así cuando entró saludó con voz clara y alta, sonriente.

 

-¡Tío JongDae! -gritó emocionado WonDeuk dejando de jugar con un puzzle y salir corriendo a saludar a su tío. Nunca había visto al pequeño tan efusivo, incluso con su madre. 

 

-¡Hola, campeón! -saludó de vuelta JongDae, dándole vueltas en el aire para luego darle un abrazo. 

 

MinSeok miraba la escena con la mente en blanco. JongDae era un poco más bajo que su hermano, en eso acertó la señora Kim, y también dijo que era más sonriente, pero no le comentó que también tenía la sonrisa más deslumbrante y alucinante que había visto en mucho tiempo. Su tono de voz también era más agudo que el de JongDeok, pero era melodiosa y tenía lo justo de escandalosa para gustar y animar a los niños como su sobrino. Era esbelto pero con unos brazos fuertes y piernas tonificadas, que se podían apreciar por las mangas cortas y los pantalones vaqueros que llevaba. Y su rostro poseía bastante de las formas angulosas que tenía JongDeok, pero aun más marcadas que lejos de hacerle parecer más mayor le hacían muy atractivo. Encima de unos prominentes pómulos había dos ojos rasgados y cálidos, llenos de un marrón intenso. Los mismos que de repente conectaron con los suyos.

 

-Oh, perdona, ni siquiera me he presentado… Soy JongDae, el tío de WonDeukkie -se presentó rápidamente dejando en el suelo a su sobrino.

 

Aquella fue la señal para que MinSeok se acercara con torpeza por la sorpresa y le hiciera una pequeña venía como saludo antes de presentarse sintiéndose bastante nervioso, como hace tiempo que no se sentía. 

 

-Encantado, yo soy MinSeok, el maestro de WonDeuk -se presentó sintiendo cómo sus mejillas regorditas se sonrojaban bajo la mirada sonriente de JongDae.

 

En ese momento, JongDae pareció comprender algo desconocido para MinSeok, porque abrió los ojos con sorpresa y de repente levantó su mano y dijo:

 

-¡Así que tú eres el maestro MinMin, quien es tan lindo como un gatito! ¡WonDeukkie me ha hablado mucho de su querido maestro! -exclamó entusiasmado, haciendo dar un brinco a MinSeok por lo abrupto y lo vergonzoso de la situación. 

 

Se puso aun más rojo y levantó su mano titubeante para dársela a JongDae, riéndose bajito y de manera incómoda. Sabía que sus pequeños alumnos hablarían de él y del mote que le habían puesto en casa, pero por alguna razón, el que también JongDae estuviera al tanto le ponía el corazón a mil. Era tan vergonzoso…

 

Pero todo aquello quedó en el olvido cuando por fin le correspondió al apretón de manos; sus manos hicieron contacto y aquella corriente eléctrica que MinSeok creía ficticia, que sólo pasaba en las películas, de repente les conectó. MinSeok levantó su mirada tímida encontrándose con la sonrisa amable y alegre de JongDae.

 

-Gra-Gracias… -consiguió decir en un murmullo, sin despegar su mirada de JongDae.

 

-Tío JongDae, el maestro MinMin fue quien me ayudó a hacer las capas de superhéroe que te regalé por tu cumpleaños y que es igual que la mía -comentó alegre WonDeuk desde abajo, tirando de los pantalones de su tío. 

 

-¿De verdad? ¡Gracias a eso pudimos por fin completar la misión y salvar la ciudad, porque somos…! 

 

-¡…los fantásticos Jong y Deuk! -continuó WonDeuk, haciendo una graciosa y típica pose de superhéroe que JongDae hizo al mismo tiempo en perfecta sincronía, finalizando con una grandilocuente risa victoriosa.

 

Luego se miraron de reojo y chocaron puños, satisfechos con el numerito que habían llevado a cabo. MinSeok, quien había mirado sin decir ni una palabra pero con la boca abierta, no pudo hacer otra cosa que empezar a reír ante lo divertidos que eran tío y sobrino. 

