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En medio de la noche (one-shot) por VidelFujoshi

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Notas del fanfic:

Los personajes son de Akira Toriyama, one-shot desarrollado en el tiempo post torneo universal 

Notas del capitulo:

¡Hola! 

Solo me queda informarles que este one-shot es dedicado a Emmyllie, premio por ser mi rw número 100 en "Boys Friends" espero que te guste ^u^ y a todos los amantes del Vegekaka . 

¿Qué fue ese extraño sentimiento al ver trabajar juntos a su eterno rival y a su enemigo desde siempre?


No lo sabía, pero  era un hecho que no le gustó para nada esa sensación  de ver a otro ocupando su lugar junto al pelipalmera. Eso  sin duda lo tenía furioso.


El peliflama soltó un pesado suspiro sin dejar de mirar al techo.


Desde que el torneo terminó han pasado tres días. Si, tres días desde que el universo siete se había declarado el vencedor universal.


Había regresado a su vida junto a su esposa e hijos, cumpliendo con la promesa de regresar con la victoria, pero por alguna razón ya no le encontraba sentido a su dia.


Quizás pensándolo bien, desde antes experimentaba esa sensación de vacío que solo el embarazo de su esposa junto al nacimiento de su hija pudo menguar por un corto lapso de tiempo.


Los guerreros del universo siete habían regresado a la  Tierra victoriosos, haciendo una gran fiesta en honor a ellos mismos.


Aunque sabía que no había sido así. Sabía perfectamente que habían sobrevivido gracias a Kakarotto, a Freezer y al androide 17.


Si, una lagartija que debió haberse quedado en el pasado, un montón de chatarra andante y el estúpido de Kakarotto.


Le daba rabia el solo pensar eso, el saber que aunque su participación fue espléndida no había podido llegar al final y cumplir con su promesa a Kyabe.


O quizá ese coraje y ese resentimiento se debía nada más al hecho de que le habían quitado el protagonismo junto al idiota de cabellos alborotados.


Quería dormirse ya de una maldita vez, tenía sueño, y  desde que el torneo terminó no había podido conciliar el sueño por más de tres horas.


Últimamente se despertaba en medio de la noche exaltado y con la respiración agitada.


Que bueno que Bulma tenía el sueño pesado y que su hija dormía aparte es su cuna.


Así evitaría verse en la humillante situación de que le preguntaran si tuvo una pesadilla o que le sucedía.


Pero sobre todo agradecia que nadie notara su extraño comportamiento, pues además de despertarse en medio de la noche, lo cierto era que ya no se sentía el mismo  de antes.


Todo el tiempo se encontraba distraído, perdido en sus pensamientos y cuando entraba a su cámara de gravedad lo ultimo que hacia era entrenar. Incluso muchas veces se olvidaba de que tenía familia… o que debía comer, y eso ya ya era mucho para un saiyajin.


Se quedó mirando unos minutos más al techo hasta que por fin sus ojos se cerraron.


“habían perdió aquel torneo que estúpidamente había sido sugerencia de Goku.


Y el no hacia mas que ver al pelipalmera el cual miraba de uno en uno a todos sus amigos que ciegamente confiaron en él, como buscando las energías que no tenía en ellos.


El saiyajin menor era el último de su equipo dentro del campo de batalla, tirado en el suelo, en medio de los escombros, recibiendo la paliza de su vida sin poder hacer nada para defenderse.


En todo momento Vegeta no apartó la mirada del pelipalmera, sintiéndose impotente por no poder hacer nada para ayudarlo. Por que si, sentía esa necesidad de evitar a toda costa que los gritos de dolor del pelipalmera cesarán .


Ideaba una y mil formas para ira socorrerlo, sin embargo no podía hacer más que ver como Kakarotto era cruelmente golpeado por Jiren.


Sabía que si intervenía haría que el rey de todo los desaparecería en el instante, pero eso era lo que menos le importaba, de cualquier forma serían eliminados en cuanto Kakarotto saliera de la plataforma por que sabia que nunca diría un “me rindo”, y menos al saber que no tenía otra alternativa.


Era una agonía ver y escuchar al pelipalmera gritar de dolor a la vez que escupía algo de sangre por cada golpe.


Pero no podía hacer nada.


En ese momento odiaba Jiren y adora a Kakarotto por no ponerse de pie y se odiaba a sí mismo por haber perdido y encontrarse en las gradas como espectador.


Hasta que por fin Jiren se dejó de juegos y de una patada saco al pelipalmera de la destruida plataforma.


Kakarotto! – grito al verlo salir de la plataforma, sabiendo que eso significaba su fin.


