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moon por tobio

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Notas del fanfic:

definitivamente, debo escribir la segunda parte de esto pronto. 

Notas del capitulo:

aw, recuerdo que escribí éste fic, cuando estaba un poco (muy) enamorada del fono audiólogo de mi instituto, él era tan culto e inteligente, siempre nos comentaba algo sobre cómo focalizar la voz y no tener miedo en público, nos alentaba y mierdas así. 

—Lo noto triste —dice Mercurio mirándome desde la lejanía—, ¿Por qué está triste? —insiste sin cambiar de expresión.

 

Mercurio suele ser muy calmado; él no habla demasiado y siempre está observando y analizando toda la situación a su alrededor.

 

—No estoy triste —le respondo con una sonrisa. No me gusta preocupar a los demás, se supone que debo dar alegría—, ¿Qué te hace pensar que estoy triste? —pregunto con una mirada curiosa y él se encoge de hombros.

 

—Acaba de dejar que esa nube cubra su luz, ¿Será que no tiene ánimos de iluminar hoy? —intuye con una mirada neutral y yo dirijo mi mirada hacia la tierra.

 

Efectivamente una nube se ha colado frente a mi luz de nuevo. Esto no es bueno, se supone que en ese lugar tendrían un día soleado, seguramente arruiné un día de campo o alguna salida familiar.

 

—Lo siento, no me percaté de ello —respondo con una mueca dudosa. ¿Qué debería hacer ahora?

 

El problema de las nubes, es que son demasiado juguetonas y cuesta un montón hacer que se quiten del camino, hay ocasiones en las que ni siquiera puedo quitarlas y me dejan desanimado con días nublados y sin brillo.

 

— ¿Está bien? —pregunta acercándose hasta mí, pero quedando a una distancia apropiada.

 

—Lo estoy —aseguro con una sonrisa y dirijo mi mirada hacia la Tierra.

 

—Está distraído últimamente, ¿Qué está mal con usted? —interroga con una mirada curiosa. Mercurio siempre ha sabido cuando mis ánimos no son los mejores, de hecho me extrañaría que no lo supiera ya que es el más cercano a mí, yo sé todo sobre él.

 

—Me siento solo —murmuro y bajo la mirada hacia el cosmos.

 

Mercurio y yo ya hemos hablado sobre esto, lo hemos charlado durante millones de años pero nunca he quedado satisfecho con sus palabras de aliento. Él me asegura que ser el Sol es un gran honor y que debería sentirme orgulloso, pero él no me entiende y nunca podrá entenderme.

Él puede acercarse a planetas, nubes, estrellas e incluso a las Lunas que quiera. Él no debe temer que su cuerpo pueda quemar a algún ser, él no debe preocuparse de que su luz sea demasiado brillante y termine rostizando a los humanos, aunque bueno, supongo que esa preocupación solo recaería en mí.

 

—Oh —se escapa ligeramente de sus labios y luego cierra la boca.

 

Yo podría perfectamente irme a una Galaxia cercana y buscar consuelo en otros Soles, que seguramente me entenderán; pero no puedo.

Cuando comencé a ejercer mi trabajo como Sol, se me prohibió abandonar mi puesto ya que la tierra empezaría a morir lentamente si yo no le proporciono la cantidad luz que necesita. Tampoco puedo acercarme a hablar con otros planetas, porque puedo hacer que la temperatura suba en la tierra y crearía catástrofes horribles.

 

Ser el Sol no es tan divertido.

 

[…]

 

— ¡Sol! —grita Venus y se acerca a mí con una sonrisa. Ella permanece a una distancia un poco más cercana que Mercurio y me mira con una sonrisa—, Ya te estaba extrañando, ¿Cómo ha estado tu día?

 

Venus suele ser muy optimista. Siempre está apoyando a los demás planetas, y deduzco que la mayoría de ellos siente alguna clase de amor hacia ella.