 

-Desde luego, sí que viene de familia -dijo MinSeok cuando pudo parar de reír un poco. JongDae se le quedó mirando divertido-. La señora Kim me dijo eso, pero no sabía a quién se parecía más, hasta que ahora mismo he comprobado que es igual que su tío -comentó acariciando la cabecita del pequeño, quien sonreía todavía satisfecho. 

 

-¡Por supuesto! ¿Cómo sino habría salido tan guapo y divertido? -exclamó acariciando también la cabeza del pequeño. Sus dedos se tocaron ligeramente y se miraron instantáneamente.

 

MinSeok no podía parar de sonreír.- Espero que la modestia no la haya heredado de ti -rió siguiéndole el juego. JongDae rió con él. 

 

Estaba muy sorprendido de sí mismo. Aquel gesto se podría interpretar como un leve coqueteo y ni siquiera se había puesto nervioso. ¿Sería porque se sentía bien con él? Si sólo se conocían de unos minutos… Aunque la personalidad de JongDae era tan fácil de seguir… ¿Podría ser posible?

 

¿El destino por fin le habría elegido a él?

 

+.-o-.+

 

-¡Te dije que el maestro MinMin es el mejor! ¡Y que se parece a un lindo gatito! -exclamaba WonDeuk exaltado, tomado de la mano de su tío mientras llegaban al coche.

 

-Sí, peque, tenías razón -afirmó JongDae metiéndole en el coche, sobre la sillita que tenía para bebés y que le había dejado su hermano aquella mañana. 

 

Y tanto que tenía razón. A JongDae no le había dejado indiferente aquel hombre de personalidad dulce y un tanto tímida, también se notaba la tranquilidad y paciencia que tenía, perfecta para poder enseñar y cuidar a tantos bebés y niños. De aspecto delgado y un tanto desgarbado, su encanto se lo daban sus mejillas rellenas y tersas, con una boca y una nariz pequeñas y finas, coronadas por dos ojos felinos y oscuros. Esos ojos que los niños calificaban como los de un “lindo gatito” pero que él veía como si fuera lo más sensual que había visto en mucho tiempo.

 

Sí, JongDae hacía tiempo que no salía con nadie, y ahora que el primer hombre por el que se siente atraído es el querido profesor de su sobrino no sabe bien qué debería hacer. 

 

Bueno, tenía un mes entero por delante para averiguarlo.

 

+.-o-.+

 

El resto de la semana tanto MinSeok como JongDae se dedicaron a conocerse un poco mejor. El tío de WonDeuk hasta empezó a llegar un rato antes de la hora de recogida para observar a MinSeok o hablar con él si no estaba ocupado. Incluso se molestó en conocer a las compañeras del querido maestro, quiénes le hablaban de MinSeok sin ningún reparo, animándole como si supieran sus más profundas intenciones, las cuales ni siquiera él estaba seguro. MinSeok siempre llegaba a interrumpirles, esperando que después sus compañeras no se pusieran pesadas como siempre hacía desde que venía JongDae, diciéndole que claramente aquel hombre simpático y guapo estaba interesado en él. Y MinSeok de verdad que quería dejarse llevar y confiar en esas palabras y sobretodo en las acciones recientes de JongDae, pero su lado realista hacía que mantuviera los pies (más o menos) puestos en el suelo. Aunque cada día que pasaba y veía a JongDae sonreírle de aquella manera fantástica sus determinación iba minándose a una rapidez alarmante. 

 

Y JongDae cada vez tenía más claro que quería conocer todo de MinSeok. Varias veces al día pensaba en lo que le gustaría quedar con MinSeok fuera de la guardería y tener una cita. Ver esa sonrisa tímida y sus mejillas sonrojadas cada vez que él dijera una tontería, o sus manos se rozaran… Pero no quería apresurarse, porque aun sintiendo que había conexión entre ellos no quería tomárselo a la ligera. Quería que fuera natural y sin influencias, como lo era el hecho de que era el tío de uno de sus alumnos y estaba a cargo de venir a recogerle. Cuando fuera el momento lo haría.

