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de compras por tobio

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Notas del fanfic:

ya sientese señora.jpg

Notas del capitulo:

no hay mucha trama, but kagami hace buenas mamadas. 

—Vamos, de prisa. —Kagami jalonea bruscamente la mano de Aomine, mientras ingresan al centro comercial.
 
Aomine no suele ser muy bueno con el tema de las compras, porque le da demasiada pereza tener que pasearse de una tienda a otra, para comprarse una jodida falda.
 
Bueno, la verdad es que Satsuki lo tiene un poco traumado.
 
—¿A qué tienda deberíamos ir primero? ¿Adidas? ¿Nike? Tal vez Jordan sería la mejor opción —comenta con una expresión dudosa y Aomine suspira, encogiéndose de hombros.
 
No es que Kagami sea muy bueno con las compras tampoco, pero él realmente necesita un cambio de ropa deportiva. ¡Aomine se la ha robado toda!
 
—Vamos a Nike —dice desinteresado—, Hace unos días, vi unos buzos muy geniales —comenta aburrido y Kagami suspira, soltando la mano de Aomine y metiéndola a su bolsillo—, Uh… ¿Qué ocurre? —pregunta confundido y Kagami niega con la cabeza.
 
—No me pasa nada, pero si no querías venir, no tuviste que haber insistido hasta reventarme las bolas —dice tranquilo—, Iré a echar un vistazo, te veo luego. —Le hace un ademán con la mano y se dirige hacia la escalera mecánica.
 
Aomine se queda en medio del pasillo, observando a Kagami con duda y analizando la situación. Tal vez no tuvo que actuar tan desanimado con el tema de las compras…, es decir, Kagami no lo llevaría a una tienda de vestidos elegantes, ni zapatos con tacón, ni tardaría tres horas en comprar una jodida pañoleta para el cuello.
 
—¡Oi! ¡Bakagami! —Sale corriendo detrás de su novio, y sube a zancadas las escaleras.
 
Al llegar al segundo piso, mira de forma panorámica y sonríe al ver que la cabellera rojiza, acaba de entrar a una tienda de ropa deportiva. 
 
No duda en seguirlo.
 
—Yo creo que naciste para usar el estilo americano —comenta con una sonrisa coqueta y Kagami se voltea, mirándolo sin expresión.
 
—Gracias, Tatsuya solía decirme lo mismo. —Se encoge de hombros y acomoda la gorra hacia atrás—, Hum, creo que me llevaré ésta. —Sonríe al espejo.
 
Aomine abofetea a Himuro en su mente.
 
—¿No te interesa alguna gorra? —Kagami mira a Aomine y éste se queda pensativo un momento.
 
—La negra que está ahí. —Señala una gorra con el logo de Nike y Kagami la toma, entregándosela.
 
—Vale, vamos a ver buzos. —Le hace una seña y Aomine se pone la gorra, para seguirlo muy de cerca—, Estaba pensando que podíamos comprar buzos iguales —comenta mientras mira uno de color azul oscuro.
 
—Buzos iguales. —Sujeta su mentón y se queda pensativo—, Si vas a comprar iguales, quiero que el mío sea de más claro que el tuyo —dice rápidamente y Kagami sonríe.
 
Él escoge un buzo de color azul marino con líneas rojas para Aomine, y uno negro con líneas blancas para él.
 
— ¿No llevarás nada más? —pregunta curioso y Kagami niega con la cabeza.
 
—Nop, quiero ir a ver unos jeans a la tienda de al lado. Nike no es tan grandioso. —Se encoge de hombros y camina hacia la caja, sonriéndole de forma amable al chico que está ahí—, Hola —saluda amable y deja ambos buzos en el mesón.
 
—Buenos días. —Hace una pequeña reverencia—, ¿Solo llevará estás prendas? —pregunta de forma cálida y Kagami niega.
 
—Esto también. —Deja su gorro sobre el mesón y hace lo mismo con el de Aomine. 
 
El cajero pasa los códigos por la máquina, y procede a quitarle las alarmas de seguridad.
 
—¿Pagará en efectivo o con tarjeta?
 
—Tarjeta —dice al instante y desliza la mencionada por la máquina, agregando su clave secreta.
 
—Bien. —Introduce los productos en una bolsa y mientras nadie lo mira, quita la boleta de la máquina y escribe algo en ella—, Esto es para usted. —Le entrega las bolsas junto con la papeleta y Kagami sonríe.
 
—Muchas gracias —dice satisfecho y el cajero le hace una reverencia.
 
Kagami toma la mano de Aomine nuevamente (Porque es obvio que ya no está molesto) y caminan tranquilos hacia la salida.
 
—Entrégame la gorra —pide con una mirada de niño pequeño y Kagami suspira, pasándole la bolsa.
 