En la Tierra se rumorea que Venus es el planeta del amor o una cosa así, la verdad no estoy seguro porque no tengo demasiado tiempo de escuchar todos los rumores de la Tierra, siempre estoy concentrado en que mi brillo no queme demasiado o que sea el suficiente para que le Tierra no se enfríe.

 

—Como siempre —le respondo con una sonrisa—, Creo que lo más interesante de mi día es la nube que se coló en mi brillo y generó un día nublado —digo con tono divertido y ella ríe.

 

—Vaya, ¿Y lograste quitarla? —ladea la cabeza y me mira curiosa.

 

—No, la verdad es que preferí dejarle allí —Me encojo de hombros.

 

—He charlado con Mercurio —dice con una pequeña sonrisa y desde aquí puedo ver como sus mejillas se coloran de un tono rosado. Venus es el planeta más deseado, pero ella solo tiene ojos para Mercurio.

 

—Creo que ya sé lo que te ha dicho —hablo con un sonrisa desconforme y desvío la mirada. Ella también me dará una charla sobre lo orgulloso que debería sentirme por ser el Sol, estoy seguro.

 

—Lo siento tanto —dice triste y yo vuelvo a mirarla. Sus ojos están cristalinos, y es que Venus siempre ha sido demasiado sentimental para todo—. No sabes cómo me gustaría que los demás planetas no te tuvieran miedo, que los cometas se acercaran a saludarte ¡Incluso que ese tonto meteorito te dijera algo! —chilla con las mejillas empapadas.

 

Odio que ella se ponga de esta manera por mí, porque se supone que uno de los trabajos del Sol es dar alegría a los demás y siempre estoy causándoles problemas y tristezas a mis colegas. Soy un Sol malo.

 

—No llores —pido con el ceño fruncido—, No es tan malo como parece. Enserio —aseguro con una sonrisa. Soy malísimo mintiendo, pero espero que ella no lo note.

 

—Estás mintiendo —dice de inmediato y yo palmeo mi frente por ser descubierto tan rápido—. Siempre te rascas la oreja derecha cuando mientes —afirma con la voz quebrada. Yo ni siquiera me había dado cuenta que hago eso cuando me pongo nervioso.

 

—De acuerdo, estar solo es horrible —le digo rodando los ojos—, Pero esto no tiene que afectarte, nadie dijo que ser el Sol serían puras alegrías—La miro con dedición—. Tengo que acostumbrarme a no poder acercarme a nadie nunca más. No es tan grave, ya pasará —esbozo una sonrisa y espero que ella se calme.

 

— ¡Pero si han pasado millones de años terrestres y aún no te acostumbras a esto! —Grita de forma histérica y al menos ya no está llorando—, No entiendo por qué los demás se niegan a acercarse, ¿Puedes creer que no veo a Plutón desde hace mucho tiempo?

 

—Ugh, ¿Será porque intentó abrazarme y yo quemé gran parte de su masa?

 

Aún recuerdo eso, el pobre Plutón se fue llorando ya que pasó de ser uno de los planetas más grandes y fornidos a ser… Plutón, el planeta enano.

 

—No fue culpa tuya, él estaba obsesionado contigo —dice con el ceño fruncido y se cruza de brazos. No entiendo como los demás planetas la aman, ¡Es una bruja!

 

—Como sea —chasqueo la lengua y dirijo mi mirada hacia la tierra, pronto se hará de noche y ya debo prepararme para el atardecer—, Venus—

 

—Ya lo sé —me interrumpe y suspira—, Pero no creas que nuestra charla ha terminado —amenaza con una mirada severa y se aleja lentamente hasta quedar en su lugar.

 

Niego con la cabeza y me resigno, porque lo más probable es que cuando haya terminado con el atardecer, ella vendrá a regañarme y a decirme cuan mal se siente por no poder ayudarme.

Froto mis manos cuatro veces y apunto mis palmas hacia mi planeta favorito. Yo adoro tanto el planeta Tierra, que me vería incapaz de lastimarlo. Es uno de los planetas más hermosos -a mi parecer- en toda la Vía Láctea.