 

+.-o-.+

 

Un día JongDae llegó como siempre un rato antes de la hora de salida, y para su sorpresa MinSeok estaba sentado en el suelo rodeado de todos sus pequeños alumnos cantando una canción. La reconoció enseguida: Tres osos.Una canción infantil que se le enseñaba a todos los niños y que gustaba mucho, tal y como parecía ser con los pequeños que observaba. Subían y relajaban sus hombros al ritmo de la canción, y los más pequeños bailaban alegres al son. Y entre las agudas y melodiosas voces infantiles se escuchaba la clara y tierna voz de MinSeok. Atraído por ella, JongDae se acercó casi inconscientemente al piano de pared que había en el aula y empezó a acompañarlos con la melodía que tan bien se sabía. Todos se quedaron mirándole sorprendidos, sobretodo MinSeok, pero WonDeuk fue el primero en reaccionar como siempre, y rápidamente se puso al lado de su tío a cantar. Poco tiempo pasó hasta que toda la clase y MinSeok estuvieron rodeando a JongDae, quien ahora también cantaba con ellos. 

 

Hay tres osos en una casa.

Papá oso, Mamá osa, bebé osito.

Papá oso es regordete

Mamá osa es delgada

¡Bebé osito es muy bonito!

¡Encoge los hombros! ¡Encoge los hombros! ¡Lo haces muy bien!

 

Cantaron todos al unísono por última vez, escuchando la última nota tocada por el piano. Todos empezaron a aplaudir y ha ovacionar a JongDae. MinSeok se unió a ellos y le brindó una linda y aun sorprendida sonrisa. Cosa que hizo que JongDae se sonrojara un poco y riera un poco avergonzado. 

 

-Soy profesor de música en el gran conservatorio de Seúl, y doy clase a personas de todas las edades así que me sé un buen repertorio para enseñar y mantener entretenidos a los más pequeños -explicó JongDae dándole un sorbo al vaso de agua que le había llevado MinSeok.

 

Ambos se habían sentado en la mesa de los maestros después de que MinSeok ordenara a los niños que empezaran a recoger todas sus cosas en los quince minutos que quedaban para que vinieran sus padres a recogerles. MinSeok pudo aprovechar para preguntarle un poco más sobre lo que había pasado.

 

- ¿También eres profesor? Vaya… ¡Ha sido genial! Yo sé tocar un poco, pero no lo suficiente como para hacerlo de principio a fin en una canción; por eso siempre intento esforzarme por cantar bien las canciones y enseñárselas -explicó de vuelta MinSeok, sentándose frente a JongDae.

 

-Y tengo que decir que ese esfuerzo no es en vano: tienes una voz preciosa -halagó JongDae, sonriéndole sin darse cuenta.

 

Las mejillas de MinSeok se encendieron y sus ojos se elevaron para mirar a JongDae con emoción-. ¿De verás? Y-Yo… Gr-gracias, me alegro de haberte dado una buena impresión -balbuceó jugando con las manos en su regazo, bajo la amable mirada de JongDae.

 

Ambos se quedaron mirándose con sonrisas en sus labios, impacientes por decirse muchas más cosas. Sin embargo, los padres comenzaron a llegar en ese momento y tuvieron que despedirse hasta el día siguiente. 

 

Con la esperanza de conocer más cosas el uno del otro. 

 

+.-o-.+

 

-¿Tienes coche, Minseok hyung? -preguntó JongDae mientras que ayudaba a WonDeuk a colocarse su pequeño chubasquero amarillo a juego con su gorrito y botas impermeables.

