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Open You Heart por endora

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Hago esto como fan de la banda, sin intención de ofender a otros fanáticos o a los miembros de esta.

Open You Heart.





Al fin habíamos tomado unas pequeñas vacaciones, habían sido giras, presentaciones en programas, entrevistas, filmación de vídeos y campañas publicitarias, etc. Tiempo de locos. Pero ahora estaba en casa con mi familia o por lo menos eso fue los primeros días, ellos tenían ya planes hechos antes de mi visita, aun así, disfrutaba el tiempo en casa.



Estaba viendo la televisión cuando el timbre sonó y tuve que levantarme del sofá a ver quién era. Cuando mire por la mirilla me lleve una gran sorpresa al ver una mata de pelo rubio, ese crepe no podía ser de nadie más y cuando abrí la puerta sus ojos azules brillaron al verme.



“Ey John” no sabía que estaba haciendo Joey ahí en mi pórtico, días atrás nos habíamos despedido con la promesa de no vernos durante nuestras vacaciones.



“Ey Joey, que sorpresa” lo invite a entrar y él camino con una mueca tímida y sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de mezclilla.



“¿Y tu familia?” preguntó al no ver a nadie salir a saludarlo.



“Ya tenían planes cuando he llegado, sólo pude estar un día con ellos” le dije invitándolo a sentarse y yendo a por unas cervezas a la cocina.



“Somos dos… bueno algo así, también ellos tenían otras cosas que hacer hoy, y como no quería pasarlo solo en casa he venido” eso me hizo alzar las cejas con algo de sorpresa, pasamos tanto tiempo juntos metidos en el camión que estar en casa solos y cómodos es como un oasis en el desierto, pero Joey no me diría así de fácil el porqué de su visita “Me preguntaba si no te molestaría que pasara hoy la noche aquí, han ido a una cena familiar… con familia que no me apetece ver” lo entendí, yo también tenía familiares que me criticaban por no tener un verdadero oficio.



Asentí con la cabeza y le sonreí en respuesta mientras le pasaba una de las cervezas.



El resto de la tarde la pasamos viendo la televisión incluso algunos programas donde nos presentamos, aún con Norum. Había anunciado su salida y eso nos había desequilibrado, sobre todo a Joey. Y la discográfica estaba tratando de conseguir a otro guitarrista, por eso las pequeñas, apresuradas y amargas vacaciones.



“¿No nos desvelaremos bebiendo y fumando?” me dijo cuando comencé a preparar la cena.



“Dejaremos eso para la gira, ¿No te quieres quedar sin algo que hacer en esas noches verdad?” le respondí prendiendo la estufa y poniendo un sarten en ella.



Yo era algo silencioso en comparación con el alboroto que armaban Joey, Norum e Ian, así que no estaba seguro de si el ambiente tranquilo que se respiraba en casa fuera de su total agrado. Y aun si no fuese así, Joey no menciono nada al respecto, a pesar de que yo lo veía en ratos intranquilo, casi tenso, creí que sería por todo el asunto de la banda, pero la verdad era que no me apetecía tratar ese tema, por el momento.



Cenamos y bebimos un par más de cervezas, cuando estábamos quedándonos dormidos a mitad de un infomercial de motocicletas supe que era hora de ir a la cama, o terminaríamos dormidos en el sofá y con dolor de cuello al siguiente día, como si hubiésemos estado en el autobús, y no pasaría eso en mis cómodos días en casa con mi amplia cama a unos metros.



“Ey, Joey…” me respondió con un sonido somnoliento “Joakim… vamos a la cama” lo vi abrir los ojos un poco más y voltear a mirarme con una sonrisa pícara en su rostro “Vamos, no quise decirlo así” le dije comenzando a reír también.



Llegamos a mi habitación y Joey la examino como si no hubiese estado ahí nunca.



“Vaya, tienes todo como la última vez que vine” se dio una última vuelta antes de sentarse sobre la cama.