Goku apareció en muy mal estado a su lado en las gradas, mirando apenado a su amigos, viendo la mirada de decepción y temor en los ojos de todos.


Todos se lamentaron entre ellos, incluso hasta a Bills había abrazado a Shin, lamentándose por su propio destino.


Todos menos Vegeta. Por alguna razón no estaba molesto ni temeroso, si no todo lo contrario, ese alivio que sentía solo se debía a que los quejidos y gritos de Goku habían parado y ahora lo tenía a su lado.


-hiciste un buen trabajo Kakarotto – fue lo último que alcanzó  a susurrar antes de que Zeno sama los desapareciera de la faz de todo.”


Abrió los ojos y se sentó en la cama inmediatamente, sobresaltado. Siempre era el mismo sueño más que en múltiples ocasiones cambiaba el final.


Esta vez había sido el sueño en el que todos desaparecían, pero también había otro  que siempre lo dejaba con la piel de gallina y con esa sensación desesperante en su pecho que tanto odiaba: Goku era exterminado por el mismo Jiren mientras este le suplicaba a Vegeta que lo ayudara.


Miro a la ventana, las persianas estaban cerradas y no entraba ni un rayo de sol por los huecos que había entre la ventana y la persiana.


Bulma seguía dormida a su lado, moviéndose algo incómoda en aquel espacio, pues el peliflama la había acorralado a la orilla de la cama al moverse en sueños.


Volteo a ver el marco el reloj que se encontraba arriba del marco de la puerta.


Apenas iban a ser las cuatro de la mañana.


Se  levantó de la cama y volteo a ver a su esposa, como pidiéndole disculpas por lo que iba a hacer.


Tenía que enfrentar la situación y acabar con todo este lío.


Y para eso sabía perfectamente que tenía que ir a ver al pelipalmera.


Una vez vestido y calzado con su habitual ropa de siempre, salió de la corporación cápsula volando, sin saber qué hacer o a donde ir.


Seguramente iría a las montañas donde tal vez Goku estuviera durmiendo junto a su esposa plácidamente y sin preocupaciones.


Tenía que meditar muy bien lo que haría pues no era característico de él actuar sin pensar, pero honestamente conforme se iba acercando a las montañas, sus pensamientos se volvían cada vez menos coherentes y se transformaban en nerviosismo.


Por un momento pensó en regresar pero para cuando se dio cuenta ya estaba enfrente de la casa del saiyajin de cabellera alborotada.


-Vegeta, ya estás aquí, así que tranquilízate y a lo que viniste.


Camino hasta la puerta y a pocos centímetros de que sus dedos enguantados tocaran el timbre se retracto, quizás no era muy prudente venir a irrumpir a altas horas de la mañana con la patética excusa de querer entrenar con Kakarotto y menos con la posibilidad de que Milk atendiera la puerta y pegara el grito en el cielo cuando le dijera a qué venía. También estaba la posibilidad de que quien le abriera fuera Goten, pero la verdad que eso era pedir demasiado.


Pensó mejor las cosas y como no se iría de ahí sin antes hablar con Kakarotto, decidió ir a buscarlo directamente a la ventana de la habitación perteneciente de la pareja Son.


Rodeo la casa pero para su sorpresa la pelinegra dormía sola en la cama.


-¿¡dónde se metió Kakarotto!? - preguntó en un susurro maldiciendo su suerte, nada más le faltaba que el imbécil se haya ido a entrenar al planeta de Kaiosama.


Pero si no estaba en su casa, ¿porque sentía su ki muy cerca?


Se elevó unos cuantos metros por encima de la casa, y ahí estaba el.


Sentado en el techo de su casa se encontraba Goku contemplando el cielo nocturno, y al darse cuenta de que era observado por peliflama se limpió las mejillas y ojos para ocultar que estaba llorando.


-¿Kakarotto? ¿Que se supone que estás haciendo aquí? - preguntó Vegeta flotando frente al menor con los brazos cruzados.


-aquí se supone que vivo - respondió el pelipalmera sin darle la cara al mayor. - ¿qué haces tú aquí?


-no podía dormir y necesitaba hablar contigo - contestó Vegeta - Kakarotto, ¿estabas llorando? ¿Tu? - preguntó con una mueca burlona, pero eso le hacía todo menos gracia.


-si, por si no lo sabías tengo sentimientos - respondió de tal forma que impresionó a Vegeta, aquellas palabras habían sonado tan cortantes que incluso lo hicieron pensar si había hecho algo mal. - y si me disculpas no estoy de humor de hablar contigo ni escuchar que algún día me vas a superar y todas esas cosas que dices tu.


Vegeta abrió los ojos impresionado, se acercó más al pelipalmera y lo jalo de los cabellos.