 

-Hm, no… -contestó un tanto ruborizado. Todavía no se acostumbraba a que JongDae le llamara “hyung”, cosa que hacía desde que descubrió que se llevaban tres años-. ¿Por qué?

 

-¿No te has dado cuenta de la tormenta que está cayendo fuera? -preguntó a su vez JongDae divertido, mirándole con una ceja alzada. 

 

-Sí, pero tengo paraguas -dijo sin más, acercándose a ayudar a WonDeuk a encontrar su paraguas. 

 

-Te llevamos -dijo con determinación JongDae.

 

-¿Qué? Espera, no hace falta, de verdad… 

 

-Hyung, tus compañeras ya se han ido y no vas a pasar un rato bueno si sales con un simple paraguas en medio de ese huracán -interrumpió JongDae con decisión, cruzándose de brazos. 

 

-¡Ven con nosotros, maestro MinMin, porfa! -suplicó contento WonDeuk cuando escuchó la conversación, tirando de los pantalones de MinSeok con sus pequeños puños. 

 

-No me vais a dejar opción, ¿verdad? -dijo MinSeok después de suspirar y ver el rostro serio de JongDae y los ojos brillantes de WonDeuk. 

 

-¡Nop! -contestaron al unísono tío y sobrino, sonriendo.

 

Y así fue cómo MinSeok se encontró dentro del coche de JongDae, en el asiento del copiloto y dándole la dirección de su piso. El tráfico era horrible y tardaron más de la cuenta en poder atravesar las calles y llegar al barrio residencial de MinSeok. Aun así ambos se dedicaron a hablar y a bromear, a entretener a WonDeuk hasta que se quedó dormido. Lo pasaban genial juntos.

 

-Este jueves ya vuelven los padres de WonDeuk -soltó de repente JongDae después de un cómodo silencio, parados en un semáforo cercano al piso de MinSeok. 

 

-¿Cómo? Pero si dijeron que se iban durante un mes -dijo desconcertado MinSeok, sintiendo unos nervios muy diferentes a los que estaba acostumbrado al estar cerca de JongDae.

 

-Lo sé, pero mi hermano llamó ayer diciendo que habían terminado antes con el trabajo y que se volvían -contestó JongDae llegando por fin al piso de MinSeok, acercando el coche a la acera-. ¿Es aquí?

 

-Sí, justo aquí -respondió en tono bajo, todavía en estado de shock por la noticia.

 

¿Y ahora qué debería hacer? ¿Pedirle el número de teléfono? Llevaban dos semanas conociéndose y ni siquiera se habían intercambiado sus números. Patético. Ya había dicho que había perdido la poca práctica que tenía sobre las relaciones pero no esperaba llegar hasta ese punto. ¿Le pedía una cita? ¿Así de repente? Podría asustarle y…

 

-¿Hyung? MinSeok -llamó con voz firme JongDae, al no ver movimiento por parte de su acompañante, ni siquiera una palabra. Estaba empezando a preocuparse.

-¿Ah? ¡Oh! ¡Sí, sí, ahora mismo me bajo! Muchas gracias y…

 

-MinSeok, espera -paró JongDae, agarrándole de la muñeca para que no se marchara-. Quería… Yo quería, bueno, quiero que nos sigamos viendo -dijo mirándole a los ojos, desconcentrándose un poco al ver que le estaba prestando toda su atención-. ¿Te gustaría? -preguntó un poco más avergonzado.

 

-¡Sí! Digo…Ejem, yo… Sí, claro, me encantaría -aceptó por fin después de un ataque de euforia, sonriendo con sus mejillas completamente rojas y sus ojos brillando con emoción, relajándose de nuevo en el asiento. 

 

-Genial -dijo JongDae, sorprendido por la respuesta tan directa y emocionada de MinSeok. Eso quería decir que sentía al menos algo parecido a lo que sentía él, ¿no?

 

-¿Nos damos los números de teléfono, entonces? -preguntó MinSeok, tímido, mirándole por detrás de sus cortas pestañas.