—Que pereza, debo quitarle la cinta y todo lo demás. Mejor hazlo tú. —Hace una mueca de aburrimiento y Aomine gira los ojos.
 
Quita la cinta de embalaje lentamente y luego saca la gorra, poniéndosela de inmediato.
 
—Idiota, se te cayó la boleta —dice Kagami, esperándolo en la puerta de la tienda.
 
Aomine rueda los ojos, y retrocede dos pasos para tomarla.
 
—¿Cuánto te costó todo esto? —Toma el papel con la mano derecha y observa atentamente lo que sale impreso.
 
—No tengo idea, pagué con la tarjeta de mi papá. —Se encoge de hombros y sale de la tienda, metiendo ambas manos en sus bolsillos.
 
Aomine frunce el ceño cuando ve un mensaje escrito en una esquina del papel.
 
“Soy el cajero de Nike, si te interesa, te dejo mi numero para que hablemos, chico sexy ;)”
 
Una vena se asoma en la frente de Aomine. Mira a Kagami, quien lo está observando con una leve sonrisa y cuenta hasta diez mentalmente. Él no puede ir y golpear a ese tipo, hay guardias de seguridad y una pequeña prisión en el centro comercial.
 
Exhala un suspiro y arruga el papel, arrojándolo al basurero de la tienda.
 
—¿A dónde iremos ahora? —pregunta despreocupado y al estar junto a su novio, le toma suavemente la mano.
 
—Quiero ir a Jordan, necesito tenis nuevos. —Se encoge de hombros, pero antes de que pueda avanzar, Aomine lo detiene.
 
—Vamos a otro lado —dice despreocupado y Kagami frunce el ceño.
 
—Me gusta comprar mis zapatillas en Jordan —dicta serio y Aomine desvía la mirada, suspirando.
 
—Me refiero a que, yo te obsequiaré de mis zapatillas, uh, todas las que quieras…, será como un pago por toda la ropa que te he robado. —Kagami se queda mirando a su novio y una leve sonrisa aparece en sus labios.
 
—Vale, vayamos a ver los jeans entonces. —Ladea la cabeza con una sonrisa cariñosa y Aomine se queda mirándolo embobado.
 
—Está bien. —Asiente con la cabeza y sigue a Kagami, sujetando su mano con delicadeza, mientras que con la otra sujeta la bolsa de las compras.
 
[…]
 
—Se acerca la temporada de invierno —dice Aomine, mirando las chaquetas, pantalones, camisetas de manga larga, bufandas, guantes y gorros.
 
—Genial, ayúdame a buscar pantalones abrigados —dicta con seriedad y Aomine alza una ceja—, No me mires así, ayúdame y tardaremos menos. Ya me está dando hambre. —Le da un golpe en el brazo y Aomine suspira.
 
Ellos se separan, Aomine yendo inmediatamente hacia la zona de pantalones, mientras que Kagami se dirige hacia las bufandas y otros accesorios.  
 
Se reúnen frente a los vestidores, con los brazos repletos de prendas.
 
—Ese pantalón está lindo. —Kagami sonríe al ver el jean de color negro y Aomine suspira.
 
—Toma. —Extiende sus manos repletas hacia Kagami y éste hace una mueca.
 
—Estoy algo ocupado. —Mueve sus manos (Repletas con ropa también) y Aomine hace un puchero.
 
Kagami suspira y mira el vestidor.
 
—Ven, deja la ropa aquí. —Le hace una seña y Aomine se adentra al pequeño cubículo. Lugar donde Kagami pone la ropa en una banca—, Dame. —Le quita la ropa de una arañazo y Aomine sonríe.
 
—¿Te la vas a probar? —Se cruza de brazos y recarga su cuerpo sobre uno de los muros.
 
—Solo los pantalones —aclara—, La chaqueta me quedó bien y los gorros, bufandas y guantes también. —Se encoge de hombros y cierra la cortina.
 
Aomine se queda mirando atentamente a su novio, quien desabrocha sus pantalones y los baja hasta las rodillas.
 
—Deja de mirarme como un depravado sexual —pide con una leve sonrisa y Aomine rueda los ojos.
 
—Eres aburrido —indica con un puchero, y una sonrisa burlona aparece en sus labios al ver que Kagami se agacha—, ¡Un momento Bakagami, no te muevas! —exclama alarmado y Kagami se queda congelado.
 
Aomine suspira satisfecho y pasa su mano por uno de los glúteos de Kagami, para después darle una fuerte nalgada.
 
Kagami frunce el ceño.
 
—¡¿Qué diablos te pasa?! —Lo toma del cuello de la camisa y Aomine sonríe divertido.
 
—Tu culo es mi debilidad —susurra coqueto y lleva sus manos hacia las caderas ajenas—, Creo que me volvería un depravado sexual por ese trasero. —Traslada sus manos hacia el trasero de Kagami y estruja ambos glúteos.
 