El calor que mandé durante todo el día a la Tierra, se reduce en algunas zonas, dando paso a la fría noche. Desde aquí puedo ver la Luna de ese planeta.

Yo nunca he hablado con ninguna Luna, porque cuando Venus me trajo Lunas para hacer amistades, ellas se asustaron y creyeron que les robaría la luz o simplemente las quemaría. Sin embargo nunca he tenido el placer de hablar con la Luna de la Tierra.

Generalmente las Lunas de los demás planetas son mujeres pequeñas y delicadas, las cuales están dispuestas a hacer todo a su alcance por el planeta al que pertenecen.

 

La Luna de la Tierra me llama demasiado la atención, porque no es un “ella”, es un “él”. En un principio me pareció bastante extraño, porque en la tierra siempre hacen hermosas poesías acerca de la hermosa Luna, y la bella mujer que supuestamente debería ser.

 

Me pregunto qué pensará ese chico Lunar de todos los poemas que existen hacia él, y que sentirá que la mayor parte de los humanos lo crean una chica.

 

[…]

 

Ruedo mis ojos por milésima vez, porque tal y como predije Venus está hablándome sobre lo idiotas que son los otros planetas por tenerme miedo.

 

—No es tan importante —digo despreocupado y espero que ella se dé cuenta algún día, que no me importa que los demás me tengan miedo. Bueno, la verdad es que si me importa pero trato de fingir que no para que Venus sea feliz algún día.

 

¡Esta mujer está loca!

 

— ¡Pero es que Marte es un completo estúpido! —Dice con el ceño fruncido—, Él está cerca de ti también, ¡No le cuesta nada venir aquí un momento y por lo menos decirte hola! —Su rostro colorado hace que quiera reírme, porque ella es demasiado expresiva.

 

—No lo culpo —me encojo de hombros—, Yo también tendría miedo si el planeta más codiciado por todos, se me acerca de repente y me ordena que me acerque al Sol, el cual podría rostizarme.

 

— ¡Ash! ¡Él sigue siendo un idiota!

 

—Por cierto Venus…, —Ladeo mi mirada hacia la derecha y miro la Tierra—, ¿Tú has hablado con la Luna de la Tierra? —pregunto fingiendo desinterés, pero la verdad es que muero de curiosidad por ver el rostro del chico Luna.

 

—Oh, él es nuevo —dice mirando hacia la Tierra—, Él apareció hace un tiempo atrás, pero no sé cuánto. —Se encoge de hombros y sujeto mi barbilla con duda.

 

— ¿Por qué es un él? —me atrevo a preguntar y Venus vuelve a encogerse de hombros. Mierda, le pregunto a la más chismosa y no sabe nada—, ¿Podrías preguntarle? Sé su amiga…, y lo que él te cuente me lo dices a mí. —Bueno, eso sonaba mejor en mi cabeza, pero realmente estoy muy intrigado por este chico Luna.                               

 

— ¿Qué tal si le digo que se acerque a ti? ¡Él podría querer ser tu amigo! —propone emocionada y vuelvo a mirar al chico Luna.

 

—No estoy seguro, seguramente no querrá nada conmigo, ¡Mejor has lo que te dije! —Hago un pequeño puchero y ella me mira con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

 

—Cuando amanezca, le hablaré sobre ti. —Se da la media vuelta y se aleja hasta llegar a su posición de siempre. Rayos, no mienten cuando dicen que Venus tiene una atmosfera algo densa… Ella asusta un poco.

 

 Me quedo las siguientes horas en espera de que amanezca y mientras tanto proporciono luz a los lugares frontales a la Tierra. Cuando comencé me dijeron que no tendría descanso, puesto que cuando anocheciera en un lado, estaría amaneciendo en otro.

 

Hago un círculo de luz con mi dedo índice y soplo la pequeña onda de calor hacia las zonas donde está amaneciendo. Admito que en un principio ser el Sol era emocionante y divertido, sin embargo todo cambió cuando quemé a Plutón y los demás planetas comenzaron a temerme.