 

-Claro -respondió JongDae, absorto en la timidez y pequeña coquetería de su acompañante. 

 

Y así lo hicieron. Se intercambiaron sus números, nerviosos e impacientes, ambos sonriendo y mandándose miradas cómplice. Y cuando llegó el momento de despedirse, MinSeok se estiró hacia la parte trasera del coche para acariciar al pequeño WonDeuk en sueños como despedida, encontrándose cuando se dio la vuelta muy cerca del rostro de JongDae. Sus mentes se quedaron en blanco y el cuerpo de MinSeok se movió por instinto: se acercó aun más y le dio un pequeño beso en la mejilla, muy cerca de la comisura del labio. 

 

-Gracias por traerme, de verdad. Nos vemos mañana -se despidió MinSeok completamente rojo y sorprendido por su acción, abriendo la puerta y saliendo a correr hacia su piso.

 

-Adiós… -murmuró JongDae impactado, mirando petrificado hacia donde había desaparecido ya MinSeok. 

 

+.-o-.+

 

“WonDeukkie no me hace caso! Ayúdame, MinSeok hyung! Dx”

 

“Sólo tienes que apagarle la televisión, JongDae jajajaja”

 

MinSeok sonrió al leer el “Tienes razón hyung tehee xP” que le respondió al instante. Conversaciones así se habían sucedido desde que ambos tenían sus respectivos números, empezando con un mensaje de JongDae nada más llegar a casa aquel día tormentoso. Gracias a ello, MinSeok pudo confirmar el lado infantil y travieso de JongDae, pero también el más tierno y cariñoso. Sólo tenía que releer aquellos “Que tengas dulces sueños, MinSeok” “Tengo ganas de que llegue mañana! Quiero hablar de tantas cosas, hyung!” para poder dormir profundamente y de maravilla. Incluso él se había puesto un tanto cursi a veces y le había mandado mensajes de los que se arrepentía justo el instante después de enviarlos. 

 

MinSeok estaba perdido por JongDae. Estaba más que claro.

 

Y es que aunque habían pasado sólo dos semanas y media desde que se conocieron, ya sentía cosas que nunca antes había experimentado. ¿Cómo sería tener una cita con él? Ya habían quedado en verse cuando dejara de ir a recoger a su sobrino pero no había especificado que era una cita… ¿o sí? ¿Se podría interpretar como tal?

 

“Lo siento, MinSeok, tengo que quedarme por una reunión en el conservatorio. No creo que tarde mucho, pero lo siento por las molestias. Podrías quedarte un poco más con WonDeuk? Si quieres puedes llevártelo a tu casa y paso a recogerle en cuanto termine. Gracias hyung T.T”

 

MinSeok leyó aquel mensaje justo después de haber despedido al último alumno y a su padre, pensando en el porqué de que JongDae no hubiera llegado temprano para hablar con él. Lo entendió en aquel instante, y no puso reparos en llevarse consigo al pequeño WonDeuk, quien estuvo muy contento de poder pasar más tiempo con su maestro preferido. 

 

-¡Yo de mayor me quiero casar con el maestro MinMin! -proclamó de forma determinante y tierna WonDeuk.

 

-¿Conmigo? ¿Y eso por qué? -quiso saber entre divertido e intrigado el mayor.

 

-Porque eres bueno y lindo, también sabes hacer una comida muy rica -explicó el pequeño mientras se metía con gusto otro bocado de las salchichas con huevo revuelto que le había hecho para cenar mientras llegaba JongDae.

 

MinSeok se rio y le revolvió el pelo-. Gracias, peque -agradeció enternecido MinSeok. 

 

-Aunque por ahora te dejaré para tío JongDae -soltó de repente, poniendo una divertida y linda cara de convicción mientras que se cruzaba de brazos. 

 

-¿Eh? -MinSeok no tenía ni idea de qué decir a eso.