—Ugh…, no puedes hacerme esto. —Frunce levemente el ceño y Aomine ladea la cabeza—, Tocarme de forma tan obscena y esperar que no sienta nada. —Hace un puchero y Aomine suelta una pequeña carcajada.
 
—Te haces el inocente Bakagami, pero la verdad es que eres más pervertido que yo. —Le da un suave beso en los labios y Kagami suspira.
 
—No te atrevas a compararme contigo. Yo jamás me he pajeado mirando a una chica en traje de baño. —Rueda los ojos.
 
—Pero te has pajeado al verme a mí en traje de baño. —Alza una ceja y Kagami sonríe.
 
—Valió la pena. —Se encoge de hombros y Aomine comienza a masajearle suavemente los glúteos—, No hagas eso, se supone que vinimos a comprar ropa. —Regaña, jalándole una oreja.
 
—Compraremos ropa, pero al menos déjame disfrutar de esto un poco más. —Kagami apega su pelvis con la de Aomine y éste sonríe, masajeándole con un poco más de rudeza.
 
—Entonces date prisa. Quiero comer hamburguesas. —Suspira resignado y se aleja de Aomine, agachándose frente a él.
 
—¿Qué? ¿Tú vas a…? ¿Eh? —Aomine luce confundido y Kagami le obsequia una sonrisa.
 
—Si dejo que te encargues de esto, terminaremos follando. —Hace una pausa—, No tengo problemas con eso, pero hoy no tengo ganas de andar con mi ropa interior sucia y caminando como si me hubiera cagado encima. Prefiero chupártelo y luego lo hacemos cuando lleguemos a casa —explica todo esto mientras desabrocha el pantalón de Aomine y éste traga en seco.
 
—¿De verdad vas a hacerlo? —pregunta emocionado y Kagami chasquea la lengua.
 
—¿Acaso no quieres que te lo haga? —Alza una ceja y Aomine lo mira con las mejillas coloradas.
 
—Si quiero, mierda, claro que quiero. —Asiente varias veces con la cabeza y muerde su labio inferior cuando Kagami le besa sobre la ropa interior.
 
Kagami baja el bóxer y observa con atención el miembro de su novio. A pesar de que Aomine no ha recibido atención, él ya tiene una pequeña erección, la cual está en camino a despertar completamente.
 
Envuelve su mano en la base, y comienza a bombear rápidamente.
 
—Seguramente será increíble —dice con una sonrisa emocionada y Kagami rueda los ojos, para acercarse y darle una pequeña lamida a la punta—, ¡Oh! Repite eso —exclama con emoción y Kagami frunce el ceño.
 
—¿Qué rayos te pasa? Estás actuando como si nunca hubieras recibido un jodido oral —regaña con las mejillas sonrojadas y Aomine sonríe orgulloso.
 
—Siempre me pongo ansioso cuando te veo de rodillas frente a mí. —Se encoge de hombros y Kagami suspira, lamiendo levemente la punta, escuchando como Aomine jadea como prostituta. 
 
—¿Desde cuando eres tan ruidoso? —Mira a su novio con el ceño fruncido y Aomine le acaricia la mejilla, sonriéndole orgulloso.
 
—Desde siempre. —Le guiña un ojo y muerde su labio inferior.
 
Kagami se queda mirando a Aomine, observando con detalle la mirada lujuriosa que tiene y sonríe. Acerca su cara a la erección de Aomine y sin dejar de mirarlo, introduce el miembro en su boca.
 
Comienza succionando lentamente, hasta que la punta acaricia su garganta.
 
—Santa mierda —jadea Aomine y enreda sus manos en el cabello de Kagami, mirándolo con atención, mientras que Kagami comienza a succionar, moviéndose de adelante hacia atrás.
 
El ritmo lento y pausado, prontamente se va acelerando, provocando que las caderas de Aomine se muevan con sutileza. 
 
—Me voy a…, correr. —Jalonea el cabello de Kagami con una sonrisa, mientras que éste comienza a succionar con más fuerza. 
 
Aomine suspira y aprieta los labios cuando siente un cosquilleo en su vientre, dejando salir todo su líquido caliente, en la boca de su novio. Y Kagami no duda en tragarse hasta la última gota.
 
—Eso ha sido demasiado rápido —comenta Kagami, relamiendo sus labios.
 
—¡Cállate! Hace frío y no me hago una paja desde hace varios días —regaña avergonzado y Kagami sonríe, poniéndose de pie.
 
—Súbete los pantalones y vámonos a casa. —Mira el montón de ropa y rasca su nuca—, Supongo que podría venir a cambiarlos si no me quedan. —Se encoge de hombros, y de un momento a otro, su espalda se estrella contra uno de los muros—, Auch, ¿Por qué has hecho eso? —Acaricia su cabeza y mira a Aomine, quien tiene una sonrisa lujuriosa.
 