 

— ¡Sol! —Giro mi cabeza hacia donde me están llamando y puedo ver a Venus acercarse hacia el chico Luna. Me pongo nervioso y le hago señas para que venga hacia mí, pero ella niega y se acerca campante hacia el chico Luna.

 

No sé de qué hablan, pero siento mis manos temblar y que mi calor está subiendo demasiado. Debo calmarme o posiblemente cometeré un error del cual podría arrepentirme. Miro de reojo hacia la Luna y él me mira de reojo también mientras habla con Venus.

 

¡Mierda! Los nervios van a matarme.

 

Mis ojos se abren en sorpresa cuando observo que el chico Luna deja su posición y Venus me celebra detrás de él, porque se está acercando a mí.

 

Oh no, oh no. Ahora mismo odio tanto a esa chica.

 

—Hola. —Quedo paralizado cuando escucha una voz ronca y despreocupada. Ladeo mi cabeza y puedo ver al chico Luna a muy pocos metros de mí. ¡Oh! ¡Él está más cerca de lo que cualquier planeta se ha acercado nunca! (Dejando de lado a Plutón)

 

—Hola —respondo sorprendido, y lo miro de pies a cabeza. La Luna de la Tierra es bastante pequeña en comparación al Sol, sin embargo su cuidador es más alto que yo ¡Qué vergüenza!

 

—Venus me ha dicho que me echaste el ojo —dice de repente, con la característica frialdad que tienen todas las Lunas y siento que voz a explotar en llamas (Aunque posiblemente pueda hacerlo) porque Venus malinterpretó todo por completo.

 

—No te he echado el ojo —aclaro de inmediato y él alza una ceja. Ojalá yo pudiera hacer eso.

 

—Ella dijo que no dejas de hablar de mí y que estas secretamente enamorado de… ¿Cómo fue que lo dijo? —Sujeta su barbilla—, Algo como “Lunita” o “Chico Luna” no lo recuerdo bien. —Se encoge de hombros y ahora tengo mayores ganas de matarla.

 

—Lo siento, pero te mintió —digo serio—, La verdad es que hace poco me di cuenta que eres un chico… —hablo apenado y él me mira sin expresión.

 

— ¿Debería sentirme mal? ¡El gran Sol nunca se percató de mí! —dice con falsa tristeza y hace una pose dramática. Él es divertido—, No te preocupes por eso, la verdad es que incluso hay humanos que no han sacado la cabeza de sus traseros y siguen creyendo que les permitiré vivir en mi Luna. —Sonríe con orgullo.

 

— ¿De qué hablas? —pregunto divertido.

 

—Ellos querían venir y destruir mi preciosa Febe tal y como lo están haciendo con la Tierra. —Se encoge de hombros—, Por eso saqué la atmosfera de ella y cuando vinieron, se fueron decepcionados, ahora están jodiendo a Marte. —Ríe malicioso y yo le sonrío.

 

—Pero la Luna nunca ha tenido atmosfera —señalo con duda y él me guiña un ojo.

 

—Eso es porque yo lo quiero así.

 

— ¿Qué es eso de Febe? —pregunto curioso y me siento en la posición que los humanos llaman ¿“A lo indio”? ¡Ugh! ¡Debo ponerle más atención a mi planeta favorito!

 

La Luna sonríe y se sienta de la misma forma.

 

—Los griegos tenían una titánica que era conocida por la Luna que tenía en su frente y yo llamo Febe a la Luna porque se me hace adorable —explica tranquilo y me sorprende un poco que él tomara atención a eso.

 

—Increíble, yo jamás he podido tomar demasiada atención a la Tierra, porque si me acerco demasiado comienzan las olas de calor y le hago daño. —Hago una mueca y él me mira un momento.

 

—Yo podría informarte sobre la Tierra —dice con una mirada emocionada—, Febe orbita en la Tierra, por lo cual siempre estoy pendiente de lo que allí pasa. Si tú quieres yo podría venir y contarte.

 

—Pero no puedes abandonar tu puesto por mucho tiempo —digo con voz decaída, porque no quiero que él descuide su trabajo por verse obligado a complacer mi tonto capricho.