 

-Sip, porque tío JongDae no para de hablar del maestro MinMin, y es igual con papá y mamá cuando no dejan de hablar el uno del otro, porque se quieren y… -WonDeuk seguía y seguía hablando muy convencido de lo que decía, inmerso en su preciosa inocencia e idea del amor.

 

Y MinSeok hubo un momento en el que se desconectó, porque la inocencia de aquel niño le pegó un duro golpe, que le llevó a la más inocente verdad. Porque los niños no saben mentir bien. Porque su WonDeuk le quería y quería verle feliz.

 

Los niños son muy perceptivos. Y MinSeok un total e innegable enamorado. 

 

+.-o-.+

 

JongDae supo que había pasado algo cuando llegó a recoger a su sobrino al piso de MinSeok y éste se encontraba muy sonrojado y con su mirada huidiza. Se dirigió a él de forma nerviosa y rápida, y casi ni le dio tiempo a despedirse de él. El caso es que WonDeuk estaba como si nada, mirándole divertido y muy contento.

 

-Le dije al maestro MinMin que mientras me hacía mayor para poder casarme con él que podía quedarse contigo -explicó WonDeuk como si fuera lo más lógico del mundo una vez que JongDae le preguntó sobre si le había hecho algo a MinSeok.

 

Casi tienen un accidente de coche al pisar el freno sin querer por la impresión. Menos mal que llegaron a un semáforo en rojo y pudo darse la vuelta para encarar a su sobrino. 

 

-¿Se puede saber por qué le has dicho eso? -preguntó, no sabía si enfadado o preocupado por lo que podría estar pensando MinSeok de él ahora mismo. 

 

-¡Porque es la verdad! ¡Me gusta mucho el maestro MinMin! ¡Y a ti también! -exclamó WonDeuk contrariado, enfrentando a su tío.

 

Ante eso JongDae se quedó en blanco. Se paralizó unos instantes, analizando el puro e inocente amor de su sobrino, el cual había leído a la perfección el suyo. Tuvo que volver a sentarse bien cuando escuchó un pitido de otro coche que venía detrás de él para que avanzara.

 

Los niños se daban cuenta de todo. Y JongDae se dio de lleno contra la verdad.

 

+.-o-.+

 

Con aquella situación ninguno de los dos se dio cuenta de que los padres de WonDeuk llegaban al día siguiente. Tampoco intercambiaron ningún mensaje debido a la timidez y vergüenza que sentían ambos. 

 

Y así fue la decepción de no ver a JongDae a la mañana siguiente a dejar a WonDeuk, sino sus padres, que le agradecieron de nuevo por cuidar a su pequeño y esperaban que JongDae también le hubiera causado una grata impresión. 

 

MinSeok sonrió levemente ante aquello, pensando en que lo que pensaba de él iba mucho más allá de una buena impresión y lo mucho que le encantaría gritarle al mundo que por fin estaba enamorado.

 

Pero primero tenía que hablar con JongDae y confesarle de una vez sus sentimientos. 

 

Así que le mandó un mensaje para poder quedar con él después del trabajo y siguió con su rutina laboral lo más tranquilo que pudo. Aunque mentiría si dijera que no estuvo casi todo el tiempo pendiente del móvil, pendiente de un mensaje que nunca llegaba. Llegó incluso a pensar que el hombre se había ofendido por cómo le había tratado la noche anterior y se preocupó un poco bastante…

 

Y llegó la hora de cerrar. WonDeuk fue el último en ser recogido, por sus padres de nuevo. Sin embargo, ambos padres estaban raros, muy sonrientes y cómplices entre sí, mandándose miraditas entre ellos. 

 

-¡Hasta mañana, MinSeok! Creo que alguien ha dejado algo para ti fuera. ¡Adiós! -se despidieron deprisa y corriendo entre risas, ante la mirada confundida de su hijo y de su maestro.