—No puedes esperar que me conforme con ese bocadillo. —Alza una ceja con burla y Kagami suspira, negando con la cabeza.
 
—Aléjate —dice con una sonrisa entre nerviosa y divertida. Aomine lo abraza de la cintura, y acerca su entrepierna (La cual aún no ha cubierto) con la de Kagami.
 
—¿Qué quieres hacer? —pregunta con una sonrisa insinuante.
 
—Quiero que alejes tu pene del mío. —Alza una ceja y se sonroja cuando Aomine le guiña un ojo, apretándole la cintura para apegarlo más a su cuerpo.
 
—¿Realmente quieres que haga eso? —Kagami rueda los ojos.
 
—¡Si! ¡Aléjate ahora mismo! —Le da un empujón y Aomine se aleja, haciendo pucheros.
 
—Eres un aburrido Bakagami. —Chasquea la lengua y se sube el pantalón—, Vamos, paga la maldita ropa para poder irnos a casa y follar. —Sujeta un montón de ropa y sale del vestidor. 
 
Molesto.
 
—Eres un bebé. —Kagami sujeta el otro montón de ropa y camina detrás de Aomine, quien va enfurruñado—, Oye idiota, no vengas a hacerte el enojado conmigo. —Le da una patada en la pantorrilla, pero Aomine no lo mira.
 
—Buenas tardes —saluda la cajera—, Hum… ¿Va a llevar todo esto? —cuestiona con una sonrisa y Kagami deja el otro montón sobre el mesón.
 
—Si, llevaré todo —dice con una sonrisa y la cajera suspira, poniéndose a pasar la ropa por la maquina—, Oye maldito idiota. —Mira a Aomine, pero éste está mirando para otro lado—, ¿Vas a estar así todo el día? —pregunta divertido y Aomine solo se cruza de brazos—. Bien, después no me reclames —advierte con una pequeña sonrisa.
 
La cajera se tarda veinte minutos en pasar la ropa de Kagami.
 
—¿Pagará con tarjeta o en efectivo? —pregunta con una sonrisa orgullosa y Kagami le sonríe de vuelta.
 
—Tarjeta. —Entonces, Kagami realiza el trabajo de pasar la tarjeta y digitar la clave, mientras otra chica guarda las prendas en bolsas.
 
—Gracias por preferirnos. —La cajera hace una reverencia y sonríe complacida—, Esperamos que vuelva nuevamente.
 
—Gracias. —Kagami toma las quince bolsas y sale de la tienda, con Aomine detrás de él.
 
Ellos caminan en silencio, pero pareciera que Kagami está caminando demasiado rápido, porque Aomine se está quedando demasiado atrás.
 
—¿A dónde iremos a comer? —pregunta el moreno, trotando levemente para acercarse a su novio, sin embargo, no recibe respuesta—, Bakagami, se supone que el enojado yo —dice con obviedad, pero Kagami solo se dedica a mirar las vitrinas de las tiendas.
 
Aomine frunce el ceño, porque claramente él odia ser ignorado.
 
—Me voy a enojar de verdad —amenaza con tono de voz serio, pero Kagami sigue ignorándolo—, Bien, tú lo quisiste. —Se cruza de brazos y camina junto a su novio, con un enorme puchero.
 
Kagami sonríe cuando mira de reojo a Aomine, pero no hace nada al respecto.
 
—Oye… —murmura, haciendo el puchero más pequeño—, Hum…, ¿Sigues enojado? —pregunta de forma insegura. No recibe respuesta—, Yo ya no estoy enojado. —Se acerca levemente a Kagami—, ¡Vamos Bakagami, no me hagas esto! —Le da una patada y Kagami se enreda con sus propios pies, cayendo de bruces al suelo—. Ugh…
 
Kagami acaricia su espalda y fulmina a Aomine con la mirada.
 
—¿Ya no estás enojado, verdad? —Mira a su novio, quien refunfuña molesto y recolecta sus bolsas—, Kagami, tú sabes que odio que me ignores. Vamos, deja de estar molesto conmigo —dice de forma adorable, pero Kagami chasquea le lengua y se pone de pie.
 
—Vete al demonio —comenta enojado y a toda velocidad, comienza a caminar.
 
—¿Quieres que te deje solo para que enfríes tu cabeza? —pregunta, observando como su novio se aleja—, ¡¿Aun follaremos cuando llegue a casa?! ¡¡Te llevaré hamburguesas deliciosas!! —Ladea la cabeza y nota que desde la distancia, Kagami le enseña el dedo del corazón.
 
Aomine solo suspira resignado. Claramente, él no tendrá sexo esta noche.
 
Notas finales:

puto el que lee <3


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