 

—De eso no hay problema, Febe tiene fases en la Tierra, y una de ellas es conocida como Luna nueva.

 

—No entiendo. —Ladeo la cabeza y lo miro confundido.

 

—Existen cuatro fases —dice con lentitud y levantan cuatro dedos—, Está la Luna menguante, Luna creciente, Luna nueva y Luna vieja, ¿Si?

 

—Si. —Asiento con la cabeza.

 

—En esas cuatro fases, la Luna se puede contemplar de manera diferente. Por ejemplo en la Luna vieja, Febe se ve completa. —Me mira fijamente y asiento—, Y una de las características de la Luna nueva es que Febe no se ve en lo absoluto. —Cuando dice eso, comprendo inmediatamente lo que intenta decirme.

 

—No tienes que cuidarla —susurro con una sonrisa.

 

—No, cuando hay Luna Nueva me aburro a mares. —Frunce los labios y le sonrío—, ¿Entonces te gustaría que viniera aquí?

 

—Me encantaría —digo sincero y él asiente, para luego desviar su mirada hacia la Tierra.

 

—Oh, una nube acaba de colarse en el día soleado que iba a tener Chile —dice con una sonrisa maliciosa y yo palmeo mi frente, porque es segunda vez que me pasa.

 

—Quiero preguntarte algo —hablo serio y él asiente—, ¿Venus te sobornó para que vinieras a hacerme compañía? —Luna me mira fijamente y de repente frunce el ceño.

 

— ¿De qué hablas?

 

—La mayoría de planetas me tiene miedo —explico con un suspiro—, Y las Lunas no se acercan a mí porque creen que les robaré su luz.

 

— ¿Puedes hacer eso? —pregunta emocionado.

 

—No, la verdad es que las Lunas me roban luz a mí, pero no me importa demasiado ¿Sabes? Me gusta poder ayudarlas a hacer su trabajo. —Agacho la mirada y miro un Cometa que pasa por debajo de mis pies—, Entonces quiero saber si ella te ofreció algo…, porque la verdad es que no quiero que vengas si te obligó o te chantajeó.

 

Un silencio extraño se forma en nuestro lugar y solo espero que él se vaya en silencio, pero cuando levanto la mirada él sigue estando frente a mí.

 

—La verdad es que…, —Hace una pausa y desvía la mirada—, Venus no me dijo que tú me echaste el ojo, ella solo me hizo preguntas tontas sobre porqué soy un chico si la Luna es mujer y yo la ignoré todo el tiempo —confiesa con sus pálidas mejillas, completamente sonrojadas.

 

— ¿Por qué te acercaste entonces? —La situación me confunde.

 

—Porque hace tiempo tenía ganas de hablarte, entonces como vi que Venus es muy cercana a ti, pensé que era mi oportunidad para inventar una excusa y venir. —Se encoge de hombros y el silencio vuelve.

 

Oh, entonces Venus no hizo nada malo.

 

Entonces la Luna no me tiene miedo y quiere ser mi amiga.

 

Entonces la sonrisa que tengo plantada en el rostro me hace ver como un completo acosador y debería dejar de hacerla.

 

Entonces… ¡Este es el día más feliz de mi vida!

 

—No sé qué decir. —Es un poco estúpido que lo diga en voz alta, pero no quiero que continúe el silencio entre nosotros. Él me agrada.

 

—Yo tampoco —dice con un suspiro y me mira fijamente a los ojos.

 

Nosotros somos bastante opuestos, porque él está rodeado de un resplandor plateado y yo de uno dorado. Sus ojos son de color azul oscuro como la noche y todas sus ropas son blancas. Sin embargo lo que más me llama la atención es el color de su piel. Es oscura, no sé el nombre del color que le tienen en la Tierra, porque solo se identificar unos pocos. Creo que mi color favorito es el tono de su piel.

 

—Te hablaré sobre la creación de la Tierra —dice con una sonrisa.