 

MinSeok decidió ir a ver de qué se trataba, pero antes de abrir la puerta escuchó la animada y enérgica voz de WonDeuk gritar “¡Tío JongDae!” y los potentes “¡SHHHHHHHHHH!” de los adultos para callarle. 

 

-¿JongDae? -preguntó al aire mientras abría la puerta y miraba para cerciorarse.

 

Se encontró  con la espalda de JongDae, y a éste llevándose un dedo a los labios para hacer un gesto de silencio a su sobrino que se alejaba entre risas en los brazos de sus padres que habían empezado a correr para alejar a su escandaloso hijo de allí. 

 

-¡MinSeok! -exclamó sorprendido JongDae dándose la vuelta, descubriendo un hermoso y colorido ramo de flores. 

 

-Hola… -saludó MinSeok sin saber cómo reaccionar al verle allí, frente a él, cuando estaba seguro de que no le había respondido a su mensaje. 

 

-Um, sí, hola… Yo… Esto… ¡Toma! -dijo muy nervioso mientras se acercaba poco a poco a él, para terminar entregándole el ramo con una gran reverencia. 

 

MinSeok estaba igual de nervioso que el otro, pero no pudo evitar ver lo gracioso que era el comportamiento de JongDae y comenzó a reír mientras recibía el ramo. 

 

-Muchas gracias… Así que… ¿Todo esto estaba planeado? Me dijeron que habían dejado algo para mí aquí fuera, pero no pensé que fueras a ser tú -explicó un poco más tranquilo una vez había expulsado una gran cantidad de nervios con las risas. Ahora sólo podía sonreír.

 

-Sí, bueno, se suponía que era una sorpresa pero WonDeukkie… -dijo frunciendo el ceño de forma infantil al recordar la escenita de su sobrino al verle-. Y por eso tampoco te he contestado al mensaje, perdona.

 

-No, está bien; por esto ha merecido la pena -dijo MinSeok, acercándose aun más a JongDae.

 

Sus ojos estaban fijamente anclados los unos en los otros, brillando por la expectación y la emoción. Sus sonrisas mostraban un anticipo de lo que ambos sentía que iba a ocurrir. Todas las dudas disipándose poco a poco. 

 

-JongDae…

 

-MinSeok…

 

-Estoy enamorado de ti…

 

-Estoy enamorado de ti…

 

Dijeron los dos a la vez. Y comenzaron a reír. Porque ya lo sabían.

 

JongDae tomó la mano libre de MinSeok, entrelazando sus dedos, haciendo de nuevo contacto visual. El maestro comenzó a sentir su ya conocida timidez, escondiéndose levemente detrás del ramo de flores con una sonrisa, sintiéndose juguetón y contento. JongDae buscó con su otra mano el mentón de MinSeok y lo dirigió hacia él, comenzando a cerrar sus ojos para dar inicio al primer beso de ambos. 

 

Y el comienzo de una larga, próspera y hermosa relación. 

 

+.-o-.+

 

Un ya crecido pero igual de animado WonDeuk jugaba con un pequeño bebé bajo la mirada de dos adultos. Tal parecía que WonDeuk se lo estaba pasando en grande jugando con su nueva prima, pero en realidad…

 

-¡Todavía no te perdono que te casaras primero con el maestro MinMin, tío JongDae! Si no fuera por JaeAhn te daría un súper puño ahora mismo -refunfuñó el crío, mirando a su tío con los ojos entrecerrados, abrazándose a su preciosa prima.

 

Los dos adultos comenzaron a reír. JongDae se acercó a revolverle el pelo y a hacerle una pequeña llave de lucha, jugueteando con él. 

 

-¿Qué has dicho, mequetrefe? Te recuerdo que sigo siendo el líder de los fantásticos Jong y Deuk, así que un poco más de respeto -dijo JongDae, luchando contra su sobrino.