-¡Ahora me dices que te traes insecto! ¡Nunca me habías hablado así y no voy a permitir que!... - gritó, pero al darse cuenta del escándalo que estaba haciendo lo soltó y se tranquilizo - grr... ¿Que tienes? - preguntó en un gruñido, sentándose a su lado.


-no se por que te preocupa tanto - respondió resentido por su comportamiento. - Milk me pidió el divorcio .


-¿que la urraca hizo que? - preguntó sorprendido Vegeta.


-como lo escuchas, me ha corrido de la casa  - contestó, sonriendo débilmente al escuchar como el peliflama había llamado a la pelinegra - perdóname Vegeta, supongo que después de todo tu no tienes la culpa de nada.


-ya no importa - respondió - ¿por esa estupidez estabas llorando? ¿En verdad sentías algo por ella? - preguntó ocultando su curiosidad.


-mientras discutíamos o más bien ella discutía me reclamó por haberme ido hace tres días, le dio igual si el torneo era para salvarnos o no, también comenzó a decir que todo era culpa de mi abuelito Gohan, que él tenía la culpa de que yo sea un bueno para nada, de que no sepa hacer otra cosa que no sea entrenar y creo que tiene razón - contestó hundiendo su cabeza entre sus manos. - pero no puedo hacer nada, yo estoy feliz por la vida que me dio mi abuelito


-me supongo que ese anciano es el que te crío cuando llegaste a la Tierra - comentó Vegeta tratando de entender al pelipalmera.


-así es, he estado pensando en él, por mi culpa murió... Si tan solo le hubiera hecho caso aquella vez y no hubiera mirado la luna... - dijo mirando la luna mientras otra vez una lágrima silenciosa.


-¿entonces estás así por el viejo y no por la mujer esa? - preguntó arqueando una ceja.


-es patético, ¿no? - preguntó el pelipalmera volteando a ver al mayor - llorarle a alguien que ya murió.


-si... - respondió Vegeta, dándose cuenta de lo cerca que estaban sus rostros, tan cerca que podía sentir su aliento, tan cerca que incluso...


-Supongo que haber crecido en la Tierra tiene sus desventajas - murmuró Goku bajando cada vez más el volumen de su voz hasta que todo sonido que pudiera escapar de su boca fuera acallado por los labios del peliflama.


Los ojos de Kakarotto se abrieron grandes mientras sus mejillas se ruborizaban al sentir la calidez de los labios del mayor, su corazón se aceleró y sus sentidos se estremecieron y una suave brisa sacudió sus cabellos, alborotandolos aún más.


Vegeta besaba al pelipalmera con los pensamientos totalmente nublados, por fin lo había hecho, todos esos problemas que había tenido últimamente se debían sólo a eso, al verlo roto de aquella forma que nunca se imaginó que vería, a la necesidad de tener a Kakarotto a su lado, a la preocupación de perderlo para siempre.


Y simplemente ya no podía seguir con esa carga.


Suave y extraño. Eso era lo único en lo que podía pensar el pelipalmera.


Lentamente el peliflama separó del menor, para observarlo a los ojos y ver esa expresión tierna e inocente que esas orbes negras  expresaban


-V-Vegeta... ¿Q...qué fue eso? - preguntó olvidándose por completo de sus problemas. - ¿p-por qué lo hiciste?


-por nada idiota - respondió el mayor volviéndolo a besar, recostandolo en  la superficie semiesférica sin que el menor se quejara.


Tímidamente Kakarotto fue correspondiendo, por más extraño que le pareciera su mente parecía aceptar ciegamente en corresponder, consciente de que eso solo en sus sueños podía suceder.


De tantas señales que habían pasado desapercibidas por el mayor, había llegado a pensar que estaba plenamente enamorado de su mejor amiga o que quizás era verdad que no tenía sentimientos, por que si, desde hace tiempo sentía algo muy fuerte por su eterno rival.


Sus manos se aferraron fuertemente a los hombros y espalda del mayor mientras, como si quisiera que no se apartará de él, como si temiera que en cualquier momento fuera a despertar y el peliflama fuera a desaparecer entre sus brazos.


Vegeta coló sus manos por dentro de la polera del menor, acariciando cada centímetro de su piel, mientras besaba a Goku, volviendo su beso un tanto desesperado, como si quisiera tener el recuerdo de la textura y suavidad para siempre de sus labios, como si su boca estuviera reclamando el tiempo que estuvieron separadas.


Entre caricias y besos la ropa fue desapareciendo de sus cuerpos, el calor de sus cuerpos compensaba el viento frío que envolvía la piel de ambos, que sin decir ni una palabra sabían lo que el otro quería.