“Algo así, ese poster de haya es nuevo” le señale un poster de una motocicleta que había adquirido recientemente.



“Ya veo…” lo miro unos segundos y bajo la vista hacia sus tenis blancos. Intuí que quería hablar de Norum. Cruce mis brazos sobre mi pecho y me recargue en el marco de la puerta.



“Si lo que quieres es hablar sobre la banda…”



“John…” me interrumpió volteando a verme, con esa intensa mira azul. Cerré mi boca y trague saliva ¿A qué se debía esa mirada? “Ven…” señalo el espacio en la cama junto a él, sus manos aún en sus bolsillos.



Instintivamente me senté junto a él y esperé a que dijera o hiciera algo, cualquier cosa que me aclarara por qué de pronto toda esa situación había perdido su aire cotidiano, por qué todo se sentía de pronto, diferente.



“Yo…” el timbre del teléfono sonó, arruinando el momento, o eso me pareció al ver titubeo en la mirada de Joey, tratamos de ignorarlo, pero volvió a sonar.



“Tengo que atender…” él asintió bajando su mirada de nuevo, me levante y baje a atender la inoportuna llamada, era mamá, se había olvidado de pasar a saldar algunas cuentas de la casa y ahora me delegaba esa tarea a mí. Si hubieses llamado mañana, no podía dejar de decirle en mi cabeza.



Cuando volví a subir Joey estaba dormido en mi cama, se había dejado sólo la ropa interior y ahora roncaba plácidamente. Suspire y me encamine al cuarto de al lado a dormir.



Pase una noche algo incomoda, teniendo sueños extraños sobre mí y Joey y esa extraña semi conversación en mi habitación. Cuando desperté a la mañana siguiente Joey ya no estaba en mi cama, al bajar llego a mi nariz el olor de café caliente.



“Un desayuno modesto” me dijo aún en calzoncillos “Para pagar por la hospitalidad” me sonrió y le agrego un trozo de queso al pan que tenía sobre la sarten.



Comimos en calma, disfrutando de la mutua compañía y el cargado café. Me sentía mejor, en verdad el verlo ahí en la cocina y probar lo que hizo me ayudo a desvanecer el sopor que me había generado el cumulo de sueños extraños.



“¿La llamada de anoche era importante?” me dijo antes de tomar un sorbo de café y mirarme por encima de su taza blanca, unas líneas aparecieron en su frente.



“Mamá, al parecer no pago algunas cuentas y tendré que hacerlo yo” le di otra mordida al pan de centeno.



“Oh, bueno. Puedo llevarte, traje mi moto” me sonrió radiante ¿Cómo decir que no?



Antes de irnos decidimos ducharnos, mi ropa le quedaba así que no había problema con eso. Él fue primero, al traer ese crepe en el pelo necesitaba cuidado especial y tardaba varios minutos más que yo en dejarlo listo. Cuando salió con una toalla atada a su cintura me encamine de inmediato al baño, esos sueños… comenzaba a recordar un poco más de ellos. Algo que no se supone sueñes con tus amigos como protagonistas.



El agua me sentó de maravilla, me sentí renovado al sólo tacto de ella, era como si tranquilizara mi alma el sentirla sobre mi cuerpo y el escucharla a mi alrededor.



Entre a mi habitación por la ropa que había olvidado y Joey estaba ahí secándose el cabello tan sólo con un slip blanco, me sonrió y yo fui a por mis cosas, el sonido de la secadora de cabello cesó.



“John…” lo escuche a mi espalda y eso me hizo dar un pequeño saltito en mi lugar.



“Dime” hable sin voltearlo a ver, el corazón me latía fuertemente, el aura extraña de anoche volvía a instalarse a nuestro alrededor.



“Me gustas…” mi corazón se detuvo por un segundo y al siguiente dio un violento vuelco, su voz era suave y calmada, con cierto tinte sensual.



“Y tu a mí, eres un gran amigo” salió de mis temblorosos labios.