 

MinSeok suspiró ante aquella escena que se repetía más de lo que deseaba y fue a coger a su hermosa hija del suelo antes de que aquellos burros le hicieran daño. Aunque la bebé se estaba riendo como el que más al ver a su padre y a su primo jugar a matarse.

 

La colocó entre sus brazos le dio un pequeño beso en la frente, observándola con verdadero amor. JongDae y él se casaron un año y unos meses después de comenzar a salir. Muchos dirían que era muy poco tiempo para tomar tal decisión pero ellos se amaban, y eran muy felices juntos. Poco después empezaron a hacer los trámites para adoptar y después de un largo periodo de listas de espera por fin MinSeok pudo hacer su sueño realidad de tener una familia propia. JongDae era un padre de lo más comprensivo y cariñoso, amaba a su princesita JaeAhn y la cuidaba en demasía, dejando salir al papá sobreprotector que llevaba dentro. Y MinSeok no podía hacer otra cosa que soltar lágrimas de felicidad por haber encontrado tanto amor. 

 

WonDeuk y JongDae terminaron de batallar en lo que quedó como un empate y se levantó para abrazar a los dos tesoros de su casa. Dejó también un amoroso beso en la cabecita de su hija y abrazó por la cintura a su esposo. 

 

-Deberíais dejar de hacer eso cada vez que os veis -imploró MinSeok por enésima vez.

 

-¡Nop! -respondieron los dos al unísono. Algunas cosas nunca cambiaban. 

 

-Aunque deberíamos darle las gracias a WonDeuk. Gracias a él pudimos conocernos, y además nos dio su consentimiento para estar juntos -dijo MinSeok, haciendo caso omiso de los otros dos e intentando complacer un poco al pequeño. 

 

-Cierto, gracias, WonDeukkie -agradeció divertido, guiñándole el ojo con burla. 

 

-¡Jum! ¡Ya verás! ¡Algún día creceré y te quitaré a MinMin! -puntualizó orgulloso el niño, dándoles la espalda y encendiendo la tele para ver dibujos animados. Aunque en sus todavía pequeños labios se podía ver una sonrisa. 

 

-Eres peor que un niño, de verdad -dijo MinSeok regañando a JongDae, poniendo los ojos en blanco. 

 

-Pero me amas igual -respondió el otro, con una sonrisa traviesa. 

 

Ambos dejaron que sus labios se buscasen y se encontrasen en un cálido e intenso beso, de esos que se repetían todos los días pero que recordarían durante el resto de sus vidas.

 

Como siempre recordaran aquel amor puro e inocente que el destino les envió para encontrarse. 

 

FIN.

 

 

Notas finales:

Hola a todos!

 

Y como siempre después de tanto tiempo!

 

De verdad que yo no sé que hacer para que mi inspiración se mantenga constante T.T

 

Pero bueno, a veces me da para hacer algo cortito como esto jajajaja

 

Es mi primer ChenMin, unas de las ships que más me gustan de EXO <3 (están casados, a mí no me engañan x3)

 

La idea la saqué del showcase de EXO que hicieron para Tempo, del momento en que Xiumin estaba explicando su canción y comentan que lo está haciendo bien, que si se dedicaba a la enseñanza o algo así, y el va y responde algo así como “¿debería enseñar en una guardería entonces?” o algo parecido, ya ni me acuerdo xD

 

El caso es que en ese momento algo explotó en mi cerebro y de ahí nació esta historia, súper simple y en la que no pasa nada fuera del otro mundo, pero que me parece tierna y bonita n.n

 

Y ya sabéis que me encanta imaginarme a los idols con bebés o niños pequeños akjskdnjbrfejnbckjvedvbjhefbvjkwbvkjbdcbekfvhwe >///<

 

Ah! Por si tenéis curiosidad por la canción que cantan con el piano aquí os dejo el link donde la encontré y donde podéis escucharla también: 

 

https://www.mamalisa.com/?t=ss&p=1186

 

Y sin más, espero que os haya gustado! 

 

Nos leemos! =


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