 

—No quiero parecer grosero, pero ya me la sé. —Sonrío—, Aunque no lo creas yo presencié el nacimiento de la Tierra en vivo y en directo, por eso me gusta tanto. Es mi bebé —digo con una sonrisa y él ríe.

 

—Eso significa que… ¿Viste mi nacimiento? —pregunta con cierta ilusión y me sonrojo.

 

—Por supuesto, he visto nacer a todos aquí. —Él asiente con la cabeza y sujeta su barbilla, pensando.

 

—Podría enseñarte sobre los humanos —dice con una sonrisa y asiento.

 

—Es sobre lo que menos sé, ellos no se acercan mucho a mi Sol tampoco —me encojo de hombros.

 

—Los humanos son egoístas y mentirosos —dice con el ceño fruncido y ladeo al cabeza.

 

— ¿Qué significan esas palabras? —pregunto con vergüenza y para ser el más antiguo aquí, no sé nada de nada.

 

—Son cosas malas —dice molesto y asiento con la cabeza, para que continué con su relato—, Los humanos están matando la naturaleza, los animales e incluso se matan entre ellos mismo.

 

Lo último me sorprende bastante.

 

— ¿Se matan entre ellos mismo? —pregunto casi sin aliento, y no puedo creer que esos monstruos vivan en mi pequeño bebé.

 

—La humanidad está arruinada —dice como si no hubiera una solución para ésta y tengo ganas de llorar. Siempre imaginé que la Tierra sería un lugar lindo para vivir, una lugar pacífico y cálido—, Aunque eso es solo la parte mala. No te desanimes Astro mío, ahora te contaré sobre las bellezas que tiene tu querida Tierra —dice con una pequeña sonrisa. Tal vez él notó mi tristeza, porque al igual que Venus…, soy muy expresivo.

 

— ¿Qué tiene de hermosa?

 

—El amor es una de las cosas hermosas —explica con una pequeña sonrisa.

 

— ¿Qué significa el amor para los humanos?

 

—El amor para los humanos lo es todo. —Suspira y flota de manera hermosa por la galaxia hasta acercarse un poco más a mí—, Los humanos pasan la mayor parte del tiempo buscando a otro humano que los haga sentir amor. Algunos llegan a matar por amor, otros mueren por amor, como sea. —Chasquea la lengua.

 

— ¿No te gusta el amor? Suena como algo muy bonito —comento curioso y él niega.

 

—Si me gusta el amor, hay poemas dedicados a Febe que son realmente hermosos —dice con ilusión—, El problema es que el ser humano siempre debe arruinar todo, y el amor es algo que ya se está casi extinguiendo —dice con el ceño fruncido.

 

— ¿Cuál es la causa? —pregunto curioso.

 

—Ya no se toman el tiempo de conocer los sentimientos, solo se preocupan de ver la apariencia —concluye con un chasquido y suspira nuevamente.

 

—Oh. —No sé qué decir realmente porque no entiendo eso de “Se fijan en la apariencia”. Nunca he sentido eso que él llama amor por nadie y la verdad me siento algo confuso con la información que me está dando.

 

—Te ves algo dudoso —dice con una sonrisa divertida.

 

—La verdad es que no entiendo lo de fijarse en la apariencia. Nunca he visto a un humano. —Frunzo los labios y él se queda meditando un momento.

 

—Fijarse en la apariencia es como si me enamorara de la luminosidad del Sol en lugar de darme el tiempo de conocer su núcleo.

 

—Te rostizarías si intentaras conocer su núcleo —digo con una mueca de espanto y él comienza a reírse a carcajadas.

 

— ¡Solo fue un ejemplo! —dice divertido y siento mis mejillas arder.

 

¡Oh! ¿Por qué debo ser tan ingenuo?

 

—Ah…, bueno.

 

Y mientras me veo rodeado por la ronca risa de Luna, tal vez, solo tal vez…, yo pueda acostumbrarme a su compañía.

Notas finales:

-cries in gay- 

 

 

hueón, estoy bombardeando amor yaoi, con mis fics feos; que orgullo (?)


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