“No como amigo… ey…” me tomo del hombro y me hizo voltear hacia él. Me miraba casi desafiante, como si lo hubiese herido.



“¿Entonces?” Que estaba pasando, yo lo había visto con Norum desde siempre, un extraño sentimiento anido en mi pecho y me hizo fruncir el ceño “No soy Norum, él se fue, no lo busques en mi”



Joey me miro sorprendido y algo dolido. Lo vi apretar sus puños y tensar sus hombros, para segundos después soltar el aire y así sus hombros se fueron relajando al igual que sus manos.



“No es eso, de verdad” me dijo en voz baja.



“Joey…”



“Me gustas John, no se desde cuando, en serio. No busco a Norum en ti. No puedo explicarte lo que paso entre él y yo, es… confuso y largo. Pero de verdad te soy sincero…” sus ojos claros estaban cargados de melancolía y algo en mi pecho se quebró, no fue algo malo, pero causo una pequeña punzada en el corazón.



“No sé que decirte, Joey” ¿Te quiero? No, no podía decirle eso.



“Sólo que no me odias”



“No te odio”



“Vale”



Y trate, de verdad trate de contenerme y no hacer lo que mi mente y mi cuerpo querían hacer, besarlo. Pero no pude, me acerque a él inclinándome sólo un poco, sólo esos escasos centímetros que le llevaba en estatura, toque sus labios con los míos en un pequeño roce, después seguí, él no se apartó, al contrario, sus manos que habían permanecido a sus costados se elevaron a mis hombros y me acercaron más a él.



Pase mi lengua por su labio inferior y él abrió la boca, profundizamos el beso, nuestras lenguas se unieron, él mordió ligueramente mi labio inferior y no pude más, lo abrace juntando nuestros cuerpos lo más posible.



Nos sentamos en la cama sin dejar de besarnos, Joey se puso sobre mí, uno de sus muslos rosaba mi entrepierna por sobre la toalla mientras él se restregaba sensualmente sobre mi muslo izquierdo que había quedado descubierto.



Pase mis manos por sus hombros, sus brazos, su espalda y su pecho, Joey dejo de besar mi boca y comenzó a besar mi cuello, pasando su húmeda lengua por mi nuez sacándome un profundo gemido. Mi entrepierna comenzaba a despertar, toda la sensualidad y el erotismo de Joey estaban terminando con mi cordura.



Acaricie los laterales de su cuerpo semidesnudo sintiendo la suavidad de su piel, llegue al bulto atrapado en los slip y lo toque Joey gimió ante mi tacto y metí mi mano sacando de su prisión a su sonrosado miembro, esta duro y húmedo comencé a acariciarlo de arriba abajo, lentamente.



“E… espera”



Suspiro en mi oreja y llevo su mano a mi miembro terminando de abrir la toalla, nos acariciamos mutuamente, movimos las caderas y en un reacomodo de posiciones nuestros penes chocaron y comenzamos a frotarlos juntos, Joey hizo su cabeza para atrás y pude ver la curvatura sensual de su cuello y su cabello largo se movía sensualmente sobre nuestros cuerpos, continuamos con este movimiento de manos y caderas hasta que nos vinimos casi al mismo tiempo.



Después de unos instantes que ocupamos para recuperar el aliento Joey se tiro junto a mí en la cama.



“Eso… Estuvo, bien” su voz sonaba de una forma muy sensual, algo más ronca.



“Si, lo estuvo” nos quedamos juntos en mi cama hasta que después de un rato decidimos terminar de arreglarnos e irnos a hacer la labor que mi madre me había encomendado de último minuto.



La moto de Joey estaba en la cochera y él subió en ella invitándome a hacer lo mismo. Me monte en esta detrás de él.



“Si voy muy rápido puedes sujetarte fuertemente a mi” me hizo una sonrisa pícara.



“Tentador” le dije suavemente en el oído antes de escuchar que arrancaba el motor.







Continuara…


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