El rostro sonrojado del pelipalmera hacia un lindo contraste con la luz de la luna, y ahí, en el techo de su propia casa, era tomado por el príncipe saiyajin,como nunca se imaginó que sería tratado por el orgulloso príncipe que siempre se la pasaba insultandolo, con delicadeza y cuidado.


Los dedos del peliflama fueron entrando y saliendo a su ritmo, retirandolos solo hasta que por fin se deslizaron con facilidad en su interior.


Mientras comenzaba a adentrarse beso nuevamente al menor que se encontraba muy tenso para relajarlo, ignorando que en ese momento las fuertes manos de Goku se aferraban a su espalda, enterrandole sus escasas uñas en sus bien trabajados omóplatos.


Los ojos del pelipalmera se mantenían fuertemente cerrados mientras la humedad escapaba de ellos, pero aún así por más dolor que sintiera no apartó al peliflama de él.


Cuando Vegeta estuvo hasta dentro comenzó a moverse al ritmo de sus besos sintiendo como cada vez era más fácil penetrarlo y a callando en su boca los jadeos del menor que habían dejado de ser de dolor para convertirse en gemidos de placer.


Goku estaba aferrado al cuerpo de Vegeta, sus piernas se habían enrollado en la cintura del peliflama y sus manos es sus oscuros cabellos sin dejar los labios de Vegeta, sin importarle que en esos momentos ya se encontrarán hinchados.


Vegeta penetraba con la fuerza suficiente para hacer gemir al menor pero también se controlaba en cada embestida, consciente de que aún, bajo ellos, se encontraban Milk y Goten durmiendo sin enterarse de nada.


Las embestidas fueron aumentando de velocidad, sus cuerpos desnudos se pegaban por el sudor y el golpeteo de su pelvis al chocar contra el trasero del menor se hacía cada vez estruendoso.


Goku ya no soporto más y termino por correrse entre los abdómenes de ambos, y si no hubiera sido por que en ningún momento dejó de ser besado por el peliflama, seguramente su gemido hubiera despertado a toda la montaña.


El miembro de Vegeta fue aprisionado por el interior de Goku difilcultandole la movilidad pero eso ya no importaba pues en un par de estocadas más terminó por llenar por completo a Goku con ese líquido blancuzco y caliente.


Vegeta enterró su cabeza en el cuello de Kakarotto, sintiendo en su oído la respiración agitada del menor mientras él mismo trataba de regular la suya.


Pasaron unos minutos en completo silencio hasta que sus corazones volvieron al reposo. Vegeta salió lentamente de él y lo observo directamente a los ojos, dándose cuenta de que su rostro levemente iluminado por la luz del amanecer era reflejado en los brillantes ojos del menor y importandole poco que la luz del día compensará a darles de lleno a sus cuerpos desnudos, volvió a depositar un casto beso en los labios del pelipalmera.


-V-Vegeta... - murmuró el menor viéndolo fijamente a los ojos.


-no digas nada Kakarotto - lo silencio - no es necesario.


-Vegeta... T... Te amo - confesó el menor con un tierno sonrojo volviendo a teñir sus mejillas.


-Vístete, ya no tarda en despertar la terrícola y el chiquillo - ordenó tomando sus ropas poniéndose de pie.


-si Vegeta - respondió Goku sonriendo sin dejar de pasar por alto que sus palabras habían avergonzado al mayor.


En completo silencio, ambos hombres se colocaron las ropas, Goku con algo de dificultad en la movilidad de sus partes bajas, sin embargo en ningún momento borró su sonrisa hasta que él peliflama anunció que se tenía que ir.


-Kakarotto, si esa urraca te hecha a patadas de la casa búscame de inmediato - ordenó el peliflama sin abandonar su gesto serio.


-¿te preocupo? - preguntó con voz alegre el pelipalmera.


-tendré que hablar con Bulma y llegar aún acuerdo antes de que comiences a vivir conmigo - respondió Vegeta con el entrecejo fruncido.


-¿v-vivir contigo? - preguntó atónito Goku.


-y de ahora en adelante me encargaré de ser yo quien pelee a tu lado y no alguien más, nos vemos - contestó sin decir más pero antes de que se fuera volando, Goku lo alcanzó y lo abrazó emocionado.


-¡Adiós Vegeta! - grito cuando lo soltó y al fin se fue volando el mayor, esperaría impaciente a que Vegeta volviera por el.

Notas finales:

Es la primera vez que hago un Vegekaka, esto es extraño... 

Espero no haberte decepcionado Emmyllie y haber cumplido tus expectativas y las de todos los que hayan entrado a leer.

 

¡Bye!

Buenas noshes :p


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